lunes, 20 de marzo de 2023

Martín Lutero - La Disputación de Heidelberg (1518)

 


Uno de los iniciadores de esta disputación de Gabriel della Volta, el elegido por el papa León X para debatir con Martín Lutero.  Della Volta se reunió con Johann Staupitz para que Lutero demostrara sus tesis y resolviera el problema que las tesis suscitaron en la orden agustina. Martín Lutero tendrá la oportunidad de probar sus capacidades y virtudes para con sus 95 tesis, además de aclarar los puntos ya presentados. 


Referencias:

(1) Más bien la virtud


LA DISPUTACIÓN DE HEIDELBERG


Martín Lutero hace exposición de las tesis que se discutieron en Heidelberg. En total son 28 y se analizarán una por una. 


Conclusión 1: La ley de Dios, salubérrima doctrina de vida, no puede hacer llegar al hombre a la justicia, antes bien se lo impide.

Esta tesis tiene sustento en lo dicho en Romanos 3:21 donde se dice que ''Sin la ley, la justicia de Dios se ha manifestado''. En efecto, San Agustín de Hipona en una obra llamada ''Sobre el Espíritu y la letra'' el mismo obispo interpreta el versículo diciendo ''Sin ley, es decir, sin ayuda de la ley''. Lo mismo en Romanos 5 que dice: La ley empero entró para que el pecado creciese. 

El apóstol, en Romanos 8:2 llama a la ley de la siguiente manera: ''ley de la muerte''. Asimismo, el segundo de Corintios 3: ''La letra mata''. 


Conclusión 2: Muchos menos pueden conducirle, con la ayuda de la inspiración natural, las obras humanas frecuentemente repetidas, como se dice.

La justicia de Dios le ha sido dada al hombre para ayudarle más allá de sus fuerzas para conducirle al bien. Sin embargo, frecuentemente sucede todo lo contrario y el hombre se vuelve mucho peor. Por lo tanto, el hombre por sus propias fuerzas no podría alcanzar el bien, sino es con la ayuda de Dios.

Así lo establece también Romanos 3:10

''Todos los hombres son corruptos e inútiles y no entienden ni buscan a Dios; todos se apartaron''

Es decir, el hombre no puede por sí solo llegar al bien, necesitará de la Gracia porque de otro modo le será imposible. 


Conclusión 3: Las obras de los hombres, aun cuando sean siempre espléndidas y parezcan buenas, son, con toda probabilidad, pecados mortales

Las obras humanas pueden parecen hermosas, pero la verdad es que por dentro son inmundas como lo dice el Mateo 23:27


''¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia''

En consecuencia, si un hombre justo hace una obra pecaminosa, con más razón serán aquellas que hace el hombre injusto. Esto además se prueba con Galatas 3:10

''Porque todos los que son de las obras de la ley están bajo maldición''

Las obras del hombre son obras de la ley. Y la maldición se atribuye se atribuye a los pecados veniales, entonces, estas obras son pecados mortales. 

Por otro lado, tenemos el Romanos 2:21

''¿Tú que predicas que no se ha de robar, robas?''

San Agustín de Hipona decía que los ladrones son pecadores por su voluntad pecaminosa, aún cuando juzguen y enseñen a otros a no ser ladrones.



Conclusión 4: Las obras de Dios aun cuando sean siempre de aspecto deforme y parezcan malas, son en verdad, méritos eternos

Lutero nos dice que ciertos pasajes demuestran que las obras de Dios son deformes:

  • Isaías 53:2: No hay parecer en él ni hermosura
  • 1° Reyes 2: Jehova mata, y él da vida; el hace descender al sepulcro, y hace subir
Nosotros somos las obras deformes. Una vez que nos damos cuenta de lo malos, necios o incapaces que es como en verdad somos, en ese momento no existe en nosotros ni parecer ni hermosura. Esto nos lleva a la perdición, a la humillación para finalmente levantarnos con su misericordia. 

  • Habacuc 3:2: ''En la ira, acuérdate de su misericordia''

Las obras deforme de Dios que realizan en nosotros, esas que humillan y desesperan, son verdaderamente inmortales, porque la humildad y el temor de Dios constituyen un mérito total.




Conclusión 5: Las obras de los hombres (hablamos de las que son aparentemente buenas) no son pecados mortales en el sentido que constituyan crímenes

Los verdaderos pecados mortales son aquellos que parecen buenos pero son frutos de una mala raíz.




