domingo, 7 de octubre de 2018

Maimónides - Guía de los Perplejos (Libro III: La Providencia) (Parte III: Características de Dios) (1190)

Una de las cosas que más llama la atención en la teología, aparte de hablar sobre la causa del Universo, también es interesante hablar sobre las características que tiene Dios. En todo caso, es muy difícil describir algo que se supone no tiene corporeidad ni atributos, es decir, de acuerdo con los filósofos, lo único que podríamos destacar de una cosa es por medio de sus atributos, pero Dios no los tiene. Si es así, veamos entonces cómo es que Maimónides nos habla de Dios y sus características en los siguientes apuntes.

Referencias:

(1) En sete detalle tendríamos que ahondar en el concepto de ''milagro'' y ver si estos caen en esa categoría de hacer de lo imposible posible. Pronto dedicaremos una entrada a este concepto.
(2) Es decir, Maimónides se opone al ocasionalismo.  



 Guía de los Perplejos


LIBRO III: La Providencia

Parte III: Características de Dios


Capítulo XIV y XV: La omnipotencia divina

A Dios no se le atribuyen cosas imposibles, es decir, no puede hacer cosas que cagan en un absurdo; por ejemplo:

  1. Crear otro ser igual que él.
  2. Aniquilarse
  3. Corporeizar
  4. Transformarse

Sin embargo, esto no significa que no sea omnipotente, pues lo imposible es imposible. Cae dentro de un orden que es inalterable. Por lo tanto, no es posible pedirle imposibles a Dios pues no cabe dentro de su poder hacer lo que no está dentro de un orden(1)


Capítulo XVI: La omnisciencia de Dios 

Una de las ideas que los filósofos han introducido en la religión parecen atacar la imagen de Dios. Muchos se preguntan que, en efecto, Dios conoce todas las cosas pero ¿cono ce las cosas que no son él?

Esto lo sacan desde el siguiente punto de vista. Dios parece ignorar las injusticias de la vida dándole poder a los que no lo merecen. Ahora, si Dios conoce totalmente todas las cosas que ocurren entonces se darían 3 casos:

  1. Dios administra y ordena todo perfectamente.
  2. Dios tropieza con obstáculo imposible de superar y por eso ignora las injusticias.
  3. Dios lo sabe todo pero lo ignora y abandona aquellas cosas injustas. 

Por supuesto, las dos últimas serían inconcebibles porque esto admitiría un detrimento en la omnipotencia de Dios. Dios no percibe de manera sensorial porque es incorpóreo y solo conoce las especies.


Capítulo XVII: La providencia

Sobre la teoría de la providencia se dicen por lo menos cuatro cosas desde la antigüedad.


  1. Primera teoría: No existe providencia y todo el Universo es producto de la casualidad y el accidente. Epicuro fue el que postulaba esta teoría diciendo que los átomos conformaban el Universo al azar. Aristóteles lo refutó.
  2. Segunda teoría: Hay una parte del Universo donde existe la Providencia, mientras la otra está completamente abandonada. Alejandro de Afrodisias nos decía que Dios llegaba hasta la Luna en orden descendente. bajo este respecto, Alejandro cree que Dios es parte del Universo con un definido límite.
  3. Tercera teoría: En el Universo nada existe al azar por lo tanto todo tiene un orden. Esto quiere decir que Dios está involucrado en todas las causas ya sean grandes o pequeñas; estas teorías fueron propuestas por los árabes, sobre todo por Al-Ghazali. Maimónides discrepa de esta teoría porque hay personas que nacen ciegos o leprosos, por lo cual no se les puede adjudicar pecado ni mal alguno.
  4. Cuarta teoría: El hombre posee voluntad propio y por eso el hombre debe estar consciente de los mandamientos y las prohibiciones que tiene. Esta teoría pertenece a los mutazilá.
  5. Quinta teoría: La que tiene relación con la ley judía. En otras palabras, el hombre es culpable de sus propios infortunios.

Sin embargo, Maimónides ofrece una nueva perspectiva diciendo que no cree que Dios esté en todas las causas, sino que solamente se atañe a los hombres(2). Maimónides propone algo distinto, que las cosas que ocurren en la naturaleza son puro azar (como lo diría Aristóteles), mientras que Dios se ocupa de las cosas del hombre. No obstante, también dice Maimónides que el hombre tiene un libre albedrío y que no está intervenido por Dios. 

¿Por qué? más allá de Maimónides está el cuestionarse sobre el motivo por el cual Dios se centra más en el hombre que en los otros seres. De ahí que se explique el holocausto de animales pues lo animales no estarían ''protegidos por Dios''. En otras palabras, como el hombre está dotado de inteligencia, todos los demás seres son sometidos a él como así Dios lo ordenó.

Capítulo XVIII: Sólo la humanidad participa de Dios

Las especies y géneros solo existen en el pensamiento, mientras que lo que existe en la realidad son individuos concretos. Todos estos individuos tienen grados de perfección hasta que Dios se comunica con ellos; con los profetas. El mismo Aristóteles dijo que:

''Los que aciertan a elevar sus almas de virtud en virtud, obtienen, conforme enseñó Platón, en altísimo grado la protección divina"
(Aristóteles, Ética a Nicómaco)

Por supuesto, dicho grado de perfección es seguir los mandamientos de la antigua Torah. 

Capítulo XIX: Dios no ignora las cosas humanas

Dios no está ajeno a las cosas del hombre como se puede pensar, en efecto, porque ciertas veces en el mundo reina el caos por culpa del hombre. Sin embargo, esto no es cierto pues Dios sí está en los asuntos del hombre. 

Cuando se dice que Dios no ve lo que hace el hombre, Maimónides cita al mismo rey David quien dice: ''Si Dios no viera lo que hace el hombre ¿cómo es que le pudo dar órganos para ver?'' Es imposible que creando Dios a los mismos hombres, no pudiera tener noticias de ellos además de ser omnisciente y omnipotente. 

En fin, quienes dicen que Dios ignora las cosas porque no pasaron como ellos querían, no es nada más que un capricho de ellos. 

Capítulo XX: Conocimiento humano y conocimiento divino

Dios no puede adquirir conocimiento es un momento dado pues es eterno. Su conocimiento no cambia y por lo tanto es permanente y uno solo, y si fuera plural ya no podría ser Dios. Bajo este aspecto, Dios sólo conoce lo que es permanente e inmutable.

