sábado, 16 de junio de 2018

San Anselmo de Canterbury - De Veritate (Capítulos I-X) (1080 - 1085)

Este tema puede ser uno de los más interesantes en la historia de la humanidad ¿qué es la verdad o dónde está la verdad? esta interrogante la podemos ver tanto en filósofos creyentes como no creyentes pues es un concepto que trasciende a todos. La búsqueda de la verdad puede ser la base de la filosofía como muchos dicen, pero el método para alcanzarla es el más difícil. Veamos qué nos ofrece San Anselmo de Canterbury en este breve tratado sobre la verdad. 

De Veritate

Capítulo I: La verdad no tiene principio ni fin

Este se basa en el diálogo entre un maestro y su estudiante. El estudiante es curioso de algunas cosas sobre la verdad, además de lo escruto en el libro Monologion de Anselmo

El Estudiante le pregunta al Maestro por qué se dice que la verdad no tiene principio ni fin, y si es que esta realmente se encuentra en Dios o no. El Maestro acepta responder la pregunta con toda amabilidad. 

Capítulo II: Las dos verdades de una oración

El Maestro hace una pregunta clave: 

''¿Cuando una oración es verdadera?''

El Estudiante dice que es cuando la oración habla afirmativa o negativamente sobre cómo las cosas realmente son. El Maestro luego le pregunta: ''entonces lo que dice la oración es la verdad de la misma'', a lo que el estudiante responde ''no, pues todo lo que es verdadero debe participar de la verdad y lo dicho por la oración, siendo éste dicho verdadero, no es la verdad de la oración sino que más bien la causa de que la oración sea verdad. Por lo tanto, la verdad de la oración debe estar en la oración misma. 

Tendríamos que la oración establece lo que algo es, y cuando lo hace establece la verdad, no tanto en palabra práctica sino que también en su significado.

Sin embargo, el problema acaece cuando decimos que la oración dice algo que no es verdadero. Si la oración dice algo que no es verdadero, entonces no contiene la verdad en sí misma pero al mismo tiempo está haciendo aquello que le corresponde que es señalar que aquello no es verdadero. 

Las oraciones en general, dice el Maestro, tienen dos significaciones:

  1. Cuando recibe la capacidad de significar
  2. Como está diseñada para significar

La primera, si bien es una función de la oración, la verdad es que la segunda es la que siempre actúa. Ya sea afirmativamente o negativamente, la oración está diseñada para significar lo que quiere significar. Por ejemplo, una oración como ''es de día'' cumple perfectamente la función de significar aquello que es; sin embargo, cuando digo que ''es de día'' y no lo es entonces estoy usando mal la función de la oración.

Otro ejemplo sería decir: ''el hombre es un animal'' y ''el hombre no es una piedra''. En este caso, la primera oración significa correctamente que lo que es es, mientras que la otra establece que lo que no es no es. Si se hace de modo contrario (lo que es no es y lo que no es es) entonces caeríamos en un error y no podríamos 

Esto sería todo en cuanto a la significación de las oraciones en cuanto a la verdad.

Capítulo III: La verdad del pensamiento

Los pensamientos también pueden ser falsos o verdaderos, y esto se expresa cuando pensamos en que una cosa puede ser y no puede ser. Por lo tanto, quien piensa que lo que es es, estará en lo correcto y quien piensa que lo que no es no es también estará en lo correcto. 


Capítulo IV: La verdad de la voluntad

En la biblia dice el siguiente verso:

''El (el diablo) ha sido homicida, y no ha permanecido en la verdad''
(Juan 8:44)

Como vemos, la biblia dice que es el diablo quien persiste en la mentira. El diablo estuvo en algún momento en la verdad y luego deserto de ella para estar en la mentira. Por lo tanto, la verdad también se establece como algo de voluntad.

El Maestro le relata todo esto al estudiante, y es ahí cuando el Estudiante dice que la verdad de la voluntad subyace en la rectitud del ser humano (rectitudo). Si el diablo no hubiese desertado de la verdad, no habría pecado y el pecado se comete por falta de rectitud. 

Capítulo V: La verdad de la acción natural y la no-natural

No solamente la verdad está en acciones naturales sino que también en aquellas que no lo son. Ya sabemos por el capítulo anterior que la verdad está en la rectitud y la rectitud es una acción. 

Tenemos aquellas acciones que son naturales como la del fuego cuya acción se centra en calentar las cosas. Cuando el fuego cumple su función de calentar un objeto, entonces el fuego hace lo que le es apropiado, y por lo tanto, este hace lo que es recto. Esta sería la acción natural.

Por otro lado, tenemos la verdad basada en la acción no natural la cual es muy fácil de entender si consideramos lo que dice el Maestro. Por ejemplo, cuando se dice la frase ''es de día'' y resulta que sí es de día. Ahí está la acción no natural.

Capítulo VI: La verdad de los sentidos

Esta es una pregunta que en tiempos de Platón hacía mucho sentido ¿Nos engañan los sentidos? La respuesta naturalmente es que sí, pues no siempre vemos lo que verdaderamente es. Por ejemplo, cuando se ve un objeto a través de un vidrio, el objeto puede cambiar de forma o de color y en la realidad vemos que no es así. 

Bajo esta observación, el Estudiante dice que hay tanto mentira como verdad en los sentidos. Sin embargo, el Maestro dice que esto no es en todos los casos. Aún más, el Maestro asegura que más que los sentidos es nuestra opinión la que nos engaña.

