sábado, 9 de diciembre de 2023

Concepto de Libre Albedrío (desde los griegos hasta los medievales)

 


Concepto de Libre Albedrío

Una vez que hemos analizado el concepto de libertad, nos queda analizar el concepto del libre albedrío. Si bien es lo clásico empezar desde los griegos, la verdad es que los griegos no trataron el tema del libre albedrío como lo entendemos exactamente ahora, ni tampoco como lo pudieran haber entendido los romanos. Veamos cómo se desarrolló el concepto. 

Filósofos griegos

Uno de los más tempranos filósofos que arrojó algunas nociones de libre albedrío fue Aristóteles cuando trató el tema del Futuro Contingente: lo necesario y lo contingente. Sin embargo, no trató la responsabilidad de nuestros actos en cuanto a que estamos determinados o libres de hacer lo que queramos. Algunos intelectuales discuten si Aristóteles fue determinista o indeterminista, sobre todo por su pensamiento sobre los átomos. Además, Aristóteles también describía el sistema del azar que también sería una constante en su trabajo sobre la física.

Quien si fue uno de los que se preocuparía de la responsabilidad del hombre con respecto a sus actos fue Epicuro. Epicuro tenía la teoría del ''clinamen'', que básicamente describe que los átomos, al moverse en el vacío a partir de la espontaneidad, hace que los humanos sean responsables de sus propios actos. Si esto fuera lo contrario, es decir, que los átomos ocuparan todo el espacio, entonces todo estaría determinado y quien conociera esta determinación podría conocer toda la naturaleza de hombre. Si esto es así, entonces se entiende que el hombre y la naturaleza está predeterminada. En efecto, si la naturaleza está determinada, mucho más lo estará el hombre. 

Sin embargo, en esta posición el hombre no tendría ninguna responsabilidad por sus actos, como diría Epicuro. En consecuencia, el hombre debe ser libre para que se le impute una responsabilidad, y esto está probado por los átomos que son los que se mueven en el vacío. 

Para Epicuro, hay una autonomía del hombre que va más allá de la necesidad de Democrito y el azar de Aristóteles. Frente a esos dos, esta la simple espontaneidad y autonomía del hombre de tomar un camino.


Filósofos romanos

Entre los filósofos romanos, Lucrecio seguiría la misma senda de Epicuro, pero con respecto a la libertad. Crisipo de Solos, un filósofo estoico, es quizás uno de los que desarrolla un poco más el término de Libre Albedrío, pero en un sentido compatibilista, es decir, que hacía coincidir el libre albedrío y el determinismo. Recordemos que Crisipo de Solos sostiene por un lado que existen causas principales y causas secundarias, en las que el hombre está sometida a las principales, y es dueño de las segundas por medio del asentimiento. 

Orígenes

Desde la perspectiva cristiana, Orígenes fue el primero en decir que todos los hombres habían nacido iguales y dotados del libre albedrío, para imitar elegir a Dios o alejarse de él. El hombre es responsable de sus actos, se condena a sí mismo cuando elige el camino de alejarse de Dios. 

San Agustín de Hipona

El libre albedrío siempre estará vinculado con el mal debido a las cosas malas que han ocurrido a lo largo de la historia. Sí hay libre albedrío, pero por otro lado Dios existe y se supone que  es un Dios de amor ¿Cómo es que el mal sigue imperando casi impunemente en el mundo? sin duda una cuestión difícil incluso para San Agustín

De Dios recibimos la voluntad de pecar al dejarnos con el libre albedrío. De lo contrario, si estuviéramos sin libertad no podríamos pecar. 

El libre albedrío fue dado para vivir rectamente, no para pecar, fue dado para hacer el bien porque de otro modo ¿cómo podría castigarse a un hombre por pecar si el libre albedrío le da esa capacidad? por lo tanto, el libre albedrío se ha hecho para hacer el bien. 

