sábado, 6 de noviembre de 2021

Boecio - La Consolación de la Filosofía (Libro II)


Seguimos con la tercera parte de esta gran obra que ahora versará sobre la fortuna y los beneficios que esta procura. Por cierto, la fortuna era uno de los temas más hablado entre los filósofos, sobre todo entre los estoicos como Lucio Anneo Séneca, quien ya nos hablaba de los beneficios que nos suceden en la vida. Puede que exista una conexión entre los dos, pero sin duda que la mirada de Boecio es única con respecto a la fortuna. Veamos entonces el tratamiento de la fortuna en el último romano y el primer escolástico. 


LA CONSOLACIÓN DE LA FILOSOFÍA


LIBRO II

La fortuna

Después de un silencio con el que terminó el libro I, Filosofía trata de averiguar porqué Boecio se siente tan miserable, revelando que es posible que se sienta así por haber perdido su antigua posición política. Filosofía le dice que su suerte no ha cambiado por más que él piense que es así; en efecto, la suerte o fortuna es una ambiguedad que en un momento puede ayudarte y en el otro traicionarte. Un hombre prudente no debe sujetarse de la suerte o fortuna, antes debe saber que ésta es inconsistente. En palabras de la misma Filosofía, si aceptamos el yugo, entonces no tenemos nada de qué quejarnos. La fortuna no se puede detener en un solo tipo de suerte, pues de ser así no sería como se supone que es: azarosa. 

En consecuencia, que Boecio se queje de su mala suerte no tiene sentido, pues una vez aceptado el destino no puede acusar de que este sea injusto con él. 

Honores pasados

Por lo demás, todos los honores pasados fueron felicidades que Boecio debiera agradecer. No solo eso, el mismo Boecio fue quien agradecía tener dicha suerte en ese momento. Pero es justamente esto lo que tiene tremendamente triste a Boecio, claro, el conocer la dicha lo tiene triste ahora que no la tiene. 

Ciertamente, ningún hombre está contento con su suerte hasta que le acontece algún mal, nada los sacia. 

Filosofía trata de averiguar cómo puede Boecio sanarse y le pregunta si no hay nada más preciado que sí mismo, a lo que Boecio debería responder afirmativamente. Si esto es así, entonces Boecio tiene un bien que incluso ni la fortuna podrá arrebatarle jamás. Como Filosofía sabe que Boecio cree en la inmortalidad del alma, entonces el filósofo no tendría por qué quejarse de las cosas que le han ocurrido, siendo que posee aquello que más quiere. 

Los bienes y los malos

Los bienes materiales o las fortunas de algunos hombres son la causa de su desgracia. Ahí se puede diferencia a los buenos de los malos, porque los malos son aquellos que se inclinan a procurarse los bienes materiales. Para Filosofía, la fortuna aprovecha más a los malos y no a los buenos. 

''no siempre ayuda a los buenos; y si favorece a los malos, no por eso los mejora.''


Sin embargo, si esto es así, Boecio le dice a Filosofía que él no ha caído en la posesión intencional de estos bienes materiales, sino más bien ha siempre querido cumplir con el mandato de la República. No obstante, Filosofía le indica que en ese aspecto también existe un problema al querer aquellas cosas. Nos referimos pasión de la gloria, el honor de haber prestado a la república los más relevantes servicios.

Considerando que el mundo es un lugar enorme, casi inabarcable ¿qué importancia tendrá el adjudicarse una gloria o un honor en esta República que sería pequeñísima comparada con el tamaño del universo? y no solo eso, lo hablado hasta aquí también puede referirse al tiempo.

''Y si comparas la duración del tiempo con la eternidad infinita, ¿a qué viene a reducirse la perennidad de vuestra fama que tanto os halaga?''

Por otro lado, siguiendo con la discusión de que la fortuna aprovecha más a los hombres malos, también de algún modo es buena pedagógicamente. En efecto, el hombre que se ve en una buena fortuna será engañado por esta haciéndole pensar que la tendrá para siempre, lo que es falso. Pero cuando la fortuna es adversa, no puede menos que ser sincera y mostrarse tal cual es. Ahí el hombre aprende sobre la fortuna. 

''En una palabra, la próspera fortuna aparta del bien verdadero con sus caricias seductoras; la adversa, trayendo a los hombres prendidos en su arpón, los hace volver muchas veces al camino de la verdadera felicidad''


Conclusión

Una exhortación a dejar los bienes materiales y la fortuna que no hemos visto en otros filósofos. Su tratamiento con respecto a este tema es interesante e incluso actual, puesto que en las literaturas del siglo XIX y XX se considerará el factor de ''maldad'' o ''infortunio'' como algo sincero, mientras que lo bueno es realmente ilusorio. Ahora, también es interesante el aspecto pedagógico (o que instruye en palabras de Filosofía) del mal, porque luego de esto se extrae una enseñanza, es como el concepto de Catársis en Aristóteles en su obra Poética. 

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