sábado, 9 de febrero de 2019

Catarsis

Catarsis

¿Qué significa catarsis? el diccionario de la Real Academia Española lo define de la siguiente manera:

''Purificación, liberación o transformación interior suscitadas por una experiencia vital profunda''

Sin embargo, hoy iremos mucho más allá que esta explicación de la Real Academia (sin menospreciarla), para dirigirnos al ámbito filosófico. 

Platón

El filósofo ateniense es el primero en definirla diciendo:

''La elección que conserva lo mejor y expulsa lo peor''

Pero el término ha sido utilizado con mucha anterioridad al filósofo de la antigua Grecia. Muchos hombres (entre ellos los griegos) celebraban sacrificios para purgar (una palabra que podría darse como sinónimo de catarsis) sus pecados y sus malos actos frente a Dios. 

En Platón la catarsis tiene que ver mucho más con la liberación de los placeres mientras se está vivo. Por otro lado, también significa la liberación que el alma obtiene luego de separarse del cuerpo. 

Aristóteles

El filósofo Aristóteles toma el concepto de catarsis de Platón, pero lo usa específicamente para el mundo del arte. Recordemos su tratado ''Poética'' donde define la catarsis. 

''La catarsis es una experiencia donde el espectador purifica sus placeres más bajos''

Para Aristóteles, la catarsis era una especie de relajación o de calma donde el espectador de una obra podía descansar luego de ver una trama llena de emociones. Esta está presente sobre todo en las obras de teatro como las tragedias, las cuales eran muy típicas en la Antigua Grecia. 

Conclusión

¿Cuánta falta nos hace experimentar una catarsis luego de ver escenas que nos entristecen? o peor aún ¿cuando nosotros experimentamos hechos que nos entristecen? La verdad es que cada vez es más difícil relajarse entendiendo el poco tiempo que nos queda. Pareciera ser que para los más desafortunados, la catarsis es un lujo o un milagro pues siempre se está haciendo algo que no se quiere pero que es necesario. Los filósofos conocieron este concepto y lo presentaron para las futuras generaciones, lo cual no es menor porque la catarsis siempre nos ha sido necesaria. 

Concepto de verdad en los griegos



Concepto de verdad en los griegos

Esta puede ser la pregunta más importante en la vida de todas las personas ''¿Qué es la verdad?''. Todos tenemos un concepto diverso de la verdad que pareciera que podríamos decir que existen muchos tipos de verdad. Por la otra parte, tenemos personas que logran imponer su verdad y marcar su pensamiento entre todos. 

Esta vez veremos la verdad desde la filosofía de los antiguos griegos que más de algún escrito dedicaron a este complejo tema. 

La verdad en Platón

Tenemos la primera definición de verdad en un libro espectacular de Platón: Cratilo (o del lenguaje). El filósofo ateniense describe la verdad de la siguiente manera:

''Verdadero es el decir las cosas como son y falso el decir como no son''

Desde un primer punto de vista, la definición de Platón nos parece bastante simple. Sin embargo, la verdad no es alcanzada simplemente por decir que las cosas son verdaderas, sino que debe ser correspondiente a la realidad que entendemos. Por eso es que Platón ponía en primer lugar el mundo de las ideas donde, de acuerdo al filósofo, se encuentra la verdad y no en el mundo de los sentidos. 

La verdad en Aristóteles

En Aristóteles la verdad comienza a ser mucho más compleja que en la visión de Platón. Para Aristóteles, la verdad está en el ser, en la sustancia, en el pensamiento, pero no en las cosas. Sin embargo, las cosas tienen las características de la verdad, o por último, las representaciones de esta. 

Así, se dice que un hombre es (proposición verdadera) y luego se da la característica de tal hombre: un hombre es blanco. 

Por otro lado, dado el aspecto y carácter científico del estagirita, la verdad también está relacionada con la causa, pues él mismo decía:

''No basta solamente decir la verdad, sino que también mostrar la causa de la falsedad''

De ahí que desde las proposiciones del estagirita la verdad se vaya complejizando aún más. 

