miércoles, 15 de septiembre de 2021

Nicolás Copérnico - Sobre las revoluciones (Libro I)


Esta es la obra de Nicolás Copérnico que revolucionó el mundo tal como lo conocemos. Siglos han pasado desde que el sistema ptolmeaico había dominado los saberes astronómicos, pero todo eso pararía con las primeras páginas de este libro. Si bien hay consideraciones adoptadas desde el antiguo sistema, la verdad es que con Copérnico observaremos novedades que van desde la estética hasta los argumentos matemáticos más fuertes. Veamos entonces sin demora ''Sobre las Revoluciones''. 

Referencias:

(1) Copérnico sostenía que todos los cuerpos celestes son centros de atracción de la materia

(2) El nombre que Marco Polo le dio a China

(3) Siguiendo una lógica aristotélica

(4) El concepto de gravedad de Copérnico no es el mismo que Aristóteles ni el mismo que el de Newton. Este concepto de gravedad es a partir de los propios planetas y no de una atracción universal.


SOBRE LAS REVOLUCIONES


LIBRO I

Capítulo I: El mundo es esférico

Copérnico opta por la tradición de asumir que el mundo es esférico basado en las observaciones tanto de Ptolomeo como de Aristóteles, aunque también deberíamos unir a Pitágoras entre los que consideraban que el universo tenía la forma de un círculo, pues esta es la forma de la perfección. Los astros tienen un giro circular porque el movimiento circular es el movimiento de los seres más perfectos. Esto porque este tipo de movimiento es infinito, y entre todas las figuras es la única que lo tiene. 


Capítulo II: La tierra también es esférica

Complementando el capítulo anterior, la Tierra también sería esférica considerando que el universo también lo es. Esto es fácil de comprobar para Copñernico, explicando que caminando hacia el norte puede verse que el vértice de la revolución diurna va ascendiendo poco a poco mientras que el otro va descendiendo. Es por eso que tanto las constelaciones como las estrellas se ven en distintas posiciones dependiendo del lugar en que nos encontremos.

Los habitantes de oriente y occidente ven tipos de eclipses que uno ve y el otro no; los orientales, no ven los eclipses del Sol y de la Luna; y los occidentales, ven los eclipses medios más pronto que los anteriores. 

Por último, un argumento de observación es que cuando se ve un barco al horizonte pareciera ser que se va ''hundiendo'', pero la verdad es que el barco sigue estando sobre el agua.


Capítulo III: De cómo la tierra con el agua forman un globo

El agua llena los abismos más profundos que tiene la Tierra. Convenía por tanto que hubiese menos agua que tierra, para que la primera no absorbiera la segunda, ya que ambas se dirigen por gravedad al núcleo de la Tierra(1). Además, el fenómeno de que hubiese más tierra ayudaría a que se formaran islas y pudieran existir y sobrevivir los seres vivos. 

De acuerdo a los peripatéticos, el agua es diez veces más grande que la tierra porque la transmutación del agua puede ocurrir con múltiples elementos; por ejemplo, los estados en que puede pasar de líquido, gaseoso y sólido. Sin embargo, Copérnico nos dice que esto no es cierto, que el agua no es ni siete veces más grande que la tierra. La tierra es más que el agua y si no lo fuera, esto sería a causa de que abandonara su centro de gravedad lo cual no es posible. 

Por lo demás, si bien los mapas de Ptolomeo abarcaban solo un espectro de lo que era el mundo conocido, en los tiempos de Copérnico se había descubierto America y Catay(2) territorios de los cuales aún no se ha explorado su totalidad. 

En consecuencia, Copérnico nos dice que el agua y la tierra conjuntamente se apoyan en el centro de gravedad de la Tierra, y que éste no es más que la propia tierra que está llenada en sus surcos con aguas. A pesar de tener agua, la Tierra tiene necesariamente una figura circular que es comprobada cuando su sombra se proyecta en la Luna formando un círculo perfecto. Por lo tanto, a contrario sensu de los filósofos que pensaban que la tierra era plana, Copérnico nos dice que todos ellos estuvieron equivocados. 

