sábado, 4 de marzo de 2017

San Agustín de Hipona - Sobre la mentira (394).

Este tópico no lo habíamos visto ni siquiera en los otros filósofos, salvo de manera muy breve y superficial. No obstante, el mismo San Agustín de Hipona trata este tema en dos libros, pues tenemos éste y otro llamado ''Contra la mentira''. ¿Es posible para el ser humano evitar la mentira? La respuesta es obviamente afirmativa, pero el caso es que existen ciertas situaciones de crisis donde al ser humano le parece necesario mentir. ¿Estará de acuerdo San Agustín con exceptuar la mentira en algunas ocasiones? Veamos que nos dirá el doctor de la gracia.

Referencias:

(1) Puede ser que se podría justificar la mentira. Cabe destacar que San Agustín no dice literalmente que se permite. 

SOBRE LA MENTIRA


PRIMERA PARTE:
NATURALEZA Y MALICIA DE LA MENTIRA

Las bromas no son mentiras

Para San Agustín las bromas nunca fueron consideradas mentiras, aunque no tengan ánimo de engañar, y aunque no sean consideradas cosas verdaderas. Esto parte desde la premisa de que San Agustín postula que todas las cosas que existen son verdaderas, y al hablar de cosas que existen las bromas necesariamente deben hablar de algo verdadero. 

¿Qué es la mentira?

No todo el que dice algo falso miente, si cree u opina que lo que dice es verdad. Sin embargo, se debe establecer una diferencia entre creer y opinar; en la primera el que cree siente que no sabe lo que cree mientras que el que opina cree saber lo que en verdad no sabe.

Creer: no saber lo que cree (aunque a veces se cree lo que se sabe)
Opinar: creer saber lo que no se sabe

La persona que cree lo que piensa o dice, no está diciendo mentiras, aunque no quedará exento de falta ya que, si bien puede creer en algo, ese algo puede estar erróneo, pero esto no quiere decir que esté diciendo mentiras. 

El mentiroso

La persona que verdaderamente miente es esa que expresa una cosa diferente a la que piensa. El mentiroso es aquel que tiene un doble pensamiento y a este respecto puede ser de dos maneras:

  • Quien sabe la verdad y calla
  • Quien sabe algo (verdad) y expresa otra cosa (falsa)

En cierto sentido, la verdadera mentira consiste en la intención que tenga la persona. Eso es lo que verdaderamente cuenta para San Agustín seguramente porque la intención tiene que ver con la voluntad, y es ahí donde está el origen del mal en el hombre. 

Como dijimos anteriormente, el que tiene un corazón doble es aquel que miente, lo que significa que quien tiene un sólo corazón aunque no diga cosas ciertas, no es un mentiroso. 

Nunca debe ser permitido ni beneficioso mentir

¿Qué sucede con esa persona que al mentir sabe que no le van a creer?  Pues este hombre que sabe que no le van a creer al mentir realmente no está mintiendo. Ahora ¿Qué ocurre con aquel que dice la verdad pero sabe que no le van a creer? Pues esta persona, a pesar de que diga la verdad está engañando, porque utiliza la verdad para engañar. 

Sin embargo, ¿cómo podremos decir que no es mentiroso quien engaña? Pongamos otra situación.
  • Supongamos que alguien (A) recomienda a una persona (B) no seguir cierto camino porque está lleno de ladrones. Lamentablemente, esta persona (A) es conocida por decir mentiras y la otra persona (B) que cruzará el camino no le cree. 

  • Debido a  esto, A tendrá que mentir a B para que logre ser creído por B. Luego, B decide no hacer caso a A, ya que se le juzga mentiroso y cae en el camino de los ladrones. 

Por supuesto que lo anterior es un dilema cuando a uno se le juzga como mentiroso, pero veamos aún otro caso. 


    • Pensemos en la misma situación. A dice a B que en cierto camino encontrará a los ladrones, pero lo dice sabiendo que no le creerán, pues también se le juzga como mentiroso. Por lo tanto, podríamos decir que A utiliza la verdad para que B caiga en mano de los ladrones. En este caso, B hace caso a A pero en base a un engaño.


La pregunta frente a estos dos casos es: ¿Quién ha mentido? ¿El primer caso dijo algo falso para no engañar, o el que dijo la verdad para engañar? 

Es difícil concluir quién lo ha hecho, pero San Agustín nos dice que no es importante determinar quién mintió, lo verdaderamente importante es la intención y si el fin fue bueno. Si la intención fue ayudar entonces el primero no mintió, mientras que si la intención fue engañar entonces el segundo lo hizo. Sin embargo, no podemos decir con toda razón que el primer caso no mintió, pues si lo hizo, aunque no sea con un mal fin. 

Ahora, la única forma de estar exento de toda mentira, es decir solamente lo que sabemos y creemos que es verdadero. Nadie miente cuando sabe y cree en una cosa, pues ese ha sido su única fuente de información y no se le puede culpar posteriormente de mentiroso si la verdad resulta ser otra. Por lo tanto, siempre evitaremos la mentira cuando digamos lo que sabemos y creemos. 


Ventajas y desventajas de la mentira

En la biblia hubo muchos momentos donde se mintió.


  • Sara mintió a los ángeles cuando negó haberse reído. 
  • Cuando Jacob fue preguntado por su padre, este respondió que Esaú era su primogénito. 
  • Las comadronas mintieron a los egipcios para que no se matara ningún bebé recién nacido. 

Pareciera ser que estos ejemplos bíblicos nos incitan a mentir para que logremos el bien del prójimo. ¿Significará esto que podremos mentir siendo que estos hombres y mujeres mintieron por un bien? La verdad es que San Agustín nos dice que todos aquellos mintieron con un propósito profético; todos ellos fueron conducidos por el Espíritu Santo, para continuar con profecía de Dios. 

Por lo tanto, no sería correcto citar las ''mentiras'' que sucedieron en el Antiguo Testamento para justificar la mentira, pues todo eso se hizo alegóricamente. 

La mentira mata al alma

Ya decía el Salmo 5:7


''Aborreces, Señor, a todos los que obran la iniquidad y perderás a todos los que dicen mentiras''

San Agustín nos dice que justamente en este pasaje se ve el trato de Dios hacia los mentirosos. El hecho de perder es mucho más drástico que el de aborrecer; por ejemplo, Dios puede aborrecer, pero también, en ese mismo aborrecimiento, podrá perdonar a dicha persona; en cambio, si Dios pierde a alguno lo pierde para siempre. 