La verdad en los estoicos

Finalmente tenemos a los grandes y sabios estoicos que dieron su parecer con la verdad. Estos creían que la verdad no era más que la correspondencia entre el pensamiento o conocimiento de una cosa, con la respectiva cosa que se estudia. No obstante, en al filosofía estoica hay un detalle que la hace más especial; la verdad se corresponde con la manifestación del objeto, es decir, aquello que el objeto nos transmite. 

Conclusión

Interesante, pero también lógico el destino de la verdad. Es difícil sacarlo desde la correspondencia del pensamiento con el objeto como decían los estoicos, pero ya es un hecho que el concepto de la verdad se ha ido transformando a través de los siglos. Por supuesto, esto es sólo una parte de lo que veremos de la verdad, pues aún nos faltan los romanos, los escolásticos, los árabes, y muchos otros. 

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Santo Tomás de Aquino - Quaestiones Disputate de Veritas (Cuestiones disputadas de la verdad) (Parte VI: ¿Es la verdad creada inmutable?) (1256)

Estamos en la parte VI sobre la verdad, pero no la verdad que habíamos visto hace algunas entradas atrás. Esta vez hablaremos de aquella verdad creada, aquella verdad que no está en el intelecto divino, el cual ya fue descrito de manera suficiente, sino que aquella verdad que yace en el intelecto humano y que es inferior a la verdad del divino. Santo Tomás de Aquino nos había dicho que existía una sola verdad y que la verdad humana está subordinada a esta última,  pero ¿qué hay de esta verdad? ¿es tan valiosa como la divina? veámoslo. 



QUAESTIONES DISPUTATAE DE VERITATE




¿Es la verdad creada inmutable?

Dificultades

San Anselmo de Canterbury dice:

''La verdad persiste en ser inmutable''

La verdad de las proposiciones siempre es inmutable. Ahora, sí la proposición llegara a cambiar, incluso así la verdad se mantiene. Por ejemplo, si decimos ''Sócrates está sentado'' esta proposición es verdadera aunque Sócrates no esté sentado. ¿Por qué? porque Sócrates tiene la propiedad de estar sentado; por lo tanto, en una proposición la oración estaría correcta independientemente de la realidad. 

Sin embargo, también tendríamos que decir que la verdad de una cosa es inmutable porque si el ser es verdadero y este cambia, entonces deberemos decir que las cosas también son inmutables. 

Por el contrario (Sed contra)

Las causas de las cosas son la verdad. Por lo tanto, si una cosa cambia entonces la verdad también cambiar por lo que debemos decir que la verdad no es inmutable sino que cambia. 

Respondeo (Respuesta)

Santo Tomás nos dice que una cosa cambia en dos sentidos: Una cosa cambia porque su sujeto cambia, tal como decimos que un cuerpo es cambiable. Lo único que no cambia es la forma y como la verdad es una forma y no un cuerpo, entonces ésta es inmutable. 

Para aclarar esto, Santo Tomás nos dice que las cosas pueden cambiar como pueden que no. Quizás es verdad que algunas cosas puedan cambiar como el color; es decir, una cosa cambia de color blanco a una negra, pero su verdad es que los dos son colores y eso se mantiene. Esto quiere decir que las cosas cambian en relación con la primera verdad; en el ejemplo anterior, el color blanco cambia a negro pero sigue siendo color. 

¿A qué se refería Anselmo entonces? Por supuesto se refería a la verdad divina que es inmutable. 

Conclusión

La separación entre ser y proposición es clave para entender dónde está la verdad de acuerdo al aquinate. Mantenemos la explicación de que la verdad permanece y es inmutable en el intelecto divino, pero no en el intelecto humano que es donde se presentan todos los cambios. Podríamos decir que hay una verdad necesaria (intelecto divino) y una verdad contingente (intelecto humano) que es dominante en cada cosa de la realidad. Sigamos con este tema de la verdad.

viernes, 8 de febrero de 2019

Ipse dixit (él mismo lo dijo)

Ipse dixit
(Él mismo lo dijo)

Una frase muy curiosa, pero también un recurso retórico muy utilizado sobre quienes desean engañar a su adversario en un debate. Más que un argumento sólido, ''Ipse dixit'' es una falacia que apela a la autoridad (muy parecida a la falacia ad verecundiam), para sostener una opinión. 

