Dicen que este libro es en realidad el apéndice del libro anterior ''Tópicos'' porque de alguna manera, el tema de las refutaciones sofísticas ya se ha visto suficientemente en los libros precedentes a éste tratado. Es aquí donde veremos, sistemáticamente ordenadas, todos los errores y falacias que se encuentran en el razonamiento lógico. Veremos muchas referencias a libros anteriores de Platón tales como Eutidemo, Gorgias, y Protágoras. Como hemos visto en otros libros, los sofistas solo presentan un argumento aparente, con una solución aparente y que no lleva a ninguna conclusión satisfactoria (o si se prefiere, ambigua). Insisto que la lectura de este análisis requiere de la lectura de los análisis previos: Categorías, Peri Hermeneias, Primeros Analíticos (Libro I), Primeros Analíticos (Libro II), Segundos Analíticos y Tópicos.
Definiciones:
(1) El solecismo es un error de sintaxis. Por ejemplo, decir ''me duele mi cabeza'' en vez de ''me duele la cabeza'' es un error de sintaxis.
(2) Tautología: Palabra que en griego antiguo significa:''decir lo mismo''.
Referencias:
(1) También llamada falacia de equivocación.
(2) Para más información véase Eutidemo.
(3) También llamada falacia de composición.
(4) También llamada falacia de falsa expresión; en retórica, se llama figura de dicción.
(5) También llamada falacia dicto simpliciter.
(6) Algo parecido a la psicología inversa.
(7) Aristóteles hace una crítica a la teoría de las ideas de Platón. En efecto, si decimos que un hombre es un hombre porque participa de la idea de hombre, ¿de qué idea participa la idea del hombre? y así iremos hasta el infinito.
Refutaciones
sofísticas
(De las falacias y paralogismos)
SECCIÓN PRIMERA: PARALOGISMOS
Los paralogismos tienen la apariencia de ser silogismos verdaderos, pero en realidad no lo son. Este libro se encargará de revisar las falacias que existen en ellos y su correspondiente ejemplo.
La apariencia tras las argumentaciones
La apariencia tras las argumentaciones
La refutación es la contradicción de una conclusión determinada. Aristóteles nos dice que las refutaciones que hacen los sofistas no son en realidad verdaderas refutaciones, sólo dan la apariencia de refutación.
Una de las formas de refutar que tienen los sofistas tiene que ver con el uso de palabras. El problema es que dichas refutaciones en base a las palabras, no tienen relación con las cosas que se están discutiendo y es por esto que se da la apariencia de existir refutación. Este es fundamentalmente el papel del sofista; establecer una proposición de manera aparente.
Las proposiciones con que parten los sofistas son cinco en total:
Una de las formas de refutar que tienen los sofistas tiene que ver con el uso de palabras. El problema es que dichas refutaciones en base a las palabras, no tienen relación con las cosas que se están discutiendo y es por esto que se da la apariencia de existir refutación. Este es fundamentalmente el papel del sofista; establecer una proposición de manera aparente.
Primeros objetivos de un sofista
Existen cuatro tipos de razonamientos en el discurso:
- Instructivo o demostrativos: Que parte de los principios propios de cada ciencia.
- Dialéctico: Que parte de principios probables y concluye silogísticamente la contradicción.
- Ejercitativo: Que parte de principios sentados por el que responde y que el otro interlocutor debe necesariamente conocer.
- Contencioso: Que parte de principios probables, pero que no lo son.
Estos tipos de razonamiento ya los habíamos visto en los libros de los analíticos. De estos cuatro, el último tiene que ver con el argumento que dan los sofistas.
El modo de los sofistas
Las proposiciones con que parten los sofistas son cinco en total:
- Refutación: Dar a conocer que refutan al contrincante.
- Error: Dar a conocer al que es refutado el error que ha cometido.
- Paradoja: Sentar la máxima de un filósofo que implique paradoja.
- Solecismo(1): Obligar al refutado a asumir que lo dicho por él es un barbarismo.
- Repetición: Hacer repetir al refutado las mismas cosas.
