domingo, 19 de enero de 2020

Principio de Identidad


Principio de Identidad

Puede ser uno de los principios de la lógica más simples, pues se trata de una tautología que nos da la veracidad sobre algo y la verdadera identidad de una cosa. Se basa en el principio de que una cosa es una cosa y no otra. 

¿Por qué se habla de un principio que al parecer es tan obvio? porque es el único que nos puede permitir pensar la veracidad de un ser. Además, esto puede dar la seguridad al lector de aquello que se está hablando. Por ejemplo, si por gato quiero decir perro, no seré entendida de ninguna manera. 

Parménides

Este principio podemos entenderlo desde el gran filósofos presocrático Parménides, quien decía ''lo que es es y lo que no es no es''. Simple proposición que nos ayuda a ver la verdad del género de una cosa. 

Aristóteles

Aristóteles decía que existía una unidad accidental y otra esencial. Cuando se habla de algo esencial es cuando una cosa es idéntica a sí misma, y cuando se habla de algo accidental es cuando la cosa se parece a dos cosas más. 

Santo Tomás de Aquino

El aquinate nos decía que una cosa es inteligible por su esencia, por lo tanto, lo que hace tener a una cosa una identidad es la esencia misma. Las cosas son inteligibles porque son idénticas a sí mismas, de modo contrario, las cosas son ininteligibles si no son idénticas a sí mismas. 

San Buenaventura

El filósofo católico San Buenaventura, apoyando el argumento ontológico de San Anselmo de Canterbury nos dice que ''Dios es Dios''. En efecto, esta proposición es tan evidente que cuando hablamos de Dios hablamos de todos los atributos que se asocian a él. No puede caerse en error cuando se dice que Dios es Dios; es una premisa verdadera. 

Conclusión

Básicamente, la identidad de una cosa es lo más evidente que pudiera existir en cualquier ser. Sin embargo, de no tenerla no podríamos entender absolutamente nada. Es por eso que la claridad en cuanto a la identidad de algo es tremendamente importante. Sin esto no puede seguirse argumento alguno. 

Juan Duns Escoto - Tratado del Primer Principio (Capítulo I y II) (1280)



Finalmente, tenemos la última obra del doctor sutil más conocido como Juan Duns Escoto. Muchas de las obras de Duns Escoto están en latín y otras en inglés (que son las que hemos presentado en este espacio), por lo que su obra es más amplia de lo que podamos mostrarles en este pequeño espacio filosófico. Tenemos ahora la finalización del tema con respecto a los principios y a Dios, ya que en este apartado veremos toda su teoría junta. Veamos que nos trae por último el doctor sutil.

Tratado sobre el Primer Principio


Capítulo I: División de causas

Primera división

El orden esencial se divide en dos: unívoco y equívoco. Uno quiere decir eminencia y el otro dependencia. 

En este sentido, aquello que es esencial es siempre anterior y aquello que es equívoco es posterior. Esto sigue el mismo pensamiento de Aristóteles, pues la esencia (sustancia) va primero que lo equívoco (accidente). También puede entenderse en que aquello que es equívoco es aquello que carece de algo, mientras que la esencia no carece de nada. Todo aquello que es esencial es primero y lo demás es posterior. 


Segunda división

El causado depende esencialmente de la causa. Luego existen las semejanzas que el causado tiene con los que lo suceden, de hecho, las causas anteriores no se entienden por sí mismas a menos que se mire la causa primera. 


Tercera división

Para entender la tercera división deberemos dibujar un diagrama simple:


Tenemos la causa remota que en realidad es la ''Causa primera'', mientas que las otras son solamente las causas que fueron causadas por la causa remota. 

Bajo este respecto, los causados tienen un orden esencial que tiene su anterior; en este caso, las dos últimas causas próximas son las causas de la causa remota. La primera causa próxima tiene algo en común con su anterior y con su sucesor; sin embargo, la causa próxima que esta en medio no podría existir sin la anterior y lo mismo ocurre con la otra causa próxima que no puede existir sin su anterior.


