viernes, 8 de marzo de 2019

Santo Tomás de Aquino - El Libre Albedrío

Otro de los temas más controversiales entre los filósofos y teólogos. Nada es más misterioso, más difícil o más complejo de hablar entre los grandes pensadores, sea justificándolo sea rechazándolo. ¿Cómo es que los filósofos hacen concordar todo esto con la voluntad divina? Bien puede pensarse que si Dios domina todo el universo, entonces el libre albedrío del hombre se vería forzado por la voluntad de Dios, lo que sería una contradicción en el concepto. ¿Cómo es que un ser que todo lo sabe y todo lo controla puede otorgar libre albedrío? entendamos esto en la siguiente entrada de Santo Tomás de Aquino

Referencias:

(1) El mismo pensamiento de San Agustín de Hipona

EL LIBRE ALBEDRÍO



¿Está el hombre dotado de libre albedrío?

Para Santo Tomás de Aquino es indudable que existe el libre albedrío, ya que con esto se explica que exista castigo o recompensa(1) en otras palabras, saber cómo el hombre es bueno

Existen tres clases de seres que tienen movimientos: las cosas, los animales y los humanos. Estos últimos son los que tienen el raciocinio para elegir, ya que este les permite decidir deliberadamente un acción. Los animales y los hombres brutos no se mueven por el raciocinio, sino que más bien se mueven por el juicio natural; a cada estímulo de la naturaleza tienen una determinada respuesta. Por lo tanto, tanto animales como brutos no tienen libre albedrío. El hombre racional si lo tiene, pues este puede definir el bien al cual se dirige sin que ningún estímulo se interponga. 

¿Está el libre albedrío en los brutos?

El carácter del libre albedrío yace en el conocimiento de las cosas. El apetito es algo que está en todos los seres racionales y no racionales, sin embrago, el hombre puede ir en contra de este apetito. El apetito siempre tiende a algún provecho y por lo tanto al bien del ser mismo, no obstante, el hombre puede tener apetito por cosas malas. Por ejemplo, el hombre puede tener deseos de fornicar, luego fornica, pero pensando en que esto se hace en su provecho. Por eso, como diría Dionisio:

''Nadie actúa pensando que dicho acto está mal''

Los brutos tienen una especie de razonamiento, pero que no está ejecutada por ellos a pesar de que tienen la misma naturaleza del hombre racional. Bajo ese aspecto, los brutos tienen una especie de libertad condicional hasta que usen su juicio para deliberar.

¿Existe libre albedrío en Dios?

Sí existe el libre albedrío en Dios, pero de manera diferente que de los ángeles y los hombres. Dios tiende a un fin y por lo tanto esto también lo hace tener libre albedrío, pero no es que Dios ''necesite'' un fin ya que no necesita de nada. Por lo tanto, lo que supone el libre albedrío son dos cosas: naturaleza y poder cognitivo. 

En cuanto a la naturaleza debemos decir que la de Dios es distinta a la de los hombres, ya que es eterno e inmortal. Por lo tanto, su libre albedrío siempre tenderá al bien y no al mal como los hombres o los ángeles. 

En cuanto al poder cognitivo, el hombre no siempre puede deliberar bien, pues su juicio lo hace dudar muchas veces. Dios no tiene problemas ni dudas que puedan hacer confundir su visión de la verdad, por lo tanto, su libre albedrío esta fuera de dudas o disqusiciones, pues ya conoce la verdad; el hombre siempre tiene que hacer un esfuerzo para conocerla. 


¿Es el libre albedrío un poder?

Existen dos conceptos cuando hablamos de capacidades humanas: unas son por hábito y otras son por poder. Las de hábito son naturales y las del poder son deliberativas; por lo tanto, tendríamos que decir que el libre albedrío es una cuestión deliberativa, es decir, el libre albedrío es un poder. Si esto es así, entonces dicho poder también es una voluntad. 

¿Es el libre albedrío voluntad u otra cosa?

El libre albedrío es precisamente la voluntad pero no de manera absoluta. Involucra la voluntad en cierto sentido, ya que en el libre albedrío se toma una decisión. Como lo define Santo Tomás de Aquino, el libre albedrío es un poder por el cual el ser humano puede juzgar libremente. 

¿Es el libre albedrío concebido por gracia?