Por otro lado, sin el libre albedrío ¿cómo sería el hombre capaz de obrar bien? Sin el libre albedrío no habría obra buena ni mala en el mundo, pues la voluntad es lo que hace el bien y el mal. Sin él el hombre no podría actuar nunca correctamente, pero si el libre albedrío sirviera para el mal, entonces todo mal estaría permitido lo que va en contra de lo que quiere Dios para nosotros. 

Si el mal pertenece al libre albedrío, entonces el mal estaría fuera de culpa porque pertenecería a la naturaleza del hombre. Sin embargo, ¿pertenece verdaderamente a la naturaleza? Pensemos. 

Agustín apuesta que la inclinación del hombre hacia el mal no es natural, y por lo tanto, dicha inclinación sería netamente por voluntad. Aquí Agustín va en contra de lo dicho por Platón cuando éste decía que ''el mal era involuntario'', Agustín dirá que el mal es una voluntad del hombre y por consiguiente no es natural. Finalmente, el hombre no es exculpado del mal pensando en que es natural a él. 

Juan Escoto Erígena

El Erígena está en completo desacuerdo con Agustín, no con la existencia del libre albedrío, sino que con la idea de que éste estuviera hecho para hacer el bien. Para Erígena el libre albedrío tiene que ser absoluto, es decir, está dirigido a hacer el bien y el mal. Tiene la absoluta facultad de alejarse de Dios completamente, o de acercarse a él, eso constituirá la verdadera prueba del hombre como fiel a Dios. 

El problema más importante para Erígena era resolver el libre albedrío y la Gracia de Dios al hombre. La situación es difícil porque se trata de equilibrar el libre albedrío y la predestinación del hombre antes y después del pecado de Adán. Para Erígena, antes de Adán el hombre podía pecar pero no quería caer en la miseria, luego, después de Adán, el hombre perdió la fuerza del libre albedrío que solo puede recuperar por gracia. Por lo tanto, la predestinación es una salvación que el hombre puede decidir si inicia o no. De no hacerlo, los dones de la gracia quedarán latentes, en potencia; en cambio, si lo hace, entonces la gracia se hará actual. 

Boecio

Boecio vio la misma dificultad del Erígena con respecto a la compatibilidad del libre albedrío y la gracia. Para hacer esto, Boecio nos dice que el conocimiento divino tiene el conocimiento de todos los tiempos (pasado, presente y futuro). Es el conocimiento del presente que nunca disminuye, en cambio, el hombre vive en la contingencia, no puede observar el futuro porque tiene que esperar. 

Este conocimiento divino no impone una necesidad causal en los eventos futuros, pero más bien refleja la visión divina de la totalidad de la realidad. Boecio argumenta que el conocimiento divino no limita el libre albedrío humano, ya que Dios ve las elecciones humanas en el tiempo, pero no las causa. En este sentido, Boecio intenta reconciliar la omnisciencia divina con la libertad humana.


San Anselmo de Canterbury

Para San Anselmo, el libre albedrío no es la habilidad de pecar o no pecar, de hecho, eso ni siquiera tiene relación con el libre albedrío. 

Esto se debe a que la absoluta libertad la tiene quien hace el bien, no quien hace el mal. En efecto, si yo hago el mal estoy sujeto a cometer errores y faltas que tendré que enmendar; en cambio, si hago el bien no tendré que enmendar nada. Por lo tanto, soy más libre cuando uso de mi libre albedrío para el bien. 

Se dice que la naturaleza del hombre es mala, pero esto es falso. El ángel y el hombre pecaron por libre elección, lo que significa que los dos tuvieron la libertad de hacerlo, pero no la necesidad; ambos son culpables de pecar. Sin embargo, no es el pecado el que los domina porque si el pecado los dominara, entonces nunca podríamos hablar de libre elección

No obstante, la misma biblia dice:

''Todo aquel que hace pecado, es esclavo del pecado''
(Juan 8:34)

Anselmo nos explica que hay diversas formas de tener el libre albedrío, pero que solo una es la correcta:
  1. Para adquirir rectitud de la voluntad sin ser concebida por nadie.
  2. Para recibir rectitud de la voluntad que no han obtenido.
  3. Para abandonar la rectitud de la voluntad que habían recibido y recobrar por sí mismos aquella rectitud.
  4. Para mantener siempre aquella rectitud de la voluntad que habían tenido
Las primeras tres no son aquellas que pertenecen al libre albedrío quedándonos la opción cuatro como la más apropiada. Por lo tanto, el libre albedrío será aquello por lo cual la rectitud de la voluntad se mantiene siempre, ya que nadie es libre cuando hace el mal.