Así pasa cuando nos asustamos de una estatua de dragón la cual no puede hacernos daño alguno o cuando confundimos a una persona con otra. No es que la vista nos haya engañado, sino que más bien es el juicio

De hecho, en el ejemplo del ojo viendo a través del vidrio es verdad que cambia de color, pero esto es un efecto natural de aquellas cosas. No nos engañan porque esa es la propiedad de todo aquello. 




Capítulo VII: La verdad en el ser de las cosas

Siendo que la verdad está en el Ser Supremo y este es la verdad, entonces la verdad de las cosas es el mismo Ser Supremo. Por lo tanto, todo lo que existe es verdadero, y lo que existe falsamente no existe definitivamente. 

De esto además se deriva que al estar el Ser Supremo en todas las cosas, también se dice que las cosas son rectas (rectitudo). Por lo tanto, todas las cosas que existen son tanto rectas como verdaderas en cuanto está el Ser Supremo en ellas.

Capítulo VIII: Los distintos términos de ''deber'', ''no deber'', ''ser'' y ''no ser''

Sin embargo, ¿cómo podemos decir que las cosas son verdaderas y cómo deben ser siendo que hay algunas que son evidentemente falsas?

Una de las cosas que el Estudiante dice es que no es posible que Dios conceda que una cosa que el mal deba ser puesto que el mal es el no deber. Pero al mismo tiempo, el mal existe y por lo tanto se crea una confusión porque a manera de existencia debe ser pero por su característica no debe ser.

El Maestro entonces lo cuestiona y le pregunta si es que Dios ha hecho algo malo entonces. También explica que es Dios quien permite a los hombres bajo su propia voluntad hacer el mal. ¿Pero cómo se explica que el bien y el mal están en un solo ser si se dijo que todos los seres eran buenos?

El Maestro responde diciendo que los seres se basan en dos acciones: activas y pasivas. Toda acción necesita algo activo y algo pasivo. De ahí que el pecador reciba su castigo, pues quien castiga al pecador es el activo mientras el pecador es el pasivo. Ahí se tienen dos acciones realizadas al mismo tiempo, lo cual además nos habla de la rectitud en ellas.


Capítulo IX: Toda acción significa o bien algo verdadero o algo falso

En efecto, la bondad y la verdad también están en las acciones realizadas. Por ejemplo, si vas por un camino y vez algunas hierbas pero no sabes cuales son venenosas y cuales no, y luego vez a una persona que sí sabe y comiéndose la saludable diciendo ''come de esta hierba'' y te ofrece la venenosa ¿sería un acto de verdad? Por supuesto que no. 

Lo que quiere decir el Maestro al Estudiante, es que un acto verdadero es un acto moral. Y como la verdad tiene que ver con la rectitud, entonces debemos decir que el hombre debe dedicarse a este tipo de actos: morales, verdaderos y rectos que en fin los tres serían la misma cosa. 

Capítulo X: La Suprema Verdad

Todo lo que es verdadero es aquello que está en el Ser Supremo. ada fuera de él es verdadero, por lo que el acercamiento a él nos llevará a la verdad. Ahora ¿puede tener la verdad u comienzo y un final? De ninguna manera, pues si fuera así entonces la verdad nunca fue tal. Al contrario, sería verdad y luego no lo que es absurdo. 

Así, tanto el Ser Supremo como la verdad se entienden como cosas que no tienen un comienzo ni tampoco un final. 

Conclusión

Imposible ignorar todo lo que ha dicho Anselmo. Aunque esto no se vincula a sus principales teorías sobre la existencia de Dios, nos deja un largo camino que recorrer sobre el tema de la verdad. Me pareció interesante la observación que hizo sobre los sentidos, pues por muchos siglos se ha dicho que los sentidos nos engañan totalmente, pero aquí vemos algunos ejemplos en los que no nos puede engañar. 

sábado, 9 de junio de 2018

Historia de los árabes (Segunda parte: La llegada de Mahoma).

Seguimos con la segunda parte de la historia de los árabes, esta vez con la historia de Mahoma y la llegada del Islam. Este puede ser uno de los hechos más decisivos en la historia de Europa y el mundo, pues una nueva religión viene a apoderarse de todo lo establecido que hace algunos años había hecho el Imperio Romano con el cristianismo. Esta vez tenemos a un protagonista diferente que nos viene a dar la lección del Islam y sus características. Veamos esta segunda parte en Filosofía Apuntes. 

LA HISTORIA DE LOS ÁRABES


SEGUNDA PARTE: LA LLEGADA DE MAHOMA

La vida de Mahoma

Los comienzos de Mahoma

A fines del siglo VII, la península arábiga se conforma para dar nacimiento a una nueva identidad: el Islam. Este concepto era traído por quien se consideraría el mensajero de Dios: Mahoma

Mahoma pertenecía a la tribu de los Quraish quienes tenían relaciones con las ciudades de La Meca, La Kaaba y Siria. Básicamente lo que se decía de él es que era un comerciante, y junto con su esposa Jadiya se dedicaban a los negocios. 


Aproximadamente a los 40 años de edad recibió un mensaje en aquellos días que vivía solitario en las montañas. Un ángel lo exhortó a convertirse en el mensajero de Dios. Mahoma comenzó a recibir estos mensajes y los relato a quienes estaban cerca de él. Dios es el cielo, Dios castiga, el cielo y el infierno existen, etc.

