lunes, 15 de julio de 2019

Santo Tomás de Aquino - De substantiis separatis (Sobre las sustancias separadas) (Parte IV: Averroes) (1268)

Una de las discusiones más acaloradas entre los teólogos
de la Edad Media era si Dios conocía a los particulares,
es decir, conocía a los seres corporales siendo él divino

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Puede ser uno de los pensadores más criticados por Santo Tomás de Aquino, uno de los más grandes comentadores de Aristóteles en el mundo árabe: Averroes. No hace falta decir que lo que se viene ahora es una critica de parte del aquinate; por supuesto, Averroes y Santo Tomás parecieran ser enemigos de toda la vida a pesar de que no fueron contemporáneos. Veamos en que difieren estas dos grandes mentes filósofo teólogas de la Edad Media. 

De substantiis 
separatis


Parte V: Averroes

Sustancia y materia en Averroes

Sustancia y cuerpo

Entre muchas de las cosas que sabemos de Averroes, la más significativa es aquella de la eternidad del mundo que generó muchas controversias, ya que lo único eterno es Dios. Otra de las cosas que generaba aún más controversias eran los dicho de Averroes en cuanto a que Dios no conoce los particulares (o singulares). Pero no solo esto, es decir, no solo no los conoce sino que tampoco puede ejercer ninguna acción sobre ellos. 

Esto se basa en que las sustancias separadas son de un orden distinto al de las criaturas corporales. La sustancia pura no puede conocer los cuerpos ya que un cuerpo conoce a otro por medio de l o sensible. Como las sustancias separadas (los ángeles) no tienen corporeidad o al menos tienen más sustancia que cuerpo (sobre todo Dios que es pura sustancia), entonces estos no pueden conocer los seres particulares.

Dios conoce los particulares siendo Universal

Las cosas universales incluyen dentro de sí las cosas que conocen. Tienen un espectro que abarca todo lo que las rodea y de no ser así entonces no podrían ser llamadas universales. 

El entendimiento de Dios es su substancia misma y a consecuencia de esto, Dios debiera conocer su propia sustancia a la perfección. Además, si Dios conoce su sustancia, todo lo que es incluido en el concepto de sustancia es a la vez incluido en el concepto de Dios. Como Dios se extiende a todo, entonces Dios conoce a todos los seres, y los seres se conocen aún más cuando conocen a Dios puesto que lo esencial de los seres es su sustancia. 

Una objeción a esta teoría sería decir que si Dios ''entiende'' a través de la sustancia, entonces tendría que ser potencia. Esto lo dice Averroes justamente porque para el hombre es ''trabajoso'' aprender, por otro lado, si ''entiende''las cosas quiere decir que estas están separadas de él. 

No obstante estos argumentos, Santo Tomás nos dice que Dios entiende las cosas a través de el mismo y no a través de las cosas. En este sentido, todas las cosas están en Dios y todas se dirigen a un fin determinado por él. De lo contrario, si esto no es así entonces se estaría negando la omnipotencia de Dios. 

En cuanto a las sustancias separadas, estas siempre van a seguir los designios de Dios entendiendo que estas están dentro de él. Por lo tanto, tanto Dios como las sustancias separadas pueden conocer los actos de los particulares. 


Conclusión

Una discusión que quizás ya hemos visto en otros escritos, sobre todos en la entrada sobre los comentarios que Santo Tomás de Aquino hizo a Averroes. Si bien la teoría de Averroes fue plausible y entendida en su momento, la verdad es que Santo Tomás nos trae algo más preciso a la hora de determinar la naturaleza de la sustancia divina. Si bien esta parte del tratado no versó mucho sobre las sustancias separadas, este sí nos da una muy buena información: Nadie escapa del poder divino. 