Conclusión 6: Las obras de Dios (hablamos de las que se realizan por medio del hombre) no son méritos en el sentido de que no constituyen pecados

En esta conclusión hay dos cosas que tener en cuenta:

  1. Eclesiastés 7:20 : No hay hombre justo en la tierra que haga bien y no peque
  2. Otros dicen: es cierto que el justo peca, pero no cuando hace el bien

A Lutero, la segunda tesis le parece absurda. Las Sagradas Escrituras ya establecen que el justo que hace el bien peca. En consecuencia, lo que los otros dicen sobre que el justo no peca cuando hace el bien, es superfluo, confuso y contradictorio. 






Conclusión 7: Las obras de los justos serían pecados mortales, si los justos mismos, por un piadoso temor a Dios, no tuvieran miedo de lo que fuesen

Lo peor que puede hacer el hombre con las obras es vanagloriarse de sí mismo. En cambio, aquel que no está seguro de su obra goza en Dios y no en sí mismo, no puede vanagloriarse de su obra porque en verdad no es de él. 

''No entres en juicio contra tu siervo''
(Salmo 132:2)

Este no es un pecado venial (leve) porque no se necesita ni la confesión ni la penitencia para realizarlas. Por otro lado, los santos que realizan buenas obras u oraciones, las hacen con humildad, temiendo a Dios.

''Perdónanos nuestras deudas''
(Mateo 6:12)

Esta oración se trata justamente de los santos, los santos cuya deuda son las buenas obras. Luego dice lo siguiente:

''Mas si no perdonareis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas''
(Mateo 6:15)

Se nota, entonces, que estas deudas de los santos son mortales porque no estarían pidiendo la remisión de ellas sino rezasen sinceramente esta oración. 

También, se dice en un pasaje del apocalípsis:

''Ninguna cosa sucia entrará en el reino de los cielos''
(Apocalípsis 21:27)

Se supone que el pecado mortal impide la entrada al reino de los cielos, pero el pecado venial es una mancha que también lo impediría. Por lo tanto, los santos también tendrían esta mancha. 




Conclusión 8: Con mucha más razón las obras humanas son pecados mortales, ya que se realizan sin temor, con una seguridad engañosa y exenta de dudas

Lutero nos dice que donde no hay temor no hay humildad y donde no hay humildad hay soberbia, como lo dice la biblia:

''Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes''
(1 Pedro 5:5)

Cuando no hay orgullo no hay pecado en parte alguna.





Conclusión 9: Afirmar que las obras sin Cristo son sin duda muertas, pero no pecados mortales, parece constituir un peligroso abandono del temor de Dios

Esto porque los hombres se vuelven soberbios. La gloria es para Dios y no para el hombre, quien debería apresurarse a rendir la gloria inmediatamente. 

''No tardes en convertirte a Dios''
(Eclesiastés 5:8)

Si es reprobatorio ufanarse de la propia obra, aún mas lo será hacerlo reiteradamente.






Conclusión 10: En efecto, resulta dificilísimo comprender cómo una obra puede ser muerta sin ser, al mismo tiempo, un pecado pernicioso y mortal

Hay dos modos de probar esto:

  1. En la Escritura todo lo que es muerto es, en efecto, mortal. La obra muerta no es aquella que es destruida sino que aquella que no es viviente. Las obras no vivas desagradan a Dios como se dice en Proverbios: ''El sacrificio de los impíos es abominación a Jehová''
  2. Cuando se está en presencia de dicha obra, o se la ama o se la detesta. Esto lo hace la voluntad y esta no puede odiarla porque es mala, entonces la ama. Así, la voluntad inspira por sí misma un acto malo contra Dios

En este sentido, se debe comprender que la voluntad tiene esta característica porque estamos hablando de la voluntad del hombre: temporal y profana.




Conclusión 11: La soberbia no puede evitarse ni puede haber esperanza verdadera si, entre cada oportunidad en que se obra, no se teme el juicio de condenación

Si bien esto quedó establecido en el punto 4, a lo que Lutero nos dice que nada puede sernos útil si no es con Dios. Aún se confía en la criatura sin la presencia de Dios y esto llevaría a la soberbia. 





Conclusión 12: Los pecados son verdaderamente veniales ante Dios, cuando los hombres temen que sean mortales

Tanto más nos acusamos, más Dios nos excusa:

''Di tus delitos para que seas justificado''
(Isaías 43:26)

El temor a Dios, en consecuencia, es uno de los elementos fundamentales. 




Conclusión 13: El libre albedrío no es más, después de la caída, que un simple nombre, y en tanto que el hombre hace aquello que en sí mismo es, comete pecado mortal

El libre arbitrio es cautivo y siervo del pecado; solo se es libre para lo malo. 


