lunes, 2 de mayo de 2022

Al-Kindi - Sustancias incorpóreas

 


No hay duda que para Al-Kindi existen las sustancias incorpóreas y que dentro de ellas se encuentra el concepto del alma sin duda. Sin embargo, hay dudas y una categorización para el alma, pues existen ciertas y determinadas cuestiones relativas a ella como su incorporeidad y si esta es un género o es una especie dentro del árbol porfiriano. Veamos de que trata este muy breve texto. 


SUSTANCIAS INCORPÓREAS

En primer lugar, Al-Kindi resuelve si en el mundo natural existen las sustancias incorpóreas y su respuesta es que sí, pues las dimensiones de las cosas ya confirman que existen ciertas cosas inteligibles; por ejemplo, la altura, ancho y lo profundo. De estas sustancias se derivan muchas otras más, pero aparte de ellas existen unas que son totalmente independientes de la materia, pues las tres dimensiones mencionadas tienen su evidencia en las cosas. Estas últimas también están caracterizadas por todas las categorías aristotélicas, sin embargo, entre ellas hay dos categorizaciones muy importantes:

Univocidad: las que dan nombre y definición a la cosa

Equivocidad: las que no dan nombre ni definición a la cosa. Esto porque en efecto, la equivocidad no da un nombre claro ni tampoco una definición clara, en consecuencia, no puede dar una sola caracterización.

Los cuerpos vivientes deben tener su vida en los incorporales de tres formas:

  • Esencialmente: si es separada de la cosa, la cosa se destruye
  • Accidentalmente: si es separada de la cosa, el accidente se destruye

Si la vida es esecial en la cosa, entonces una vez separada de la misma, la cosa se destruye. Sin embargo, por más que éste elemento esencial haya sido separado su corporalidad sigue existiendo. Esto quiere decir que la vida está accidentalmente en el cuerpo y no esencialmente en el cuerpo. 

Ahora, la quididad de la vida en el cuerpo es el alma, y en cuanto a esto, tenemos que ver si el alma es una esencia o en realidad es un accidente. Las cosas son diferentes ya sea en esencia o solo por nombre. Para Al-Kindi, aquello que es diferente o extraño a la naturaleza de una cosa es un accidente. La sustancia es aquello que subsiste por sí mismo. El alma entraría en esta categoría, es decir, dentro de la sustancia. 

Así, el alma es una sustancia porque persiste por sí misma luego del a muerte del cuerpo y luego no sería un cuerpo. De aquí también se deriva que existen sustancias corporales e incorporales.

Los géneros son sustancias, pero veamos si las especies son corporales o incorporales. Supongamos que la especie es corporal, entonces si es corporal todas sus especies también serán corporales, en consecuencia, el individuo también sería corporal. Pero las especies son una, pero los individuos son muchos. Ahora si la especie es común a todas y también es corporal, entonces tenemos que decidir si la especie es un todo o una parte.

Contra de que las especies sean un todo: se debe comprender que la especie tiene muchas diferencias. La palabra ''hombre'' designa a muchos hombres; es compuesta de animal, racional y mortal. Por lo tanto, como está llena de partes y partes que no son iguales, entonces no puede ser un todo. 

Contra de que las especies sean una parte: pero si es una parte y como la especie está en cada uno de los individuos, entonces la parte sería infinita. La infinitud de estas partes se entenderían en potencia, es decir son potencialmente infinitas. 

Sin embargo, es imposible que sean potencialmente infinitas porque la composición no puede tener potencialidad en ella porque ya está en acto y no obstante es infinita porque está en todos los individuos. Esta es una contradicción imposible.

Esto lleva a pensar, entonces, que la especie es en verdad una sustancia y no un cuerpo.

Como conclusión, existen sustancias incorporales divididas tanto en sustancias como en especies. El alma sería una especie de la cosa viva. 


Conclusión

Ciertas novedades se pueden advertir en el tratamiento de algunos conceptos tratados por Al-Kindi, como tratar al accidente como algo que no pertenece a la naturaleza de un objeto. Podría decirse que sí en el sentido de que ''pertenece'' de manera indirecta a una cosa determinada. También es interesante conocer que para Al-Kindi, existen más sustancias incorporales, y ahí tenemos el género y la especie.

viernes, 29 de abril de 2022

Al-Kindi - Sobre el recuerdo

 


Dentro de la filosofía musulmana el tema de la memoria es uno de los más recurridos por estos pensadores. Ya tenemos los antecedentes desde Platón de que en realidad, aprender es recordar pero ¿es realmente así? recordemos que Platón establecía que el conocimiento ya está en nosotros y basta recordarlo, pero para Aristóteles es todo lo contrario, nada tenemos en el entendimiento hasta que ingresa por los sentidos. Hasta ahora, San Agustín de Hipona nos decía que en todos los seres existía una verdad, por eso es que existen. Como vamos a ver, Al-Kindi considerará todos estos antecedentes y nos dará su postura con respecto al recuerdo. 


SOBRE EL RECUERDO

En primer lugar, Al-Kindi nos dará las primeras formas de abordar este tema. Rompiendo con el estilo tradicional que ya hemos visto, el modo de realizarlo será por medio de preguntas y respuestas. A este respecto se comienza con dos preguntas fundamentales:

Con respecto al alma:

  1. ¿Recuerda el alma el mundo inteligible?
  2. ¿Recuerda el alma las cosas del mundo sensible en el mundo inteligible?

Sin embargo, a estas dos preguntas Al-Kindi contesta escuetamente, sobre todo la primera. 

Contestando a la primera pregunta, Al-Kindi nos dice que es efectivo que el alma recuerda el mundo inteligible. 

En cuanto a la segunda pregunta, el filósofo nos dice que el alma recuerda las cosas del mundo inteligible, pero no a través de un órgano sensorial. Hay órganos que ciertamente parecen tener una memoria, pero el alma recuerda cosas que no se encuentran en los órganos debido a su naturaleza inteligible. 

Pruebas del recuerdo

Ahondando más en esta pregunta, Al-Kindi ofrece pruebas para demostrar su respuesta. Las cosas inteligibles no necesitan lugar, materia, espacio, tiempo o cosas sensibles para existir. No conocemos nada fuera de nosotros, solo recordamos dentro de nosotros las cosas que nos fueron dejadas al comenzar nuestra existencia. Cuando se recuerda algo, a este proceso llamamos ''aprendizaje'', pero la gente no nota este proceso porque básicamente recuerda aquello que aprendió remotamente; no recuerdan el lugar ni qué causó ese recuerdo. Solo recordamos aquello que se nos presenta una vez se concibe el cuerpo. 

Al-Kindi realiza una distinción entre aprendizaje y recuerdo, puesto que el aprendizaje sería aprehender una estructura nueva en el conocimiento, mientras que recordar sería rememorar aquello que ya se sabía pero se olvidó. Por eso la gente dice ''aprendizaje'' porque como lo inteligible no tiene lugar ni espacio ni tiempo, entonces es algo nuevo. 