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sábado, 13 de julio de 2019

Santo Tomás de Aquino - De substantiis separatis (Sobre las sustancias separadas) (Parte IV: Orígenes) (1268)

Orígenes decía: ''Al final de los tiempos,
pecadores y no pecadores seremos uno solo con Dios''
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Refutando a los griegos, a los árabes y a parte de sus contemporáneos, Santo Tomás de Aquino ahora dirige sus críticas hacia un correligionario controvertido del tiempo de la patrística: Orígenes. Recordemos que Orígenes, siendo uno de los más grandes pensadores de la patrística, tenía su controvertida idea de la Apocatástasis que significaba que todos los seres volverían a ser uno con Dios, sean pecadores o no pecadores. Por supuesto, esto levantó muchas molestias en la Iglesia y su doctrina fue censurada y tomada como herejía. ¿Qué tienen que ver las ideas de Orígenes con las sustancias separadas? 

De substantiis 
separatis


Parte IV: Orígenes

La característica de los seres

Todos los seres son iguales

Como dijimos en la introducción, Orígenes pensaba que al final de los tiempos todos volverían a Dios como uno solo ya que si Dios es el comienzo entonces lógicamente también era el fin. Esta era la teoría general de Orígenes. 

Sin embargo, Orígenes también añade que ninguna diferencia pudo ocurrir en la creación de los seres, es decir, Dios siendo uno no puede crear la pluralidad. Entonces ¿cómo es que existe la pluralidad? la pluralidad existiría por un movimiento de la voluntad que se va haciendo diverso en los seres superiores y en cada diversidad van existiendo seres inferiores a lo que es el Primer Principio: unidad absoluta. Por lo tanto, Orígenes nos dice que todos los seres superiores (inferiores a Dios pero superiores a los cuerpos celestes) fueron iguales. 

Los seres no son todos iguales

Primeramente, la critica a Orígenes no se remonta a Santo Tomás de Aquino sino que va mucho más allá. Esta comienza con San Agustín de Hipona quien inmediatamente objeta la teoría de la apocatástasis, ya que esto resultaría en una desconsideración al concepto de ''Libre Albedrío''. En otras palabras, si el no pecador terminará siendo uno con Dios de todas maneras, entonces no importará que cometa los peores crímenes. 

En cuanto al segundo argumento de Orígenes, lo que hace la diferencia de los seres es justamente en cómo la materia está separada de la forma. Por lo tanto, de alguna manera los seres superiores se diferencian de otros tan solo por cuán alejados estén de la materia.

Recordemos que cuando decimos seres superiores nos estamos refiriendo a los ángeles. Si esto es así, entonces pareciera ser que Orígenes ignora las Sagradas Escrituras donde se hablan de aquellos ángeles que dejaron de servir a Dios por el pecado de la soberbia. Esta es otra de las razones de por qué las sustancias separadas no son iguales las unas a las otras. Todas se van alejando de la materia mientras más se acercan a Dios. 

Conclusión

Un pequeño extracto de esta gran obra ''opuscula'' dedicado a la critica a Orígenes. El tema de los origenistas se extendió en la Edad Media, la verdad es que cada vez que salía un argumento con similares características, los filósofos cristianos lo criticaban y terminaron condenándolo. Quizás es nuevo saber que Orígenes además tenía su opinión con respecto a las sustancias separadas, aunque también se debe aceptar que algunas cosas escaparon de su teoría, como por ejemplo la diferencia que tienen los ángeles. 


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viernes, 12 de julio de 2019

Visión del suicidio por los griegos

La muerte de Sócrates (1787)

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Visión del suicidio por los griegos

Situación en Chile

El suicidio es un tema sensible hoy en nuestro país. Tanto ha llegado a ser así, que en Chile el suicidio es la segunda causa de muerte entre los adolescentes. De acuerdo a algunas estadísticas en los últimos tiempos ocurría un suicidio cada cinco horas, y la mayoría de ellos (más del 80%) fueron principalmente hombres. De hecho, en el año 2017 el suicidio fue por primera vez la primera causa de muerte, desplazando así a los accidentes automovilísticos. Desde el año 2010 hasta el 2017 los suicidios fueron 14.967, 11 suicidios cada 100 mil habitantes(1).

¿Qué ocurre con el suicidio? ¿qué hace que una persona quiera quitarse la vida? Hoy trataremos de responder estas preguntas desde la perspectiva de los sabios filósofos griegos. 

