jueves, 25 de marzo de 2021

Nicolás Maquiavelo - El Príncipe (capítulos XVII - XXVI) (1513)



Vamos acercándonos al final del libro ''El Príncipe'' y con ello también exploramos las más oscuras características del mismo. Ya no hay cabida ara las virtudes de antaño que comprometían al príncipe a llevar una vida correcta y siguiendo los preceptos de Dios, ahora, siendo todo lo contrario, el príncipe debe velar solamente por sus propios intereses y actuar en consecuencia con los medios adecuados; medios que le permitan alcanzar sus fines que su vez redundan en la Razón de Estado. Veamos la última parte de esta obra de Nicolás Maquiavelo. 

Referencias:

(1) De ninguna manera hay que confundirlo con el parlamento que se formó en 1789 con la Revolución francesa; al contrario, el Parlamento de París nació el siglo XIII el cual sesionaba dentro del Palacio Real. En realidad, este parlamento era una corte de justicia provincial que trataba solo algunos asuntos políticos. 

EL PRÍNCIPE


CapítuloXVII: Crueldad o clemencia; ser amado o ser temido


Clemencia o crueldad

Ante todo, Maquiavelo nos dice que el príncipe debe ser cruel más que clemente, aunque también debe hacer buen uso de esa clemencia. Todo consiste en darle buen uso a la clemencia, pero también a la crueldad; por ejemplo, César Borgia fue considerado cruel, pero esa crueldad le permitió reordenar Romaña para luego mantenerla en paz. De hecho, esta última actuación pareció más clemente que cruel lo que también hizo que los ciudadanos aprobaran la destrucción de Pistoia. 

La crueldad se debe llevar con mesura y los ciudadanos lo agradecerán, porque otra cosa sería tener un príncipe extremadamente clemente que deje proseguir los desordenes y finalmente destruya un país. 

Ser amado o ser temido

Es más seguro ser temido que ser amado. Para Maquiavelo los hombres en general tienen las siguientes características:

  1. Volubles
  2. Falsos 
  3. Cobardes
  4. Codiciosos

Si los tratas bien te ofrecen su sangre, sus bienes, su vida y sus hijos, pero cuando tú los necesites te darán la espalda. Peor aún si aquellas lealtades se tienen por un precio porque, bien se pueden comprar pero no se tienen. 

Por lo tanto, es mejor que el príncipe se haga temido y de este modo, aunque no sea amado, será capaz de rehuir el odio. En ese mismo caso, el príncipe también debe ejecutar a alguien pero solo si es absolutamente necesario. Lo mismo pasa cuando el príncipe por alguna razón se apodera de los bienes ajenos de sus víctimas. La idea es no hacerlo a menos que exista una gran justificación para ello. 

La fama de cruel también ayudará para tener un ejército que le sea fiel. Un ejemplo inequívoco de ello fue Aníbal, quien infundía su temor a todas las tropas que además eran de distintas razas. Otro ejemplo pero que fue todo lo contrario fue el de Escipión, quien consiguió que sus tropas se le rebelaran debido a su excesiva clemencia. 

En consecuencia, el príncipe tiene como objetivo ser temido, pero a la vez debe evitar el ser odiado. 

Capítulo XVIII: La palabra del príncipe

No cabe ninguna duda de que el príncipe debe ser una persona que mantenga su palabra. Sin embargo, para Maquiavelo la experiencia habla por sí sola. Han sido mucho más grandes aquellos príncipes que no mantienen sus promesas, dejando atrás las lealtades y así con astucia han logrado grandes empresas. 

En este contexto existen dos modalidades de combate:

  • Leyes: propia del hombre
  • Fuerza: propia de las bestias

Sin embargo, cuando la primera no es suficiente será bueno atender a la segunda. Por lo tanto, el príncipe debe saber el manejo de ambas modalidades, pues la una sin la otra siempre son insuficientes. 

Metáfora del león y el zorro

Combinando fuerza y astucia, Maquiavelo intenta hacer una metáfora entre el león y el zorro. Por supuesto, el león tiene cualidades que el zorro no tiene y viceversa; en consecuencia, sus habilidades se complementan perfectamente y el príncipe debe seguirlas. Por ejemplo, el león no puede sortear las trampas que le ponen, y el zorro no puede amedrentar a los lobos. Por esta razón se necesitan mutuamente. En sus mismas palabras:

''Necesita ser zorra para reconocer trampas y león para amedrentar a los lobos''

Por esta razón es que el hombre que es solamente león no puede pensar en muchas cosas, necesita tener la habilidad del zorro para guiarse. 

Si el hombre hace promesas poniéndose en solo una de las posturas, entonces fracasará. Por eso, el príncipe no debe hacer promesas sabiendo como es el hombre. Maquiavelo nos recuerda nuevamente que el hombre es malo por naturaleza. Por lo tanto, no puede esperar que el pacto realizado sea cumplido por la otra parte. Si todos los hombres son malos, entonces la promesa, de no convenir tampoco al príncipe, puede ser rota sin ningún problema. 

Esto está demostrado por la experiencia de los gobernadores en la historia. Todas las promesas se incumplen al fin y al cabo; en consecuencia, las promesas son inútiles. El único hombre que ganaría en un pacto como este sería el que actúa de zorro, pues el zorro conoce la naturaleza humana y sabe que la promesa puede incumplirse. 

Cuando llega la hora de hacer una promesa, el príncipe debe dar toda la apariencia de que la cumplirá. Es preciso que el príncipe observe con cuanta crueldad los gobernadores se han deshecho de sus enemigos de esta forma. Las apariencias en ese sentido son muy importantes, pues después de parecer bueno y benevolente frente a otros, la vez que toque ser malvado lo tomará por sorpresa. En palabras del mismo Maquiavelo:

''Todos ven lo que pareces, pero pocos tocan lo que eres''

El príncipe de nuestros días debe predicar la paz y lealtad, pero por dentro debe ser enemigo de la una y de la otra. 

Capítulo XIX: El príncipe debe evitar el odio y el desprecio

El príncipe debe siempre evitar el odio y el desprecio. Para esto siempre deberá abstenerse de ser rapaz con los bienes ajenos. En consecuencia, el príncipe debe salvaguardarse de los siguientes estados:

  1. Voluble
  2. Pusilánime
  3. Inseguro
  4. Frívolo

Al contrario, el príncipe siempre deberá arreglárselas para que todas sus acciones parezcan:

  1. Nobles
  2. Valientes
  3. Graves
  4. Fuertes

Entre los pleitos privados, su sentencia tiene que ser irrevocable, y mantener su compostura a fin de que nadie piense en engañarlo o embaucarlo. 

Mientras mantenga estas apariencias, el príncipe podrá estar seguro de sí mismo porque hay dos cosas que el príncipe debe tener especial cuidado:

  1. Ataque de los súbditos
  2. Ataque de los extranjeros

Es claro que a los extranjeros los combatirá por medio de las armas, pero en cuanto a los súbditos el príncipe siempre deberá mostrarse una persona temerosa pero a la vez bondadosa. Esto evitará que el pueblo se le rebele y también evitara que sus más cercanos conspiren contra él. Por lo demás, Maquiavelo nos dice que la conjura no es algo muy efectivo. 

Un ejemplo. Micer Aníbal Bentivoglio fue asesinado por una conjura de los Canneschi, con el objetivo de dejar de único heredero a micer Giovanni quien era un bebe en ese entonces. Acto seguido, todo el pueblo se rebeló y los Canneschi terminaron asesinados, todos. Maquiavelo nos dice que esto se debía al gran afecto que el pueblo tenía a Bentivoglio. 

