viernes, 20 de diciembre de 2019

Voluntarismo

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Voluntarismo

El voluntarismo es una doctrina que nació en la Edad Media a la mano de dos pensadores importantísimos de la Escolástica. Sin embargo, este concepto se trata de dos maneras generalmente:

  1. La voluntad está antes del entendimiento
  2. La voluntad es la sustancia del mundo

Para efectos de este blog en el que solo hemos visto la filosofía medieval, veremos solamente el primer ámbito. 

Enrique de Gante

Este concierne a un pensador llamado Enrique de Gante (1293) quien fue el primero en establecer la voluntad como principio. Aseguraba el filósofo que el hábito, la actividad y el objeto de la voluntad son superiores al hábito, actividad y objeto del entendimiento.

Voluntad:

  1. Hábito: amor
  2. Actividad: querer
  3. Objeto: Bien

Entendimiento:

  1. Hábito: sabiduría
  2. Actividad: distinción
  3. Objeto: verdadero

Si bien podemos ver que el objeto del entendimiento es la verdad, aquello que es superior la verdad es el bien. En efecto, la verdad está subordinada al bien porque sin el bien no podría ser verdad. 

Juan Duns Escoto

Duns Escoto también afirma la voluntad por sobre el entendimiento, pero desde otro ámbito. Duns Escoto nos dice que la voluntad elige libremente el bien, es decir, el bien no está necesariamente inmanente en la voluntad sino que la voluntad la escoge, y escoge aquella que es el mayor bien. 

Recordemos que antes de que Duns Escoto hablara sobre la libertad de la voluntad, Santo Tomás de Aquino nos decía que la voluntad libre no existe, pues todas las acciones humanas internas y externas ya están determinadas. 

De hecho, el necesitarismo de Tomás de Aquino nos decía que todas las cosas que provienen de Dios son necesarias, es decir, no puede no ser y son absolutos. Sin embargo, Duns Escoto critica esta postura resolviendo que son ''absolutos'' hasta que no se cumplen, porque de hecho, muchos de los preceptos bíblicos no se cumplen (no matarás, no robarás, etc.). El único absoluto que Duns Escoto podría conceder es la univocidad de Dios y la obligación de adorarlo. Lo demás puede ser contradicho siempre que se tenga la voluntad. 


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