viernes, 16 de diciembre de 2016

San Agustín de Hipona - Sobre la música (Libro II: Los pies métricos) (387).

Lo había dicho en el libro anterior de éste tema, que la música es un tema complicado para los neófitos. Por supuesto, la música si es fácil de digerir, pero tras su conformación hay un gran espectro de teoría tanto matemática como visual. No hay mucha gente que decida estudiar música y mucho menos composición por el pobre campo laboral que tienen estas al momento de ejercer. En la antigüedad se decía que sólo pertenecía a aquellos que tenían un talento sagrado, y sobre todo a los poetas que eran conocidos por tener una comunicación secreta con los dioses. 

SOBRE LA MÚSICA


LIBRO II: LOS PIES MÉTRICOS

PRIMERA PARTE: NÚMEROS DE PIES


El músico decide por razón y no por autoridad

El Maestro le pregunta a su Discípulo si es estrictamente necesario seguir las reglas gramaticales para poder pronunciar un verso bello. Este responde que no sería necesario, pues hay palabras que pueden pronunciarse con sílabas largas y otras con sílabas cortas y sonarán bien, siempre y cuando sigan un armonía. 

El Maestro y el Discípulo se ponen a discutir la siguiente frase en latín:

Troiae qui primis ab oris
Troya que fue la primera

La pronunciación de la palabra ''Primis'' comienza con una sílaba breve y otra larga. El Maestro pronuncia mal la palabra Primis haciendo que la última sea larga y la primera corta. Esta acentuación equívoca no es sólo un error gramática, sino que también de pronunciación lo que es doblemente malo. 

Los tipos de Sílabas y su nomenclatura

Recordando un poco lo del libro anterior, el Maestro y el Discípulo recuerdan los conceptos de unidad. Una sílaba es una unidad que no puede compararse por sí misma, inmediatamente necesitará una pluralidad sea esta breve o larga. 

Unión de sílabas (breves y largas)

Ya habíamos visto lo que era un pie y que estos tenían distintas acentuaciones dependiendo de la palabra. Pongamos con el siguiente símbolo ''U'' las sílabas cortas y con este ''_'' las largas. Las combinaciones pueden darse en las siguientes formas:

Pírrico: consta de dos sílabas breves. Por ejemplo, cuando en una oración decimos ''Cuando la...''. Su símbolo sería el siguiente: UU

Yambos: consta de una sílaba breve y otra larga. Por ejemplo, la palabra ''adiós'' (A-diós). Su símbolo sería el siguiente U_.

Troqueo: consta de una sílaba larga y otra breve. Por ejemplo, la palabra ''pasto'' (pas-to). Su símbolo sería el siguiente: _U.

Espondeo: consta de dos sílabas largas. Por ejemplo, la palabra big deal en inglés. Su símbolo sería el siguiente: _ _

Todos estos tienen mínimo dos tiempos y máximo cuatro en todas las poesías. 

Los tríos de sílabas en los pies

El Maestro y el Discípulo siguen tratando de descubrir más pies a través de los ya descubiertos. Entre ellos descubren los siguientes:

Baquio: consta de una sílaba breve y dos largas. Por ejemplo, la frase ''en tú fe''.Su símbolo sería: U_ _.

Antibaquio: consta de dos sílabas largas y una breve. Por ejemplo la frase ''tú mismo''. Su símbolo sería: _ _ U.

Anapesto: consta de una sílaba larga y dos breves. Por ejemplo, la palabra ''practicar''. Su símbolo sería: UU_.

Anfibraco: consta de una sílaba breve, una larga y una breve. Por ejemplo, la palabra ''ventana''. Su símbolo sería: U_U.

Tríbraco: consta de tres sílabas breves. Sólo podríamos ver este fenómenos dentro de una frase; por ejemplo, ''constitu...ir''. Su símbolo será: UUU.

Dáctilo: consta de una sílaba larga y dos breves. Por ejemplo, la palabra ''Dáctilo''. Su símbolo sería _UU.

Crético: consta de una sílaba larga, otra breve y otra larga. Por ejemplo, la palabra ''insulae'' (su pronunciación en latín da dicha pronunciación) Su símbolo sería _U_.

Moloso: consta de tres sílabas largas. Por ejemplo, la palabra ''Aeneas'' (su pronunciación en latín da dicha pronunciación). Su símbolo sería: _ _ _.


Cuatro sílabas en un pie

Luego tenemos la más extendida que sería de cuatro sílabas:

Tetrabarquio (o procelusmático): consta de cuatro sílabas breves. Por ejemplo, la palabra ''avicula'' (su pronunciación en latín da dicha pronunciación). Su símbolo sería: UUUU.

Primus paeon (primer peón): consta de una sílaba larga y tres breves. Por ejemplo, la palabra ''legitimus'' (su pronunciación en latín da dicha pronunciación). Su símbolo sería: _UUU.

Secundus paeon (segundo peón): consta de una sílaba breve, una larga y dos breves. Por ejemplo, la palabra ''América''. Su símbolo sería: U_UU.

Tertius paeon (tercer peón): consta de dos sílabas breves, una larga y una breves. Por ejemplo, la palabra ''aparece''. Su símbolo sería: UU_U.

Cuartus paeon (cuarto peón): consta de tres sílabas breves y una larga. Por ejemplo, la palabra ''aparecer''. Su símbolo sería: UUU_.

Ahora comienza la agrupación de los tonos jónicos de cuatro sílabas que conformarán la métrica completa. 

Jónico menor: consta de dos sílabas breves y dos largas. Por ejemplo, la palabra ''Diomedes''. (su pronunciación en latín da dicha pronunciación). Su símbolo sería: UU_ _.

Jónico mayor: consta de dos sílabas largas y dos breves. Por ejemplo, la palabra ''Iunonius'' (su pronunciación en latín da dicha pronunciación). Su símbolo sería: _ _ UU.

Ditroqueo: consta una sílaba larga, otra breve, otra larga y otra breve. Por ejemplo, la palabra ''cantilena'' (su pronunciación en latín da dicha pronunciación). Su símbolo sería: _U_U.

Diyambo: consta de una sílaba breve, otra larga, otra breve y una larga. Por ejemplo, la palabra ''propinquitas'' (su pronunciación en latín da dicha pronunciación). Su símbolo sería: U_U_.

Coriambo: consta de una sílaba larga, dos breves y una larga. Por ejemplo, la palabra ''armipotens'' (su pronunciación en latín da dicha pronunciación). Su símbolo sería:_UU_.