''Todo aquel que comete pecado, es siervo del pecado''

(Juan 8:34)

También dice San Agustín de Hipona:


''El libre albedrío sin la gracia solo sirve para pecar''

(Del Espíritu y la letra)


Y un pasaje de Oseas:

''Te perdiste, oh Israel, más en mi está tu ayuda''

(Oseas 13:9)


Podemos verificar en esta conclusión que para Martín Lutero, el libre albedrío solo sirve para hacer el mal, y que no consistiría en la opción de hacer el bien o el mal. 




Conclusión 14: Después de la caída, el libre albedrío no tiene para hacer el bien, más que una capacidad subjetiva, pero para el mal, una capacidad siempre activa

Lutero hace la comparación con el hombre, si está muerto, solo subjetivamente puede estar vivo; pero cuando vive, tiene una capacidad activa para la muerte. Esto lo prueba los muertos que Dios resucitó de acuerdo a los Santos Padres, además de las discusiones que San Agustín de Hipona tuvo con los pelagianos que afirmaban al hombre libre de corrupción y con libre albedrío. 



Conclusión 15: Y no ha podido en efecto permanecer en el estado de inocencia por una capacidad activa, sino por una capacidad subjetiva; y menos aun pudo progresar hacia el bien


Pedro Abelardo dice que Agustín de Hipona dijo que el hombre ha recibido en la creación la rectitud y la buena voluntad, y asimismo la ayuda para perseverar. 

Sin embargo, esto contradice lo dicho por Agustín en su obra ''Sobra la corrupción y la gracia'' donde se establece que el hombre había recibido el don de obrar, pero no tenía la voluntad por la cual podía obrar.

Obrar: potencia subjetiva

Voluntad por la cual podía obrar: potencia activa




Conclusión 16: El hombre que crea tener la voluntad de alcanzar la gracia, haciendo algo que él es en sí mismo, agrega pecado sobre pecado, de modo tal que permanece doblemente culpable

Mientras el hombre hace lo que él es en sí mismo, peca gravemente porque busca únicamente lo suyo. Ahora bien, si suponen que por el pecado se vuelve digno de la gracia, agregará una presunción de pecado aun doblemente peor. Sin embargo, queda una duda: si no hacemos más que pecar, entonces, ¿qué podemos hacer? cuando el hombre se percata del pecado que cometió debe inmediatamente buscar la gracia


''Y el que se humillare será ensalzado''

(Mateo 23:12)


Es la ley la que da el conocimiento del pecado y cuando se da cuenta de esto el hombre, luego tiene que humillarse. Así recibirá la gracia y la misericordia.




Conclusión 17: Empero hablar así, no significa dar al hombre motivo para desesperarse, sino para humillarse y despertar el anhelo de buscar la gracia de Cristo

El Reino de los Cielos es dado a los humildes y a los niños, y Cristo los ama. No son humildes aquellos que creen que no son pecadores condenables y nauseabundos. Ahora bien, que seamos pecadores no quiere decir que se debe caer en el desespero, sino todo lo contrario, en la esperanza. La predicación del pecado es la preparación para la Gracia, pues el anhelo de la Gracia surge cuando hay conocimiento del pecado. Es como el enfermo que sabe que tiene una enfermedad y recurre inmediatamente al médico.




Conclusión 18: Es cierto que el hombre debe desesperar totalmente de sí mismo, a fin de hacerse apto para recibir la gracia de Cristo

Justamente, la ley es la que hace que el hombre desespere de sí al ''hacerlo descender al infierno'' y ''empobrecerlo'' como dicen las Cartas a Santiago. El que no desespera cree que puede por medio de sus propias fuerzas alcanzar la Gracia, y este no sería apto en lo absoluto. 




Conclusión 19: No se puede con derecho llamar teólogo a aquel que considera que las cosas invisibles de Dios se comprenden por las creadas

Esta conclusión se sostiene sobre la base del Romanos 1:20

''Porque las cosas invisibles de Él, su poder eterno y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tiene excusa''

Las cosas invisibles son la justicia, la bondad, la sabiduría, el poder, etc. El conocimiento de estas cosas no hace ni más sabio ni más digno a ningún teólogo. De ahí que también continúe el Romanos 1:22

''Profesando ser sabios se hicieron necios''

Estos teólogos que refiere Lutero son los que creen que en sus obras está la bondad, la justicia, el poder o la sabiduría de Dios. 





Conclusión 20: Más merece ser llamado teólogo aquel que entiende las cosas visibles e inferiores de Dios, considerándolas a la luz de la Pasión y de la Cruz

Por supuesto, las cosas invisibles son opuestas a las visibles e inferiores de Dios. Así lo dice la biblia en Corintios

''Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres''

(1 Corintios 1:25)


Los hombres habían abusado del conocimiento de Dios basado en las obras, pero Dios quiso ser reconocido más bien por su sufrimiento. En consecuencia, no sirve de nada conocer a Dios en cuanto a su Gloria y Majestad, si no se le conoce en la humildad y la vergüenza.