Es en ese minuto donde surge la escritura del Corán, el texto sagrado de los musulmanes que fue escrito por Mahoma gracias al arcángel que le dio el mensaje.

El nombre asignado a este Dios del que hablamos era justamente ''Alá'' que era el mismo Dios que tenía la cultura preislámica. Los que se sometían a la doctrina de Alá serían llamados musulmanes y la religión sería llamada islam, que viene de la misma raíz lingüística.



Las dificultades de Mahoma

Mahoma había conformado un pequeño grupo de creyentes lo cual le valió mucha difamación. Su tío, quien era su protector, recibía los reclamos constantes de las otras familias. La razón de esto era porque Mahoma no aceptaba a los otros dioses ya que no tenían nada en común con Alá. 

Su situación se fue agravando más hasta que finalmente tuvo que irse hacia Medina donde los ansares (ayudantes) lo recibirían y lo apoyarían. Esta época de Mahoma será la llamada égida donde él y sus seguidores se resguardarían del peligro en La Meca. Mahoma pudo llevarse bien con los cristianos y los judíos, pero a medida que crecía su influencia éste se veía cada vez más arrastrado a una guerra con los Quraish. 

De vuelta a La Meca y muerte

En el año 629 Mahoma no encuentra resistencia en La Meca lo que significó que ahora sí podía peregrinar a su lugar de nacimiento. Sin embargo, Medina seguía siendo la capital donde Mahoma ejercería el poder. 

El año 632 sería el último año en que Mahoma visitaría La Meca donde además se despidiera de todos los que le rodeaban. 

Comunidad árabe

Umma

Si bien la comunidad árabe estaba definida antes de la llegada de Mahoma, cuando éste estuvo al mando se organizó de mejor manera de como estaba. Esta comunidad fue llamada ummah porque reconocían a Dios como salvador. No era la riqueza o el status social lo que los definía, sino que más bien era el grado de fe que tenían. 

Mahoma se convirtió en el nuevo Jeque de la ummah pues todos pudieron observar la habilidad que tenía para relacionarse con todos, incluso con los beligerantes de La Meca. También intentó establecer matrimonios con los de La Meca para poder entrar pasivamente en el territorio. 

En fin, la ummah de Mahoma se enfrentó a los que no apoyaban el islam como judíos y cristianos, que posteriormente debieron pagar para su protección, lo que hoy conocemos como dhimma. Se enfrentó a los enemigos de La Meca y a los otros restantes de Siria.

Los problemas de la sucesión

Antes de la muerte de Mahoma se hablaba sobre la sucesión del mismo, pues ni los líderes musulmanes escogieron un líder ni Mahoma estipuló nada sobre aquello. Por un lado, los antiguos habitantes de Medina que eran los ansares escogieron a su propio líder, pero mientras esto ocurría la comunidad de seguidores de Mahoma (Mohajir) quisieron tener un líder que gobernara en todo el territorio árabe: ese hombre sería Abu Bakr, quien además el padre de una de las esposas de Mahoma

Conclusión

Esta es una entrada muy similar a la que hicimos de la misma biografía de Mahoma, aunque un tanto diferente en la redacción y en la forma de relatarlo. Tenemos aquí un período de rebelión y de expansión posterior del territorio árabe bajo la bandera del Islam. Nos falta describir como es que nace este nuevo Imperio y cómo éste se acerca a los grandes brazos de Europa. No pocos problemas traerán los musulmanes al sur de Europa y no solo aquí sino que en otros territorios más...

viernes, 8 de junio de 2018

San Benito de Nursia - Vida y obra (480 - 547)

Conocido como un santo por la Iglesia Católica, Benito de Nursia fue el fundador de la orden benedictina que dio origen a los monjes benedictinos. De dicha orden han surgido valiosos filósofos y religiosos a considerar, entre ellos San Anselmo de Canterbury que es el filósofo que hemos estado viendo en los últimos apuntes de filosofía. En los siguientes apuntes de filosofía veremos su vida y obra, y el legado que ésta dejó a la humanidad. 

San Benito de Nursia

Primeros años

Vida en Roma

Benito era el hijo de un noble romano de Nursia (actual Umbría) que lo envió a estudiar a las escuelas de Roma. Benito vivió los álgidos momentos en que Roma se destruía y comenzaba a nacer una nueva autoridad papal medieval. 

Sin embargo, Benito se vería decepcionado por la vida que encontró en Roma y decidió retirarse de allí. Ya joven Benito se retira a Enfide en las colinas de Simbruini donde justamente conoció a Romanus de Subiaco, quien era un ermitaño dueño de un monasterio.

Romanus aceptó a Benito en el monasterio que estaba ubicado en Subiaco, una región en Roma Central. Benito pasaría allí 3 años en una cueva cerca de un lago viviendo prácticamente como un monje, aislado de la sociedad y la centralidad de Roma.

Vida como monje

Su popularidad se acrecentó y Benito fue persuadido por los monjes para ser un abad en el monte Vicovaro. Benito estuvo con los monjes en Vicovaro, pero su estricta disciplina provocó la molestia de algunos hombres que quisieron envenenarlo. La leyenda dice que habían envenenado su trago, pero Benito al santificarlo con una oración hizo que se rompiera.

