lunes, 15 de octubre de 2018

Maimónides - Guia de los Perplejos (Libro III: La Providencia) (Parte IV: Las Leyes y Los Preceptos) (1190).

Hemos visto anteriormente las características de Dios y ahora hemos de pasar al asunto de las leyes y los preceptos del Antiguo Testamento. ¿Son las leyes de la Torah coincidentes con la moral humana? ¿o la moral humana es esencialmente com la describen las Sagradas Escrituras? Hoy hablamos de lo que se conoce como fundamentalismo que es el rigor irrestricto a las leyes religiosas , aunque cada vez esto ya da menos espacio. Veamos lo que nos quiere decir Maimónides dentro de esta tercera parte.

Referencias:

(1) Los sabeos era un antiguo pueblo semítico en lo que hoy se conoce como Yemen. 
(2) Recordemos que los preceptos que Dios entregó a Moisés fueron 613 exactamente. 
(3) Para una amplia información de todo esto véase Historia de los Judíos: Parte I
(4) Maimónides nos dice esto especialmente para hacer referencia a los Francos. 

Guía de los Perplejos


LIBRO III: La Providencia

Parte IV: Las Leyes y Los Preceptos


Capítulo XXVI, XXVII y XXVIII: Preceptos divinos de la ley sobre designios

Hay algunos designios que parecen difíciles de comprender o que bien parecen absurdos y sin importancia. Muchos sabios y eruditos se fijan en los detalles minuciosos de los preceptos, mientras que otros extraen el significado general de ellos la cual es la postura que sostiene Maimónides

No es necesario ver las Sagradas Escrituras y tratar de interpretar porqué se hacían holocaustos con determinados animales o con determinado numero de ellos. Lo que realmente importa es el significado que se le da a todo ello. 

La bondad de los preceptos

Los preceptos divinos se han hecho para asegurar la felicidad y el bienestar del cuerpo. Para consolidar esto último es necesario que se armonice la convivencia entre los hombres en sociedad. Maimónides nos dice que el hombre es por naturaleza sociable; por lo tanto, la felicidad sólo podrá alcanzarla mediante los demás. 

Luego de que sea sociable y feliz el hombre necesita ser inteligente. Son los preceptos y su estricto cumplimiento el que hace que los hombres puedan ser íntegros en la humanidad.

Capítulo XXIX: Los sabeos(1) y las estrellas

El pueblo de los sabeos tenía una creencia muy particular sobre las Sagradas Escrituras. De hecho, el mismo profeta Abraham fue educado religiosamente en este pueblo, por lo que muchas cosas son dichas de estos. 

Se dice que Abraham había sido prisionero por el rey de los sabeos para que la religión no se destruyera. Se decía que Adán y Eva venían de sus padres y no de Dios mismo. Sin embargo, estos adoraban al sol, a la luna entre otras cosas.


Capítulo XXX: Las Sagradas Escrituras y la idolatría

Los sabeos así como otros pueblos creían firmemente en la naturaleza y los objetos. Sin embargo, todas las complicaciones e incoherencias que se derivan de la idolatría no da lugar a algo sostenible en el tiempo. Las enseñanzas de Moisés, es decir, la ley enseña que todas esas idolatrías solo darían a la destrucción.

Capítulo XXXI, XXXII y XXXIII: La felicidad y la moralidad del hombre en las Sagradas Escrituras

Innecesariedad de sacrificios

Las Sagradas Escrituras fueron hechas para que el hombre poco a poco desarrollara su ''sentido'' divino en este mundo. El hombre fue adorando a Dios de distintas maneras; por ejemplo, en el Antiguo Testamento se hablaba de los holocaustos que era la manera en que los hombres tenían para adorar a Dios. Luego, con la llegada de otros profetas se comenzó a hacer de otro modo, pues cada vez el hombre iba alcanzando un conocimiento más uniforme de Dios. 


 "Porque no hablé yo con vuestros padres, ni les mandé el día que los saqué de la tierra de Egipto, acerca de holocaustos y de víctimas; más esto les ordené: Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Dios, y vosotros me seréis por pueblo"
 (Jeremías 7:22-23)

Con esto Maimónides no dice que los holocaustos de ahora en adelante están prohibidos, pero sí nos dice que no son necesarios para adorar a Dios. De hecho, el mismo filósofo nos dice que la oración puede ser hecha en cualquier parte.

El hombre en el dominio de sus apetitos y placeres

Por otro lado, el fin de la ley también sirve para que el hombre domine sus deseos, es decir, no se deje llevar por su cuerpo. Eso sí, hay que tener un mínimo de preocupación por el cuerpo, por ejemplo, la limpieza que se debe de tener del mismo. 


Capítulo XXXIV: La condición ordinaria del hombre

Las leyes de las Sagradas Escrituras fueron hechas para todos los hombres por igual. No hay casos específicos donde la ley se dicte para ésta o aquella clase de hombre, todos son iguales ante la ley de Dios. Así lo dice la Torah:

"Una misma ley y un mismo derecho tendréis vosotros y el peregrino que con vosotros mora" 
(Números 15:16)

De esta forma, tenemos que las leyes no tienen ningun caso especial, todo lo contrario, son para todos los hombres sin excepción

Capítulo XXXV - XLIX: Los preceptos en 12 categorías

Maimónides, luego de analizar la ley se propone analizar los preceptos en 12 categorías. Vale decir que estas son las categorías planteadas por Maimónides, sin aducir un valor canónico(2)