Marco Tulio Cicerón

El origen de este termino se remonta a los tiempos de Marco Tulio Cicerón quien en un libro llamado ''Sobre la naturaleza de los dioses'' elabora un debate sobre el origen del mundo. 

Justo antes de un debate, Cicerón se queja del silencio de los pitagóricos quienes no apelaban nunca a la razón sino que a la opinión del maestro: Pitágoras

Los mismos pitagóricos apelaban a su maestro por cualquier explicación que se les rebatía. De ahí que estos dijeran su célebre frase ''El maestro ha hablado'' (Magister dixit), lo cual exasperaba a Cicerón pues éste los exhortaba a que usaran más la razón y no la autoridad. 

Pedro Abelardo

El tema de ''Ipse dixit'' no fue un tema menor en la época de Pedro Abelardo. El filósofo cristiano sufrió graves reveses debido a  su controversial pensamiento filosófico. Si recordamos bien, Abelardo sostenía que quienes azotaron a Jesús no tenían la mala intención de hacer el mal. Esto lo dice Abelardo porque de acuerdo con el filósofo, la intención de aquellos hombres era seguir el mandato de lo que creían era bueno. ¿Cómo saber que ellos creían que eso era bueno? por la misma frase de Jesús: ''Perdónalos, porque no saben lo que hacen''.

Como podrán imaginar, esta teoría de la intención provocó tremendas disonancias en los oídos papales. Tanto así, que uno de los intelectuales cristianos llamado ''Bernardo de Claraval'' condenó los tratados de ética de Abelardo, porque contravenían la moral y las costumbres cristianas. Bernardo apeló al papa como autoridad para que finalmente, Abelardo se arrepintiera de todos sus dichos. 

Escolástica

Luego de que Santo Tomás de Aquino pudiera cristianizar a Aristóteles, el mundo consideró al estagirita como referente del mundo cristiano. Muchas de las teorías de Aristóteles fueron modificadas o interpretadas al antojo del cristianismo, pero también fueron apoyadas por la ciencia hasta el siglo XVIII. De hecho, la teoría de los cuatro humores duraría hasta el siglo indicado. 

Conclusión

¿Cuántas veces no nos ha pasado que nos dejamos influenciar por la opinión de una mente maestra? Sin embargo, no podemos decir que ''X'' es cierto porque ''Y'' lo dijo, sino que debemos ver las razones de por qué ''X'' dijo y cómo lo explica. De otra manera, siempre estaremos cayendo en la falacia ad verecundiam, o como lo llamaban los antiguos ''Ipse dixit''. Una invitación total al debate y la reflexión lógica para nuestros días. 

Santo Tomás de Aquino - Quaestiones Disputatae de Veritas (Cuestiones disputadas de la verdad) (Parte V: ¿Hay otra verdad aparte de la verdad eterna?) (1256)

Nos quedó claro en la entrada anterior que la verdad única existe y está en el intelecto divino. Sin embargo, Santo Tomás de Aquino nos dice que hay una verdad en el intelecto humano. ¿Será entonces que existen dos tipos de verdad? Pero si una es verdad ¿cómo es que la otra también lo es? Estas cosas se verán en la quinta parte de estas largas cuestiones disputadas escritas por el Aquinate, donde ya hemos visto la suma importancia y crítica a sus predecesores cristianos.

Referencias:

(1) Una idea también similar a la de San Agustín de Hipona quien establecía que la verdad es algo indestructible que siempre existe. 
(2) Esta sería la solución a la tesis averroista de que el mundo es eterno. Al separar las cosas de la verdad (la cual es eterna), el mundo tendría un segundo lugar con respecto a la verdad. 

QUAESTIONES DISPUTATAE DE VERITATE


¿Hay otra verdad aparte de la verdad eterna?


Dificultades

Santo Tomás comienza las dificultades con una cita de San Anselmo de Canterbury:


''La verdad no tiene principio ni fin''

Sin embargo, en la realidad vemos que las cosas no son así, es decir, algunas cosas suelen ser verdad por un tiempo y después se destruyen, aunque también existen algunas que duran eternamente. 

Por otro lado, si decimos que una verdad se destruye, eso también encierra una verdad por sobre otra verdad. Para que una generación y una destrucción sean verdaderas deben tener como base la verdad(1).