En opinión de Maquiavelo, uno de los reinos más ordenados era el de Francia. En efecto, existen buenas instituciones que protegían al rey dándole seguridad y libertad. Esta institución era un contrapeso contra los más poderosos porque además era muy conocido el odio que se tenían en contra de los nobles. Esta institución se llama Parlamento o corte provincial(1). El parlamento o corte provincial actuaba como un tercer juez que castigaba a los nobles y favorecía a los pequeños, sin que el rey tuviera alguna responsabilidad en ello. 

Este sistema es perfecto para el príncipe, pues el mismo Maquiavelo nos dice que el príncipe necesita de alguien que haga el trabajo sucio por él. En este caso, castigar a los nobles y favorecer al pueblo. Claro, siempre se tiene que ver bien visto por el pueblo. 

Sin embargo, la evidencia del Imperio Romano puede poner en peligro esta teoría de Maquiavelo. Es por esto que el filósofo se propone explicar porque en el Imperio Romano fue tan difícil aplicar estas medidas. En primer lugar, esto fue porque el emperador no solo tenía que verse bien frente al pueblo sino que también frente a los soldados, lo que le significaba una doble tarea. Los soldados del imperio eran hombres muy ambiciosos y que constituían básicamente un segundo poder. 

Marco, Pertinax y Alejandro

Marco Aurelio fue colmado de honores siempre y fue recordado como un gran emperador. Mantuvo a los soldados y al pueblo siempre en equilibrio. Sin embargo, fue el único que murió sin tener problemas.

Pertinax se granjeó su caída cuando se enfrentó al ejército tratando de reducirlos. Se hundió recién iniciado su gobierno por el solo hecho de desequilibrar la balanza. 

Si bien Alejandro fue un hombre magnánimo y no condenó a nadie sin previo juicio, se le consideraba afeminado y un hombre que se dejaba gobernar por su madre. Finalmente conspiraron contra él. 

Comodo, Severo y Maximino

Severo se hizo del poder de la forma correcta. Para vengar a Pertinax se dio a sí mismo una imagen de hombre benefactor que haría todo lo posible por vengar al injustamente asesinado. De este modo, Severo no mostró ninguna intención de adquirir el trono, cosa que pasó de todas formas luego de vengar a Pertinax y tomar el territorio. 

Comodo fue un emperador enteramente despreciable tanto por el pueblo como por los soldados. Si bien les dio rienda suelta a sus propios servidores, estos finalmente terminaron odiando su personalidad así como también lo hizo el pueblo consecuentemente. 

Maximino también fue despreciado por sus soldados justamente por su extrema humildad. 

Pero ¿por qué ocurría esto en el Imperio Romano y no ocurre en Italia en los tiempos de Maquiavelo? el filósofo nos dice que es porque ningún ejército de Italia está arraigado a los gobiernos y a la administración provinciales, como sí la tenían en los tiempos del Imperio Romano. Por otro lado, en Italia el pueblo es más numeroso que los soldados; por lo tanto, se estará al pueblo antes que a los últimos. 

Capítulo XX: Si la utilidad de las fortalezas entre otras cosas son útiles o no al príncipe

Cuando un príncipe ve desarmados a sus nuevos súbditos debe armarlos él mismo, para así ganarse el favor de ellos. En cambio, aquellos príncipes que ven a sus súbditos poco armados y terminan por quitarles las armas, terminan rebelándose contra el nuevo régimen. 

Si es que el príncipe observa un Estado beligerante, luego de conquistarlo debe desarmarlo excepto a aquellos que le ayudaron a combatir dicho Estado. De hecho, de este modo se ganará la confianza de quienes fueran sus enemigos. 

Un de las tácticas que ocupan los príncipes es armar al Estado de fortalezas. Aunque pudiera parecer en un inicio una buena estrategia, la verdad es que no es así. Es más, Maquiavelo no lo recomienda por la experiencia que ha visto en la misma Italia. El mismo César Borgia destruyó hasta los cimientos de las fortalezas edificadas de su enemigo, juzgando que sin ellas podría volver a perder dichos territorios con más dificultad que como si estuviera fortificada. 

¿Cuándo construir fortalezas entonces? Maquiavelo nos dice que si el príncipe teme al pueblo más que a los extranjeros, entonces tendrá que construir la fortaleza, en caso contrario, hay que dejar las fortalezas de lado. Para Maquiavelo, la mejor fortaleza es no granjearse el odio del pueblo. 

Capítulo XXI: Lo que conviene a un príncipe para ser estimado

Lo que conviene a un príncipe para ser estimado son las grandes empresas y dar de sí ejemplos singulares. Uno de los casos que propone Maquiavelo es Fernando de Aragón quien pasó de ser un príncipe débil a un príncipe muy fuerte, el primer rey de los cristianos. Hagamos un resumen de sus hazañas:

  • Conquistó Granada en 1492
  • Sostuvo el ejército con el dinero de la iglesia y del pueblo
  • Empleó la crueldad para expulsar a los judíos de su reino
  • Atacó África 
  • Conquistó Nápoles
  • Atacó Francia para deshacerse de Navarra

Todas estas gestas dieron una alta reputación a Fernando de Aragón quien es considerado un verdadero príncipe. 

Otra de las cosas que se debe considerar para el buen gobierno del príncipe es la amistad y la enemistad, es decir, ser buen amigo y ser buen enemigo. En otras palabras, Maquiavelo llama al príncipe a no ser neutral. Esto porque el resultado de ser neutral llevaría a entender que temes al posible vencedor o que no le temas. En ambos casos, es mejor estar del lado de alguien porque en primer lugar, si no lo haces, entonces siempre serás presa del vencedor.

Para esclarecer este punto aún más Maquiavelo nos da un ejemplo:

Antíoco entró en Grecia para expulsar a los romanos. Envió una legación de arqueros a los aqueos, que eran amigos de los romanos, para que fueran neutrales, mientras que los romanos los instaban a que atacaran a Antíoco. Finalmente, la deliberación de los aqueos en su tribunal resolvió: En relación a lo que ellos dicen, a saber, que no os inmiscuyais, en la guerra, nada es más ajeno a vuestro interés: sin respeto ni dignidad seréis premio del vencedor


Es mucho más seguro obtener un compromiso cuando el príncipe se compromete a luchar con sus aliados, es decir, cuando se decide por uno de los dos bandos. Lo que sí advierte Maquiavelo es que el príncipe no forme alianza con aquellos que son más poderosos que él, porque de vencer el más poderoso entonces el príncipe quedaría como rehén. Solamente podría recurrir a esta alianza por extrema necesidad

Para comprobar lo anterior Maquiavelo señala dos ejemplos: cuando los venecianos se aliaron con Francia para obtener Milán, el resultado es que terminaron arruinados (los venecianos). En un segundo ejemplo, España y el papa atacaron Lombardía durante la guerra de la Liga Santa, alianza que se necesitó por parte tanto de papa como de España. 

En consecuencia, el príncipe debe elegir muy bien a sus amistades y siempre tomar bando y no quedarse neutral. 