Contrario a lo que diría Orígenes, el libre albedrío sí es concedido por gracia. Lamentablemente, la naturaleza no puede dotar al hombres de un libre albedrío como lo proponía Orígenes, ya que de ser así el hombre solo estaría inclinado a los estímulos naturales, lo cual no es cierto, el hombre tiene libre voluntad por sobre la naturaleza. 

¿Puede el hombre perseverar en cometer el mal por su libre albedrío?

La verdad es que no se puede perseverar en el mal, incluso aunque el hombre tenga dicha voluntad. El mal no puede apoderarse del alma del todo, así como tampoco se apodera del cuerpo del todo. Siempre quedará en el alma pequeñas emociones o pulsiones hacia el bien por más mal que exista. 


¿Puede ser capaz el libre albedrío de tener bien sin la gracia?

La gracia es algo que va más allá de la naturaleza humana, del hábito humano o de la costumbre. La gracia se refleja en actos como la caridad, como la caridad va más allá de la caridad humana, entonces no pertenece a la naturaleza humana, sino que es un acto que acerca al hombre a Dios. Por lo tanto, el libre albedrío es incapaz de concebir algo sin Dios. 

Sin embargo, el hombre si es capaz de producir actos de bien sin necesidad de la gracia, es decir, el hombre no necesita una intervención de la divinidad para cometer el bien. Entonces, el libre albedrío es capaz de tener el bien sea con gracia o no. 

Conclusión


Muy parecido al pensamiento de San Agustín de Hipona, aunque también Santo Tomás de Aquino agrega sus matices. Por ejemplo, al concepto de libre albedrío añade el poder cognitivo, es decir, un hombre que no use la razón no podría obtener el libre albedrío, ya que siempre se vería forzado por su naturaleza a sus inclinaciones viciosas. Hemos terminado las cuestiones disputadas de Santo Tomás de Aquino las cuales han sido magníficas para entender el pensamiento del aquinate. 

martes, 5 de marzo de 2019

Santo Tomás de Aquino - El Bien

Faltaba que Santo Tomás de Aquino nos hablara de este concepto tan fundamental en la religión en la filosofía y en la teología. Ya todos los filósofos nos ha hablado sobre el bien y el mal desde distintas maneras, incluso desde los cristianos. El bien es lo que todos buscamos sea para nuestra conveniencia o para la conveniencia de nuestros cercanos. Sin embargo, algunas veces el bien parece estar distorsionado en otras personas, o bien parece que tenemos todos una concepción diferente del bien. Veamos de qué se trata todo esto. 

Referencias:

(1) Diferente a lo de San Agustín de Hipona quien decía que el mal era algo innato.

EL BIEN


¿Todas las cosas tienden al bien?

Sean las cosas con conocimiento o aquellas sin él, todas las cosas tienden al bien. Una razón es porque quien tiene conocimiento conocen su propio fin, y aquellas que no tienen conocimiento son llevadas a un fin.

Así el hombre y las cosas son inclinadas al bien, pero el hombre es movido por algo más hacia el bien. Ese bien es Dios en sí mismo y como Dios no tiene un fin, todas sus creaturas tienden a él mismo. Esto quiere decir que las cosas tendrían el bien de forma innata en su interior, ya que es una tendencia natural. 

¿Son el ser y el bien intercambiables?

El bien consiste en perfeccionar otro hacia un fin; por ejemplo, el fuego tiende hacia arriba y eso está bien porque es su propósito. Lo mismo pasaría con la tierra que tiende hacia el centro de la tierra. Por lo tanto, el ser, es decir, existir, es bueno en cuanto se dirige a un fin propio que es lo que busca todo ser. Por lo tanto el ser y el bien son intercambiables. 

¿Es el bien anterior a la verdad?

El bien presupone la verdad. Sin embargo, hay ciertas cuestiones a considerar antes de la verdad. Como unidades jerárquicas primero tenemos el ser, luego la unidad y finalmente la verdad en ese orden. 

