domingo, 10 de febrero de 2019

Concept of truth in Greeks

Concept of truth in Greeks



This can be the most important question in the lives of all people: ''What is the truth?''. We all have a different concept of truth which it seems to suggest saying that there are many types of truth. On the other hand, we have people who manage to impose their truth and mark their thinking among all the others.


This time we will see the truth from the philosophy of the ancient Greeks who developed their own view about the truth. 

Plato on truth


We have the first definition of truth in a spectacular book by Plato: Cratilo (or language). The Athenian philosopher describes the truth as follows:


''Truth is to say things as they are and falsehood is to say as they are not''



From a first point of view, Plato's definition seems simple enough. However, the truth is not reached simply by saying that things are true, but they must correspond to the reality we understand. That is why Plato put in the first place the world of ideas where, according to the philosopher, the truth is found and not in the world of the senses.



Aristotle on truth




In Aristotle the truth begins to be much more complex than in Plato's view. For Aristotle, the truth is in being, in substance, in thoughts, but not in things. However, things have the characteristics of truth, or, at least, representations of it.




Thus, it is said that a man is (true proposition) and then the characteristic of such a man is given: a man is white.


On the other hand, given the aspect and scientific character of the stagirite, the truth is also related to the cause, since he himself said:



''It is not enough just to tell the truth, but also to show the cause of the falsehood''





Hence, from the stagirite's propositions, the truth becomes more complex.



Stoics on truth



Finally we have the great and wise stoics who gave their opinion with the truth. They believed that the truth was no more than the correspondence between the thought or knowledge of a thing, with the respective thing that is known. However, in Stoic philosophy there is a detail that makes it more special; the truth corresponds to the manifestation of the object, that is, what the object transmits to us.




Conclusion




Interesting, but it is also logical the fate of the truth. It is difficult to extract it from the correspondence of thought with the object as the Stoics said, but it is already a fact that the concept of truth has been transformed over the centuries. Of course, this is only part of what we will see of the truth, for we still have to see Romans's perspective,  Scholastics, Arabs, and many others.

Santo Tomás de Aquino - Comentarios a San Agustín de Hipona

Comentarios a San Agustín de Hipona

Estos dos han sido los más grandes exponentes de la religión cristiana. Muchas son las convergencias entre estos dos grandes hombres, pero también grandes diferencias que veremos a continuación en estos apuntes de filosofía. 

San Agustín, Platón y Aristóteles

Sabemos que los grandes Padres de la Iglesia han optado por seguir las enseñanzas de Platón mucho más que las de Aristóteles. Esto por la importancia que Platón le dio a las ideas abstractas y sobre todo al alma, la cual es la potencia del hombre en su entorno. 

No obstante, Santo Tomás de Aquino considera que no sólo Aristóteles puede cristianizarse, sino que también puede estar en las enseñanzas del Santo de Hipona, a pesar de que era estrictamente platónico. 


San Agustín de Hipona y Santo Tomás de Aquino

El alma

En efecto, San Agustín decía que el conocimiento no puede provenir de los objetos conocidos, debe provenir del alma que es separada del cuerpo. Sin embargo, queda la duda de porqué el alma está en el cuerpo si podría ser independiente. Muchas cosas del alma son misteriosas, por ejemplo, que la imagen de una montaña pueda tener espacio en el entendimiento a pesar de su tamaño. El obispo no puede explicar esto y deja esta tarea a otros intelectuales más doctos. 

Sea como fuese, Agustín nos dice que el alma existe, es inmortal y además se conoce a sí misma porque es incorporal; por eso, también conoce los demás inteligibles. Santo Tomás discrepa de esta visión diciendo que en verdad solo necesitamos de la luz de Dios para descubrir la verdad. 

Por cierto, las facultades del alma en uno y otro filósofo son distintas; para Agustín, el alma posee intelecto, memoria y voluntad; para Tomás de Aquino, el alma tiene tres partes que son la vegetativa, la sensitiva y la racional.

La verdad

El concepto de la verdad en San Agustín tiene que ver con la cercanía de Dios. Recordemos que para San Agustín todo lo que existe es bueno y verdadero; por lo tanto, la falsedad sería mala m falsa e inexistente ya que es una privación. 