De ahí que en Juan, Felipe, uno de los apóstoles de Jesús le dijo:

''Muéstranos al Padre''

(Juan 14:8)

A lo que Jesús respondió:

''Felipe, el que me ve, ve también a mi Padre''

(Juan 14:9)


Por lo tanto, en Cristo crucificado está la verdadera teología además del conocimiento de Dios. Como dice Juan 1: ''Nadie viene al Padre sino por mi''.




Conclusión 21: El teólogo de la gloria llama a lo malo, bueno y a lo bueno, malo; el teólogo de la cruz denomina a las cosas como en realidad son

El hombre, al ignorar a Cristo, no conoce al Dios escondido en sus padecimientos. De este modo, prefiere la obra a los sufrimientos; la gloria a la cruz. A estos se les llamaba:


''Porque por ahí muchos andan, de quienes os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la Cruz de Cristo''

(Filipenses 3:18)


Las obras no son de los hombres sino que siempre son de Dios.




Conclusión 22: Aquella sabiduría que considera que las cosa invisibles de Dios se comprenden partiendo de las obras, infla, ciega y endurece por completo


Esta es una idea que ya se estableció. Lo que odian la teología de la Cruz nunca estarán satisfechos. El deseo de las obras crea más necesidad para desear más obras, el deseo de saber no se sacia con la sabiduría, todo lo contrario, se enciende aún más, y lo mismo ocurre con la gloria y el dominio, nunca se acaban. Tampoco la necesidad de ser elogiado se satisface con el elogio. Como dijo Cristo en Juan 4:13

''Cualquiera que bebiera de esta agua, volverá a tener sed''


La única forma de acabar con este deseo es extinguirlo; es decir, el que quiera ser sabio, debe volverse necio. El que quiera Gloria tendrá que huir de poder. En consecuencia, deberá hacer todo lo contrario. 




Conclusión 23: Y la ley obra la ira de Dios, mata, maldice, acusa, juzga y condena todo lo que está en Cristo


Existen varios pasajes donde se prueba que la ley no es motivo de gloriarse. 


''Cristo nos redimió de la maldición de la ley''

(Gálatas 3:13)


''Todos los que son de las obras de la ley, están bajo la maldición''

(Gálatas 3:10)


''La ley obra la ira''

(Romanos 4:15)


''Lo que era para vida, volviéndose para mi, muerte''

(Romanos 7:10)


''Los que estando bajo la ley pecaron, por la ley serán juzgados''

(Romanos 2:12)


''¿Por qué te glorias de la ley?''

(Romanos 2:23)


Esta conclusión solo tiene como propósito la información de las fuentes con respecto a la ley. El que se vanagloria de la ley como sabio, se vanagloria de confusión, de su maldición y de la ira de Dios. 



Conclusión 24: No obstante, aquella sabiduría no es mala ni debemos huir de la ley; pero el hombre sin la teología de la cruz, malgasta las mejores cosas en forma pésima


Todo lo que es hecho por Dios es bueno, pero quien no ha sido reducido al sufrimiento de la Cruz, y a tribuye a sí mismo las obras, en realidad, abusa de los dones de Dios y de las cosas buenas que le ha dado. Sin embargo, el que ha sido anonadado por los padecimientos, ya no obra él mismo, sino que Dios es el que está obrando. 

''Os es necesario nacer otra vez''

(Juan 3:7)


Para renacer es necesario morir y ser exaltado  con el Hijo del hombre; morir significa, sentir de cerca la muerte.



Conclusión 25: No es justo el que mucho obra, sino aquel que sin obrar cree grandemente en Cristo

Aristóteles decía que la justicia(1) se obtenía por medio del hábito, es decir, por actos repetitivos. Sin embargo, esto no es así para Lutero, pues la justicia de Dios se obtiene por la fe. 


''El Justo vivirá por la fe''

(Romanos 1:17)


Lutero nos explica que la palabra ''sin obrar'' quiere decir que las obras del justo no constituyen justicia, sino que la justicia lo lleva a hacer obras. La Gracia y la Fe se derraman en nosotros sin obrar.