De hecho, si dijéramos que la verdad pasa del ser al no-ser lo que haría desaparecer la verdad. Sin embargo, cuando la verdad no existe, sería verdad que no existiría. 

Todo lo que es no-existente es eterno y lo que es concebido como ''no capaz de existir'' también es no-existente. Sin embargo, la proposición de la verdad no puede ser no-existente, ya que el intelecto no puede entender algo a menos que sea verdadero. Por lo tanto, la verdad en una proposición sería eterna. 

Así, también podríamos decir que la proposición de una verdad existió antes del mundo e incluso antes de Dios. Por ejemplo, decir ''el mundo no existía'' sería una verdad eterna pues la no existencia también se puede predicar.

Sin embargo, se había dicho que las cosas no eran verdaderas hasta que existiera el intelecto divino (o humano). Las cosas son verdaderas hasta que son conocidas por el intelecto, pero de ese modo también podríamos decir que las cosas existían por sí mismas como dice la biblia:


''Todas las cosas fueron conocidas por Dios antes de que ellas fueran creadas, por lo tanto, antes que fueran perfectas Dios ya las había visto''
(Sirach 23:29)

Esto demuestra que ya antes de que las cosas fueran creadas Dios ya tenía conocimiento de ellas. Ahí se expresa que las cosas por sí mismas, sin la necesidad del intelecto, pueden ser eternas también. 

Sed contra (al contrario)

Primero tenemos que ninguna criatura es eterna excepto la primera que no es creada. Así tendríamos que decir que la primer verdad es eterna (Dios).

El ser y la verdad son intercambiables, pero sólamente un ser es eterno, por lo tanto una sola verdad es eterna. 

Respondeo (Respuesta)

Nuestro intelecto puede estar conforme con cosas que no existen ahora, pero pueden existir en el futuro. De otra manera, no sería posible decir ''el Anti-cristo nacerá'', es decir, esta proposición es verdad a causa de que está en el entendimiento a pesar de que aún no exista. De la misma manera el intelecto divino está en conexión con las cosas que aún no existen pero que serán creadas en el tiempo.

De este modo, las cosas que se dicen que existen en el tiempo, también pueden decirse que son creadas en la eternidad porque son creadas desde la verdad eterna (Dios). 

En Dios, la verdad no puede ser variada, es decir, no hay multitud de verdades en él. En nuestro intelecto si las hay, pues todo lo debemos analizar parte por parte; por ejemplo, si Sócrates va corriendo debemos analizar el pasado, el presente y el futuro de dicha acción. Dios, como conocedor absoluto, no puede dividir su conocimiento de Sócrates ni de correr, ni del tiempo en que corre. Todo es junto en una gran comprensión, pues lo simple no puede dividirse y Dios sería simple.

Respuestas a dificultades

San Anselmo nos decía que la verdad no tiene comienzo ni fin porque no se sitúa en el tiempo. Por otro lado en la mente tenemos dos cosas: la cosa en sí misma y su privación y negación, pero ninguna de estas están relacionadas con la verdad porque no tienen relación con el intelecto. 

La cosa existente es capaz de conformar nuestro intelecto porque su forma es recibida en el alma; sin embargo, aquello que no existe sólo puede estar en nuestro intelecto al modo de una especie de noción. Toda cosa que existe tiene en su interior algo que permite ser conocida porque es verdadera, pero este no es el caso de lo que no-existe. 

Por lo tanto, en la siguiente frase ''es verdad que la verdad no existe'' la verdad significaría una realidad que solamente puede concebirse en el intelecto y no por sí misma, es decir, no existe por sí misma sino que en el intelecto. De este modo, entonces la verdad sería algo eterno que está en un intelecto eterno. 

Sin embargo, la verdad no puede ser tomada como algo inexistente, o quizás puede serlo de manera accidental; por ejemplo, cuando una criatura deja de existir. Por lo tanto, no podemos decir que las cosas son eternas porque comparten la verdad, pues la verdad es algo del intelecto y no de las cosas(2)

Que Dios existiera antes de la naturaleza es una cuestión obvia, pero se debe tener cuidado con relacionar la cosa conocida con el conocimiento. Por supuesto, en un orden lógico primero tenemos el conocimiento y luego la cosa conocida, pues si lo hiciéramos en el orden invertido, tendríamos que decir que la cosa conocida (es decir, que no conoce) tiene relación con el conocimiento lo cual es un error. Es el conocimiento el que conoce a la cosa conocida. 