  1. El ser
  2. La unidad
  3. La verdad

Sin embargo, como cuarto elemento tenemos el bien (o la bondad) ya que esta es más extensiva que la verdad. No obstante, Santo Tomás nos dice que el bien es lo que precede a la verdad por dos razones:


  • La bondad es la que le da características al ser. La verdad no necesariamente le da características al ser. La verdad la pueden tener aquellos que tengan el poder de la cognición, pero el bien puede percibirse anteriormente porque está más cerca de la existencia. 
  • Las cosas son perfeccionadas primero desde la bondad (el bien) antes que de la verdad. Primero necesitan formarse con el bien paulatinamente para luego ser tomadas como verdaderas.

Esto es lo que nos dice Santo Tomás de Aquino preliminarmente en cuanto a la verdad. 

¿Es bueno todo aquello que viene de la primera bondad?

Desde aquí las respuestas no son satisfactorias para Santo Tomás. Muchos hombres dicen que Dios o es la forma, o la substancia, o la materia de todas las cosas creadas. Sin embargo, el creador y lo creado no son la misma cosa. 

Si un hombre es bueno éste no lo es por tener a Dios en su interior (forma o materia), sino que más bien por una forma de la bondad creada por Dios.  Santo Tomás era de la misma idea que Aristóteles diciendo que la bondad venía de las formas (o de las ideas como diría Platón), pero no de Dios mismo. 

¿Es lo creado bueno por su esencia?

No todas las cosas son esencialmente buenas, al contrario, las cosas pueden participar del bien sea esencialmente o accidentalmente. Cuando las convergencias entre lo esencial y accidental de una cosa se une, entonces podemos decir que tal cosa es buena en esencia o en accidente. Por supuesto, la bondad esencial es siempre la que más persevera por sobre la accidental. 

Conclusión

Todo lo dicho anteriormente es extraído de las ideas tanto de Platón, de Aristóteles, de Boecio y de San Agustín de Hipona. Bajo este respecto, tenemos que el bien no es algo intrínseco en el ser humano o en las cosas sino que pertenece a una forma singular creada por Dios. Me llama la atención la importancia que Santo Tomás da a la bondad por sobre la verdad, haciéndola ver primero que todas las otras. Sin duda un texto que nos servirá de base para analizar lo de más adelante. 

domingo, 3 de marzo de 2019

Homology by Stoics

Homology
(by stoics)

The Stoics always told us about morality as the behavior that man should have in this world. One of the most important concepts within their theories is ''homology''.

Surely, this term is made known to other areas of knowledge for example; in geometry, the elements that correspond in similar figures; in biology, the relationship that exists between some parts of the body that are similar in parts of other bodies (the wings of birds and the wings of insects).

However, Stoics defined ''homology'' as the correspondence between the nature and the behavior of the human being. As Stoics consider the nature of the human being rationally, then the human being is due to reason and not to pleasure or irrationality.

In the same vein, Marco Tulio Cicero told us that Stoics understood to live well as "living in convenience with nature," that is, living "homologically" as the nature corresponds to their own living being. In other words, for the Stoics to live well is to live by means of virtue.

And the pleasure? We can say well that pleasure is also a part of human nature. However, this belongs much more to animals than to man. The animal is much more given to pleasure than to reason (because actually the don't have reason); therefore, there is no more to be added with respect to man with his nature: reason.

Conclusion

It is important to take into account the view of the Stoics regarding morality. No one wants to be irrational even in a small aspect, everyone needs to be rational even for the most sentimental or kind actions. If we want to live in a well-built society, then we have to follow our rationality and intelligence to live better. However, we have had this intelligence for millions of years. Have we learned to use it?

Homología por los estoicos

Homología
(por los estoicos)

Los estoicos siempre nos hablaron de la moral en cuanto comportamiento que el hombre debiera tener en este mundo. Uno de los conceptos más importantes dentro de sus teorías es el de ''homología''. 

Seguramente este término se les hace conocido por otras áreas del saber por ejemplo; en la geometría, los elementos que se corresponden en figuras similares; en la biología, la relación que existe entre algunas partes que son similares en distintos cuerpos (las alas de las aves y las alas de los insectos). 

Sin embargo, para los estoicos definía la correspondencia entre la naturaleza y la conducta del ser humano. Siendo que para los estoicos la naturaleza del ser humano es lo racional, entonces el ser humano se debe a la razón y no al placer o a la irracionalidad. 