Santo Tomás de Aquino

Para Santo Tomás de Aquino es indudable que existe el libre albedrío, ya que con esto se explica que exista castigo o recompensa en otras palabras, saber cómo el hombre es bueno

Existen tres clases de seres que tienen movimientos: las cosas, los animales y los humanos. Estos últimos son los que tienen el raciocinio para elegir, ya que este les permite decidir deliberadamente un acción. Los animales y los hombres brutos no se mueven por el raciocinio, sino que más bien se mueven por el juicio natural; a cada estímulo de la naturaleza tienen una determinada respuesta. Por lo tanto, tanto animales como brutos no tienen libre albedrío. El hombre racional si lo tiene, pues este puede definir el bien al cual se dirige sin que ningún estímulo se interponga. 

El carácter del libre albedrío yace en el conocimiento de las cosas. El apetito es algo que está en todos los seres racionales y no racionales, sin embrago, el hombre puede ir en contra de este apetito. El apetito siempre tiende a algún provecho y por lo tanto al bien del ser mismo, no obstante, el hombre puede tener apetito por cosas malas. Por ejemplo, el hombre puede tener deseos de fornicar, luego fornica, pero pensando en que esto se hace en su provecho. Por eso, como diría Dionisio:

''Nadie actúa pensando que dicho acto está mal''

Los brutos tienen una especie de razonamiento, pero que no está ejecutada por ellos a pesar de que tienen la misma naturaleza del hombre racional. Bajo ese aspecto, los brutos tienen una especie de libertad condicional hasta que usen su juicio para deliberar.

Sí existe el libre albedrío en Dios, pero de manera diferente que de los ángeles y los hombres. Dios tiende a un fin y por lo tanto esto también lo hace tener libre albedrío, pero no es que Dios ''necesite'' un fin ya que no necesita de nada. Por lo tanto, lo que supone el libre albedrío son dos cosas: naturaleza y poder cognitivo. 

En cuanto a la naturaleza debemos decir que la de Dios es distinta a la de los hombres, ya que es eterno e inmortal. Por lo tanto, su libre albedrío siempre tenderá al bien y no al mal como los hombres o los ángeles. 

En cuanto al poder cognitivo, el hombre no siempre puede deliberar bien, pues su juicio lo hace dudar muchas veces. Dios no tiene problemas ni dudas que puedan hacer confundir su visión de la verdad, por lo tanto, su libre albedrío esta fuera de dudas o disqusiciones, pues ya conoce la verdad; el hombre siempre tiene que hacer un esfuerzo para conocerla. 

Existen dos conceptos cuando hablamos de capacidades humanas: unas son por hábito y otras son por poder. Las de hábito son naturales y las del poder son deliberativas; por lo tanto, tendríamos que decir que el libre albedrío es una cuestión deliberativa, es decir, el libre albedrío es un poder. Si esto es así, entonces dicho poder también es una voluntad. 

El libre albedrío es precisamente la voluntad pero no de manera absoluta. Involucra la voluntad en cierto sentido, ya que en el libre albedrío se toma una decisión. Como lo define Santo Tomás de Aquino, el libre albedrío es un poder por el cual el ser humano puede juzgar libremente. 

Conclusión

Al fin vemos el concepto de libre albedrío tratado de forma sistemática y dogmática en los diferentes filósofos. Es un concepto que no ha tenido poca controversia, ya que lo que esta en juego son los actos humanos no solo con respecto a Dios sino que también con respecto a los demás. Esto es solo una parte de la historia de este concepto, pues su tratamiento es largo y complejo. 

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