El suicidio en Platón

Para Platón, el suicidio era tremendamente dañino para la sociedad, el Estado y los dioses. En alguno de sus textos podemos leer que Platón restringía las muertes ocasionadas por suicidios, separando estos cuerpos de los demás difuntos. Una costumbre órfica nos dice que a los suicidas se los enterraba con las manos cortadas y enterradas por separado. 

Sin embargo, Platón si acepta el suicidio en aquellas situaciones donde la vida del hombre se vuelve insoportable. Cuando el hombre está sumergido en la pobreza, en la vergüenza, en la indignidad, en la desdicha inevitable y en las coacciones. 

Añade también que aquella persona que tenga una enfermedad crónica o impulsos incontrolables debe dejar matarse, o suicidarse sin más. De alguna manera, Platón también veía la labor del Estado en el suicidio, es decir, matar a un hombre por una buena razón era correcto, mientras que matarlo por una mala razón era un delito. Así, Sócrates fue condenado por el Estado por lo que esa era una buena razón para matar a un hombre. No obstante, no debemos olvidar el diálogo del Fedón donde Sócrates decía que no eran las leyes lo que lo condenaban, sino que más bien eran los hombres en un intento de defender la postura del Estado frente a las condenas.  

Finalmente, Platón dice que el suicidio es una ofensa para los dioses ya que son ellos los que deciden cuándo y cuánto debe vivir un hombre. 

El suicidio en Aristóteles

Aristóteles nos dice directamente en la Ética Nicomaquea que el suicidio es un acto cobarde, y que daña el Estado de un territorio. El estagirita resuelve que el suicidio es evitar un mal que no pudo ser combatido; por lo tanto, aquella persona es cobarde y temerosa al cometer dicho acto. Para Aristóteles, el suicidio era un acto no contra sí mismo, pues se evita un mal, sino que contra el Estado. En otras palabras, como el hombre es parte de la sociedad no puede actuar en favor de sí mismo si afecta a la sociedad. 

El suicidio en los epicúreos

Si bien los epicúreos no escribieron sobre el suicidio, Emile Durkheim escribiría un texto importantísimo sobre el tema llamado justamente ''El Suicidio''. En el libro se describe como los epicúreos entendían el suicidio: como una especie de salida para evitar el dolor de la vida. En efecto, recordemos que una de las fuentes primordiales de los epicúreos es el placer y el interés, es decir, el hombre debe procurarse el máximo placer posible para vivir bien.  Sin embargo, también alentaba a sus seguidores a que tomaran el camino de seguir viviendo si es que algo de placer se pudiera encontrar. De hecho el mismo Durkheim diría:

''Si Epicuro no ordenaba a us discìpulos ordenar la muerte, les aconsejaba el contrario, vivir, mientras en ello se encontrara algún interés''

Esta puede ser la primera opinión que difiere de los dos grandes filósofos de la Antigua Grecia. Ahora sólo nos faltan los epicúreos. 

El suicidio en los estoicos

Para los estoicos, el suicidio era algo aceptable en las circunstancias de una miseria inevitable. De hecho, tanto era así que los estoicos recomendaban el suicidio como una especie de responsabilidad del fin de la propia vida. Quien se daba suicidio demostraba de alguna manera que era dueño de su propia vida. Así fue que algunos filósofos romanos como Catón el Joven, Lucio Anneo Séneca y Lucrecio se suicidaron en circunstancias donde su vida se vio amenazada. 

Conclusión

La determinación de los antiguos nos lleva a confirmar que el suicidio era algo netamente de cobardes. Sin embargo, con el tiempo vemos que se va aceptando en el Imperio Romano, pero luego en la Edad Media (como veremos más adelante), el suicidio es vuelto a rechazarse debido a la concepción cristiana de aquellos tiempos. Sea un acto cobarde o no, la situación del suicidio no debe ser tomada a la ligera. Debemos investigar las distintas razones del por qué alguien podría buscar el suicidio. Ya tenemos la opinión de los antiguos griegos, debemos seguir investigando...