''Por las obras de la fe no se justificará hombre alguno''

(Romanos 3:20)


''Concluimos, pues, que el hombre es justificado por la fe, sin las obras de la ley

(Romanos 3:28) 


En consecuencia, las obras del hombre no son suyas sino que son de Dios. En este sentido, el hombre es instrumento de Cristo



Conclusión 26: La ley dice: ''haz esto'', y ello es hecho jamás; la Gracia dice: ''cree en esto'', y todas las cosas ya están hechas

La ley obra la ira y sujeta a todos los hombres a maldición. De acuerdo con san Agustín de Hipona, la fe justifica y la ley ordena lo que la fe obtiene. Cristo está en nosotros por la fe y es uno con nosotros. Es justo y cumple todos los mandamientos, y si esto es así, entonces nosotros también cumplimos con todos los mandamientos. 



Conclusión 27: Podría afirmarse con razón, que la obra de Cristo es a la vez el sujeto que opera y el cumplimiento de nuestra obra y, que de esta manera aquello que es operado agrada a Dios por la gracia de la obra operante

Cristo mora en nosotros por la fe y nos impele a realizar las obras. Los mandamientos de Dios son dados a nosotros por medio de la fe. Las obras de misericordia son causadas por sus obras, por las cuales nos salvó. 




Conclusión 28: El amor de Dios no encuentra, sino crea aquello que le place; el amor del hombre se origina por su objeto

Esto también lo corrobora Aristóteles; toda potencia de alma es pasiva y material y actúa en la medida que recibe. Con esto, se demuestra que Aristóteles es contrario a la teología puesto que la filosofía busca lo suyo, y recibe lo bueno antes que darlo. 


El amor de Dios viviendo en los hombres ama a los pecadores, a los miserables, a los necios y a los débiles con el fin de hacerlos justos, buenos, sabios y fuertes. El amor de Dios confiere y derrama lo bueno. En ese sentido Lutero nos dice que los pecadores son bellos por ser amados y no amados por ser bellos

''No he venido a llamar justos, sino a pecadores''

(Mateo 9:13)

El amor de la cruz, nacido en la cruz, no se dirige donde se halla el bien para gozar de él, sino allí donde confiere el bien al miserable o indigente. 


''Bienaventurado el que piensa en el indigente y en el pobre''

(Salmo 41:1)


En consecuencia, el objeto del intelecto no puede ser lo que no es nada, es decir, el pobre o el indigente, sino aquello que es; la verdad y el bien. 


Conclusión

Sin duda que lo que hace Lutero en esta obra es establecer que el hombre no se ufane ni de su saber ni de sus obras. El hombre solo por la fe puede ser salvo porque es ella quien puede justificarlo y no las obras. Parece ser que esto es también una crítica a las órdenes monásticas que son conocidas justamente por las obras. ¿Será que las obras son inútiles? No si son llevadas por la fe, la humillación y la vergüenza, pues para alcanzar a Dios debemos disminuir nuestros deseos.  

lunes, 13 de marzo de 2023

Guillermo de Sherwood - Introducción a la Lógica (Capítulo VI: Razonamiento sofístico)

 


Pareciera que el razonamiento sofístico ha quedado fuera de todo análisis después de las explicaciones tanto de Platón como de Aristóteles, pero la verdad es que Guillermo de Sherwood revisa nuevamente los postulados sofísticos y los somete a examen. Es importante volver a recordar los términos y las falacias que se encuentran en las conversaciones dialécticas, pues tiene la peligrosa apariencia de ser argumentos verdaderos, pero en el fondo no lo son. Veamos. 

INTRODUCCIÓN A LA LÓGICA

Capítulo VI: Razonamiento sofístico

1 Naturaleza del razonamiento sofístico

Como dijo Aristóteles, existen cuatro tipo de disputaciones:

  1. Demostraciones
  2. Dialéctica
  3. Probativa
  4. Sofística

De acuerdo con Sherwood, la sustancia de la disputación es el silogismo en sentido amplio. Como entidades, la disputación y el silogismo son lo mismo, pero en especie son distintos. 

El silogismo posee poder sobre su conclusión, mientras que la disputación es un orden que tiene la persona a partir de las conclusiones. Las disputaciones, en resumen, son el conjunto de muchos silogismos. 

El sofisma se sujeta de disputaciones sofísticas, es decir, las disputaciones sofísticas es lo mismo que el sofisma, tratando de hacer una analogía entre la disputación y el silogismo.
  • Disputación = silogismo
  • Disputación sofística = sofisma

El fin del sofisma es aparentar ser sabio o aparentar llevar al contrincante a un absurdo. En todo caso, hay ciertas circunstancias del discurso donde la disputación deriva en un silogismo que se parece a la verdad. Estas son llamados bases sofísticas. 