  1. Primera categoría: Conocer, amar y temer a Dios
  2. Segunda categoría: Leyes contra la idolatría: hechizos, brujería, astrología, encantamiento, sahumerio, consulta sobre los espíritus familiares entre otros. 
  3. Tercera categoría: Preceptos morales: todas las reglas morales impuestas por los mandamientos y los preceptos que los acompañan. 
  4. Cuarta categoría: La caridad: tener humildad y misericordia para quienes la merecen en una determinada situación.
  5. Quinta categoría: Reparación de perjuicios y pecados: siempre hay que tener consciencia de los daños que podemos cometer a otros. Si alguien obtiene algo de otra persona debe siempre devolverlo. Cuando se distribuye de manera equitativa las cosas, los beneficiarios son todos. 
  6. Sexta categoría: Penas y castigos: básicamente el castigo es proporcional a la pena señalada, es decir, si alguien robó algo a una persona, a ese ladrón se le tendrá que quitar algo y también aquello que robó. En otras palabras: la Ley del talión. 
  7. Séptima categoría: Equidad y honestidad: esto va para todos aquellos que son dueños de alguna propiedad, o que son poseedores de vastos territorios y que dan trabajo a personas. El pago a sus empleados debe ser siempre justo y a la hora; no deben cometer ninguna clase de injusticia con ellos. 
  8. Octava categoría: El Sabath y las festividades: estas deben ser respetadas en sumo orden y respeto en las fechas que correspondan(3)
  9. Novena categoría: La plegaria: tiene el fin de recordarnos a Dios constantemente. 
  10. Décima categoría: El Templo y sus ministros: tenía el propósito de dar jerarquías dentro de la comunidad judía. 
  11. Undécima categoría: Los sacrificios: si es que aquellos se hacen, estos deben servir para propósitos divinos o de caridad. Es una oportunidad para congregar a toda la comunidad y compartir religiosamente. 
  12. Duodécima categoría: La purificación: indispensable para entrar en el santuario y ser considerado dentro de la comunidad. La impureza puede venir de muchos sentidos por lo que es necesario que el judío esté limpio de cuerpo y alma. 
  13. Dècima tercera categoría: Bebidas y comidas: el cerdo está estrictamente prohibido dentro de la comunidad debido a sus costumbres no muy pulcras. Esto no sólo es un mandato religioso sino que también práctico, pues la crianza de un cerdo conlleva la inmundicia y los rezumaderos(4).
  14. Décima cuarta categoría: Leyes del matrimonio: estas son realmente estrictas leyes de fidelidad no sólo entre parejas sino que también entre amigos. El comercio sexual está estrictamente prohibido. 

Esta es la síntesis que Maimónides hace de la Torah para una comprensión más general de la misma. 

Capítulo L: Los preceptos que ''carecen de finalidad''

Entre los más sabios parece haber un pequeño consenso en donde se dice que la larga lista genealógica de Noé no tiene ninguna finalidad. Maimónides dice que esto no es correcto decirlo, pues tiene una finalidad muy clara.

Para aquellas personas que son un poco más perspicaces, estas podrían darse cuenta inmediatamente que entre Adán y Moisés pasaron 2500 años, por lo que podríamos preguntarnos ¿quiénes fueron los que sucedieron a Adán? de ahí que la genealogía esté presente para hacer ver quienes fueron los sucesores

Capítulo LI y LII: Amor y temor a Dios

En otras entradas hemos vistos los distintos niveles que existen de profecía y cómo éstas acaecen a los hombres. Mientras el hombre esté más cerca de Dios, más cerca estará de su amor y de su comprensión (no total, pero conocimiento al fin y al cabo).

Se debe tener la consciencia despierta siempre porque Dios está en todas las esferas de la vida. Debemos estar atentos a sus mandamientos y a lo que nos enseñó, por lo tanto, el temor a Dios debe ser considerado siempre. 

Capítulo LIII y LIV: Sabiduría y perfección

El hombre tiene cuatro clases de perfección:

  1. Posesión de dinero y objetos (la más vil)
  2. Perfección del cuerpo humano
  3. Condición moral
  4. Poseer y disfrutar las facultades intelectivas

Por supuesto, para Maimónides la última es la más importante de las perfecciones que tiene el hombre. En esta última el hombre debe poner todos sus esfuerzos, además de obedecer la voluntad de Dios. 

Conclusión

Hemos por fin terminado el último libro de esta Guía de los Perplejos que Maimónides ha dejado para la posteridad. Es increíble ver las coincidencias que este hombre tuvo con muchos otros filósofos, incluyendo a aquellos que no eran religiosos. En fin, de la filosofía religiosa no podemos estar exentos ya que de todas maneras nos entrega un gran conocimiento de la vida y del ser humano en general. Despidámonos de esta guía, pero no de la completa obra de Maimónides pues aún nos queda. 

domingo, 7 de octubre de 2018

Maimónides - Guía de los Perplejos (Libro III: La Providencia) (Parte III: Características de Dios) (1190)

Una de las cosas que más llama la atención en la teología, aparte de hablar sobre la causa del Universo, también es interesante hablar sobre las características que tiene Dios. En todo caso, es muy difícil describir algo que se supone no tiene corporeidad ni atributos, es decir, de acuerdo con los filósofos, lo único que podríamos destacar de una cosa es por medio de sus atributos, pero Dios no los tiene. Si es así, veamos entonces cómo es que Maimónides nos habla de Dios y sus características en los siguientes apuntes.

Referencias:

(1) En sete detalle tendríamos que ahondar en el concepto de ''milagro'' y ver si estos caen en esa categoría de hacer de lo imposible posible. Pronto dedicaremos una entrada a este concepto.
(2) Es decir, Maimónides se opone al ocasionalismo.  



 Guía de los Perplejos


LIBRO III: La Providencia

Parte III: Características de Dios


Capítulo XIV y XV: La omnipotencia divina

A Dios no se le atribuyen cosas imposibles, es decir, no puede hacer cosas que caigan en un absurdo; por ejemplo:

  1. Crear otro ser igual que él.
  2. Aniquilarse
  3. Corporeizar
  4. Transformarse

Sin embargo, esto no significa que no sea omnipotente, pues lo imposible es imposible. Cae dentro de un orden que es inalterable. Por lo tanto, no es posible pedirle imposibles a Dios pues no cabe dentro de su poder hacer lo que no está dentro de un orden(1)


Capítulo XVI: La omnisciencia de Dios 

Una de las ideas que los filósofos han introducido en la religión parecen atacar la imagen de Dios. Muchos se preguntan que, en efecto, Dios conoce todas las cosas pero ¿conoce las cosas que no son él?

Esto lo sacan desde el siguiente punto de vista. Dios parece ignorar las injusticias de la vida dándole poder a los que no lo merecen. Ahora, si Dios conoce totalmente todas las cosas que ocurren entonces se darían 3 casos:

  1. Dios administra y ordena todo perfectamente.
  2. Dios tropieza con obstáculo imposible de superar y por eso ignora las injusticias.
  3. Dios lo sabe todo pero lo ignora y abandona aquellas cosas injustas. 