Por lo demás, como se dijo anteriormente, los sofistas se ayudan de las palabras para refutar. En el razonamiento existen por lo menos dos maneras de hacer falacias; unas son las que dependen de la palabra y otras que no dependen de la palabra.
Falacias que dependen de las palabras
Las que dependen de la palabra son las siguientes:
- Homonimia
- Anfibología
- Combinación
- División
- Prosodia
- Forma de la palabra
Homonimia(1)
En cuanto a la homonimia, esta se entiende por las palabras que tiene muchos sentidos. Por ejemplo, aprender tiene otros significados como adquirir, conocer y comprender.
Un ejemplo en contexto sería decir que ''los males son bienes''. ¿Cómo es posible esto? con la ayuda de la frase ''debe ser''. Pensemos en esto, los bienes deben ser porque es de necesidad que existan bienes; por otro lado, los males también deben ser porque es inevitable que existan. Luego, los males son bienes porque existen al igual que los bienes. Así se produce una confusión en la discusión.
¿Recuerdan el libro Eutidemo de Platón? Pues es aquí donde se presenta este tipo de falacia. Clinias, quien era atacado por las incesantes interrogantes de Eutidemo y su hermano Dionisodoro, contestaba mal una y otra vez a las preguntas de los hermanos.
Si recuerdan bien, la discusión se había originado porque Clinias le decía a Eutidemo que las personas ignorantes no aprendían simplemente porque no sabían las cosas. De este modo, los hermanos provocaban a propósito una confusión a Clinias, usando los homónimos ''aprender'' y ''saber''(2).
Anfibología
Esta palabra viene del griego antiguo ''amfibolos'' que significa ambiguo. Como su misma etimología indica, cuando se produce ésta falacia, al mismo tiempo se genera ambigüedad con respecto a lo que se dice. Por ejemplo, la siguiente frase ''el que conoce: ¿conoce esto?'' De aquí se entienden dos cosas: quien conoce o conoce en sí (es decir tiene conocimiento de cosas) o que conoce la cosa por la cual se pregunta.
Otro ejemplo, ¿el que calla habla? Aquí se entienden dos cosas: una es que si el que habla se calla o que todas las cosas que se callan hablan.
Volvamos a Eutidemo. Dionisodoro discute con Ctésipo sobre si se puede hablar callado. Ctésipo afirma que esto no sería posible, pero Dionisodoro le dice: ¿no sería posible hablar callado si se nombrasen cosas como piedra, madera o hierro? Lo que quiso decir aquí Dionisodoro es que ''hablar callando'' es lo mismo que ''se hable sobre cosas que callan''.
Combinación(3)
Esta falacia ocurre cuando se unen dos cosas que se pretenden que sean iguales. Por ejemplo, cuando se dice que un hombre sentado camina o que quien no escribe escriba. La idea de resolver ésta falacia es que las ideas se tengan que unir y no separar. Por ejemplo, el hombre sentado puede llegar a caminar y el que no escribe puede llegar a escribir. En este caso, la expresión ''puede llegar'' une las dos ideas que estaban separadas.
División
La división es todo lo contrario de la combinación. Aquí las palabras son erróneas cuando están juntas, y la solución es separarlas. Por ejemplo, ''dos y tres son par e impar, ahora bien dos y tres son cinco, por lo tanto cinco es par e impar''. Como vemos en este evidente error, dos y tres no pueden ser par e impar, por lo tanto hay que separar el uno del otro y decir que dos es par y tres impar.
Prosodia
La prosodia surge de la acentuación de una proposición, pero que luego se cambia por una cuestión de conveniencia. Por ejemplo, decir ''tomo cerveza'' por ''tomó cerveza''.
La división es todo lo contrario de la combinación. Aquí las palabras son erróneas cuando están juntas, y la solución es separarlas. Por ejemplo, ''dos y tres son par e impar, ahora bien dos y tres son cinco, por lo tanto cinco es par e impar''. Como vemos en este evidente error, dos y tres no pueden ser par e impar, por lo tanto hay que separar el uno del otro y decir que dos es par y tres impar.