Quien mienta para salvarse a sí mismo no está amando a su prójimo y por lo tanto no sigue la vida cristiana. 

No se puede mentir para salvar el cuerpo

Existe una situación muy difícil y es cuando alguien nos pide mentir para salvar su cuerpo (ya sea de una violación o de una golpiza). Para San Agustín, salvar el cuerpo no sirve de nada porque es el alma lo más importante, es decir, nadie es puro o pura por ser virgen, sino más bien cuando tiene su alma pura. 

Los bienes eternos son muchos más importante que los temporales y por lo tanto, mucho mejor será el alma por sobre el cuerpo. Si mentimos estamos expuestos a proteger un bien temporal y expondremos nuestra alma al mal. 


No se puede mentir para salvar a otros

Por supuesto, si aceptamos que los bienes temporales o materiales son los menos importantes, entonces salvar la temporalidad o cuerpo de otro a base de mentiras será lo peor que podamos hacer. 

Permitir un mal no es consentirlo ni aprobarlo

Muchos dicen que se deben evitar ciertas acciones para impedir una aún mayor. En los tiempos difíciles para los cristianos, estos eran obligados a encender inciensos para hacer tributo a los ídolos. Quien no lo hacía sufría las más terribles vejaciones por parte de los romanos (que en esos años eran paganos). 

Ahora, puede suceder que en la vida tengamos que permitir un mal. Si sabemos que alguien hará un mal debemos convencerlo de que no lo haga por medio de las palabras. Si finalmente esta persona comete el crimen y nosotros no hicimos nada, de nada somos culpables porque hicimos todo lo lo que estaba en nuestro poder para hacerlo. 

De hecho en la situación de que a un cristiano se le obligue a hacer tributo a los ídolos, este primero deberá pensar en sí mismo y evitar cometer el pecado de adorar a otros dioses. En palabras de San Agustín, es mejor padecer vejación que cometer una vejación. Sin embargo, puede ser que se nos pregunte si el pecado ajeno se nos puede imputar a nosotros, al no haberlo podido evitar. 


SEGUNDA PARTE: 
CLASIFICACIÓN DE LA MENTIRA

Mentira dañosa y jocosa

Ninguna mentira es permitida, ni siquiera para evitar una más grande. Toda mentira aunque sea leve o pequeña es una mentira de todas formas. De la misma manera, todos se perjudican diciendo mentiras dañosas; no sólo los que son afectados por ellas, sino que con mayor razón los que las profieren.

Mentiras honestas

Existen otro tipo de mentiras que no sólo parecen no dañar a nadie, sino que también pueden beneficiar a todos. ¿Es bueno hacer esto? San Agustín no aprueba ningún tipo de mentira por más pequeña que esta parezca. Esto lo dice en base a quien dice una mentira para salvar a otros, también se está beneficiando a sí mismo, es decir, la mentira nunca sirve para otros sino que es para la propia ''salvación'', y quien piensa en sí mismo antes que los demás no es un buen cristiano. 

Hay situaciones en que mentimos para no vernos perjudicados como por ejemplo, cuando mentimos sobre un dinero que tengamos para que no nos lo roben. Mentimos sobre la ubicación de éste para protegernos a nosotros mismos. ¿Será mala la mentira en este caso? Si uno pudo protegerse a base de una mentira como esta, entonces nadie puede pecar al protegerse a sí mismo. Se deberá, en este caso, ser consecuente con el séptimo mandamiento ''No robarás'', aunque podría toparse con el noveno mandamiento ''No darás falso testimonio'' aunque este último siempre va añadido con ''contra tu prójimo''. Por lo tanto, si el prójimo quiere robarte y tu le escondes el dinero por medio de una mentira, esto sería permitido al evitar ser robado(1)

Otras mentiras

Como dijimos anteriormente, la mentira como falso testimonio, de acuerdo al noveno mandamiento, se hace en contra de la religión. 

Puede ser que exista otro tipo de mentira que consiste en el delatar a otra persona. ¿Qué pasaría si nosotros sabemos de la ubicación de alguien que ha matado? deberíamos delatarlo al juez, pero las Sagradas Escrituras condenan y aborrecen a los traidores, como tampoco le gustan los mentirosos. 

¿Qué debemos hacer? San Agustín da el ejemplo de un obispo de Tagaste llamado Firmo, quien no podía delatar al asesino y le dijo al juez ''No puedo mentir ni entregarles a este hombre''. Lamentablemente sufrió muchos tormentos al ser cristiano (el imperio aún no lo era), pero finalmente fue puesto en libertad. Quienes se consideran cristianos no pueden delatar ni tampoco decir mentiras, por lo que decir ''Sé muy bien dónde está, pero no se los mostraré'' será la sentencia más apropiada y consecuente. 

Ocho tipos de mentiras

De acuerdo con San Agustín existen ocho tipos de mentiras:

  1. Mentira religiosa: contra la religión
  2. Mentira injusta: contra quien la profiere y contra el que recibe
  3. Mentira beneficiosa: sólo contra quien la recibe
  4. Mentira placentera: sólo por costumbre o gusto mentir
  5. Mentira retórica: pretende engañar con palabras dulces
  6. Mentira honesta: para evitar que nos dañen
  7. Mentira de culpa: para no delatar a alguien
  8. Mentira preventiva: para que el cuerpo de una persona no sea mancillado

La peor de las mentiras es por supuesto la primera, la que va en contra de la religión, de ahí que todas las otras vayan bajando de categoría siendo ''menos'' dañinas. 

Resumen de todo lo precedente

Finalmente, siempre se debe anteponer, ante todo tipo de situaciones, la pureza del alma más que la del cuerpo; por supuesto, será mucho mejor agradar a Dios que a los hombres. La mentira sólo puede proteger nuestros intereses personales, pero no puede protegernos del castigo divino de Dios. 

Conclusión

¿Qué podremos decir ante la sentencia de virtud y verdad que nos quiere dar San Agustín? Sin duda que la supresión de la mentira es muy difícil en esta sociedad, donde todos se aprovechan para obtener un poco más. En una mirada más contemporánea, podría decir que la mentira sirve para evitar ciertas situaciones que son peores. Es difícil pensar en nuestra alma cuando las situaciones son tan carnales y temporales. Por supuesto que no es bueno mentir por inercia o por gusto, pero son las pequeñas situaciones (como protegerse y proteger a nuestros seres queridos) las que nos llevan a mentir sin dudarlo nada. ¿Es buena la mentira?

jueves, 2 de marzo de 2017

San Agustín de Hipona - Exposición de la Carta a los Gálatas (394).

