Concepto de libertad en los filósofos romanos
En entradas anteriores vimos tanto la etimología de la palabra libertad, así como el concepto que tenían los filósofos griegos de la misma. Es conocido que los romanos inspiraron sus instituciones y su cultura en los griegos, pero también tuvieron sus propias innovaciones sobre todo respecto del derecho y los asuntos privados. Ahora veremos en qué diferían del concepto de libertad.
Lucrecio
El filósofo romano Lucrecio dice que el principio de la libertad es la voluntad. Asegura que somos nosotros los que podemos desviar nuestros movimientos sin estar determinados por el tiempo ni por el lugar, sino que solamente por el espíritu.
Por otro lado, Lucrecio, a partir del concepto de ''clinamen'', esto es, el movimiento de desviación de los átomos en el vacío de manera espontánea, no solo existe en el ser humano sino que en la naturaleza. Esto rompería con el determinismo de Demócrito, por lo cual los átomos son infinitos en números y están sujetos a un orden determinado; en consecuencia, no había libertad o voluntad libre en el ser humano. Por lo demás, la existencia del vacío es la que permitiría que los átomos se muevan espontáneamente, por el espacio que está presente en el vacío.
Pero Lucrecio nos dice que la libertad en el ser humano es evidente. Por eso es que el filósofo romano toma la concepción de Epicuro sobre los átomos, que también se moverían por una espontaneidad. De hecho, si esto no fuera así, entonces el hombre no tendría responsabilidad de sus propios actos, pues no es él el que elige realizar las acciones por las cuales es responsable.
Marco Tulio Cicerón
Cicerón decía que la voluntad no necesitaba ninguna causa extraña a sí misma, porque el movimiento está en nuestro poder. La causa de la libertad es su misma naturaleza.
En cuanto al hombre y el intelecto, Cicerón decía que vivir en libertad significa que el hombre pueda hacer lo que él quiera sin restricciones. La independencia significa libertad y esta corresponde nada más que al sabio porque el sabio vive conforme al orden natural y el destino. El ignorante siempre será esclavo y por eso son lo que son.
Entre los consejos para los gobernadores, Cicerón dice que los tiranos siempre son derrocados por las ansias de libertad que tienen los gobernados. El tiempo en que esto sucede puede variar de nación en nación.
Crisipo de Solos
Contra lo que decía Cicerón (pues ninguno de los dos estaba de acuerdo con el otro), el sabio no es libre tal y como lo describe el senador romano. Para Crisipo existen dos tipos de causas:
- Perfectas y principales: el destino es la que obra en estas causas. Nada escapa del destino
- Secundarias y próximas: aquel asentimiento del hombre con respecto a las causales perfectas y principales
El exesclavo y filósofo estoico Epicteto sostiene que el verdadero poder interior de consentir o no consentir algo es lo que constituye la verdadera libertad de una persona.
Epicteto en sus Diálogos mencionaba la diferencia entre la esclavitud y la libertad, y con justa razón ya que él mismo nació como esclavo. En su filosofía sostenía que tenía una "existencia", algo interno que no estaba "sujeto a restricción o compulsión" por parte de otros, algo que solo él podía utilizar "como le placiese". Al disociar este "algo", o libertad interna para dar o no dar asentimiento a algo, de las cosas materiales que lo rodeaban, el individuo nunca podría ser esclavo de nadie más. El precio de hacer esto podría ser alto si uno tuviera que renunciar a su propia vida para vivir según esta libertad interna de no dar asentimiento a algo que se oponía.
Por otro lado, al negarse a cooperar y renunciar a la propia vida, al hacerlo, esta negativa a dar asentimiento también privaba a aquel que intentaba esclavizar de disfrutar de los beneficios de obligarte a hacer algo o de ser su esclavo. Epicteto pregunta: "Entonces, ¿quién tiene algún poder sobre mí? ¿Filipo, o Alejandro, o Pérdicas, o el rey persa?"
En otro capítulo , casi llega a ver que la desobediencia pasiva podría doblegar a un ejército si cada soldado se negara a dar su asentimiento y "nadie cavará una trinchera, o levantará una empalizada, o hará guardia, o se expondrá al peligro".
Marco Aurelio
Marco Aurelio, emperador
romano y filósofo estoico, tuvo un profundo pensamiento sobre la
libertad, plasmado en las páginas de sus "Meditaciones" e inspirado por Marco Tulio Cicerón. Su enfoque
sobre la libertad no se limita a la mera ausencia de restricciones externas, sino
que se sumerge en la idea de que consumir lo mínimo es una vía esencial hacia
la verdadera libertad.
La noción de libertad como un estado interno, arraigado en el autodominio y la capacidad de mantener la tranquilidad independientemente de las circunstancias externas, es el objeto de la libertad.
El desapego de las cosas
externas se convierte en un principio rector al consumir lo mínimo. Marco
Aurelio advierte contra la esclavitud emocional a las posesiones materiales y
sugiere que la verdadera libertad se encuentra en liberarse de la dependencia
de las cosas que están más allá de nuestro control. Al hacerlo, se cultiva una
independencia emocional que no se ve afectada por la fluctuación de las
posesiones externas.
Se abraza la simplicidad
y se renuncia a la ilusión de controlar todo en la vida a través de la
acumulación de bienes. La verdadera libertad, según Marco Aurelio, radica en la
aceptación sabia de lo que está más allá de nuestro control, liberándonos así de
las cadenas de las expectativas irreales.
San Agustín de Hipona
Con el doctor de la Gracia tenemos otro concepto de libertad, pues aquí se suma el ''Libre Albedrío''. De hecho, la mayor parte de las cuestiones relativas a la libertad humana fueron recogidas por San Agustín de Hipona, en aquellos tiempos.
En una de sus obras llamada ''Sobre el Libre Albedrío'', Agustín tiene la siguiente reflexión: El libre albedrío fue dado para vivir rectamente, no para pecar. ¿Pero cómo? ¿Acaso no es debido a la libertad del libre albedrío que podemos pecar? No, el libre albedrío no fue hecho para que el hombre pueda pecar; fue dado para hacer el bien porque de otro modo ¿cómo podría castigarse a un hombre por pecar si el libre albedrío le da esa capacidad? por lo tanto, el libre albedrío se ha hecho para hacer el bien.
Por lo demás, Agustín pone la libertad como un bien común La voluntad o libertad del ser humano es un bien común del que pueden disponer todos. Cuando dicha voluntad se aparta del bien común se vuelve pecadora y mala ¿cómo se aparta del bien? cuando piensa en sí misma y no en el bien común.
Sin embargo, en la misma conversación se habla sobre la incompatibilidad de ejercer la libertad y estar sometido a la gracia de Dios. En el diálogo, Evodio, amigo de San Agustín, le parece que la libertad del hombre es incompatible con la presencia de Dios, es decir, no se puede pecar y tener a Dios para ver ese pecado al mismo tiempo, siendo que Dios es divino.
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