Prosodia
La prosodia surge de la acentuación de una proposición, pero que luego se cambia por una cuestión de conveniencia. Por ejemplo, decir ''tomo cerveza'' por ''tomó cerveza''.
Forma de la palabra
Esta falacia ocurre cuando cierta palabra contraria a una cosa, se expresa igual que dicha cosa. Generalmente se usa para dar más énfasis a las palabras(4). Por ejemplo, decir que una ''amante'' es ''flamante'', o que la ''salud'' es ''grande''.
Falacias que no dependen de las palabras
Las que no dependen de las palabras son las siguientes:
- Accidente
- Relativos con absolutos
- Ignorancia a la refutación
- Ignorancia a la consecuencia
- Petición de principio
- Causa falsa
- Preguntas múltiples
Accidente(5)
Esta es una falacia muy común que hasta el día de hoy se utiliza. En realidad, esta falacia es un tipo de generalización donde no se considera ninguna excepción. Por ejemplo, si Corisco es otra cosa que hombre, entonces Corisco es otra cosa que él mismo porque es un hombre. Otro ejemplo sería: ''todas las aves tienen plumas'' lo cual sería falso, puesto que el pingüino es un ave y no tiene plumas.
Relativos con absolutos
Relativos con absolutos
La falacia a explicar tiene como característica considerar lo absoluto como algo relativo. La forma en que se construye es a partir de lo particular a lo general; de este modo, se generaliza lo que se hizo particular. Por ejemplo, ''si el gato tiene dientes blancos; entonces el gato es blanco''. Aquí se confunde la parte con el todo.
Ignorancia a la refutación
Se produce cuando se hace una contradicción aparente ignorando la verdadera contradicción que debiera realizarse. Por ejemplo, ''el número dos es doble y no doble porque es el doble de uno y no es el doble de tres''.
Ignorancia a la consecuencia
Esta se da a través de una consecuencia o conclusión recíproca. Por ejemplo, sacar como conclusión que ha llovido porque la tierra está mojada.
Petición de principio
Para más detalle sobre esta falacia, consultar el apunte del Segundo libro de Primeros Analíticos. Se encuentra en la parte ''vicios del silogismo''.
Causa falsa
Sucede cuando una causa que se toma por verdadera, en realidad es falsa. Esta falacia corresponden a lo que hemos visto en libros anteriores como ''reducción al absurdo''. Por ejemplo, supongamos que el alma y la vida son la misma cosa; luego digamos que la vida y la muerte son contrarias, así como la corrupción y la generación son contrarias. De aquí se saca que la muerte es corrupción y la vida generación. Aquí hay presente un error, puesto que la corrupción cuando se es vida ya se ha sido engendrado y no se está en generación (o proceso).
Preguntas múltiples
Acontece cuando en una pregunta se ha formulado dos preguntas. Por ejemplo, ¿la tierra es mar o cielo? La respuesta que se de va a ser errónea. Aquí sucede que no se divide la definición con la proposición.
De este modo se construyen trece falacias en total. Es preciso entender que unas ocurren por un doble sentido como en el ejemplo de la Homonimia, Anfibología y forma de la palabra; mientras que otras (combinación, división y prosodia) son paralogismos donde las palabras son diferentes.
La falta de sentido que tienen las primeras falacias es que no tienen definición, o que ésta misma no se ha logrado alcanzar de manera satisfactoria.
En la homonimia y en las falacias referidas a la definición, es el doble sentido que tiene cada palabra la que nos trae problemas. Existen errores mucho menos perceptibles como el de la forma de la palabra o la prosodia, donde es mucho más difícil poder refutar.
Así, los sofistas se dedican a refutar con proposiciones falsas y aparentes a todos su contrincantes. Su objetivo con estos razonamientos es avergonzar y reducir a la ignorancia, a cada contrincante que este dispuesto a dialogar con ellos. Aristóteles define la refutación sofística de la siguiente manera:
Palabras y pensamiento
¿Será que estos dos conceptos difieren entre sí? La verdad no. Aristóteles asegura que de hecho, el pensamiento es la palabra. En efecto, cuando se discute con palabras, es necesario servirnos sin condiciones del pensamiento. Es el razonamiento del pensamiento el que dirige el razonamiento de las palabras.