Capítulo XXII: Los secretarios de los príncipes

Los secretarios serán buenos según la prudencia de cada príncipe. De hecho, la primera opinión que se forma de los príncipes es a partir de los hombres que le rodean; esto hace que incluso se estime la inteligencia del príncipe. Para Maquiavelo hay tres clases de inteligencia:


  • Por sí misma
  • Discierne lo que otros comprenden
  • Ni por sí misma ni por medio de los demás

El filósofo florentino nos dice que la primera es eminente, la segunda excelente y la tercera es inútil. En efecto, al que le falte la primera puede servirse de segund., 

¿Cómo elegir un buen ministro o un buen secretario? es necesario para esto ver los intereses de dicho ministro; por ejemplo, si sus acciones son llevadas solamente por sus intereses, entonces no le servirá al futuro príncipe. Por otro lado, el príncipe también debe colmarlo de elogios al ministro, hacerlo rico, vincularlo a su persona para que le sea siempre fiel. 

Capítulo XXIII: Rehuir a los aduladores

Los hombres corren el riesgo de adular a los superiores con el fin de obtener algún beneficio o protección. Sin embargo, no se dan cuenta de que al mismo tiempo pueden volverse despreciables. Pero el príncipe debe ser muy juicioso y elegir a los hombres que sean capaces de decirles la verdad, pero concediéndoles esta facultad. A estos hombres debe preguntarles también su opinión son respecto a las diversas situaciones que enfrenta el príncipe. En consecuencia, el príncipe debe evitar a los aduladores a toda costa. 

Un ejemplo de ello lo tiene Maquiavelo con el padre Lucca Rinaldi. De acuerdo con este filósofo, Lucca, hombre del emperador Maximiliano, decía que el emperador no recibía consejos de nadie. Sin embargo, una vez que comenzaron a rebelarse contra él, entonces el emperador dejó esta actitud y empezó a escuchar a sus consejeros. 

Así, el príncipe siempre debe estar abierto a escuchar el consejo, pero sólo cuando él quiera. Ahora, el buen príncipe debe reconocer cuáles son los buenos consejos y cuáles son los malos. Una vez que los tome no deberá dar marcha atrás, pues un príncipe que se retracta sufrirá una mala reputación inmediatamente.

Capítulo XIV: Por qué los príncipes de Italia han perdido sus Estados

Las acciones de un príncipe nuevo siempre son más observadas que aquel príncipe que ya es antiguo en el cargo. Esto se debe a que los hombres refuerzan mucho más las ideas presentes que las pasadas. El motivo del por cual los príncipes de Italia han perdido sus Estados es el mismo que hemos estado señalando: poca prudencia, mal manejo de las armas, no imponen su voluntad o se hacen enemigo del pueblo. En otras palabras, no siguen la virtù.

Capítulo XXV: El poder de la fortuna y cómo se le hace frente

Maquiavelo nos dice que todas las cosas están creadas por la fortuna y por Dios y que el hombre no está en condiciones de revertir dicho contexto. Por este razonamiento, muchos dicen que lo que ocurre en realidad pasa por pura suerte, es decir, el hombre no tiene injerencia alguna en los resultados. 

El mismo filósofo, con frecuencia, piensa de la misma manera pero añade un punto: las acciones y sus resultados conllevan un 50% de suerte y un 50% de nuestro esfuerzo. 

Para Maquiavelo, la suerte es como un gran torrencial que amenaza con destruirlo todo y en efecto lo hace. Pero eso no obsta a que el hombre pueda precaverse construyendo diques o represas para contener ese torrencial; lo mismo pasa con la suerte. Por lo tanto, el príncipe que basa todo en la fortuna está destinado a perecer

Un ejemplo de ello ha sido el papa Julio II quien siempre fue impetuoso y decidido. No espero que la suerte lo acompañara, sino que hizo posible que todas las cosas fueran a su favor por medio de sus acciones. El hombre tiene que tomar riesgos, tiene que ser impetuoso más que cauto, o, mejor dicho en palabras de Maquiavelo:

''Es mejor ser impetuoso que ser cauto, porque la fortuna es una mujer y es necesario, si uno quiere sujetarla, golpearla y golpearla''

Es por eso que la suerte es amiga de los jóvenes ya que estos siempre son arriesgados, impetuosos y le dan órdenes con más audacia. 

El gobernador debe servirse de la suerte, es decir, no todo es la virtù, no es infalible, también se necesita suerte (o fortuna). En efecto, la fortuna es la diosa que rige nuestro destino y de la que uno no se puede librar. Sin embargo, el mismo Maquiavelo nos decía que podía llegar a ''domar'' a esta diosa. 


Capítulo XXVI: Exhortación a ponerse al mando de Italia y liberarla de los bárbaros

De acuerdo con Maquiavelo, la situación en Italia es destrozada. En sus propias palabras, está más esclavizada que los judíos en Egipto. Falta de manera urgente un nuevo príncipe que enarbole una sola bandera y pueda unir a Italia. Recordemos que en tiempos del filósofo toda la región de Italia estaba dividida en potentados (ciudades Estado).

Para que Italia pueda seguir el ejemplo de las grandes empresas de los hombres pasados, lo primero que tendrá que hacer es tener su propio ejército. ¿Para quien van estas palabras? para la familia Médici, pero directamente al papa León X quien además era un Médici. El papa debe utilizar a los ejércitos italianos para construir una sola nación vencedora. 

Conclusión

Estas pueden ser las recomendaciones más directas que Maquiavelo podría plasmar en este corto texto. El príncipe debe proteger no solo sus intereses sino que los del Estado, a través de los medios apropiados (no de cualquier medio). Es fácil ver entonces que la frase ''El fin justifica todos los medios'' no es propia del filósofos florentino, sino que en efecto de Napoleón Bonaparte. Pero aún más, lo que Maquiavelo quiere decir es que se tiene que lograr un fin, pero siempre con los medios apropiados. 

viernes, 12 de marzo de 2021

Nicolás Maquiavelo - El Príncipe (Capítulos IX - XVI) (1513)


En los capítulos anteriores vimos que no era fácil tener un principado ni mucho menos conservarlo. En efecto, para lograr hacerse con el principado tendrá que sopesar el contexto y las características de cada Estado, pero también debe haber en el príncipe un requisito fundamental de acuerdo con el filósofo florentino: la virtù. En los siguientes capítulos veremos algunos otros tipos de principados, además de las características que debe tener el príncipe. 

Referencias:

(1) El mercenario es aquel soldado que lucha a cambio de dinero.

(2) Contrario a lo que se ha planteado desde la filosofía romana con San Agustín donde al hombre se lo plantea con una naturaleza buena, porque, de lo contrario, entonces todo el mal que haga estaría justificado. 

(3) Es aquí donde vemos que el fin necesita medios buenos, no cualquier medio para llegar a un fin. Por lo tanto, la frase ''El fin justifica los medios'', aparte de no haberla dicho Maquiavelo, tampoco se ajusta a su modo de pensar porque no todo medio es correcto para un fin de acuerdo con el filósofo. 


EL PRÍNCIPE


Capítulo IX: Sobre el principado civil

Imaginemos un nuevo caso, el caso de un príncipe que se hace tal no por medio de crímenes sino que por medio de la gracia que le dieron sus ciudadanos. Es aquí donde se forma un principado civil y este se obtiene no por fortuna o por virtud sola, sino que por medio de la astucia afortunada.

Ahora bien, este principado se puede deber tanto a la voluntad del pueblo como a la voluntad de los notables (nobles). Similar a capítulos anteriores, Nicolás Maquiavelo nos dice que acceder por medio de los nobles hace más difícil la conservación del Estado, pues el príncipe estaría rodeado de muchas personas que piensan como él y que pueden arrebatarle el trono. En cambio cuando accede por el pueblo el príncipe no tendrá ningún similar y al contrario, todos le obedecerán. 