Sin embargo, existen ciertos filósofos que aseguran que Dios ni siquiera conoce las cosas permanentes, debido a que eso también generaría una pluralidad de conocimientos. Lo que olvidan estos filósofos, dice Maimónides, es que el conocimiento humano no es el conocimiento divino. 

El conocimiento divino sería como un manto que cubre muchas cosas; es decir, el conocimiento es uno solo y lo que comprende son muchas cosas. 

Capítulo XXI: Dios conoce su obra

El conocimiento de Dios no deriva de la adquisición sino que es un conocimiento permanente y de causa. Nuestro conocimiento es adquisitivo y por lo tanto jamàs podríamos conocer la totalidad de las cosas ni lo que es infinito, como sí lo hace Dios. 

A conclusión, podríamos decir que el conocimiento infinito nos dice obviamente que es existente e interminable; y por lo tanto, no es posible que no pueda conocer a los hombres. 

Capítulo XXII: La historia de Job y la providencia

Del libro de Job encontramos numerosas características de Dios. Sin embargo, el libro de Job es sólo un relato poético. Job no existió, asegura Maimónides, y ninguno de los grandes sabios ha podido precisar su período de vida. El relato de Job solo nos enseña sobre la constancia de un judío que de repente se ve aproblemado por un repentino infortunio. 

Job era un judío que en un principio tenía una vida bendecida ya que seguía los preceptos bíblicos. Un día, el Diablo le apuesta a Dios que si Job comenzara a sufrir infortunios, éste emprendería una furia contra Dios culpandolo de su infortunio. Dios acepta y Job comienza a sufrir toda clase de infortunios; entre estos, el Diablo mata al ganado, a sus hijas y lo llena de pústulas.

Job culpa a Dios de todos sus infortunios, pero luego habla con Dios y se da cuenta de que estaba equivocado en culpar a Dios. Acto seguido Dios le restituye toda su fortuna. 

Esta es una enseñanza a la comunidad judía para que todos sus miembros mantengan su fe con Dios, y no opten por lo más fácil que sería culpar a Dios. Muchos pueden perder la fe en situaciones como perder a un hijo, mientras que otros siguen manteniéndola a pesar de esta difícil situación. En pocas palabras, no podemos alabar a Dios sólo en los momentos de justicia y fortuna, todo designio de Dios se da en un orden. 

Capítulo XXIII: Job y las teorías de la providencia

Debemos mencionar algo más sobre la historia de Job. Cuando Job comenzó a padecer de los infortunios mencionados, sus amigos (Elizaf, Bildad y Zofar) decían que lo que le estaba pasando era merecido pues era acto de Dios, y Dios nunca se equivoca. Por lo tanto, lo que Job estaba pasando era totalmente justo. 

Sin embargo, Maimónides le da otra mirada a lo que ocurre a Job. De alguna manera, Job tiene un despertar en su conocimiento, es decir, primeramente se encontraba bien en su estado de fortuna y así el pensaba que ese era su estado supremo. Luego, Job, después de sufrir sus infortunios supo que no era así: 


 "De oídas te había oído; pero ahora mis ojos te ven. Por eso me aborrezco y me arrepiento en el polvo y en la ceniza"
(Job 52:5-6)

Luego el mismo Dios protege a Job diciendo:

"Vosotros no me habéis hablado lo recto, y mi siervo Job sí" 
(Job 42:7)

En este sentido, Dios, hablándole a los amigos de Job dice que Job si hace lo correcto y que ellos lo juzgan mal. 

Podemos ver aquí que Dios hace que los hombres aprendan la lección de no ufanarse de los bienes materiales. 

Capítulo XXIV: Tentaciones y pruebas

Se piensa que Dios envía grandes infortunios para que los hombres reciban un escarmiento, pero Maimónides nos dice que sus pruebas son oportunidades para alcanzar algo mejor. 

"Que te sustentó con Maná en el desierto, afligiéndote y probándote para hacerte bien a la postre" 
(Deuteronomio 8:16)

Así es que Dios probó a Moisés en el desierto de Canaán para que luego el pueblo llegara a la tierra prometida. 

Capítulo XXV: Las obras de Dios no carecen de finalidad

Los actos humanos se dividen en cuatro:

  1. Indeterminado: cuando carece de propósito.
  2. Intrascendente: cuando persigue algo trivial o innecesario.
  3. Vano: cuando una acción no logra su objetivo.
  4. Buenos: cuando la acción tiene un propósito que se alcanza.

Sería ridículo decir que Dios tiene acciones indeterminadas, intrascendentes o vanas, pues nada puede interponerse a la voluntad de Dios. Esta no tiene ningún obstáculo y de ahí que todas sus obras sean buenas, en cuanto que todas son perfectas. 

Conclusión

En general, este es el pensamiento de Maimónides correspondiente a las características de Dios. Vemos una postura interesante del filosofo judío pues se opone totalmente al ocasionalismo de los filósofos árabes como Al-Ghazali. Realmente es complicado porque si se niega la omnipotencia de Dios con respecto a todas las cosas, tendremos que decir que Dios no es omnipotente. Por otro lado, la prueba de Maimónides parece ser correcta al decir que Dios sólo se ocupa de las cosas del hombre. Esta discusión sobre la omnipotencia no quedará exclusiva en estas paginas, aún hay mucho que revisar. 

Maimónides - Guia de los Perplejos (Libro III: La Providencia) (Parte II: El hombre y la naturaleza) (1190).

El hombre tiene una relación perenne con la naturaleza y así lo hemos visto directamente a través de la filosofìa.Siempre  hemos querido comprender las distintas aristas de la naturaleza viéndolo en la misma, o ya sea por medio de otras ciencias. Los misterios de la naturaleza son insondables y aún más son aquellos relacionados con la metafísica la cual es tan difìcil de comprender. Veremos en estos capìtulos como el hombre es vinculado con la naturaleza y con Dios.

Referencias:

(1) El mismo pensamiento de San Agustín de Hipona. 
(2) Pero también aclaraba que su fin era ser feliz. 

Guía de los Perplejos


LIBRO III: La Providencia

Parte II: El hombre y la naturaleza

Capítulo VIII y IX: Necesidades corporales


La materia es todo aquello que cambia y se mueve constantemente. Siempre está dispuesta a recibir algo nuevo desde otro cuerpo. Así también es la parte placentera del hombre que pareciera ser que nunca se sacia. Es por esto mismo que el hombre, para evitar su perdiciòn, necesita alejarse de las cosas placenteras y acercarse a la inteligencia. 