Cuarta división

La Causa primera tiene sus conocidas causas descritas por Aristóteles:

  • Final
  • Eficiente
  • Material
  • Formal

Lo que es causado tiene cuatro divisiones a saber:

  • Finito
  • Efecto
  • Material
  • Formal
Como vemos, en la constitución de las divisiones parecieran agregarse dos cosas más: Finito y Efecto. Por lo tanto, podríamos decir que el orden esencial de las causas son seis: Final, Eficiente, Material, Formal, Finitud y Efecto.

Estas seis divisiones tienen su razón de ser y Duns las explica en el siguiente capítulo.

Capítulo II: Orden esencial
Nada tiene un orden esencial en sí mismo


Conclusiones

Primera conclusión

Duns se pregunta si existe un ser que se exceda a sí mismo o que dependa de sí mismo. En efecto esto es imposible.

Segunda conclusión

Si algo es anterior a lo anterior, es a su vez anterior a lo posterior. En este caso, entonces un círculo no tendría cabida en un orden esencial, es decir, no es ni anterior ni posterior. 

Tercera conclusión

Lo que no es posterior a lo anterior, tampoco lo es a lo posterior. En efecto, lo que no depende de lo anterior, mucho menos depende de lo posterior. En ese sentido, lo que no es causado por una ''causa anterior'' tampoco lo es de una ''causa posterior''.

Cuarta Conclusión 

Lo que no es finito no es efecto. Por supuesto, lo que quiere decir Duns en este respecto es que lo que no existe por causa eficiente no tiene ningún efecto, ya que solamente lo causado es efecto. La causa primera no es efecto de ninguna otra causa al ser la primera. 

El que es agente por sí mismo tiene un fin, nada hace en vano. El fin busca una causa, y es por eso que se pone el fin en la causa primera.

Quinta conclusión

Lo que no es efecto no es finito. Cualquier causa en cuanto causa es anterior. Sin embargo, este fin no es la causa final de la causa primera; al contrario, el fin es la causa para el causado. El fin no es la causa final para el eficiente (causa primera) sino que para el causado. 

Sexta conclusión

Lo que no es efecto, no es materiado. En efecto, la materia es algo correspondiente a lo compuesto, es decir, a aquello que es causado. 

Séptima conclusión

Lo que no es materiado, no es formado. En efecto, lo que no tiene una parte potencial no puede ser compuesto y tampoco es formado. Si tuviera una parte no potencial, es decir, esencial, entonces solamente eso existiría. 

Octava conclusión

Lo que no es causado de causas extrínsecas, no lo es de causas intrínsecas. Esto se demuestra porque la forma es la que hace causar a los demás seres. 

Novena conclusión

Los cuatro géneros de causas se ordenan esencialmente en causar lo mismo. En efecto, ninguna de las causas puede ocurrir de manera separada ni la una sin la otra; las cuatro siempre refieren a lo mismo. 

Décima, undécima y duodécima conclusión

Lo que es causado puede referirse tanto a la causa próxima o a la causa remota (ver tercera división). Un ejemplo para esto podría decirse de la siguiente manera: la cantidad del causado pertenece a la causa próxima; y por otro lado, la cualidad de causado pertenece a la causa remota, y sin embargo no es su causa. 

Si A no existe, B no existiría. Por otro lado, si A no existe, B puede concurrir igualmente y también los causados próximos a B porque A no es parte de ellos. En efecto, B puede tener otros causados, pero B no puede existir sin A, por lo tanto, de no estar B es imposible que pueda causar por sí mismos otros ''B's''.

Décimo tercera, cuarta y quinta conclusión

El compuesto depende de la materia, a pesar de que el compuesto es más perfecto que la materia. Del mismo modo, se puede decir que la forma es tal vez depende de la materia. 

Bajo este respecto, la pluralidad no puede entenderse sin necesariedad, pues es este último el que la hace existir.

Décimo sexta conclusión

Todo lo finito es excedido. A no puede ser menos que B, al contrario, B puede ser excedido por A. Todo lo que es compuesto, creado, o causado es excedido por su anterior. 