Con todo esto, es de esperar de todas maneras que el príncipe pueda ser perjudicado por uno y por otro. Por ejemplo, el pueblo puede dejar al príncipe y abandonarlo a su suerte, a sus enemigos. Sin embargo, en cuanto a los nobles, estos no solamente pueden abandonarlo sino que además pueden hacerle frente que es mucho más peligroso. 

En consecuencia, el principado civil por medio del pueblo es el mejor principado para conservar, pero si este fuera por medio de los notables y no por el pueblo, entonces el príncipe tendrá que rápidamente ganarse el favor del pueblo porque los notables es posible que lo traicionen. 

Es aquí donde Maquiavelo recurre a un ejemplo con el Tirano de Esparta llamado Nabis. Este tirano protegió a Grecia del ejército romano teniendo un resultado muy exitoso. Pero esto hubiese sido imposible sin la ayuda de su pueblo. 

Por otro lado, existe un dicho que Maquiavelo recuerda muy bien.

''Quien se apoya en el pueblo se apoya en el barro''

Pero el filósofo florentino no está de acuerdo con este aforismo, diciendo que eso solo es posible si el príncipe es víctima de una apresamiento del enemigo o de los magistrados. No obstante, si el príncipe es valiente orgulloso, seguro de sí mismo y audaz el pueblo jamás lo abandonará.

El príncipe debe mantener esa imagen para que los ciudadanos le sean fieles incluso en las adversidades. De esta forma, el príncipe no solo podrá tener un gobierno civil sino que puede llegar a uno absoluto. 


Capítulo X: Las fuerzas de los principados

Existen dos clases de príncipes con respecto a la fuerza de sus principados. 

  1. Los que se defienden por sí mismos: aquellos que forma su propio ejército y sostener combate abierto
  2. Los que tienen necesidad de otros: no pueden comparecer contra el enemigo en combate abierto y se guarnecen en las murallas de su ciudad

Pareciera ser que Maquiavelo muestra cierto agrado por la segunda opción, ya que un príncipe que no se granjee el odio y fortifique su ciudad no podrá ser atacado. Esto porque ningún ejército puede verse en estado de asedio por tanto tiempo (a menos que la ciudad no esté muy fortificada). 

Capítulo XI: Sobre los principados eclesiásticos

Estos tipos de principados se conquistan por medio de dos formas:

    1. Virtud
    2. Fortuna

Pero sin virtud ni fortuna el principado eclesiástico puede conservarse de todas maneras. Esto porque de acuerdo con Maquiavelo, la religión permite que el príncipe se mantenga haga lo que haga, bien o mal. Tienen Estados y no los defienden; tienen súbditos y no los gobiernan. Son los principados más seguros y más felices. De hecho, Maquiavelo nos dice que es exagerado y presuntuoso tratar de examinar dichos principados, pues nadie tiene la capacidad divina para estudiar algo que es esencialmente divino. 

Mas ¿cómo es que estos principados llegan a ser tales? Italia se encontraba bajo el poder del Papa, de los venecianos, del rey de Nápoles, del duque de Milán y de los florentinos, antes de la llegada del rey Carlos en 1494.

Estos potentados tenían dos preocupaciones:

  1. Que ningún extranjero entrara a Italia
  2. Que ninguno de ellos ampliara sus dominios

Los que más preocupaban por estos elementos eran la Iglesia Católica y los venecianos. Todos los demás debían unirse contra estos dos para que no excedieran sus dominios. Para esto se sirvieron de barones de Roma como eran los Orsini y los de Colonna. Esto dio como resultado que los papas se enfrentaran constantemente con los de Colonna y los Orsini, aunque los adherentes al Papa nunca lograron exterminar a ninguno de los dos. 

Eso hasta que llegó el Papa Alejandro VI, que sin expandir los dominios de la iglesia excesivamente, tuvo gloria y poder con su hijo César Borgia. 

Posteriormente llegó Julio II quien iría más allá que Alejandro VI conquistando Bolonia, acabando con los venecianos y expulsando a los franceses de Italia, además de mantener a raya a las facciones de Orsini y a los de Colonna. 

Capítulo XII: Los diferentes tipos de tropas y tropas mercenarias(1)

Uno de los más sólidos fundamentos para hacerse con un nuevo Estado está amparado en tener buenas leyes y tener buenas armas. Para Maquiavelo, no puede haber buenas leyes sino hay buenas armas. Estas armas pueden ser:

  1. Suyas (del príncipe)
  2. Mercenarias
  3. Auxiliares
  4. Mixtas

Las tropas inútiles y peligrosas son las mercenarias y auxiliares porque estas pueden volverse contra el príncipe, traicionándolo ya sea por ambición, por cobardía o por simple infidelidad. Como recomendación directa de nuestro filósofo florentino:

''Quieren estar contigo mientras no tengas guerras, pero tan pronto como vean una venir se largarán''

Esto lo demuestra con la misma historia de Italia. Si bien las tropas mercenarias y auxiliares sirvieron a los potentados, la verdad es que cuando un extranjero como el rey de Francia entró en Italia, los mercenarios y auxiliares se acobardaron y otros se unieron al rey de Francia. 

Capítulo XIII: Sobre las tropas auxiliares, mixtas y propias

Las tropas auxiliares, que también son llamadas ''inútiles'' por Maquiavelo, son aquellas tropas que provienen de potestados distintos en auxilio de otro Estado requirente. Un ejemplo de esto fue cuando el Papa Julio II, al ver que sus mercenarios tuvieron una penosa experiencia en la empresa de Ferrara, pidió al rey de España una ayuda de tropas auxiliares (De ahí que Fernando el Católico y Julio II crearan lo que se conocería como la liga santa). 

Son útiles y buenas en sí mismas, pero para quien las pide, una derrota puede ser el fin y una victoria puede ser la limitación de la libertad, porque, en efecto, las tropas auxiliares sentirán que sin su servicio el país puede perecer. Sin embargo, el ejemplo anterior del Papa Julio II resultó victorioso solamente porque además fue ayudado por Suiza. Así, las tropas auxiliares no podrían regodearse de la victoria y sentir que eran los grandes salvadores, pues además de ellos también había otro ejército. 

Por eso, las tropas auxiliares son más peligrosas que las mercenarias, de hecho, el juicio duro de Maquiavelo es que con las tropas auxiliares la derrota está asegurada. Es mejor ganar y perder con las armas propias que con las ajenas. 

A partir de estas ideas, Maquiavelo nos brinda varios ejemplos de hombres que se han deshecho de las tropas auxiliares. El mismo César Borgia las abandonaría prefiriendo las mercenarias y luego las suyas. Es más, Maquiavelo cita la misma biblia como cuando David luchó contra Goliat rechazando las armas e investidura de Saúl, y prefiriendo solamente la honda y el cuchillo con las cuales se sentía más cómodo. 

En cuanto a la actual Francia, esta ha tenido una combinación de ejércitos mercenarios y propios. Esta es quizás la mejor alternativa si es que no puede defenderse enteramente con un ejército propio, pues como ya vimos acudir a la tropas auxiliares es la peor elección que se puede hacer. De ahí la máxima de los sabios que Maquiavelo nos comparte:

''Nada hay tan débil e inestable como la reputación de poder que no se basa en las fuerzas propias''

Como conclusión entonces, podemos decir que el mejor ejército es aquel propio y no el que se consigue con otros. 

Capítulo XIV: El Príncipe y la milicia

Para Maquiavelo no hay duda que el príncipe debe estar enfocado en el asunto de la guerra, pues aquellos que están dedicados a la holgazanería pierden su poder. El príncipe es una figura de poder, no es accesoria ni nada por el estilo, por lo que sus conocimientos y experiencias en la guerra lo harán temido por los otros. 