Otras pruebas que nos ofrece Al-Kindi es que uno sabe cómo aprende, lo que aprende, y qué es aquello que aprendió. Si uno supiera las cosas sin saber qué son, entonces no se ha aprendido aquello que es, sino que solo se tiene un recuerdo de ella. 

Por ejemplo, se sabe que lo plano viene de la planitud; sin embargo, no sabemos qué es la planitud porque no podemos comprender este concepto a través de la sensibilidad sino que a través de lo inteligible. Por lo tanto, cuando conocemos lo inteligible, no hay intermediario, solo lo sensible tiene intermediarios para ser conocido. 

El pensamiento, lo pensante y lo pensado son una misma cosa, puesto que el sujeto es el acto mismo de pensar. Si se pudiera diferenciar el pensamiento, el pensante y lo pensado, entonces estos tres tendrían lugar, espacio, tiempo y todas las características de una cosa sensible. 

En cuanto al alma y al intelecto se dice que estas dos son incorpóreas. El intelecto es una sustancia y el alma es su sustancia, además de ser una forma del intelecto. El intelecto no difiere de la forma, así como ''ser vivo'' no se diferencia de ''hombre'', a menos que se hable de otro ser vivo, pero en la sustancia no difieren. Si separáramos estos dos conceptos, es decir, los diferenciamos en su esencia ¿Cómo es que el hombre se diferencia de ser vivo mientras está viviendo? Lo mismo ocurre con el alma y el intelecto no son diferenciados en esencia. 

Ahora bien, se puede decir que hombre y ser vivo se diferencian por accidentes como decir ''racional'' o ''mortal'', pero la verdad es que estas diferencias son esenciales para distinguir un animal de otro, por lo tanto, sigue siendo la diferencia esencial lo que realmente diferencia. 

En conclusión, los objetos del intelecto no tienen intermediarios y por lo tanto no se aprenden, se recuerdan. 

Conclusión

Sencillamente revelador esto que nos trae Al-Kindi. En cuanto al recuerdo y el aprendizaje nos habíamos visto otros argumentos que los de Platón, Aristóteles y San Agustín, hasta ahora que tenemos a Al-Kindi quien parece estar más conforme con la doctrina platónica respecto a cómo adquirimos conocimiento. Si el aprendizaje es aprehender algo nuevo, entonces lo que verdaderamente hacemos es recordar porque la intelección no es algo que recojamos nuevamente, sino que simplemente se recuerda. 

martes, 26 de abril de 2022

Al-Kindi - Sobre el intelecto

 


El concepto de intelecto puede ser uno de los más interesantes dentro de la filosofía islámica, pues como emos visto en otras entradas es distinto del concepto de intelecto en la filosofía griega. Es más, el mismo Al.Kindi nos hablará de tipos de intelecto, y presumiblemente, más de aquellos contabilizados por los griegos. A pesar de ser un gran seguidor de Aristóteles, Al-Kindi no seguirá del todo al estagirita, sobre todo en su visión epistemológica. Veamos lo que nos trae este interesante texto

Referencias:

(1) Sin embargo, en su obra ''Sobre la primera filosofía'' nos decía que el alma en efecto tiene divisibilidad

(2) Sentido interno de acuerdo con Aristóteles. 


SOBRE EL INTELECTO


Al-Kindi comienza este texto aludiendo a que el concepto de intelecto es efectivamente heredado de los filósofos griegos como Platón y Aristóteles.

Para comenzar, Al-Kindi nos habla de lo que Aristóteles entendía por intelecto. El intelecto es de cuatro tipos:

  1. Intelecto en acto
  2. Intelecto en potencia
  3. Intelecto del alma (que viene de la potencia al acto)
  4. Intelecto secundario

Para Aristóteles, este enlaza el intelecto a la sensación diciendo que éste último está más cerca a la verdad, porque todo aquello referente a los sentidos es verdadero. 

Luego dice que hay dos formas; una material y sujeta a la sensación, y las otras que no son materiales y están sujetas al intelecto. La forma de la materia es susceptible de sensación, porque si no lo fuera entonces no estaría sujeta a la sensación. Cuando el alma la adquiere, entonces la forma está en el alma, pero esta solo la tiene porque esta potencialmente en el alma, y cuando está en el alma, entonces se puede decir que la forma queda en acto en el alma. Sin embargo, no está en el alma así como un cuerpo se encuentra en otro cuerpo, sino que está en ella indivisiblemente, porque el alma y la forma son indivisibles(1).

Sin embargo, la facultad sensitiva no es otra que la del alma, pero no se entiende como si estuviera en un cuerpo, sino que es la misma alma la que siente. La forma, que no es material, está unida con el alma. La forma no tiene materia ni fantasía(2) y a esto Al-Kindi llama intelecto. Cuando el intelecto entra en contacto con el alma, el alma queda en acto, se actualiza y deja de estar en potencia. 

Pero este intelecto no solo actualiza el alma sino que todas aquellas cosas que le sean superiores o inferiores. En consecuencia, ya tenemos al menos dos intelectos; uno que es separado de alma que es el Primer Intelecto, y el segundo que es aquel que está dentro del alma y en potencia. 

Hay un tercer intelecto que Al-Kindi nos mencionaba que es aquel que hace que una cosa pase de la potencia al acto, por ejemplo, que un escritor escriba. El intelecto secundario, por su parte, es aquel que crea por mandato del alma, pero por medio de otra cosa; por ejemplo, cuando se crea una artesanía. 

Así, los dos últimos intelectos se complementan entre sí, porque mientras en el tercero esta en potencia del alma, el cuarto ya comienza a llevar la idea a cabo y por lo tanto estar en acto. 


Conclusión

Me sorprende mucho que Al Kindi diga que Aristóteles dijo que existían cuatro tipos de intelecto, cuando en verdad lo que se sabe es que eran dos, aunque tampoco se dice explícitamente por parte del filósofo. El tema del intelecto siempre fue de dificultad y confusión, pero ahora Al-Kindi nos divide el intelecto en más de ellos. Quizás, es posible que estos intelectos se puedan subsumir en otros. 

martes, 19 de abril de 2022

Al-Kindi - Contra la Trinidad

 


La Santísima Trinidad, concepto fundamental en la iglesia católica, ha sido uno de los más interesantes no solo a nivel religioso sino que también filosófico. Muchas doctrinas y explicaciones han surgido a propósito de este fenómeno, desde quienes están absolutamente a favor, quienes lo aceptan con algunas modificaciones y quienes lo rechazan absolutamente. Entre estos últimos se encuentra nuestro filósofo Al-Kindi, porque nuestro filósofo está buscando la unidad absoluta, una unidad que no tiene ninguna señal de multiplicidad. Por el título de esta obra, ya podemos ver que no es posible que La Santísima Trinidad cumpla con los requisitos de unidad pedidos por Al-Kindi. 


