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jueves, 2 de marzo de 2017

San Agustín de Hipona - Exposición de la Carta a los Gálatas (394).

Durante su misión de evangelizar a quienes quieran estar dispuestos a recibir el Evangelio, San Pablo recorre la provincia de la Galicia donde se encontraban los gálatas. En esta carta se puede apreciar las características de este pueblo y cómo recibieron el Evangelio por parte del apóstol. Hay que considerar que incluso en esta época, San Pablo era totalmente judío y bajo esta consigna se dirigía a evangelizar a los gálatas; lo que significaba que también les exigía la circuncisión. Veamos qué interpretación tiene San Agustín de Hipona de la Carta a los gálatas.

Referencias:

(1) Recordemos que la ley antigua era la fabricada en el Antiguo Testamento que consistía en la ley del Talión y en las enseñanzas de Moisés.  

EXPOSICIÓN DE LA CARTA A LOS GÁLATAS


¿Quienes eran los gálatas?


Los gálatas eran ciudadanos provenientes de la provincia de Galia que se asentaron en Galicia, una ciudad ubicada en la actual Turquía. Los gálatas eran todos paganos y por lo tanto no creían en el Dios cristiano. 

San Pablo era un judío fariseo que intentó evangelizar a los gálatas. Esto podría ser considerado insensato, pues para los judíos los paganos representaban una herejía de la cual todos debíamos alejarnos: quien se acercara a los paganos se apartaba de Dios. 

Los gálatas quedaban como esclavos en frente de la ley antigua que los excluía de unirse al Evangelio; sin embargo, cuando San Pablo llegó a evangelizarlos, éste trajo una nueva ley donde todos podían recibir el Evangelio siempre y cuando tuvieran fe en Jesús. Los gálatas aceptaron de buen modo este Evangelio que los liberaba de ser esclavos de la antigua ley; y por lo tanto se convertían en los nuevos adeptos. 

La propuesta del nuevo Evangelio acaba con la diferencia de razas y de condiciones para que todos puedan conocer a Dios. 


Propósito de la carta

El propósito de San Pablo para con los gálatas era mostrarles el Evangelio y que lo aceptaran para convertirse a su religión. Los gálatas, alguna información tenían sobre la religión de San Pablo, pero más allá de aquello, los gálatas sabían sobre los judíos. Los judíos le exigían a los gálatas la circuncisión, pero San Pablo les ofrecía el Evangelio con la sola condición de que cumplieran la ley. 

Los gálatas miraban con mucho resquemor a San Pablo quien no les exigía la circuncisión. El argumento de San Pablo fue muy simple en todo caso; el hombre que es enviado por otros hombres es falso, pero el hombre que es enviado por Dios es veraz. ¿Acaso San Pablo no fue enviado por Jesús que era un hombre? sí, pero Jesús fue ordenado por Dios a enviar a San Pablo a evangelizar. 

¿Qué quería hacer San Pablo con esta evangelización? ¿Agradar a los gálatas para tener más adeptos? No. San Pablo lo hacía para agradar a Dios, más que para agradar a los hombres. Los hombres deben ser convencidos de seguir el buen camino, mientras que quien evangeliza sólo debe buscar el agrado de Dios, porque Dios no necesita ser convencido de nada. 

Evangelización en curso

La evangelización de San Pablo no estaba condicionada a la circuncisión que pedían los judíos. De alguna manera, esto también representa un símbolo de humildad, pues lo contrario de esto sería la soberbia. Si la Iglesia exigiera la circuncisión para distinguir a unos seguidores de otros, la Iglesia perdería su caridad y humildad que son los conceptos claves del cristianismo. 

San Pablo da muerte a la antigua ley (donde está la circuncisión), para levantar la nueva ley(1); es decir, dio muerte a una ley mediante la ley (nueva). Sin embargo, ¿cómo pudo aceptar la ley antigua que es diferente a la nueva? el proceso de aprendizaje del apóstol ocurre así. Para San Agustín, el pedagogo tiene el objetivo de ser innecesario una vez que el estudiante aprende, ya que el estudiante debe hacer las cosas por sí mismo. La ley antigua fue el primer pedagogo que ahora se hace innecesario al tener una nueva ley. 

El hombre primero vive por la fe y luego por la ley; de hecho, si el hombre vive en la fe estará en la ley, pero no puede ser al revés. Todas las obras del Antiguo Testamento fueron creadas en base a la fe. Por lo tanto, si la fe existía antes de la ley (o en la ley) ¿qué necesidad hay de tener ley si la fe ya cumple con las buenas obras?

Bien podría decirse que la ley antigua fue transgredida por los cristianos, pero es que justamente es así. La transgresión de la primera ley sirvió para acabar con el orgullo y la vanagloria de quienes presumían de seguir la palabra de Abraham. 



La herencia de Dios


Hay muchos quienes ignoran la herencia de Cristo y estos son los judíos. De alguna manera, los judíos aún quieren estar con el pedagogo, a pesar de ya tener conocimiento de la ley nueva. Por supuesto, esta ley nueva no hace diferencia entre griegos, judíos o romanos en general; todos pueden alcanzar la ley de Dios. 

La reticencia de los gálatas para con San Pablo era fuerte, pues la nueva ley traía otra herencia de Dios; una muy diferente de la primera prometida. La ley antigua sólo se basaba en cosas terrenales o temporales que se destruyen con el tiempo, pero la ley nueva trae una nueva perspectiva bajo un prisma más espiritual. 

Conciencia de los pecados luego de la herencia

Ahora, siguen habiendo, aparte de los judíos, muchos hombres que considerándose cristianos confían aún en los astrólogos y en el calendario. Los hombres, si bien no cometen pecados grandes, se sienten con la liviandad de cometer pecados más pequeños como sería confiar en el calendario y en los astros, lo cual está prohibido por Dios.

Los pecados son los que arrastran cada vez más a la esclavitud, pues si estamos más preocupados de la carne estaremos más esclavizados a ella. Por ello es que San Pablo les dice a los gálatas que no es necesaria la circuncisión que es una acción totalmente carnal. 

Conclusión

Básicamente, la carta a los gálatas nos llama a apreciar la nueva ley hecha por Cristo y dejar la antigua ley que promueven los judíos. Una ley que está más basada en la importancia de la materia que de la espiritualidad. Quizás sea difícil decidirse por una de las dos leyes, sobre todo si es una persona que se sigue por las santas escrituras ¿Cómo pueden coordinarse dos cosas totalmente distintas? y lo otro; si Dios hizo una ley antigua y luego una nueva ¿Es que acaso se arrepintió de la primera para hacer otra? Quizás existe una concesión a Dios de estar arrepentido de lo que hace (?).