Capítulo IV: El movimiento de los cuerpos celestes es regular y circular, perpetuo o compuesto por movimientos circulares

Queda en evidencia entonces que el movimiento de los cuerpos celestes es circular porque siguen esa forma perfecta. Sin embargo, Copérnico nos dice que el movimiento de los planetas no es perfectamente circular, al contrario, tiene unas irregularidades explicadas por las múltiples órbitas que tienen. Copérnico, en esta explicación, nos trata de enseñar por medio de los movimientos mecánicos y matemáticos (propios del sistema ptolemaico) que las órbitas hacen que no sea un movimiento totalmente circular. 

El movimiento circular más conocido de todos es la revolución diaria, que los griego llamaban νυχθήμερον (nujdsémeron) que significa ''una noche y un día''. Después tenemos otros movimientos que sería los del Sol, que nos proporciona el año, la Luna que nos proporciona los meses, mientras que los otros planetas tienen sus propios ciclos. Pareciera ser que el Sol siempre tiene un mismo movimiento, mientras que los planetas algunas veces parecen ir al sur o al norte. 

Unos cuerpos están más cerca de la tierra que otros, a estos que están más cerca cuando se van moviendo dentro de la órbita se llaman perigeos, mientras que el punto que está más lejano se llama apogeo. 


Su movimiento en sí es circular y se renueva constantemente, pues el círculo es la única figura que tiene esta característica de recorrer lo recorrido. 

Sin embargo, vemos que el Sol con su movimiento compuesto de círculos nos trae el día y la noche y las demás estaciones del año, lo que implicaría múltiples movimientos cosa que en verdad repugna a la mente porque no puede ser que un movimiento de un astro celeste se mueva irregularmente en una órbita(3)

Por esto, Copérnico nos dice que es posible que este movimiento, que en verdad es regular, se crea que es irregular, es decir, algo que no es propio de un planeta. Por esta razón, si bien es un movimiento circular el que presentan los planetas, ciertamente no es uno solo sino varios con características circulares.


Capítulo V: Acerca de si el movimiento de la Tierra es circular y su posición


Copérnico nos relata lo importante que ha sido para la tradición que la Tierra sea el centro de universo, considerando que cualquiera que diga lo contrario estaría asentando un ridículo. Sin embargo, el observador que está en la Tierra solo puede aseverar lo que ve desde el exterior de esta, y así concluir que la Tierra está inmóvil. Hay un movimiento circular que parece arrastrar todo con él, y así se mueven todos los planetas y estrellas que parecen ''rodear'' a la Tierra. 

Sin embargo, en una primera visión, los astros errantes nos aparecen más lejanos o más distantes de la Tierra lo cual no coincidiría con que la Tierra fuera el centro del universo. Esto porque en ese caso, la Tierra no sería el centro de aquellos círculos por los que los planetas giran. Es más, la posición de que la Tierra girase ya se había declarado por Filolao el piragótico, quien incluso decía que la Tierra era una más entre los astros. 

Geométricamente, los antiguos decían que por lógica, el centro del universo que es la Tierra no podría moverse porque lo que está en el centro de un círculo es inamovible, en cambio, lo que está afuera se mueve más lentamente, y cuando ya está a una gran distancia se mueve rápidamente. 

Capítulo VI: De la inmensidad del cielo con respecto a la magnitud de la Tierra

La inmensidad del cielo con respecto a la Tierra se entiende por los puntos horizontales que tiene. 

Los círculos limitantes cortan en dos toda la esfera:



Utilizando algunos instrumentos (dioptra, horoscopio o corobate) vemos que en el punto C está el principio de Cáncer, y en el mismo momento aparece Capricornio en el punto A. En consecuencia, los puntos AEC representan el diámetro de la eclíptica, y esto se sabe porque los seis signos del Zodíaco representan un semicírculo (los otros seis el círculo completo). 