Es por eso que Maquiavelo pone como ejemplo a Francisco Sforza quien siendo particular pasó a ser Duque de Milán por medio de las armas. Sus descendientes, hombres que despreciaban las armas, se vieron obligados a renunciar a su título y convertirse en particulares. 

Por lo tanto, el príncipe debe entrenar siempre; tanto en la paz como en la guerra y aún más en la paz donde tendrá sobrado tiempo. También debe ser instruido en la historia y en la geografía; una para no cometer los errores de otros, y la otra para conocer su país a la perfección, saber de dónde puede atacar y dónde defenderse. Así debe imitar a los buenos ejemplos que ha puesto la historia, sobre todo a los griegos y a los romanos. 

Capítulo XV: Los príncipes alabados o vituperados

A un príncipe se le puede mencionar por muchos aspectos. Maquiavelo nombra aquellas alabanzas y vituperios en las siguientes dicotomías. Los príncipes pueden ser tenidos por....

  1. Liberales/Tacaños
  2. Desprendido/Rapaz
  3. Clemente/Cruel
  4. Leal/Traidor
  5. Pusilánime y afeminado/Fiero y valeroso
  6. Humano/Soberbio
  7. Casto/Lascivo
  8. Íntegro/Desleal
  9. Flexible/Rígido
  10. Frívolo/Grave
  11. Devoto/Incrédulo

Nicolás Maquiavelo sabe muy bien que sería ideal que el príncipe reuniera las características más buenas, sobresalientes y bondadosas en el gobernador. Pero esto no es posible debido a la naturaleza humana del hombre que es en esencia mala(2). Más con todo esto, el hombre es perfectamente capaz de elegir con que virtud comportarse.

Por lo tanto, debido a esto, el hombre debe elegir aquellas virtudes que le serán propias para conservar el Estado. Pero ¿qué pasa si estas virtudes no lo llevan a tal lado y al contrario lo arruinan? entonces el príncipe deberá elegir aquellos vicios por los cuales podría ser vituperado; todo para alcanzar a cumplir los objetivos del Estado. En consecuencia, al Príncipe no le debiera importar ser vituperado por proteger al Estado por medio de los vicios, ya que, en algunas ocasiones criticas, son los vicios los que conservan el Estado(3)

Capítulo XVI: Liberalidad y parsimonia

Es sumamente complicado mantener la imagen de liberalidad del príncipe. En especial porque reunir los atributos buenos que mencionamos anteriormente, hará que la imagen del príncipe se engrande más y más, lo cual llevará consigo la exigencia del pueblo y de sus súbditos. En consecuencia, cuando el príncipe ya no pueda dar más de aquellas cosas, entonces todo el mundo se le vendrá encima. 

No es necesario ser extremadamente generoso, de hecho, es perjudicial porque de esa fuente de generosidad se volverá a pedir y llevara complicaciones económicas grandes. Un príncipe debe tener una buena reputación, pero no debe estar basada enteramente en la generosidad excesiva que en el futuro no va a poder cumplir. Es preferible protegerse contra el odio de la gente, que ser extremadamente generoso. 

Es preferible, además, ser tomado por tacaño, que solamente daña la honra pero no la confianza ni el odio, que ser tomado por liberal y ser tomado por rapaz por no cumplir con ser liberal, y ser deshonrado y odiado. 

Conclusión

Podemos ver como Maquiavelo va entrando cada vez más en la naturaleza humana, y cómo es necesario que el príncipe comprenda que es la mejor opción que tiene. De ninguna manera conviene ser virtuoso al modo cristiano si es que aquellas virtudes no nos llevan a lograr los objetivos del Estado. Se debe resguardar la nación no a cualquier costo, sino más bien con los medios apropiados para alcanzar dichos fines. Maquiavelo demuestra nuevamente que su concepto de virtù es parte de nuestra naturaleza. 

jueves, 11 de marzo de 2021

La Virtù


La Virtù

Muchos sostienen que la palabra ''virtù'' proviene de la palabra en latín ''virtus'' y esta a su vez se traduce en español como ''virtud''. Sin embargo, esta virtù de la que habla Nicolás Maquiavelo no es la virtud cristiana que todos conocen. Tanto para el pensamiento griego como para el pensamiento medieval, podemos ver que la virtud engloba los siguientes conceptos.

Virtud:

  1. Castidad
  2. Templanza
  3. Caridad
  4. Paciencia
  5. Benevolencia
  6. Concordia
  7. Humildad
  8. Diligencia
  9. Justicia
  10. Disposición a realizar el bien

En cambio, la virtù de Maquiavelo comprende otros conceptos que difieren de los anteriores:

Virtù:

  1. Orgullo
  2. Habilidad
  3. Astucia
  4. Fortaleza
  5. Valentía
  6. Crueldad
  7. Vigor
  8. Osadía
  9. Dureza
  10. Disposición a hacer el mal (si es necesario)
Por cierto, las virtudes y la virtù señaladas no son correlativas, aunque sí hay muchas que son contrarias a las virtudes morales que expusimos anteriormente. 

En El Príncipe, la palabra virtù es repetida 60 veces sin ser definida formalmente. Si bien ya entendemos que estas son las características que debe tener el príncipe, Maquiavelo también nos dice que el gobernador debe servirse de la suerte, es decir, no todo es la virtù, no es infalible, también se necesita suerte (o fortuna). En efecto, la fortuna es la diosa que rige nuestro destino y de la que uno no se puede librar. Sin embargo, el mismo Maquiavelo nos decía que podía llegar a ''domar'' a esta diosa. 

¿Cómo es posible domarla? Maquiavelo nos dice que debe ser por medio de la virtù. Claro, la diosa favorece aquellos hombres que tienen valor, audacia, orgullo. Estas son las cosas por la que la diosa fortuna se ve atraída y seducida, por supuesto, la diosa no deja de ser mujer y la virilidad del hombre solo se da con la virtù.

Ahora ¿por qué no sirven las virtudes cristianas? sirven siempre que cumplan el objetivo de la Razón de Estado, es decir, las virtudes, cualquiera que estas sean, deben servir exclusivamente al Estado, de lo contrario, son inútiles porque de acuerdo al florentino, las virtudes cristianas llevan a la inacción del príncipe y por lo tanto, de ser afectado por el primer golpe del enemigo. 

Las virtudes cristianas detienen al príncipe al tener que evaluar los conceptos de justicia, de igualdad, de bondad, pero mientras elucubra en estos el enemigo no dudará en propinar el primer golpe. En cambio, la virtù lleva inmediatamente a un accionar reactivo que pone en ventaja al príncipe que ataca. 

Conclusión

Vemos por primera vez las descripciones de un príncipe totalmente contrario a lo que se ha visto en la Edad Media. Con Nicolás Maquiavelo vemos que el Renacimiento realmente es un período de grandes cambios centrados en el hombre. Vemos el surgimiento del pragmatismo político y ver al hombre en su estado natural, el hombre cómo es y no cómo debería ser. 

martes, 9 de marzo de 2021

Nicolás Maquiavelo - El Príncipe (Capítulos I-VIII) (1513)


Estamos a punto de ver uno de los textos más conocidos del filósofo florentino Nicolás Maquiavelo. Un trabajo realmente impecable sobre el tiempo en que en Italia se batía la supremacía de las conocidas ciudades-estado. Si bien este trabajo es resultado de la inspiración que tuvo el florentino de diferentes reyes, príncipes y gobernadores, la verdad es que de entre todos ellos destaca la figura de César Borgia. Es el libro que quedará para la posteridad de la filosofía moderna, pero también será la piedra fundadora de la filosofía política que comenzará a tener mucha más importancia frente a las cuestiones más teóricas del gobierno. Veamos uno de los textos más tremendos de la humanidad. 