Benito se vió obligado a volver a la cueva pero junto con él se llevó algunos discípulos para que se hicieran cargo de 12 monasterios, fundados por el mismo Benito. En el año 530 funda el gran monasterio en Monte Cassino entre Roma y Nápoles.

Muerte

Benito de Nursia muere en el año 547 no mucho después de la muerte de su hermana Escolástica y fueron enterrados en el mismo lugar. Desde ese momento, Benito fue canonizado por la Iglesia Católica donde también es venerado. 

Legado

La Regla de San Benito

Uno de los legados más importantes que tenemos de San Benito de Nursia es ''La Regla de San Benito'', inspirada en sus tiempos de ermitaño donde él mismo reconocía los peligros de aquella vida solitaria.

El contenido de esta regla es numeroso y sería muy difícil tratarlo aquí. En general esta habla de los hábitos que los monjes deben tener, los cuales eran básicamente la vida del trabajo y la oración. Como lo dice su libro ora et labora el trabajo debe estar acompañado de comidas livianas y ayunos prolongados. 

Estas reglas fueron promovidas por Carlomagno en todo su Imperio para propagar la doctrina cristiana.

Conclusión

La vida de San Benito de Nursia nos es casi desconocida, pero algo de información tenemos en algunas fuentes. Su vida fue conocida mayoritariamente por el Papa Gregorio Magno, quien se preocuparía de escribir una biografía. Cómo habrá sido de estricta la Regla de San Benito que hasta sus mismos correligionarios quisieron envenenarlo por lo estricta que era. Aún más terrible sería pensar ese período solitario en que estuvo viviendo en una cueva de manera ascética. En fin, la vida de un hombre que llevó a la práctica todo lo que dijo.

San Anselmo de Canterbury y Gaunilo de Moutiers - Debate sobre el argumento ontológico.

Tenemos frente a nosotros uno de los debates más agitados del siglo XI, donde San Anselmo de Canterbury y Gaunilo de Moutiers discuten sobre la existencia de Dios. En primer lugar tenemos a Anselmo con su obra ''Proslogion'' que hemos visto anteriormente; y por el otro lado vemos a Gaunilo de Moutiers con su obra ''En defensa del idiota'' que veremos ahora en esta entrada. Debemos decir que Gaunilo no es ningún ateo o agnóstico ni algo que se le parezca. Es simplemente un monje benedictino igual que San Anselmo pero proveniente de Francia. Veamos lo que estos dos hombres tienen que decir.

Referencias:

(1) Aquello por lo cual nada más grande puede ser pensado.

Debate sobre el Argumento Ontológico
San Anselmo de Canterbury y Gaunilo de Mourtiers



En defensa del idiota
(Gaunilo de Moutiers)


Conceptos de Anselmo

Gaunilo parte del enunciado que el mismo Anselmo hizo en su libro ''Proslogion'':

''Dios es aquello por lo cual nada más grande puede ser pensado''

Este enunciado puede ser válido solamente por dos condiciones:

  1. Quien piensa en algo así ya tiene en su entendimiento a Dios.
  2. Quien piensa en algo así no solo comprende a Dios en el entendimiento, sino que también en la realidad. 
Estas eran las consideraciones que Anselmo hacía para probar la existencia de Dios, y que incluso este concepto lo podría comprender un idiota.

Objeciones del idiota

De acuerdo con Gaunilo el idiota podría tener las siguientes objeciones:

  • Considerando que puedo entender a Dios simplemente porque está en el entendimiento, ¿no se desprende de esta idea que cualquier cosa que se diga podría existir aunque sea falsa? 
  • Si algo que se entiende quiere decir que existe en la realidad, entonces deberíamos decir que no existe diferencia entre realidad y entendimiento. 
  • Ahora, si se dijera ''Dios no existe'' y eso puedo comprenderlo, entonces eso también sería una realidad. 

Otro de los puntos que plantea Gaunilo es el ejemplo que Anselmo da con el pintor. Este ejemplo consistía en decir que un pintor hace realidad sus pinturas de acuerdo al pensamiento que este tiene de ellas. Sin embargo, Gaunilo dice, ¿qué ocurre si esa pintura no coincide con la realidad planteada en el pensamiento?

Gaunilo en este sentido cita a San Agustín de Hipona:

''Cuando un escultor hace un busto primero lo tiene en su ''arte''. El busto que esculpe no está vivo, pero sí lo está su arte. En el arte del escultor existe el busto antes de ser creado''



La cita de San Agustín nos aclara inmediatamente la diferencia que existe entre tener algo en la mente y su realidad, y además el alcance que tiene esto con Anselmo

Inefabilidad de Dios

El punto que Anselmo hizo en su libro Proslogion puede sonar un tanto confuso. Recordemos que Anselmo aceptaba que el concepto de Dios era incomprensible y de ahí que él mismo se preguntaba ¿cómo es que puedo entender algunas de sus características? Anselmo responde que aquello se hacía con la intuición. 

Gaunilo insiste en la objeción pues si algo es inexplicable e incomprensible ¿de dónde proviene la idea de explicarlo? 

Gaunilo pone el ejemplo de un hombre desconocido del cual se habla, pero nada se sabe de él. Si bien de este hombre tenemos la referencia (es hombre), no podemos contar sus atributos y características por lo cual todo lo que imaginemos de él podría ser falso. 

