¿Quien fue Simpliciano? Simpliciano fue uno de lso asesores del mismísimo San Ambrosio y amigo de San Agustín de Hipona. Este libro, naturalmente, está dedicado a su amigo Simpliciano, ya que este tenía algunas preguntas sobre la epístola a los romanos y otras cosas dichas por San Pablo. ¿Qué habrá tenido San Agustín que respondía las preguntas de todo el mundo religioso? Seguramente la oscuridad de las Sagradas Escrituras y la pasión filosófica que tenía Agustín lo llevaba a resolver fácilmente, lo que para otros parecía demasiado oscuro.
CUESTIONES DIVERSAS A SIMPLICIANO
LIBRO I: PREGUNTAS SOBRE LA CARTA A LOS ROMANOS
Cuestión I: Las leyes que debieran cumplir
los hombres
Simpliciano pide encarecidamente a San
Agustín que le aclare las
siguientes dudas que se le presenta cuando lee algunos versículos de San Pablo
Para qué se dio la ley
San
Agustín asume que la duda de
Simpliciano consiste en el cambio de la ley antigua a la ley nueva. Nuestro
amigo se pregunta si tal vez, al tener una nueva ley, la antigua pasaría al
olvido o si eventualmente podría considerarse pecadora.
Agustín le asegura a Simpliciano que no debe
pasarse al olvido y mucho menos será pecadora aunque así lo parezca. La ley
antigua no servía para extirpar el pecado del hombre, sino más bien para que el
hombre conociera el pecado. El hombre ya conoce el
pecado por los ejemplos de Adán y otros hombres y por lo tanto, no tiene excusa
para pecar; el hombre ya conoce la ley.
La concupiscencia aumentó
sus bríos con la ley
Dice Simpliciano que ''La
concupiscencia aumentó sus bríos con la ley'' como si de alguna manera la ley
fuera culpable de sus pecados, pero la verdad es que la ley es buena cuando se
sabe utilizar de ella. Siguiendo la misma línea agustiniana, la voluntad sigue
siendo un elemento fundamental para entender las Sagradas Escrituras.
Como el pecado estaba
muerto sin la ley y cómo revivió
Esta duda proviene de los
que dice San Pablo:
''Porque no aparecía (el
pecado) cuando faltaba la ley, sobreviniendo el mandato revivió''
(Romanos 7:9)
Más que estar muerto, Agustín nos dice que el pecado estaba oculto.
Luego el pecado revivió al pecar Adán y los hombres quedaron con la condena del
sufrimiento y de la muerte.
Solo los hombres
espirituales cumplen la ley
Por supuesto, la ley
siempre será buena para con los hombres espirituales. Si la ley prohíbe lo
malo y permite lo bueno, entonces restará que sólo lso hombres espirituales
podrán hacer el bien.
''La ley es buena si se
usa bien de ella''
(1-Timoteo 1:8)
De ahí que quien abuse de
la ley o no la cumpla derechamente, tendrá que aceptar su propio mal.
Doble sentido de la
palabra carnales
¿Qué quiere decir el
apóstol cuando dice ''pero yo soy carnal''? Podríamos pensar que el
hombre está hecho de carne, pero también de espíritu. Ahora, incluso con la
llegada de Cristo el hombre sigue siendo carnal. Sin embargo, peor aún será que
además de ser carnal nos sometamos a los deseos de dicha carne y no al
Espíritu.
En todo caso, recordemos
que el hombre no aborrece la carne al ser esta una creación de Dios, sino que
más bien aborrece los pecados que esta lleva consigo.