Así, el hombre alvanzarà su mayor grado de perfección, además de adorar a Dios. Eso lo han dicho los filósofos hace cientos de años, sin embargo, Maimónides añade otra cosa más que es el pensamiento. En efecto, cuando se piensa en el pecado se mancilla el alma. El alma no debe ser utilizada para rendir culto a las cosas que causan placer, sino que todo lo contrario, se debe adorar al creador de aquellas cosas. 


Capítulo X y XI: Dios no ha creado el mal

El mal es básicamente una privación del bien, es decir, es una ausencia de bien. Un mal para el hombre es la muerte y la muerte es justamente la inexistencia del mismo. También serían privaciones la enfermedad, la pobreza y la ignorancia. 

Por eso, no puede decirse que Dios creó el mal, ya que Dios crea todo lo que es existente y todo lo que es existente es bueno(1). Así lo dice el Génesis:

 "Y Dios vio todo lo que había hecho, y he aquí que todo era muy bueno"
(Génesis 1, 31)

El mal existe en cuanto se manifiesta en un cuerpo, ya que lo que es incorpóreo es totalmente bueno (como Dios y los ángeles). En un segundo pensamiento, Maimónides dice que hasta el mal puede ser bueno para que el Universo tenga cierto equilibrio. 

El único modo en que el hombre se hace el mal a sí mismo es cuando es ignorante. Los hombres sabios se prestan ayuda mutua, por lo tanto, el único que ocasiona el mal es el hombre mismo.  

Capítulo XII: Las tres clases de mal


Uno de los grandes errores que comete el hombre es creer que cuando le pasan cosas malas, es el Universo el que es malo con él. Sin embargo, el hombre debe darse cuenta que considerando el Universo, su problema será muy pequeño. En este respecto, el hombre debe saber su jerarquía en la vida y saber que el Universo no es sólo para él. 

De aquí que se deriven tres especies de males para los hombres:


  1. El primer mal trata sobre la dependencia que tiene el hombre a la generación y destrucción de su propio cuerpo. 
  2. El abuso de la fuerza que un hombre aplica en otro.
  3. Los malos que el hombre se causa a sí mismo. 

Así, uno de los males más frecuentes es el tercero que se produce por medio de los placeres del cuerpo. Cuando el hombre se aboca a estos placeres siempre está en el riesgo de padecer males terribles. Es así que el hombre debe ser sabio e inclinarse por la sabiduría de Dios, y no por las necedades del hombre común que lo llevará a  aquellos placeres. 

Capítulo XIII: El designio del Universo

Preguntarse sobre la finalidad del mundo o del Universo es infructuoso. Incluso si se analiza la filosofía de Aristóteles la cual propone que, siendo el Universo infinito, no valdría de nada preguntarse cuál es la finalidad de este mundo. Quizás, el único razonamiento válido para ver la finalidad del hombre es para procrear y perpetuar la especie(2)

En cambio, para los judíos y para Maimónides, el Universo que ha sido creado por la voluntad de Dios y no habría más que preguntarse. El hombre debe servir a Dios y esa sería su finalidad en el Universo, pero la finalidad de Universo no es relevante aclararla. 

Conclusión

En resumen, vemos aquí la relación y la separación que existe entre las cosas que hace el hombre y las cosas que hace Dios. El hombre está totalmente sometido a la corporeidad y por eso es proclive a caer en el mal muchas veces. Vamos también el apoyo a la teoría agustiniana de que el mal es ausencia de bien y que además es responsabilidad del hombre. Sigamos viendo lo que nos toca de este capítulo que se ha puesto filosófico e interesante. 

jueves, 4 de octubre de 2018

Maimónides - Guia de los Perplejos (Libro III: La Providencia) (Parte I: Concepto sobre las visiones) (1190)

Si hemos sido atentos a la lectura, veremos que Maimónides siempre comienza clarificando algunos conceptos bíblicos judaicos que causan mucha confusión y mal interpretación. El caso de las visiones de algunas profetas puede ser el ejemplo más claro, pues aquí se ve como muchos de los lectores del Tanaj no logran comprender de manera eficiente la alegoría latente en cada una de las oraciones. Para esto está el tercer libro de esta Guía de los Perplejos que nos disipará las dudas con respecto a aquellos temas. 

Referencias:

(1) El targum era una antigua traducción de la biblia en arameo. 

 Guía de los Perplejos


LIBRO III: La Providencia

Parte I: Concepto sobre las visiones


Capítulo I: Las cuatro fases

En los libros de Ezequiel se habla de algunos hombres que tienen rostro de animal, y en efecto, muchos humanos tienen rostro de animal. El mismo profeta decía que había visto un rostro de hombre, otro de buey, de toro y de águila. Expliquemos estos conceptos.

Capítulo II y III: Las palabras Hayyot y Offanim 

El profeta Ezequiel dijo ver cuatro rostros de animales. A esto se le llama Hayyot, y cada cual tenía cuatro rostros, cuatro alas y cuatro manos que en su conjunto conformaban un hombre. Aquí da algunas características de los hayyot:

  • Eran luminosos
  • Uniformes 
  • Sin curvatura
  • Se mueven en la misma dirección
  • Pueden volar
  • Son rápidos
  • Eran dirigidos por la voluntad de Dios

Por otro lado, tenemos otro tipo de cuerpos llamados Offanim que tienen las siguientes características. 

  • No tienen forma de hombre o de cosa viva
  • Tienen cuatro rostros 
  • Tienen forma de rueda
  • Están cubiertos de ojos
  • Movimiento sin curva ni desviación
  • Movimiento recto 
  • Son esféricos

La relación entre el Hayyot y el Offanim es que el primero dirige al segundo. Es decir, puede relacionarse con que lo vivo maneja a lo no-vivo. 

La visión de Ezequiel

El mismo Ezequiel es quien tiene visiones sobre los Hayyot; de hecho, el primer Hayyot que ve es un querubín. Por lo tanto, los Hayyot y los querubines serían la misma cosa. Así declara el mismo Ezequiel:

''Este es el animal que yo vi debajo del Dios de Israel en el río Chebar" 
(Ezequiel 10:15)

Podríamos decir que los Hayyot tienen una característica especial al estar debajo de Dios. 