Referencias de datos de suicidio:

Maldonado, A. Velasco, I. (2019) El Mercurio: El silencio de los suicidios en Chile. Recuperado de https://digital.elmercurio.com/2019/07/06/RVSB/LK3KIV99?fromSearch=1&q=suicidio&GotoArticle=LR3KSMMC


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Santo Tomás de Aquino - De substantiis separatis (Sobre las sustancias separadas) (Parte III: Avicena y los platónicos) (1268)

La materia es indeterminada



Seguimos con la tercera parte de esta interesante entrega sobre las sustancias separadas. Santo Tomás de Aquino ya ha refutado las opiniones (como él las llama) de Platón, Aristóteles y Avicebrón. Es el turno de uno de los más grandes pensadores musulmanes de la Edad Media: Avicena. Por otro lado, esta parte también involucra el pensamiento de los platónicos que sostuvieron las ideas contrarias al aristotelismo de la época, las cuales Santo Tomás está dispuesto a refutar. Veamos qué tiene que decir con respecto al tema. 

De substantiis 
separatis


Parte III: Avicena y los platónicos



Avicena y la materia


La independencia de la materia

Muchas opiniones hay con respecto al primer principio del Universo. Los filósofos dicen que la Unidad del Universo proviene de este Primer Principio que sería Dios, sin embargo, también lo hace desde un orden a seguir. Desde el Primer Principio surge la Primera Inteligencia del Universo que luego de tener su lugar en el mundo, este voltea a observar y entender al Primer Principio. 

Luego se forma una Segunda Inteligencia que tal como la primera se entiende a sí misma y también torna al Primer Principio. Desde esa perspectiva, la segunda inteligencia forma la esfera del alma y luego los otros grupos de cuerpos. Así se determina la procesión desde el Primer Principio hasta el Primer Cuerpo. Estas son las ideas que Avicena tiene de la formación del Universo, de alguna manera, el filósofo musulmán nos dice que la procesión se da por cuestiones naturales, y no por la intervención del Primer Principio. 

En efecto, dice Avicena, pareciera ser que el Primer Principio no interviene en las cosas de segundo orden o segundas causas. 

Sin embargo, ¿se hace esto por necesidad de la naturaleza o por necesidad de la materia? de acuerdo a Aristóteles es por necesidad de la materia. Para Santo Tomás de Aquino, el orden de las cosas del Universo subyace en el Primer Principio, más precisamente, de su intención. El aquinate nos dice que las cosas de segundas causas (los cuerpos) no pueden ser creadas sin dejar el supuesto de que un agente superior los creó. 

Por lo demás, pareciera ser que Avicena olvida que los seres que están bajo la potestad de Dios no pueden generarse solos. Todos ellos necesitan una causa universal que los origine. Santo Tomás ejemplifica esto aún más con la naturaleza de los números, en efecto, si las naturalezas tuvieran su propia independencia, entonces el número seis no podría ser ''dos veces tres'', sino que solamente tendría que ser ''una vez seis'' lo cual no es correcto pues la naturaleza del número seis se da en relación a la unidad de otros números y no a sí mismo. Por lo tanto, Dios crea a todos los seres sin cambiar ni moverse, tal como el Primer Motor aristotélico. 


Platónicos y la materia

Los platónicos tienen la misma opinión de Santo Tomás de Aquino con respecto a la dependencia de la existencia de la materia a Dios. Lo que los platónicos añadieron fueron que los principios abstractos del entendimiento en las concepciones inteligibles (la belleza, la justicia, la verdad, etc.). En ese caso, entonces los seres no solo dependen de la existencia del Primer Principio, sino que también dependen de los conceptos abstractos; es decir, un ser depende del principio así como también depende del concepto ''vida'' ya que participa en él; y también en el concepto ''intelecto'' porque también participa de él. 

Sin embargo, Santo Tomás nos dice que los platónicos están en un equívoco. Si bien un ser puede dividirse en categorías como el intelecto y la vida, estos conceptos también existen y dependen de un ser superior. Un hombre no es hombre solamente por participar del concepto animal y también por participar del concepto de bípedo. Todos depende de un concepto del ser que es Dios. 