Por supuesto, las dos últimas serían inconcebibles porque esto admitiría un detrimento en la omnipotencia de Dios. Dios no percibe de manera sensorial porque es incorpóreo y solo conoce las especies.


Capítulo XVII: La providencia

Sobre la teoría de la providencia se dicen por lo menos cuatro cosas desde la antigüedad.


  1. Primera teoría: No existe providencia y todo el Universo es producto de la casualidad y el accidente. Epicuro fue el que postulaba esta teoría diciendo que los átomos conformaban el Universo al azar. Aristóteles lo refutó.
  2. Segunda teoría: Hay una parte del Universo donde existe la Providencia, mientras la otra está completamente abandonada. Alejandro de Afrodisias nos decía que Dios llegaba hasta la Luna en orden descendente. bajo este respecto, Alejandro cree que Dios es parte del Universo con un definido límite.
  3. Tercera teoría: En el Universo nada existe al azar por lo tanto todo tiene un orden. Esto quiere decir que Dios está involucrado en todas las causas ya sean grandes o pequeñas; estas teorías fueron propuestas por los árabes, sobre todo por Al-Ghazali. Maimónides discrepa de esta teoría porque hay personas que nacen ciegos o leprosos, por lo cual no se les puede adjudicar pecado ni mal alguno.
  4. Cuarta teoría: El hombre posee voluntad propio y por eso el hombre debe estar consciente de los mandamientos y las prohibiciones que tiene. Esta teoría pertenece a los mutazilá.
  5. Quinta teoría: La que tiene relación con la ley judía. En otras palabras, el hombre es culpable de sus propios infortunios.

Sin embargo, Maimónides ofrece una nueva perspectiva diciendo que no cree que Dios esté en todas las causas, sino que solamente se atañe a los hombres(2). Maimónides propone algo distinto, que las cosas que ocurren en la naturaleza son puro azar (como lo diría Aristóteles), mientras que Dios se ocupa de las cosas del hombre. No obstante, también dice Maimónides que el hombre tiene un libre albedrío y que no está intervenido por Dios. 

¿Por qué? más allá de Maimónides está el cuestionarse sobre el motivo por el cual Dios se centra más en el hombre que en los otros seres. De ahí que se explique el holocausto de animales pues lo animales no estarían ''protegidos por Dios''. En otras palabras, como el hombre está dotado de inteligencia, todos los demás seres son sometidos a él como así Dios lo ordenó.

Capítulo XVIII: Sólo la humanidad participa de Dios

Las especies y géneros solo existen en el pensamiento, mientras que lo que existe en la realidad son individuos concretos. Todos estos individuos tienen grados de perfección hasta que Dios se comunica con ellos; con los profetas. El mismo Aristóteles dijo que:

''Los que aciertan a elevar sus almas de virtud en virtud, obtienen, conforme enseñó Platón, en altísimo grado la protección divina"
(Aristóteles, Ética a Nicómaco)

Por supuesto, dicho grado de perfección es seguir los mandamientos de la antigua Torah. 

Capítulo XIX: Dios no ignora las cosas humanas

Dios no está ajeno a las cosas del hombre como se puede pensar, en efecto, porque ciertas veces en el mundo reina el caos por culpa del hombre. Sin embargo, esto no es cierto pues Dios sí está en los asuntos del hombre. 

Cuando se dice que Dios no ve lo que hace el hombre, Maimónides cita al mismo rey David quien dice: ''Si Dios no viera lo que hace el hombre ¿cómo es que le pudo dar órganos para ver?'' Es imposible que creando Dios a los mismos hombres, no pudiera tener noticias de ellos además de ser omnisciente y omnipotente. 

En fin, quienes dicen que Dios ignora las cosas porque no pasaron como ellos querían, no es nada más que un capricho de ellos. 

Capítulo XX: Conocimiento humano y conocimiento divino

Dios no puede adquirir conocimiento en un momento dado pues es eterno. Su conocimiento no cambia y por lo tanto es permanente y uno solo, y si fuera plural ya no podría ser Dios. Bajo este aspecto, Dios sólo conoce lo que es permanente e inmutable.

Sin embargo, existen ciertos filósofos que aseguran que Dios ni siquiera conoce las cosas permanentes, debido a que eso también generaría una pluralidad de conocimientos. Lo que olvidan estos filósofos, dice Maimónides, es que el conocimiento humano no es el conocimiento divino. 

El conocimiento divino sería como un manto que cubre muchas cosas; es decir, el conocimiento es uno solo y lo que comprende son muchas cosas. 

Capítulo XXI: Dios conoce su obra

El conocimiento de Dios no deriva de la adquisición sino que es un conocimiento permanente y de causa. Nuestro conocimiento es adquisitivo y por lo tanto jamás podríamos conocer la totalidad de las cosas ni lo que es infinito, como sí lo hace Dios. 

A conclusión, podríamos decir que el conocimiento infinito nos dice obviamente que es existente e interminable; y por lo tanto, no es posible que no pueda conocer a los hombres. 

Capítulo XXII: La historia de Job y la providencia

Del libro de Job encontramos numerosas características de Dios. Sin embargo, el libro de Job es sólo un relato poético. Job no existió, asegura Maimónides, y ninguno de los grandes sabios ha podido precisar su período de vida. El relato de Job solo nos enseña sobre la constancia de un judío que de repente se ve aproblemado por un repentino infortunio. 

Job era un judío que en un principio tenía una vida bendecida ya que seguía los preceptos bíblicos. Un día, el Diablo le apuesta a Dios que si Job comenzara a sufrir infortunios, éste emprendería una furia contra Dios culpándolo de su infortunio. Dios acepta y Job comienza a sufrir toda clase de infortunios; entre estos, el Diablo mata al ganado, a sus hijas y lo llena de pústulas.

Job culpa a Dios de todos sus infortunios, pero luego habla con Dios y se da cuenta de que estaba equivocado en culpar a Dios. Acto seguido Dios le restituye toda su fortuna. 

Esta es una enseñanza a la comunidad judía para que todos sus miembros mantengan su fe con Dios, y no opten por lo más fácil que sería culpar a Dios. Muchos pueden perder la fe en situaciones como perder a un hijo, mientras que otros siguen manteniéndola a pesar de esta difícil situación. En pocas palabras, no podemos alabar a Dios sólo en los momentos de justicia y fortuna, todo designio de Dios se da en un orden. 