Capítulo IV: Ofan por Gilgal

Ofan es el singular de Offanim y en el Targum(1) se tradujo por ''Gilgal'' que significa literalmente ''rueda''. Esta traducción aparece en el libro de ''Los Macabeos'' donde aparece el mismo jefe de estos: Jonathan Macabeo. 

Capítulo V y VI: Aclaración de las visiones

Como sabemos, Ezequiel tenía las visiones de los Hayyot que eran superiores a los Offanim. En este sentido, tendríamos que el hombre esta por encima de los Offanim y por debajo de los Hayyot si consideramos que los Hayyot son lo mismo que los ángeles. 

Las visiones que tenía Isaías eran las mismas de Ezequiel pues él también vio ángeles. 

"Vi al Señor sentado sobre un trono, alto y sublime, y su cohorte henchía el templo, y encima de Él estaban serafines: Cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, y con dos sus pies, y con dos volaban" 
(Isaías 6:1)

Recordemos que los serafines forman parte de los ángeles nombrados en el trabajo anterior de Maimónides llamado ''Mishné Torah''.

Capítulo VII: El Merkaba

Se decía que el Merkaba era el carro de Dios llevado por 4 querubines. Era una especie de carro místico que se malinterpretado a través de la historia. Así, quienes se equivocan dirán que el carro es parte de Dios, pero por supuesto nada puede estar por encima de Dios. 

Conclusión

Este es el aspecto preliminar de cada introducción de este tratado; es decir, la aclaración de conceptos que pueden confundir. En efecto, mucho se ha hablado de ciertos ''animales'' que se describen en la biblia, tratando de dar a esta un toque místico y misterioso, pero la verdad es que es otra cuestión interpretable desde el punto de vista judío al menos. Ahora nos enfocaremos a desarrollar cosas filosóficas. 

sábado, 29 de septiembre de 2018

Maimónides - Guia de los Perplejos (Libro II: La existencia de Dios) (Parte IV: Profecía y filosofía) (1190).

Anteriormente habíamos desarrollado los distintos modos en que la filosofía de Aristóteles nos describía el Universo. Maimónides se encargó de refutar los pensamientos del estagirita y ahora nos ofrece en profundidad la mirada de las Sagradas Escrituras con respecto al Universo y a la naturaleza. ¿Podrá compararse la Sagrada Escritura al escepticismo y análisis de la filosofía? Muchos filósofos han tratado de unir estos dos conceptos, pero les ha sido muy difícil veamos lo que tiene para nosotros Maimónides

 Guía de los Perplejos


LIBRO II: La existencia de Dios

Capítulo XXVII: Religión y la destrucción del Universo


En la parte III de este tratado Maimónides probó que el Universo había sido creado por Dios y no por designio de la naturaleza, además de tampoco ser eterno. ¿Qué significa esto? ¿que el universo se destruirá irremediablemente? No, de hecho Maimónides dice que no tiene objeción para decir que el Universo puede existir para siempre. 

Dice Maimónides, la existencia o la inexistencia de las cosas solo es posible por la voluntad de Dios. Ningún profeta ha afirmado la extinción o destrucción del Universo; al contrario, hablan sobre la perdurabilidad del mismo.

Capítulo XXVIII: Las Sagradas Escrituras sobre la Indestructibilidad del Universo

En las Sagradas Escrituras parecieran existir evidencias de que el mundo no se destruye; por ejemplo, lo dicho por el rey Salomón:

''Cuanto Dios hace, será para siempre; nada le puede ser añadido ni quitado"
(Eclesiastés 3:14)

Este pasaje hace que Maimónides no tenga una certeza de que el universo fuera a ser eterno. En algunos otros pasajes se presentan otras oraciones que podrían malinterpretarse. 

De hecho, uno de los profetas de las Sagradas Escrituras pareciera ser muy apocalíptico en algunos pasajes, sin embargo, la interpretación en este sentido debe ser cuidadosa. Aquí tenemos algunas de las frases:

''Porque las estrellas del cielo y sus constelaciones no darán su luz; el sol se oscurece en su ocaso, y la luna no hará que brille su luz''
(Isaías 13:10)

"Por eso sacudiré los cielos y arrancaré de su lugar a la tierra, en la ira del Señor de los ejércitos"
(Isaías 13:13)

"Entonces la luna será confundida, y el sol avergonzado, cuando reine el Señor de los ejércitos"
(Isaías 24:23)

''Y cuando te haya muerto, cubriré los cielos, y entenebreceré sus estrellas; y velaré el sol con una nube, y la luna no dará su luz. Todos los brillantes luminares del cielo se oscurecerán, y pondré tinieblas sobre la tierra, dice el Señor"
(Ezequiel 32:3-7)


Muchos profetas han dado declaraciones como esta, pero la verdad es que estas no se deben tomar literalmente, sino que de forma figurada. De hecho, lo que dice Isaías es parte de lo que se vivió en la época de Nabucodonosor y Senaquerib. Por supuesto, toda esta metáfora hablada por Isaías es solo una forma de describir lo terrible que fue. 

Capítulo XXX: Interpretación filosófica del Génesis

Primero y principio

En la lectura bíblica, primero no es lo mismo que principio. Primero sería solamente la posición entre una cosa y otra, mientras que principio es un constructo fundamental de algo. Por eso, cuando decimos principio es que nada más puede ser precedido, pero cuando decimos primero, aquello que es primero puede ser precedido por algo y volverse segundo. 

Capítulo XXXI: Principios del Sabbat

Los principios del Sabbath son fundamentales en la religión judía, ya que se exhorta a adorar a Dios y la creación. Es un día de descanso para aceptar y reflexionar sobre la idea de la creación y celebrar el día que Dios liberó a su pueblo de Egipto. 

Capítulo XXXII: Entender la profecía

Estas son las opiniones de aquellos que entienden la profecía de la siguiente manera:

  1. Dios elige a una persona que le plazca, le infunde el espíritu de la profecía sin importar si la persona es sabia o necia. 
  2. Es un estado de perfección que un hombre ha alcanzado por medio del estudio. Es una facultad natural del hombre que debe desarrollarse
  3. Se alcanza por medio del estudio, pero debe ser por medio de la voluntad de Dios. 

Por supuesto, Maimónides está de acuerdo con la tercera opción de las presentadas. Además, afirman que ningún necio puede recibir la profecía, en cuanto que no representa el mérito para obtenerlo. 