Conclusión

Pareciera ser entonces que tanto Avicena como los platónicos afirmaban la independencia que tenían los seres para producirse a sí mismos. Santo Tomás entra en conflicto refutando la idea de que los seres fueran autónomos respecto de su existencia, y aclara que estos son dependendientes de la intención de Dios. Ciertamente, este argumento rosa el espectro del ocasionalismo de Al-Ghazali que es criticado también por Santo Tomás de Aquino. De haber ahondado un poco más, quizás hubiésemos conocido en este texto la opinión del aquinate con respecto a la omnipotencia de Dios. 

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jueves, 11 de julio de 2019

Santo Tomás de Aquino - De substantiis separatis (Sobre las sustancias separadas) (Parte II: Avicebron) (1268)

Ibn Gabirol (o Avicebrón) fue un filósofo judío que tenía
una controvertida teoría sobre la sustancia de los ángeles:
estaba compuesta de materia y forma.

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Luego de haber discutido las distintas posiciones de Platón y Aristóteles en relación a las sustancias separadas, nos toca ver la cosmovisión y teoría que tenía el filósofo judío Avicebrón. Frente a todos los otros filósofos, Santo Tomás de Aquino recoge las ideas de este las cuales son las más diferenciadoras de los sucesores de Platón y Aristóteles. El aquinate hace una refutación de todos los argumentos de Avicebrón, encontrándolos improbables y confusos, pero debemos ver en qué grado se da todo esto.


De substantiis 
separatis


Parte II: Avicebrón

Materia y forma

El comienzo de su teoría es que todas las sustancias inferiores a Dios están compuesta de forma y materia. Nos dice el sabio judío que las cosas están compuestas por forma y materia, y que de la potencia pasan al acto. 

Para Avicebrón, los cuatro elementos (agua, fuego, tierra y aire) son cuerpos que solo contrastan en sus cualidades. Por lo tanto, el filósofos nos dice que hay dos especies de materia: universal (perteneciente a los ángeles) y natural (perteneciente a los cuerpos de la Tierra).

Por otro lado, Avicebrón identifica otras dos materias que serían la materia celeste, es decir, aquella que pertenece a los cuerpos celestes; y finalmente la materia sublunar, que es aquella que pertenece a todo lo que está sujeto a la generación y la corrupción (los cuatro elementos).

.
Constitución del ser en Avicebron:

Materia Universal: seres celestiales
Materia Natural: seres corporales
Materia Celeste: cuerpos celestes o astros
Materia Sublunar: agua, tierra, aire y fuego

Sin embargo, Avicebrón nos dice que todos estos entes están hechos tanto de materia como de forma. De hecho, el filósofos nos dice que de no ser así no podría existir la multiplicidad. Por ejemplo, si los ángeles solo fuesen materia, entonces se seguiría que los ángeles no podrían ser más de uno ya que la materia es solo una y sólo se diversifica por la forma; por el contrario si solo son formas, entonces ninguna asignación (a la materia) podría llevarse a cabo. Por lo demás, ser sujeto significa tener materia y no forma, de acuerdo a Avicebrón, se es sujeto cuando hay materia.

Si esto es así, es decir, si están compuestos de materia y forma entonces los seres espirituales se clasificarían en inferiores y superiores, ya que la diferencia de un ser se ve en la materia. 


Por otro lado, otro problema que identifica Avicebron es que si todos tienen sustancias, entonces se entiende que hay sustancias superiores e inferiores. Por ejemplo, las sustancias de los seres de la tierra son inferiores a los de los cuerpos celestes; lo que quiere decir también que habría una pluralidad de formas. 

Por lo tanto, todas las criaturas sean espirituales o no deben tener tanto forma como materia. 

Refutación al argumento

Lo que dice Avicebrón es insostenible porque lo que realmente define que la materia exista es la forma. Lo que está en potencia aún no existe en concreto y el acto es el que finalmente lo determina. Por lo tanto, aquellos seres que están más unidos a la materia tienen menos carácter de ser que aquellos que no están unidos. Y en ese caso, los seres más superiores son aquellos que tienen más carácter ya que no están unidos a la materia.