Durante su misión de evangelizar a quienes quieran estar dispuestos a recibir el Evangelio, San Pablo recorre la provincia de la Galicia donde se encontraban los gálatas. En esta carta se puede apreciar las características de este pueblo y cómo recibieron el Evangelio por parte del apóstol. Hay que considerar que incluso en esta época, San Pablo era totalmente judío y bajo esta consigna se dirigía a evangelizar a los gálatas; lo que significaba que también les exigía la circuncisión. Veamos qué interpretación tiene San Agustín de Hipona de la Carta a los gálatas.

Referencias:

(1) Recordemos que la ley antigua era la fabricada en el Antiguo Testamento que consistía en la ley del Talión y en las enseñanzas de Moisés.  

EXPOSICIÓN DE LA CARTA A LOS GÁLATAS


¿Quienes eran los gálatas?


Los gálatas eran ciudadanos provenientes de la provincia de Galia que se asentaron en Galicia, una ciudad ubicada en la actual Turquía. Los gálatas eran todos paganos y por lo tanto no creían en el Dios cristiano. 

San Pablo era un judío fariseo que intentó evangelizar a los gálatas. Esto podría ser considerado insensato, pues para los judíos los paganos representaban una herejía de la cual todos debíamos alejarnos: quien se acercara a los paganos se apartaba de Dios. 

Los gálatas quedaban como esclavos en frente de la ley antigua que los excluía de unirse al Evangelio; sin embargo, cuando San Pablo llegó a evangelizarlos, éste trajo una nueva ley donde todos podían recibir el Evangelio siempre y cuando tuvieran fe en Jesús. Los gálatas aceptaron de buen modo este Evangelio que los liberaba de ser esclavos de la antigua ley; y por lo tanto se convertían en los nuevos adeptos. 

La propuesta del nuevo Evangelio acaba con la diferencia de razas y de condiciones para que todos puedan conocer a Dios. 


Propósito de la carta

El propósito de San Pablo para con los gálatas era mostrarles el Evangelio y que lo aceptaran para convertirse a su religión. Los gálatas, alguna información tenían sobre la religión de San Pablo, pero más allá de aquello, los gálatas sabían sobre los judíos. Los judíos le exigían a los gálatas la circuncisión, pero San Pablo les ofrecía el Evangelio con la sola condición de que cumplieran la ley. 

Los gálatas miraban con mucho resquemor a San Pablo quien no les exigía la circuncisión. El argumento de San Pablo fue muy simple en todo caso; el hombre que es enviado por otros hombres es falso, pero el hombre que es enviado por Dios es veraz. ¿Acaso San Pablo no fue enviado por Jesús que era un hombre? sí, pero Jesús fue ordenado por Dios a enviar a San Pablo a evangelizar. 

¿Qué quería hacer San Pablo con esta evangelización? ¿Agradar a los gálatas para tener más adeptos? No. San Pablo lo hacía para agradar a Dios, más que para agradar a los hombres. Los hombres deben ser convencidos de seguir el buen camino, mientras que quien evangeliza sólo debe buscar el agrado de Dios, porque Dios no necesita ser convencido de nada. 

Evangelización en curso

La evangelización de San Pablo no estaba condicionada a la circuncisión que pedían los judíos. De alguna manera, esto también representa un símbolo de humildad, pues lo contrario de esto sería la soberbia. Si la Iglesia exigiera la circuncisión para distinguir a unos seguidores de otros, la Iglesia perdería su caridad y humildad que son los conceptos claves del cristianismo. 

San Pablo da muerte a la antigua ley (donde está la circuncisión), para levantar la nueva ley(1); es decir, dio muerte a una ley mediante la ley (nueva). Sin embargo, ¿cómo pudo aceptar la ley antigua que es diferente a la nueva? el proceso de aprendizaje del apóstol ocurre así. Para San Agustín, el pedagogo tiene el objetivo de ser innecesario una vez que el estudiante aprende, ya que el estudiante debe hacer las cosas por sí mismo. La ley antigua fue el primer pedagogo que ahora se hace innecesario al tener una nueva ley. 

El hombre primero vive por la fe y luego por la ley; de hecho, si el hombre vive en la fe estará en la ley, pero no puede ser al revés. Todas las obras del Antiguo Testamento fueron creadas en base a la fe. Por lo tanto, si la fe existía antes de la ley (o en la ley) ¿qué necesidad hay de tener ley si la fe ya cumple con las buenas obras?

Bien podría decirse que la ley antigua fue transgredida por los cristianos, pero es que justamente es así. La transgresión de la primera ley sirvió para acabar con el orgullo y la vanagloria de quienes presumían de seguir la palabra de Abraham. 



La herencia de Dios


Hay muchos quienes ignoran la herencia de Cristo y estos son los judíos. De alguna manera, los judíos aún quieren estar con el pedagogo, a pesar de ya tener conocimiento de la ley nueva. Por supuesto, esta ley nueva no hace diferencia entre griegos, judíos o romanos en general; todos pueden alcanzar la ley de Dios. 

La reticencia de los gálatas para con San Pablo era fuerte, pues la nueva ley traía otra herencia de Dios; una muy diferente de la primera prometida. La ley antigua sólo se basaba en cosas terrenales o temporales que se destruyen con el tiempo, pero la ley nueva trae una nueva perspectiva bajo un prisma más espiritual. 

Conciencia de los pecados luego de la herencia

Ahora, siguen habiendo, aparte de los judíos, muchos hombres que considerándose cristianos confían aún en los astrólogos y en el calendario. Los hombres, si bien no cometen pecados grandes, se sienten con la liviandad de cometer pecados más pequeños como sería confiar en el calendario y en los astros, lo cual está prohibido por Dios.

Los pecados son los que arrastran cada vez más a la esclavitud, pues si estamos más preocupados de la carne estaremos más esclavizados a ella. Por ello es que San Pablo les dice a los gálatas que no es necesaria la circuncisión que es una acción totalmente carnal. 