La pena del pecado
original
Hay dos maneras de tener
el pecado, pero una de esas dos es inevitable. En efecto, el pecado original es
el pecado que ningún ser humanos se puede quitar, pues es la herencia del
pecado de Adán es el mejor reflejo de eso. La otra forma de tener el pecado es
justamente la acumulación de ellos. De ahí que San Pablo diga:
''Preferí vivir
menospreciado en la casa del Señor a morar en las tiendas de los pecadores''
(Salmos 83:11)
Qué se
entiende por la ley del pecado que vive en los miembros
Por supuesto, el pecado
sólo es realizado por nuestras voluntades, pero esto no es sólo una suposición
de San
Agustín, sino que San Pablo también lo piensa:
''Pues el querer en la
mano lo tengo, más el poner por obra lo bueno, no''
(Romanos 7:18)
Esto quiere decir que
justamente, se tiene la voluntad, pero depende de la voluntad hacer el bien y
hacer el mal. Por eso se dice que el pecado vive en los miembros, pues por el
cuerpo se peca (siempre y cuando exista la voluntad de pecar).
Lugares donde la ley
aparece como mala
Es
difícil imaginarse que en la biblia pudiese decirse algo así, pero en
efecto lo está:
''Atravesóse la ley para
que aumentase el delito''
(2-Colosenses 3:7)
Y uno aún más crítico que
este:
''Porque cuando
estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas, aumentadas por la ley,
obraban en nuestro miembros y daban frutos de muerte''
(Romanos 7:4)
Básicamente, estos dos
pasajes quieren decir que la ley tiene la culpa de aumentar y incitar al pecado.
En efecto, la ley lo hace, pero lo hace con quienes no la cumplen, pues
recordemos que no pueden existir los buenos si no son puestos a prueba. De ahí
que San Pablo también diga:
''Me complazco en la ley
de Dios según el hombre interior''
(Romanos 7:22)
Es decir, aquellos
hombres espirituales son los únicos que podrán conocer la ley divina de Dios.
El hombre carnal se verá perjudicado por la ley y el espiritual se verá
favorecido.
La ley es buena
La única manera de ver
que la ley es buena será justamente cumpliendo. De este resultado sobreviene lo
que dice el apóstol sobre la ley:
''La ley, pues, es santa,
y el mandato, santo, justo y bueno''
(Romanos 7:12)
Siguiendo la misma lógica
en cuanto a las respuestas anteriores, quien cumple la ley se ve
favorecido, quien no, será perjudicado.
Error de los maniqueos
sobre la ley antigua
Los maniqueos, de acuerdo
con San
Agustín, malinterpretan la ley antigua cuando ven el siguiente pasaje:
''La ley es fuerza del
pecado''
(1-Colosenses 15:56)
La ley es simplemente
letra para quienes no la saben cumplir, además de que se acentúa con el pecado
cada vez más.
Cuestión II: La intención
de la Carta a los Romanos
El argumento de la Carta
a los romanos
El fin de la Carta a los romanos fue simplemente que los hombres no se vanaglorien de sus propias obras, pues las buenas obras son hechas por Dios.
La gracia de la fe precede a las buenas obras
Quizás esto puede ser lo más difícil de probar. Ya sabemos que las buenas obras son hechas por Dios, pero el origen de estas obras provienen por la gracia. En efecto, las obras no pueden preceder a la gracia, pues las obras mismas necesitan la gracia y no al revés.
Quizás esto puede ser lo más difícil de probar. Ya sabemos que las buenas obras son hechas por Dios, pero el origen de estas obras provienen por la gracia. En efecto, las obras no pueden preceder a la gracia, pues las obras mismas necesitan la gracia y no al revés.
Es menor en los catecúmenos, mayor en los renacidos
La gracia puede darse más en un cierto tipo de personas que en otras. De acuerdo con San Agustín, la gracia se da menos en los catecúmenos, quienes eran los postulantes o candidatos a ser católicos de la iglesia. Sin embargo, mucho más evidente es en los renacidos, es decir, a los que se les presenta algún tipo de revelación que los hace ser parte de la iglesia inmediatamente.
La gracia puede darse más en un cierto tipo de personas que en otras. De acuerdo con San Agustín, la gracia se da menos en los catecúmenos, quienes eran los postulantes o candidatos a ser católicos de la iglesia. Sin embargo, mucho más evidente es en los renacidos, es decir, a los que se les presenta algún tipo de revelación que los hace ser parte de la iglesia inmediatamente.