Conclusión

En resumen, lo que quiere decirnos Duns Escoto es que la anterioridad es mejor que la posterioridad y por esta razón es mejor y esencial. Puede parecer lógico, pero en verdad no lo es tanto si se toma en cuenta que Averroes nos decía que el mundo era eterno porque se encontraba en la mente de Dios, quien también era eterno. Esto servirá para dejar de una vez por todas el averroísmo y seguir con la cristiandad. 


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sábado, 4 de enero de 2020

Juan Duns Escoto - Ordinatio (Principio y Univocidad) (1269)



Aquí veremos el tema sustancial en toda la filosofía de Juan Duns Escoto. En efecto, estamos hablando del concepto de Univocidad que es la palabra fundamental para distinguirse de su predecesor quien sería Santo Tomás de Aquino, quien postulaba a su vez que el ser se entendía de muchas maneras (analogía). Veamos en este pequeño extracto qué nos tiene que decir Juan Duns Escoto


Ordinatio
Principio y Univocidad

OPINIONES GENERALES

¿El principio es dicho unívocamente dicho interna y externamente en Dios?


En base a la opinión general pareciera ser que no, ya que si una cosa se entiende de una manera, entonces el principio es el mismo para todas. Sin embargo, eso no ocurre en la Trinidad porque la en la Trinidad existe tanto el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo que si bien no son los mismos principios, al mencionar cualquiera de esos tres el concepto se vuelve unívoco: Trinidad. 

Cuando se habla de principio no se habla en cuanto a relación, sino en cuanto a razón de algo. Si queremos ubicar el principio de algo, entonces tenemos que encontrar al ser. De esta forma, lo más irreductible de una criatura o de cualquier cosa sería su propio ser. 

En ese sentido, el concepto de ser es el más irreductible, pues este no depende de otro para significar lo que significa. Por lo tanto, si hablamos ya sea interna o externamente de Dios, este tendría que tener como principio el ser, es decir, la existencia.

Conclusión

Siendo el concepto de ser irreductible, entonces no podemos tener otro concepto que no signifique otra cosa que él mismo. La teoría de Santo Tomás siguiendo a Aristóteles con la frase ''el ser se entiende de muchas maneras'' puede quedar desechada por la visión de Duns Escoto. Pareciera ser que en efecto el ser solo se entiende de manera irreductible como algo que da existencia a otro ser. 


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martes, 31 de diciembre de 2019

¿Qué es el bien y el mal? (Parte I: La antigua Grecia)



¿Qué es el bien y el mal? 
(Parte I: La antigua Grecia)

Es quizás una de las preguntas más trascendentes de la filosofía. El problema del bien y el mal se ha abordado en las distintas líneas de pensamiento, superponiendose unas contra otras con diferentes conceptos. Al final, pareciera que cada uno tiene una postura en cuanto al bien y el mal ¿o habrá una que sobresalga? En esta entrada veremos aquella que tenían los filósofos de la Antigua Grecia. 

Platón

Para Platón, el bien es lo que da la verdad a los objetos cognoscibles, es decir, el poder de conocer los objetos. En la alegoría de la caverna, el bien es comparado al sol mientras que el mal es comparado como el fondo de una cueva donde permanecen unos hombres atados con cadenas, simbolizando el mundo sensible, en otras palabras, el mundo material; mientras que el sol, correspondería al mundo de las ideas: el mundo inteligible. 

Por lo tanto, el mal estaría representado por el mundo que percibimos con los sentidos, mientras que el bien es el mundo inteligible que percibimos con nuestro intelecto. 

Platón distingue cuatro dimensiones del bien:

  1. Inteligible
  2. Real
  3. Realizable
  4. Causa (de todas las cosas)

Estas cuatro características conforman la idea del bien supremo; es el bien que es más deseable y por lo tanto, aquel que da origen a todas las cosas. 




Aristóteles

Aristóteles nos hablaba de dos tipos de bienes:

  1. Bienes por sí mismos
  2. Bienes que buscamos para alcanzar otro fin

Por lo tanto, existen dos clases de bienes: aquellos que son bienes por sí mismos y aquellos que no son bienes sino con relación con los primeros. 

En ese caso, cualquiera que desee una cosa que es buena en sí misma, entonces está deseando el bien. Por otro lado, tenemos una cosa que es intrínsecamente mala, que es aquella a la cual se le tiene aversión en sí misma y su alejamiento correspondería a una actitud buena del hombre. 

