viernes, 24 de septiembre de 2021

Santo Tomás de Aquino - Suma Teológica (Primera parte de la segunda parte. De los efectos de la ley (Cuestión 92)) (1265 - 1273)

 


En esta Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino hemos visto las distintas formas en que se entiende la ley. Sin embargo, no hemos visto los efectos que produce la ley en el hombre. ¿Será que la ley hace que el hombre sea bueno o malo? De alguna forma podríamos afirmar que sí, pero también existen ciertas opiniones que contrarían esta posición. Por lo tanto, Santo Tomás de Aquino se propone analizar este tema y estudiarlo, aunque de manera muy breve. Veamos lo que nos prepara el aquinate con respecto a la ley. 

SUMMA TEOLÓGICA

De los efectos de la ley

Artículo 1: La ley ¿tiene como efecto hacer buenos a los hombres?

Al parecer no...

1 Lo que realmente hace buenos a los hombres es la virtud y la virtud nos viene de Dios.

2 La ley solo aprovecha al hombre si la cumple, pero cumplir la ley es efecto de la bondad, es decir, de una virtud y no de la ley en sí misma. 

3 La ley se ordena al bien común, y en efecto, hay quienes se portan bien con respecto al bien común, pero no en cuanto a los propios asuntos. 

4 Algunas leyes son tiránicas y el tirano no busca el bien de los súbditos, sino que más bien el propio provecho. 

Contra lo anterior

Dice Aristóteles en su Ética a Nicómaco: ''El propósito de todo legislador es hacer buenos a los ciudadanos''.

Respuesta

La ley no es otra cosa que el dictamen de la razón que hay en el que preside y con el que gobierna a sus súbditos. La ley conduce a los súbditos a obedecer la propia virtud porque el sentido de la ley es hacer bueno a sus ciudadanos, ya sea en términos absolutos o relativos. Esto siempre dependerá del legislador, es decir, cuando él quiere un bien para los súbditos entonces se entenderá en términos absolutos, y a contrario sensu, se entenderá en términos relativos cuando beneficie solamente al legislador. Se entiende que en términos relativos ambos tengan virtud, porque de alguna forma, el súbdito debe obedecer de todas maneras. 

Contra las objeciones

1 Existen dos clases de virtud: la adquirida y la infusa. Ambas son aprovechadas por la costumbre, ya que la costumbre sería causa de la adquirida, mientras que en el caso de la infusa la costumbre la sostiene. En este sentido, la ley contribuye a que esta costumbre se mantenga.

2 La ley no solo efecto de la bondad sino que también por el miedo de ser castigado, o por el mero dictamen de la razón.

3 Es imposible alcanzar el bien común si los ciudadanos no son virtuosos. Por lo tanto, la bondad de las partes siempre hay que apreciarlas con respecto al todo. Es imposible que el hombre sea bueno si no vive en consonancia con el Bien Común. 

4 Como la tiranía no conviene con la razón, entonces conviene con una desviación de la ley. 


Artículo 2: ¿Es acertada la clasificación de los actos de la ley?

Al parecer no...

Clasificación de la ley: imperar, prohibir, permitir y castigar


De acuerdo con Ulpiano, toda ley es un precepto general, pero imperar es lo mismo que preceptuar,

La ley tiene el efecto de inducir a los súbditos al bien. Pero los consejos (inducir a los súbditos) conducen a un bien mayor que los preceptos. Por lo tanto, es más propio de la ley aconsejar que mandar. 

3 El hombre es inducido al bien no solo por el castigo, sino que también por el premio. En conclusión, si se pone ''castigar'' también debería ponerse ''premiar''.

4 La intención del legislador es hacer buenos a los hombres. Más el hombre que solo obedece la ley por castigo no es bueno. Lo respalda San Agustín: ''por temor servil, que es el miedo al castigo, nada se hace bien aunque se haga algo bueno''

Contra lo anterior

San Isidoro de Sevilla afirma: Toda ley, o permite algo, por ejemplo, que el varón valeroso reclame una recompensa; o prohíbe algo, por ejemplo, pedir en matrimonio a una virgen consagrada; o castiga, por ejemplo, condenando a muerte al asesino.

Respuesta

La ley es una ordenación o dictamen de forma preceptiva. Los preceptos de la ley versan sobre los actos humanos, de los cuales la ley es guía. 

Hay tres categorías de actos humanos: 

  1. Buenos por naturaleza: la ley manda a cumplirlos
  2. Malos por naturaleza: la ley los prohíbe
  3. Indiferentes: los permite

En estos últimos actos, la ley establece que se pueden permitir y son aquellos que no son ni muy buenos ni muy malos. Y finalmente, tenemos aquellos actos que son malos y se les castiga. La ley induce a que se les obedezca y de lo contrario se castiga.

Contra las objeciones

1 Cesar el mal es ciertamente un bien, por eso la prohibición es un precepto, pero esto solamente tomando la palabra en sentido amplio o general. 

2 El aconsejar no es un acto propio de la ley, sino que también puede hacerlo una persona particular y a este no compete las leyes.

3 Premiar también puede hacerlo cualquier persona, mientras que castigar pertenece al legislador. 

4 La costumbre hace que el hombre, finalmente, realice voluntariamente las acciones que lo conducen al bien. 

Conclusión

Teniendo la ley como esta ordenación a realizar las virtudes conforma a la razón, Santo Tomás de Aquino nos anima a considerar a la ley como complemento de la realización del bien. En efecto, estos cuatro elementos de la ley, imperar, castigar, mandar y prohibir serían aquellos que nos conducen a conocer lo que se debe hacer y lo que se prohíbe. A partir de esto, nuestras acciones se irán mejorando con la costumbre de obedecer estas. 

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