Pareciera ser, en opinión a Santo Tomás de Aquino, que Avicebrón volvió a la opinión de los antiguos filósofos griegos que decían que el mundo estaba creado por los elementos de la naturaleza. En efecto, Avicebrón cree que la materia es una actualidad en sí misma, lo que es un tremendo error según la lógica aristotélica.

De esta forma, se destruye completamente la sustancia única, pues no habría cómo llegar a una unidad perfecta, sino que solamente a la pluralidad de cosas. De hecho, en este sentido solo habría materialidad pues nunca se podría alcanzar la forma primaria.


La materia en las sustancias separadas

La materia tiene la propiedad de recibir las formas. Si esto es así, entonces la materia de los ángeles también podrá recibir las formas. Sin embargo, las cosas corporales reciben la forma de otro modo, distinto de cómo lo hacen los ángeles. En efecto, la materia de los seres corporales será diferente de aquella de los ángeles. ¿Por qué? porque la forma de recibir de las criaturas del mundo sublunar tienen una materia inferior. Por lo tanto, la materia de los ángeles sería mucho más ''noble'' y ''fina'' que de los seres corporales.

Santo Tomás vuelve a recordarnos que el ser está compuesto de potencia y acto, y que los seres más cercanos al acto son más perfectos que aquellos que están cercanos a la potencia. Así, otra diferencia entre los ángeles y los seres corporales es que los primeros están más cerca del acto que de la potencia, mientras los otros son todo lo contrario. 

La forma y la materia

Pareciera ser, entonces, que de acuerdo a Avicebrón no podría existir la diferencia entre los seres si estos no estuvieran compuestos de materia y forma (incluyendo a los ángeles). Sin embargo, la verdad es que las distintas materias (de seres corporales o celestiales) reciben la forma de manera distinta. Los cuerpos celestiales llevan la materia a su perfección quedando ninguna potencia en ellas, mientras que la forma de la materia de los seres corporales no se perfecciona ya que la forma es recibida de manera inferior. Lo mismo pasa con la materia de los elementos sublunares (agua, tierra, aire y fuego). 

Conclusión

Esta puede ser la crítica más grande que haya tenido el filósofo judío Avicebrón. No creo que la teoría de Avicebrón deba ser rechazada inmediatamente al dar materia y forma a todos los cuerpos, pues es lógico pensar que todo ''ser'' tiene un cuerpo. Sin embargo, si nos enfocamos en la metafísica aristotélica y la comprendemos en su esencia, entonces tendremos que rechazar el postulado de Avicebrón al, como dije anteriormente, ''actualizar'' la materia o tratar a la materia como si también fuera un acto.

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domingo, 7 de julio de 2019

¿Era Aristóteles monoteísta o politeísta?

Estatua de Aristóteles

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¿Era Aristóteles monoteísta o politeísta?

Contexto entre los griegos

¿Será verdad que el gran científico de la antigüedad haya sido un creyente monoteísta o politeísta? La verdad es que de primer plano descartamos que haya sido ateo, pues su metafísica ya nos describe los primeros trazos de una divinidad: el Primer Motor Inmóvil

En el contexto de la antigua civilización griega, podemos notar fácilmente a través de las historias y la mitología que la gran mayoría de la población era politeísta. Tenían a todos sus dioses descritos en las historias de Homero, que su existencia era innegable. Puede ser que este contexto haya llevado a Platón a creer en la existencia de los dioses, además de que su teoría de las ideas nos aproxima también a que perfectamente pueden ser los dioses estas ideas. 

De hecho, Platón mismo en el libro X de Las Leyes dice:

 ''Quién dice con todas estas pruebas que los dioses no existen, debe entonces considerarse como insensatos''

Por lo tanto, no cabe duda de que Platón fue un creyente de los dioses.

Aristóteles y el monoteísmo

En la medida que vamos viendo todos los textos de Aristóteles, nos daremos cuenta que tiene dos conceptos claves: ''Física'' y ''Metafísica''. En el primero se describen todos los fenómenos de las ciencias naturales, mientras que en el segundo vemos los fenómenos de aquello que va más allá de las ciencias naturales.