Bajo este respecto, el mismo Marco Tulio Cicerón nos decía que los estoicos entendían vivir bien como ''vivir en conveniencia con naturaleza'', es decir, vivir ''homológicamente'' como la naturaleza que corresponde a cada ser vivo. En otras palabras, para los estoicos vivir bien es vivir por medio de la virtud. 

¿Y el placer? podemos decir bien que el placer es también parte de la naturaleza humana. No obstante, este pertenece mucho más a los animales que al hombre. El animal es mucho más dado al placer que a la razón (la cual en realidad no tiene); por lo tanto, no hay más que añadir con respecto al hombre con su naturaleza: la razón.

Conclusión

Es importante tener en cuenta la visión de los estoicos con respecto a la moral. Nadie quiere ser irracional ni siquiera en un pequeño aspecto, todos necesitan ser racionales incluso para las acciones más sentimentales o bondadosas. Si queremos vivir en una sociedad bien construida, entonces nos debemos a nuestra racionalidad e inteligencia para vivir de mejor manera. Sin embargo, esta inteligencia la hemos tenido por millones de años. ¿La hemos aprendido a usar?

sábado, 2 de marzo de 2019

Santo Tomás de Aquino - Comentarios a Avicena

Comentarios a Avicena

Uno de los filósofos con que más tuvo conflictos Santo Tomás de Aquino fue Avicena. Este filósofo musulmán tomaba en cuenta todas las ideas de Aristóteles en sus tratados, por lo cual fue siempre rechazado por las visiones más platonistas. Veamos un poco las ideas de este filósofo y veamos cómo es que Santo Tomás discrepaba de él. 

Dator formarum 

El dator formarum, es decir, la fuente de conocimientos de todos los hombres, existe como un ente universal que el intelecto del hombre puede alcanzar luego de haber trascendido los conocimientos ordinarios. No son muchos los hombres que pueden llegar a esta concepción del dator formarum, ya que este entendimiento puede verse obstaculizado por los sentidos. Por lo tanto, el conocimiento del dator formarum no puede alcanzarse por medio de los sentidos. En esto Santo Tomás de Aquino no discrepa en absoluto. 

Dios: ser y esencia

Avicena presenta sus pruebas sobre la existencia de Dios de la siguiente manera:

  • Ninguna de las cosas de este mundo es el ser de Dios. Su esencia puede ser pensada sin que exista, de esta manera, si fuera pensada como existente (en este mundo), entonces este debería su existencia a otro, y éste a otro y así. 
De este modo, Avicena acepta la teoría de Aristóteles pero con una objeción. Si el motor inmóvil mueve, entonces tiene que hacerlo completamente y no moviendo solamente una de sus partes (como lo decía Aristóteles). El estagirita decía que lo que se mueve por sí mismo es imposible que no sea divisible, porque el movimiento mismo es divisible; por lo tanto, el Primer Motor Inmóvil en el todo una parte de sí mueve. En efecto, si todo se mueve por sí mismo sería imposible. 

Además, Avicena anota algo importante: el ser y la esencia están divididos, es decir, una cosa es ser existente (o posible) y otra cosa es, justamente, ser. En este sentido, Dios es necesario por sí mismo y por lo tanto es pura esencia; no necesita las características o categorías del ser. 

Sin embargo, Santo Tomás de Aquino rechaza esta teoría tajantemente. La esencia sin el ser no es nada, afirma el aquinate. Santo Tomás nos dice que el ser no es un accidente, y en efecto no lo es. El ser es en acto y las potencias son el accidente, por lo tanto, Dios contiene tanto el ser y la esencia por sí mismos. 

Por supuesto, Avicena, en el intento de sacar todo lo que pudiera recordar ''materia'', lo saca de la divinidad por representar lo terrenal; no obstante, mediante lo conceptual, Santo Tomás va un paso adelante diciendo que Dios debe ser necesariamente ambos.

Las inteligencias

Para Avicena las inteligencias son simples, sin materia. Las formas de aquellas inteligencias son activas y por lo tanto pueden formar y dirigir la materia. Sin embargo, esta teoría daría como resultado que las formas tendrían que cambiar para formar las cosas de ser así. Por otro lado, si las inteligencias crean las formas, entonces podríamos decir que los ángeles crearon a los seres humanos, lo cual Santo Tomás no acepta. Dios es el único directamente que pudo haber creado las formas. 