Así, sólo existiría una verdad entre todas y esa está en el intelecto divino.


Conclusión

Se sigue estableciendo y sosteniendo de que la verdad está en el intelecto divino. Se impone la verdad del intelecto divino que es la verdad de Dios y no la del intelecto humano. De hecho, en un segundo pensamiento se puede decir que el intelecto humano es creación del intelecto humano y así existiría una verdad. De esta forma, también se deja de lado la tesis averroista, lo que hecha por la borda de un mundo eterno. 

miércoles, 6 de febrero de 2019

Santo Tomás de Aquino - Quaestiones Disputatae de Veritas (Cuestiones disputadas de la verdad) (Parte IV: ¿Existe una sola verdad?) (1256)

Otra de las preguntas interesantes que propone Santo Tomás de Aquino en estas investigaciones sobre la verdad. ¿Existe solamente una verdad por la cual todas las demás cosas son verdaderas? Por supuesto, esta no es una pregunta exclusiva de Santo Tomás sino que más bien una pregunta que ha estado en al mente de todos los filósofos, y con distintas respuestas. Veamos lo que nos dice el gran Santo Tomás de Aquino en estas cuestiones disputadas.

Referencias:

(1) Cuando se dice que algo es increado se dice al mismo tiempo que es eterno. 


QUAESTIONES DISPUTATAE DE VERITATE


¿Existe una sola verdad por la cual todas las demás cosas son verdaderas?

Dificultades

Esto puede tener un parecer confuso, pues si la verdad es como dice San Agustín de Hipona: ''La verdad es aquello que es'', entonces habrían muchas verdades como seres. Es es el primer problema a enfrentar junto con el de San Anselmo de Canterbury quien explicaba ''la verdad'' de la siguiente manera:

  • Si es que hay muchas verdades como seres verdaderos, entonces la verdad debería cambiar así como cambian los seres verdaderos. Pero la verdad no cambia con el cambiar de las cosas porque incluso aunque la cosas sean destruidas, la verdad y la rectitud aún quedan vivas. Por lo tanto, solamente hay una verdad. 

¿Cuál sería la verdad de un hombre? la verdad de un hombre no es un hombre; tampoco serían sus huesos o sus carnes. Todas las cosas creadas son verdaderas y también las cosas no-creadas son verdaderas. Por lo tanto, bien podríamos decir que la verdad es increada(1).

Por otro lado, San Agustín dijo: 

''Dios es más grande que la mente humana''

Por lo tanto, la verdad también debería ser más grande que la mente humana. Si fuera de otra manera, entonces la mente podría tener control sobre la verdad y modificar las cosas lo cual es absurdo. La mente juzga de acuerdo a la verdad y no de acuerdo a las cosas. La mente tampoco debe ser igualada con la verdad. De ahí que Dios mismo en sí mismo sea la verdad. 

San Agustín también dice que la verdad al estar con Dios, no puede estar en los cuerpos. Como Dios es increado entonces la verdad está en las cosas increadas y permanentes (características de Dios).

 Otra prueba que Agustín postula es la siguiente:

''No hay cosa sensible que no tenga similitud con lo falso y como resultado no pueden ser distinguidos. Por ejemplo, todo lo que sentimos es a través del cuerpo. Incluso cuando los objetos no están presentes a los sentidos, nosotros podemos experimentar su presencia, como cuando estamos dormidos o delirantes''


Debido a esto, la verdad solo estaría en las cosas que no son creadas. 

Sed contra (Por el contrario)

San Agustín de Hipona también decía lo siguiente:


''La igualdad es la forma de las cosas, entonces la verdad es la forma de las cosas''

Pero muchas cosas tienen igualdad, por lo tanto muchas cosas son verdaderas, de acuerdo a San Agustín de Hipona. Como todas las cosas creadas derivan de las cosas increadas y por lo tanto la verdad sería aquel poder de hacer las cosas cognoscibles. 