Sin embargo, cuando se habla de ''aquello de lo cual nada más grande puede ser pensado'' no puede hablarse porque no cabe en el entendimiento humano, tal como lo dijo Anselmo. De acuerdo con Gaunilo, un ser que se piensa primero debe existir en la realidad y desde ahí podemos dar cuenta de que existe. 

Simil de la isla

Gaunilo utiliza el siguiente ejemplo para demostrar la ineficacia del argumento ontológico.

Imaginemos una isla en alguna parte del océano a la cual llamaremos ''isla perdida''. En esta isla habrá todo tipo de placeres y deleites que el hombre podrá disfrutar. Esta isla entonces existe en el entendimiento, por lo tanto existe en la realidad (según Anselmo). 

Ahora, si esta isla existe solo en el entendimiento, entonces cualquier isla que exista en la realidad será mejor que la que exista solo en el entendimiento.

Con esto, Gaunilo dice que al existir una isla que solamente pudiera existir en el entendimiento (isla perdida a la que nunca hemos visitado), es imposible que podamos conocerla y muchos menos decir si existe porque no tenemos pruebas de aquello. Al no tener certeza de aquello, entonces no es factible decir que una isla perdida existe.

Finalmente, Gaunilo dice que el resto del libro está bien y que no tiene ningún error a excepción de aquello. 


Respuesta de San Anselmo de Canterbury

Pensamiento y existencia

Anselmo responde a Gaunilo que de ser así, es decir, que su teoría no fuera coherente, entonces tendríamos que decir que:


  1. Dios no es aquello por lo cual nada es más grande.
  2. Dios no puede ser entendido por el pensamiento. 

¿qué tendremos que decir? ¿que no se puede pensar en aquello que es más grande que cualquier cosa? Gaunilo nos dice que lo que es pensado no necesariamente existe, pero Anselmo nos dice todo lo contrario: que lo que se piensa sí existe. La única manera en que esto puede existir en la realidad es sin un comienzo y sin un fin.

Además, aquello que existe, es decir, si decimos que existe, no podemos decir al mismo tiempo que no existe pues sería una contradicción. Cualquier cosa que pueda ser pensada a existir pero no existe aún, entonces puede comenzar a existir después. Por lo tanto, es posible que existe si es pensada a existir.

Por otro lado, cualquier cosa que pueda ser pensada pero no existe, si fuera a existir esta no sería capaz de existir (pues no existe). Luego, si aquello de lo cual nada más grande puede ser pensado posteriormente es pensado, entonces no podría existir en la realidad (porque ni siquiera puede ser pensado).

Supongamos que aquello por lo cual nada más grande no puede ser pensado es pensado. Si esto es así, entonces aquello que no puede ser pensado sería pensado lo cual es un absurdo. Por lo tanto, eso que nada más grande puede ser pensado, no puede ser pensado. 


Existencia en tiempo y espacio

Cuando algo no está a nuestro alcance de vista o de tacto, podemos decir perfectamente que no existe pues no hemos notado su existencia. Sin embargo, no podemos decir que no existe a causa de que lo ignoramos, pues si existe fuera de nuestro alcance, entonces existe. 

Si decimos que aquello por lo cual nada más grande puede ser pensado es algo que no existe, entonces no existiría en ninguna parte. Una cosa es decir que no puede ser pensado pero otra distinta es decir que no existe. Aquel ser puede no ser pensado, pero eso no significa que no exista. 

Además, si no pudiera ser pensado o entendido, entonces tampoco podríamos hablar ni siquiera de aquello. Debemos pensar que el idiota puede perfectamente entender el concepto de ''aquello por lo cual nada más grande no puede ser pensado'' con solo decirlo. Todo lo que es entendido está en el entendimiento.

Por otro lado, si aquello por lo cual nada más grande no puede ser pensado no existiera en el entendimiento, entonces se seguiría que algo más grande de lo que no puede ser pensado sí estaría en el entendimiento. Por lo tanto, si aquello por lo cual nada más grande no puede ser pensado estuviera solo en el entendimiento, sería entonces aquello por lo cual algo más grande sí puede ser pensado lo que es ridículo. 

Como conclusión, aquello por lo cual nada más grande no puede ser pensado no puede estar solo en el entendimiento sino que también en la realidad. 

Contra argumento al símil de la isla

En cuanto a lo que se refiere al ejemplo que da Gaunilo sobre la isla, queda claro desde un comienzo que la isla no solo existiría en el entendimiento sino que también en la realidad. En efecto, cuando se dice ''hay una isla perdida'' ya se está hablando de algo que existe.

Lo que quiere decir Anselmo es lo siguiente: cuando decimos que aquello por lo cual nada más grande no puede ser pensado, se dice y se acepta, entonces no estamos negando la existencia de ello; al contrario, estamos diciendo que eso existe. El problema sería tal que incluso no se podría pensar en que aquello(1) no existe.

Argumento de autoridad

En todo caso, si dijéramos que esto no puede existir en realidad, entonces tendríamos que negar la existencia de Dios. De hecho, sería imposible que un ser omnipotente y omnipresente no existiera teniendo estas características, o cuando se habla de una isla y que después no existiría a pesar de que puedo describirla. 