Conclusión

Básicamente, la carta a los gálatas nos llama a apreciar la nueva ley hecha por Cristo y dejar la antigua ley que promueven los judíos. Una ley que está más basada en la importancia de la materia que de la espiritualidad. Quizás sea difícil decidirse por una de las dos leyes, sobre todo si es una persona que se sigue por las santas escrituras ¿Cómo pueden coordinarse dos cosas totalmente distintas? y lo otro; si Dios hizo una ley antigua y luego una nueva ¿Es que acaso se arrepintió de la primera para hacer otra? Quizás existe una concesión a Dios de estar arrepentido de lo que hace (?).

domingo, 26 de febrero de 2017

San Agustín de Hipona - Exposición incoada de la Carta a los Romanos (394).

La palabra ''incoada'' viene del verbo ''incoar'' que significa el comienzo de una actividad. Seguimos analizando la carta a los romanos luego de la exposición precedente de San Agustín de Hipona, donde resolvía ciertos alcances de algunos versículos que eran difíciles de entender. Aquí veremos una visión más general de la carta a los romanos, es decir, no haremos un recorrido por cada pasaje de dicho libro de la biblia, sino más bien daremos un análisis de la carta en sí; lo que nos dice, lo que nos trata de decir, y sus repercusiones. Veamos lo que nos quiere confirmar el gran doctor de la gracia. 

Referencias:

(1) Fue la lengua oficial de la ciudad de Cartago.


EXPOSICIÓN INCOADA A LA CARTA A LOS ROMANOS


Prólogo ¿Todos pueden recibir el Evangelio?

Antes de entrar de lleno a la carta, San Agustín procede hablando sobre los judíos diciendo si en realidad ellos eran los únicos que podrían recibir el Evangelio. Esto se dice a propósito de que el apóstol San Pablo había aceptado a cualquier persona a formar parte de la religión, sin siquiera pedir la circuncisión (algo que es de absoluta necesidad para los judíos). 

San Pablo apunta que la diferencia entre la Iglesia y la Sinagoga es que la Iglesia ha sido llamada para conformarse, y la Sinagoga es totalmente gregaria. ¿Qué quiere decir esto? que en la iglesia se reúnen los hombres por un llamado divino, mientras que en la Sinagoga los hombres se unen para discutir la ley antigua. Esta diferenciación que hizo San Pablo, junto con sus otras convicciones más bien cristianas hicieron que fuera expulsado de la comunidad judía. 

Por otro lado, el apóstol también defendió la ascendencia de Jesús diciendo que era hijo de David, al tenerlo como hombre, pero también una divinidad al poder resucitar de entre los muertos. 

San Pablo, en esta carta a los romanos no quiere ofender a ninguna religión con la intención de permitir que todos puedan entrar en ella, incluyendo a los judíos. De aquí vemos que el concepto de misericordia y caridad cobra un sentido muy importante en los escritos de San Pablo. 

La Carta y su mención a la Santísima Trinidad

El sólo hecho de mencionar al Espíritu Santo ya es razón para incluir al Padre y al Hijo; por lo tanto, cada texto que hable sobre él, hablará de la Santísima Trinidad. 

La ''salud'' en la trinidad

Una vez conversando un cristiano en latín y un púnico hablando púnico(1), el cristiano le preguntó que cual era el equivalente de la palabra ''salud'' en púnico, a lo que éste respondió que era ''tria'' que en latín significa ''tres''. Por lo tanto, cada vez que se dice la palabra salud se nombra a la Santísima Trinidad, de acuerdo a estas dos lenguas de la antigüedad. 

La Carta y los pecados

La ofensa más grande y que es tomada como pecado será proferir malas palabras contra el Espíritu Santo. ¿Qué significa esto? que quien insulte al Padre o al Hijo será considerado impío, al igual que, naturalmente, será considerado impío quien ofenda al Espíritu Santo mismo. 

El perdón del pecado

Será necesario ver el Mateo 12:32

''Al que diga una palabra contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este mundo ni en el otro''

Por supuesto que esto es lo que confirma el análisis de San Agustín. Todos los paganos profieren blasfemias y ofensas al Espíritu Santo, pero el buen cristiano no los ofenderá a ellos, sino más bien los invitará a creer y unirse al cristianismo. 

El pecado y el bautismo

San Agustín dice que proferir ofensas antes de ser bautizado no tiene ningún castigo, pues quienes no están bautizados son ignorantes en cuanto al Espíritu Santo. Sin embargo, quienes están bautizados y profieren ofensas al Espíritu Santo, no podrán ser perdonados porque ya están fuera de la ignorancia. Ahora, ¿qué pasaría con aquellas personas que luego de ser bautizadas siguen en la ignorancia y cometen errores? Esto es imperdonable, pues todos conocen cómo hacer el mal. De hecho, todo lo que signifique dañar al prójimo es mal; por lo tanto, no habrá perdón para ellos que, sabiendo que es el mal, lo cometen encima siendo bautizados. 

Pecar en una vez ya bautizado es imperdonable, pues el hombre lo hace a sabiendas de que el Espíritu Santo lo aborrece. Quién no está bautizado y profiere ofensas sí será perdonado, siempre y cuando se bautice. 

Por lo demás, no es posible hacer el bautizmo dos veces. Ninguna razón puede ser suficiente como para que el hombre vuelva a bautizarse; claro, el hombre lo hace con la intención de recomenzar a vivir nuevamente y tratar de no pecar, pero eso no será posible. 

La Carta y el perdón

Agustín nos dice que los judíos no conocen al Espíritu Santo, al desconocer las obras de Jesús e incluso promoviendo cosas falsas contra los milagros que él hacía. 

Como habíamos dicho, el perdón pasa cuando el hombre aún no se ha bautizado. Ni herejes, ni paganos, ni judíos están excluídos del bautismo siempre y cuando sea voluntario. 

Conclusión

Este fue el análisis general de la carta a los romanos el cual trae una importante crítica al judaísmo. También vemos los conceptos generales sobre el Evangelio, además de saber quiénes pueden acceder a él (que en realidad pueden todos). Sin embargo, no nos podemos ''rebelar'' contra el Espíritu Santo, una vez que se conoce el mismo. Aquí vemos la parte punitiva del catolicismo y de las interpretaciones de San Agustín, quien condena sin temores a aquellos que desconocen al Espíritu Santo una vez realizado el sacramento del bautizo. Por supuesto, no todo podía ser caridad y benevolencia en contra de los infieles. 

sábado, 25 de febrero de 2017

San Agustín de Hipona - Exposición de algunos textos de la Carta a los Romanos (394).