Luego, tenemos el caso contrario:




Cuando tengamos el avance Cáncer y Capricornio, tendremos que Capricornio está en B y Cáncer en D. En este caso, la línea BED será el diámetro de la eclíptica y por lo tanto el otro semicírculo que constará de los otros 6 signos del zodíaco. 

En una esfera, un circulo que corta a un círculo máximo también es un máximo. Uno de los círculos máximos es el horizonte y su centro, al parecer, es el mismo que el de la eclíptica. Por otro lado, Esto no demuestra en ningún sentido que la Tierra deba estar inmóvil. Por el contrario, es más concebible que un cuerpo pequeño de una vuelta en 24 hrs a que lo haga todo un gran mundo. Y aunque algunos dicen que el centro está inmóvil y que las cosas próximas al centro se mueven menos, esto no es prueba de que la Tierra no gire. 

De este modo, de acuerdo con Copérnico, la Cynosura (estrella polar) se mueve con mayor lentitud que Aquila que hace un círculo menor por la proximidad del polo. 

Esta la antigua concepción de que la Tierra se mueve en cuanto cuerpo existente, no en cuanto a centro (según la concepción de las esferas, el cuerpo central no se mueve; el movimiento aumenta a medida que nos alejamos del objeto central) en el mismo tiempo con respecto a arcos semejantes, aunque menores del circulo celeste. Pero todo esto es falso, pues implicaría que el mediodía y la medianoche quedarán fijos en un lugar.

Según Copérnico, a mayor órbita menos velocidad. Por ejemplo, Saturno completa su giro en 30 años, la Luna y la Tierra lo hace en un día y una noche (24 horas).

  • Saturno: 30 años
  • Luna: 1 mes
  • Tierra: 24 horas

Con todo, para Copérnico, la Tierra, si bien no está en el centro del universo, está mucho más cerca que las Estrellas Fijas. 

Capítulo VII: Por qué los antiguos pensaron que la tierra estaba inmóvil en medio del mundo como si fuera un centro

La razón más poderosa para pensar que la Tierra estaba inmóvil y en el centro, era que las cosas caían y se dirigían hacia la tierra. Las cosas son dirigidas al centro para luego quedarse inmóviles tal como el centro de un círculo. Por otro lado, Aristóteles afirmaba que el movimiento de los seres simples es simple. La tierra y el agua se dirigirá hacia abajo porque son los elementos más pesados, mientras que el fuego y el aire al ser más etéreos, se dirigirán hacia arriba. 

Por lo tanto, de acuerdo con las afirmaciones de Aristóteles, los elementos tienen movimientos rectos de arriba y abajo, mientras que los movimientos de los astros serían circulares. 

Sin embargo, Claudio Ptolomeo dice que si esto es así, entonces el movimiento que se produce en la revolución sería brutal y rápido, y todas las cosas se moverían y lanzarían en la superficie de la Tierra. Además, veríamos que las nubes siempre se moverían en una sola dirección que en este caso sería al ocaso. 

Capítulo VIII: Solución de dichas razones y su insuficiencia

Si alguien opinara que la tierra se mueve, ese movimiento sería natural (circular) y no violento (rectilíneo). Si el movimiento de la Tierra es circular, entonces dicho movimiento se aceleraría más y más, y sin embargo esto no ocurre. Lo mismo ocurriría con el cielo, el cual, además, como tendría un ciclo infinito de movimiento circular, en realidad no tendría ningún movimiento, pues el infinito no puede ser recorrido. 