2 Objetivos de la disputación sofística

El objetivo de la disputación sofística es el absurdo. Los tipos de objetivo de esta disputación son los siguientes:

  1. Refutación: negación de lo que fue establecido al comienzo
  2. Falsedad: el caso no es adecuado a la realidad
  3. Paradoja: lo contrario a la opinión de los demás o de los sabios
  4. Balbuceo: repetición sin sentido
  5. Solecismo: incongruencia del discurso

Se podría decir que la refutación y la falsedad no son sofísticos pues buscan la verdad, pero estos conceptos pueden ser sofísticos cuando conceden lo que es incompatible. Ambos difieren como se verá. 

3. Refutación

Fundamento verbal de la refutación

Los dos fundamentos son los siguientes:

  1. Verbal: depende del discurso
  2. Extra verbal: depende de lo real
En cualquiera de estos fundamentos, los conceptos importantes son la apariencia y la no-existencia. De aquí se derivan términos como la equivocación, la ambigüedad, la división, la composición y el acento.

Equivocación: diversa significación por parte de una y la misma palabra. Esto puede ocurrir de tres maneras. O la palabra significa [A] más de una cosa por sí misma” o [B] como resultado de su conexión con otra cosa. 

Hay dos Variedades de A: 

  1. Significa más de una cosa propiamente 
  2. Transuntivamente

Ejemplo:

  • P1: Todos los perros corren
  • P2: Una de las constelaciones es un perro
  • C: Una de las constelaciones corre

En este ejemplo, la palabra ''perro'' significa más de una cosa y en consecuencia se entiende que significa más de una cosa propiamente, que transuntivamente.

Veamos algunos ejemplos de transunción. 

Ejemplo:

  • P1: Lo que tiene pies corre
  • P2: El río Sena corre
  • C: El Sena tiene pies


  • P1: Lo que boca sonríe
  • P2: Los prados sonríen
  • C: Los prados tienen boca

  • P1: Lo que es expedito es bueno
  • P2: Una cosa mala es expedita
  • C: Una cosa mala es buena

Las palabras usadas como correr, sonreír y expedito son usadas por su semejanza con más de una palabra. 

Veamos ahora ejemplos de la equivocación como resultado de su conexión con otra cosa.

Ejemplo:

  • P1: Quien sea que ha sido curado es saludable
  • P2: El sufriente fue curado
  • C: El sufriente es saludable

Por supuesto, la palabra sufriente no es por sí mismo dos cosas como veíamos en el ejemplo anterior, sino que solamente una cosa. La conexión con la palabra ''curado'' hace ambiguo tanto el presente como el pasado en la oración. 

Anfibología: diversidad del juicio procedente de la unidad de la expresión o de la significación diversa en parte de una expresión. La semejanza, en la anfibología, es el resutlado de la unidad de la expresión mientras en la no-existencia, el resultado es la diversidad de su significación. 

El engaño en la anfibología procede de tres maneras:

  1. Principalmente
  2. No principalmente, pero resultado de traducción
  3. Significa una cosa en sí misma, pero dos cosas conectadas con algo más

Veamos ejemplos de cada uno.

Principalmente:

  • P1: Si alguien devoró un pan, el pan lo devoró a él
  • P2: Pero el perro devoró el pan
  • C: El pan lo devoró a él

No principalmente, pero resultado de traducción:

  • P1: Cualquiera que are la costa mueve arena
  • P2: Este hombre ara la costa
  • C: Este hombre está moviendo la arena

Significa una cosa en sí misma, pero dos cosas conectadas con algo más:

  • P1: Si alguien en el mundo supo, el mundo lo había conocido
  • P2: Pero el mundo conocía a este hombre
  • C: El mundo había conocido a este hombre

Esta es al anfibología de la variedad. Para resolverla se debe señalar que el concepto se está utilizando en un sentido y en otro. 

Composición y división: composición es la conexión de las cosas que están dispuestas a ser compuestas. La división es la separación de las cosas que están dispuestas a ser divididas. 

En la composición la causa de la apariencia es el hecho de que la expresión compuesta y la expresión son la misma sustancia con respecto al discurso. La naturaleza de la no-existencia es su diversidad en su uso actual a la cual corresponde una realidad. Por supuesto, una expresión debe permanecer igual en un silogismo, pero la composición rompe esta regla, de ahí que sea silogística. 

En la división, la apariencia es la semejanza de la expresión dividida y la expresión compuesta, mientras la causa de la no-existencia en la diversidad es su uso actual. Cuando se habla de esa diversidad se habla al mismo tiempo de la diversidad en la realidad correspondiente. 

Ejemplo:
  • P1: Cualquier cosa posible es verdadera
  • P2: Que una cosa blanca sea negra es posible
  • C: Que una cosa blanca sea negra sea posible es algo verdadero

La premisa menor es ambigua porque tanto ''cosa blanca'' y ''negra'' puede ser compuestos con respecto a posible. En tal caso, toda la oración es compuesta. Alternativamente, esta oración también puede ser dividida si tomamos el sujeto ''cosa blanca'' y el predicado ''es negra''. 

