El alma por los romanos, neoplatónicos y padres de la iglesia
En entradas anteriores habíamos visto la importancia que los griegos le dieron al alma, y como ellos presentaban visiones distintas de la misma. Pasaron los años y son otros los protagonistas de la filosofía que, afirmándose de los mismos principios griegos comenzaron a construir su propio análisis del alma.
Concepciones del alma
Luego de la explicación aristotélica del alma que fue la que se mantuvo por mucho tiempo, esta tuvo su primer detenimiento con el filósofo romano Plotino pero veamos esto en perspectiva general.
Marco Tulio Cicerón
Para el filósofo y orador romano, el alma mantenía la misma figura de Aristóteles (hilemórfica). Sin embargo, de acuerdo con el filósofo romano el alma podría sufrir daños. En efecto, el mismo Cicerón enumera una lista de posibles dolores del alma como la ira, el furor, el odio, la enemistad, el rencor, la intemperancia, la malevolencia o el deleite.
Marco Tulio Cicerón
Para el filósofo y orador romano, el alma mantenía la misma figura de Aristóteles (hilemórfica). Sin embargo, de acuerdo con el filósofo romano el alma podría sufrir daños. En efecto, el mismo Cicerón enumera una lista de posibles dolores del alma como la ira, el furor, el odio, la enemistad, el rencor, la intemperancia, la malevolencia o el deleite.
Plotino
Este filósofo nos presentaba un quiebre en el concepto de alma, ya que la presentaba en términos muy distintos. El modo de hacerlo era muy fácil pues el mismo Plotino nos decía que para investigar un objeto debíamos considerarlo en su estado puro. Cualquier presencia de algo accesorio a lo puro sería un obstáculo para su investigación.
Sin embargo, si esto es así ¿cómo puede el humano común investigar el alma? Este necesitará realizar una introspección en su interior, en otras palabras, deberá analizar su conciencia. En este sentido, para Plotino el alma es simplemente la conciencia de cada ser humano.
Porfirio
Porfirio no sería más que el continuador de la filosofía de Plotino, asegurando que el alma es un ente prisionero del cuerpo. De hecho, es notable que este filósofo nos diga que el alma siempre es la que busca el Uno, tal como lo dijera Plotino.
Orígenes
Para Orígenes el alma procede de lo intelectual puesto que puede conocer los seres incorpóreos. También se ve que Orígenes cree en una lucha encarnizada del alma entre el bien y el mal, entre la divinidad y la materia. Así, el cuerpo se va transformando en su propia lucha.
No obstante, lo más raro que podríamos encontrar en Orígenes es su especial mención de que el alma sufre, lo que quiere decir que, quizás Orígenes creía en un alma carnal.
Tertuliano
Este filósofo vuelve a plantear una doctrina aristotélica del alma, donde nos dice que el alma en realidad es corpórea. Se dice que hasta aseguraba que el mismo Dios era cuerpo.
Esta teoría pasaría a llamarse traducianismo la cual postula que el alma proviene del cuerpo. Así, el alma derivaría perfectamente de los padres.
Gregorio de Nisa
Un filósofo aún más controversial fue Gregorio de Nisa, ya que decía que el alma no puede provenir de un lugar de almas, o de caer desde el cielo hasta el cuerpo. Al contrario, Gregorio nos dice que el alma y el cuerpo nacieron simultáneamente (al igual que Tertuliano) y que, a medida que van viviendo van purificándose los dos.
Sin embargo, Gregorio de Nisa rechazaba la idea de que el cuerpo procediera primero, por que nada inanimado, hablando de materia sin alma, podría conducir la vida de ningún ser vivo.
Por otro lado, hablando del alma, Gregorio dice, si el alma es una sustancia excelente, ¿cómo es que ella decide bajar y aprisionarse en un cuerpo? es por esto que Gregorio criticaba la posición platónica de que el alma se encierra en un cuerpo, idea parecida a la de Plotino. Además, si el alma tuviera que caer a un cuerpo sería por desgracia o por vicio, cosa imposible en una esencia sustancial.
San Agustín de Hipona
Para el filósofo cristiano de Hipona, el alma no era una investigación aparte de Dios, todo lo contrario, Dios mismo estaba en el alma, por lo que investigar el alma es investigar a Dios. San Agustín tiene al menos tres libros sobre el alma:
A pesar de todas estas razones que da San Agustín, el santo deja la idea del alma como un gran misterio a resolver. San Agustín nos dice que la verdad puede investigarse haciendo una introspección sobre sí mismo donde está el alma: en nuestro interior. Esto sería la perfecta entrega para que todos los misterios del alma agustinianos sean resueltos por otros hombres, sobre todo por los escolásticos. No obstante, los escolásticos sólo se centraron en el entendimiento aristotélico, dejando las interrogantes de San Agustín suspendidas.
Interesantísimo resumen sobre el concepto de alma en los pensadores romanos, quienes no tuvieron tanta popularidad filosófica como si la tuvieron los griegos. Me llama la atención que todos los misterios del alma de San Agustín no haya sido considerados por las autoridades intelectuales escolásticas, siendo que ellos siguieron y citaron muchas veces la obra de San Agustín (quien podría ser considerado platónico). Pareciera ser que la influencia de Aristóteles aún es demasiado grande.http://filosofiapuntes.blogspot.com/2016/10/plotino-vida-y-obra-205-270.html
- Sobre las dos almas del hombre: aquí el santo de Hipona nos dice que el alma es naturalmente buena, está fuera de todo mal. En efecto, si el alma tiene la característica de arrepentirse, entonces el bien está en su interior ya que de no poder arrepentirse, entonces el alma sería mala intrínsecamente.Recordemos que el contexto en que San Agustín nos dice esto es cuando los maniqueos presentan su mundo doble: el bien y el mal. Aquí es donde existen dos tipos de alma que se enfrentan hasta el fin de los tiempos.
- La dimensión del alma: en este libro San Agustín trata de definir el alma en términos de cuerpo, lo que no puede realizar debido a los grandes poderes y misterios incomprensibles del alma. Todo los cuerpos que existen tienen dimensiones, pero el alma no las tiene. ¿Cómo es posible entender esto? de la misma forma que se entiende la justicia; por ejemplo, ¿es la justicia larga? ¿ancha? ¿alta? para esto no habría respuesta, pero al mismo tiempo no se podría negar que la justicia existe.
- La inmortalidad del alma: aparte de asegurar que el alma es inmortal, pareciera ser que San Agustín divide el alma en dos diciendo que existe un alma divina y otra del cuerpo (seguramente la vegetativa o la sensitiva).
A pesar de todas estas razones que da San Agustín, el santo deja la idea del alma como un gran misterio a resolver. San Agustín nos dice que la verdad puede investigarse haciendo una introspección sobre sí mismo donde está el alma: en nuestro interior. Esto sería la perfecta entrega para que todos los misterios del alma agustinianos sean resueltos por otros hombres, sobre todo por los escolásticos. No obstante, los escolásticos sólo se centraron en el entendimiento aristotélico, dejando las interrogantes de San Agustín suspendidas.
Conclusión