Aristóteles introduce un concepto fundamental en la metafísica el cual es ''El Primer Motor Inmóvil'', es decir, un primer motor inteligente que mueve sin ser movido. Este Primer Motor Inmóvil, sea con intención o no, funda lo que conoceremos más adelante como una teología natural indispensable para el pensamiento tomista-aristotélico. 

Sin embargo, esto no solo será en el plano del cristianismo sino que también para las demás religiones monoteístas: islam y judaísmo. Estas religiones basaron sus teorías teológicas en base a este sistema de movimientos metafísicos que proponía Aristóteles, lo que nos lleva a pensar que efectivamente Aristóteles era monoteísta. 

Aristóteles y el politeísmo

Podría decirse que no necesariamente es monoteísta ya que el Primer Motor Inmóvil no describe un Dios literalmente. De hecho, las diversas interpretaciones que tuvieron los filósofos posteriores dieron nacimiento a nuevas y distintas ideas sobre el Primer Motor Inmóvil

Además, recordemos que Aristóteles también nos dijo que el mundo también era eterno, lo que no coincide con las religión cristiana que postula que Dios creó al mundo. Esta idea de que el mundo es eterno la tomará Averroes para su propia teología, diciendo que Dios y mundo son eternos, contrastando así con las ideas de otros filósofos árabes como Al-Ghazali y Al-Farabi. Cosa distinta pensaba Santo Tomás de Aquino quien decía que el estagirita, si bien dice que el mundo es eterno, nunca dice que no es creado por Dios. 

Podríamos añadir que Aristóteles cree en las sustancias de los cuerpos celestes que los hacen girar, aunque podría decirse que tienen un principio regidor que es el Primer Motor Inmóvil

Por último, es importante añadir que en sus reliquias, una de ellas era la diosa de la agricultura: Deméter. Aristóteles pidió que esta reliquias, la cual era una estatua, fuera consagrada y dejada a su madre. No obstante, podríamos tomar esto como un gesto simbólico de Aristóteles, o como una simple petición o deseo de su madre. En cualquier caso, llama la atención que de Aristóteles hayan salido estas curiosidades. 

Conclusión

Pareciera ser que este estudio nos deja con la duda de si Aristóteles fuera monoteísta o politeísta. En un aspecto podríamos decir que se asemejaba a un monoteísta por su teoría del Primer Motor Inmóvil, pero por otro lado bien podemos decir que fue politeísta en su vida personal. También hay que destacar que las diversas interpretaciones que surgieron en la Edad Media pusieron las ideas de Aristóteles en duda, pues nadie puede asegurar qué escribió y pensó exactamente el estagirita. Sea como sea, Aristóteles sorprendió a toda la humanidad con sus teorías metafísicas de un ente capaz de organizar el universo sin ser movido. Mantengamos la respuesta de esta pregunta como otra de las tantas interrogantes a resolver. 
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Santo Tomás de Aquino - De substantiis separatis (Sobre las sustancias separadas) (Parte I: Platón y Aristóteles) (1268)



Teniendo una introducción opuesta a quienes estén en contra de la fe católica, Santo Tomás de Aquino aborda el tema de las sustancias separadas en el siguiente trabajo opúsculo. La verdad es que el tema de las sustancias en el cristianismo es algo importante, ya que deja entender el fenómeno del alma y las esencias. En el presente trabajo, Santo Tomás de Aquino nos dará un viaje histórico desde los filósofos más antiguos hasta darnos su propia opinión sobre este tema. 

De substantiis separatis

Parte I: Platón y Aristóteles


Platón y los antiguos

Empezando por los filósofos antiguos, recordemos que si bien creían en los dioses, estos decían que los principios del mundo eran más bien materiales. Tenemos los ejemplos de Tales, Heráclito, Anaxímenes, entre otros. Solamente fue Anaxágoras quien dijo que existía un principio incorpóreo en los principios del Universo. 