En una discusión con los académicos (seguidores de Platón) Agustín discutía que la verdad se encontraba en cada uno de los hombres, mientras los académicos decían que si la verdad estaba con Dios, entonces el hombre jamás la alcanzaría porque no puede compararse con Dios para obtenerla. Si bien esto es cierto, Agustín dice que siempre hay algo en la mente del ser humano que le dice que algo es verdad. Además ¿Cómo es que los académicos dicen que el hombre no puede encontrar la verdad si están hablando de ella? 

Tomás de Aquino adhiere totalmente a esta postura, pero no sin antes hacer una diferenciación (tal como lo hace Aristóteles), dividiendo el intelecto divino y el intelecto humano. 

Las creaturas de Dios

San Agustín dedicó muchos libros a la Santísima Trinidad, tal y como lo hemos visto en estas páginas de filosofía. En ese tratado, San Agustín trataba de unir al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo reconociéndolos como un solo Dios. Si bien esta conjunción se daba de manera substancial e inmanente entre los tres, la trinidad tenía un aspecto relacional; es decir, el Hijo provenía del Padre y el Padre lógicamente es el que lo engendra, mientras el Espíritu Santo es la procesión. 

Para Santo Tomás, la conjunción entre Padre, Hijo y Espíritu Santo aún es un misterio; sobre todo la generación del Hijo y la procesión del Espíritu Santo. 

Luego tenemos los ángeles que de acuerdo con San Agustín, son seres que tienen una vida y una voluntad. Sin voluntad no se podría explicar la caída de lucifer. Sin embargo, para Santo Tomás de Aquino esto no es del todo correcto. Para el aquinate los ángeles si bien serían seres incorpóreos, estos no tienen una ''vida'' como la tendrían un ser humano. Su existencia es incorpórea, y por lo tanto no puede ser percibida por el humano. 

Conocimiento de la realidad (epistemología)

Para San Agustín de Hipona, si bien el conocimiento entraba por los sentidos, la que realmente conoce es el alma por medio del cuerpo. Los sentidos no son la verdadera fuente de conocimiento para el obispo de Hipona; sin embargo, para Santo Tomás de Aquino sí lo son. Eso lo cree el aquinate porque considera importantísimo la parte del juicio; en otras palabras, Santo Tomás dice que si los sentidos no funcionan bien, entonces el juicio se altera inmediatamente. Por lo tanto, la importancia de los sentidos vuelve a resurgir. 

Las virtudes y los vicios

En cuanto a las virtudes cardinales (justicia, templanza, prudencia y fortaleza), Tomás de Aquino aprueba todas las características y definiciones que el obispo de Hipona ofrece. Es preciso destacar en este punto que San Agustín es mencionado una infinidad de veces por el aquinate, otorgando una autoridad no sólo en el ámbito filosófico sino que también en el religioso: San Agustín sería el gran maestro exegeta del Nuevo Testamento. 


Conclusión

Vemos que la influencia de San Agustín de Hipona en Santo Tomás de Aquino no es en absoluto en vano, pues el obispo siempre estuvo en la presencia de los escritos del aquinate. De todas maneras San Agustín dejó un legado sin precedentes a las generaciones futuras, y Santo Tomás de Aquino se encargó de hacerlo aún más fuerte, explicando al obispo de Hipona y anteponiéndolo como autoridad frente a los más doctos teólogos y filósofos. 

sábado, 9 de febrero de 2019

Catarsis

Catarsis

¿Qué significa catarsis? el diccionario de la Real Academia Española lo define de la siguiente manera:

''Purificación, liberación o transformación interior suscitadas por una experiencia vital profunda''

Sin embargo, hoy iremos mucho más allá que esta explicación de la Real Academia (sin menospreciarla), para dirigirnos al ámbito filosófico. 

Platón

El filósofo ateniense es el primero en definirla diciendo:

''La elección que conserva lo mejor y expulsa lo peor''

Pero el término ha sido utilizado con mucha anterioridad al filósofo de la antigua Grecia. Muchos hombres (entre ellos los griegos) celebraban sacrificios para purgar (una palabra que podría darse como sinónimo de catarsis) sus pecados y sus malos actos frente a Dios. 