A pesar de esto, pareciera que no hay un tipo de razonamiento propio del pensamiento. De hecho, es más probable que se estime que las dudas que se tengan con respecto a una cosa, sean llevadas o desarrolladas a través de las palabras. Pero si es así, entonces el pensamiento no tendría un género definido en sí.
El tercer objetivo de los sofistas para argumentar es usar la paradoja. Una paradoja es un principio sentado por algún filósofo o pensador. Por ejemplo, ''es preferible ser pobre con honor que rico en deshonra''.
Estas paradojas se usan frecuentemente para defender un punto de vista. Para hacer efectiva dicha argumentación, es necesario que el contrincante manifieste su opinión sobre dicha cita, ya que no siempre se condice lo que se dice con lo que se piensa. Aristóteles nos dice que cuando se impone una máxima, se debe pedir la opinión del contrincante y si la expresase, pedir que exprese las ocultas. Así se arrastra a la paradoja porque lo que la persona dice no es equivalente a lo que piensa.
Un ejemplo lo vemos en el libro Gorgias de Platón. ¿Recuerdan cuando Calicles diferenciaba entre justicia y naturaleza, diciendo que la naturaleza era fea según la ley y la justicia era bella según la ley?
Recordemos más específicamente lo que Calicles quería establecer:
De esta forma, quien afirme que la naturaleza es justa, bastará responder que en la ley no es así; y si responde que la ley es injusta, bastará responder que en la naturaleza no es así.
Por lo tanto, la paradoja queda establecida y el contrincante quedará atrapado entre los dos conceptos; no podrá responder correctamente porque cualquier decisión estará equivocada.
A un nivel más simple, existen muchas preguntas que nos dejan en paradojas:
Según Aristóteles, la mayoría de los solecismos se cometen con la palabra ''esto''. Esto ocurre cuando ésta palabra no expresa ni género masculino ni femenino, sino que neutro. Sin embargo, a veces también expresa o masculino, o femenino.
Ignorancia a la refutación
Se produce cuando se hace una contradicción aparente ignorando la verdadera contradicción que debiera realizarse. Por ejemplo, ''el número dos es doble y no doble porque es el doble de uno y no es el doble de tres''.
Ignorancia a la consecuencia
Esta se da a través de una consecuencia o conclusión recíproca. Por ejemplo, sacar como conclusión que ha llovido porque la tierra está mojada.
Petición de principio
Para más detalle sobre esta falacia, consultar el apunte del Segundo libro de Primeros Analíticos. Se encuentra en la parte ''vicios del silogismo''.
Causa falsa
Sucede cuando una causa que se toma por verdadera, en realidad es falsa. Esta falacia corresponden a lo que hemos visto en libros anteriores como ''reducción al absurdo''. Por ejemplo, supongamos que el alma y la vida son la misma cosa; luego digamos que la vida y la muerte son contrarias, así como la corrupción y la generación son contrarias. De aquí se saca que la muerte es corrupción y la vida generación. Aquí hay presente un error, puesto que la corrupción cuando se es vida ya se ha sido engendrado y no se está en generación (o proceso).
Preguntas múltiples
Acontece cuando en una pregunta se ha formulado dos preguntas. Por ejemplo, ¿la tierra es mar o cielo? La respuesta que se de va a ser errónea. Aquí sucede que no se divide la definición con la proposición.
Cómo ocurren estos errores
De este modo se construyen trece falacias en total. Es preciso entender que unas ocurren por un doble sentido como en el ejemplo de la Homonimia, Anfibología y forma de la palabra; mientras que otras (combinación, división y prosodia) son paralogismos donde las palabras son diferentes.
La falta de sentido que tienen las primeras falacias es que no tienen definición, o que ésta misma no se ha logrado alcanzar de manera satisfactoria.