Referencias:

(1) Para más información sobre este capítulo de la biblia, consulte el libro de ''Números'' en el Antiguo Testamento. Esta parte terminará con la tumba de la gula llamada ''Kibroth Hatava''.
(2) Esto nos lleva a pensar que Maquiavelo conocía muy bien el concepto de virtud cristiana. 


EL PRÍNCIPE

Antes de ver el libro en sí, analizaremos algunos conceptos previos para abordar la obra. 

Emperador

Es el título que tiene mayor poder considerando el basto territorio que maneja; por lo tanto, su poder está por sobre el rey. El territorio que es gobernado por el emperador se llama Imperio, el cual puede abarcar varios reinos. 

Rey

Es la cabeza de un Estado monárquico. Es un título que tiene menor poder con respecto al emperador, ya que usualmente el rey es gobernante de un solo país que tiene menor extensión que un imperio. El territorio que es gobernado por el rey se llama reino.

Príncipe

Es aquel título de nobleza que lleva el hijo del rey. También son jefes de Estado de aquellos territorios llamados principados, es decir, territorios más pequeños que un reino.

Efectivamente, la intención de este libro es hablar del Príncipe y la labor que tiene este en los principados. Sin embargo, hay que tener en cuenta que las menciones de Maquiavelo al principado, son en referencia a las repúblicas que se formaban en Italia en el siglo XVI. 

Dedicación a Lorenzo de Médici

Lorenzo de Médici fue un gobernador y estadista de la República de Florencia entre 1469 y 1492. Ahora bien, ¿por qué se dedica este libro a un Médici, siendo que Maquiavelo era critico de la familia? La respuesta es porque el filósofo florentino deseaba recuperar su antiguo puesto como diplomático, pero finalmente es ignorado por las autoridades.

Recordemos que la familia Médici había sido despojada de sus tierras, pero cuando Florencia fue invadida la familia fue restaurada. Los Médici sabían que Maquiavelo había trabajado con mucho ahínco para el gobierno anterior, y la familia no lo olvidaría. 

En realidad la obra iba a ser dedicada a Giuliano de Médici, capitán general de los ejércitos papales, pero como murió repentinamente a los 37 años, entonces el filósofo cambió su dedicatoria. 

Capítulo I: Los tipos de principados

Teniendo la información de que existen imperios, reinos y principados, el filósofo se ocupa de clasificar los tipos de principados. 

  1. Hereditarios
  2. Nuevos

Estos pueden adquirirse ya sea por medio de las armas, de la fortuna o de la virtud. Estos dominios están acostumbrados a vivir bajo la tutela de un príncipe o se habitúan a ser libres. 

Capítulo II: Principados hereditarios

De acuerdo con Maquiavelo, los principados hereditarios no son un problema en cuanto a su conservación. Basta con que se dejen las cosas tal cual las había instalado su predecesor, pero pueden ser abatidos por una fuerza extraordinaria. Aún así, el mando de este principado puede volver a recuperarse fácilmente. 

Maquiavelo ilustra algunos ejemplos:

  • Duque de Ferrara (Hércules I de Este): no resistió los ataques de los venecianos en 1484, pero luego se estipuló un acuerdo con ellos (la Paz de Bagnolo) y recuperó parte de sus tierras principales

  • Papa Julio I: quien fue desposeído por un corto tiempo por Julio II.

En efecto, el príncipe que es naturalmente príncipe tiene menos motivos para hacer daño, lo que le hace ser más amado. 

Capítulo III: Los principados mixtos

Las dificultades aparecen en el principado mixto. En estos principados ocurre que el hombre, por inclinaciones naturales, toma las armas para sacar al príncipe ya instalado. Sin embargo, con el pasar del tiempo se va dando cuenta del empeoramiento que va ocurriendo por este hecho. 

En efecto, el proclamado nuevo príncipe tendrá que enfrentar a todos los enemigos que abatió para alcanzar el poder. Tampoco podrá ayudarse de los que le facilitaron entrar al poder ni mucho menos ponerte en contra, pues estos mismos se transformarán en una especie de acreedores. En palabras del mismo Maquiavelo:

''No está en tu poder emplear en su contra medicinas fuertes, al haber contraído obligaciones con ellos''

Por otro lado, es imposible sostener un territorio sin la ayuda de los naturales, es decir, de los que naturalmente viven allí, pues si llegaste al poder con ayuda de extranjeros, entonces la toma del territorio no durará mucho.

El caso de Francia

Un ejemplo de esto fue el mismo Luis XII de Francia que en un suspiro ocupo Milán y en un suspiro tuvo que retirarse. 

Ahora bien, la segunda arremetida contra el territorio para imponer un nuevo principado puede resultar. De hecho, así lo hizo nuevamente Luis XII quien en un segundo intentó, pensándolo mejor, puso a todos en contra de Ludóvico, duque de Milán, y así consiguió nuevamente el territorio. No obstante, vuelve a perderlo con el tiempo y las otras veces que lo invadió lo volvió a perder. 

Conquista del otro Estado

Maquiavelo nos dice que para que la conquista de un Estado por otro tenga éxito, se necesitan los siguientes requisitos:

  1. Mismo ámbito geográfico
  2. Misma lengua

De no ser así, será imposible conquistar dicho territorio. 

Una vez que esté conquistado, para poseerlos con seguridad el filósofo recomienda que se acabe con la estirpe del príncipe que estaba dominando. Eso sí, si el nuevo principado tiene costumbres que se adecúan a las costumbres originarias, entonces no habrá necesidad de hacerlo. 

Como ejemplo Maquiavelo pone a las siguientes naciones:

  1. Gran Bretaña
  2. Borgoña
  3. Gascuña
  4. Normandía

Por lo tanto, si es que las costumbres son muy distintas, entonces se debe eliminar a la estirpe en su totalidad, pero además el sistema tributario debe ser el mismo. Con el tiempo, el territorio nuevo pasará a formar un solo cuerpo. 

También, para hacer más perdurable la posesión, es recomendable que la persona que los adquiera ponga en el nuevo territorio su residencia. Lo otro es establecer colonias en las nuevas tierras para así asentar la presencia del nuevo príncipe. ¿Por qué no una ocupación militar? porque sería más costosa que instalar una colonia. 

De esta manera se hicieron grandes Estados duraderos como serían el griego y el romano. Sin embargo, hoy se cometen errores de los que se debió haber aprendido de estas dos grandes naciones. Un ejemplo de aquello es la misma Francia. 

Luis XII tenía la ambición de poner un pie en Italia conquistó Lombardía y efectivamente lo hizo. Una vez hecho esto todos los duques, emperadores y reyes quisieron hacerse aliado suyo, pues era reino de un tercio de Italia. Luis XII tenía una seguridad enorme al estar respaldado por los siguientes aliados:

  1. Génova
  2. El Marques de Mantua
  3. Duque de Ferrara
  4. Los Bentivoglio
  5. La señora de Forlí
  6. Los señores de Faenza
  7. Los señores de Pesaro
  8. Los señores de Rímini
  9. Los señores de Camerino
  10. Los señores de Piombino
  11. Los señores de Lucca
  12. Los señores de Pisa
  13. Los señores de Siena

Esta alianza que hizo el señor Luis XII le daría confianza frente al Papa Alejandro VI (que era un Borgia) y los venecianos; todos contrarios a sus pretensiones. 