En Platón la catarsis tiene que ver mucho más con la liberación de los placeres mientras se está vivo. Por otro lado, también significa la liberación que el alma obtiene luego de separarse del cuerpo. 

Aristóteles

El filósofo Aristóteles toma el concepto de catarsis de Platón, pero lo usa específicamente para el mundo del arte. Recordemos su tratado ''Poética'' donde define la catarsis. 

''La catarsis es una experiencia donde el espectador purifica sus placeres más bajos''

Para Aristóteles, la catarsis era una especie de relajación o de calma donde el espectador de una obra podía descansar luego de ver una trama llena de emociones. Esta está presente sobre todo en las obras de teatro como las tragedias, las cuales eran muy típicas en la Antigua Grecia. 

Conclusión

¿Cuánta falta nos hace experimentar una catarsis luego de ver escenas que nos entristecen? o peor aún ¿cuando nosotros experimentamos hechos que nos entristecen? La verdad es que cada vez es más difícil relajarse entendiendo el poco tiempo que nos queda. Pareciera ser que para los más desafortunados, la catarsis es un lujo o un milagro pues siempre se está haciendo algo que no se quiere pero que es necesario. Los filósofos conocieron este concepto y lo presentaron para las futuras generaciones, lo cual no es menor porque la catarsis siempre nos ha sido necesaria. 

Concepto de verdad en los griegos



Concepto de verdad en los griegos

Esta puede ser la pregunta más importante en la vida de todas las personas ''¿Qué es la verdad?''. Todos tenemos un concepto diverso de la verdad que pareciera que podríamos decir que existen muchos tipos de verdad. Por la otra parte, tenemos personas que logran imponer su verdad y marcar su pensamiento entre todos. 

Esta vez veremos la verdad desde la filosofía de los antiguos griegos que más de algún escrito dedicaron a este complejo tema. 

La verdad en Platón

Tenemos la primera definición de verdad en un libro espectacular de Platón: Cratilo (o del lenguaje). El filósofo ateniense describe la verdad de la siguiente manera:

''Verdadero es el decir las cosas como son y falso el decir como no son''

Desde un primer punto de vista, la definición de Platón nos parece bastante simple. Sin embargo, la verdad no es alcanzada simplemente por decir que las cosas son verdaderas, sino que debe ser correspondiente a la realidad que entendemos. Por eso es que Platón ponía en primer lugar el mundo de las ideas donde, de acuerdo al filósofo, se encuentra la verdad y no en el mundo de los sentidos. 

La verdad en Aristóteles

En Aristóteles la verdad comienza a ser mucho más compleja que en la visión de Platón. Para Aristóteles, la verdad está en el ser, en la sustancia, en el pensamiento, pero no en las cosas. Sin embargo, las cosas tienen las características de la verdad, o por último, las representaciones de esta. 

Así, se dice que un hombre es (proposición verdadera) y luego se da la característica de tal hombre: un hombre es blanco. 

Por otro lado, dado el aspecto y carácter científico del estagirita, la verdad también está relacionada con la causa, pues él mismo decía:

''No basta solamente decir la verdad, sino que también mostrar la causa de la falsedad''

De ahí que desde las proposiciones del estagirita la verdad se vaya complejizando aún más. 

La verdad en los estoicos

Finalmente tenemos a los grandes y sabios estoicos que dieron su parecer con la verdad. Estos creían que la verdad no era más que la correspondencia entre el pensamiento o conocimiento de una cosa, con la respectiva cosa que se estudia. No obstante, en al filosofía estoica hay un detalle que la hace más especial; la verdad se corresponde con la manifestación del objeto, es decir, aquello que el objeto nos transmite. 

Conclusión

Interesante, pero también lógico el destino de la verdad. Es difícil sacarlo desde la correspondencia del pensamiento con el objeto como decían los estoicos, pero ya es un hecho que el concepto de la verdad se ha ido transformando a través de los siglos. Por supuesto, esto es sólo una parte de lo que veremos de la verdad, pues aún nos faltan los romanos, los escolásticos, los árabes, y muchos otros. 