CONTRA LA TRINIDAD


Las intenciones de Al-Kindi no son pacíficas con respecto a la Santísima Trinidad, ya que esta, como hemos podido ver en todas sus obras, no coincide con la concepción de unidad requerida por el filósofo. 

En primer lugar, Al-Kindi nos dice que los cristianos adhieren a la composición de Dios en sus prédicas y en sus sectas lo consideran a los tres como eternos. Las tres personas son una sola sustancia, y en consecuencia, las tres personas son compuestas de una sola sustancia, y además estas tres son eternas. Sin embargo, como hemos podido ver, todo lo causado es compuesto y lo compuesto no es eterno. En consecuencia, todo esto repugna al entendimiento. 

Por otro lado, los cristianos también entienden esta Trinidad como una estructura de género y especie, teniendo a tres dioses como especie, y en consecuencia los tres tienen diferencias. 

Podría esgrimirse que las tres diferencias son eternas. Si esto es así, entonces cada una de ellas tiene un género que las hace común, pero además diferencias que las diferencian unas de otras. Por lo tanto, estas diferencias también serían eternas (porque la idea es que las personas sean eternas) y así habría más de una cuestión eterna, aparte de la misma trinidad. Lo mismo que pasa en las diferencias podría pasar en los accidentes, lo cual repugna al entendimiento porque tanto las diferencias como los accidentes no son eternos.

Luego si ellos dicen que algunas diferencias son eternas, o que algunos accidentes son eternos, entonces cada una de estas personas tiene estas características que son eternas y otras no por lo que serían seres compuestos y no simples. 

La oración de los cristianos de decir 

''Hay uno y uno es tres''

Es totalmente equivocada porque uno se dice propiamente de uno y no de más. Podría decirse que Halid y Zaid son uno en cuanto atienden al mismo género de animal, pero no son uno en esencia. Si hay uno y uno es tres, entonces ellos mismos están corroborando que esa unidad no es tal; pues sería una unidad compuesta. 

Al-Kindi nos dice que ha usado para su demostración la Isagoge de Porfirio pues es en esta donde se habla del género y la especie, argumento que han usado los cristianos para tratar de explicar la Santísima Trinidad. 


Conclusión

A lo largo de la historia de este blog hemos visto la teoría de la Santísima Trinidad, pero Al-Kindi sería el primero en criticarla, al menos en este espacio. Es cierto, el uno que busca Al-Kindi, es una cuestión perfecta que no tiene ninguna mella de multiplicidad. Si la Trinidad entiende algún tipo de pluralidad o composición, entonces no aprobaría la prueba del uno con respecto al filósofo.

domingo, 17 de abril de 2022

Al-Kindi - Sobre el primer agente

 


Al-Kindi es un filósofo que siempre está buscando un único objetivo en sus escritos: la unidad verdadera. El verdadero título de esta obra es: sobre el verdadero, primero y completo agente y el agente deficiente que es metafórico. El título ya nos adelanta lo que Al-Kindi nos ha dicho a lo largo de la obra, hay una unidad que efectivamente es una y otra que si bien es una, dentro de ella tiene algo de pluralidad que no la hace única necesariamente. Por lo tanto, nuestro filósofo sigue indagando en el Uno que no se confunde con ningún tipo de multiplicidad. Veamos cómo lo aborda. 

Sobre el verdadero, primero y completo agente y el agente deficiente que es metafórico



En toda investigación se debe precisar qué es un acto y cómo es dicho un acto. Al-Kindi nos dice que el primer acto es traer algo de la nada y es claro que este acto es principalísimo de Dios. Este acto es llamado originación o ibda (الإبداع). Luego de este acto tenemos la impresión que está impregnada en todos los seres, y es el verdadero agente el que imprime esto en los seres. El creador de estos seres no es afectado en modo alguno por esta impresión. 

Todo lo que está debajo del creador, es decir, toda su creación, es también agente, pero de forma metafórica. 

En consecuencia, tenemos actos de Dios y actos de los agentes restantes. Entre estos últimos hay dos tipos:

Acto metafórico: aquel acto que termina cuando el agente termina de realizar el efecto. Por ejemplo, el caminar para el caminante. En efecto, el efecto de caminar termina porque el caminante se detuvo. 

Acto fijo: aquel acto donde la impresión sigue permaneciendo a pesar de que el agente ha terminado. Por ejemplo, un cuadro, un edificio y otros productos de arte. Este acto recibe el nombre específico de ''obra''. 

Así, tenemos dos tipos de actos, el acto de Dios que es la creación desde el no-ser, y la creación del resto de los agentes que en verdad es una creación metafórica pues todo lo ha creado Dios. 

Conclusión

El acto de Dios, como podemos ver en este extracto de Al-Kindi, es uno solo y parecer ser vinculado con la creación ex-nihilo. Por otro lado, tenemos los actos metafóricos que son propios de los demás agentes. Aquí vemos, entonces, la unidad y a su vez la multiplicidad de los agentes, pues estos pueden crear al igual que Dios, pero esta creación es metafórica comparada con los actos de Dios. En consecuencia, recordemos estos tipos de actos con respecto al primer agente. 

Al-Kindi - Tres textos contra la infinitud del mundo

 


Ciertamente, la finitud del mundo ya quedó absolutamente probada en el texto anterior relativo a la Filosofía Primera, pero no es el único texto que nos habla sobre esta fascinante teoría de la finitud del mundo, sino que ahora estamos en presencia de tres textos que abarcan el mismo tópico. Se dice que estos son textos anteriores al de su conocida obra ''Filosofía Primera'', y por eso es que se lo trata después. Pero la verdad es que estos libros confirman de alguna forma la gran obra mayor de Al-Kindi. Veamos qué nos traen estos textos.

Referencias:

(1) Al parecer, cuando nos habla de costumbres se refiere a los axiomas cuyo contenido no necesita ser demostrado.



TRES TEXTOS CONTRA LA FINITUD DEL MUNDO

Sobre la quididad de lo que no puede ser infinito y lo que es dicho de ser infinito

Al-Kindi comienza advirtiendo ciertos supuestos sobre lo que puede y no puede ser infinito:

  1. Si una cosa es sustraída de otra, lo que queda es más pequeño que aquello que se sustrajo
  2. Si una cosa es sustraída de otra, cuando la parte sustraída es devuelta a su parte original, la cantidad es la misma antes de la sustracción
  3. Cuando las cosas combinadas son finitas, el resultado es finito
  4. Si hay dos cosas y una cosa es más pequeña que la otra, entonces la pequeña medirá la más grande o una parte de ella

De esto se deducen ciertas conclusiones lógicas que el mismo Al-Kindi nos ofrece:

  • Si de un cuerpo infinito se extrae un cuerpo finito, este será finito o infinito
  • Si el cuerpo extraído es finito, entonces el cuerpo producido de los dos es finito. Por lo tanto, será más pequeño de que lo sustraído. Sin embargo, dijimos que el cuerpo en primer lugar es infinito, luego algo finito fue sustraído de algo infinito y esto es una contradicción
  • Lo mismo ocurre si el cuerpo que se extrajo es infinito, pues este tendría que ser menor de lo extraído y así hay un infinito más pequeño que el que se sustrajo. Contradicción imposible
  • Lo mismo se extrae del tiempo, pues si el tiempo puede dividirse entonces tiene partes y por lo tanto, es infinito, pero solo en potencia y no en acto. Por lo demás, el tiempo es movimiento y así se justifica que exista movimiento en este mundo.
  • Si existe el movimiento, entonces también existen los cuerpos
  • El tiempo, el movimiento y el cuerpo son finitos
  • El mundo esta compuesto de tiempo, movimiento y cuerpo, por lo tanto el mundo es finito

Por lo tanto, así como el tiempo pertenece al mundo, entonces el tiempo es finito.