Así, tampoco puede existir solo una ''conformidad entre la cosa y la verdad'' porque como la verdad es diversa muchas verdades existirían.

Respondeo (Respuesta)

En nuestra discusión anterior de este tratado habíamos dicho que la verdad se situaba en el intelecto divino y humano, éste último correspondiendo con las cosas de la realidad. Así, una cosa puede decirse verdadera cuando está absolutamente relacionada con el intelecto divino; aunque con el intelecto humano también puede ser verdad pero relativamente, es decir, siempre y cuando coincidan con el intelecto divino. 

Por lo tanto, existe una verdad para muchas cosas, así como también existen verdades para cosas verdaderas. 

Respuesta a las dificultades

De todo esto podemos decir que la verdad del intelecto humano que se une con las cosas, es una verdad que cambia y se destruye. Sin embargo, la verdad del intelecto divino es indestructible y permanece como una. 

La verdad por la cual los hombres pueden juzgar algo verdadero es la primera verdad. Sin embargo, el intelecto divino sería la verdad de los primeros principios verdaderos, los principios de los cuales todos se dirigen. 

Todas las criaturas tienen similitud con lo falso, mientras la verdad no tiene similitud con las criaturas. No obstante, todas las criaturas son formadas por la verdad divina. 

Más dificultades

Tanto las cosas como el intelecto humano deben estar acorde al intelecto divino que representa la única verdad. Santo Tomás pone el ejemplo de los colores y la luz, los colores son la especie y la luz el género.


Conclusión

Tenemos una interpretación tanto de San Agustín de Hipona y San Anselmo de Canterbury las cuales, a opinión de cualquiera, podría ser una sobre interpretación. De todos modos, es increíble ver que la demostración de la única verdad está en el intelecto divino, tal como Aristóteles relaciona el género con la especie en sus categorías. Sin embargo, sin tener la explicación del intelecto divino sería mucho más difícil explicar la verdad.

sábado, 2 de febrero de 2019

Santo Tomás de Aquino - Comentarios a Aristóteles

Santo Tomás de Aquino y Aristóteles

En la biografía de Santo Tomás de Aquino habíamos hablado sobre las diferencias que tienen estos dos filósofos. Sin embargo, nos queda ahondar aún en profundidad las diferencias de manera muy clara, ya que anteriormente lo hicimos de manera superficial.

Cuando un cristiano toma de manera filosófica los escritos de Aristóteles, inmediatamente se dará cuenta que mucho de sus principios no concuerdan con las Sagradas Escrituras, ni con la teología actual. No obstante, lo que decía en su tiempo Aristóteles no tiene menos verdad de lo que fue antes. 

San Alberto Magno, como habíamos visto en este blog, presenta a Aristóteles como una de las mentes más brillantes y más científicas del Mundo Conocido. El mismo maestro de Santo Tomás ya estaba tratando de incluir el pensamiento aristotélico en el cristianismo con resultados efectivos. Sin embargo, Santo Tomás iría mucho más allá. 

Pero ¿por qué integrar a Aristóteles a las mentes cristianas? porque Platón (y los neoplatónicos) se equivocaban mucho en sus reflexiones. Aristóteles traía más sentido común y más estudios con lo que se daba una formalidad al cristianismo; un terreno fuerte en donde pisar. El estagirita y el aquinate se reúnen en uno solo. 

Integrando a Aristóteles

Integrar a Aristóteles en la doctrina cristiana no era un trabajo fácil. Santo Tomás tuvo que encontrar en el estagirita todo aquello que pudiera integrarlo, pero era difícil, sobre todo por su idea de la eternidad del mundo.

Todos los teólogos de aquel tiempo estaban mucho más del lado de Platón, pues Aristóteles estaba más del lado de la materia que de la espiritualidad como sí estaba Platón. 

No obstante, Santo Tomás advertía a los platónicos que el filósofo ateniense también se equivocaba. Y no solo se equivocaba sino que San Agustín de Hipona, claro seguidor de las doctrinas platónicas, podía incluso aceptar las ideas aristotélicas, como por ejemplo, la creación del mundo aceptada por ambos. 