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Santo Tomás de Aquino - Quaestiones Disputate de Veritas (Cuestiones disputadas de la verdad) (Parte VI: ¿Es la verdad creada inmutable?) (1256)

Estamos en la parte VI sobre la verdad, pero no la verdad que habíamos visto hace algunas entradas atrás. Esta vez hablaremos de aquella verdad creada, aquella verdad que no está en el intelecto divino, el cual ya fue descrito de manera suficiente, sino que aquella verdad que yace en el intelecto humano y que es inferior a la verdad del divino. Santo Tomás de Aquino nos había dicho que existía una sola verdad y que la verdad humana está subordinada a esta última,  pero ¿qué hay de esta verdad? ¿es tan valiosa como la divina? veámoslo. 



QUAESTIONES DISPUTATAE DE VERITATE




¿Es la verdad creada inmutable?

Dificultades

San Anselmo de Canterbury dice:

''La verdad persiste en ser inmutable''

La verdad de las proposiciones siempre es inmutable. Ahora, sí la proposición llegara a cambiar, incluso así la verdad se mantiene. Por ejemplo, si decimos ''Sócrates está sentado'' esta proposición es verdadera aunque Sócrates no esté sentado. ¿Por qué? porque Sócrates tiene la propiedad de estar sentado; por lo tanto, en una proposición la oración estaría correcta independientemente de la realidad. 

Sin embargo, también tendríamos que decir que la verdad de una cosa es inmutable porque si el ser es verdadero y este cambia, entonces deberemos decir que las cosas también son inmutables. 

Por el contrario (Sed contra)

Las causas de las cosas son la verdad. Por lo tanto, si una cosa cambia entonces la verdad también cambiar por lo que debemos decir que la verdad no es inmutable sino que cambia. 

Respondeo (Respuesta)

Santo Tomás nos dice que una cosa cambia en dos sentidos: Una cosa cambia porque su sujeto cambia, tal como decimos que un cuerpo es cambiable. Lo único que no cambia es la forma y como la verdad es una forma y no un cuerpo, entonces ésta es inmutable. 

Para aclarar esto, Santo Tomás nos dice que las cosas pueden cambiar como pueden que no. Quizás es verdad que algunas cosas puedan cambiar como el color; es decir, una cosa cambia de color blanco a una negra, pero su verdad es que los dos son colores y eso se mantiene. Esto quiere decir que las cosas cambian en relación con la primera verdad; en el ejemplo anterior, el color blanco cambia a negro pero sigue siendo color. 

¿A qué se refería Anselmo entonces? Por supuesto se refería a la verdad divina que es inmutable. 

Conclusión

La separación entre ser y proposición es clave para entender dónde está la verdad de acuerdo al aquinate. Mantenemos la explicación de que la verdad permanece y es inmutable en el intelecto divino, pero no en el intelecto humano que es donde se presentan todos los cambios. Podríamos decir que hay una verdad necesaria (intelecto divino) y una verdad contingente (intelecto humano) que es dominante en cada cosa de la realidad. Sigamos con este tema de la verdad.

viernes, 8 de febrero de 2019

Ipse dixit (él mismo lo dijo)

Ipse dixit
(Él mismo lo dijo)

Una frase muy curiosa, pero también un recurso retórico muy utilizado sobre quienes desean engañar a su adversario en un debate. Más que un argumento sólido, ''Ipse dixit'' es una falacia que apela a la autoridad (muy parecida a la falacia ad verecundiam), para sostener una opinión. 

Marco Tulio Cicerón

El origen de este termino se remonta a los tiempos de Marco Tulio Cicerón quien en un libro llamado ''Sobre la naturaleza de los dioses'' elabora un debate sobre el origen del mundo. 

Justo antes de un debate, Cicerón se queja del silencio de los pitagóricos quienes no apelaban nunca a la razón sino que a la opinión del maestro: Pitágoras

Los mismos pitagóricos apelaban a su maestro por cualquier explicación que se les rebatía. De ahí que estos dijeran su célebre frase ''El maestro ha hablado'' (Magister dixit), lo cual exasperaba a Cicerón pues éste los exhortaba a que usaran más la razón y no la autoridad. 