Sobre la unidad de Dios y la finitud del cuerpo del mundo

Para probar esta serie de cuestiones, Al-Kindi recurre a los mismos axiomas establecidos anteriormente.

  1. Si una cosa es sustraída de otra, lo que queda es más pequeño que aquello que se sustrajo
  2. Si una cosa es sustraída de otra, cuando la parte sustraída es devuelta a su parte original, la cantidad es la misma antes de la sustracción
  3. Cuando las cosas combinadas son finitas, el resultado es finito
  4. Si hay dos cosas y una cosa es más pequeña que la otra, entonces la pequeña medirá la más grande o una parte de ella


Luego sus consecuencias

  • Si de un cuerpo infinito se extrae un cuerpo finito, este será finito o infinito
  • Si el cuerpo extraído es finito, entonces el cuerpo producido de los dos es finito. Por lo tanto, será más pequeño de que lo sustraído. Sin embargo, dijimos que el cuerpo en primer lugar es infinito, luego algo finito fue sustraído de algo infinito y esto es una contradicción
  • Lo mismo ocurre si el cuerpo que se extrajo es infinito, pues este tendría que ser menor de lo extraído y así hay un infinito más pequeño que el que se sustrajo. Contradicción imposible


En consecuencia, se prueba que no puede existir un cuerpo infinito. Todas las cosas predicadas de aquello que es finito es finito. 

Ahora bien, el cuerpo del universo puede ser incrementado infinitamente en la imaginación. Si esto es así, entonces el universo es infinito en potencia, no en acto, ya que la potencialidad tiene que ver con la posibilidad de ser algo en la existencia. Como el infinito en acto no es potencia, entonces no existe un infinito en potencia, pues este no podría incrementarse infinitamente, condición sine qua non del infinito. Además,  el mundo está sometido al tiempo y el tiempo es movimiento, no existe tiempo si no existe movimiento. En consecuencia, el mundo es finito. 

Movimiento

El movimiento es un cambio de estado. Cuando el lugar de todas las partes de un cuerpo cambia, entonces su lugar también cambia. Cuando su margen cambia, entonces se acerca o se aleja más del centro. Si cambia la sustancia, entonces se produce la generación o la corrupción. Todo cambio mide la duración de lo que cambia, principalmente el cuerpo. 

Creación

El cuerpo es necesariamente creado. Lo que es creado es creado por un creador, y el creador y el creado están relacionados. El creador debe ser uno o muchos, si es muchos es compuesto si es uno es simple. 

Si es múltiple, entonces podremos decir que el creador y lo creado tienen semejanza de ser múltiples. Si vamos a la búsqueda del primer creador (o agente) nos encontraremos que siempre será múltiple (si se entiende que el creador de lo creado es múltiple). Sin embargo, si tenemos un creador del creador múltiple, dicha multiplicidad procederá hasta el infinito (en potencia). Esta cadena infinita de agentes no termina y en consecuencia nada podría producirse, cayendo en una contradicción imposible.


Epístola a Ahmad ibn Muhammad al-Hurasani sobre la finitud del cuerpo del mundo

Al-Kindi comienza esta carta a Ahmad ibn Muhammad al Hurasani diciendo que el mejor elemento para demostrar algo es utilizando la ''costumbre''(1). Esto es porque la costumbre no necesita ser demostrada, y así podemos, sin necesidad de utilizar demostración, verificar la finitud del mundo. 

Convenciones terminológicas

Antes de ver las razones de la finitud del cuerpo del mundo, hay que analizar ciertas convenciones terminológicas. 

Magnitud: 

Implica tres cosas: 

  • Longitud
  • Altura
  • Profundidad

Para Al-Kindi, el sinónimo de magnitud es básicamente el cuerpo. 

Magnitudes homogéneas:

Estas son clasificadas en tres

  1. Toda línea
  2. Toda superficie
  3. Todo cuerpo

Para el género de las líneas aplican todas líneas, pero no todas las superficies ni cuerpos. El género de cuerpos aplica a todos los cuerpos, pero no a las líneas y a las superficies. Pero el género de los cuerpos es la magnitud que comprende tanto la línea, la superficie y el cuerpo. Por lo tanto, las magnitudes homogéneas son aquellas que caen en uno de los géneros de la magnitud, esto es, la línea la superficie o el cuerpo. 

Ninguna magnitud que sea más grande que otra son iguales. 

Por ejemplo: 

  • Dos magnitudes: A y B
  • A y B son iguales
  • Si no son iguales, entonces A es más grande que B
  • Dejemos que A sea más grande que B
  • Entonces, A y B son desiguales
  • Pero se dijo que eran iguales
  • Por lo tanto, si en un principio son iguales no pueden ser desiguales
  • Conclusión: son iguales

Cuando una magnitud del mismo género es añadido a un género homogéneo, a saber, magnitudes iguales, el resultado es desigual. Este es un juicio verdadero. Si fuera que lo añadido fuera igual cuando se une a la magnitud homogénea, entonces habría un juicio erróneo.

Por ejemplo:

  • Dos magnitudes: A y B
  • A y B son iguales
  • C es homogénea a A y B
  • C es añadida a A. 
  • Entonces AC es más grande que B
Esto es necesariamente así, de otro modo...
  • Dos dimensiones: A y B
  • A y B son iguales
  • C es homogénea a A y B
  • C es añadida a A
  • Entonces AC es más grande que B
  • Porque si B es igual a AC
  • Entonces, A es igual a AC
  • Sin embargo, A es parte de AC 
  • Entonces, A, que es una parte es igual que AC, el todo
  • Absurdo imposible
  • Entonces B no es igual a AC

En otro caso...

  • AC es menor que B
  • Pero B es igual a A
  • A es más grande que AC
  • Luego la parte es más grande que el todo


En consecuencia, AC es más grande que B que era aquello que se quería demostrar.

Por lo tanto, cuando una magnitud del mismo género es añadida a otra magnitud, la suma es la resultante de una magnitud más grande. Es así que dos magnitudes finitas no pueden dejar de ser finitas. Así, no existen dos infinitos. 

Ahora, por medio de otro silogismo Al-Kindi se propone ver que cuando una magnitud de un determinado género se une a otra de un género cualquiera, el resultado es que estas son más grandes que cualquiera otra magnitud. Pero es imposible que esto pueda pasar con dos magnitudes ''infinitas'' (si esto es posible). Veamos un ejemplo. 