De esto se desprenden dos opciones:


  1. Pensar que algo no existe sabiendo que existe.
  2. Decir que algo existe y no existe a al vez. 

Por supuesto, las dos opciones no son válidas y tendríamos que desecharlas. Nos veremos obligados a aceptar que Dios existe por la sencilla razón de que sus características son existentes, son inteligibles hasta cierto punto;por lo tanto, ahí hay existencia. 

Por otra parte, cuando se dice que aquello es más grande que todos los otros, entonces estamos aceptando su existencia al relacionarlo con los demás existentes. 

Las cosas que son impensables o indecibles también tienen existencia, es decir, no porque sean impensables o indecibles no existen, pues estas palabras (impensable e indecible) ya nos están hablando de las características. 

Argumento contra la falsedad

Como dice Gaunilo, si un idiota pensara que algo falso existe solamente porque lo piensa (porque las cosas falsas se pueden pensar), entonces Gaunilo estaría en un gran error, según Anselmo

Dice Anselmo de Aosta que el idiota comprende bien lo falso, y si lo comprende entonces sabe que también existe. El argumento de Gaunilo quedaría ''opacado'', ya que la falsedad existe y además está en el entendimiento. 

Entendimiento a través de la manifestación 

¿Cómo decirle al idiota que comprenda a Dios? quizás no explicandole aquello de manera esencial, sino que demostrando su existencia a través de las manifestaciones de Dios: lo mundano. 

Por otro lado, incluso la negación de aquello significaría reconocer la existencia del mismo, pues no se puede negar algo sin tener existencia.

Conclusión

San Anselmo de Canterbury termina este tratado agradeciendo a Gaunilo los puntos favorables de la doctrina de Anselmo. También entiende que la crítica realizada al argumento ontológico se ha hecho de buena voluntad y sin ninguna intención de hacer daño. Como vemos, estos dos contendientes se respetan mutuamente el uno al otro, aunque sus miradas sean distintas. En mi opinión, creo que Anselmo quedó un poco más débil en sus argumentos que Gaunilo, sin embargo, este argumento nos ayuda a pensar y a desarrollar nuestra mente en relación a aquello que es desconocido.

domingo, 3 de junio de 2018

Nisi credideritis non intelligetis (Sin creer no se comprende)

Nisi credideritis non intelligetis 
(Sin creer no se comprende)

¿Qué es esta aseveración de San Agustín de Hipona al decir que sin creer no se comprende? Este es justamente el modo en que San Agustín ve el entendimiento del ser humano donde la falta de autoridad hace que él mismo no entienda

En efecto, el ser humano necesita de un guía para que pueda comprender las cosas del mundo. Por supuesto, este guía no necesariamente es un hombre, sino que puede ser también un libro o algún objeto que de información. 

Autoridad

El concepto de autoridad en San Agustín es muy simple de entender. Pensemos en que todo lo que sabemos lo sabemos por alguien más o por un objeto (la naturaleza por ejemplo). Podríamos decir de manera rousseauniana que el hombre aprende de distintas maneras. 

Sea por cualquier medio, para que el hombre pueda entender primero tiene que aceptar lo que entiende. Por ejemplo, si voy a aprender sobre la Guerra del Pacífico, primeramente necesito que me enseñen sobre aquello y creer en la información que me están dando. De lo contrario, si no creo lo que me dicen (o sino creo al menos como introducción) entonces estaré rehusando entender y por lo tanto no comprenderé nada. 

Por lo tanto, todos los seres humanos necesitamos la autoridad de un maestro para luego comprender. Esta autoridad de la que habla San Agustín no es más que la fe. En otras palabras, sin creer no se entiende; sin fe no se comprende. 

Esto sería entendido como el concepto epistemológico del entendimiento humano en San Agustín de Hipona.


Conclusión

El concepto de nisi credideritis non intelligetis contribuye totalmente a la teoría de la educación y el entendimiento humano. Hoy en día tenemos mucho acceso a la información por lo que se podría pensar que el hombre puede dudar de todo. No obstante, tarde o temprano el hombre deberá someterse a una autoridad intelectual para seguir comprendiendo las demás cosas que le rodean. 

San Anselmo de Canterbury - Proslogion (1077 - 1078).

Tenemos aquí presente un trabajo de San Anselmo de Canterbury que trata sobre la fe y su fundamento racional. De hecho, el título de esta obra iba a ser ''Un ejemplo de meditación sobre la base racional de la fe'' o ''Buscando el entendimiento de la fe'', sin embargo, para hacer una relación con su anterior libro llamado Monologion, Anselmo decide titular este libro ''Proslogion''. Este fue otro de los pedidos de sus hermanos benedictinos quienes necesitaban explicar la fe por medio de la razón. Veamos qué nos encontramos en este interesante tratado. 

PROSLOGION


Capítulos I: Despertar la mente para contemplar a Dios


Anselmo hace una invitación al lector a concentrarse en las Sagradas Escrituras, pues hace muchas alusiones a esta misma. 

Una de las cosas que dice es que el mismísimo Dios es inaccesible, pero ¿cómo puede saberse de él si es inaccesible? El hombre fue hecho para ver a Dios pero ¿por qué no lo ve? San Anselmo, con una característica agustiniana, anhela conocer algún día a Dios diciendo que aunque su intelecto no pueda llegar a aquello, aunque sea pudiera llegar a conocer ''algo de él''.