Antipasto: consta de una sílaba breve, dos largas y una breve. Por ejemplo, la palabra ''saloninus'' (su pronunciación en latín da dicha pronunciación). Su símbolo sería:U_ _U.

Desde aquí comienzan los conocidos epítretos que en realidad son cuatro. 

Primer epítrite: consta de una sílaba breve y tres largas. Por ejemplo, la palabra ''sacerdotes'' (su pronunciación en latín da dicha pronunciación). Su símbolo sería: U_ _ _.

Segundo epítrite: consta de una sílaba larga, otra breve y dos largas. Por ejemplo, la palabra ''conditores'' (su pronunciación en latín da dicha pronunciación). Su símbolo sería: _ U _ _.

Tercer epítrite: consta de dos sílaba largas, otra breve y una larga. Por ejemplo, la palabra ''Demosthenes'' (su pronunciación en latín da dicha pronunciación). Su símbolo sería: _ _ U _.

Cuarto epítriteconsta de tres sílaba largas y una breve. Por ejemplo, la palabra ''Fessennius'' (su pronunciación en latín da dicha pronunciación). Su símbolo sería: _ _ _ U.

Tenemos la última forma de pie que se separa de las otras y al mismo tiempo es la única forma que faltaba. 

Dispondeo: consta de cuatro sílabas largas. Por ejemplo, la palabra ''oratores'' (su pronunciación en latín da dicha pronunciación). Su símbolo sería: _ _ _ _.

Finalmente tenemos los 28 pies de la métrica en la poesía y sólo restaría revisar las posibles combinaciones de uno con otro. 

SEGUNDA PARTE: CLASES DE PIES Y SUS COMBINACIONES

Estructura de los pies

Es de sentido común que en la poesía puedan unirse cada uno de los pies formando distintas combinaciones, aunque hay muchos que no pueden poseer combinación. 

El anfíbraco no puede formar versos

Es dicho que el anfíbraco no puede formar versos en ninguna poesía debido a la estructura complicada que tiene. Sólamente se puede usar de manera aislada y sin añadir ningún otro pie. 

Por otro lado, el anfíbraco no puede coincidir con las partes más débiles (arsis) y las más fuertes (tesis). Arsis y tesis representan lo que en métrica se llama acentuación, y el anfíbraco tiene más partes débiles que fuertes al existir una arsis al comienzo y otra al final, y teniendo sólamente un fuerte (U_U).

Debida combinación de pies

Los pies que contienen dos sílabas son perfectamente combinables al tener el mismo tiempo y percusión. 

El Maestro quiere mostar al Discípulo lo correcta que es su afirmación citanod un antiguo verso. 

At consona/ quae sunt, nisi/ vocalibus/ aptes
Pars dimidi/ um vocis o/ pus proferet/ ex se
Pars muta so/ni comprimet/ ora moli/entum
Illis sonus/ obscurior/ impediti/orque
Utcumque ta/men promitur/ ore semi/cluso

Los dos primeros versos son usados en base a los dos jónicos y los último tres ditroqueo. Esta combinación es perfecta para mostrar que los pies de cuatro sílabas son combinables. En general, el sonido jónico puede unirse con el ditroqueo sin ningún problema. 

El espondeo, el dáctilo, el anapesto y el problemático se pueden unir entre sí. Al baquio se le unen crético y los peones primero, segundo y cuarto, mientras que al antibaquio le corresponden el crético y los peones primero, tercero y cuarto. 


Conclusión

Ya podríamos hablar perfectamente de una introducción al arte de la poesía, al describir la nomenclatura de todos los pies en la métrica. Es difícil leer estas líneas no sabiendo latín y mucho menos si no se sabe de poesía. Quizás sea bueno aprender la poesía de  la cultura romana, y así de paso aprender latín que es tan necesario para la filosofía y para nuestras habilidades lingüísticas. No está demás leer alguna libro complementario a la poesía, aunque para hacer poesía no creo que sea necesario tanta teoría ¿qué opinan ustedes?

martes, 13 de diciembre de 2016

San Agustín de Hipona - Sobre la música (Libro I: El arte de la música) (387).

El obispo de Hipona no sabe de límites, pues incluso hasta en la música pudo intervenir su intelecto. En todo caso, este es un año difícil para el filósofo porque es el mismo año en que muere su madre Mónica (o más bien debiera decir San Mónica). La armonía de la música puede darnos algunas pistas adicionales a la cuestión del alma y la verdad; sin embargo, también están involucradas aquí las matemáticas y las ciencias exactas. Así es, la música no es tan fácil como se piensa, mucho menos bajo la presencia de San Agustín de Hipona

Referencias:

(1) Está bien, en el texto que tenemos de Aristóteles no aparecía, pero aclaramos aquí que el pie pirriquio es de dos sílabas breves (U, U).
(2) Recordemos que los números racionales en matemáticas son aquellos que se pueden expresar en fracción, mientras que los irracionales son aquellos que no se puede representar en fracción. 

SOBRE LA MÚSICA


LIBRO I: EL ARTE DE LA MÚSICA

Primera parte: La música como arte liberal

En este libro veremos a un maestro (supuestamente Agustín) hablando con un discípulo. 

El ritmo y los sonidos

El Maestro y su Discípulo hablan sobre la métrica poética. Para hablar sobre este tema es necesario conocer algo de poesía, por lo que recomiendo ver éste tópico de Aristóteles: Poética.

Así como hay distintas métricas y pies, el Maestro le pregunta a su discípulo si las palabras modus y bonus son las mismas al tener el mismo pie pirriquio(1) (U, U). En todo caso, si bien tienen el mismo sonido, tienen diferente acentuación y por supuesto, distinto sentido (pues medida no es lo mismo que bueno). 

Ahora, ¿de quién se aprende las pulsaciones de las palabras? ¿de uno mismo o del gramático? obviamente uno la puede aprender por sí mismo, pero es finalmente el gramático quien le da nombre a dichas pulsaciones. Estos sonidos y pulsaciones no puede atribuírsele a la gramática, porque el gran dueño de estos sonidos y pulsaciones es la música

Definición de música

Según el Maestro, la música sería el arte del buen modular, pero el discípulo luego le pregunta qué es exactamente modular pues no ve mucha la relación. El Maestro le dice que la relación es obvia al tener el cantante que pronunciar correctamente las palabras, en la medida justa de cada sílaba. De hecho, la palabra modular viene del latín modus que significa medida.

La modulación es una especie de movimiento que se produce en el sujeto. Para tener medida se necesita moverse. Además, es un movimiento que debe ser libre y ejecutado por sí mismo. Por lo tanto, la modulación sería el arte de ''mover bien''. Y si esto es así, entonces la música es el arte de la buena modulación y buena porque el orden es bueno. 