Por ejemplo:

  • Tenemos la línea AB y CD ambas son infinitas
  • Es imposible que una sea más grande que la otra, ambas son iguales
  • Si fuera el caso, dejemos que AB sea más grande que CD
  • Entonces, AB es más grande que CD
  • AB sería un múltiplo de CD o bien CD con algo más de cantidad
  • Si AB es un múltiplo de CD, entonces CD mide numerosas veces a AB
  • Si CD es algo con más cantidad, entonces CD mide una parte de AB, nombremos a esta parte AF
  • Luego, tengamos una parte que mida CD, o una parte igual a los múltiplos de CD y llamemos a esta parte EF
  • Así, la parte infinita que era AB es finita porque puede medirse por EF
  • Lo que es finito es igual a lo finito, por lo tanto CD es finito
  • Sin embargo, habíamos dicho que CD sería infinito. Contradicción imposible

Las magnitudes homogéneas que son finitas tienen una suma finita, no infinita. Veamos un ejemplo de esto para probarlo.

Por ejemplo

  • Dos magnitudes finitas A y B
  • Supongamos que la suma de ellas hace una magnitud infinita
  • Dibujemos una línea C igual a una magnitud A
  • Dibujemos una línea D igual a una magnitud B
  • CD es igual a la suma de AB
  • Hagamos de CD líneas que se extienden infinitamente 
  • En ese caso, la suma de C y D daría como resultado, supuestamente, una magnitud infinita

Una magnitud infinita no decrece si se le sustrae un intervalo

  • Quitemos a CD una magnitud finita igual a A como sería C
  • Quitemos a CD una magnitud finita igual a B como sería D
  • Si quitamos C, entonces queda D
  • Si sustraemos D, nada queda
  • Por lo tanto CD es finito

Imposibilidad de que el cuerpo infinito exista

Para Al-Kindi, no es posible que un cuerpo infinito exista. Muchos imaginan que al infinito puede quitarse alguna parte del mismo usando la imaginación; por ejemplo, usando la forma, un círculo, o cualquier figura. 

Si esta figura imaginaria fuera sustraída de una magnitud infinita, entonces tenemos dos opciones: es de magnitud finita o infinita. 

  • Si fuera finita, sería la suma de dos magnitudes
  • Todo lo finito es finito
  • Si fuera infinita, entonces la parte sustraída sería igual de infinita que la primera magnitud infinita. Contradicción imposible

En consecuencia, no solo en la realidad el cuerpo no puede ser infinito, sino que en la imaginación también se da tal contradicción.

Al-Kindi da gracias a Dios y termina la epístola aconsejando no dejarse llevar por el comentario falso de otros intelectuales. Al-Kindi asegura a al-Hurasani que la prueba matemática basada en axiomas son las más claras y simples, además de ser intermedias entre la sensación y el intelecto.

Conclusión

Realmente es increíble la facilidad con que Al-Kindi demuestra la finitud del mundo en base a estos axiomas que simplemente, no tienen verdadera prueba en contrario (al ser estructuras que no necesitan demostración). Si bien la lógica es la misma a lo largo de sus textos, la verdad es que este tipo de pruebas es suficiente para despejar las dudas. Tendremos que seguir viendo que nos dice este interesante filósofo sobre otros aspectos del saber.

lunes, 11 de abril de 2022

Al-Kindi - Sobre la Primera Filosofía

Es uno de los primeros tratados del filósofo Al-Kindi. Lamentablemente, muchas de sus obras no llegaron hasta nuestros tiempos, pero algo tenemos que nos puede servir en el intento de conocer el pensamiento del filósofo. Sobre la Primera Filosofía es una de las primeras obras del filósofo musulmán la que nos sugiere un título absolutamente aristotélico, y en efecto, así debemos entender la obra toda de Al-Kindi. Veamos de qué se trata esta gran obra. 

Sobre la Primera Filosofía


PRIMERA SECCIÓN: LA FILOSOFÍA Y LOS FILÓSOFOS

La filosofía como verdad

Lo primero que nos dice Al-Kindi es que entre las artes, la filosofía es una de las más nobles en grado, cuya definición es la siguiente:

''El conocimiento de las cosas como son en realidad, en lo posible para el hombre''

En consecuencia, una vez practicada la filosofía se encuentra la verdad y quien la encuentre debe actuar de acuerdo con la misma. Esta actividad no es perentoria, pues una vez se encuentra la verdad el investigador debe parar. La verdad no se encuentra si no se encuentra una causa, y la causa de la existencia de cada cosa es su verdad. Todo lo que tiene ser tiene verdad. Por lo tanto, si los seres existen, entonces necesariamente son verdaderos. 

Causas

Al-Kindi reconoce las cuatro causas aristotélicas, pero junto con estas causas surgen también cuatro preguntas esenciales en cuanto a los seres:

  • ¿Si?: se pregunta por el ser
  • ¿Qué?: se pregunta por el género. Equivale al conocimiento de la materia
  • ¿Cuál?: se pregunta por la especie. Equivale al conocimiento de la forma
  • ¿Por qué?: se pregunta por la causa final


Cuando se tiene el conocimiento tanto del género, de la especie y la causa final se tiene en consecuencia la definición. La realidad (haqiqah) de todo lo que está definido está en su definición. Bajo esta perspectiva, bien se puede decir que la Primera Causa es la Primera Filosofía porque todo el conocimiento de la Filosofía está contenida en la misma

Quiénes consiguen la verdad

Al-Kindi nos dice que no todos son capaces de encontrar la verdad, aunque sean muy estudiosos. Sin embargo, a pesar de los errores que pudieran cometer ciertos filósofos, hay que rescatar aquellas pequeñas piezas de verdad que tratan de conocer un poco más la verdad. 

Nunca hay que despreciar la verdad aunque sea un poco de esta, pues la verdad, provenga de donde provenga, no deja de ser la verdad y por lo tanto toda contribución a ella debe ser aceptada. 

Al-Kindi defiende a los filósofos de las criticas que se les hacen por parte de los religiosos de su tiempo. Critican a los filósofos por ser especuladores ''dormidos en sus laureles''; cosa que Al-Kindi no aprueba en lo absoluto. De acuerdo con Al-Kindi, el filósofo es un buscador de la verdad, y por lo tanto quien desprecia la verdad no debe ser más que un envidioso o un incrédulo. 

Quien conoce la verdadera naturaleza de las cosas, vale decir, su virtud, su unidad, todo su beneficio y cómo obtenerlo, se protege de toda ignorancia y de todo daño. Para alcanzar todo esto hay que observar lo que los verdaderos profetas trajeron de Dios, y así comprender la realidad. Por eso, todos aquellos que pongan sus esfuerzos en conocer la verdad merecen reconocimiento en proporción.