Sin embargo, Luis XII comete su primer gran error: ayudar al Papa Alejandro VI a conquistar Romaña. La ambición del Papa creció y Luis como aliado se vio forzado a compartir ciertos territorios. Otro gran error fue el compartir la ciudad de Nápoles con el rey de España, por lo cual quedó dividida. Su primer alianza con el Papa lo hizo perder todas las alianzas que había adquirido desde un principio. 

Por lo tanto, de acuerdo con Maquiavelo los errores de Luis XII son cinco:

  1. Se redujo a los menos poderosos
  2. Aumentó en Italia la presencia de los más poderosos
  3. Llevó a un extranjero a Italia (el caso del rey de España)
  4. No fijó su residencia en Italia
  5. No estableció colonias

Podría objetarse esto diciendo que quizás, Luis XII cedió Romaña al Papa para evitar una guerra, pero a ese argumento Maquiavelo responde con la siguiente frase:

''Jamás se debe dejar que prosiga un conflicto para eludir una guerra, puesto que no se la elude, sino que se la difiere en perjuicio propio''

Finalmente el rey Luis pierde Lombardía por no seguir las reglas que menciona Maquiavelo, reglas que no las estableció él sino que son reglas que han sido observadas en los tiempos más remotos (Grecia y Roma).

Termina Maquiavelo diciendo en este capítulo:

''Quien es causa de que otro se vuelva más poderoso, se hunde''

Es así como termina este capítulo dedicado a los principados mixtos. 


Capítulo IV: ¿Por que razón el reino de Darío que Alejandro ocupara, a su muerte no se rebeló contra sus sucesores?

Teniendo en cuenta que es muy difícil adquirir un Estado totalmente nuevo ¿cómo es que lo hizo Alejandro de Macedonia para conquistar toda Asia? Además, luego de su muerte, sus herederos supieron seguir manteniendo su imperio. 

A esto Maquiavelo responde cómo son gobernados los principados:

  1. Por un príncipe lleno de ciervos
  2. Por un príncipe lleno de nobles

En el primer principado la obediencia al príncipe es mayor porque todos reconocen que él es la gran autoridad (su persona), en cambio, el segundo tipo de principado puede ser corrompido. Ejemplos de esto son la monarquía turca y la francesa respectivamente. En ese sentido, el Estado turco será difícil de conquistar, pero su conservación será muy fácil. Será difícil porque un Estado lleno de siervos leales es más difícil de corromper. En el caso de Francia es fácil entrar porque bastará sobornar a los nobles con algún beneficio, puesto que los nobles nunca están satisfechos con el lugar donde están. Por lo tanto, serán más fáciles de corromper, pero su conservación será difícil porque sus nobles exigirán cada vez más. 

El ejemplo de Alejandro Magno, conquistando el territorio de Darío podría ser equivalente a la conquista de un principado lleno de siervos. Un principado que fue difícil de conquistar, pero al largo plazo lo conservaron hasta sus herederos. 

Capítulo V: Cómo deben ser gobernados los principados

Los Estados ocupados están habituados a vivir de una determinada manera. Para conservarlos se deben aplicar las siguientes medidas. 

  1. Desbaratarlos
  2. Ir a vivir allí en persona
  3. Dejarlos vivir según sus leyes y gravándolos con impuestos

Esto traerá como consecuencia la creación de una necesaria oligarquía que los vincula a la suerte del mismo príncipe. Como ejemplo tenemos a los espartanos y los romanos que retuvieron a sus ciudadanos por medio de oligarquías; aunque la diferencia es que los espartanos, una vez se apoderaron de Atenas y Tebas, posteriormente la perdieron. En cambio, cuando Roma atacó Cartago y Numancia la conservaron por mucho más tiempo ¿por qué? porque los romanos, a diferencia de los espartanos, cumplieron con el primer requisito antes mencionado: desbaratarlos (o destruirlos completamente).

Lo mismo ocurriría en Pisa en el año 1494 cuando estuvo sujeta por Florencia por 100 años, finalmente los pisanos se rebelaron y Florencia perdió la posesión. 

Capítulo VI: Principados nuevos que se adquieren mediante las propias armas y la virtud

En este capítulo, Maquiavelo recomienda al príncipe que observe los ejemplos de los que ya han gobernado. Que se afiance en la experiencia de los grandes emperadores, gobernadores, reyes que han tenido éxito en conservar algún nuevo territorio.

Sin embargo, para este príncipe no solo será necesario seguir los requisitos del capítulo anterior, sino que también deberá tener la denominada virtud para conservarla. 

Ejemplos como estos son los siguientes:

  1. Moisés
  2. Ciro 
  3. Rómulo
  4. Teso

El de Moisés es el caso más sobresaliente pues ejecutó las órdenes que le diera Dios para construir su propio pueblo. Todos ellos tuvieron problemas para enfrentar a los nuevos príncipes de los territorios; por ejemplo, Moisés se enfrentó al rey de Egipto y claro, obtuvo la victoria porque los esclavos no estaban contentos con el faraón. Por eso es que pudo poner a los esclavos de su lado y huir, estableciendo nuevas instituciones y lidiar con aquellos que le reprochaban que en Egipto vivían mejor que estando con él(1)

Por lo tanto, la virtud que debe tener el príncipe está vinculada con la fuerza, la valentía y la autosuficiencia, junto con los requisitos del capítulo anterior. 

Capítulo VII: Los principados adquiridos por las armas y la fortuna ajena

Hacerse con un Estado por medio de la buena fortuna no es algo que otorgue ventaja a largo plazo. Claro, será fácil conquistar aquel Estado, pero será enormemente difícil mantenerlo. Todo porque las personas que adoraban al príncipe previo todavía están o porque los aristócratas sobornados piden más de lo que el nuevo príncipe puede dar. 

Por lo tanto, no puede confiarse todo a la suerte de adquirir un nuevo Estado. Dos ejemplos actuales (de la época de Maquiavelo) lo reflejan:

Francisco Sforza: se convirtió en duque de Milán siendo solo un particular. Conservó dicho título y logró que todos los amaran

César Borgia: obtuvo los territorios por herencia de su padre, pero así como los obtuvo por dicha fortuna, luego los perdió.

Maquiavelo se explaya un poco más en la imagen de César Borgia y la explica.

Alejandro VI, padre de César, quería engrandecer a su hijo pero tenía numerosos obstáculos:

  1. No había como hacerlo dueño de un Estado, sino que de alguno de la Iglesia
  2. Si lo anterior se cumplía, el duque de Milán y los venecianos no se lo concederían
  3. En Italia habían ejércitos dispuestos a enfrentarse con el Papa como los eran los Orsini, los Colonna y sus acólitos

Por tanto, era necesario para el Papa que estos territorios adversos, beligerantes, fueran desordenados para tener algunas garantías de parte de los mismos. 

En ese escenario, César fue elegido comandante del ejército papal para encargarse de conquistar Romaña. Sin embargo, César no lo haría solo pues tendría como ayuda a los Orsini y al rey de Francia Luis XII. 

Con el tiempo, César comenzó a notar que los ejércitos de Orsini ya no le eran leales. La voluntad del rey tampoco era un aliciente y las tropas no tenían ánimos de conquistar los territorios que el duque valentino (César Borgia) deseaba obtener. Una vez se enteró que estos conspiraban contra él, entonces César comenzó a idear un plan para desahacerse de ellos. Así fue, César Borgia ejecutó a los Orsini y se apoderó de la Romaña, además de Urbino que era el territorio que consiguió gracias al rey de Francia. 