Capítulo XXXIII - XXXV: Moisés en el Sinaí

Moisés fue uno de los profetas más importantes de la historia bíblica. Recordemos que él fue al único que Dios se dirigió tan directamente, a diferencia de otros profetas. Por otro lado, muchas de las cosas que Dios le dijo a Moisés en el monte Sinaí fueron inentendibles para los que lo acompañaban.

 "y no se levantó nunca profeta en Israel como Moisés, que haya conocido al Señor cara a cara"
(Deuteronomio 34:10)

Con este respaldo de la biblia, al menos se dice que antes de Moisés no había existido profeta parecido. 

Capítulo XXXVI - XXXIX: Facultades de los profetas

Primero que todo, los profetas deben pasar por la facultad racional, perfeccionarla y luego pasar por la facultad imaginativa. Ningún hombre puede ser profeta si no tiene desarrollada la facultad imaginativa, pero tampoco si solo tiene la racional.

La facultad imaginativa tiene que ver con los sentidos y la habilidad de formar imágenes.  La función de la profecía se cumple cuando todos los sentidos están en reposo como a veces ocurre en los sueños. La profecía puede suceder tanto como visión o tanto en sueños. 

Sin embargo, deben haber ciertas perfecciones de las facultades:

  • Perfección mental
  • Perfección imaginativa
  • Perfección moral

Hay diversos modos de profeta, pues muchos de ellos eran menos perfectos que otros (como el caso de Moisés). La inspiración nunca caerá sobre un hombre lánguido o triste.

Los filósofos y profetas se distinguen por dos cosas únicamente; los filósofos usan la facultad racional en desmedro de la imaginativa, y los profetas utilizan las dos en perfecto equilibrio. Por lo tanto, todos aquellos que dicen haber alcanzado el nivel de profecía si haber estudiado, realmente no son verdaderos profetas. Estos profetas carecen de lógica y se dejan llevar poderosamente por su imaginación.

Facultad intuitiva

La facultad intuitiva se da cuando la facultad imaginativa se presenta sana y robusta, es decir, en buenas condiciones. Si se da esto, un poco de facultad racional será necesaria para predecir hechos futuros entre otras cosas. 

Diferencias entre Moisés y los otros profetas

Existieron muchos profetas judíos como Eber, Chem, Noé Matusalem y Enoch, pero ninguno de ellos dijo a los hombres que fue encomendado por Dios. 

Abraham habló e instruyó a su familia, pero tampoco dijo que había sido enviado por Dios ni nada parecido. 

Los profetas que continuaron a Moisés nunca tuvieron las mismas facultades que él. Ellos solo advirtieron al pueblo de los acontecimientos que se avecinaban debido al pecado. 


Capítulo XL: Prueba para la profecía

El hombre es por naturaleza un ser social que siempre busca crear comunidades. Entre estas hay hombres muy distintos; unos osan matar incluso a un familiar y otros no matarían ni a una hormiga. Por esta razón, las leyes permiten que estas dos naturalezas puedan convivir juntas por medio de reglas que, si bien no surgen de la naturaleza, no están alejadas de ellas.

Los legisladores y profetas son las autoridades entre los hombres, pero entre ellos existen ciertas diferencias. Veamos algunas de las leyes de los legisladores:


  • Leyes políticas: las que regulan la convivencia
  • Leyes divinas: educación o instrucción

Por supuesto, las segundas son las más importantes porque son las que instruyen al pueblo a seguir un determinado camino. Muchos profetas que parecían letrados se jactaban de los conocimientos que tenían, pero estos no son verdaderos profetas. Aquellos profetas que miran los placeres y los bienes materiales como algo preciado no son profetas. Son profetas aquellos que miran el conocimiento y la voluntad de Dios. 

Capítulo XLI - XLIV: Cómo viene la profecía

Las visiones ocurren regularmente en el sueño y si interlocutor puede ser un ángel o el mismo Dios. La comunicación puede ocurrir de la siguiente manera:

  1. El profeta escuchó las palabras del ángel en el sueño o en una visión.
  2. Relata las palabras del ángel sin decir que fue en un sueño o en una visión.
  3. El profeta no habla sobre el ángel.
  4. Presenta su profecía diciendo que Dios le había hablado. 

Estas son las distintas maneras que en la biblia se ha visto cómo es que los profetas se comunican con la presencia divina. 

Hay que entender las señales de los profetas como alegorías. Entre los profetas, existen muchos símbolos que nos indican variadas alegorías:

Zacarías: Candelabros, Caballos y Montañas
Ezequiel: Cerrojos
Amos: Muro hecho a plomo
Daniel: Animales
Jeremías: Olla hirviente

Sin embargo, esto no solo ocurre con los objetos sino que también con las palabras. Por medio de la etimología, las palabras y sus significados pueden ser descubiertos. 

Capítulo XLV: Diversos grados de profecía

Maimónides comienza a enumerar los grados proféticos:

  1. Auxilio divino que se le da a una persona. El profeta es llamado a hacer un acto de liberación al pueblo, de guiar a un pueblo o de entregar felicidad al mismo. Al principio el profeta dice no ser capaz, pero luego se le infunde el espíritu del señor para hacerlo. 
  2. El profeta siente que algo desciende sobre él y luego se siente capaz de hacer lo que le fue encomendado. En ese momento, el profeta puede hablar sobre temas teológicos, políticos y exhorta a los ciudadanos. 
  3. El profeta ve una alegoría en un sueño como pasó con Zacarías. 
  4. El profeta oye algo en un sueño de manera clara y distintiva sin ver quien la emite, como le pasó a Samuel. 
  5. Una ángel habla al profeta en un sueño. 
  6. Una persona se dirige al profeta en sueños como en la profecía de Ezequiel.
  7. Pareciera que al profeta le hablara Dios en el sueño como le pasó a Isaías. 
  8. Al profeta se le aparece algo como en visión profética; figuras, por ejemplo. 
  9. El profeta oye palabras en una visión profética. 
  10. El profeta ve un hombre que le habla en la visión profética. 
  11. El profeta ve un ángel que le habla en la visión profética. De hecho, este es uno de los grados más perfectos en la profecía.

Estos son los diversos grados, obviamente, los grados más altos son aquellos donde se habla de una ''visión profética'' mientras que los otros grados son inferiores cuando se habla de un sueño. 

Capítulo XLVI - XLVII: Interpretación de las alegorías

Todo lo que los profetas han soñado o manifestado en palabras que a primera vista puede ser fantásticas, en realidad son formas alegóricas de contar lo que vieron. Nada de lo que ellos vieron en sueños ocurría en la realidad al mismo tiempo, todo aquello se debe tomar de forma alegórica. 