Capítulo XXIII: Job y las teorías de la providencia

Debemos mencionar algo más sobre la historia de Job. Cuando Job comenzó a padecer de los infortunios mencionados, sus amigos (Elizaf, Bildad y Zofar) decían que lo que le estaba pasando era merecido pues era acto de Dios, y Dios nunca se equivoca. Por lo tanto, lo que Job estaba pasando era totalmente justo. 

Sin embargo, Maimónides le da otra mirada a lo que ocurre a Job. De alguna manera, Job tiene un despertar en su conocimiento, es decir, primeramente se encontraba bien en su estado de fortuna y así el pensaba que ese era su estado supremo. Luego, Job, después de sufrir sus infortunios supo que no era así: 


 "De oídas te había oído; pero ahora mis ojos te ven. Por eso me aborrezco y me arrepiento en el polvo y en la ceniza"
(Job 52:5-6)

Luego el mismo Dios protege a Job diciendo:

"Vosotros no me habéis hablado lo recto, y mi siervo Job sí" 
(Job 42:7)

En este sentido, Dios, hablándole a los amigos de Job dice que Job si hace lo correcto y que ellos lo juzgan mal. 

Podemos ver aquí que Dios hace que los hombres aprendan la lección de no ufanarse de los bienes materiales. 

Capítulo XXIV: Tentaciones y pruebas

Se piensa que Dios envía grandes infortunios para que los hombres reciban un escarmiento, pero Maimónides nos dice que sus pruebas son oportunidades para alcanzar algo mejor. 

"Que te sustentó con Maná en el desierto, afligiéndote y probándote para hacerte bien a la postre" 
(Deuteronomio 8:16)

Así es que Dios probó a Moisés en el desierto de Canaán para que luego el pueblo llegara a la tierra prometida. 

Capítulo XXV: Las obras de Dios no carecen de finalidad

Los actos humanos se dividen en cuatro:

  1. Indeterminado: cuando carece de propósito.
  2. Intrascendente: cuando persigue algo trivial o innecesario.
  3. Vano: cuando una acción no logra su objetivo.
  4. Buenos: cuando la acción tiene un propósito que se alcanza.

Sería ridículo decir que Dios tiene acciones indeterminadas, intrascendentes o vanas, pues nada puede interponerse a la voluntad de Dios. Esta no tiene ningún obstáculo y de ahí que todas sus obras sean buenas, en cuanto que todas son perfectas. 

Conclusión

En general, este es el pensamiento de Maimónides correspondiente a las características de Dios. Vemos una postura interesante del filosofo judío pues se opone totalmente al ocasionalismo de los filósofos árabes como Al-Ghazali. Realmente es complicado porque si se niega la omnipotencia de Dios con respecto a todas las cosas, tendremos que decir que Dios no es omnipotente. Por otro lado, la prueba de Maimónides parece ser correcta al decir que Dios sólo se ocupa de las cosas del hombre. Esta discusión sobre la omnipotencia no quedará exclusiva en estas paginas, aún hay mucho que revisar. 

Maimónides - Guia de los Perplejos (Libro III: La Providencia) (Parte II: El hombre y la naturaleza) (1190).

El hombre tiene una relación perenne con la naturaleza y así lo hemos visto directamente a través de la filosofìa.Siempre  hemos querido comprender las distintas aristas de la naturaleza viéndolo en la misma, o ya sea por medio de otras ciencias. Los misterios de la naturaleza son insondables y aún más son aquellos relacionados con la metafísica la cual es tan difìcil de comprender. Veremos en estos capìtulos como el hombre es vinculado con la naturaleza y con Dios.

Referencias:

(1) El mismo pensamiento de San Agustín de Hipona. 
(2) Pero también aclaraba que su fin era ser feliz. 

Guía de los Perplejos


LIBRO III: La Providencia

Parte II: El hombre y la naturaleza

Capítulo VIII y IX: Necesidades corporales


La materia es todo aquello que cambia y se mueve constantemente. Siempre está dispuesta a recibir algo nuevo desde otro cuerpo. Así también es la parte placentera del hombre que pareciera ser que nunca se sacia. Es por esto mismo que el hombre, para evitar su perdiciòn, necesita alejarse de las cosas placenteras y acercarse a la inteligencia. 

Así, el hombre alvanzarà su mayor grado de perfección, además de adorar a Dios. Eso lo han dicho los filósofos hace cientos de años, sin embargo, Maimónides añade otra cosa más que es el pensamiento. En efecto, cuando se piensa en el pecado se mancilla el alma. El alma no debe ser utilizada para rendir culto a las cosas que causan placer, sino que todo lo contrario, se debe adorar al creador de aquellas cosas. 


Capítulo X y XI: Dios no ha creado el mal

El mal es básicamente una privación del bien, es decir, es una ausencia de bien. Un mal para el hombre es la muerte y la muerte es justamente la inexistencia del mismo. También serían privaciones la enfermedad, la pobreza y la ignorancia. 

Por eso, no puede decirse que Dios creó el mal, ya que Dios crea todo lo que es existente y todo lo que es existente es bueno(1). Así lo dice el Génesis:

 "Y Dios vio todo lo que había hecho, y he aquí que todo era muy bueno"
(Génesis 1, 31)

El mal existe en cuanto se manifiesta en un cuerpo, ya que lo que es incorpóreo es totalmente bueno (como Dios y los ángeles). En un segundo pensamiento, Maimónides dice que hasta el mal puede ser bueno para que el Universo tenga cierto equilibrio. 

El único modo en que el hombre se hace el mal a sí mismo es cuando es ignorante. Los hombres sabios se prestan ayuda mutua, por lo tanto, el único que ocasiona el mal es el hombre mismo.  

Capítulo XII: Las tres clases de mal


Uno de los grandes errores que comete el hombre es creer que cuando le pasan cosas malas, es el Universo el que es malo con él. Sin embargo, el hombre debe darse cuenta que considerando el Universo, su problema será muy pequeño. En este respecto, el hombre debe saber su jerarquía en la vida y saber que el Universo no es sólo para él. 

De aquí que se deriven tres especies de males para los hombres:


  1. El primer mal trata sobre la dependencia que tiene el hombre a la generación y destrucción de su propio cuerpo. 
  2. El abuso de la fuerza que un hombre aplica en otro.
  3. Los malos que el hombre se causa a sí mismo. 