Pedro Abelardo

El tema de ''Ipse dixit'' no fue un tema menor en la época de Pedro Abelardo. El filósofo cristiano sufrió graves reveses debido a  su controversial pensamiento filosófico. Si recordamos bien, Abelardo sostenía que quienes azotaron a Jesús no tenían la mala intención de hacer el mal. Esto lo dice Abelardo porque de acuerdo con el filósofo, la intención de aquellos hombres era seguir el mandato de lo que creían era bueno. ¿Cómo saber que ellos creían que eso era bueno? por la misma frase de Jesús: ''Perdónalos, porque no saben lo que hacen''.

Como podrán imaginar, esta teoría de la intención provocó tremendas disonancias en los oídos papales. Tanto así, que uno de los intelectuales cristianos llamado ''Bernardo de Claraval'' condenó los tratados de ética de Abelardo, porque contravenían la moral y las costumbres cristianas. Bernardo apeló al papa como autoridad para que finalmente, Abelardo se arrepintiera de todos sus dichos. 

Escolástica

Luego de que Santo Tomás de Aquino pudiera cristianizar a Aristóteles, el mundo consideró al estagirita como referente del mundo cristiano. Muchas de las teorías de Aristóteles fueron modificadas o interpretadas al antojo del cristianismo, pero también fueron apoyadas por la ciencia hasta el siglo XVIII. De hecho, la teoría de los cuatro humores duraría hasta el siglo indicado. 

Conclusión

¿Cuántas veces no nos ha pasado que nos dejamos influenciar por la opinión de una mente maestra? Sin embargo, no podemos decir que ''X'' es cierto porque ''Y'' lo dijo, sino que debemos ver las razones de por qué ''X'' dijo y cómo lo explica. De otra manera, siempre estaremos cayendo en la falacia ad verecundiam, o como lo llamaban los antiguos ''Ipse dixit''. Una invitación total al debate y la reflexión lógica para nuestros días. 

Santo Tomás de Aquino - Quaestiones Disputatae de Veritas (Cuestiones disputadas de la verdad) (Parte V: ¿Hay otra verdad aparte de la verdad eterna?) (1256)

Nos quedó claro en la entrada anterior que la verdad única existe y está en el intelecto divino. Sin embargo, Santo Tomás de Aquino nos dice que hay una verdad en el intelecto humano. ¿Será entonces que existen dos tipos de verdad? Pero si una es verdad ¿cómo es que la otra también lo es? Estas cosas se verán en la quinta parte de estas largas cuestiones disputadas escritas por el Aquinate, donde ya hemos visto la suma importancia y crítica a sus predecesores cristianos.

Referencias:

(1) Una idea también similar a la de San Agustín de Hipona quien establecía que la verdad es algo indestructible que siempre existe. 
(2) Esta sería la solución a la tesis averroista de que el mundo es eterno. Al separar las cosas de la verdad (la cual es eterna), el mundo tendría un segundo lugar con respecto a la verdad. 

QUAESTIONES DISPUTATAE DE VERITATE


¿Hay otra verdad aparte de la verdad eterna?


Dificultades

Santo Tomás comienza las dificultades con una cita de San Anselmo de Canterbury:


''La verdad no tiene principio ni fin''

Sin embargo, en la realidad vemos que las cosas no son así, es decir, algunas cosas suelen ser verdad por un tiempo y después se destruyen, aunque también existen algunas que duran eternamente. 

Por otro lado, si decimos que una verdad se destruye, eso también encierra una verdad por sobre otra verdad. Para que una generación y una destrucción sean verdaderas deben tener como base la verdad(1).

De hecho, si dijéramos que la verdad pasa del ser al no-ser lo que haría desaparecer la verdad. Sin embargo, cuando la verdad no existe, sería verdad que no existiría. 

Todo lo que es no-existente es eterno y lo que es concebido como ''no capaz de existir'' también es no-existente. Sin embargo, la proposición de la verdad no puede ser no-existente, ya que el intelecto no puede entender algo a menos que sea verdadero. Por lo tanto, la verdad en una proposición sería eterna. 

Así, también podríamos decir que la proposición de una verdad existió antes del mundo e incluso antes de Dios. Por ejemplo, decir ''el mundo no existía'' sería una verdad eterna pues la no existencia también se puede predicar.