El alma 

Las almas dependerían de la voluntad tanto de los cuerpos celestes como de los razonamientos superiores o de los seres superiores. Esto también incluye la creación de la misma como dijimos anteriormente, pero esto es un equívoco según Santo Tomás. Todas las almas son creadas por Dios de acuerdo al aquinate. 

El cuerpo

Aristóteles nos decía que la materia busca las formas para perfeccionarse, pero para Avicena esto era falso. Por lo demás, creyendo en la teoría aristotélica, Avicena decía que como las cosas guardaban el compuesto de materia y forma, la materia prima solo trataba de guardar sus formas substanciales, pero que estas podían cambiar. Esto también es rechazado por Santo Tomàs quien, siguiendo estrictamente a Aristóteles nos dice que las formas son inmutables, lo único mutable es la materia. 

Conclusión

Vemos que las diferencias entre Avicena y Santo Tomás de Aquino fueron fundamentalmente físicas y metafísicas. En efecto, Avicena tiene un gran compendio de teorías relacionadas más con la física que con la metafísica. Me parece que lo que hizo el aquinate como crítica a la obra de Avicena, es tratar de entender la obra del filósofo musulmán aún más de cuando se lee. Sigamos por la senda de la verdad y la investigación que nos muestra Santo Tomás de Aquino con respecto a otros filósofos. 

viernes, 1 de marzo de 2019

Santo Tomás de Aquino - La Consciencia

Cuantos años se habrá adelantado Santo Tomás de Aquino con este gran tema que hasta el día de hoy da mucho que hablar en grandes filósofos y psiquiatras como Sigmund Freud, Jacques Lacan, Carl Jung entre otros. Realmente el salto del examen de la consciencia que hace aquí, en el año 1256, hace una progresión de dejar totalmente los mitos y los misterios mentales para acercarse cada vez más a la ciencia y al pensamiento racional. Debemos seguir examinando todos estos temas a cabalidad con el aquinate. 


LA CONSCIENCIA


¿Es la consciencia un poder, un hábito o un acto?


La palabra consciencia significa aplicar conocimiento a alguna cosa, sin embargo, cualquier conocimiento puede ser aplicado a una cosa; por lo tanto, la consciencia no sería un poder específico ni un hábito sino que más bien sería un acto. En ese mismo acto se ocupa la memoria, y la razón que sería ocupada cuando algo se delibera. La consciencia trabaja por sí misma en una determinada situación, dejando espacio para poder deliberar cuál será la acción a realiza; en este sentido, la consciencia es un acto innato.

¿Puede equivocarse la consciencia?

Aunque la consciencia solo es un acto, esta también puede caer en un error de dos formas. El primero sucede cuando hay un error en la formulación de silogismos, mientras que el segundo puede deberse a la construcción de falsas premisas. Esto ocurre porque en vez de que la razón superior tome el mando del control de la mente, el control lo toma la razón inferior. Sin embargo, hay veces, como se demostró en el libro anterior, que la razón superior también puede equivocarse, y es ahí que tenemos que la consciencia puede cometer errores. 

¿Puede obligar la consciencia?

La obligación solo puede estar en las cosas que pueden ser forzadas, pero no en el hombre. La voluntad está libre de la coerción y por esto es entendería que todo lo que no tiene voluntad, como las cosas de la naturaleza, si están coercionadas.

La única forma en que la consciencia pudiera obligar a un hombre sería a través de un precepto divino por Dios. De otra manera, el hombre está libre de toda obligación, incluso bajo tortura o bajo cualquier coerción, ya que es decisión de él obedecer lo que se le impone o no. 

¿Puede obligar una falsa consciencia?

Puede obligar pero de distinta manera a como puede hacerlo la consciencia verdadera a través de Dios. La primera consciencia, es decir, la verdadera, lo hace a través de la razón interna, mientras la otra la hace a través de la razón externa. Un ejemplo de esto sería un hombre que gusta del vino; el hombre sensato dirá que la razón de porqué le gusta el vino será por su sabor, mientras quien quiere el vino por razones externas dirá que le gusta el vino solo por ser vino. 

Por lo tanto, podríamos decir que el hombre es obligado pro la verdadera consciencia, pero la falsa consciencia lo obliga accidentalmente. 