Así, uno de los males más frecuentes es el tercero que se produce por medio de los placeres del cuerpo. Cuando el hombre se aboca a estos placeres siempre está en el riesgo de padecer males terribles. Es así que el hombre debe ser sabio e inclinarse por la sabiduría de Dios, y no por las necedades del hombre común que lo llevará a aquellos placeres. 

Capítulo XIII: El designio del Universo

Preguntarse sobre la finalidad del mundo o del Universo es infructuoso. Incluso si se analiza la filosofía de Aristóteles la cual propone que, siendo el Universo infinito, no valdría de nada preguntarse cuál es la finalidad de este mundo. Quizás, el único razonamiento válido para ver la finalidad del hombre es para procrear y perpetuar la especie(2)

En cambio, para los judíos y para Maimónides, el Universo que ha sido creado por la voluntad de Dios y no habría más que preguntarse. El hombre debe servir a Dios y esa sería su finalidad en el Universo, pero la finalidad de Universo no es relevante aclararla. 

Conclusión

En resumen, vemos aquí la relación y la separación que existe entre las cosas que hace el hombre y las cosas que hace Dios. El hombre está totalmente sometido a la corporeidad y por eso es proclive a caer en el mal muchas veces. Vamos también el apoyo a la teoría agustiniana de que el mal es ausencia de bien y que además es responsabilidad del hombre. Sigamos viendo lo que nos toca de este capítulo que se ha puesto filosófico e interesante. 

jueves, 4 de octubre de 2018

Maimónides - Guia de los Perplejos (Libro III: La Providencia) (Parte I: Concepto sobre las visiones) (1190)

Si hemos sido atentos a la lectura, veremos que Maimónides siempre comienza clarificando algunos conceptos bíblicos judaicos que causan mucha confusión y mal interpretación. El caso de las visiones de algunas profetas puede ser el ejemplo más claro, pues aquí se ve como muchos de los lectores del Tanaj no logran comprender de manera eficiente la alegoría latente en cada una de las oraciones. Para esto está el tercer libro de esta Guía de los Perplejos que nos disipará las dudas con respecto a aquellos temas. 

Referencias:

(1) El targum era una antigua traducción de la biblia en arameo. 

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LIBRO III: La Providencia

Parte I: Concepto sobre las visiones


Capítulo I: Las cuatro fases

En los libros de Ezequiel se habla de algunos hombres que tienen rostro de animal, y en efecto, muchos humanos tienen rostro de animal. El mismo profeta decía que había visto un rostro de hombre, otro de buey, de toro y de águila. Expliquemos estos conceptos.

Capítulo II y III: Las palabras Hayyot y Offanim 

El profeta Ezequiel dijo ver cuatro rostros de animales. A esto se le llama Hayyot, y cada cual tenía cuatro rostros, cuatro alas y cuatro manos que en su conjunto conformaban un hombre. Aquí da algunas características de los hayyot:

  • Eran luminosos
  • Uniformes 
  • Sin curvatura
  • Se mueven en la misma dirección
  • Pueden volar
  • Son rápidos
  • Eran dirigidos por la voluntad de Dios

Por otro lado, tenemos otro tipo de cuerpos llamados Offanim que tienen las siguientes características. 

  • No tienen forma de hombre o de cosa viva
  • Tienen cuatro rostros 
  • Tienen forma de rueda
  • Están cubiertos de ojos
  • Movimiento sin curva ni desviación
  • Movimiento recto 
  • Son esféricos

La relación entre el Hayyot y el Offanim es que el primero dirige al segundo. Es decir, puede relacionarse con que lo vivo maneja a lo no-vivo. 

La visión de Ezequiel

El mismo Ezequiel es quien tiene visiones sobre los Hayyot; de hecho, el primer Hayyot que ve es un querubín. Por lo tanto, los Hayyot y los querubines serían la misma cosa. Así declara el mismo Ezequiel:

''Este es el animal que yo vi debajo del Dios de Israel en el río Chebar" 
(Ezequiel 10:15)

Podríamos decir que los Hayyot tienen una característica especial al estar debajo de Dios. 

Capítulo IV: Ofan por Gilgal

Ofan es el singular de Offanim y en el Targum(1) se tradujo por ''Gilgal'' que significa literalmente ''rueda''. Esta traducción aparece en el libro de ''Los Macabeos'' donde aparece el mismo jefe de estos: Jonathan Macabeo. 

Capítulo V y VI: Aclaración de las visiones

Como sabemos, Ezequiel tenía las visiones de los Hayyot que eran superiores a los Offanim. En este sentido, tendríamos que el hombre esta por encima de los Offanim y por debajo de los Hayyot si consideramos que los Hayyot son lo mismo que los ángeles. 

Las visiones que tenía Isaías eran las mismas de Ezequiel pues él también vio ángeles. 

"Vi al Señor sentado sobre un trono, alto y sublime, y su cohorte henchía el templo, y encima de Él estaban serafines: Cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, y con dos sus pies, y con dos volaban" 
(Isaías 6:1)

Recordemos que los serafines forman parte de los ángeles nombrados en el trabajo anterior de Maimónides llamado ''Mishné Torah''.

Capítulo VII: El Merkaba

Se decía que el Merkaba era el carro de Dios llevado por 4 querubines. Era una especie de carro místico que se malinterpretado a través de la historia. Así, quienes se equivocan dirán que el carro es parte de Dios, pero por supuesto nada puede estar por encima de Dios. 

Conclusión

Este es el aspecto preliminar de cada introducción de este tratado; es decir, la aclaración de conceptos que pueden confundir. En efecto, mucho se ha hablado de ciertos ''animales'' que se describen en la biblia, tratando de dar a esta un toque místico y misterioso, pero la verdad es que es otra cuestión interpretable desde el punto de vista judío al menos. Ahora nos enfocaremos a desarrollar cosas filosóficas. 

sábado, 29 de septiembre de 2018

Maimónides - Guia de los Perplejos (Libro II: La existencia de Dios) (Parte IV: Profecía y filosofía) (1190).