Capítulo II: Dios verdaderamente existe

Argumento ontológico

Dios es aquello que de lo cual nada más grande puede ser pensado. De hecho, incluso un idiota puede comprender esto, pues si ya se le dice que ''Dios es aquello por lo cual nada más grande puede ser pensado'', el puro pensamiento de esto harà reconocer la existencia de Dios. 

Este ejemplo puede ser muy parecido al del pintor; por ejemplo, un pintor piensa en una imagen, pero esta imagen no existe a priori. Solo comenzará a existir una vez que se ponga a trabajar y a crearla; por lo tanto, el pintor tiene el entendimiento de lo que quiere dibujar. 

Capítulo III: No puede pensarse que Dios no exista

Si seguimos con la misma frase ''Dios es aquello por lo cual nada más grande puede ser pensado'', entonces podríamos decir que aquello que es más grande no existe ni en el entendimiento ni en la realidad; en pocas palabras, no existe. Al dejar sin existencia aquello, entonces se deduce que Dios sí es lo más grande que existe. 

Capítulo IV - XI: Características de Dios

Existencia

Una de las cosas más fundamentales de entender de Dios es su perfección. En el libro anterior llamado Monologion, Anselmo nos decía que Dios era tanto justicia, bondad y eternidad. No obstante, lo que añade aquí Anselmo es mucho más fundamental: la existencia. En efecto, nada que se considere perfecto puede no existir. Y como Dios es perfecto, entonces Dios necesariamente debe existir. 

Percepción

Dios no es corpóreo, pero puede ser percibido por nuestro entendimiento. Una vez que es percibido entonces podemos decir que existe, aunque no tengamos un alcance perfecto de su ser. 

Omnipotencia

Nadie puede ser perfecto si no es omnipotente y tampoco si no existe. Como Dios es el Se Supremo de todos los seres, entonces éste tiene el control sobre todos tanto para hacerlos caer como para hacerlos enaltecer.

Piadoso e impasible

Pareciera ser una contradicción en primera instancia, pero la verdad es que no es así. Anselmo explica que cuando Dios tiene piedad con un hombre, Dios no sufre o se alegra con él, pues no habría motivo que un ser perfecto ''sufra'' alguna emoción. 

Sin embargo, Anselmo mismo se pregunta cómo se puede ser piadoso si al mismo tiempo Dios puede hacer que alguien que merezca la muerte eterna, tenga la vida eterna. Anselmo dice que si Dios no pudiera perdonar a aquellos que hacen el mal, entonces no podría ser piadoso. No obstante, ¿podríamos decir que es piadoso con unos y con otros no? de ser así, el mismo Anselmo le ruega a Dios tener la habilidad de hacer esto. 

Capítulo XII- XVII: Dios con respecto a otros seres

Dios es eterno, pero existen otros seres que también lo son ¿cómo pueden vivir seres eternos y Dios al mismo tiempo? Esto se debe a que Dios tiene una característica particular con respecto a los otros seres. No podríamos decir que Dios es omnipotente si no está en todas partes, por lo cual debemos decir que es eterno y contiene a todos los otros seres sean divinos o no. 

Ahora, hablando Anselmo sólo de sí mismo, este se pregunta:

''Si te conozco Dios, ¿cómo es que no te he experimentado? ¿cómo es que no doy testimonio sensible de ti?

El alma, dice Anselmo, está oscurecida por las cuestiones humanas, y no logra comprender la inmensidad de Dios. Dios sería una luz casi inaccesible para el entendimiento humano, del cual se puede saber muchas cosas, pero no su verdad intrínseca. 

Anselmo, en comparación con San Agustín, no se pregunta dónde està Dios sino que se pregunta por la comprensión de este. A pesar de tener múltiples características, Anselmo dice que no puede aún conocer a Dios. 

Capítulo XVIII - XXIV: Dios en un lugar o espacio

Sin estar sometido al tiempo ni al lugar Dios está en todas partes y contiene a todas las cosas existentes. Existe a través de todos los tiempos por lo que no podemos decir que Dios fue ayer, es ahora o serà en el futuro, sino que él mismo es ayer, presente y futuro. 

Podría preguntarse què pasa con aquellos seres que son igualmente eternos. Bueno, Anselmo nos dice que estos seres igual de eternos están sostenidos por la eternidad de Dios, es decir, no pueden vivir sin él. 

Capítulos XXV - XXVI: La bondad de Dios frente a las otras cosas

¿Qué ama Dios de nosotros? ¿qué quiere Dios de nosotros? ¿Nuestra alma o nuestro cuerpo? es natural que se responda que Dios quiera nuestra alma, pero la verdad es que quiere ambos. Ninguna creación de Dios puede ser rechazada por él mismo siendo que él la creó. El alma y el cuerpo son cosas bondadosas y el hombre debe querer a ambas, aunque inclinarse más por el alma luego de fallecer. 

En fin, Anselmo nos quiere decir con esto que la adoración a Dios nos acercará siempre a la felicidad. ¿Cómo conocer a Dios si él mismo dice que es incomprensible e inaccesible? solo a través de la intuición podremos reconocerlo. 