La ciencia en la definición de música

Faltaría agregar si la ciencia es parte del arte o de la música en sí. Muchos dirán que a veces no, pues no es necesario saber la ciencia de la música para poder producirla. Es así que el Maestro le dice a su Discípulo que el ruiseñor canta armoniosamente sin conocer las leyes de la música. 

Pero ¿qué pasa con aquellos que tocan la flauta o la guitarra de muy buena forma? Ellos usan la razón y al usarla están ejecutando un arte que en este caso sería la música. ¿Qué podríamos decir entonces del ruiseñor que canta sin razón? Es que ahí deberíamos diferenciar entre razón e imitación. Muchos obtienen un arte por imitación y otros por razón, el ruiseñor obtendría su canto no por razón, pero sí por imitación. 

En este sentido estamos separando dos cosas: arte y razón. ¿Será pertinente hacer esta separación? el discípulo dice que puede ser separada, así también puede estar unida. La imitación, para el discípulo, pertenece al cuerpo y la ciencia (o arte) pertenece al espíritu. De hecho, ¿queé podríamos decir de la ejecución de un instrumento musical? cuando se toca la flauta se necesita el cuerpo. No obstante, si un hombre conoce todo sobre la música y sobre la ejecución del instrumento ¿será capaz de tocar tan bien como alguien que a diferencia de él ya ha ejercitado con la flauta? sería poco probable...

Así, el ejercicio de un arte como la ejecución de la flauta o del canto está vinculado más con la ciencia que con la imitación. No por saber la ciencia de un instrumento podremos tocarlo como alguien que sí lo ha hecho. Tenemos que añadir además que el uso de la memoria en la ejecución del instrumento es algo crucial;, y como la memoria es parte del espíritu y no del cuerpo, entonces tendremos que decir que el ejercicio es a la vez ciencia. 

El sentido de la música es innato 

Lo innato de la música puede verse cuando un público que no es docto en la música, aprueba a quienes tocan bien la flauta y abuchean a quienes no lo hacen bien. 

Los histriones, actores de la antigüedad, cantaban en sus obras de teatro sin conocer nada de la teoría de la música. Muchos de ellos eran alabados por su talento, y se pensaba que al tener tal talento eran a la vez grandes conocedores de la teoría musical (lo cual, en general no era cierto). 


Segunda parte: Los movimientos rítmicos

Forma y proporción de los movimientos rítmicos

Lo primero que se disponen a discutir el Maestro y el Discípulo son los contrarios de mucho tiempo, velozmente y  prolongado. ¿Para qué? para establecer los tiempos de los movimientos rítmicos. 

Veamos cómo los dos establecen los contrarios:

Mucho tiempo / No mucho tiempo
Velozmente / Lentamente
Prolongado / No prolongado

En cuanto a lo prolongado, en realidad no existe una palabra que haga el contrario. Por lo tanto, sólo queda decir ''no prolongado''. 

El movimiento duradero y no duradero

Todos los intervalos de tiempo serán mayores o menores según sea la proporción que se de; por ejemplo, dos horas serán mucho tiempo con lo que respecta a una hora que representa no mucho tiempo. Lo que definimos como mucho o poco dependerá de la posición del tiempo que tengamos como referencia. 

Movimientos racionales, iguales y desiguales

Existen números que son racionales y otros que son irracionales(2). Los primeros quieren decir que tienen medida, mientras los segundos son los infinitos o los excedidos: los que no tienen medida

Las proporciones racionales desiguales son aquellas que pueden expresarse en fracciones que sobrepasan una mitad:

Por ejemplo:

2/4
6/8

Mientras que existen otros que no se pueden expresar en fracción (irracionales desiguales).

Por ejemplo:

3/10
4/11

Cuando el Maestro le pregunta al Discípulo cuál preferir, éste dice que será mejor preferir los racionales desiguales por la lógica que contienen en sí mismos. Los dos quedan en llamar así a las siguientes expresiones matemáticas:

Racionales desiguales: números connumerados
Irracionales desiguales: números dinumerados

Es probable que no encontremos una definición de estos conceptos nuevamente señalados. 

Movimientos multiplicados y sesquiálteros

En los números connumerados, el número menor indica la proporción del mayor, o si prefieren, lo mide. Por ejemplo, 2 es contenido dos veces por el 4, el 3 contenido dos veces por el 6 y el 4 dos veces por el ocho. Otro ocurre en la expresión 6/8 donde el mayor sobre pasa al menor por dos. Estos son connumerados porque contienen al número 2 cuatro veces en el caso del 8 y tres veces en el caso del 6. 

Por esta razón los números connumerados los llamarán ''multiplicados'' porque su base es el múltiplo.

Los números dinumerados serán aquellos números donde el primer número es mayor que el segundo; por ejemplo en la expresión 3/2 donde el número mayor se sobrepasa por un tercio, la expresión 4/3 donde el número mayor lo sobrepasa por un cuarto y en la expresión 5/4 donde el número mayor sobrepasa por un quinto al menor. 

El número y el infinito son mensurables

Los números son infinitos y eso cualquiera lo puede saber, tanto así que los números pronunciables son finitos y los impronunciables son infinitos. Sin embargo, ¿existen números infinitos? La respuesta es no. Los números tienen una progresión, una tendencia infinita, pero el Maestro nos dice que es más que eso, pues, el límite de un conteo siempre irá en diez. ¿Cómo podría no ser mensurable esa unidad? 

1 a 10
10 a 100
100 a 1.000
1000 a 10.000

Esta sucesión es comprensible, pronunciable y limitada; por lo tanto, bien podríamos describir el infinito de esta manera, pues a cada ''decena'' se vuelve a comenzar. 

Los números 3 y 4 son perfectos

Hay una pregunta bastante filosófica a este respecto ¿por qué se llega a la decena y luego se vuelve a comenzar? Todo tiene un principio, un medio y un final; sin embargo, ¿dónde están contenidos el principio, el medio y el fin? el Discípulo dice que en el número 3 a lo que el Maestro concuerda perfectamente. Por lo tanto, en este sentido el número 3 sería perfecto. 

Ahora, si el número 3 que es impar es perfecto ¿existirá un número par perfecto? En primer lugar, el 1 es el único que representa un principio y no puede tener otro antes de él; y además es principio de todos los números siguientes. Por otro lado, tenemos la dualidad o la pluralidad que solamente la puede dar el número 2.