Maimónides nos dice que nadie tan necio puede tomar de manera literal las hipérboles que ocurren en la biblia. Veamos algunas:

 "Las montañas y colinas romperán a cantar, y todos los árboles del bosque os aplaudirán con sus manos"
(Isaías 55:12)

"Ciudades amuralladas y fortificadas, que se alzan hasta el cielo" 
(Deuteronomio 1:28)

Por eso, no podemos decir que las Sagradas Escrituras deban tomarse de manera literal.

Capítulo XLVIII: Fenómenos naturales

Si vamos descendiendo a modo de encontrar la causa de todas las cosas nos remitiremos inmediatamente a Dios, esto quiere decir, que Dios es el que acomete todas las causas del Universo. ¿Incluso a aquellos hombres que cometen el mal? si, pero no por esto se dice que Dios cometió el mal. Un ejemplo claro de esto es el de Nabucodonosor II cuando se apoderó de Jerusalén. 

"Yo he mandado a mis santos, y he convocado también a mis héroes, para mi ira"
(Isaías 3:3)

"Yo enviaré al babilonio aventadores que lo avienten" 
(Jeremías 51:2)

Podríamos decir que Nabucodonosor II hizo el mal indirectamente ya que fue mandado por Dios, quien determinó dicho asalto.

Conclusión

Al igual que en el pensamiento árabe, Maimónides pone de manifiesto aquí la superioridad que tiene la profecía por la filosofía. En efecto, la filosofía trata de escapar de la facultad imaginativa mientras que la profecía combina las dos. Sin embargo, es muy difícil (a pesar de que Maimónides lo explique) encontrar un hombre que cumpla con las características de un profeta. Además, ¿cómo saber si aquello es verdad? tendríamos que esperar a que todo lo dicho por él se manifieste, pero la interpretación de los hechos siempre es algo engañoso. Terminamos con el Libro II para seguir con el último libro de esta ''Guía de los perplejos''. 

miércoles, 26 de septiembre de 2018

Maimónides - Guía de los Perplejos (Libro II: La existencia de Dios ) (Parte III: Naturaleza y Universo) (1190).

Maimónides, no contento con la exposición sobre el Universo que hizo en el capítulo anterior, decide crear otro capítulo sobre lo mismo pero esta vez incluyendo a la naturaleza. Por supuesto, tal y como lo hemos visto a lo largo de este tratado, la guía o la base de Maimónides será el pensamiento aristotélico. ¿Será que nadie puede escapar del pensamiento del estagirita? al menos Maimónides no pudo, pero eso no significó que pudiera modificar e incluso mejorar algunos aspectos. Veamos al filósofo judío de esta entrega.

Referencias:

(1) La misma conclusión que hacía Averroes sobre el Universo.
(2) Un rabino en la época del Tanaim. (Siglo I - II d. C.)



Guía de los Perplejos


LIBRO II: La existencia de Dios

Capítulo XIX: El designio de la naturaleza


Todos los filósofos sostienen la idea de Aristóteles sobre la inherencia del Universo en Dios. Si es así, todos los demás seres y cosas del mundo quedarían en un estado de permanencia, es decir, no podría perecer. 

Es en este punto que Maimónides construye un diálogo ficticio entre él mismo y un discípulo de Aristóteles


  • Maimónides: Si todas las cosas del mundo sublunar poseen una materia en común ¿cómo es que pueden dividirse en género y especie?
  • Aristotélico: Porque la composición que está en el ser es distinta. 
  • Maimónides: las composiciones capacitan a la sustancia para que se de forma en las cosas, pero ¿qué es lo que preparó a la sustancia primera?
  • Aristotélico: todas las substancias toman la forma o de la tierra o del fuego o del aire o del agua dependiendo de la situación en la que se encuentren. 
  • Maimónides: por lo tanto la sustancia de los cielos ¿es la misma que la de los elementos?
  • Aristotélico: No. La substancia es diferente de la forma. 

Ahora, la pregunta para Aristóteles sería ¿quién dio la forma a las cosas? porque la sustancia no es la que da forma a las cosas. Por lo tanto, tendríamos que decir que la totalidad de las cosas (el Universo) fue hecho por un designio de Dios y no por la naturaleza.

Capítulo XX: Cómo Aristóteles explica los designios de la naturaleza

Como sabemos, Aristóteles rechazaba la creación espontánea por lo que se podría pensar que la naturaleza es designio de Dios (imaginando que nada es espontáneo y todo tiene un orden). De hecho, Aristóteles nos dice que todas las cosas tienen una causa eficiente.

Capítulo XXI - XXII: La necesariedad del Universo

Nada pudo existir antes de la creación, pues Dios lo creó todo. No hay un Universo eterno porque lo creado es designio de Dios, es decir, estuvo planificado de antemano. Si el Universo es la creación, es imposible que este haya existido antes que el creador. 

Sin embargo, Aristóteles y otros filósofos aseguran que lo compuesto no puede salir de lo simple(1). De hecho los axiomas de Aristóteles serían así:


  1. Lo compuesto no puede venir de lo simple
  2. Todo tiene causa y efecto
  3. Un agente con voluntad y designio puede producir cosas diferentes.
  4. Existen elementos compuestos que tienen más simplicidad que otros. 
Si fuimos lo suficientemente perspicaces notaremos que hay una contradicción. ¿Cómo es posible que teniendo todo causa y efecto el Universo no la tenga? ¿cómo es que los aristotélicos dicen que un agente puede producir cosas diferentes, y luego dicen que lo simple no puede producir lo compuesto? recordemos que la primera inteligencia (que es simple) mueve a las demás por medio del concepto de motor. Por lo tanto, es perfectamente posible que el Universo haya sido creado por dicha inteligencia. 

Capítulo XXIII - XXIV: Otras especulaciones

A lo largo de la historia, mucho se ha especulado sobre la naturaleza de las cosas y de las cosas divinas. Sin embargo, el conocimiento, si bien  cada vez es más preciso, no por eso es correcto. Un ejemplo de ellos es el Almagesto, obra de Claudio Ptolomeo que hace algunos cálculos sobre las estrellas y los planetas. No obstante, aún quedan cosas que averiguar con respecto a todo aquello. 