Conclusión

El argumento ontológico puede ser un argumento convincente para cualquiera que quiera entender la existencia de Dios. En los últimos tiempos, el argumento ontológico ha sido refutado una y otra vez por el agnosticismo y ateísmo, e incluso por cristianos que no aceptan la existencia de Dios ''a priori'' (como por ejemplo Santo Tomás de Aquino). Sin embargo, aunque el argumento ontológico sea poco convincente hoy, tenemos el trabajo de pensarlo y ver de qué manera este es erróneo y quien sabe, a lo mejor podríamos estar equivocados y éste argumento sí tiene un asidero. 

sábado, 2 de junio de 2018

San Anselmo de Canterbury - Monologion (L - LXXX) (1076).

El tema que nos atañe ahora con San Anselmo de Canterbury es el del amor con respecto al Espíritu y La palabra, o al Padre y el Hijo. No recuerdo haber visto en otro religioso el sentido de amor en la Santísima Trinidad, creo que ni siquiera en San Agustín de Hipona, aunque Anselmo ya trata algo parecido en la entrada anterior a estos capítulos. Veamos este extraño concepto del amor en la filosofía de Anselmo de Canterbury

Referencias:

(1) Una idea muy semejante a la de Plotino quien decía que el Uno solo podría ser comprensible a través de la intuición. Esto se debe que el mismo Uno era impredicable. 


MONOLOGION
(Capítulos L - LXXX)

Capítulos XLIX - LV: El amor del Espíritu Supremo

Tanto como el Espíritu Supremo (o el Padre) puede conocerse a sí mismo, recordarse a sí mismo y se ama a sí mismo. En efecto, no puede amarse a sí mismo si no se entiende y si no se recuerda, por lo tanto el amor sería la tercera parte. Esto también va aplicado para el Hijo pues los dos son entendidos también como uno. Por eso, el Padre ama al Hijo y el Hijo ama al Padre en igual grado. 

En este caso, el amor del Espíritu debe ser tan grande como el Espíritu mismo, pues el conocimiento del Espíritu es completo y si se ama entonces se ama completamente. 

Este amor también puede entenderse de la siguiente forma: ¿será que el amor del Padre y el Hijo es un amor separado? considerando que esencialmente el Padre y el Hijo son uno solo, entonces este amor también es uno solo. 


Capítulo LVI : Procedencia del amor

El amor que está en el Padre y el Hijo no puede encontrarse después de haber estado, y tampoco antes. Por lo tanto, este amor debería proceder de uno de los dos. San Anselmo nos dice que proviene del Hijo quien a su vez representa La Palabra (el Verbo), y por lo tanto la acción para crear el amor.

En este sentido, decimos que el Padre es creador (progenitor) e increado, mientras que el hijo es creado y concebido. Sin embargo, siendo esto así, entonces el amor no podría ser progenitor ni increado porque no es Hijo ni Padre. 

Padre: Creador, progenitor e increado
Hijo: creación, concebido e increado
Amor: ni creado ni concebido. 

Capítulos LVII - LXIV: Modo de existencia

Por supuesto, ninguno puede vivir sin el otro y tampoco podrían llamarse el uno a otro Padre o Hijo, pues de otro modo no podrían existir. Por otro lado, tampoco podrían existir sin amor; por lo tanto, este sería un tercer miembro entre el Padre y el Hijo: este es el Espíritu. 

Este Espíritu tendría las mismas características, es decir, sabiduría, fuerza y amor entre el Padre y el Hijo. De hecho, los tres serían: entendimiento, amor y memoria. Los tres hablarían al mismo tiempo siendo uno y no tres los que van hablando. 


Capítulos LXV - LXVI: Inefabilidad del Espíritu

San Anselmo reconoce lo difícil que es explicar esta doctrina trinitaria. Reconoce que es difícil entender que algo absolutamente unitario se presente como algo plural. Sin embargo, si hasta el mismo reconoce que es incomprensible ¿cómo puede decir y asegurar que este Ser Supremo se conoce a sí mismo o se ama a sí mismo?

Anselmo nos introduce a un término en latín llamado ''per aliud'' (por otro). ¿Qué significa esto? que todas las cosas que son incomprensibles, pueden llegar a saberse que son incomprensibles por imitación, imagen o semejanza(1)

Capítulo LXVII - LXXX: Racionalidad y Espíritu

De lo sublime o de los más superior como lo es el Espíritu sólo podemos tener algunas referencias o características que no serían el Espíritu mismo. Sin embargo, mientras la mente sea más cercana al alma y a las cosas verdaderas, entonces más cercana estará también a Dios; por otro lado, mientras más lejos esté del alma, más lejos estará la mente de lo sublime y de Dios.

Sería ridículo que el hombre no buscara su propia felicidad sabiendo que el Ser Supremo es el gran ser de todos los seres. Por lo tanto, su objetivo en la vida sería amarlo, ya que el Ser Supremo ama a todos aquellos que lo aman; quien no amara al Ser Supremo será por ese tiempo en que no lo ame infeliz. En todo caso, cabe agregar que si el alma es feliz amando al Ser Supremo, esta sería eternamente feliz, y si lo rechaza sería eternamente infeliz. 

Conclusión

Terminamos con esta síntesis del Monologion de San Anselmo de Canterbury. Podríamos decir en resumidas cuentas que lo dicho aquí por el filósofo es finalmente la doctrina de la Santa Trinidad, explicada a través de la lógica. Supongo que los hermanos benedictinos tuvieron aquí una de las mejores explicaciones del cristianismo para luego convencer a aquellos que, aún no viéndose convencidos a travès del mito, serían convencidos a través del razonamiento.