1: unidad
2: pluralidad 

El número tres nace de agregar la unidad al número dos,el cuatro nacerá de otra unidad y así sucesivamente. Para ver el número par perfecto tendremos que analizar los extremos del número tres:

1 / 2 / 3

¿Cuales son los extremos? 1 y 3. ¿Cuál es la suma de ellos? 4. Por lo tanto, el número par perfecto sería el 4. Es más, estos números son proporcionados en sí mismos, a diferencia de los otros números que siguen; por ejemplo, la suma de los extremos 1 y 3 da 4; porque obviamente son números impares por eso se pueden sumar. Queda el 2 que sería el medio ¿con cuál se podría sumar? si se suma con 1 sería absurdo pues daría 3 y además 1 es un número impar y 2 par. El mismo absurdo sería de sumar el 2 que es par y el 3 que es impar pues daría 5 y se saltarían el 4, por lo que no habría proporción. 

No obstante, si al 2 lo equiparo con 4, ahí el medio tendría un equilibrio con respecto a los números que lo rodean (1 y 3). El medio tiene que ser la armonía de los extremos; por lo tanto, como en 1,2 y 3 no hay otro número par que el 2, entonces el 2 se tiene que sumar así mismo y esto dará 4. También el 4 podría salir de la suma de los extremos: 1 y 3. ¿Qué pasa con los demás números (5,6,7,8 y 9)? Estos no son proporcionados en sí mismos porque sólo se puede calcular las proporciones por los primeros números pares e impares. 

1 + 3 = 4 (impares)
2 + 2 = 4 (pares)
1 + 4 = (¿par e impar?)
3 + 2 = (¿par e impar?)
3 + 4 = (¿par e impar?)

Ahora, bien podríamos decir que la suma de los dos pares 2 y 4 da 6, pero ¿dónde queda el 5? el 5 no podría ser proporcionado por los pares se saltarían un número impar. El mismo caso sería si se nos ocurriera sumar el 3 con 3 (aunque recordemos que el 3 ya tiene su impar que es el uno y no necesitaría otro impar). Por lo tanto, sólo los números 1, 2, 3 y 4 sería proporcionados por sí mismo. 

1: Principio de los números impares
2: Principio de los números pares
3: Fin del número impar
4: Fin del número par

Por otra parte, si estos números (1,2,3 y 4) son perfectos, entonces estos deben también mostrar continuidad entre ellos. 

1 + 1 = 2
1 + 2 = 3 (la suma de un principio general con un fin general)
1 + 3 = 4
1 + 4 = 5 (el principio impar tiene que ir con su fin impar)

2 + 1 = 3
2 + 2 = 4
2 + 3 = 5 (el principio par tiene que ir con su fin par)
2 + 4 = 6 (no hay continuidad con el número 5)

3 + 1 = 4 
3 + 2 = 5 (el principio impar tiene que ir con su fin impar)
3 + 3 = 6 (no hay continuidad con el número 5)
3 + 4 = 7 (no hay continuidad con el número 5 y 6)

4 + 1 = 5 (el principio impar tiene que ir con su fin impar)
4 + 2 = 6 (no hay continuidad con el número 5)
4 + 3 = 7 (no hay continuidad con el número 5 y 6)
4 + 4 = 8 (no hay continuidad con el número 5, 6, 7 y 8)

Podríamos demostrar aún otra cosa que sería más increíble aún de la perfección de estos cuatro números. Estos cuatro números hacen las decenas que conforman la infinitud ¿cómo lo hacen si sólo la numeración llega hasta 4? La suma de ellos nos dará la respuesta:

1 + 2 + 3 + 4 = 10

Así tenemos que los números perfectos serían el 3 por marcar el principio de todas las cosas como el inicio, el medio y el final; y el 4 por mostrarnos la exactitud con los números pares e impares, y también su perfección sumando las decenas infinitas.  

El movimiento de los sentidos

Los sentidos pueden percibir con exactitud la armonía de la música, así como dijimos que la audiencia en un teatro puede percibir cuando un músico ejecuta de manera armoniosa un instrumento y también cuando lo ejecuta mal. 

Conclusión

Sin duda que la música pareciera ser algo innato, sin embargo, ¿qué diría San Agustín sobre el aprendizaje de tal música? yo por mi parte pienso que el ''buen gusto'' o ''la armonía'' en la música es más bien aprendida, pero bueno, eso sería una discusión de largos días. Bellísimo es el análisis que hace sobre la música, quizás me parece un tanto rebuscado lo de la perfección de los números, además de desviarse un poco del tema principal. Ese tema de los números me recordó mucho a los pitagóricos que también adoraban el número 10, aunque San Agustín nos explica aquí cómo es que se forma éste. 

domingo, 11 de diciembre de 2016

San Agustín de Hipona - La inmortalidad del alma (387).

San Agustín de Hipona, no contento con la descripción anteriores del alma, dedica un libro exclusivamente a averiguar la inmortalidad del alma. En todo caso, recordemos que en libro anterior, San Agustín todavía quedaba con algunas dudas de que el alma fuera inmortal, pues si bien es cierto que la dialéctica y las demás ciencias que nos muestran la verdad son perfectas, también es cierto que cuando el hombre muere morirían al mismo tiempo lo que él sabía sobre dichas ciencias. En todo caso, ahora veremos cómo el obispo de Hipona nos describe el alma y la verdad en profundidad.

Referencias:

(1) Esta es una visión muy aristotélica pues recordemos que el mismo Aristóteles decía que los cuerpos podían dividirse infinitamente, hasta que se descubrieron los átomos. 

LA INMORTALIDAD DEL ALMA


El ánimo en el sujeto

Si la disciplina es una cuestión perfecta y ésta no puede vivir sin el sujeto, entonces el sujeto y la disciplina son verdad. Nada puede hacerse sin la habilidad de la dialéctica y es innegable que ésta está unida al razonamiento; por lo tanto, la ciencia o habilidad que el sujeto tenga son inmortales. 

Sin embargo, sin la disposición y ánimo del sujeto para con la disciplina sería imposible que tal disciplina existiera. En este respecto, el ánimo del sujeto es inmortal, aún aunque el sujeto ya no exista. El ánimo es inalterable porque no pertenece a las cosas del cuerpo, sino más bien a las cosas inteligibles, ¿por qué? por causa de su inmortalidad. 

El ánimo en el cuerpo

Lo que es inmortal y divino no existe en el cuerpo, al estar este compuesto de materia y limitantes que no permiten ser algo sagrado. El cuerpo es limitado y tiene partes lo que no lo hace apto para recibir algo como el ánimo. Por otro lado, el tiempo también es una cuestión a considerar para ver las cosas materiales. En efecto, todo lo que tenga pasado y futuro será considerado material y corpóreo, mientras que lo que se mantiene en el tiempo será considerado divino. 