Conclusión

Realmente aclaratorio lo de Santo Tomás de Aquino sobre la consciencia, aunque algunas ideas ya las podemos extraer de San Agustín de Hipona cuando este mismo hablaba del libre albedrío. El hombre siempre es libre de elegir independientemente de que esta sea una decisión que lo perjudique. Parece ser que Tomás de Aquino no tiene más que aceptar las preceptos agustinianos, sin dejar de lado la división aristotélica de la razón. 

miércoles, 27 de febrero de 2019

Santo Tomás de Aquino - Razón superior y razón inferior.

Esta es la siguiente cuestión disputada de Santo Tomás de Aquino, esta ves desde la vereda de la razón superior y la razón inferior. La razón como concepto vinculado a la teología es importantísimo para los exponentes de la escolástica, sobre todo porque forma la base del pensamiento aristotélico, ya que el estagirita dejó establecido que existían dos tipos de razonamientos. Santo Tomás nos dejará la explicación y la importante tarea de describir estos dos tipos de razones. 

Razón superior y razón inferior


¿Son el entendimiento y la razón diferentes en el hombre?

Primero se debe distinguir entre los cuerpos superiores e inferiores. Los cuerpos inferiores alcanzan su perfección a través de la generación, el cambio y su final destrucción. Los cuerpos superiores no perecen y no tienen movimientos, por ejemplo, los planetas, los ángeles y las almas. 

Ahora debemos definir lo que es el entendimiento y la razón:

  1. Entendimiento: indica conocimiento absoluto. Se dice en sentido metafórico que lee la verdad en las cosas. 
  2. Razón: denota una transición de una cosa a otra por el cual el alma alcanza un conocimiento.

En el ser humano, el conocimiento se desarrolla a través de la razón; se mueve desde la ignorancia hacia la inteligencia. El entendimiento está dentro del razonamiento por alguna similitud. Por lo tanto, el poder de moverse de un lado a otro y el de conseguir la verdad en dicho movimiento no establece una diferencia, al contrario, establece una similitud. 

¿Son la razón superior y la razón inferior diferentes?

Tanto la razón superior como la razón inferior son percibidas por el alma en distintos grados. Esto las hace diferentes pues la razón superior capta todas aquellas cosas que son inmateriales, mientras la razón inferior capta todo aquello que es material. Sin embargo, ambos están en la mente por lo que no existe una diferencia substancial, pero sí en cuanto a lo que ellas perciben. 

En otras palabras podemos decir que la razón superior se refiere el intelecto agente y la razón inferior al agente posible.

¿Puede el pecado existir en la razón superior o la razón inferior?

Puede existir a veces en los dos. Recordemos que estas dos razones tienen dos especies de apetitos: la razón inferior tiene el apetito de la ira y la concupiscencia; donde ahí se encuentra el pecado; mientras que la razón superior está conformada por la voluntad.

Cuando la voluntad da consentimiento al mal, entonces vemos que el pecado está en la razón superior. Cuando uno peca con algo de deliberación, entonces el pecado se encuentra en la razón inferior porque las fuerzas del mal tienen una especie de deliberación o inclinación. 

¿Es el placer deliberado un pecado mortal?

Una cosa es el placer que se tiene de un objeto pensado, es decir, cuando se piensa el placer puede haber dos actos, la curiosidad de conocer dicho placer, o el acto de efectivamente llevar a cabo el objeto de placer. Cuando la razón le da consentimiento al mal, entonces es ahí donde podemos hablar de un pecado mortal. 

¿Puede existir el pecado venial en la razón superior?

Tomando en cuenta que la razón superior tiene una voluntad y el pecado mortal y venial se trata de la deliberación, entonces el pecado venial sí se encuentra en la razón superior. 

Conclusión

Este escrito de Santo Tomás de Aquino me recuerda mucho a la filosofía de Pedro Abelardo, quien daba mucha importancia al concepto de consentimiento. Por ejemplo, el decía que lo más importante es la acción que se le da al consentimiento. Sin embargo, tenemos que tener en cuenta que Santo Tomás nos habla de que el mal está en el interior del hombre, lo que quiere decir que la deliberación del hombre esta cargada por una parte del mal. Tendremos que seguir viendo este tema con el aquinate.