En la homonimia y en las falacias referidas a la definición, es el doble sentido que tiene cada palabra la que nos trae problemas. Existen errores mucho menos perceptibles como el de la forma de la palabra o la prosodia, donde es mucho más difícil poder refutar.
Así, los sofistas se dedican a refutar con proposiciones falsas y aparentes a todos su contrincantes. Su objetivo con estos razonamientos es avergonzar y reducir a la ignorancia, a cada contrincante que este dispuesto a dialogar con ellos. Aristóteles define la refutación sofística de la siguiente manera:
''La refutación sofística no es en absoluto una refutación, es una refutación sólo par acierto interlocutor''.
Las refutaciones verdaderas son infinitas puesto que las ciencias también lo son. Si las ciencias son infinitas, entonces las demostraciones también lo son, y si las refutaciones verdaderas son infinitas, pues las falsas también lo serán. Sería una gran tarea (por no decir imposible) tratar de refutar todas las proposiciones falsas, pero al menos hay que tratar de hacerlo con las que se puedan.
¿Será que estos dos conceptos difieren entre sí? La verdad no. Aristóteles asegura que de hecho, el pensamiento es la palabra. En efecto, cuando se discute con palabras, es necesario servirnos sin condiciones del pensamiento. Es el razonamiento del pensamiento el que dirige el razonamiento de las palabras.
A pesar de esto, pareciera que no hay un tipo de razonamiento propio del pensamiento. De hecho, es más probable que se estime que las dudas que se tengan con respecto a una cosa, sean llevadas o desarrolladas a través de las palabras. Pero si es así, entonces el pensamiento no tendría un género definido en sí.
Segundo objetivo del sofista
No muy diferente a lo que pensaba Platón, Aristóteles nos dice que los sofistas lucran con sus ''enseñanzas'' basadas en especulaciones y apariencias que dejan asombrados a sus interlocutores.
Propósitos del sofista:
- Cuando el sofista quiere obtener una victoria aparente, entonces es contencioso.
- Cuando quiere tener una sabiduría aparente, entonces es silogístico.
- Probar al interlocutor que se engaña y que precisa cosas improbables.
Una cuestión clave dentro del segundo objetivo del sofista es que necesita que su contrincante no establezca ninguna tesis. Esto quiere decir que solamente debe quedarse en las preguntas hechas por los sofistas. La clave para resarcir dichas preguntas sofísticas es establecer una tesis fuerte en argumentos, por supuesto, no siempre es buena la tesis que pueda formularse.
Tercer objetivo del sofista
El tercer objetivo de los sofistas para argumentar es usar la paradoja. Una paradoja es un principio sentado por algún filósofo o pensador. Por ejemplo, ''es preferible ser pobre con honor que rico en deshonra''.
Estas paradojas se usan frecuentemente para defender un punto de vista. Para hacer efectiva dicha argumentación, es necesario que el contrincante manifieste su opinión sobre dicha cita, ya que no siempre se condice lo que se dice con lo que se piensa. Aristóteles nos dice que cuando se impone una máxima, se debe pedir la opinión del contrincante y si la expresase, pedir que exprese las ocultas. Así se arrastra a la paradoja porque lo que la persona dice no es equivalente a lo que piensa.
Un ejemplo lo vemos en el libro Gorgias de Platón. ¿Recuerdan cuando Calicles diferenciaba entre justicia y naturaleza, diciendo que la naturaleza era fea según la ley y la justicia era bella según la ley?
Recordemos más específicamente lo que Calicles quería establecer:
- En la naturaleza es justo que unos sean superiores a otros.
- En la ley es injusto que unos sean superiores a otros.
De esta forma, quien afirme que la naturaleza es justa, bastará responder que en la ley no es así; y si responde que la ley es injusta, bastará responder que en la naturaleza no es así.
Por lo tanto, la paradoja queda establecida y el contrincante quedará atrapado entre los dos conceptos; no podrá responder correctamente porque cualquier decisión estará equivocada.