El arte y el ánimo

El arte al igual que las múltiples disciplinas es eterno, pues está hecho para ser así. Aunque un gran contribuidor de un arte muera, su legado quedará para las futuras generaciones y así su arte durará por siempre. Así ha pasado con los pintores que son conocidos por diversas técnicas y que éstas luego son utilizadas. Estos pintores están muertos, pero el ánimo de pintar de esa manera no termina. 

La mutabilidad del ánimo

Puede ser que cuando el sujeto sufra una modificación, su ánimo cambie paralelamente a la modificación. Incluso el alma puede sufrir alteraciones a cambio de los placeres y los dolores, entonces ¿cómo puede ser que el ánimo al ser inmortal pueda sufrir alteraciones?

De hecho, en al vida hay sujetos que se pueden destruir completamente: por ejemplo, la cera se puede derretir hasta ya no ser más lo que era antes. Sin embargo, en el caso del alma, aunque está fuera modificada por los placeres y dolores, el alma jamás dejará de ser alma. Lo mismo ocurriría a la razón, aunque se vea afectada, esta nunca dejará de ser tal; por lo tanto, el ánimo no podría ser mutable.


El ánimo y sus características

Razón en el alma

Según Agustín, la razón se contempla de tres formas en el alma:


  1. El medio por el cual el alma puede contemplar lo verdadero.
  2. Contemplación inmediata de lo verdadero.
  3. Contemplación del ánimo cuando contempla lo verdadero.

Agustín nos dice que no hay duda que la primera clase de razón es la verdadera, mas ¿no será así con la segunda y con la tercera? El problema quizás con la segunda es que ésta necesita el ánimo para producir lo verdadero. No obstante, con la tercera tendremos problemas porque quizás el ánimo necesita del cuerpo para contemplar. La diferencia siempre estará en entender los sucesos que pasan a nuestro alrededor. 

Ahora, en razón de lo último mencionado ¿cómo se relaciona el ánimo del sujeto con el objeto contemplado? De aquí se desprenden otras tres hipótesis:

  1. El ánimo del sujeto es verdadero
  2. El objeto contemplado es verdadero
  3. Ambos, ánimo y objeto, son sustancias.

La primera hipótesis nos habla de la inmortalidad del sujeto y además de que todo sujeto es más importante que el objeto. En efecto, el objeto no puede existir sin el sujeto. En la segunda, el objeto es más estimable que el sujeto y en la tercera podríamos pensar que ambas subsisten sin modificar la una a la otra. 

Sin embargo, Agustín nos dice que ánimo y razón (objeto) deberían ser inseparables. Nada puede ser más divino que la razón, es decir, la razón es mucho mejor que el ánimo. Podría pensarse que el ánimo se separa de la razón al ser de alguna manera ''inferior'', aunque esto no es así. La energía de la razón hace que el ánimo se fortalezca y pueda sostenerse en el tiempo, ¿qué quiere decir esto? que el ánimo es inseparable de la razón. No hay espacio entre la razón y el ánimo, se necesitan mutuamente

El ánimo puede menoscabar

La estulticia puede separar a la razón del ánimo, pero una vez quiere estar con la razón se vuelve totalmente inmortal. Cuando el ánimo se aleja de la razón, Agustín nos dice que este menoscabo lo lleva a la nada ¿Por qué? porque este es el mayor menoscabo que puede sufrir una cosa. Sin embargo, el ánimo no puede ser aniquilado por una cuestión muy simple: nada puede llegar a la nada. En efecto, los cuerpos pueden dividirse infinitamente y así nunca podrán llegar a la nada(1).

El principio del cuerpo

Ningún cuerpo puede generarse por sí mismo. Éste necesita ser generado por alguien más, una entidad superior que lo pudiera moldear. Ahora, dicho hacedor del cuerpo no puede ser igual que el cuerpo, debe tener algo superior al cuerpo también. 

El mismo caso es el Universo, este se debió crear por una entidad muy poderosa que con su sóla energía mantiene al Universo. ¿Qué quiere decir? que la entidad máxima no es indiferente al universo, sino que al mantener el Universo está más presente que nunca. Si la máxima entidad se retira del Universo, entonces el Universo no tendría dónde sostenerse. 

El ánimo y su relación con el cuerpo

Ya habíamos dicho que el ánimo no puede morir y que de éste depende el cuerpo. En efecto, para que el cuerpo siga vivo necesita del ánimo y sobre todo cuando éste está en su parte inteligible. Además, la falsedad no puede tampoco menoscabar el ánimo, puesto que el ánimo es inmortal y por eso es verdad. Recordemos que la verdad es lo que hace que una falsedad sea

Podría pensarse que si bien el ánimo no se destruye, entonces se minimiza cuando está con el cuerpo. El ánimo no puede hacer él mismo cuerpo, pero sí podría ser llevado a ser cuerpo por un ente superior. Dios sería la única potencia que podría llevar al ánimo a ser cuerpo, sin embargo, eso nunca ocurre porque Dios no permitiría que algo inmortal se convirtiera en mortal. 

También puede pensarse que el ánimo decrece cuando el sujeto está durmiendo. 

La verdad no tiene contrarios

La verdad es lo que da existencia a las cosas; por lo tanto, si una mentira quisiera existir esa mentira tendría que ser verdad. ¿Que no podría ser verdad? tendría que ser verdad el no-ser. En palabras de San Agustín:

''Nada existe contrario a la existencia''

Por lo tanto, nada es falso en cuanto que lo falso debe existir para ser falso. 

El alma racional no puede ser irracional

Las almas inferiores reciben de sí las órdenes de las superiores, y es así que el alma inferior recibe todo desde el alma superior y no al revés. El cuerpo es lo que es siempre gracias al alma con lo que podríamos decir que el alma inferior tiene la misma relación con el cuerpo, en cuanto que es comandada por el alma. 

Además, el alma está en todo el cuerpo y en cada una de sus partes de manera individual. Si el alma no existiera en el cuerpo, cuando nos doliera una parte del cuerpo, éste no sería capaz de decir dónde tuvo origen el dolor; todo eso es gracias al alma. 

Conclusión

Aquí estamos presentes a una continuación de las descripciones del alma. Parece ser que aparte de Dios, el alma es una entidad superior en el ser humano y éste debe aspirar a la contemplación de esta para ser mejor. No obstante, la investigación del alma no termina aquí, pues hay aproximadamente dos libros más acerca del alma. Lo que me llama la atención de éste libro es la teoría que Agustín nos presenta sobre la verdad. Acaso si la misma falsedad tiene que ser algo verdadero ¿no podría existir la falsedad en sí? Una pregunta difícil bajo la perspectiva y contribución del obispo de Hipona. 

sábado, 10 de diciembre de 2016

San Agustín de Hipona - Soliloquios (Libro II: El alma y la verdad) (386).