SEGUNDA SECCIÓN: PERCEPCIÓN, SENTIDO E INTELECTO

La percepción humana es de dos tipos:

Cercana a nosotros pero lejos de la naturaleza (sentidos)

En este caso, Al Kindi se refiere a los sentidos, es decir, son lo más cerca que tenemos y están sometidos a gradación; al más y al menos, al igual y a lo desigual, a lo similar y a lo disimilar, etc. Están sometidos al devenir. Sin embargo, lo que se extrae de ellos es la imagen que se tiene de los mismos, imagen que es producida por la imaginación, que a su vez es transmitida a la memoria. El sentido, entonces, es reservado e imaginado en el alma de la cosa viva. 

Y a pesar de que esté lejos de la naturaleza, la imaginación esta muy cerca del sujeto. Todas las cosas sensibles tienen materia y por lo tanto ellas solo pueden ser percibidas por otro cuerpo o materia. 

Cercana a la naturaleza pero lejos de nosotros (el intelecto)

El otro tipo de percepción es aquella que está lejos de los sentidos pero más cerca de la naturaleza: el intelecto. 

Por lo tanto, la percepción consiste en dos conceptos: sentido e intelecto. De esta forma, las cosas que se perciben pueden ser universales o particulares.

Por universal se entiende el género que pertenece a tal especie y las especies que pertenecen a cierto individuo. Por particulares se entiende el individuo que está en la especie. Los individuos y particulares están sometido a los sentidos, pero el género y la especie no, aunque sí están sujeto a un poder, por ejemplo, la palabra humano designa a un poder que sería el intelecto.

Si los particulares son percibidos por los sentidos, estos serán representados por imágenes, al contrario, el intelecto no será representación de nada; por ejemplo, la verdad del alma no es posible representarla con una imagen, pues este principio (el alma) no tiene color, sonido, sabor, hedor ni cualquiera otra cualidad tangible. Solo puede ser entendida a través del intelecto. 

Igualmente, aquello que no tiene materia puede ser percibido por aquello que sí tiene materia; por ejemplo, la forma puede ser percibida por el color, porque ésta sería el límite de éste último. En este sentido, Al-Kindi nos dice que la percepción del límite de una cosa (cualquiera que esta sea) es una percepción intelectual, ya que de esta se deduce la forma. Es una percepción intelectual que ocurre por medio de los sentidos. 

Ahora bien, existen cosas que no pueden ser percibidas en absoluto, este sería el caso de aquello que no es vacui o espacio vacío (فارغ) ni plenum o cuerpo (الجسم). Si bien esto no puede ser percibido en absoluto por los sentidos, el intelecto reconoce este fenómeno necesariamente.

El vacío en absoluto es imposible de percibir, pues si hablamos de algo ese algo necesariamente debe estar en un lugar. Como el lugar ya es algo y el vacío designa necesariamente un lugar, es imposible que podamos hablar en estos términos, pues el vacío no está contenido en nada. En consecuencia el vacío absoluto no existe.

En cuanto al plenum, este no puede existir indefinidamente porque su naturaleza es la finitud. Por lo tanto, más allá del plenum no existe la finitud, porque de existir otro plenum se seguiría otro inmediatamente, y luego otro, y así hasta que el plenum necesitará de un infinito en acto (el cual no existe como se demostrará después). El cuerpo del universo no tiene plenum más allá de este, y tampoco tiene vacío más allá del mismo. Esto es absolutamente necesario y el alma no puede darse una imagen de aquello, pero el intelecto sí puede entenderlo.

Conocimientos que sobrepasan la naturaleza

Existe un conocimiento que sobrepasa todo entendimiento. Estos pueden ser entendidos por el intelecto, pero muchos lo hacen a través de las imágenes y caen en confusión. Es el caso de los niños que no comprenden ciertos conceptos que sí manejan los adultos y que por tratar de comprenderlos, caen en confusiones.

Por un lado tenemos el conocimiento de la naturaleza que es

''aquella investigación de todo lo que se mueve''

Por lo tanto, si la naturaleza pertenece al cosmos (al mundo) ¿Cuál será su contraparte? el mundo superior, y en consecuencia, la investigación que se emprende sobre ese mundo es aquella de todo lo que no se mueve.

La demostración en el estudio

De acuerdo con el filósofo, existen cosas que pueden demostrarse, pero existen otras que no exigen demostración. En efecto, Al-Kindi nos dice que existen demostraciones, evidentemente, pero en la demostración no puede haber otra demostración porque se entraría en una cadena infinita. 

En consecuencia, en el estudio de cada cosa debemos desligarnos de ciertas disciplinas como son las matemáticas, la teología, las generalidades del pensamiento, los principios de las ciencias naturales, la demostración de la retórica y la demostración de los principios.

Entonces ¿de qué nos apoyaremos? Al-Kindi nos dice que debemos apoyarnos de axiomas que como sabemos, son aquellas reglas que no necesitan demostración. 

Lo eterno

Estos son los axiomas con respecto a lo eterno

  1. El ser eterno no tiene antes
  2. Lo eterno no tiene causa
  3. Lo eterno no tiene sujeto
  4. Lo eterno no tiene predicado
  5. Lo eterno no tiene agente
  6. Lo eterno no tiene explicación
  7. Lo eterno no tiene género (porque si tiene tiene especie)
  8. Lo eterno no se corrompe
  9. Lo eterno no cambia
  10. Lo eterno no tiene transición

Comprendidas todos estos axiomas, entonces debemos decir que lo eterno es perfecto. 

Ahora, Al-Kindi nos dice que ninguna cosa que tenga cantidad o cualidad puede ser infinita en acto. Recordemos que el infinito en acto es aquel infinito presente que no tiene comienzo ni fin, en cambio, el infinito en potencia es aquel que si bien tiene un comienzo, no tiene fin. 

Veamos algunas premisas que se desprenden de esto:

  • Todos los cuerpos de los cuales uno no es mayor que el otro son iguales;

  • Cuerpos iguales son aquellos en que las dimensiones entre sus límites son iguales en actualidad y potencialidad;

  • Lo finito no es infinito;

  • Cuando un cuerpo se añade a un cuerpo igual, se convierte en el mayor de ellos, y más grande de lo que había sido antes de que ese cuerpo se le añadiera;

  • Siempre que se juntan dos cuerpos de magnitud finita, el cuerpo que resulta de ambos es de magnitud finita, siendo esto necesario en toda magnitud así como en todo objeto que posee magnitud;

  • La menor de cada dos cosas genéricamente relacionadas es inferior a la mayor, o inferior a una parte de ella.