Capítulo XXV: Lo que dicen las Sagradas Escrituras

Maimónides nos dice en este capítulo que las especulaciones de los filósofos han sido probadas como falsas, por lo que la eternidad del Universo no es posible. Por supuesto, también debemos pensar esto como una defensa a las Sagradas Escrituras donde se dice que el Universo fue creado por Dios. 

Aquí se pone un aspecto bastante peculiar que rescata Maimónides, pues el mismo dice que las Sagradas Escrituras despejan las dudas mientras que la filosofía problematiza todo. La especulación sólo puede ser despejada por el toque de la religión y los designios divinos. 

Capítulo XXVI: Palabras del Rabbi Eliezer(2)

Maimónides nos habla sobre unas palabras del Rabbi Eliezer quien dijo lo siguiente:

''¿De dónde fueron creados los cielos? Tomó Él una parte de la luz de Su túnica, la extendió como una tela, y así los cielos fueron dilatándose sin cesar". "¿De dónde fue creada la tierra? Tomó el de la nieve que hay bajo el trono de su gloria, y arrojola, según las palabras: El dijo a la nieve, sé tierra"  

Esta es una composición que ha causado confusión entre la comunidad judía, pues se cree que realmente fue así la creación. Maimónides dice que no nos dejemos llevar por la lectura literal, sino más bien interpretar que el cielo y la tierra tienen dos substancias distintas. 

Conclusión

Hemos llegado al fin de las explicaciones físicas y metafísicas de este tratado. Desde ahora en adelante comenzarán las lecturas de las Sagradas Escrituras judaicas las cuales serán interpretadas para explicar el universo. Anteriormente hemos visto la filosofía aristotélica junto con algunos conceptos judíos, pero ahora viene la parte estrictramente judía, aunque también con algo de filosofía. 

domingo, 23 de septiembre de 2018

Maimónides - Guía de los Perplejos (Libro II: La existencia de Dios) (Parte II: Creación del Universo) (1190).

El tema de las esferas ha sido un elemento clave en la parte de la filosofía llamada metafísica, el mismo Aristóteles pasó años de su vida tratando de describirlo. Posteriormente, una seguidilla de filósofos comenzaron también a desarrollar el mismo tema, hasta llegar al filósofo que estamos analizando ahora mismo: Maimónides. Recordemos que cuando se habla de esferas se habla de los planetas. ¿Qué podríamos esperar del filósofo judío? ¿podrá añadir más esferas de las que había propuesto Aristóteles o Claudio Ptolomeo? Veámoslo en los siguientes apuntes de filosofía. 

Referencias:

(1) Los filósofos y los judíos nos dicen que los planetas son seres vivos e inteligentes.
(2) Vuelve a rescatar ideas plotinianas. 
(3) Recuerda el mismo problema plantado por Averroes; si el Universo tenía posibilidad de existir, entonces esa posibilidad fue infinita al igual como lo sería Dios. 
(4) Esta visión que nos da Maimónides puede ser en parte verdad, pero creo que es más verosímil pensar que Aristóteles haya sostenido mucho más la teoría de un universo eterno. 

Guía de los Perplejos


LIBRO II: La existencia de Dios

Capítulo VIII: La música de las esferas


Antiguamente se decía que las esferas producían unos sonidos muy extraños y potentes. Los pitagóricos decían que eran armoniosos y ordenados, cosa que fue aceptada por el pueblo judío porque las creencias astrológicas judías fueron abandonadas por estas. 

Capítulo IX: El número de esferas celestiales

Número de esferas según los griegos

En tiempos de Aristóteles no se conocía bien el número de esferas. Siguiendo el ejemplo de Eudoxo de Cnido, el número de estrellas era 22, luego Calipo, al mismo sistema pudo añadir 11 por lo que quedaron 33 esferas. Más tarde vendría Aristóteles a añadir un número tal a estas esferas que daría como resultado 55 esferas. 

Ptolomeo y su astrología

Siguiendo un complejo método matemático, Claudio Ptolomeo propuso otro tipo de movimiento a los planetas llamado ''epiciclo'', donde se proponía que los planetas no giraban de manera concéntrica (como lo explicaba Aristóteles), sino más bien de manera irregular. También dijo que las estrellas de Mercurio y Venus eran inferiores a la del sol, sosteniéndolo en su sistema. No añadió ninguna esfera más. 

Capítulo X: El influjo de las estrellas en la tierra

Se dice que los astros sí pueden influenciar algunas cosas del mundo sublunar. Por ejemplo, hay evidencia de que la Luna tiene cierta influencia en el agua por el ascenso y descenso de esta en el mar. El Sol afecta a la tierra en su calentamiento, dependiendo si esta está más arriba o más abajo. 

Más allá de esto, Maimónides sostiene que los astros influencian los 4 elementos del mundo sublunar de manera correspondiente:

  1. Sol: el fuego
  2. Luna: el agua
  3. Planeta: el aire
  4. Las estrellas fijas: la tierra

Además, la esfera tiene cuatro causas de movimiento y el porqué:

  1. Su forma esférica: todo movimiento es posible cuando se es circular.
  2. Su alma: sólo los seres animados se mueven.
  3. Su entendimiento: tienen una idea de porqué girar en dicha dirección.
  4. Su inteligencia(1): sabe que el movimiento circular la lleva a la perfección.

En todo caso, Maimónides cree firmemente en el significado del número 4. Diversos pasajes de la Biblia lo han considerado en la historia de los profetas:

  • Los 4 peldaños en la escala de Jacob.
  • La visión de Zacarías al describir los 4 espíritus.

Debemos considerar la importancia del número 4 también para los siguientes capítulos. 

Capítulo X: Los influjos divinos

Maimónides nos  quiere decir en este capítulo que como el mundo es creación de Dios, entonces todo el Universo, es decir, todo lo que nos rodea está hecho de su presencia. Por lo tanto, todo lo de Dios nos influye porque está en el universo. 

Esto va en orden, pues las inteligencias informan a las esferas, las esferas a la luz y estas a todo ser vivo.

Capítulo XII: En qué consiste el influjo divino y el de las esferas

Las causas de todos los elementos están basadas en la interacción de los cuerpos ya sea de manera directa o indirecta a través de un mediador. Por ejemplo, un objeto se calienta con el contacto directo del fuego, o puede calentarse a través de otro objeto que contenga un calor similar al fuego. 