Por lo visto en lso capítulos anteriores, hemos podido ver que para contemplar la verdad, lo único que debemos hacer es mirar en nuestra alma, en nuestro interior y si hacemos una introspección más profunda, tendremos la posibilidad de ver y conocer a Dios finalmente. Este libro parece ser otro exhortación a dejar los bienes materiales de una vez por todas, y dedicarnos a la vida contemplativa que tanto habían hablado los filósofos griegos. Por supuesto, esta vida no puede estar llena de pereza sino más bien como Marco Tulio Cicerón lo llamaba ''otium cum dignitate'' (ocio con dignidad).

SOLILOQUIOS


LIBRO II: EL ALMA Y LA VERDAD

Capítulo I: La inmortalidad del alma

Agustín quiere saber si él es inmortal, es decir, si su alma sobrevive al cuerpo y puede contemplar todo lo que ha querido en vida. Razón le comenta a Agustín que al saber sobre el alma y las verdades que esta conlleva, entonces las preguntas de su existencia quedarán claras, pues ya estará contemplando la verdad. 

Capítulo II: La verdad es eterna

Como habíamos visto, la verdad es la esencia de las cosas y por esta razón siempre vivirá. Aunque lo verdadero se destruya, la verdad de esa cosa destruida sobrevivirá por siempre. Así es que lo verdadero siempre dependerá de la verdad que es su esencia, de hecho, es la verdad lo que hace a las cosas verdaderas. 

Capítulo III y IV: Lo falso y lo verdadero

Ya sabemos dónde está la verdad ahora queda resta saber ¿dónde está la falsedad? La falsedad dice Razón se encuentra en los sentidos del hombre y no en su lado inteligible. Sin embargo, gracias al alma podemos tener sentidos, entonces, ¿cómo se entiende que el alma nos muestra la verdad si es cómplice de los sentidos? Por ahora, Agustín no hace más que aceptar ésta premisa de Razón. 

Perpetuidad de lo falso y lo verdadero

Lo falso siempre será aquello que difiere de lo verdadero, o que nos parece verdadero. Si el sujeto no está para mirar el objeto, entonces la falsedad y la verdad desaparecen. Pero el alma siempre está en el sujeto y por lo tanto siempre tendrá la oportunidad de ver la verdad. Sin embargo, solamente mediante el alma podrá verla, pero no por eso debemos despreciar los sentidos, pues los sentidos no pueden existir sin cuerpo y el cuerpo no puede existir sin el alma. 

Capítulo V: ¿Qué es la verdad?

Agustín había acertado en decir que todo lo que se aleja de lo falso a través de los sentidos era finalmente verdadero. ¿Qué consecuencias trae esto? Unas muy curiosas... Imaginemos que tenemos una piedra en la mano. Arrojemos esta piedra muy lejos de modo que no podamos verla. ¿Existirá la piedra mientras no la veamos? Se podría pensar que sí, pero pensémoslo de esta manera. Si me ocultan una piedra en el cajón y yo paso por el cajón sin saber que hay una piedra ¿existirá para mí la piedra oculta? Según San Agustín, esta piedra no existiría porque lo verdadero consta de percibir lo verdaderos de lo falso y esto sólo se puede hacer a través de los sentidos. 

Agustín admite que esto puede ser algo absurdo y trata de redefinir el concepto de verdad diciendo lo siguiente:

''Es verdadero aquello que en sí es tal como le parece al sujeto''

Esto quiere decir que si una cosa no es conocida, entonces no puede ser verdadera. Por lo tanto, nada puede ser verdadero por sí mismo, sólo el sujeto puede determinar qué cosa es verdadera. 

Capítulo VI: Definición de falsedad

La falsedad como es esperado es eso que no es tal como parece. Cuando vemos un hombre o un perro en sueños, estos no pueden ser verdaderos porque solamente se parecen a hombres y perros verdaderos; por lo tanto, todo lo de los sueños es falso. Lo mismo pasa con las cosas que se ven reflejadas en el agua y en el espejo. 

Razón le relata a Agustín la teoría de la semejanza la cual consiste en deducir que todo lo falso está en las cosas que aparentan ser. 

Capítulo VII: Lo verdadero y lo semejante

En este capítulo la perspectiva y argumentación de Razón cambia un poco porque ahora, Razón nos dice que la verdad representa a la semejanza entre dos cosas y la falsedad representa la ilusión o desemejanza entre dos cosas. Así, Razón dice que la semejanza es la madre de la verdad, así como la desemejanza es la madre de la falsedad. 

Capítulo VIII y IX: Lo falso, lo falaz y lo mentiroso

En un principio Agustín se ve algo confuso. Si lo verdadero es lo que es y los ojos son lo que ven lo verdadero, entonces nada sería falso. Pero si decimos que lo semejante existe entonces nada verdadero existe, puesto que todas las cosas se parecen unas a otras. 

Definiciones

Para arrojar algunas luces en el terreno de la falsedad, Razón ayuda a Agustín a resolver la confusión.

Falso: lo que parecer ser no es
Falaz: lo que desea engañar
Mentira: sin ánimo de engañar se asevera algo que no es cierto

Desde esto nos guiaremos para analizar lo que sigue en adelante del tema. 

Capítulo X, XI y XII: Cosas que son verdaderas y cosas que son falsas

Las cosas falsas no son del todo malas, pues muchas de ellas son apreciadas en el arte; por ejemplo, en la música, en la pintura y en la poesía. De alguna manera, la falsedad realza la verdad y le pone más énfasis. 

La verdad en las ciencias

Las ciencias como la gramática o también cosas como las fábulas tienen que ser verdaderas para ser posibles. Sin embargo, el contenido de las fábulas son mentiras y la gramática estaría al servicio de ellas. ¿Cómo será que estas dos disciplinas son verdaderas? Para Agustín, las fábulas son creadas sólo con un propósito educativo, es decir, son mentiras al servicio de los valores. 

En cuanto a la gramática diremos pues que es verdadera porque está basada justamente en la dialéctica. Todos sabemos que la dialéctica es la disciplina de la verdad porque busca la misma. 

Capítulo XIII : ¿Dónde está la inmortalidad del alma?