A un nivel más simple, existen muchas preguntas que nos dejan en paradojas:
- ¿Debería uno obedecer a los sabios o a los padres?
- ¿Debería uno obrar guiándose por su propio interés o por los de la ley?
- ¿Es más injusto hacer el mal o padecerlo?
Estos son los tópicos de donde se construyen las paradojas.
Cuarto objetivo del sofista
Este objetivo consta de llevar al adversario a aceptar ''simplezas'' o en palabras actuales, Tautología(2). Por ejemplo, decir ''si el doble es el doble de la mitad, se dirá el doble de la mitad de la mitad''. Si lo analizamos, lo que acabamos de decir es totalmente obvio y simple.
Otro ejemplo de tautología sería decir: ''lo vi con mis propios ojos''. Esto es obvio y además de eso, se refiere a una sola cosa dos veces.
Quinto objetivo del sofista
El último objetivo del sofista es hacer que el contrincante cometa un solecismo sin haberlo cometido realmente.
Protágoras afirmaba que cólera y coraza son masculinos; y así como eran masculinos, perniciosa estaría mal ya que debería expresarse de forma masculina ''pernicioso''.
Razonamiento del sofista
La idea de sus razonamientos es ocultarlos a través de diversas técnicas que oscurecen lo que realmente piensan.
Los sofistas al plantear sus razonamientos deben ser rápidos porque no desean que lo que se diga esté claro; el interlocutor debe estar lo más confuso posible. Así lo vimos en el diálogo de Platón llamado Protágoras, donde Sócrates alegaba la rapidez con la que hablaba el sofista.
Por otra parte, cuando el adversario quiere saber el verdadero pensamiento del sofista, éste ultimo recurrirá a la cólera para que el adversario se asuste y no quiera seguir con la discusión.
Si se quiere extraer la opinión verdadera del sofista, es necesario recurrir a la negación y la indiferencia(6). De ahí, el sofista estará más accesible a revelar su pensamiento.
La homonimia y la anfibología deben evitarse desde el principio de la discusión. Es decir, debe hacerse una división de los significados antes de aceptarlos. Por ejemplo, se puede decir que Corisco es y no es músico, solo porque otro Corisco no lo es. Para solucionar esto, se debe hacer la distinción (o división) de que al otro Corisco que uno se refiere es otra persona.
En otro caso de anfibología, si se está hablando de que el que calla habla, entonces se tendrá que aceptar eso en parte, pero que en otra parte no. Así se hace la división y la tesis queda refutada.
En cuanto a las disensión que se hace el vulgo de las interrogantes cotidianas como: ¿Es el alma mortal o inmortal? La forma de resarcirse de estas preguntas es cambiar la discusión de dirección. Parecerá que se escapa de la interrogante, pero también se debe pensar ¿qué solución hay para esto? la verdad es que no la hay porque existe mucha oscuridad frente a este tema; por lo tanto, no será raro ni irregular cambiar el tema.
Para que un silogismo sofístico sea refutado se debe atacar principalmente a las proposiciones. Lo que hace que una conclusión sea verdadera (en apariencia) o falsa, son sus proposiciones.
Los sofistas al plantear sus razonamientos deben ser rápidos porque no desean que lo que se diga esté claro; el interlocutor debe estar lo más confuso posible. Así lo vimos en el diálogo de Platón llamado Protágoras, donde Sócrates alegaba la rapidez con la que hablaba el sofista.
Por otra parte, cuando el adversario quiere saber el verdadero pensamiento del sofista, éste ultimo recurrirá a la cólera para que el adversario se asuste y no quiera seguir con la discusión.
Si se quiere extraer la opinión verdadera del sofista, es necesario recurrir a la negación y la indiferencia(6). De ahí, el sofista estará más accesible a revelar su pensamiento.
SECCIÓN SEGUNDA: SOLUCIÓN DE PARALOGISMOS
Utilidad del silogismo
Si bien hemos hablado de lo falsos que son los paralogismos, es necesario también que se diga para qué son útiles.