Para qué trae los ejemplos de Jacob y Esaú
La diferencia que se da entre Jacob y Esaú es justamente la gracia. En todo caso, la gracia se da por acciones, no se puede dar por sí sola como si fuese un milagro.
Recordemos que Jacob y Esaú eran hijos de Isaac y Rebeca; Jacob era el favorito de Rebeca por su apacibilidad, y Esaú era el favorito de Isaac porque era muy buen cazador. Sin embargo, Dios ya había decidido que era Jacob quien recibiría la bendición y no Esaú.
Uno de los propósitos de que San Pablo traiga los ejemplos de los dos hermanos gemelos, es para refutar a los astrólogos. Estos decían que el comportamiento del ser humano se determinaba por el movimiento de los astros y de nacimiento de cada ser humano; sin embargo, al ser Jacob y Esaú tan distintos, ¿cómo es posible que al haber sido gemelos al mismo tiempo sean tan distintos? Para San Agustín, los geneltíacos y los astrólogos se basan sólo en hechos casuales.
El otro es para respetar el orden de los hermanos, pues de ahí que se diga:
La diferencia que se da entre Jacob y Esaú es justamente la gracia. En todo caso, la gracia se da por acciones, no se puede dar por sí sola como si fuese un milagro.
Recordemos que Jacob y Esaú eran hijos de Isaac y Rebeca; Jacob era el favorito de Rebeca por su apacibilidad, y Esaú era el favorito de Isaac porque era muy buen cazador. Sin embargo, Dios ya había decidido que era Jacob quien recibiría la bendición y no Esaú.
Uno de los propósitos de que San Pablo traiga los ejemplos de los dos hermanos gemelos, es para refutar a los astrólogos. Estos decían que el comportamiento del ser humano se determinaba por el movimiento de los astros y de nacimiento de cada ser humano; sin embargo, al ser Jacob y Esaú tan distintos, ¿cómo es posible que al haber sido gemelos al mismo tiempo sean tan distintos? Para San Agustín, los geneltíacos y los astrólogos se basan sólo en hechos casuales.
El otro es para respetar el orden de los hermanos, pues de ahí que se diga:
''El mayor servirá al menor''
(Romanos 9:11)
De aquí nace la refutación a los paganos como los astrólogos. El ejemplo de Jacob y Esaú perdurará por siempre para mostrarnos la diferencia y gracia del Señor.
Las obras buenas vienen de la gracia, no al revés
El propósito de las buenas obras no es para recibir la gracia, de hecho, se hacen buenas obras por haber recibido la gracia.
El propósito de las buenas obras no es para recibir la gracia, de hecho, se hacen buenas obras por haber recibido la gracia.
Justicia en la elección de Jacob y en la reprobación de Esaú
Se puede preguntar con mucha razón porqué Jacob, que ya había sido elegido antes de nacer si antes de nacer no había hecho cosa alguna (buenas obras). Sin duda que es una cuestión difícil de resolver al ser los dos gemelos. Resolvamos en la siguiente pregunta.
Se puede preguntar con mucha razón porqué Jacob, que ya había sido elegido antes de nacer si antes de nacer no había hecho cosa alguna (buenas obras). Sin duda que es una cuestión difícil de resolver al ser los dos gemelos. Resolvamos en la siguiente pregunta.
Si la elección de Jacob provino de la presencia de la futura fe
Como no pueden haber razones que vayan justo al nacimiento, se puede deducir que Dios eligió a Jacob por predicción de las cosas que pasarían en el futuro.
Como no pueden haber razones que vayan justo al nacimiento, se puede deducir que Dios eligió a Jacob por predicción de las cosas que pasarían en el futuro.