La epístola de los romanos contiene un mensaje de salvación a todo el mundo cristiano por parte del apóstol San Pablo. Esta no es una carta que resulte muy difícil de interpretar, pero San Agustín de Hipona nos trae la visión de un cristiano devoto al estudio bíblico, y además de entregar un mensaje de paz y salvación al mundo. En todo caso, el propósito clave de las cartas a los romanos, era justamente la predicación del evangelio. Las más diversas religiones han destacado sólo algunas partes de esta interesantísima carta, seguramente, con propósitos de dirigir sus propias religiones en direcciones distintas. Veamos lo que nos quiere mostrar ahora el doctor de la gracia.

Referencias:

(1) Lo que es muy malinterpretado generalmente. 
(2) Algo contradictorio si consideramos la lógica de que el alma domina al cuerpo. Si esto es así, entonces el análisis que Agustín hizo del Génesis tendría una contradicción, al poner a la mujer al servicio del hombre. Véase Sobre el Génesis.

Exposición de algunos textos de la carta a los romanos


Carta a los romanos

Sólo revisaremos los pasajes más relevantes y que requiere más atención en la interpretación de San Agustín:

1:18

''Se está revelando desde el cielo, la ira de Dios sobre toda impiedad''

La impiedad que refiere este pasaje va dirigida justamente a los sabios que, estando en su calidad de sabios y conocedores, nunca pudieron conocer al creador de todas las cosas. Los verdaderos sabios son aquellos que conocen a Dios, aparte de que colaboran con la ciencia. 

1:21 

''Habiendo descubierto a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron las gracias''

Si son sabios y además conocen a Dios pero insisten en no creer en él, entonces están cometiendo el peor de los pecados que sería la soberbia. Es tanta la obstinación que los lleva a negar las cosas más evidentes o las cosas que por lo menos se le presenten. 

1:32


''No sólo quienes realizan tales cosas, sino quienes las aprueban''

Fácilmente se puede interpretar este versículo como el castigo a quienes cometen delitos, y aún más serán condenados aquellos que los aprueban.

2:5

''Estás acumulando ira para el día de la ira''

''El día de la ira'' significa el día del juicio. De acuerdo con San Agustín, todas las ''iras'' de Dios representan el castigo que recibirán los impíos el día del juicio. No se debe interpretar la ira como si Dios pudiera sentir o estar expuesto a emociones como la ira así como su fuera un humano. 

3:20

''Nadie se puede justificar ante él por observar la ley, pues por la ley nos viene la conciencia del pecado''

San Agustín nos advierte del cuidado de interpretar este pasaje como si San Pablo no quisiera la ley. El hombre ante la ley se encuentra en cuatro estados:

  • Antes de la ley: donde seguimos los deseos de la carne
  • Bajo la ley: donde somos arrastrados por el deseo
  • Bajo la gracia: ni seguimos el deseo ni somos arrastrados
  • En la paz: no hay deseos carnales en absoluto

Por supuesto que estar antes de la ley seguimos voluntariamente los deseos de la carne y además lo aprobamos sin cuestionamientos. Bajo la ley luchamos pero finalmente somos vencidos de ahí que Agustín diga ''arrastrados''. Sólo podemos ser salvados cuando estamos bajo la gracia para finalmente terminar en la paz. 

4:2

''Porque si Abraham fue justificado por sus obras, tiene de qué gloriarse, pero no ante Dios''

En los tiempos de Abraham todavía no había ley, pero este nunca se vanaglorió de sus obras. Lo que quiere decir este pasaje, es que las buenas obras no se deben hacer por fuerza sino por voluntad. Abraham no tenía por qué hacer las obras que hizo, pero las hizo de todas maneras. Esto demuestra la bondad que tiene Abraham y que todos deberíamos cumplir con las buenas obras, no por fuerza, sino que por voluntad. 

5:13

''Hasta la ley había ya pecado en el mundo''

¿Cuando comenzó a pecar la ley? exactamente cuando todavía no existía la gracia. Sólo cuando Jesús llegó a este mundo para establecer la nueva ley, fue cuando la ley pudo obtener la gracia y tener la oportunidad de salvarse. 

5:14

''La muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso en aquellos que no habían pecado, con un delito como el de Adán'' 

Todos los que habían pecado, obviamente, tenían por sí la muerte, pero aquellos que no habían pecado también tenían la muerte por sobre ellos (a causa del pecado de Adán). Pero ¿qué quiere decir ''hasta Moisés''? ¿Acaso después de Moisés no hubo muerte? No, lo que pasa es que hasta Moisés quiere referirse hasta el período de la ley puesta en vigencia.

5:15

''Pero tal como fue el delito no fue así la condonación''

La condonación se define como el perdón de alguna culpa. La primera condonación que se concedió fue la de Adán cuando Dios perdonó su pecado, y la segunda fue cuando los romanos mataron a Jesús porque ahí se perdonó a muchos. Por eso se dice que la condonación de Adán y de los otros no fue la misma. 

5:20


''La ley se metió por en medio para que abundase el delito''

El pecado y el delito son considerados como pruebas que el hombre tiene que superar para ser bueno. El segundo estado del hombre, el cual llamamos ''bajo la ley'', en este estado estamos arrastrados por la ley, a pesar de que luchamos forzosamente con ella. 

6:6

''Tened en cuenta que nuestro hombre viejo fue crucificado juntamente con él, para destruir el cuerpo del pecador''

Esto va conjuntamente con los que dijo Moisés alguna vez en el Antiguo Testamento: ''Maldito todo aquel que esté colgado de un madero'' lo que quiere decir que el hombre viejo (el de la ley del Talión) queda atrás luego de la crucificción de Jesús. En efecto, el hombre viejo es maldito, pero esto no significa que Jesús lo sea, lo que quiere decir que Moisés jamás dijo que Jesús fuera maldito(1)

7:2

''La mujer casada está sujeta a la ley mientras viva el marido. Si su marido muere, queda exenta de la ley que la unía la marido''

El alma en este caso es representada como la mujer(2) el hombre representado como el pecado y la ley es la unión que une al hombre con la mujer. Una vez muerto el pecado (el hombre) la mujer puede volver a estar con otro hombre.