Posteriormente, César quiso ganarse el amor de la gente e instauró un buen gobierno con tal de pacificar a las personas y de que sean obedientes al poder. Instauró un tribunal civil en Romaña para que no existieran atropellos y de este modo se granjeó una gran reputación. 

No obstante, por estas y otras acciones César se ganó la desconfianza del rey de Francia, por lo que tuvo que buscar nuevas alianzas. De hecho, el gran temor de César era que el rey de Francia ahora fuera aliado del nuevo Papa. Para detener este acontecimiento, César pensó en algunas acciones. 

  1. Extinguir el entero linaje de los señores a los que había expoliado
  2. Atraer a todos los nobles de Roma
  3. Ganarse al Colegio Cardenalicio
  4. Adquirir antes de la muerte del Papa, todo el poder que le fuera posible

César ya reunía las tres primeras, pero la cuarta no le fue posible de alcanzar. Pero Alejandro VI, su padre, murió antes que César pudiera hacer alguna cosa, dejándole la Romaña con el poder fuertemente consolidado, pero con el dominio de los otros territorios en el aire. 

A pesar de todas estas situaciones, la verdad es que para hacer todo lo que hizo, César Borgia tuvo mucha virtud para apoderarse de aquellos Estados. Su sola virtud pudo aunar a los ciudadanos de los pueblos conquistados y bien pudo conservarlos. 

El único error que se le puede objetar a César Borgia fue haber votado por Julio II como nuevo Papa, sucesor de Pio III. Claro, Julio II era enemigo de Alejandro VI y Borgia lo sabía muy bien; sin embargo, como Julio II le prometió que no haría nada contra él ni a su familia, Borgia le creyó y por consiguiente, Julio II no cumplió su promesa y lo ejecutó. 

De esta lección se saca que las antiguas injusticias nunca se olvidan

Capítulo VIII: Los que acceden al principado mediante crímenes

Existen otros dos modos en que el príncipe se hace con un nuevo Estado:

  1. Modo criminal
  2. Modo particular

El primero tiene que ver con tomarse el Estado por medio de las armas y la violencia, y el segundo tiene que ver con que un particular va ascendiendo hasta convertirse en príncipe en su propio Estado. Hablaremos del primero dando algunos ejemplos. 

Agatocles (Tirano de Siracusa): fue primeramente militar obteniendo la pretura y ascendiendo en las gradaciones, finalmente se convirtió en rey de Siracusa. 

Consolidó su puesto por medio de la violencia, haciendo partícipe de su plan a Amílcar quien con su ejército dieron muerte a todos los senadores y a los más ricos del pueblo. Así, Agatocles pudo conservar el principado sin oposición alguna. Incluso aunque fue invadido por África, Agatocles pudo conservar Siracusa y además deshacerse del asedio que tenían reduciendo completamente a Cartago.

De acuerdo con Maquiavelo, esta es una de las formas correctas de conseguir el principado, y quizás una de las más exitosas. Sin embargo, el filósofo también nos habla de lo cruel que fue a lo largo de su vida. Es por eso que en este capítulo, Maquiavelo hace cierto reproche a Agatocles con el siguiente párrafo. 

"Sin embargo, no se puede llamar virtud matar a los ciudadanos, traicionar a los amigos, estar sin fe, sin piedad, sin religión; estos modos pueden permitirle a uno poder, pero no gloria. [...] Sin embargo, su crueldad salvaje y la inhumanidad, junto con sus infinitos crímenes, no le permiten ser celebrado entre los hombres más excelentes. Así, no se puede atribuir a la fortuna ni a la virtud lo que logró sin ninguna de las dos "


Si lo vemos de cierta forma, Maquiavelo primeramente lo pone como ejemplo de un hombre que consigue lo que quiere por medio de la virtù. Recordemos que el concepto de virtù, relacionado fonológicamente con ''virtud'', es propio de Maquiavelo. La virtù consiste en la masculinidad del buen príncipe. 

Recordemos que la virtù consiste en:

  1. Orgullo
  2. Habilidad
  3. Astucia
  4. Fortaleza
  5. Valentía
  6. Crueldad
  7. Vigor
  8. Osadía
  9. Dureza
  10. Disposición a hacer el mal (si es necesario)

Estas ''virtudes'' no tienen nada que ver con las virtudes cristianas que también se ventilaban en su tiempo. Todo lo contrario, parecieran ser opuestas aunque también podríamos decir que algunas forman parte como la valentía. 

A esta ''virtud'' se refiere Maquiavelo cuando habla sobre el tirano de Siracusa. Posteriormente, cuando vemos el reproche, Maquiavelo está dando la mirada cristiana de la virtud que es justamente aquella que todos conocemos(2)

Oliverotto da Fermo: siendo huérfano desde la infnacia fue criado por su tío Giovanni Fogliani y entregado en la juventud a la milicia a Paulo Vitelli. Luego de que muriera Paulo quedó en manos del hermano de éste, Vitellozo y es en este período donde Oliverotto pasó a ser el primero de su tropa. 

Oliverotto quiso volver a casa con Giovanni Fogliani para hacer crecer ahí su patrimonio. Lo recibieron con todos los honores en casa y Giovanni hizo que se quedara con él. 

Luego de este gran encuentro, Oliverotto organizó un gran banquete donde invitó a todos los ciudadanos más eminentes de Fermo. Una vez que terminó el banquete, Oliverotto comenzó a hablar sobre temas políticos que mencionaban al Papa Alejandro VI y de su hijo César Borgia. Todos le respondían a Oliverotto, pero él quiso que esto se conversara en un lugar secreto, y naturalmente, su padre y los demás lo siguieron. Cuando entraron, Oliverotto dio la orden para que sus soldados mataran no solo a Giovanni Fogliani sino que a todos los que estaban en el banquete. 

Acto seguido, Oliverotto se dirigió al palacio del magistrado supremo y se hizo con el poder de Fermo. Se hizo temible para todos los del pueblo, e instaló un nuevo régimen civil y militar. 

De acuerdo con la opinión de Maquiavelo, Oliverotto podría haber sido un hombre ejemplar, pero al dejarse convencer por César Borgia junto a los Orsini y los Vitelli de una alianza, Oliverotto fue asesinado junto con Vitelli a manos de César Borgia. Paradójicamente, Oliverotto fue asesinado de la misma forma en que él asesinó, a pesar de que él mismo estaba conspirando contra Borgia. 

¿Cómo es que el tirano de Siracusa pudo mantener el poder por largo tiempo y no así Oliverotto? Todo esto se explica por la buena utilización de la crueldad. Para Maquiavelo, Agatocles sí usó bien su crueldad en contraste a Oliverotto; en efecto, este último no uso la crueldad correctamente contra quien conspiró pues no dio él el primer golpe, al contrario, el primer golpe lo dio Borgia y ya sabemos como terminó. 

El príncipe no puede dudar en su crueldad.

Conclusión

Simplemente brutales los sucesos que deben enfrentar los príncipes para mantener su gobierno y su autoridad. Aquí podemos ver el primer retazo que habla sobre el concepto de virtù en nuestro filósofo. Será importantísimo tenerlo en cuenta para las lecturas posteriores, además de tener conocimientos de la historia de Florencia en aquella época. Sí, es necesario tener este conocimiento porque el príncipe es un texto lleno de referencias históricas, conectadas con lo que el florentino postula como virtù.