Anteriormente habíamos desarrollado los distintos modos en que la filosofía de Aristóteles nos describía el Universo. Maimónides se encargó de refutar los pensamientos del estagirita y ahora nos ofrece en profundidad la mirada de las Sagradas Escrituras con respecto al Universo y a la naturaleza. ¿Podrá compararse la Sagrada Escritura al escepticismo y análisis de la filosofía? Muchos filósofos han tratado de unir estos dos conceptos, pero les ha sido muy difícil veamos lo que tiene para nosotros Maimónides

 Guía de los Perplejos


LIBRO II: La existencia de Dios

Capítulo XXVII: Religión y la destrucción del Universo


En la parte III de este tratado Maimónides probó que el Universo había sido creado por Dios y no por designio de la naturaleza, además de tampoco ser eterno. ¿Qué significa esto? ¿que el universo se destruirá irremediablemente? No, de hecho Maimónides dice que no tiene objeción para decir que el Universo puede existir para siempre. 

Dice Maimónides, la existencia o la inexistencia de las cosas solo es posible por la voluntad de Dios. Ningún profeta ha afirmado la extinción o destrucción del Universo; al contrario, hablan sobre la perdurabilidad del mismo.

Capítulo XXVIII: Las Sagradas Escrituras sobre la Indestructibilidad del Universo

En las Sagradas Escrituras parecieran existir evidencias de que el mundo no se destruye; por ejemplo, lo dicho por el rey Salomón:

''Cuanto Dios hace, será para siempre; nada le puede ser añadido ni quitado"
(Eclesiastés 3:14)

Este pasaje hace que Maimónides no tenga una certeza de que el universo fuera a ser eterno. En algunos otros pasajes se presentan otras oraciones que podrían malinterpretarse. 

De hecho, uno de los profetas de las Sagradas Escrituras pareciera ser muy apocalíptico en algunos pasajes, sin embargo, la interpretación en este sentido debe ser cuidadosa. Aquí tenemos algunas de las frases:

''Porque las estrellas del cielo y sus constelaciones no darán su luz; el sol se oscurece en su ocaso, y la luna no hará que brille su luz''
(Isaías 13:10)

"Por eso sacudiré los cielos y arrancaré de su lugar a la tierra, en la ira del Señor de los ejércitos"
(Isaías 13:13)

"Entonces la luna será confundida, y el sol avergonzado, cuando reine el Señor de los ejércitos"
(Isaías 24:23)

''Y cuando te haya muerto, cubriré los cielos, y entenebreceré sus estrellas; y velaré el sol con una nube, y la luna no dará su luz. Todos los brillantes luminares del cielo se oscurecerán, y pondré tinieblas sobre la tierra, dice el Señor"
(Ezequiel 32:3-7)


Muchos profetas han dado declaraciones como esta, pero la verdad es que estas no se deben tomar literalmente, sino que de forma figurada. De hecho, lo que dice Isaías es parte de lo que se vivió en la época de Nabucodonosor y Senaquerib. Por supuesto, toda esta metáfora hablada por Isaías es solo una forma de describir lo terrible que fue. 

Capítulo XXX: Interpretación filosófica del Génesis

Primero y principio

En la lectura bíblica, primero no es lo mismo que principio. Primero sería solamente la posición entre una cosa y otra, mientras que principio es un constructo fundamental de algo. Por eso, cuando decimos principio es que nada más puede ser precedido, pero cuando decimos primero, aquello que es primero puede ser precedido por algo y volverse segundo. 

Capítulo XXXI: Principios del Sabbat

Los principios del Sabbath son fundamentales en la religión judía, ya que se exhorta a adorar a Dios y la creación. Es un día de descanso para aceptar y reflexionar sobre la idea de la creación y celebrar el día que Dios liberó a su pueblo de Egipto. 

Capítulo XXXII: Entender la profecía

Estas son las opiniones de aquellos que entienden la profecía de la siguiente manera:

  1. Dios elige a una persona que le plazca, le infunde el espíritu de la profecía sin importar si la persona es sabia o necia. 
  2. Es un estado de perfección que un hombre ha alcanzado por medio del estudio. Es una facultad natural del hombre que debe desarrollarse
  3. Se alcanza por medio del estudio, pero debe ser por medio de la voluntad de Dios. 

Por supuesto, Maimónides está de acuerdo con la tercera opción de las presentadas. Además, afirman que ningún necio puede recibir la profecía, en cuanto que no representa el mérito para obtenerlo. 

Capítulo XXXIII - XXXV: Moisés en el Sinaí

Moisés fue uno de los profetas más importantes de la historia bíblica. Recordemos que él fue al único que Dios se dirigió tan directamente, a diferencia de otros profetas. Por otro lado, muchas de las cosas que Dios le dijo a Moisés en el monte Sinaí fueron inentendibles para los que lo acompañaban.

 "y no se levantó nunca profeta en Israel como Moisés, que haya conocido al Señor cara a cara"
(Deuteronomio 34:10)

Con este respaldo de la biblia, al menos se dice que antes de Moisés no había existido profeta parecido. 

Capítulo XXXVI - XXXIX: Facultades de los profetas

Primero que todo, los profetas deben pasar por la facultad racional, perfeccionarla y luego pasar por la facultad imaginativa. Ningún hombre puede ser profeta si no tiene desarrollada la facultad imaginativa, pero tampoco si solo tiene la racional.

La facultad imaginativa tiene que ver con los sentidos y la habilidad de formar imágenes. La función de la profecía se cumple cuando todos los sentidos están en reposo como a veces ocurre en los sueños. La profecía puede suceder tanto como visión o tanto en sueños. 

Sin embargo, deben haber ciertas perfecciones de las facultades:

  • Perfección mental
  • Perfección imaginativa
  • Perfección moral

Hay diversos modos de profeta, pues muchos de ellos eran menos perfectos que otros (como el caso de Moisés). La inspiración nunca caerá sobre un hombre lánguido o triste.

Los filósofos y profetas se distinguen por dos cosas únicamente; los filósofos usan la facultad racional en desmedro de la imaginativa, y los profetas utilizan las dos en perfecto equilibrio. Por lo tanto, todos aquellos que dicen haber alcanzado el nivel de profecía sin haber estudiado, realmente no son verdaderos profetas. Estos profetas carecen de lógica y se dejan llevar poderosamente por su imaginación.

Facultad intuitiva

La facultad intuitiva se da cuando la facultad imaginativa se presenta sana y robusta, es decir, en buenas condiciones. Si se da esto, un poco de facultad racional será necesaria para predecir hechos futuros entre otras cosas. 