7:15

''Lo que realizo no lo entiendo''

Parece difícil entender este pasaje sin ningún contexto, pero la verdad es que San Agustín lo hace de todas maneras. la frase ''no lo entiendo'' quiere decir realmente ''no lo apruebo'' y se refiere al pecado. Si bien no todo lo que realizamos es pecado, el pecado necesita del bien para manifestarse. 

7:19

''No hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero. Pero si hago lo que no quiero, estoy de acuerdo con que la ley es buena''

Puede parecer que esta frase nos dice que estamos obligados a cumplir la ley y que además estamos exentos de la libre voluntad. Sin embargo, nadie puede sentirse mal si obra con el bien, por lo tanto, la libre voluntad está en hacer las cosas buenas. 

8:3

''Lo que la ley le resultaba imposible por la debilidad de la carne, lo ha logrado Dios, enviando a su Hijo en una condición semejante a la carne pecadora, y desde el pecado dio condena a su carne al pecado, y así la justicia que exige la ley se cumpliese en nosotros, que ya no vivimos según los instintos carnales, sino según el espíritu''

Lo único que nos puede alejar del cumplimiento de la ley (a pesar de ser obligatorio) es el instinto de la carne. El instinto de la carne no es más que la representación del amor por las cosas materiales.

¿Qué significa que el Hijo sea enviado para luego morir? sirvió para que el hombre dejara de una vez por todas las ambiciones materiales, y entienda que se puede creer en un mundo espiritual. 

8:7

''Porque la prudencia de la carne es enemiga de Dios; no se somete a la ley de Dios; en realidad ni puede hacerlo''

No pensemos que la carne es enemiga de Dios así como si viniera de un principio adverso, o como si fuera lo contrario a Dios y por lo tanto algo que no se puede evitar. Recordemos que Dios es omnipotente, y el deseo de la carne es totalmente voluntario del hombre. 

8:15


''No habéis recibido un espíritu de esclavos, para recaer en el temor, sino un Espíritu de hijos adoptivos, por el que clamamos: ¡Abbá Padre!''

De aquí vemos la distinción entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, la cual radica en que el antiguo se basa en el temor y el nuevo en la caridad. ¿Qué significa el espíritu de esclavos? Se puede entender que si nuestro espíritu lo hemos recibido de un creador, podemos entender que somos esclavos; sin embargo, esto se entiende mejor cuando decimos que somos hijos adoptivos del Espíritu Santo. En este sentido, no somos esclavos como podríamos pensarlo carnalmente donde no tenemos libertad, al contrario, tenemos la libertad al ser hijos adoptivos. 

8:19


''La creación está con inquietud a la espera de que se revele lo qué es ser hijo de Dios'' 

La inquietud y la angustia de los hombres es continua hasta que no llegue el día final donde se revele qué es ser hijos de Dios. Sólo podremos esperar hasta el día final el ver si podemos ser verdaderos hijos de Dios; por mientras, deberemos estar sometidos al sufrimiento, pero también a la libertad de escoger el mal. 

8:26

''Además el espíritu viene también en ayuda de nuestra flaqueza: nosotros no sabemos con seguridad lo que debemos pedir en la oración''

La verdad es que pedir en la oración es una cuestión difícil porque no sabemos lo que puede pasar en el futuro. Además, mucho pedimos cosas que creemos que son buenas, pero en realidad son malas o cosas malas que en realidad son buenas. No hay que pedir cosas sin nombrar el nombre de Dios, porque finalmente es él quien las cumplirá. 

8:29

''Para que sea el primogénito entre muchos hermanos''

Por primogénito debemos entender en realidad ''unigénito'' ya que Jesús no tenía hermanos. No obstante, una vez que fue tal comenzó a llamar a todos como hermanos; a todos los que seguían su filosofía de vida. Por lo tanto, primero es unigénito y luego es primogénito. 

8:39

''Estoy cierto''

Esta sola frase mantiene la inseparabilidad de Jesús y de todo aquel que tenga los preceptos de Dios en cuenta. Ni siquiera la muerte puede separar el amor de Dios a quienes dicen que ''están ciertos''. No les importa la vida temporal porque esta no está comparada a la vida eterna. 

9:11

''Para continuar el propósito de Dios de elegir no por las obras, sino porque él llama, antes de nacer y de realizar algo bueno o malo, se le dijo: El mayor servirá al menor, como está escrito: Amé a Jacob y rechacé a Esaú''

Si Dios llama a todos antes de nacer, entonces las obras del hombre no son propiamente del hombre sino de Dios. De aquí que se diga que el hombre no puede vanagloriarse de sus propias obras, porque todo le pertenece a Dios. Lo que sí nos da Dios es la fe, por lo tanto, nosotros tenemos la creencia, mientras que el Espíritu Santo nos da la habilidad para hacer la buena obra. En conclusión, las buenas obras nuestras sólo se dan por gracia.

9:15

''Así que lo importante no es querer o afanarse, sino que Dios tenga misericordia''

Lo primordial de nosotros es la fe. Todo hombre debe tener fe y creencia antes que todo, y luego las obras podrán presentarse porque ellas son obras del Espíritu Santo. Por lo tanto, el mérito de la fe es la que hace las buenas obras, mientras que la maldad (que también es un tipo de obra en el hombre) es cuando Dios se aleja de él y deja que el hombre haga estas malas obras. De ahí que se diga que lo importante no es querer cosas, sino que Dios tenga el favor de concedernos. 

12:20

''Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber; obrando así, amontonarás carbones encendidos sobre su cabeza''

Podría entenderse que ''amontonar carbones encendidos sobre su cabeza'' contradiga los preceptos que Jesús dijo alguna vez: ''Ama a tu enemigo'', pero la verdad es que, amontonar carbones no significa dañar a nuestro enemigo ni tampoco significa esperar algún mal, sino que en verdad quiere decir ''arrepentimiento''. Hacemos el bien a nuestro enemigo para que se arrepienta de su conducta soberbia. 

13:5

''Forzosamente debéis estar sometidos''

Es un versículo de lo más simple, siempre y cuando se entienda en el sentido espiritual más que en el carnal. Forzosamente estamos sometidos en este mundo carnal, pero también tenemos la voluntad de abrazar las cosas materiales. En todo caso, estar sometidos a la voluntad de Dios no es nada que signifique un encierro o algo por el estilo, si estamos sometidos a Dios estaremos libres, puesto que si el mal tiene relación con el encierro, el bien tendrá relación con la libertad y el bien es Dios. 