Así, Santo Tomás debió probar a todos que Aristóteles no estaba alejado de las Sagradas Escrituras. Que el mismo Dios estaba relacionado con ellas, sin duda alguna. 

Dificultades en la integración

Una de las cosas más difíciles de integrar para Santo Tomás de Aquino fue la idea de un mundo eterno. Aristóteles nos decía que el mundo era eterno porque la materia no tiene un contrario por donde provenir. En efecto, la materia no tiene límites hasta que llega la forma. 

Era una teoría difícil de rebatir y aún más de que la comunidad cristiana la aceptara, ya que implicaría que Dios no era el único eterno lo que sería una contradicción grave. 

Ahora, Santo Tomás dice que Aristóteles sólamente dice que el mundo no proviene de la naturaleza, es decir, que no viene de la materia por lo que aún está abierta la posibilidad de considerarlo en el cristianismo. 

Comentarios de Santo Tomás a Aristóteles

Teniendo la ventaja de que su maestro San Alberto Magno había comentado y estudiado todas las obras de Aristóteles, además de escribirlas para los estudiantes de las Universidades, Santo Tomás comentó la mayoría de los tratados de Aristóteles. En esa época, Santo Tomás tenía muchos libros que estudiar por lo que el tiempo se hacía aún más corto. Sin embargo, pudo comentar algunas de sus obras. 

A continuación veremos unas de las cuantas obras que Santo Tomás analizó.

Peri hermeneias (sobre la interpretación)

Este es el segundo tratado de lógica de Aristóteles donde se presentan todos conceptos de verbo, palabra, proposición, enunciación, etc. 

Recordemos que Platón en su Crátilo (o del lenguaje) decía que las palabras provenían de forma natural directamente de las cosas. Aristóteles decían que las palabras en realidad eran una convención de los hombres. Para Santo Tomás, el verbo no es una composición sino que un ser real. Un ser que es abstraído en el intelecto de modo absoluto. 

En otras palabras, para Platón las palabras provenían de las naturaleza de las cosas; para Aristóteles, son sólo nombres; para Santo Tomás, son un ser real en el intelecto. 

Física

Santo Tomás comenta de buena forma todo lo que hay en el libro de la física de Aristóteles. De hecho, será uno de sus libros fundamentales para luego explicar su propia filosofía. Es tan así, que el mismo Santo Tomás utiliza este texto para criticar los malentendidos que a juicio de él, Averroes había cometido. 

Lo que más puede rescatar es aquello del primer motor y su movimiento eterno y su influencia en los demás seres. Acuerda completamente con el estagirita. 

Sobre el cielo

Recordemos que en este libro se describen todas las teorías que Aristóteles tenía sobre el cielo, sobre todo su geocentrismo y círculos concéntricos que giraban alrededor de la tierra. Si bien muchas cosas son aceptadas de buena manera, Santo Tomás dice que estas teorías no pueden darse por ciertas tan prontamente;: siempre deben rendir exámenes para probar su vigencia y autenticidad. 

Para Aristóteles, un movimiento local debe ser necesariamente circular o recto, o una composición de ambos. No obstante, Santo Tomás no opina de igual manera y extrapola los principios de la geometría con la física. 

Quizás, con una de las cosas que más topa Santo Tomás de Aquino con Aristóteles, es el tema de la eternidad del cielo. El estagirita decía que el cielo siempre es el mismo y no es modificado por nada, pero el Aquinate nos dice que la verdad es que el cielo es movido por algo más. En efecto, si el cielo es parte del Universo del creador, entonces este debe seguir siendo movido por algo más. De esta forma, hace encajar nuevamente la doctrina cristiana.

Generación y Corrupción

Tomás acordaba con la mayoría de las cosas del tratado Acerca de la Generación y la Corrupción de Aristóteles. Quizás, lo que pudiera haber agregado Santo Tomás se relaciona con los seres intermedios y aquellos animales que presentan algunas curiosidades como las lagartijas, cuyas partes parecen estar vivas después de separadas. 

Meteorológicos

Especial dedicación tuvo Santo Tomás al libro de los meteorológicos destacando la importancia de estudiar las cosas específicas de la naturaleza y la realidad. 

