Puede ser uno de los aspectos más interesantes de la historia medieval, y también del campo de la filosofía porque nos ayuda a comprender hasta dónde puede llegar el ser humano por sus ideales. Las Cruzadas fueron momentos álgidos de la Edad Media donde dos religiones beligerantes se enfrentan: catolicismo e islam. Estas dos religiones son excluyentes unas de otras, aunque comparten muchas cosas en común. Sin embargo, solo una puede quedar en pie luego de esta masacre que significó. Veamos la historia de la Primera Cruzada.
Primera
Cruzada
(1096 –
1099)
Contexto histórico
Básicamente debemos recordar que para estos tiempos existían tres grandes influencias religiosas monoteístas: judaísmo, cristianismo e islam. Siendo estas dos últimas las más contrarias y beligerantes en aquel tiempo, los cristianos y musulmanes lucharon por los territorios conquistados para alcanzar su supremacía de cualquier modo.
Existía una disputa militar y territorial en ciertos lugares de Europa, sobre todo en Tierra Santa donde se va a peregrinar y hacer otras actividades religiosas tremendamente importantes para la época.
La primera campaña
En el año 711, los musulmanes invadieron la península ibérica desde el Norte de África, pues los visigodos que tenían tomada este territorio se rindieron ante Tariq, un berebere musulmán. Desde ese acontecimiento existieron muchos otros generales musulmanes que se ocuparon de la península ibérica, asentándose y poniendo como nombre ''Califato de Córdoba''.
Entre una de las batallas entre los hombres de la península ibérica y los musulmanes surgió la denominada ''Cruzada de Barbastro''. Uno de los papas en ese momento llamado Alejandro II, dio inicio a esta cruzada para que se pudiera expulsar a los musulmanes de aquel territorio. La ciudad fue saqueada y conquistada inmediatamente con 50.000 musulmanes muertos.
Muchos historiadores dicen que esta no podría ser la Primera Cruzada, ya que su carácter se debió a una cuestión más imperialista que religiosa. Sin embargo, esta victoria militar podría considerarse una proto-cruzada que daría paso a otras de mayor escala.
Existía una disputa militar y territorial en ciertos lugares de Europa, sobre todo en Tierra Santa donde se va a peregrinar y hacer otras actividades religiosas tremendamente importantes para la época.
La primera campaña
En el año 711, los musulmanes invadieron la península ibérica desde el Norte de África, pues los visigodos que tenían tomada este territorio se rindieron ante Tariq, un berebere musulmán. Desde ese acontecimiento existieron muchos otros generales musulmanes que se ocuparon de la península ibérica, asentándose y poniendo como nombre ''Califato de Córdoba''.
Entre una de las batallas entre los hombres de la península ibérica y los musulmanes surgió la denominada ''Cruzada de Barbastro''. Uno de los papas en ese momento llamado Alejandro II, dio inicio a esta cruzada para que se pudiera expulsar a los musulmanes de aquel territorio. La ciudad fue saqueada y conquistada inmediatamente con 50.000 musulmanes muertos.
Muchos historiadores dicen que esta no podría ser la Primera Cruzada, ya que su carácter se debió a una cuestión más imperialista que religiosa. Sin embargo, esta victoria militar podría considerarse una proto-cruzada que daría paso a otras de mayor escala.
La Primera Cruzada
Las peregrinaciones a Jerusalén han existido desde el Imperio Romano en la época de Constantino el Grande, sobre todo cuando se descubre la Gruta del Santo Sepulcro y la colina del Calvario. Jerusalén era una especie de lugar sagrado para todos los cristianos quienes construían basílicas, iglesias y otro tipo de estructuras religiosas. No obstante, con el avance de los musulmanes a través de Palestina, los lugares santos comenzaron a ser ocupados.
No fue hasta que el mismísimo Carlomagno tuvo que establecer acuerdos con los musulmanes, específicamente con Harum al-Raschid, para que los cristianos fueran respetados en sus viajes a tales sitios religiosos, cosa que los musulmanes respetaron sagradamente.
Papa Urbano II
Uno de los Papas que organiza el primer llamado a batirse con los musulmanes para recuperar los territorios santos fue el Papa Urbano II, quien en el Concilio de Piacenza envió mensajeros a hablar con el Papa y pedirle ayuda contra los musulmanes. La respuesta de Urbano II fue favorable, y en el Concilio de Clermont, el Papa Urbano anunció a los clérigos y nobles franceses a derrotar a los musulmanes.