Nada puede ser más contrario a la vida que la muerte, y así como el alma está vinculada a la muerte, entonces el alma al mismo tiempo que el cuerpo muere. Por lo menos, esto es lo que a primeras luces acierta en decir Agustín de Hipona.

Sin embargo, Razón le dice que por esos mismos razonamientos, Agustín está asumiendo que el alma es inmortal. En efecto, todo lo que pertenece al sujeto debe ser verdad ¿qué cosas? las disciplinas como la gramática y la dialéctica, al ser verdades en un sujeto deben quedar en un lado del alma. Y si las disciplinas son verdades, entonces son inmortales. En ese caso, el alma sería la verdad, y el cuerpo lo verdadero. 


Capítulo XIV y XV: Naturaleza de lo verdadero y lo falso


Agustín se muestra un poco escéptico a el razonamiento de Razón, y pide que se indague con mucho más detalle. Razón le dice a Agustín que aún mantengan la premisa de que la verdad no puede perecer. 

La duda de Agustín es aceptable de pensar, pues si la gramática y la fábula tienen cosas de verdad, entonces podríamos decir que la tortuga de los cuentos de Esopo realmente hablaba y realmente tuvo una carrera con un conejo. Sin embargo, Razón le dice a Agustín que para que eso sea falsedad, primero, esa falsedad tendría que existir porque nada se puede predicar de lo que no existe. Por lo tanto, no podríamos decir que el cuento de Esopo es falso, pues existe. 

¿Cómo? acaso cuando decimos que un conejo le ganó a un tortuga en una competencia, y que encima pudieron conversar antes de la carrera ¿estaré diciendo algo falso o no? Sí, sería falso, pero se asemeja a la verdad porque existe. En otras palabras, la existencia es equivalente a la verdad. 

Capítulo XVI, XVII: ¿Existe lo completamente falso o completamente verdadero?

Esta pregunta parece simple pero al mismo tiempo es muy compleja. Razón le dice a Agustín que una cosa completamente verdadera sería una piedra, pues esta no tiene que imitar nada, y al estar fuera de la imitación no puede ser falsa. Agustín le dice a Razón que a lo mejor una piedra podría pertenecer a la categoría de los cuerpos, es decir, que imita la forma de un cuerpo. A lo que Razón responde que eso sería lo mismo que decir que Dios cae en la categoría de cuerpo, a modo de tratar de entenderlo lo cual sería falso. Lo mismo pasaría con la nada, para describirla tendríamos que imaginarla en un lugar lo cual es ridículo. 

Capítulo XVIII y XIX: La veracidad de las cosas

Resta saber si la verdad que hablan Razón y Agustín se encuentra en los cuerpos y en la materialidad en general. Razón le pregunta a Agustín si las figuras geométricas están presente en los cuerpos, a lo que San Agustín responde negativamente, a lo más, los cuerpos aspiran a ser figuras geométricas pero no les alcanza. 

Capítulo XX: El recuerdo de las cosas

¿Cómo es que recordamos? seguramente si nos preguntan de nuestra infancia no podremos decir nada, puesto que, según Razón esa parte de la memoria está cubierta por un pesadísimo olvido. Otras cosas pueden recordarse pero con un sumo esfuerzo de quien recuerda, pues no son memorias tan lejanas. De ahí que se nos presenta a una persona y si la hemos visto comenzamos a recordarla hasta dar con ''dónde'' se vio a dicha persona. Cuando la recordamos su imagen se nos viene como a una luz en nuestra mente. 

Por otro lado están las cosas que nunca olvidaremos porque están teñidas de una verdad inconfundible. Cuando las cosas son claras y manifiestas nunca se olvidarán en la mente de los hombres. Aquí razón representa dos formas del pensamiento o de la mente, un pensamiento superior que se impone con colores e imágenes falsas y otro pensamiento inferior que trata de llevarnos a la racionalidad y al entendimiento real de las cosas. 

Conclusión

Podemos ver aquí una especie de psicología del entendimiento humano retratada en un diálogo, al más puro estilo platónico por supuesto. El tema de la verdad ha sido un tema controversial en la historia de la filosofía., y en este blog la hemos visto de mil y un maneras. No importa la ideología o paradigma en que se vea el tema de la verdad, siempre será importante analizarlo y tomando todos los puntos de vista posibles. Claro, el tema de la verdad en el cristianismo es revelada por Dios y eso debe ser indiscutible. 

viernes, 9 de diciembre de 2016

San Agustín de Hipona - Soliloquios (Libro I: Dios y razón) (386)

Nos encontramos con un diálogo diferente. Ya no están los discípulos o amigos de Agustín, ni siquiera su madre. Este pareciera ser un diálogo interno entre el joven Agustín y su interlocutor llamado ''Razón''. Más que un diálogo a presentar como discutía con sus alumnos,  este pareciera ser un diálogo profundo consigo mismo para descubrir la verdad sobre Dios y los misterios que lo rodean. ¿Qué nos puede entregar la razón que a ratos está tan lejos de Dios? ¿Acaso Agustín querrá unir estos dos conceptos irreconciliables durante años? Veamos lo que nos depara el obispo de Hipona.

SOLILOQUIOS

LIBRO I: DIOS Y RAZÓN

Capítulo I: Plegaria a Dios

Como dijimos en la introducción, Agustín habla consigo mismo diciendo que hay una voz que escucha llamada ''Razón''. Esta le hace una pregunta trascendental que es: ''¿Será la memoria suficiente para mantener tus pensamientos?'' a lo que Agustín responde que no, la única forma para retenerlos sería escribirlos, pero no todos se puede escribir (pues requiere mucho tiempo libre).

La Razón le dice que de todas maneras tome apunte a lo que pueda y Agustín se pone a dar unas oraciones a Dios, estableciendo la importancia de la búsqueda sobre Dios lo cual significa que si buscamos es porque ya lo tenemos. 

Capítulo II: Lo que se ha de amar

Ahora que Agustín ha rezado y rogado a Dios, Razón le dice qué quisiera conocer y Agustín le pregunta a Dios, sin embargo, Agustín no sabe cómo hacerlo pues no conoce nada similar a Dios. 

Agustín admite que no conoce a Dios, pero que lo ama, así como también ama su alma que fue obra de Dios. Cuando Razón le pregunta si ama a sus amigos, Agustín responde que sí, pero especifica que ama el alma de sus amigos y no como animales.

Capítulo III: Conocimiento de Dios

Razón le pregunta si le gustaría conocer a Dios tanto como conoce a su amigo Alipio, pero San Agustín le responde que no, puesto que no conoce bien a su amigo Alipio. ¿Cómo? Alipio puede ser uno de los amigos más cercanos de Agustín y éste dice que ¿no lo conoce?