La elección por gracia y propósito de Dios
En efecto, la gracia de Dios no se da por obras, pues habíamos dicho que la gracia precede a la obra. Así dice en el versículo:
En efecto, la gracia de Dios no se da por obras, pues habíamos dicho que la gracia precede a la obra. Así dice en el versículo:
''No por mérito de las obras, sino por voluntad del que llama, se le dijo que al menor serviría el mayor, para que el propósito divino, conforme a la elección, perdurase''
(Romanos 11:13)
Por supuesto que Dios no necesita hacer una buena obra, sino que solamente su voluntad representaría la gracia.
Si la fe debe contarse entre los dones de la gracia
La gracia precede a todo mérito y por lo tanto existe antes de toda obra. Sin embargo, los méritos están con la fe y como lo méritos no preceden, la fe no estaría en la gracia, pero sí sería la base de todo mérito.
La gracia precede a todo mérito y por lo tanto existe antes de toda obra. Sin embargo, los méritos están con la fe y como lo méritos no preceden, la fe no estaría en la gracia, pero sí sería la base de todo mérito.
Como la reprobación de Esaú fue justa
Como sabemos, entre Jacob y Esaú, éste último no fue escogido para tener la bendición de Dios. Pero ¿por qué? ¿cómo es posible que Dios diera bendición a alguien que ni siquiera había nacido como para dar algún mérito?
La respuesta de San Agustín ya la tuvimos al decir que Dios lo hizo para predecir las cosas del futuro, pero más allá de eso es porque Dios hace las cosas para amarlas. Es decir, ¿qué mérito tiene el sol para ser lo que es? ¿Qué tiene la luna que fue inferior al sol? ¿o que la Luna tuviera más brillo que otros astros? Ninguno de estos seres son aborrecidos por Dios, todos son amados por igual
Jacob y Esaú eran amados, pero Esaú fue aborrecido finalmente por sus obras y no por su nacimiento. Por lo tanto, la reprobación de Esaú fue justa.
Como sabemos, entre Jacob y Esaú, éste último no fue escogido para tener la bendición de Dios. Pero ¿por qué? ¿cómo es posible que Dios diera bendición a alguien que ni siquiera había nacido como para dar algún mérito?
La respuesta de San Agustín ya la tuvimos al decir que Dios lo hizo para predecir las cosas del futuro, pero más allá de eso es porque Dios hace las cosas para amarlas. Es decir, ¿qué mérito tiene el sol para ser lo que es? ¿Qué tiene la luna que fue inferior al sol? ¿o que la Luna tuviera más brillo que otros astros? Ninguno de estos seres son aborrecidos por Dios, todos son amados por igual
Jacob y Esaú eran amados, pero Esaú fue aborrecido finalmente por sus obras y no por su nacimiento. Por lo tanto, la reprobación de Esaú fue justa.
La fe es don de Dios misericordioso
Nadie puede jactarse de la fe porque como dijimos, si la fe es la base de las buenas obras, y las buenas obras son hechas por Dios y no por el hombre, entonces que no se ufan el hombre de aquellas obras y mucho menos que sea para agradar a los otros hombres.
Nadie puede jactarse de la fe porque como dijimos, si la fe es la base de las buenas obras, y las buenas obras son hechas por Dios y no por el hombre, entonces que no se ufan el hombre de aquellas obras y mucho menos que sea para agradar a los otros hombres.
Los problemas de Esaú
Seguimos con los problemas de Esaú que en realidad no son menores. Pareciera ser que San Agustín, a pesar de dar las razones del porqué Esaú fue desaprobado no está contento con las respuestas.
Aquí San Agustín añade otra explicación del problema. Debemos pensar que Dios es quien elige quien será el elegido, y no los seres humanos entre ellos. Por eso se dice:
Seguimos con los problemas de Esaú que en realidad no son menores. Pareciera ser que San Agustín, a pesar de dar las razones del porqué Esaú fue desaprobado no está contento con las respuestas.
Aquí San Agustín añade otra explicación del problema. Debemos pensar que Dios es quien elige quien será el elegido, y no los seres humanos entre ellos. Por eso se dice:
''No depende del que quiere o del que corre, sino que de la misericordia de Dios''
(Romanos 9:16)
Pareciera ser que este es el argumento más doctrinario y consecuente con las Sagradas Escrituras. Todo lo bueno se cumple por voluntad de Dios.