En conclusión, para Aristóteles el bien es la mismísima felicidad del hombre. Por otra parte, es verdad que el bien es la felicidad, pero también son los puntos medios entre cada extremo; por ejemplo, la valentía es la virtud que se encuentra en medio de la cobardía y la temeridad. Ese punto medio que es la valentía, no solo es la virtud del hombre sino que ahí también encontrará la felicidad. 

Estoicos

Los estoicos ponían a la razón como el bien primero, ya que esta es la que nos aleja de la irracionalidad y la pasión que llevan al hombre al sufrimiento y a la perdición. La razón sería un punto medio entre el sufrimiento y el placer, los cuales son extremos donde el hombre sufre. 

Hedonistas

Desde el punto de vista hedonista (o epicúreo), podemos ver que la pasión es el sumo bien de los hombres. En efecto, parece esto ser intuitivo pues el hombre siempre se aleja de aquello que le causa aversión o malestar. Si toca algo caliente, el hombre se procura el frío; si tiene hambre, el hombre se procura el alimento. Este esquema básico de los hedonistas representa el bien supremo para todos aquellos que deseen buscar la felicidad y por lo tanto, el bien.

Conclusión

Por supuesto, las posturas que hemos visto aquí son las clásicas posturas con respecto al bien y el mal en la filosofía. Esta discusión crecerá aún más en la Edad Media con la figura de los cristianos y se quedará descansando en el siglo XVIII de manera indirecta, para luego volver en el siglo siguiente. En todo caso, estas formas clásica de ver el bien y el mal, son la base para comprender las teorías futuras dentro de la historia de la filosofía. 


domingo, 29 de diciembre de 2019

Juan Duns Escoto - Ordinatio (La intelección de la palabra) (1269)



Este tema siempre ha sido de gusto de los últimos padres de la Patrística, pues el referente del estudio de las palabras es el mismísimo San Agustín de Hipona. En efecto, en este blog hemos visto las numerosas entradas sobre el signo y el significante, los cuales revelan algunas características de la semántica de lenguaje. Juan Duns Escoto, quien adhiere en las ideas de San Agustín, vuelve a poner el tema sobre la mesa y lo desarrolla de la siguiente manera.

Ordinatio
La intelección de la palabra


OPINIONES GENERALES

Si la palabra creada es una intelección

Tenemos la primera respuesta tentativa a la intelección de la palabra, que en realidad sería negativa coincidiendo con San Agustín de Hipona:

''La imagen de Cartago, en mi memoria, esta es su palabra''

La imagen es tomada por la especie, no por la imaginación; por lo tanto, la palabra creada es una especie inteligible y no actual del intelecto.

También dice San Agustín:

''La palabra que suena exteriormente es un signo de lo que brilla interiormente''

Sin embargo, la palabra externa es el signo de una cosa y no de una intelección. De otro modo, cualquier proposición afirmativa en donde la cosa no es predicado de sí misma sería falsa. Esto es porque la intelección del sujeto no es la intelección del predicado, aunque cuando se dice ''la cosa es la cosa'' se está diciendo que el sujeto es también predicado. Por lo tanto, la palabra es un intelecto y no una intelección.

Luego dice San Agustín:

''La palabra es el resultado de lo nacido en la memoria''

Pero una acción no es nacida sino que en la base de algo más. Por lo tanto, la palabra es algo formado por el entendimiento y no es un acto en sí mismo. 

Si la Palabra Divina dice algo para las personas (Padre, Hijo y Espíritu Santo)

La palabra es algo esencial, es como el conocimiento y el amor, de acuerdo con San Agustín. El acto de la palabra es un acto de inteligencia; por lo tanto, si la palabra existe tanto en el Padre, Hijo y Espíritu Santo, entonces se deduce que ambos tienen inteligencia. 

Si la Palabra Divina dice algo para las creaturas

Dice San Agustín:

''La palabra es el arte de Dios todopoderoso lleno de todas las razones vivientes''

Si la palabra es respecto del arte, entonces la pàlabra también es respecto de las creaturas.