Sobre el alma

Es aquí donde vemos algunas críticas y comentarios que van ensamblando la doctrina de Santo Tomás. Para el Aquinate es importante separar el intelecto de la materia y sin embargo, puede estar en potencia con respecto a las cosas en el sentido de que recibe la información de ellas. 

Une el concepto de intelecto agente y el intelecto posible, éste último el que retiene las imágenes. Estos dos intelectos están en la mente del hombre y no están separados del sujeto como lo postulaba Averroes. Para Santo Tomás, el intelecto se encarga sobre los juicios entre lo bueno y lo malo, mientras que los sentidos se encargan del placer o la aversión. 

Luego, cuando llega a la parte del alma, Santo Tomás la describe el alma de la siguiente manera:


''anima est quodammodo omnia''
(El alma es omnisciente)

Esto quiere decir que para Santo Tomás, el alma tiene un carácter universal, está presente en todas partes. De otra manera ¿cómo es que comprendemos la naturaleza de las cosas? el Aquinate nos dice que el alma tiene la forma de todas las cosas y es por eso que la puede comprender. Por eso es que el hombre, en vez de tener todas las cosas en su interior para comprenderlas, tiene el alma que le sirve como conocedora de todas ellas. 

Metafísica

De acuerdo con Santo Tomás, Aristóteles asume la existencia de un creador supremo del mundo, es decir, reconoce la existencia de Dios cuando establece que el primer motor es el que mueve y no puede ser movido. 

La interpretación del texto de Aristóteles no pretende refutar  o criticar la obra de la Metafísica, al contrario, pretende dar una perfecta legitimidad a las enseñanzas y metafísica cristiana. Santo Tomás trata de hacer totalmente suya las teorías aristotélicas, y demostrar a los cristianos neoplatónicos que las ideas del estagirita no están alejadas de Dios. 

Un problema grande que Santo Tomás tuvo que enfrentar en las interpretaciones, era la idea de que Aristóteles no aceptaba que el Ser Supremo conociera las cosas del mundo terrenal. Frente a tal teoría que pareciera acabar con el cristianismo, Santo Tomás lo toma desde otra arista, diciendo que el estagirita quería decir que los conocimiento terrenales no recibe su conocimiento universal del mundo. 

Ética a Nicómaco

Otro de los grandes libros comentados por Santo Tomás es la Ética a Nicómaco donde hace un importante cambio. Recordemos que Aristóteles nos hablaba de la importancia del punto medio, de estar en lo que es moderado y no en los extremos. Por ejemplo, el punto medio entre un temerario y un cobarde, es el valiente; alguien que es sensato frente a los peligros y no rehuye de los enfrentamientos. Es ahí donde se encuentra el hombre sabio, en el medio de los extremos. 

Sin embargo, Santo Tomás de Aquino va mucho más allá en sus planteamientos diciendo que el hombre virtuoso es el que impone el justo medio. Aristóteles nos plantea la medianía solo desde los puntos entre dos extremos, Santo Tomás nos dice que es la virtud la que establece el justo medio y no la comparación entre deficiencia y exceso. El Aquinate quiere decirnos basado en la doctrina cristiana que se es bueno no por una comparación de lo malo, sino por las virtudes que representan la bondad y la cristiandad. 

Es aquí donde Santo Tomás introduce el concepto de sindéresis que se desarrolla en la Edad Media. Este consiste en un conocimiento innato en el hombre cuando discierne entre el bien y el mal. 

Tomismo aristotélico

La influencia de Aristóteles en el Aquinate es total, tanto así que se comenzó a configurar una doctrina basada e inspirada en estos dos filósofos: el tomismo aristotélico. Podríamos decir básicamente que el tomismo aristotélico es la interpretación que Santo Tomás dio de todos los textos del estagirita. 

Conclusión

Aunque la influencia aristotélica comienza en San Alberto Magno, es finalmente Santo Tomás de Aquino quien cristianiza completamente a Aristóteles poniéndolo en una posición fundamental e importante para la Iglesia. Se acaba por lo tanto la visión platónica y neoplatónica del cristianismo, es decir, la teoría de todos los padres de la Iglesia anteriores a Santo Tomás y San Alberto. Seguiremos viendo algunas diferencias entre Santo Tomás y otros filósofos.