Sin embargo, también hay ciertos elementos los cuales su movimiento obedece a una fuerza incorpórea. Por supuesto, no podemos decir que lo incorpóreo ''toca'' a lo corpóreo porque sería un ridículo. Tampoco podríamos decir que entre lo corpóreo y lo incorpóreo hay una distancia, pues lo incorpóreo no tiene magnitud, no puede medirse. Por lo tanto, la única manera en que lo incorpóreo puede afectar a lo corpóreo es por vía de emanación o influjo. 

De este modo, decimos que la emanación de Dios cae sobre el mundo hasta llegar directamente a los profetas. De esta forma, todo lo que se dice de Dios de que ''habló'' con los profetas o que los ángeles serían ''corpóreos'' son solo metáforas para los menos entendidos. Todo lo de Dios surge desde la influencia o emanación(2).

Capítulo XIII: Teorías acerca del principio del Universo

Maimónides a continuación presenta 3 teorías sobre el origen del Universo.

  1. Primera teoría: el ser humano es llevado a la existencia desde la nada (creatio ex-nihilo). Junto con esto también está incluido el tiempo que sería una cosa creada y que depende del movimiento para existir. 
  2. Segunda teoría: la teoría que sostienen los filósofos de que el Universo se creó a través de algo y que incluso dicha substancia que lo creó, coexisten de alguna manera con Dios. De este modo, tanto el Universo como todo lo que hay en él, es perecedero. 
  3. Tercera teoría: propuesta por Aristóteles y sus discípulos enseñando que el Universo es indestructible, ya que la materia prima también lo es. Recordemos que para Aristóteles la materia es imperecedera, pero susceptible de ser afectada.

Por supuesto, Maimónides se queda con la primera teoría pues coincide con la idea de Dios. No obstante, a Maimónides no le parece ''tan mal'' la teoría de Aristóteles ya que es perfectamente verosímil por lo que se propone explicarla en profundidad. 

Pero antes de hacerlo, Maimónides introducirá algunas otras teorías de los filósofos para explicar el origen.

Capítulo XIV - XV: Aristóteles y el orígen del Universo

Maimónides explica los variados métodos del origen de Universo. 

  1. Primer método: el movimiento es eterno porque si tuviese un principio necesitaría de otro movimiento que haya llegado a la existencia, ya que el paso de la potencia al acto necesita de movimiento. Junto con esto el tiempo también sería eterno.
  2. Segundo método: la substancia es eterna, los atributos son perecederos. Si el mundo tuvo substancia, entonces no puede perecer. 
  3. Tercer método: las esferas no tienen un movimiento contradictorio, pues lo circular no tiene contradicción. De hecho, es eterno.
  4. Cuarto método: el universo tenía 3 maneras de existir: necesaria, imposible o posible. Si hubiese sido necesaria, entonces nunca podría no existir. Si hubiese sido imposible no habría existido. Si hubiese sido posible existe la duda sobre el substrato del Universo, lo cual derivaría a un absurdo porque la substancia es imperecedera; por lo tanto, necesaria(3)
  5. Quinto argumento: si Dios produjo el Universo de la nada, entonces este debió hacerlo con un agente potencial, porque si fuera en acto ya no sería nada. 
  6. Sexto argumento: si Dios no es susceptible de cambios por lo tanto siempre ha estado activo. 
  7. Séptimo argumento: como Dios es perfecto, todas sus creaciones substanciales lo son; por lo tanto, el universo también es imperecedero. 
  8. Octavo argumento: el Universo es la morada de Dios y sus ángeles y por lo tanto, tanto ellos como el Universo son infinitos. 

Desde el argumento 1 hasta el 4 son métodos aristotélicos, mientras los otros son de otros filósofos.

Sin embargo, Maimónides nos dice que Aristóteles nunca quiso probar la eternidad del Universo con estos argumentos. Al contrario, siempre los mantuvo como opinión y no como prueba. Quizás algo de esto puede ser verdad, porque recordemos que los escritos de Aristóteles fueron recopilados, es decir, eran apuntes que el filósofo tenían y que no necesariamente representaban argumentos directos y absolutos sobre la creación del universo(4).

Capítulo XVI - XVII: La creación ex nihilo

Todo lo que es producido pasa de la inexistencia a la existencia, todo pasa de la potencia al acto, de la nada a algo. Realmente es difícil ver cuando una cosa empieza a ser o ya está siendo. Por eso, Maimónides dice especial cuidado con la existencia potencial, es decir, la que se está desarrollando, y aquella que pasa de no-ser a ser. 

Podríamos decir que un hombre viene de la nada, pues no podemos decir que viene del vientre porque de esa manera tendríamos que decir que siempre estuvo allí. Los filósofos insisten en que las cosas se crearon a través de una materia, pero eso nos haría preguntar infinitamente de donde viene toda esa materia. 

Capítulo XVIII: La eternidad del Universo según los filósofos

Los filósofos primero sostienen lo siguiente:

''Si Dios creara algo, tendría que pasar de la potencia al acto''

Pero Maimónides pone la objeción a esto pues todo lo que pasa de la potencia al acto es corpóreo. En otras palabras, lo de potencia y acto es solamente aplicable entre seres corpóreos, no incorpóreos porque de ellos no saldría ninguna forma (al ser incorpóreos).

Otro argumento de los filósofos es este:

 ''Dios no tiene apetencias ni cambios ni impedimentos''

Claro, los filósofos decían esto para decir que el Universo es eterno porque Dios lo creó. Sin embargo, son las cosas creadas las que tienen apetencias, cambios e impedimentos, no el Ser Supremo.

Y la última objeción sería esta:

''Todo lo que proviene de la sabiduría de Dios es eterno''

Maimónides dice que la objeción carece de fundamento, pues no se sabe exactamente cómo es que Dios hizo el universo. Se tendría que preguntarle directamente a él lo cual es absurdo porque es una mente superior que no podemos lograr a comprender completamente. El argumento sería tan imposible de contestar como decir ¿por que Dios creó ciertos planetas y no más? 

Conclusión

Tenemos aquí una de las más grandes objeciones al filósofo de la Antigua Grecia. No obstante, todo esto se hizo en base a su doctrina que no por nada duró más de 200 años. Vemos que Maimónides hace coincidir de alguna manera parte de la doctrina aristotélica con la doctrina judaica, lo que resulta tremendamente novedoso para la época (y peligroso). Pero mucho más me parece coincidente con Plotino, porque los conceptos de flujo y emanación son propios del filósofo romano. En fin, ya podremos ver mucho más en el capítulo que viene a continuación sobre la naturaleza.