Lo que pasa es que Agustín sólo conoce a Alipio a través de los sentidos y no mucho a través del entendimiento. Dice que es muy difícil conocer a todos a través de esto, pues Agustín declara que tampoco se conoce a sí mismo (ni Alipio tampoco se conoce a sí mismo). Razón le pregunta si no sería cruel desconocer al amigo y este responde que no ni siquiera Alipio se conoce a sí mismo. 

Por lo tanto, si aún no puede conocer del todo a Alipio, mucho más costoso será conocer a Dios. 

Capítulo IV, V, VII y VIII : El deseo de conocer a Dios

Agustín nos dice que es muy complicado conocer a Dios y no existe instrumento equivalente con el cual se pueda medir y elaborar un juicio. 

Razón le dice a Agustín al menos un camino para llegar a Dios tiene que ser el de la esperanza o el de la fe. Si a un enfermo se le da un remedio el cual no cree indispensable o necesario, éste no lo tomará. Así, fe y esperanza son los conceptos apropiados para seguir el camino a la contemplación de Dios. 

Capítulo IX y X: Amor a las cosas

El temor a perder

La pregunta que da Razón es importantísima, ¿amas a alguna cosa fuera de tu alma y fuera de Dios? Agustín desearía responder negativamente a esta pregunta, pero nos dice ''no sé''. El obispo nos dice que mediante la experiencia se ha impresionado de cosas pasadas que antes no le llamaban la atención, pero que analizandolas más en detalle si le llaman la atención. 

Eso sí, Agustín confiesa que hay tres cosas que lo perturban siempre, es decir, que les tiene aversión. 


  • Miedo a perder a sus amigos
  • El dolor
  • La muerte


Si Agustín tiene miedo de perder a sus amigos, entonces el filósofo ama a sus amigos, ya que de lo contrario no tendría miedo de perderlos. Esto desencadenaría dos consecuencias; la primera, que Agustín es desdichado al no tener a sus amigos siempre; la segunda, es dichoso cuando están todos sus amigos alrededor suyo. 

Inmediatamente, Razón le dice a Agustín que es presa de los placeres del alma. Está condicionado por los placeres, puesto que la asistencia de sus amigos es crucial para que se encuentre feliz. 

Abstinencia a las cosas materiales

Agustín le confiesa a Razón que ha dejado de querer las riquezas, así como también ha dejado de buscar los honores. También se le pregunta si quisiera tener mujeres, pero Agustín dice que tampoco. Su abstinencia ha llegado a un punto tal que ya no le llaman la atención las mujeres hermosas. Finalmente, tampoco está adherido a los manjares, pues el obispo nos dice que los quiere en cuanto procuran la salud del cuerpo; es decir, los manjares necesarios. 

Capítulo XI: El uso de los bienes

Si bien Agustín demuestra una abstinencia admirable, para poder estar con sus amigos necesitará de una base básica de economía y para enseñar a todos su sabiduría tendrá que obtener honores. Quizás no sea necesario tener mujeres, pero sí serán necesarios los otros casos. Agustín responde afirmativamente a las preguntas señaladas por la razón. 

Sin embargo, Agustín añade que la economía y los honores no son deseables por sí mismos. Para alcanzar todos los objetivos nombrados por Razón, la economía y el honor serán tolerables y no deseables a la hora de alcanzar los objetivos más nobles.

Capítulo XII: Pasiones y deseos al sumo bien

Agustín declara a Razón que las pasiones y deseos que tiene siempre se los utilizará como un medio para obtener otras cosas; por ejemplo, la sabiduría o el conocimiento divino de Dios. Podemos ver que en este aspecto Agustín adhiere a los estoicos, pues estos también decían que el placer y el dolor son medios para alcanzar el supremo bien. 

El obispo de Hipona nos dice incluso que desprecia su vida en cuanto le impide alcanzar la sabiduría y ese conocimiento divino que quiere. Sólo desea la vida en cuanto le permite vivir para alcanzar cierto objetivo, pero no en sí misma. 

Capítulo XIII y XIV: Los medios para alcanzar la sabiduría

Nuevamente se dice que los ojos son los apropiados para poder ver las cosas interiores. Estos se utilizan pero para mirar al interior nuestro y así alcanzar la contemplación de Dios. 

Razón comienza a relatar una serie de sucesos con lo cual Agustín se ha sentido bien con los placeres. La caricia de las mujeres es una cosa irresistible para San Agustín al igual que los manjares que comía sin medida. Los sentidos nos atraen mucho y nos engañan al hacernos pensar que nos muestran la verdad; sobre todo, cuando el médico nos dice que corporalmente estamos bien. Ahí tendremos que confiar en nuestros sentidos y agradecerle al médico. 

Capítulo XV: Conocimiento del alma y confianza en Dios

Agustín se ve angustiado e incluso llora ante estos recuerdos que Razón le da. Sin embargo, antes de acabar el primer libro, Agustín le dice que antes quisiera saber entonces cómo llegar a Dios. Para conocer a Dios lo primero que se debe conocer es la verdad, pues ésta es el medio para encontrar a Dios. 

Primero que todo, Razón le pide a Agustín que distinga entre Verdad y Verdadero. A Agustín le parece que son cosas distintas, así como la castidad es diferente de lo casto. En efecto, lo más excelente es la verdad porque no hace lo verdadero a la verdad, sino todo lo contrario. En todo caso, lo que es verdadero, lo es a causa de la verdad. 

No obstante, Razón le pregunta, si un hombre deja de ser casto ¿se acabará castidad? Agustín responde que sí y a ésta respuesta, Razón le dice que entonces la verdad depende totalmente de lo verdadero. Agustín queda asombrado y muy intrigado ante tal argumentación. 

Razón le argumenta que nada hay verdadero sin que exista la verdad. La verdad resiste a todo, pero no se puede alcanzar con los sentidos, ciertamente, la verdad no está en ninguna parte a no ser que se vea con lo inteligible. 

Conclusión

Otra magnífica defensa a la subjetividad y a la verdad interior que subyace en todos los seres humanos. Todos estos argumentos lógicos hablan sobre la verdad de Dios en el hombre, y como éste se debe alejar de las cosas materiales, o por lo menos, no alejarse, pero sí usarlas como un medio y no como un fin (al igual como lo dicen los estoicos. En todo caso, estas ideas de San Agustín no son muy distintas de las planteadas por Cicerón sobre todo cuando se trata del desprecio por las cosas materiales. Quizás, esto sirva como una reafirmación de tales valores para luego integrarlos al cristianismo.