Sabemos por los predecesores de Copérnico que las cosas caen porque se dirigen al centro de la Tierra, el cual sería su lugar natural. Este lugar natural (y por lo tanto movimiento natural) es equivalente al fuego que existe en las estrellas fijas; de hecho, Copérnico lo conocía como ''fuego terrenal'' que es aquel que atrae las cosas hacia el centro, a contrario sensu del fuego de las estrellas fijas que atrae el fuego producido en la superficie de la Tierra. 

Estos objetos que son atraídos por el fuego terrenal se mueven solamente o hacia arriba o hacia abajo. En cambio, la Tierra debería estar quieta en sí misma. Por cierto, para Aristóteles las figuras que están en reposo son mucho más perfectas que aquellas que no lo son, así tenemos el ejemplo del Primer Motor Inmóvil. 

Sin embargo, existen otros puntos en contrapuesta a la idea de Aristóteles. Los planetas no están girando concéntricamente alrededor de la Tierra, ya que por Ptolomeo se sabe que tienen epiciclos. Por otro lado, también se sabe que las estrellas se aproximan o se alejan de la Tierra, lo que pondría en duda que esta no se moviera con respecto a ella. También se debe considerar el movimiento en el aspecto metafísico, es decir, es más noble poner movimiento a la Tierra que al Universo mismo. El Universo, que es más noble, no debería tener movimiento, en cambio, la Tierra que está dentro de ella sí debería tenerlo por ser menos noble. A esto se añade también la relación entre continente y contenido que tiene la Tierra y el Universo. 

Por lo tanto, es más probable pensar que la Tierra sí se mueve y que el movimiento de los planetas se apoyan en su propio centro. Esto explicaría por qué vemos astros que a lo lejos se acercan y se alejan. 

Capítulo IX: La Tierra: movimientos varios y el centro del mundo

Como nadie impide que la tierra se mueva, entonces queda ver si tiene varios movimientos para considerarla un astro errante. Que no sea el centro del universo lo demuestra el movimiento irregular de los demás astros, y que hace a la teoría de movimiento concéntrico insostenible. Si existen varios centros, entonces todos podríamos dudar cuál verdaderamente es el centro del mundo.

Para Copérnico, la gravedad no es sino una cierta tendencia natural, propia de las partes por la divina providencia del hacedor del universo, para conferirles unidad e integridad, juntándose en forma de globo(4)

Si la tierra se moviera alrededor de un centro, entonces debería tener los mismos movimientos que tienen los demás astros errantes. Si esto es así, no habría problema en decir que el sol está inmóvil y la tierra gira alrededor de él, teniendo la misma apariencia como que si la tierra estuviera en el centro. Es decir, que el sol este inmóvil y la tierra girando alrededor de él, tendría los mismos efectos visuales. 

Capítulo X: Sobre el orden de las órbitas celestes

Copérnico repasa el orden de las órbitas celestes que sus antecesores pudieron notar. 

Estrellas fijas y el sol

Comencemos con los que hablaban de las estrellas fijas y el sol.

Platón: todas las estrellas, cuerpos obscuros por otra parte, brillan con la luz recibida del Sol; si estuviesen por debajo del Sol, por la poca distancia desde éste, serían vistos faltándoles la mitad o parte de su redondez.

Ptolomeocolocan por debajo del Sol a Venus y Mercurio, reivindican como razón la amplitud de espacio que aprecian entre el Sol y la Luna. Pues encontraron que la distancia máxima de la tierra a la Luna es de sesenta y cuatro y un sexto unidades, siendo una unidad la distancia desde el centro del radio de la tierra, tal medida está contenida dieciocho veces en el intervalo mínimo del Sol.

Por tanto, no reconocen que en estas estrellas haya una cierta opacidad similar a la de la Luna, sino que brillan con luz propia o impregnados todos sus cuerpos por el Sol y por ello no ponen impedimento al Sol, lo cual en la realidad es una idea rarísima el que ellos se interpongan a nuestra visión del Sol, pues ordinariamente se retiran por la latitud.