14:1

''Al débil en la fe acogedlo sin emitir juicios''

Por supuesto que esto refiere a los preceptos de Jesús cuando les dice a sus discípulos que deben amar al prójimo tanto como a ellos mismos. 

Conclusión

Hemos recogido los extractos más interesantes de esta carta a los romanos que analiza San Agustín. Por supuesto que es un resumen de los preceptos divinos que Jesús dio a toda la humanidad, y también significa el cambio de una nueva ley que deje de lado la vieja. Nadie puede discutir que estas enseñanzas son las más puras y genuinas en el corazón de un hombre que lo dio todo por su gente. No estará demás pensar para muchos, que Jesús fue bueno en todos los aspectos de su vida. 

jueves, 23 de febrero de 2017

San Agustín de Hipona - Sermón de la montaña (Libro II: La buena obra) (394).

¿Sabemos en realidad lo que es realizar una buena obra? ¿Acaso obramos porque es bueno obrar o porque queremos ser recibidos en el reino de los cielos? ¿Habría algo de malo en eso? El sermón de la montaña donde Jesús hablaba a sus apóstoles y a otras personas, es el reflejo de todas las normas del comportamiento que tendrán los que cumplen con la palabra. También es el consuelo para los pobres y mancillados por el poder de los más grandes, para que no se apenen y busquen sus respuestas en cosas humanas. San Agustín de Hipona nos esclarece de forma nítida todo lo que Dios quiere para nosotros.

Referencias:

(1) No quiere decir que tenemos el mal de forma perenne, de hecho, el mal no lo tenemos de acuerdo a la visión agustiniana. 

SERMÓN DE LA MONTAÑA


LIBRO II: LA BUENA OBRA


Intención y acción

San Agustín parte diciendo que las buenas obras no se deben hacer con miras hacia las alabanzas. Quien busca las alabanzas de los hombres, perfectamente puede ocultar la intención de lo que hace; por lo tanto, las obras buenas las tiene que hacer por el bien y por Dios. 

Un corazón limpio, es aquel que es simple, es decir, aquel que sólo ama a uno y ese uno debería ser Dios. Quien hace el bien para recibir la alabanza de los hombres y las de Dios, entonces tendrá un doble corazón lo cual Dios aborrece. 

La intención es lo que realmente vale, no es que sea malo hacer buenas obras delante de los hombres; lo realmente malo, es que sólamente ese sea el propósito de hacer buenas obras. En todo caso, si las buenas obras pueden hacer que otros hombres sigan el ejemplo, no habrá ningún inconveniente, porque más allá de las alabanzas lo importante es el fruto así como lo dijo San Pablo:

''No busco dádivas (hablando de sus obras), busco frutos''
(Filipenses 4:17)

Los que buscan dádivas buscando las alabanzas son justamente llamados hipócritas. 

Los hipócritas

Quien se deja convencer por estas personas que haciendo buenas obras buscan las alabanzas de los hombres no entrarán en el reino de los cielos. El hipócrita es similar a un comediante, pues estos son los que imitan a otros personajes de la realidad. 

En el caso de la limosna, un versículo muy preciso se encuentra en Mateo:

Sin embargo, cuando tú des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha''

En cuanto a la mano derecha, San Agustín nos dice que significa el cumplimiento de los preceptos de Dios, mientras que la mano izquierda significa las alabanzas humanas. 

Que la mano izquierda no sepa lo que hace la derecha, nunca se podrán mezclar la conveniencia de las alabanzas. Por eso, los cumplimientos deben estar lejos del deseo de las alabanzas de otros hombres. 

De alguna manera, la mano izquierda representa el mundo exterior mientras que la mano derecha el mundo interior del hombre. Obviamente, la limosna más conveniente es la que pertenece al mundo interior, y por lo tanto a la mano derecha. 


Mano derecha: cumplimiento de preceptos (mundo interior)
Mano izquierda: alabanzas humanas (mundo exterior)

La limosna siempre debe darse en el anonimato y jamás debe salir al mundo exterior. Sólo se debe dar la limosna por la mano derecha, aunque esto no lleva poca recompensa, pues Dios se encargará de premiar abiertamente a quien ha colaborado anónimamente. 

Nada puede ser más perjudicial que hacer buenas obras a los ojos de los hombres y más aún, hablar con muchas palabras para dar la sensación de ser convincente hacia los otros hombres. La forma correcta de hacer caridad será tener la intención de corazón y hablar con Dios a través de los sentimientos y no a través de las palabras. 

La interpretación de la oración


Padre nuestro que estás en los cielos...

Dios es el Padre nuestro de la oración y es a él a quien nos debemos dirigir. ¿Qué quiere decir que digamos ''Padre nuestro que estás en los cielos''? los cielos son cuerpos limitados y Dios no está limitado por ningún espacio de cuerpos; por lo tanto, el padre sólo se encuentra ahí, pero no es que esté contenido allí. 

Este cielo es lo que entendíamos en el Génesis como una especie de cielo divino. El cielo y la tierra tienen su equivalencia entre sí, pues uno es referente a las cosas divinas y el último es referente a la carne. Esos cielos también son interpretados como ''santos'', porque Dios está con todos ellos; de ahí, todos los que pertenecen al cielo son santos y los de la tierra pecadores. Aquí tenemos el principio de la oración:

''Padre nuestro que estás en los cielos''
(Mateo 6:9)

De ahí que digamos entonces que el padre está en el corazón de los justos, porque el cielo es el lugar de los santos y virtuosos. 

Santificado sea tu nombre...

Esto es lo primero que se le debe pedir al Padre que está en los cielos: que su nombre sea santificado. No es que su nombre no lo estuviera antes, esta expresión sólo indica que reconocemos a Dios como una divinidad pura. 

Venga a nosotros tu reino...

Esta parte podría entenderse como si Dios no gobernara ahora, pero la verdad es que incluso la palabra ''venga'' significa: manifiestese ante los hombres. Por otro lado, que Dios venga con su reino significa que vendrá para dar el juicio final a todos los humanos. 

Hágase tu voluntad... 

Esto quiere decir que así como la voluntad de Dios se hace con los seres divino los ángeles, que se haga también en la tierra donde están los humanos. También significa que socorra a los buenos y convierta a los malos hacia el cristianismo. 