De esto se deducen ciertas conclusiones lógicas que el mismo Al-Kindi nos ofrece:

  • Si de un cuerpo infinito se extrae un cuerpo finito, este será finito o infinito
  • Si el cuerpo extraído es finito, entonces el cuerpo producido de los dos es finito. Sin embargo, si el cuerpo es infinito, entonces este sería ambos, finito e infinito (lo cual es imposible)
  • En efecto, cuando se extrae de un cuerpo infinito una parte infinita, entonces las dos tienen límites, o una es más grande que la otra y de ahí se siguen equívocos imposibles
  • Lo mismo se extrae del tiempo, pues si el tiempo puede dividirse entonces tiene partes y por lo tanto, es infinito, pero solo en potencia y no en acto. Por lo demás, el tiempo es movimiento y así se justifica que exista movimiento en este mundo.
  • Si existe el movimiento, entonces también existen los cuerpos
  • El tiempo, el movimiento y el cuerpo son finitos
  • El mundo esta compuesto de tiempo, movimiento y cuerpo, por lo tanto el mundo es finito


Por lo tanto, así como el tiempo pertenece al mundo, entonces el tiempo es finito.


TERCERA SECCIÓN: CAUSA Y GENERACIÓN DE LA PROPIA ESENCIA

Existencia y causa

Algo no puede ser la causa de su propia generación de su esencia. Por ''generación de la esencia'', Al-Kindi nos quiere decir el ser traído a la existencia sea de algo o sea de la nada, pero en otros contextos, generación quiere decir traer algo a la existencia por medio de algún particular. 

Ahora bien, si tenemos un no-ser y una no-esencia, esto significa no tenemos ni un ser ni una esencia. Sin embargo, la nada no es causa ni efecto de nada; por lo tanto, ciertamente nada existe si tanto el ser como su esencia son no-ser.

El resultado es el mismo si tenemos un no-ser y una esencia porque si no hay ser no hay nada. En consecuencia, podríamos decir que Al-Kindi cree que la existencia precede a la esencia; si no hay existencia no hay esencia. 

Por otro lado, algo similar ocurre si el ser y la esencia son un ser, pues entre el ser y la esencia debe haber una diferencia para que pueda existir una generación. En este sentido, la existencia es causa y la esencia es efecto, en efecto, si la existencia y la esencia fueran lo mismo, entonces no habría generación, si ambas son causa y efecto nada puede generarse. 

Significados

Cada declaración también tiene una lógica de existencia: es decir, existe o no existe tal declaración, tiene significado o no tiene significado. Todo aquello que es una declaración tiene significado o no, y todo significado debe ser universal o particular. Luego los universales deben ser esenciales o no esenciales.

Concepto de esencia

¿Qué se entiende por esencial? Al-Kindi nos dice que por esencial entendemos aquello que subsiste (صمود). Si la esencia de la cosa existe, la subsistencia del ser se mantiene estable y perdura. Si la esencia deja de existir, entonces finalmente el ser se destruye o se corrompe. 

Al-Kindi nos da un ejemplo:

La vida misma: el ser vivo subsiste y persiste a través de la esencia y esta se destruye o se corrompe a través de la ausencia de la esencia. En consecuencia: 

''La vida ese esencial para el ser vivo'' 

Lo esencial es llamado sustancial porque hace que la causa de la cosa subsista. A su vez, lo substancial debe ser algo que reúne o distingue; reúne porque agrupa muchas cosas y se distingue porque tiene especiales características que diferencian uno de otro.

Por otro lado, tenemos las cosas que no son esenciales que en un principio pueden existir, pero después cesan de existir. Estas cosas son los llamados accidentes que también pueden ser divididos en substanciales y accidentales. 

  • Substanciales: género, forma, individuo y diferencia
  • Accidentales: el resto de las categorías

Con respecto a la Unidad, Al-Kindi nos dice que toda la unidad versa sobre todo aquello que está unido, y aquello que no es muchos. Los individuos o son naturales tales como animales, plantas y otros parecidos, o como artefactos como podría ser una casa. La casa es unida por naturaleza, pero su orden es unido accidentalmente.

El Uno es dicho de todo y de la parte, de lo Entero y de lo algo. Algunos piensan que no hay diferencia entre el entero y la parte, que son similares o disimilares surge la discusión. Por ejemplo, se dice ''toda el agua'', como está compuesta de partes similares se dice ''toda el agua''. En contraste, con el cuerpo decimos ''todo el cuerpo'' aunque sus partes son disimiles (piel, huesos, carne, etc). Sin embargo, Al-Kindi adhiere a la idea de que lo entero es de partes diferentes, porque Entero es dicho de agregación de cosas distintas que luego se unen. En cambio, el ''Todo'' nos habla de la unión de cualquier cosa que sea homogénea por eso se dice ''Toda el agua'' y no ''el entero de agua''. Lo mismo pasa con la parte y el algo; la parte es aquello que mide el todo y por lo tanto, esta medición del todo se hace en partes iguales, mientras que lo algo no mide el todo sino que el Entero y por lo tanto sus partes son disimiles. 

Unidad real y unidad aparente en ciertos conceptos

El género está en todas las especies porque comprende a cada una de las especies sinónimamente, y las especies está en todos los individuos. Sin embargo, los individuos son solamente uno por convención, porque la verdad es que esencialmente son divisibles. Una cosa es decir que los individuos son divisibles esencialmente y no esencialmente. Y no lo es esencialmente porque el individuo tiene una causa, como es causado algo fue impreso en él y así su unidad es solamente aparente. Los individuos están compuestos de múltiples partes y por este motivo son esencialmente divisibles y unidos solo por accidente. En otras palabras, el individuo puede ser entendido como la unidad de una casa. Los accidentes solo ocurrirían en aquellos seres que tienen accidentes. 

El Género designa muchas cosas diferentes en especie y revela la Mahiyya (quididad). A pesar de esto, para Al-Kindi el género es múltiple. Cada una de las especies es lo que es y cada especie tiene individuos por lo que dentro de ella se da la pluralidad. En consecuencia, ninguna de estas cosas es verdaderamente una. 

La diferencia designa muchas cosas diferentes por especie y revela la cualidad de cada cosa. En efecto, como se puede saber la cualidad también es esencialmente múltiple puesto que la diferencia también tiene una impresión. 

En los accidentes propios y comunes, siguiendo la misma lógica, tampoco tendría una unidad esencial. Existen en muchos individuos y además comprenden una moción (haraka) y la moción es esencialmente divisible. 

El Todo también sería esencialmente divisible porque dentro de él están sus partes y cada parte es género de una especie y cada especie lo es de un individuo. Por lo tanto, el todo también carecería de unidad. 

Lo mismo equivale para las partes y accidentes de cualquier tipo. 

Como hemos podido ver, en ninguna de estas cosas se encuentra la unidad por esencia. Sin embargo, las partes o los accidentes están esencialmente unidos a ciertas cosas, no podrían ser accidentalmente unidas si no existiese una unidad esencial. En consecuencia, no son esencialmente unidad, pero tienen algo que las une a una unidad esencial.

Origen de la unidad y la multiplicidad

Los términos tampoco serían apropiados para formar una unidad, pues los términos en sí mismos tienen multiplicidad. Ahora, como todos los términos son distintos, entonces todos participan de esta distinción como si fuera una especie de unidad. En consecuencia, la multiplicidad necesita de unidad para entenderse a sí misma, si no la tuviera sería incomprensible.

