Comentarios a Avicena
Uno de los filósofos con que más tuvo conflictos Santo Tomás de Aquino fue Avicena. Este filósofo musulmán tomaba en cuenta todas las ideas de Aristóteles en sus tratados, por lo cual fue siempre rechazado por las visiones más platonistas. Veamos un poco las ideas de este filósofo y veamos cómo es que Santo Tomás discrepaba de él.
Dator formarum
El dator formarum, es decir, la fuente de conocimientos de todos los hombres, existe como un ente universal que el intelecto del hombre puede alcanzar luego de haber trascendido los conocimientos ordinarios. No son muchos los hombres que pueden llegar a esta concepción del dator formarum, ya que este entendimiento puede verse obstaculizado por los sentidos. Por lo tanto, el conocimiento del dator formarum no puede alcanzarse por medio de los sentidos. En esto Santo Tomás de Aquino no discrepa en absoluto.
Dios: ser y esencia
Avicena presenta sus pruebas sobre la existencia de Dios de la siguiente manera:
- Ninguna de las cosas de este mundo es el ser de Dios. Su esencia puede ser pensada sin que exista, de esta manera, si fuera pensada como existente (en este mundo), entonces este debería su existencia a otro, y éste a otro y así.
De este modo, Avicena acepta la teoría de Aristóteles pero con una objeción. Si el motor inmóvil mueve, entonces tiene que hacerlo completamente y no moviendo solamente una de sus partes (como lo decía Aristóteles). El estagirita decía que lo que se mueve por sí mismo es imposible que no sea divisible, porque el movimiento mismo es divisible; por lo tanto, el Primer Motor Inmóvil en el todo una parte de sí mueve. En efecto, si todo se mueve por sí mismo sería imposible.
Además, Avicena anota algo importante: el ser y la esencia están divididos, es decir, una cosa es ser existente (o posible) y otra cosa es, justamente, ser. En este sentido, Dios es necesario por sí mismo y por lo tanto es pura esencia; no necesita las características o categorías del ser.
Sin embargo, Santo Tomás de Aquino rechaza esta teoría tajantemente. La esencia sin el ser no es nada, afirma el aquinate. Santo Tomás nos dice que el ser no es un accidente, y en efecto no lo es. El ser es en acto y las potencias son el accidente, por lo tanto, Dios contiene tanto el ser y la esencia por sí mismos.
Por supuesto, Avicena, en el intento de sacar todo lo que pudiera recordar ''materia'', lo saca de la divinidad por representar lo terrenal; no obstante, mediante lo conceptual, Santo Tomás va un paso adelante diciendo que Dios debe ser necesariamente ambos.
Las inteligencias
Para Avicena las inteligencias son simples, sin materia. Las formas de aquellas inteligencias son activas y por lo tanto pueden formar y dirigir la materia. Sin embargo, esta teoría daría como resultado que las formas tendrían que cambiar para formar las cosas de ser así. Por otro lado, si las inteligencias crean las formas, entonces podríamos decir que los ángeles crearon a los seres humanos, lo cual Santo Tomás no acepta. Dios es el único directamente que pudo haber creado las formas.
El alma
Las almas dependerían de la voluntad tanto de los cuerpos celestes como de los razonamientos superiores o de los seres superiores. Esto también incluye la creación de la misma como dijimos anteriormente, pero esto es un equívoco según Santo Tomás. Todas las almas son creadas por Dios de acuerdo al aquinate.
El cuerpo
Aristóteles nos decía que la materia busca las formas para perfeccionarse, pero para Avicena esto era falso. Por lo demás, creyendo en la teoría aristotélica, Avicena decía que como las cosas guardaban el compuesto de materia y forma, la materia prima solo trataba de guardar sus formas substanciales, pero que estas podían cambiar. Esto también es rechazado por Santo Tomàs quien, siguiendo estrictamente a Aristóteles nos dice que las formas son inmutables, lo único mutable es la materia.
Conclusión
Vemos que las diferencias entre Avicena y Santo Tomás de Aquino fueron fundamentalmente físicas y metafísicas. En efecto, Avicena tiene un gran compendio de teorías relacionadas más con la física que con la metafísica. Me parece que lo que hizo el aquinate como crítica a la obra de Avicena, es tratar de entender la obra del filósofo musulmán aún más de cuando se lee. Sigamos por la senda de la verdad y la investigación que nos muestra Santo Tomás de Aquino con respecto a otros filósofos.
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