Roger Bacon no se queda atrás en cuanto al concepto de alquimia que incluso hasta el día de hoy conocemos. La Alquimia ha quedado hoy totalmente desechada, pero muchas de las cosas que nos dejo aún se utilizan en la actual química. En todo caso, este libro es atribuido a Roger Bacon, pero es posible que no fuera de este. En cualquier caso, este es el último libro que analizaremos de este destacado filósofo, ya que el resto de sus obras se encuentra en latín.
El espejo de la alquimia
Capítulo I: La Alquimia
Roger Bacon comienza definiendo la Alquimia con una sentencia de Hermes:
''La Alquimia es la ciencia inmutable que trabaja sobre los cuerpos con ayuda de la teoría y la experiencia, y que, por una conjunción natural, los transforma en una especie superior más preciosa''
Otros filósofos la situaban como un elixir que podría convertir los metales sucios en metales puros, en otras palabras, es el arte de purificar y perfeccionar los metales.
Capítulo II: Naturaleza de los metales
Para el filósofo, tanto el mercurio como el azufre han dado origen al resto de los metales conocidos. La mezcla y la purificación del mercurio o del azufre da lugar a metales puros o impuros según su utilización.
A continuación, Bacon describe la naturaleza de los metales:
- Naturaleza del oro: es un cuerpo perfecto compuesto de mercurio y azufre puros.
- Naturaleza de la plata: es un cuerpo casi perfecto compuesto de mercurio y azufre puros. A diferencia del oro, a la plata le hace falta fijeza de color y peso.
- Naturaleza del estaño: es un cuerpo imperfecto compuesto por mercurio puro, fijo y volátil, blanco en el exterior y rojo en el interior.
- Naturaleza del plomo: es un cuerpo imperfecto compuesto de un mercurio impuro e inestable. El azufre es de las mismas características.
- Naturaleza del cobre: es un cuerpo imperfecto compuesto por mercurio impuro al igual que el azufre. Además, el cobre es más pulverulento y partes terrosas combustibles.
- Naturaleza del hierro: es un cuerpo imperfecto compuesto por mercurio impuro al igual que el azufre, aunque este es más impuro que el mercurio. Contiene partes terrosas, le falta fusibilidad y peso.
Es un deber para el alquimista considerar todas estas naturalezas entre los metales.
Capítulo III: Extracción de la materia próxima al elixir
Una de las cosas que un alquimista debe saber es sobre la transmutación de los metales, es decir, pasar de un metal impuro a otro puro. Para este proceso son fundamentales tanto el mercurio como el azufre, pero deben hacer se manera conjunta y no separados.
La idea del mercurio y el azufre es que estos sean materia prima, en otras palabras, que no se extraigan de otros objetos de la naturaleza. Muchos filósofos trataban de extraer el mercurio y el azufre tanto de los árboles y plantas como de los animales, lo cual no es necesario porque la naturaleza nos entrega el mercurio y el azufre puros y impuros.
Para crear otros metales, el mercurio y el azufre deberían cocerse hasta lograr una masa coagulada y que se solidifique. La naturaleza no puede convertir los metales por sí misma, por lo que ésta tendrá que recurrir al arte del hombre para hacerlo.
Capítulo IV: Manipulación del fuego
Es preciso cocer, recocer y recocer hasta lograr el resultado requerido. Bacon se afirma del principio de que ''El calor lo perfecciona todo''. Se debe cocer en un solo recipiente y moler en el mismo con una piedra. El fuego se debe aumentar poco a poco.
Capítulo V: Recipiente
La idea de un horno es que este debe ser igual al de una mina, para que el vapor ni ningún elemento de la piedra se escape. El recipiente debe ser de vidrio y redondo con un cuello pequeño, y debe aplicarse fuego tanto por arriba como por abajo. El vidrio debe ser especialmente duro.
Capítulo VI: Colores durante la obra
El primer indicio de que se está haciendo la transmutación de manera correcta es ver que la piedra esté negra. Negra está por fuera, pero por dentro está blanca. Luego la piedra se enrojece, amarillea y se licua, para luego finalmente coagular y mostrar la verdadera blancura.
Capítulo VII: Los metales imperfectos
Luego que tenemos este elixir de color blanco, entonces debemos ponerlo en un recipiente herméticamente sellado, y luego se debe poner en el hornillo para fijarlo. Después se debe aplicar fuego poco a poco durante tres días hasta una perfecta unión. Estos días son relativos, pues todo dependerá de la naturaleza del metal.
Conclusión
Este es, por supuesto amigos, el gran secreto de la transmutación de los metales de acuerdo a Roger Bacon. No hay más secreto, pareciera ser, que el de calentar los metales hasta conseguir la purificación de este y convertir oro. Lamentablemente para algunos (¿o más bien para todos?) este procedimiento y la Alquimia en general no llegó a concretarse, y este mismo misterio de la transmutación dio lugar a muchas estafas y charlatanerías. En fin, terminamos el último libro de Roger Bacon (último libro en este blog).