Una de las razones de su utilidad es que se pueden conocer los diversos sentidos que tiene una palabra, y cómo establecer su sentido original. En segundo lugar, también sirve para investigar cómo se es engañado a través de las palabras. Por último, sirve para mantener una apariencia de sabiduría frente a los menos doctos.
Solución para falacias que dependen del lenguaje
Solución para homonimia y anfibología
La idea de refutar a los sofistas, no es tratando de hablar de cosas verdaderas, sino que hablando igual que ellos; de cosas aparentes. ¿Por qué? porque de esta manera será mucho más fácil mostrarles que hablan de cosas aparentes y no verdaderas.
La homonimia y la anfibología deben evitarse desde el principio de la discusión. Es decir, debe hacerse una división de los significados antes de aceptarlos. Por ejemplo, se puede decir que Corisco es y no es músico, solo porque otro Corisco no lo es. Para solucionar esto, se debe hacer la distinción (o división) de que al otro Corisco que uno se refiere es otra persona.
En otro caso de anfibología, si se está hablando de que el que calla habla, entonces se tendrá que aceptar eso en parte, pero que en otra parte no. Así se hace la división y la tesis queda refutada.
En cuanto a las disensión que se hace el vulgo de las interrogantes cotidianas como: ¿Es el alma mortal o inmortal? La forma de resarcirse de estas preguntas es cambiar la discusión de dirección. Parecerá que se escapa de la interrogante, pero también se debe pensar ¿qué solución hay para esto? la verdad es que no la hay porque existe mucha oscuridad frente a este tema; por lo tanto, no será raro ni irregular cambiar el tema.
Para que un silogismo sofístico sea refutado se debe atacar principalmente a las proposiciones. Lo que hace que una conclusión sea verdadera (en apariencia) o falsa, son sus proposiciones.
Solución de paralogismos por división
Recordemos lo dicho por Eutidemo con respecto a la visión. En dicha discusión, Eutidemo pregunta a Ctésipo si un hombre ve lo que ve o ve lo que no ve. Ctésipo responde que ven lo que ven, pero si tal hombre ve un traje, entonces el traje ''ve'' porque es susceptible de vista.
Otro ejemplo sencillo es decir que el aprendizaje de las cosas es bueno. Si se dice esto, perfectamente se puede decir entonces que el aprendizaje del mal es bueno, puesto que se dijo que el aprendizaje era bueno.
Para solucionar estos razonamiento sofísticos es preciso establecer más específicamente, qué cosas son tales cosas. Por ejemplo, en el primer caso de los hombres y los trajes, la solución sería decir que ese hombre con sus ojos ve un traje. Para la solución del segundo bastará con establecer que el mal es mal (y no es bien) y es aprendizaje a la vez por lo tanto, el mal es un mal aprendizaje.
Solución a la prosodia
La solución de la prosodia variará en cada lenguaje, ya que cada idioma tiene su particularidad en los acentos. Por ejemplo, si se quiere indicar que se tomó o se toma vino, bastará con indicar el acento en el lugar correspondiente.
Solución a la sintaxis
Aquí se presenta un error parecido al de la homonimia. ¿Es lo mismo decir: corté que he cortado? Naturalmente no son lo mismo, pero la gente suele confundirse y admitir que son iguales. ''Cortar'' quiere decir que se debe hacer en el futuro (debo cortar el césped) y haber cortado tiene connotación de futuro (debí haber cortado el pasto).
Luego, Aristóteles comienza a señalar una serie de interrogantes que expresan falta de sintaxis:
- ¿Pisa alguno con sus pies lo que anda? Lo que verdaderamente se quiere decir es la duración y no sobre lo que anda.
- Él bebe una copa. Lo que se quiere decir es que el bebe algo en una copa y no la copa en sí misma.
Mención a la teoría del tercer hombre
Continuando con los errores de sintaxis, Aristóteles que se comete un error cuando se dice que la palabra hombre y la idea de hombre estén separadas la una de la otra. Por ejemplo, ¿Qué diferencia hay entre Corisco y Corisco músico? La diferencia es que el último es el mismo hombre con un accidente de cualidad. La idea de hombre no puede estar separada del hombre mismo, puesto que sería ridículo que lo que es el hombre, esté separado del mismo(7).