Esta era la oportunidad perfecta para reparar los problemas que tenía Occidente con guerras internas y para unir a la Iglesia de Occidente y enfocar todo el odio interno hacia un enemigo común: los musulmanes.
La cruzada de los pobres
El jefe de la cruzada sería Alejandro Monteil, obispo de Puy; y jefe militar a Raimundo, conde de Toulouse. A pesar de que fue organizada militarmente, a estos se sumaron muchos otros hombres que, llevados por el afán religioso, vieron la oportunidad de quedarse con algunos territorios de Jerusalén. Conocido es el ejemplo de Pedro el ermitaño que movilizó a 15.000 personas a derrotar a los musulmanes y asentarse en Jerusalén.
Sin embargo, más tarde el grupo se dividió y Pedro tuvo que saquear lugares solo, mientras el general Gualterio Sans- Avoir viajaba por su cuenta. No obstante, Pedro solo pudo detener el saqueo de Constantinopla, asentado con 20.000 personas que él mismo dirigió; allí se tuvo que quedar esperando a los cruzados. Lamentablemente, los turcos invadieron el lugar y mataron a todos los que se asentaron en Constantinopla. Si no hubiera sido por la presencia de naves Bizantinas, Constantinopla hubiera sido ocupada nuevamente por musulmanes.
Otro de los jefes militares fue Gotalcesco de Alemania quien se enfrentó a los judíos que eran acusados de ayudar a los turcos en la Cruzada.
La cruzada de los nobles
Esta cruzada fue mucho más organizada que la anterior, ya que se utilizaron numerosos nobles y otros hombres de cargos altos. Aquí tenemos la lista de los
- Godofredo de Bouillon: duque de baja Lorena.
- Hugo de Vermandois: hermano del rey Felipe I de Francia.
- Bohemundo de Tarento: general de las fuerzas normandas.
- Raimundo de Tolosa: conde de Tolosa y marqués de Provenza.
La cantidad de soldados para esta primera cruzada era en promedio de 35.000 cruzados para la batalla.
Por supuesto, como en toda batalla se experimentaron algunas dificultades, sobre todo porque el ejército estaba mezclado entre cristianos occidentales y orientales que no estaban de acuerdo los unos con los otros. A los cruzados no se les dejó saquear las ciudades y solo podían entrar a esta en grupos pequeños.
Una de las grandes victorias que tuvieron se presentaron en Nicea y en Antioquía donde luego Bohemundo se proclamó Príncipe de Antioquía.
Jerusalén fue la última ciudad conquistada por los cruzados la cual era la ciudad que realmente importaba a los papas. Los reyes de esta ciudad fueron diversos, pero finalmente sería Balduino hermano de Godofredo de Bouillon quien sería coronado como rey de Jerusalén.
Consecuencias de la Primera Cruzada
Una de las recompensas que Urbano II prometió a los cruzados era justamente que todos sus pecados serían perdonados. Recibirían un lugar donde vivir y otros tesoros que en realidad fueron cedidos al clero local. Los soldados cruzados solo pudieron recibir limosnas y si es que, un lugar en el terreno de algún noble o señor feudal.
Una vez que se conquistó Jerusalén, la Iglesia vio una oportunidad de acrecentar sus territorios por medio de la Cruzada. La motivación de los soldados fue tal que podrían ver en cualquier territorio infiel, una oportunidad para matar y saquear dicho territorio.
Desde estas razones se empezaron a crear los denominados Estados Cruzados:
- Principado de Antioquía
- Reino de Jerusalén
- Condado de Edesa
- Condado de Trípoli
- Reino de Cilicia
Surgieron nuevos conflicto posteriormente, y los musulmanes no se quedarían de brazos cruzados al ver que el cristianismo crecía. Por lo tanto, el Papa Urbano trató de organizar nuevamente una cruzada, pero sin éxito alguno.
Conclusión
Este es el principio de las guerras más sangrientas y desastrosas de Europa, teniendo en cuenta que las cruzadas se cuentan como 9 en total. Podemos ver aquí el afán y la ambición de poder de la Iglesia al querer expandir sus territorios a modo de, afianzar el cristianismo en la mente de los hombres. Sin embargo, esto no fue llevado a través de la fe como se pudiera pensar, sino que más bien por la fuerza y el poder que tienen las naciones. Por otro lado, es increíble ver como los soldados que fueron a la guerra no fueron tan absolutamente recompensados como se pudiera pesar que serían.