Estas consolaciones van a su preciada madre Helvia. Lucio Anneo Séneca se encuentra todavía en el exilio y necesitaba escribir a su madre para que no se preocupara. En efecto, Séneca era una persona muy influyente en la Antigua Roma, todos estaban contentos de que se haya ido al destierro y que permanezca ahí el mayor tiempo posible. Esta es otra de las difíciles consolaciones que puede brindarnos Séneca en el contexto de las lamentaciones y laceraciones de la vida. Veamos que nos tiene que enseñar el estoico.
Referencias:
(1) Para más información véase Mitología romana.
Referencias:
(1) Para más información véase Mitología romana.
CONSOLACIONES A HELVIA
La importancia del infortunio
Séneca quiere consolar a su madre que sufre de saber que su propio
hijo está en el exilio por el emperador Claudio. Una forma de consolarla, dice
el propio Séneca, es utilizar el mismo infortunio pasado. Claro, puede parecer contradictorio, pero es el infortunio tiene la solución al endurecer a la persona a sufrimientos futuros.
La madre de Séneca había perdido a su propia madre al nacer y más adelante, perdería a su propio esposo.
Esta situación si bien es algo diferente, no es un infortunio del todo malo, pues Séneca aún no está muerto. La lógica es que la pena de la madre va a depender de la suerte de su hijo (Séneca), el cual está a salvo en el exilio.
Situación de Séneca
Séneca no siente mal ni agobiado como naturalmente pensaría una madre que estaría. El filósofo no se siente desgraciado, ya que la felicidad no se logra a través de grandes tesoros ni nada; al contrario, la felicidad está en la humildad y en las cosas simples de la vida. Para la felicidad, dice Séneca, no se necesitan grandes aparatos.
La prosperidad no es necesaria para el sabio y la adversidad no puede abatirle, aunque, Séneca no se considera un sabio sino más bien que está entre sabios.
Nada hay que preocuparse de un destierro, pues esto es solo un cambio de lugar. El hombre es un ser que siempre necesita moverse de un lado para otro. El mismo Imperio romano fue creado por un exiliado que quiso fundar otra ciudad, otras leyes(1).
Claro, puede ser que donde se encuentra Séneca no sea el mejor de los lugares, pero no hay que preocuparse del lugar donde uno viva mientras se tenga virtud y responsabilidad. Siempre será mejor ser virtuoso y sabio que tener una gran casa donde vivir y sin tener estas virtudes. Nada puede ser penoso cuando se tiene un alma resistente y que tiene como objetivo la virtud.
Naturaleza y razón
Séneca sigue manteniendo el principio estoico de que la naturaleza es lo más perfecto que existe. Ella nos da todo lo necesario para ser felices y abastecernos, todo lo demás es accesorio e innecesario; por ejemplo, quien necesite vestimentas lujosas y vistosas, luego no puede quejarse de que este sumido en la pobreza y el desabastecimiento.
Lo mismo pasa con el alimento. Una vez que estamos sedientos y probamos los más distinguidos manjares, siempre vamos a necesitar de estos y conseguirlos será cada vez más difícil. En cambio, si aprovechamos sólo las cosas que nos da la naturaleza, entonces nada nos hará falta.
Por lo tanto, cuando se exceden los límites de la naturaleza es cuando se conoce la miseria y la mala fortuna. En todo caso, nadie está exento de caer en desgracia y en pobreza, pero esta es vuelve tolerable una vez que somos capaces de acostumbrarnos al dolor.
Conclusión
Me parece una de las menciones más sabias de la filosofía. La naturaleza es inquebrantable frente a la subjetividad humana, pues entre los filósofos la naturaleza misma es dios. Creo que, como es natural, Séneca tuvo muchísima más consideración en consolar a su madre que a Marcia en su libro previo. Sin duda que el destierro es una cosa dolorosa e insoportable, pero con estas enseñanzas y lógica de Séneca, podríamos decir que de alguna forma se puede soportar.
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