Justo a los 40 años de edad Marco Tulio Cicerón realiza su primer discurso acerca de las leyes de Roma. El orador ya tenía su prestigio ganado sobre todo con el juicio contra Verres y otros, lo que le ponía en un lugar destacado para debatir sobre las reformas de Pompeyo (del cual estaba a favor e incluso tenían hasta la misma edad). Este era uno de los momentos que Cicerón debía aprovechar para convertirse en cónsul. Una guerra que perjudicaría de manera importante a la República Romana sería la invasión de los piratas en el mediterráneo, y cuando se sofocó, una serie de medidas fueron deliberadas en el Senado para proteger la República. Estas son las leyes a las que Cicerón se refiere y que veremos a continuación; por lo pronto, no veremos a un Cicerón defendiendo a un político o ciudadano romano, sino más bien debatiendo con argumentos sobre la ley.
Referencias:
(1) Bitinia se convertirá en territorio romano en época de Augusto.
Referencias:
(1) Bitinia se convertirá en territorio romano en época de Augusto.
PRO LEGE MANILLA O DE IMPERIO CN POMPEI
(DEFENSA DE LA LEY MANILIA O SOBRE EL MANDATO DE
POMPEYO)
Contexto
Luego de la guerra de los piratas comenzaron las guerras de oriente, donde el rey del Ponto Mitrídates era quien dirigía el ejército opositor la república.
Como consecuencia de esto, las tropas romanas no estaban dando abasto para detener a Mitrídates y las estrategias del lugarteniente Lúculo no estaban resultando. En esa urgente situación, Gayo Manilio propuso que el general Pompeyo se encargara de la situación, es decir, que Pompeyo tenga el mando supremo del ejército en la guerra sin limitación de tiempo; de ahí nace la conocida Ley Manilia Sin embargo, esta propuesta tenía sus opositores que en ese tiempo eran Hortensio y Cátulo. Cicerón se encargará de defender esta medida contra dichos opositores.
Apenas salió de la escuela se unió al ejército de su padre para combatir en la guerra marsica (91-89 a. C.). También batalló a los 23 años en la guerra de Cina el año 83 a. C., la guerra de la Galia Transalpina, la de Hispania y últimamente la de los piratas.
El mismo Sila, gobernador de Roma en ese tiempo, reconoce que libró a Sicilia de la invasión extranjera, al igual como hizo con África. Abasteció de guarniciones a todas las provincias que visitaba con el fin de mejorar la economía de la república y sus ciudades. Otro de los aportes realizados eN la distintas provincias fueron las flotas que proveyó contra el ataque extranjero.
En todo caso, Mitrídates y Tigranes ya estaban tratando hace mucho tiempo de tomarse por entero las provincias de Asia, sobre todo Panfilia y Cilicia. Fue nada más ni nada menos que Pompeyo quien pudo retrasar esas conquistas cada vez que estos reyes pretendían tomarselas.
Por otro lado, no toda victoria la contrajo por medio de la guerra, sino que también por medio de la diplomacia. Los mismos pueblos (sobre todo Creta) llegaban a un acuerdo con Pompeyo, dejándole sus territorios a Roma con la condición de no batallar.
Personalidad
No hay que olvidar lo prudente y templado que es Pompeyo, pues ha resultado que muchos generales llevados por su ambición han arrasado con toda la cultura de las provincias. Se dejan llevar por sus vicios y engendran la furia de los otros pueblos extranjeros, llevando así a otras guerras.
Como consecuencia de esto, las tropas romanas no estaban dando abasto para detener a Mitrídates y las estrategias del lugarteniente Lúculo no estaban resultando. En esa urgente situación, Gayo Manilio propuso que el general Pompeyo se encargara de la situación, es decir, que Pompeyo tenga el mando supremo del ejército en la guerra sin limitación de tiempo; de ahí nace la conocida Ley Manilia Sin embargo, esta propuesta tenía sus opositores que en ese tiempo eran Hortensio y Cátulo. Cicerón se encargará de defender esta medida contra dichos opositores.
La guerra contra Mitrídates
La situación era gravísima y se necesitaban tomar medidas rápidas e inteligentes. Cicerón nos habla que la provincia de Bitinia está aún en disputa y se lucha para obtenerla(1) junto con el lugarteniente Lúculo. No obstante, a pesar de que Lúculo pudo realizar grandes proezas en favor de la República, no ha podido detener esta guerra.