Otro ejemplo:

  • P1: Lo que vive siempre existe
  • P2: Sócrates vive
  • C: Sócrates siempre existe

La premisa mayor es división y la conclusión es compuesta, en consecuencia, este silogismo es falso. Sin embargo, puede parecer correcta en el sentido de que alguien que en todos los casos que una persona vive, siempre existe. 

Acento: es la regulación de la voz con respecto a subir o bajar la voz. Hay tres tipos de acentos:

  • Agudo: comienza bajo y termina algo
  • Grave: comienza alto y termina bajo
  • Circunflejo: comienza bajo, sube y vuelve a bajar

Guillermo nos ofrece ejemplos en griego y en latín, pero creemos mejor que un ejemplo en castellano sería más clarificador:

Tomo cerveza
Tomó cerveza

Como podemos ver, en estas dos oraciones el infinitivo ''tomar'' tiene dos acentos posibles lo que hace que se ocasione ciertas confusiones en el tiempo verbal. 

La figura de una palabra: consiste en la terminación de una cantidad.

El engaño ocurre a causa del resultado de un mismo final para dos palabras. La causa de la apariencia, por lo tanto, es la igualdad de las palabras con respecto a sus terminaciones, mientras que la causa de la inexistencia es la diversidad en las categorías a las que pertenecen las palabras o en la forma en que las palabras deben ser predicado. Porque como resultado del hecho de que una palabra que pertenece a una categoría termina como una perteneciente a otra, usamos una categoría en lugar de la otra. 

Por ejemplo, tengamos la siguiente frase: 

''Sortes operatur, ergo patitur''

Las personas piensan que el verbo operatur es pasivo, o en la categoría de ''pasión'' porque el fin es pasivo y sin embargo, este pertenece a la categoría de acción. 

Sin embargo, puede existir una objeción con lo siguiente:

Por ejemplo:

  • P1: Lo que compré ayer tú comiste hoy
  • P2: Pero ayer tu compraste algo crudo
  • C: Por lo tanto, comiste algo crudo

¿Dónde está la no-existencia en este paralogismo? para aclarar esto se debe recurrir a los conceptos de apelación y significación que habíamos visto en el capítulo V. Por lo tanto el paralogismo que se sucede en este ejemplo no es el de la transformación de la sustancia, sino que de la transformación de un qué (lo que comiste) a un cómo (comiste). 

Fundamento extra-verbal de la refutación

Accidente: cualquier cosa es atribuida a una cosa como sujeto y subsecuentemente atribuido a un accidente. Se deben distinguir tres cosas en este accidente:

  1. Sujeto
  2. Accidente
  3. Atributo

El término que se predica dos veces es el atributo, y este es el término mayor. En algunos paralogismos, sin embargo, su atribución es directa, es decir, efectuada a través del caso nominativo, en otros oblicua, es decir, efectuado a través de un caso oblicuo. La atribución directa ocurre de la siguiente manera: 
  • P1: Sócrates es estimado por ti, 
  • P2: pero Sócrates es el asesino de tu padre; 
  • C: Por lo tanto, el asesino de tu padre es estimado por ti


El término 'es estimado' es el atributo. La atribución oblicua ocurre de la siguiente manera: 

  • P1: Platón es algo distinto de Sócrates, 
  • P2: Sócrates es un hombre; 
  • C: Por lo tanto, Platón es algo más que un hombre
Que Platón es algo otro que se atribuye, pero su atribución a Sócrates y al hombre se efectúa de manera oblicua. De esta manera puede entenderse el atributo.

Para comprender los otros dos términos, es importante notar lo que dice Aristóteles, a saber, que este fundamento no ocurre en relación con cosas que son iguales en esencia, sino en relación solo con cosas que difieren [en esencia]. Y esto hay que entenderlo de la siguiente manera. Este motivo no se produce a menos que los términos medio y menor difieran; pero esta diferencia no puede ser absoluta, porque uno de ellos es siempre verdaderamente predicado del otro. 

En cambio, la diferencia es con respecto al tercer término, el atributo, que se puede ver fácilmente en el primer paralogismo en el párrafo anterior. Sócrates y el asesino, aunque absolutamente iguales, se diferencian en el atributo “es estimado”; porque 'asesino' añade un cierto accidente a Sócrates, y es bajo el concepto de ese accidente que Sócrates es considerado por el atributo en la conclusión, porque de otro modo la conclusión no sería falsa. Es claro, por tanto, que el atributo no se refiere al medio y al menor en el aspecto en que son iguales; así difieren con respecto al atributo. Esto es válido en todos los casos.