Diferencias entre Moisés y los otros profetas

Existieron muchos profetas judíos como Eber, Chem, Noé Matusalem y Enoch, pero ninguno de ellos dijo a los hombres que fue encomendado por Dios. 

Abraham habló e instruyó a su familia, pero tampoco dijo que había sido enviado por Dios ni nada parecido. 

Los profetas que continuaron a Moisés nunca tuvieron las mismas facultades que él. Ellos solo advirtieron al pueblo de los acontecimientos que se avecinaban debido al pecado. 


Capítulo XL: Prueba para la profecía

El hombre es por naturaleza un ser social que siempre busca crear comunidades. Entre estas hay hombres muy distintos; unos osan matar incluso a un familiar y otros no matarían ni a una hormiga. Por esta razón, las leyes permiten que estas dos naturalezas puedan convivir juntas por medio de reglas que, si bien no surgen de la naturaleza, no están alejadas de ellas.

Los legisladores y profetas son las autoridades entre los hombres, pero entre ellos existen ciertas diferencias. Veamos algunas de las leyes de los legisladores:


  • Leyes políticas: las que regulan la convivencia
  • Leyes divinas: educación o instrucción

Por supuesto, las segundas son las más importantes porque son las que instruyen al pueblo a seguir un determinado camino. Muchos profetas que parecían letrados se jactaban de los conocimientos que tenían, pero estos no son verdaderos profetas. Aquellos profetas que miran los placeres y los bienes materiales como algo preciado no son profetas. Son profetas aquellos que miran el conocimiento y la voluntad de Dios. 

Capítulo XLI - XLIV: Cómo viene la profecía

Las visiones ocurren regularmente en el sueño y su interlocutor puede ser un ángel o el mismo Dios. La comunicación puede ocurrir de la siguiente manera:

  1. El profeta escuchó las palabras del ángel en el sueño o en una visión.
  2. Relata las palabras del ángel sin decir que fue en un sueño o en una visión.
  3. El profeta no habla sobre el ángel.
  4. Presenta su profecía diciendo que Dios le había hablado. 

Estas son las distintas maneras que en la biblia se ha visto cómo es que los profetas se comunican con la presencia divina. 

Hay que entender las señales de los profetas como alegorías. Entre los profetas, existen muchos símbolos que nos indican variadas alegorías:

Zacarías: Candelabros, Caballos y Montañas
Ezequiel: Cerrojos
Amos: Muro hecho a plomo
Daniel: Animales
Jeremías: Olla hirviente

Sin embargo, esto no solo ocurre con los objetos sino que también con las palabras. Por medio de la etimología, las palabras y sus significados pueden ser descubiertos. 

Capítulo XLV: Diversos grados de profecía

Maimónides comienza a enumerar los grados proféticos:

  1. Auxilio divino que se le da a una persona. El profeta es llamado a hacer un acto de liberación al pueblo, de guiar a un pueblo o de entregar felicidad al mismo. Al principio el profeta dice no ser capaz, pero luego se le infunde el espíritu del señor para hacerlo. 
  2. El profeta siente que algo desciende sobre él y luego se siente capaz de hacer lo que le fue encomendado. En ese momento, el profeta puede hablar sobre temas teológicos, políticos y exhorta a los ciudadanos. 
  3. El profeta ve una alegoría en un sueño como pasó con Zacarías. 
  4. El profeta oye algo en un sueño de manera clara y distintiva sin ver quien la emite, como le pasó a Samuel. 
  5. Una ángel habla al profeta en un sueño. 
  6. Una persona se dirige al profeta en sueños como en la profecía de Ezequiel.
  7. Pareciera que al profeta le hablara Dios en el sueño como le pasó a Isaías. 
  8. Al profeta se le aparece algo como en visión profética; figuras, por ejemplo. 
  9. El profeta oye palabras en una visión profética. 
  10. El profeta ve un hombre que le habla en la visión profética. 
  11. El profeta ve un ángel que le habla en la visión profética. De hecho, este es uno de los grados más perfectos en la profecía.

Estos son los diversos grados, obviamente, los grados más altos son aquellos donde se habla de una ''visión profética'' mientras que los otros grados son inferiores cuando se habla de un sueño. 

Capítulo XLVI - XLVII: Interpretación de las alegorías

Todo lo que los profetas han soñado o manifestado en palabras que a primera vista puede ser fantásticas, en realidad son formas alegóricas de contar lo que vieron. Nada de lo que ellos vieron en sueños ocurría en la realidad al mismo tiempo, todo aquello se debe tomar de forma alegórica. 

Maimónides nos dice que nadie tan necio puede tomar de manera literal las hipérboles que ocurren en la biblia. Veamos algunas:

 "Las montañas y colinas romperán a cantar, y todos los árboles del bosque os aplaudirán con sus manos"
(Isaías 55:12)

"Ciudades amuralladas y fortificadas, que se alzan hasta el cielo" 
(Deuteronomio 1:28)

Por eso, no podemos decir que las Sagradas Escrituras deban tomarse de manera literal.

Capítulo XLVIII: Fenómenos naturales

Si vamos descendiendo a modo de encontrar la causa de todas las cosas nos remitiremos inmediatamente a Dios, esto quiere decir, que Dios es el que acomete todas las causas del Universo. ¿Incluso a aquellos hombres que cometen el mal? si, pero no por esto se dice que Dios cometió el mal. Un ejemplo claro de esto es el de Nabucodonosor II cuando se apoderó de Jerusalén. 

"Yo he mandado a mis santos, y he convocado también a mis héroes, para mi ira"
(Isaías 3:3)

"Yo enviaré al babilonio aventadores que lo avienten" 
(Jeremías 51:2)

Podríamos decir que Nabucodonosor II hizo el mal indirectamente ya que fue mandado por Dios, quien determinó dicho asalto.