RESPUESTA DE DUNS

Para Duns Escoto, la palabra es una acto de inteligencia producido por la memoria perfecta, la cual no es posible si no hay intelección. Por lo tanto, más que pertenecer a cualquier otra cosa, la palabra pertenece a la inteligencia, en segundo lugar a la memoria y en tercero al querer.

Por otro lado, no es correcto relacionar la palabra con un objeto (o cosa), pues la palabra nace del intelecto mientras que las cosas nacen por otra cosa (cosa compuesta). 

Todo lo que es conocido es llamado una palabra porque esta puede ser recordada o pronunciada por la memoria. En este caso, cuando se habla que la palabra es amor (y por lo tanto un querer o voluntad) uno puede estar equivocado. En efecto, hay palabras que podemos odiar, pero el conocimiento de estas palabras no lo odiamos (pues sin este no podríamos reconocer lo que odiamos). 

Conclusión

En contra de la opinión de todos, Duns Escoto rechaza la idea de que la palabra sea un querer o una voluntad (o amor como decía San Agustín) y sitúa la palabra específicamente en el intelecto. Todo esto se lleva a cabo para entender más que al ser humano, para entender a la divinidad; sin embargo, esto servirá para los lingüistas que vienen más adelante, que utilizarán el concepto de signo y de intelecto en las palabras. 

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domingo, 22 de diciembre de 2019

Juan Duns Escoto - Ordinatio (la existencia de Dios (II)) (1269)




Seguimos con la argumentación lógica que Juan Duns Escoto hace sobre la existencia de Dios. Ya en algunas entradas anteriores hemos visto que las pruebas sobre la existencia debe son ''evidentes por sí mismas'' es decir, no necesitan pruebas a posteriori, algo que es rechazado por toda la filosofía tomista. Sumado a esto, las proposiciones evidentes suman también la voluntad que tiene Dios y las criaturas por sobre el entendimiento, en otras palabras, Duns Escoto asegura que la voluntad está antes del entendimiento. 

Ordinatio
La existencia de Dios (II)


Infinitud de la causa eficiente

La demostración de las propiedades de un ser infinito tenemos que analizarlas desde las propiedades relativas de un ser finito. Las propiedades de un ser infinito son de causalidad o eminencia; en efecto, todos los seres tienen una causa eficiente y esta causa eficiente viene de un ser infinito. 

De hecho, Duns Escoto nos dice que entre los seres hay algo que es simplemente primero. Para probar esto existen la siguiente razón: 

  • La causa primera es simplemente una y no puede ser causada o afectada por ninguna otra. Esto se debe a que debe existir una primera causa porque de no haberlo, entonces los seres debiesen existir hacia el infinito, cosa que no es posible puesto que nuestra finitud es evidente. El único ser infinito es Dios. 

Por lo demás, si nada existiera como una esencia primera, entonces nada sería esencial, en efecto todos sería accidental y cambiante. Por otra parte, hay que recordar también que si un ser posible es infinito, entonces ningún ser sería posible puesto que la infinitud no alcanzaría a lograr nada; se necesita de un primer ser para que exista un ser posible (que tenga la posibilidad de existir o no). Si la causa eficiente fuera infinita, entonces ningún motor podría existir.

Sin embargo, hay un argumento que los filósofos destacan entre Dios y las criaturas: entre ellos hay una infinitud, pues Dios está infinitamente lejos. Nadie puede alcanzar a Dios. Pero si hablamos de dos extremos, en realidad no hay ningún intermedio entre Dios y los seres finitos. Solamente hay una relación de infinitud y finitud pero no existe algo entre ellos que los separe; Al contrario, Dios al ser infinito también abarcaría a los seres finitos.



Conclusión

En realidad, a pesar de que Duns Escoto rechaza las ideas de Santo Tomás de Aquino, su respuesta a la infinitud de Dios es extraída de las cinco vías tomistas, por lo que su relación con Tomás de Aquino no puede ser descartada. Es totalmente la doctrina de Aristóteles lo que Duns Escoto ha demostrado en su texto ''Ordinatio''. Con esto hemos terminado la demostración de la existencia de Dios, pero aún  nos falta revisar algunos aspectos del texto.