Así en la tierra como en el cielo...

El cielo representa el espíritu como la tierra representa el cuerpo. La forma en que la voluntad de Dios será hecha en la tierra, será cuando los justos puedan renacer de la muerte y ser sanos mucho más allá de lo que tenían al ser simples hombres. 

Danos hoy nuestro pan de cada día...

Por supuesto, el pan significa la comida diaria con la que se alimenta el hombre y no el pan propiamente dicho. En esta parte de la oración, lo que le hombre pide en verdad es la comida cotidiana, como también es el pan espiritual por el cual el hombre reconoce a Dios. 


Perdona nuestras ofensas como nosotros también perdonamos a los que nos ofenden...

Aquí se está llamando a la deuda que todo ser humano pecador tiene para con Dios. Sin embargo ¿qué pasa con aquellos que no tienen cómo pagar o con aquellos que no quieren pagar? se perdona a todos los que tengan una deuda, pues entonces no podríamos decir ''perdona nuestras ofensas''.

No nos dejes caer en la tentación... 

Dios es quien deja caer en la tentación a los demás para que se den cuenta de su error. Por eso se pide en la oración que Dios, quien deja caer en las tentaciones, no lo haga. ¿Por qué nos tienta? porque nadie puede ser puesto a prueba de su virtud si no es tentado a cometer un pecado. 

No se está pidiendo que no seamos tentados, sino que no caigamos en dicha tentación. Por lo demás, esta tentación, como lo dijimos anteriormente, no viene de Dios, sino que de Satanás. Es él quien es la tentación misma, y Dios permite que lo haga para ponernos a prueba. 

Líbranos del mal, Amén...

Se pronuncian estas palabras para pedir que se nos libre del mal que ya tenemos(1) y del que puede sobrevenir. Por lo demás, también significa que estamos diciendo a Dios que nos diga cómo debemos conducirnos al camino del bien. 

Los tipos de peticiones

Si comprendemos bien la oración, en ella podremos ver que hay 7 peticiones. Las tres primeras tienen lugar como peticiones celestiales más que terrenales, mientras que las otras cuatro son definitivamente temporales. 

Peticiones divinas:

  • Santificado sea tu nombre
  • Venga a nosotros tu reino
  • Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo

Peticiones terrenales

  • Danos hoy nuestro pan de cada día
  • Perdona nuestras ofensas como nosotros también perdonamos a los que nos ofenden
  • No nos dejes caer en la tentación
  • Líbranos del mal

Estas últimas peticiones no son más que las cosas que hará Dios en su venida cuando traiga el reino de los cielos. Por supuesto, bajo la oración a Dios también está la petición del perdón de los pecados. 

Ostentación perniciosa

El mismo Jesús dijo en el Mateo 7:16 ''Los conoceréis por sus frutos'' refiriéndose a aquellos hombres que se jactan de tener la bendición de Dios, haciendo lujo de las cosas superfluas que tienen. No obstante, también es cierto que los hipócritas se visten con ropas simples y necesarias, para embaucar a los demás dando la apariencia de ser simple. 

Si podemos superar la ostentación de las cosas que poseemos, podremos dar la limosna sin ningún problema. Quizás nunca sepamos qué hace dicha persona a quien damos limosna; no sabemos si con lo que le dimos hace el bien o el mal, pero si nuestra acción de dar limosna fue dada con la mejor intención, no importará su resultado

De acuerdo con San Agustín, quien pide limosna se encuentra en las tinieblas y cuando se le da lo que pide se encuentra en la luz; sin embargo, puede volver a las tinieblas dependiendo de cómo use lo que le fue dado. En este caso, la intención vale más que el resultado. 

El alimento y el evangelio

No se evangeliza para comer sino todo lo contrario, comemos para evangelizar. Ahora, tampoco se debe evangelizar por necesidad, sino más bien por propia voluntad. Recordemos que es la voluntad lo que determina si nosotros realizamos una acción por medio del bien o del mal. 

En todo caso, bastará buscar el reino de Dios para que luego no nos falte ninguna necesidad. Por otro lado, las cosas más divinas estarán por sobre el alimento y todas las cosas terrenales. La idea es que, en la búsqueda de las cosas necesarias (como el alimento) no sólo se tenga en cuenta la necesidad, sino que también no se piense en ella a la hora de evangelizar. Si nos concentramos en el evangelio, nada podrá faltarnos posteriormente, pues ya dice el versículo de Mateo 6:33


''Buscad primero la justicia y el reino de Dios y todas estas cosas se os darán por añadidura'' 

No tiene nada de malo privar del alimento que viene de sobra en el ser humano. 

El temor y el odio

El juicio de Dios es posterior a la acción de los pecados, y probablemente, el hombre pensaría que es menos de temer porque el juicio aún no llega. Sin embargo, nadie quedará exento de culpa cuando llegue el juicio de los cielos. 

Por otro lado, también deberemos tratar de no emitir juicios temerarios (prejuicios); por ejemplo, si alguien tiene dolor de estómago, podemos pensar que es por glotonería o por una bacteria. Cualquier juicio que emitamos desde nuestra subjetividad, antes de saber realmente lo que es será un prejuicio. Y así decía el Mateo 7:1


''No juzgueis o sereis juzgados''

El juicio previo sólo afecta a quien juzga y no al juzgado; por lo tanto, la temeridad sólo podrá afectar al temerario y a quien recurra a estos juicios. 

La moral y la ocultación de la verdad

Para San Agustín, la ocultación de la verdad (o la omisión de ella) no es mentir ni tampoco algo malo, pues ocultar no es lo mismo que mentir. Por supuesto, las cosas que se deben ocultar no son aquellas que sean realmente importantes, es decir, se debe decir la verdad y omitir aquellas verdades que en realidad, no sean tan importantes como la primera. 

Conclusión

Terminamos al fin el sermón de la montaña dado por Jesús a sus discípulos. Sin duda que las cosas dadas por Jesús son valiosas y honestas; pero, ¿podrán ser llevadas a cabo? Todo este sermón de la montaña, junto con las otras enseñanzas dadas en otras instancias, me recuerda al libro de J.D. Salinger llamado ''Frank and Zoey'' donde se hablaba de la imposibilidad de ser Cristiano. ¿Quién ha podido ser capaz de cumplir los preceptos del sermón de la montaña o los otros preceptos dados? Realmente es difícil poder decirlo y aún así demostrarlo.