Sin embargo, se había dicho que las cosas no eran verdaderas hasta que existiera el intelecto divino (o humano). Las cosas son verdaderas hasta que son conocidas por el intelecto, pero de ese modo también podríamos decir que las cosas existían por sí mismas como dice la biblia:


''Todas las cosas fueron conocidas por Dios antes de que ellas fueran creadas, por lo tanto, antes que fueran perfectas Dios ya las había visto''
(Sirach 23:29)

Esto demuestra que ya antes de que las cosas fueran creadas Dios ya tenía conocimiento de ellas. Ahí se expresa que las cosas por sí mismas, sin la necesidad del intelecto, pueden ser eternas también. 

Sed contra (al contrario)

Primero tenemos que ninguna criatura es eterna excepto la primera que no es creada. Así tendríamos que decir que la primer verdad es eterna (Dios).

El ser y la verdad son intercambiables, pero sólamente un ser es eterno, por lo tanto una sola verdad es eterna. 

Respondeo (Respuesta)

Nuestro intelecto puede estar conforme con cosas que no existen ahora, pero pueden existir en el futuro. De otra manera, no sería posible decir ''el Anti-cristo nacerá'', es decir, esta proposición es verdad a causa de que está en el entendimiento a pesar de que aún no exista. De la misma manera el intelecto divino está en conexión con las cosas que aún no existen pero que serán creadas en el tiempo.

De este modo, las cosas que se dicen que existen en el tiempo, también pueden decirse que son creadas en la eternidad porque son creadas desde la verdad eterna (Dios). 

En Dios, la verdad no puede ser variada, es decir, no hay multitud de verdades en él. En nuestro intelecto si las hay, pues todo lo debemos analizar parte por parte; por ejemplo, si Sócrates va corriendo debemos analizar el pasado, el presente y el futuro de dicha acción. Dios, como conocedor absoluto, no puede dividir su conocimiento de Sócrates ni de correr, ni del tiempo en que corre. Todo es junto en una gran comprensión, pues lo simple no puede dividirse y Dios sería simple.

Respuestas a dificultades

San Anselmo nos decía que la verdad no tiene comienzo ni fin porque no se sitúa en el tiempo. Por otro lado en la mente tenemos dos cosas: la cosa en sí misma y su privación y negación, pero ninguna de estas están relacionadas con la verdad porque no tienen relación con el intelecto. 

La cosa existente es capaz de conformar nuestro intelecto porque su forma es recibida en el alma; sin embargo, aquello que no existe sólo puede estar en nuestro intelecto al modo de una especie de noción. Toda cosa que existe tiene en su interior algo que permite ser conocida porque es verdadera, pero este no es el caso de lo que no-existe. 

Por lo tanto, en la siguiente frase ''es verdad que la verdad no existe'' la verdad significaría una realidad que solamente puede concebirse en el intelecto y no por sí misma, es decir, no existe por sí misma sino que en el intelecto. De este modo, entonces la verdad sería algo eterno que está en un intelecto eterno. 

Sin embargo, la verdad no puede ser tomada como algo inexistente, o quizás puede serlo de manera accidental; por ejemplo, cuando una criatura deja de existir. Por lo tanto, no podemos decir que las cosas son eternas porque comparten la verdad, pues la verdad es algo del intelecto y no de las cosas(2)

Que Dios existiera antes de la naturaleza es una cuestión obvia, pero se debe tener cuidado con relacionar la cosa conocida con el conocimiento. Por supuesto, en un orden lógico primero tenemos el conocimiento y luego la cosa conocida, pues si lo hiciéramos en el orden invertido, tendríamos que decir que la cosa conocida (es decir, que no conoce) tiene relación con el conocimiento lo cual es un error. Es el conocimiento el que conoce a la cosa conocida. 

Así, sólo existiría una verdad entre todas y esa está en el intelecto divino.


Conclusión

Se sigue estableciendo y sosteniendo de que la verdad está en el intelecto divino. Se impone la verdad del intelecto divino que es la verdad de Dios y no la del intelecto humano. De hecho, en un segundo pensamiento se puede decir que el intelecto humano es creación del intelecto humano y así existiría una verdad. De esta forma, también se deja de lado la tesis averroista, lo que hecha por la borda de un mundo eterno.