Conclusión

Al igual que en el pensamiento árabe, Maimónides pone de manifiesto aquí la superioridad que tiene la profecía por la filosofía. En efecto, la filosofía trata de escapar de la facultad imaginativa mientras que la profecía combina las dos. Sin embargo, es muy difícil (a pesar de que Maimónides lo explique) encontrar un hombre que cumpla con las características de un profeta. Además, ¿cómo saber si aquello es verdad? tendríamos que esperar a que todo lo dicho por él se manifieste, pero la interpretación de los hechos siempre es algo engañoso. Terminamos con el Libro II para seguir con el último libro de esta ''Guía de los perplejos''. 

miércoles, 26 de septiembre de 2018

Maimónides - Guía de los Perplejos (Libro II: La existencia de Dios ) (Parte III: Naturaleza y Universo) (1190).

Maimónides, no contento con la exposición sobre el Universo que hizo en el capítulo anterior, decide crear otro capítulo sobre lo mismo pero esta vez incluyendo a la naturaleza. Por supuesto, tal y como lo hemos visto a lo largo de este tratado, la guía o la base de Maimónides será el pensamiento aristotélico. ¿Será que nadie puede escapar del pensamiento del estagirita? al menos Maimónides no pudo, pero eso no significó que pudiera modificar e incluso mejorar algunos aspectos. Veamos al filósofo judío de esta entrega.

Referencias:

(1) La misma conclusión que hacía Averroes sobre el Universo.
(2) Un rabino en la época del Tanaim. (Siglo I - II d. C.)



Guía de los Perplejos


LIBRO II: La existencia de Dios

Capítulo XIX: El designio de la naturaleza


Todos los filósofos sostienen la idea de Aristóteles sobre la inherencia del Universo en Dios. Si es así, todos los demás seres y cosas del mundo quedarían en un estado de permanencia, es decir, no podría perecer. 

Es en este punto que Maimónides construye un diálogo ficticio entre él mismo y un discípulo de Aristóteles


  • Maimónides: Si todas las cosas del mundo sublunar poseen una materia en común ¿cómo es que pueden dividirse en género y especie?
  • Aristotélico: Porque la composición que está en el ser es distinta. 
  • Maimónides: las composiciones capacitan a la sustancia para que se de forma en las cosas, pero ¿qué es lo que preparó a la sustancia primera?
  • Aristotélico: todas las substancias toman la forma o de la tierra o del fuego o del aire o del agua dependiendo de la situación en la que se encuentren. 
  • Maimónides: por lo tanto la sustancia de los cielos ¿es la misma que la de los elementos?
  • Aristotélico: No. La substancia es diferente de la forma. 

Ahora, la pregunta para Aristóteles sería ¿quién dio la forma a las cosas? porque la sustancia no es la que da forma a las cosas. Por lo tanto, tendríamos que decir que la totalidad de las cosas (el Universo) fue hecho por un designio de Dios y no por la naturaleza.

Capítulo XX: Cómo Aristóteles explica los designios de la naturaleza

Como sabemos, Aristóteles rechazaba la creación espontánea por lo que se podría pensar que la naturaleza es designio de Dios (imaginando que nada es espontáneo y todo tiene un orden). De hecho, Aristóteles nos dice que todas las cosas tienen una causa eficiente.

Capítulo XXI - XXII: La necesariedad del Universo

Nada pudo existir antes de la creación, pues Dios lo creó todo. No hay un Universo eterno porque lo creado es designio de Dios, es decir, estuvo planificado de antemano. Si el Universo es la creación, es imposible que este haya existido antes que el creador. 

Sin embargo, Aristóteles y otros filósofos aseguran que lo compuesto no puede salir de lo simple(1). De hecho los axiomas de Aristóteles serían así:


  1. Lo compuesto no puede venir de lo simple
  2. Todo tiene causa y efecto
  3. Un agente con voluntad y designio puede producir cosas diferentes.
  4. Existen elementos compuestos que tienen más simplicidad que otros. 
Si fuimos lo suficientemente perspicaces notaremos que hay una contradicción. ¿Cómo es posible que teniendo todo causa y efecto el Universo no la tenga? ¿cómo es que los aristotélicos dicen que un agente puede producir cosas diferentes, y luego dicen que lo simple no puede producir lo compuesto? recordemos que la primera inteligencia (que es simple) mueve a las demás por medio del concepto de motor. Por lo tanto, es perfectamente posible que el Universo haya sido creado por dicha inteligencia. 

Capítulo XXIII - XXIV: Otras especulaciones

A lo largo de la historia, mucho se ha especulado sobre la naturaleza de las cosas y de las cosas divinas. Sin embargo, el conocimiento, si bien cada vez es más preciso, no por eso es correcto. Un ejemplo de ellos es el Almagesto, obra de Claudio Ptolomeo que hace algunos cálculos sobre las estrellas y los planetas. No obstante, aún quedan cosas que averiguar con respecto a todo aquello. 

Capítulo XXV: Lo que dicen las Sagradas Escrituras

Maimónides nos dice en este capítulo que las especulaciones de los filósofos han sido probadas como falsas, por lo que la eternidad del Universo no es posible. Por supuesto, también debemos pensar esto como una defensa a las Sagradas Escrituras donde se dice que el Universo fue creado por Dios. 

Aquí se pone un aspecto bastante peculiar que rescata Maimónides, pues el mismo dice que las Sagradas Escrituras despejan las dudas mientras que la filosofía problematiza todo. La especulación sólo puede ser despejada por el toque de la religión y los designios divinos. 

Capítulo XXVI: Palabras del Rabbi Eliezer(2)

Maimónides nos habla sobre unas palabras del Rabbi Eliezer quien dijo lo siguiente:

''¿De dónde fueron creados los cielos? Tomó Él una parte de la luz de Su túnica, la extendió como una tela, y así los cielos fueron dilatándose sin cesar". "¿De dónde fue creada la tierra? Tomó el de la nieve que hay bajo el trono de su gloria, y arrojola, según las palabras: El dijo a la nieve, sé tierra"  

Esta es una composición que ha causado confusión entre la comunidad judía, pues se cree que realmente fue así la creación. Maimónides dice que no nos dejemos llevar por la lectura literal, sino más bien interpretar que el cielo y la tierra tienen dos substancias distintas. 

Conclusión

Hemos llegado al fin de las explicaciones físicas y metafísicas de este tratado. Desde ahora en adelante comenzarán las lecturas de las Sagradas Escrituras judaicas las cuales serán interpretadas para explicar el universo. Anteriormente hemos visto la filosofía aristotélica junto con algunos conceptos judíos, pero ahora viene la parte estrictramente judía, aunque también con algo de filosofía.