¿Qué es el pecado? Los vasos de perdición se ordenan a la corrección de los demás
El hombre no es un ser que se debe aborrecer: su alma y su cuerpo son buenos en cuanto a que existen, pues todo lo que existe es bueno. Por lo tanto, Dios no aborrece el cuerpo ni el alma del hombre, lo que sí aborrece es el pecado que este comete por voluntad.
El pecado es un desorden y una perversidad; de ahí que no se debiera aborrecer a Esaú como hombre sino como pecador.
Ahora, ¿qué son los vasos de perdición? hay un versículo de la biblia que dice:
El hombre no es un ser que se debe aborrecer: su alma y su cuerpo son buenos en cuanto a que existen, pues todo lo que existe es bueno. Por lo tanto, Dios no aborrece el cuerpo ni el alma del hombre, lo que sí aborrece es el pecado que este comete por voluntad.
El pecado es un desorden y una perversidad; de ahí que no se debiera aborrecer a Esaú como hombre sino como pecador.
Ahora, ¿qué son los vasos de perdición? hay un versículo de la biblia que dice:
''Si para mostrar Dios su ira y dar a conocer su poder, soportó con mucha paciencia a los vasos de ira, aptos para la perdición, ¿Tú quién eres para pedir cuentas a Dios?''
(Romanos 9:22)
De alguna manera, estos vasos de perdición son aquellos pecadores que desatan su ira con su prójimo. Dios construye estos vasos de ira para que todos se convenzan de la conversión a la religión. Por otro lado, también podemos pensar que aquello es una prueba Dios para con los verdaderamente elegidos.
No todos fueron llamados, pero sí de todas gentes, de judíos y gentiles
Todos los hombres son creación de Dios y por eso todos son buenas hasta cuando utilizan su libre albedrío para pecar. Sin embargo, de todos los hombres que existen no todos fueron llamados por Dios: los únicos que fueron llamados fueron los gentiles y los judíos.
Ahora, entre los gentiles y los judíos, mucho más ''preferidos'' fueron los judíos, porque Dios intercedió por Israel. Podemos pensar que el mérito judío tiene que ver con el cumplimiento de la ley antigua.
Todos los hombres son creación de Dios y por eso todos son buenas hasta cuando utilizan su libre albedrío para pecar. Sin embargo, de todos los hombres que existen no todos fueron llamados por Dios: los únicos que fueron llamados fueron los gentiles y los judíos.
Ahora, entre los gentiles y los judíos, mucho más ''preferidos'' fueron los judíos, porque Dios intercedió por Israel. Podemos pensar que el mérito judío tiene que ver con el cumplimiento de la ley antigua.
La intención del apóstol al escribir la Carta a los Romanos.
La intención del apóstol es básicamente la siguiente: que nadie se gloríe de ninguna obra y ni mucho menos que lo haga para ser alabado por otros hombres.
Pero nadie puede hacer una buena obra si no tiene fe y para tener fe se necesita primero que todo creer. Creamos pues en la gracia del Espíritu Santo.
La intención del apóstol es básicamente la siguiente: que nadie se gloríe de ninguna obra y ni mucho menos que lo haga para ser alabado por otros hombres.
Pero nadie puede hacer una buena obra si no tiene fe y para tener fe se necesita primero que todo creer. Creamos pues en la gracia del Espíritu Santo.
Conclusión
No fueron inocuas las reflexiones de Simpliciano, pues se nota que le dieron muchos desafíos a San Agustín. El dilema de Jacob y Esaú ha sido ampliamente debatido entre los teólogos porque es aquí donde la gracia y voluntad de Dios parece muy oscura. Me da la impresión que también San Agustín aprovecha de rebatir y dejar en claro el poderío de Dios frente a cualquier cosa, pues, en efecto, quien quiera que esté de lado de Dios tendrá como recompensa el reino de los cielos.