Asia es un territorio que tiene tierra fértil la cual es muy beneficiosa para la república. Los intereses que se han gestado en oriente han sido esenciales para el avance económico de Roma, y por esa razón ya no se puede improvisar o pensar demasiado tiempo una contraofensiva. Además, el peligro se hace aún mayor cuando Mitrídates se une con el rey Tigranes II el Grande y que las tropas de Lúculo (ya veteranas) no podrían hacer frente a los enemigos.
Motivos de por qué elegir a Pompeyo
Los motivos por el cual se debe elegir a Pompeyo son que desde pequeño poseyó el hábito de mandar. Siempre estuvo rodeado de militares y su contexto lo involucraba en aquello.
Participaciones en las guerras
Apenas salió de la escuela se unió al ejército de su padre para combatir en la guerra marsica (91-89 a. C.). También batalló a los 23 años en la guerra de Cina el año 83 a. C., la guerra de la Galia Transalpina, la de Hispania y últimamente la de los piratas.
El mismo Sila, gobernador de Roma en ese tiempo, reconoce que libró a Sicilia de la invasión extranjera, al igual como hizo con África. Abasteció de guarniciones a todas las provincias que visitaba con el fin de mejorar la economía de la república y sus ciudades. Otro de los aportes realizados eN la distintas provincias fueron las flotas que proveyó contra el ataque extranjero.
En todo caso, Mitrídates y Tigranes ya estaban tratando hace mucho tiempo de tomarse por entero las provincias de Asia, sobre todo Panfilia y Cilicia. Fue nada más ni nada menos que Pompeyo quien pudo retrasar esas conquistas cada vez que estos reyes pretendían tomarselas.
Por otro lado, no toda victoria la contrajo por medio de la guerra, sino que también por medio de la diplomacia. Los mismos pueblos (sobre todo Creta) llegaban a un acuerdo con Pompeyo, dejándole sus territorios a Roma con la condición de no batallar.
Personalidad
No hay que olvidar lo prudente y templado que es Pompeyo, pues ha resultado que muchos generales llevados por su ambición han arrasado con toda la cultura de las provincias. Se dejan llevar por sus vicios y engendran la furia de los otros pueblos extranjeros, llevando así a otras guerras.
Suerte
Otra cuestión de suma importancia era la suerte, que más bien era atribuida a los dioses. Pompeyo, según el argumento de Cicerón, era alguien que poseía mucha suerte, pues en sus batallas todo le iba a su favor. Y como solo los dioses inmortales pueden dar suerte a los romanos, entonces Pompeyo no solo era el correcto para esta batalla por sus méritos de guerra y diplomacia, sino que también por la suerte que le brindaban los dioses.
Los opositores
Contra Hortensio
Como dijimos en la parte del contexto, uno de los opositores era Quinto Hortensio, quien no estaba de acuerdo con que una sola persona tuviera el mando supremo del ejército.
Hortensio estaba en contra de la ley Gabinia, que proponía a Pompeyo como general del mediterráneo en la temida guerra de los piratas. De todas formas, a pesar del disgusto de Hortensio, Pompeyo defendió el mediterráneo de los piratas con éxito. ¿Qué hubiera pasado si haciendo caso a Hortensio no se hubiera puesto a Pompeyo como general del mediterráneo? probablemente hubiera sido una mala decisión. Esto restaría en el debate la verosimilitud y confianza en Hortensio que se oponía a la ley Manilia.
Contra Cátulo
Quinto Cátulo argumenta que a la avanzada edad de Pompeyo, éste último podría sufrir un accidente o algo parecido al mando del ejército. No obstante, Cicerón enaltece la figura de Pompeyo diciendo que ya desde pequeño se había formado en los hábitos de la guerra e incluso participado en una, cuando ni siquiera tenía un cargo militar. Hay que aprovechar la brillantes de Pompeyo antes de que sea demasiado tarde, los dioses lo han beneficiado y la mayor prueba son todas sus victorias.
Conclusión
Así como todas las defensas realizadas anteriormente, la puesta a favor de la ley Manilia se puso en marcha después de este debate gracias a Cicerón. Gayo Manilio logró que se aprobara la ley gracias al orador y Pompeyo se hizo cargo del mediterráneo, alejando a las fuerzas enemigas y recuperando el territorio disputado. Nada pudieron hacer Hortensio y Cátulo frente a la fuerte retórica del orador, y con el tiempo, estos dos hombres desaparecieron prácticamente de la escena pública luego de estos acontecimientos.