Santo Tomás nos dice que Anaxágoras estuvo mucho más cerca de la verdad que sus antecesores, pero solamente cayó en una cosa: la existencia de una sola inteligencia. Para Santo Tomás de Aquino, las sustancia divina no es una sola pues también existen los ángeles. Estos también son considerados como seres divinos al igual que Dios, pero con cierta inferioridad. Por lo demás, Anaxímenes menciona que el intelecto no tiene poder sobre la materialidad, pues no es de su misma sustancia y por lo tanto el hombre no sería capaz de comprender lo universal. 

Platón tenía un planteamiento mucho más correcto que el de Anaxímenes, ya que Platón nos dice que el hombre sí puede entender lo universal a través de la abstracción de las cosas por medio del intelecto. Dichas abstracciones son dos: las matemáticas y las ideas. Las matemáticas tienen ciertas especies como lo son los números, pero las ideas no son múltiples sino que son una sola: la justicia, el bien, la verdad, la belleza, etc. 

Por lo tanto, Platón nos enseña en su teoría que la Unidad está por sobre la multiplicidad. Desde este punto de vista, todo lo que esté cerca de dicha Unidad será más apreciado porque tiene la participación en las formas, es decir, en aquello que es perfectamente uno y no en la materialidad. De ahí que Platón plantee en Timeo que existen seres superiores como los cuerpos celestes que logran su propio movimiento (los planetas por ejemplo). Por lo tanto, en Platón podríamos tener la primera mirada de sustancias separadas: Dios y el alma de los cuerpos celestes (o almas celestiales). 

Aristóteles

Sin embargo, de acuerdo a Santo Tomás Platón estaba equivocado. Esto lo dice porque no es necesario que lo que entiende el intelecto, las cosas materiales, tenga que tener una existencia separada en la realidad. Santo Tomás nos dice que lo intelectual de las cosas es la esencia de cada cosa; por ejemplo, si una mujer es bella, la palabra ''bella'' representaría su esencia que no está separada de la realidad de la mujer. 

Es por esto que en Aristóteles se ve un camino más seguro para entender las sustancias separadas. Primero establece que todas las cosas se mueven por algo que las mueve. No obstante, si seguimos la secuencia de movedores veremos que en primera instancia tendremos que encontrar que uno no se mueva, es decir, un principio inmóvil. Este principio es infinito y al mismo tiempo mueve infinitamente a todo lo demás. Solo un poder infinito puede mover un tiempo infinito. El primer principio mueve sin ser movido pues no tiene magnitud. 

Pero cuando hablamos de los cuerpos celestes ocurre un problema no menor. Aristóteles observa los movimientos de estos y determina al menos 55 movimientos propios por medio de unas esferas. Esto nos dice que no solo hay una sustancia para los cuerpos celestes sino que también una sustancia para aquellos movimientos que otorgan estas esferas. Esto solo plantea un problema mayor al movimiento de los planetas, pues añade más sustancias que verdaderamente no serían necesarias. Además, Aristóteles nos dice que los movimientos pueden ser incluso más, pero nunca dice cuántos. Pareciera ser que deja esta tarea a los hombres que lo sucederán. 

En lo que si acuerdan tanto Platón como Aristóteles es que las sustancias están completamente libres de la materia, pero no de la potencia y el acto (que es el principio constitutivo de toda las cosas). También acuerdan en que el primer principio (la Unidad para Platón y el Primer motor para Aristóteles) es eterno y es bueno. Para Aristóteles existirían tres sustancias: el alma, los cuerpos celestes, los movimientos y el Primer Motor; mientras que para Platón hay dos, la Unidad y el alma. 

Conclusión

Vemos aquí los problemas que Santo Tomás de Aquino pudo observar entre estos dos filósofos con respecto a las sustancias separadas. Aún es un tema muy complejo abordarlo, pero los resúmenes de estos filósofos anteriores nos ayudarán a comprender el modo en que Santo Tomás de Aquino comprendía las sustancias separadas. Aún nos falta ver algunos otros filósofos en este capítulo, de hecho, en el próximo veremos algunos filósofos árabes.


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