Solución para falacias que no dependen del lenguaje
Solución a los accidentes
Para resolver esta falacia es necesario separar lo que es esencial de lo accidental, o confundir la esencia con el accidente.
Un ejemplo es cuando se dice que se conoce y no se conoce a una persona. ''Conozco a Corisco pero no sabía que era músico''; se puede decir inmediatamente que se conoce y no se conoce a Corisco. La solución a esto es separar las relaciones, es decir, conozco quién es Corisco, pero no lo conozco en cuanto a su profesión de músico (Accidente de cualidad).
Solución a los relativos y absolutos
Para ver la solución de los relativos y absolutos, hay que ver la conclusión de aquellos y la contradicción que pueden tener. Una falacia en cuanto al accidente sería plantear lo siguiente:
- ¿El no-ser puede ser?
Solución: El no-ser es ciertamente algo, por lo tanto puede ser.
Es por eso que se necesita establecer bien lo que son las cualidades y lo que es absoluto.
Solución a la ignorancia a la refutación
Si queremos resolver la ignorancia a la refutación es necesario dar una contradicción a una conclusión bajo una misma relación, desde el mismo punto de vista, en igual forma y al mismo tiempo. Por supuesto, no debe concederse que sea imposible que una cosa sea doble y no doble al mismo tiempo.
Requerimiento de petición de principio (Solución a argumentos que tienen principio oculto)
La única forma de solucionar este problema, es reclamar el principio que quizás permanece oculto en el razonamiento de quien esté hablando.
Solución a la ignorancia a la consecuencia
La forma de solucionar la consecuencia falsa es investigar la verdadera causa de lo que aconteció. Si se dice que llovió porque estaba mojado, es preciso investigar bien si esa es la causa porque puede que alguien haya mojado tal cosa.
Solución a la causa falsa
La explicación de esta falacia tiene un parecido con un círculo vicioso: Por ejemplo, decir Él es honesto porque dice la verdad; y luego decir que él dice la verdad porque es honesto. En este caso bastará buscar la verdadera causa particular para solucionar la falacia.
Solución a las muchas preguntas
Para solucionar esta falacia bastará responder una sola de las preguntas que se hicieron, o separar la pregunta que contiene dos preguntas en una, en dos preguntas independientes la una de la otra.
SECCIÓN TERCERA: GENERALIDADES SOBRE EL RAZONAMIENTO
Finalmente, Aristóteles termina diciendo los propósitos de construir y destruir las proposiciones sofísticas. La idea como vimos en un comienzo era partir con proposiciones verdaderas y probables (a la manera dialéctica) para ensayar las discusiones que se podrían tener con posibles adversarios.
La crítica de Aristóteles a todos los planteamientos sofístico, es que estos se basan solo en describir cosas y no en solucionarlas, o en mostrar el medio por cuales las cosas se forman.
En este caso, los sofistas han ignorado las siguientes cosas:
- La especificidad de los argumentos.
- Los medios por los cuales se forman los argumentos.
- La causa de las cosas que exponen.
Aristóteles termina admitiendo los vacíos que se encuentran en su obra, pero al mismo tiempo la contribución que tiene al análisis del pensamiento.
Conclusión
Con este último libro terminamos los tratados de lógica, más conocido como Órganon. Es interesante notar que, a pesar de que fue totalmente contrario con su maestro Platón, se basó en muchas de sus ideas para explicar la lógica del pensamiento humano. Claro, las obras platónicas sirvieron como crítica constructiva a las ideas de su maestro. Por otro lado, este tratado guarda una de las contribuciones más grandes a la historia del pensamiento como lo son las falacias. Debo dejar sentada aquí mi admiración por uno de los pensadores y filósofos más grandes de la humanidad. Sin duda, éste es un tratado imprescindible no sólo para entender el pensamiento aristotélico, sino que para entender el razonamiento lógico en general.