Pero eso no es todo, Al-Kindi nos dice que dentro de la unidad también existe la multiplicidad; por lo tanto, es imposible que exista multiplicidad sin unidad ni unidad sin multiplicidad. Pero entonces, si ambas conviven entre sí deben tener una causa, si ambas existen deben tener una causa. 

En consecuencia, lo que debe ser anterior a la unidad y a la multiplicidad es la causa misma. En efecto, la unidad y multiplicidad que comparten géneros y especies no son anteriores unas a otras. El género del hombre o de un caballo no es anterior el uno del otro, ambos son simultáneos. 

Ahora bien, la causa debe ser unidad o multiplicidad. Si es múltiple, entonces se entiende que tiene unidad porque la multiplicidad es una unión de unidades. Sin embargo, si esto se sostiene, entonces también se sostiene que una cosa es causa de sí misma, y así una cosa sería otra cosa que sí misma. Por lo tanto, la causa no es múltiple y por este argumento se dice que la causa es una sola. 

Así, se deduce que la primera causa es una sola, pero la unidad también existe en las cosas causadas.

CUARTA SECCIÓN: UNIDAD VERDADERA Y UNIDAD METAFÓRICA


Antes de resolver esta importante incógnita, Al-Kindi se propone aclarar ciertas cuestiones. Veamos las siguientes palabras:

  • Grande
  • Pequeño
  • Largo
  • Corto
  • Mucho
  • Pocos

Todas estas palabras no pueden ser entendidas si no tienen una relación con algo. Si lo grande o lo pequeño en términos absolutos existiera, entonces el infinito no podría ser concebible de ninguna forma. Y si existiera algo grande en términos absolutos, entonces nada más podría ser más grande que aquello. 

Por otro lado, si pensamos en que lo grande en términos absolutos existe, bien podemos pensar que lo doble en términos absolutos también existe, y que éste mismo doble dobla a lo grande absoluto. Pero no hay nada más grande que lo grande en absoluto, y así lo grande en absoluto sería todo y parte a la vez. 

Ahora si resulta que lo doble absoluto no es más grande que lo grande en absoluto, entonces quiere decir que es igual lo cual sigue a un absurdo. Por lo tanto, no hay un grande absoluto ni tampoco un pequeño absoluto. 

Lo mismo ocurre con lo poco y lo mucho, solo que serían cantidades discretas. 

Donde no está lo uno (¿y la unidad?)

El uno no es dicho en relación a algo más y en ese caso no tiene materia porque no puede dividirse ni tampoco forma porque no tiene género ni especie. Tampoco sería el alma, porque el alma tiene impreso el movimiento. Nuestra alma se mueve con nosotros y en consecuencia, es divisible. Por lo tanto, la unidad tampoco estaría en el alma. 

Podría pensarse que el intelecto sea unívoco y por eso fuera uno, pero la verdad es que si el intelecto (material) está en el alma, no hay ninguna posibilidad de que sea uno. Tampoco lo sería el intelecto en acto porque este intelecto abarca otras cosas que no son él mismo. 

En el vocabulario tampoco podría ser posible encontrarla, a pesar de que se encuentre un término común para muchas cosas. 

Por ejemplo, Al-Kindi nos habla sobre el concepto común de las palabras cuchillo, daga y espada. Estas palabras son sinónimos de ''hierro para matar'' y posteriormente se puede decir que ellas son una por el sinónimo que las abarca. Sin embargo, de acuerdo a Al-Kindi, el concepto de ''hierro para matar'' sería la materia de estos tres conceptos. La materia es divisible y por lo tanto es múltiple, además que de los nombres que se extraen de la misma también son múltiples. 

Por otro lado, incluso la materia remota es susceptible de división toda vez que esta puede ser dividida necesariamente, y también desde el punto de vista de la materia misma.

La unidad tampoco se refiere a la indivisibilidad porque esta tiene que ver con aquellas cosas que son o van a ser divididas.  Es decir, para Al-Kindi la indivisibilidad puede ser actual o potencial, pero aquello que es actual también puede estar en potencia; por lo tanto, no hay verdadera unidad. 

En conclusión, ninguno de estos términos es un verdadero uno:

  • Materia
  • Género
  • Especie
  • Individual
  • Diferencia
  • Accidentes
  • Movimiento
  • Alma
  • Intelecto
  • Términos
  • Entero

A pesar de que todos estos términos atañen a mantener unidos otros conceptos, su multiplicidad no deja de existir. Y bajo este respecto, ¿podríamos decir que la unidad es el verdadero Uno que se busca? De acuerdo con Al-Kindi, la unidad tampoco es Uno. ¿Por qué? porque la unidad es un elemento accidental, no esencial de cada cosa. La unidad une la multiplicidad y eso significa que dentro de ella, lleva la multiplicidad y en tanto la lleva puede ser dividida. 

Lo verdaderamente Uno es aquello que es esencialmente Uno, que no admite ninguna multiplicidad cualquiera que esta sea. Ahora bien, lo más parecido al Uno es la unidad de las cosas, que hace que todas las cosas sean una. Pero quien creó dicha unidad, lo que hace que las cosas sean unidas, es el verdadero Uno. La causa de la Unidad es el Uno y todo lo que recibe unidad es causado. 

La unidad es un requisito de existencia para la multiplicidad y por lo tanto para todos los seres. Esta unidad es dada por el Uno que tiene las siguientes características:

  • Dador
  • Originador
  • Poderoso
  • Soportador

Como el dador ''da'' la existencia, entonces todo lo que tiene unidad es múltiple y creado. La unidad es otra cosa del Uno porque la unidad es un efecto no una causa. 

Críticas de Ibn Hazm

La eternidad del mundo

Una de las grandes críticas la realiza Ibn Hazm quien cuestiona las conclusiones de Al-Kindi, pues si el mundo material tiene como límite la eternidad, entonces ¿Cuál es el margen de la eternidad? esto es contrario a lo que se puede pensar pues la eternidad no debería tener límites.

Por otro lado, ¿Cómo se entiende ese límite? ¿estará en reposo o en movimiento? si el mundo tiene un margen de movimiento ¿Cómo se concilia con el margen de la eternidad?

Causalidad de los seres

Más que una crítica esta sería una aclaración o añadido que realiza Abd Rabbih al-Andalusi, quien señala que Al-Kindi no debe olvidarse de que si bien Dios creó todo, también dejó que otro seres se dejen impulsar por otros. Por un lado, Dios determinó la constitución del mundo, pero los seres particulares tienen la voluntad para impulsar a otros seres. 

Conclusión

Este es el trabajo más elaborado y más grande que ha tenido Al-Kindi, pues el resto de los trabajos se consideran obras menores. A pesar de ser un pequeño tratado, la verdad es que es bastante iluminador con respecto al concepto de Unidad que por cierto, no es en lo absoluto aristotélico, aunque todo se guía por conceptos aristotélicos. La verdad es que la búsqueda de la absoluta unidad sigue siendo caminada para volvernos a encontrar con algo interesante.