Machometus Aratensis: son cuerpos pequeños en comparación con el Sol, ya que Venus, aun siendo mayor que Mercurio, apenas puede cubrir la centésima parte del Sol.


Copérnico difiere sobre todo con la visión ptolemaica de que Venus y Mercurio estén por debajo del sol. Todo lo contrario, lo rodean. 

Copérnico está mucho más de acuerdo con Capella quien decía que Venus y Mercurio giraban alrededor del Sol. No rodean a la tierra como sí lo hacen los demás. Hay astros que efectivamente giran alrededor de la Tierra como sería la Luna, pero no sería el caso de los demás. 

El modelo de Copérnico sería el siguiente:



En palabras de Copérnico y señalando a un observador agudo, aparece mayor la progresión y la retrogradación en Júpiter que en Saturno y menor que en Marte, y a la vez mayor en Venus que en Mercurio; y por qué tal flujo y reflujo aparece más frecuentemente en Saturno que en Júpiter y más raramente en Marte y en Venus que en Mercurio; además, por qué Saturno, Júpiter y Marte acrónicos están más cerca de la tierra que en las proximidades de su ocultación y aparición. Pero sobre todo Marte, cuando dura toda la noche [en oposición al Sol], parece igualar en magnitud a Júpiter (distinguible sólo por su color rojizo), sin embargo, en otro sitio se le encuentra con dificultad entre las estrellas de segunda magnitud, buscándole con una observación cuidadosa por medio de sextantes. Todo ello procede de la misma causa: el movimiento de la tierra.


Capítulo XI: Demostración del triple movimiento de la tierra

Tres son los movimientos de la tierra:

  1. Circuito del día y de la noche (νυχθήμερον)
  2. El segundo es el movimiento anual del centro, el cual describe el círculo de los signos alrededor de Sol, de modo semejante del ocaso al orto, esto es del oeste al este avanzando entre Venus y Marte con los cuerpos que le acompañan.
  3. El de declinación, también una revolución anual, pero hacia el oeste, esto es retrocediendo al contrario del movimiento del centro.
Para comprobar estos movimientos Copérnico recurre a las siguientes figuras:

1 Circuito de día y noche (νυχθήμερον)

Se considera que el mundo es llevado en la dirección opuesta al movimiento terrestre, describiendo el circulo equinoccial.




2 Movimiento anual del centro

Es necesario que el circulo equinoccial y el eje de la Tierra tengan una inclinación variable respecto a la eclíptica y al plano de la eclíptica.

Pues si permanecieran fijos los dias serían iguales a las noches o habría solo solsticio de verano o de invierto o solo equinoccio de otoño o de primavera.

3 Declinación (movimiento anula hacia el oeste)

El eje de la Tierra y el ecuador "miran" casi a la misma parte del mundo, y las estrellas parecen inmóviles.

El Sol parece moverse por la oblicuidad de la eclíptica, con el mismo movimiento que el centro de la Tierra y no pareciera que el sol fuera el centro de mundo.



FGHI  este circulo corresponde al ecuador terrestre.

En G(A,B,C,D) se produce la intersección de la eclíptica y el ecuador.

F: limite de declinación máxima austral

H: limite de declinación máxima boreal



Cuando F gira hacia el sol I E) , y la inclinación del círculo equinoccial es boreal seguir 4 IAE, entonces el movimiento alrededor del eje describirá el paralelo austral al ecuador , según el diámetro KL y la distancia Li, que aparecerá con respecto al sol como el trópico de Capricornio.

Este movimiento del eje de la Tierra  produce una superficie cónica.



Estos dos movimientos que se oponen entre sí (movimiento de inclinación y del centro terrestre). Obligan al eje de la Tierra a permanecer en el mismo balanceo y en posición similar, y les dan a todos los movimientos de apariencia del movimiento solar.


La diferencia entre los movimientos anualesdel centro y de declinación son pequeñas, por tanto solo se manifiesta su efecto en un tiempo mayor.


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