Solución a los accidentes

Para resolver esta falacia es necesario separar lo que es esencial de lo accidental, o no confundir la esencia con el accidente. 

Un ejemplo es cuando se dice que se conoce y no se conoce a una persona. ''Conozco a Corisco pero no sabía que era músico''; se puede decir inmediatamente que se conoce y no se conoce a Corisco. La solución a esto es separar las relaciones, es decir, conozco quién es Corisco, pero no lo conozco en cuanto a su profesión de músico (Accidente de cualidad).
















Martín Lutero - La indulgencia y la gracia (1517)

 


Siendo una de las primeras obras de Martín Lutero, luego de las 95 tesis, esta obra nos presenta el preludio de lo que va a significar la Reforma Protestante. El impacto que tuvo sus 95 tesis no paso desapercibido y de un debate local se transformó en un debate público. A consecuencia de esto, Lutero tuvo que volver a explicar sus tesis, sobre todo aquellas que parecían desafiar el gran poder de la Iglesia en esos tiempos, como así parecía ser a partir de sus lecturas. Veamos lo que nos tiene que decir.


LA INDULGENCIA Y LA GRACIA


Martín Lutero comienza diciendo que de acuerdo con Pedro Lombardo y Santo Tomás de Aquino comprendían la penitencia en tres partes:

  1. Contrición 
  2. Confesión 
  3. Satisfacción

Sin embargo, Lutero nos dice que esto no aparece en las Sagradas Escrituras, ni tampoco están en los escritos de la época de la Patrística (Los Padres de la Iglesia). Con todo, para seguir el desarrollo, Lutero admitirá esta teoría por ahora. 

Estos doctores (Lombardo y Aquino) dicen que las indulgencias no pertenecen ni a la primera ni a la segunda parte de la penitencia, sino que solamente la tercera. Luego, la Satisfacción se divide en tres partes más:

  1. Oración: toda clase de obras del alma como por ejemplo, leer, meditar, escuchar la Palabra de Dios, predicar, enseñar y otras similares
  2. Ayuno: obras de mortificación de la carne; vigilias, trabajo penoso, lecho duro, vestidos toscos, etc. 
  3. Limosnas: todo genero de buenas obras; obras de caridad y misericordia para el prójimo. 

Para estos dos pensadores, la indulgencia suprime solo las obras de la Satisfacción, lo que sería un problema porque de acuerdo a Lutero, si las indulgencias eximen de la responsabilidad de la Satisfacción, entonces no sería necesario hacer buenas obras. 

Entre otros intelectuales se decía que la indulgencia anula algo más que las buenas obras impuestas, sino que también las penas que la justicia divina exige del pecado. Pero Lutero prefiere no referirse a este tema. 

Ahora bien, Lutero dice que no hay otra forma de realizar la Satisfacción de la forma anteriormente mencionada, aun cuando no hubiesen sido impuestas por alguien. Esto está probado por la siguiente lectura de Ezequiel:

''Si el impío se apartare de todos sus pecados e hiciere justicia, no se le recordará ninguno de sus pecados''
(Ezequiel 18:21)

De ahí que se haya absuelto a otras personas:

  • Magdalena: Lucas 8:2
  • Paralítico: Lucas 5:20
  • Mujer adúltera: Juan 8:10

Es Dios, entonces, quien castiga con justicia o mediante penas empuja a los hombres a la contrición como en el Salmo:

''Si sus hijos pecaren, castigaré con vara a sus transgresiones, más no quitaré de ellos mi misericordia''
(Salmo 89:30)

Solo Dios puede remitir las penas, por lo tanto, por mucho que la Iglesia Católica establezca que efectivamente las indulgencias suprimen las obras de Satisfacción, será mucho mejor que la persona pase por las penas de la Satisfacción porque la indulgencia no significa otra cosa que el descuido de las buenas obras. 

Algunos afirman que las penas y las obras son demasiado numerosas como para que el hombre pueda cumplirlas en su vida. Sin embargo, Lutero nos dice que esto es un argumento sin fundamento porque Dios no dará a nadie una carga que no pudiese superar.

''No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podáis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar''
(1 Corintios 10:13)

Sería un verdadero oprobio que la indulgencia quitara más de lo que podamos soportar. 

El Derecho Canónico establece un período de 7 años de penitencia por un pecado mortal, pero de acuerdo con lo leído no se puede dar más tiempo de lo que a una persona se le puede dar. De este modo, la indulgencia bien propiciaría la pereza de los cristianos al pagar por estas. En palabras del mismo Lutero:

''La indulgencia no impulsa a nadie a enmendarse, sino que tolera y certifica su imperfección''

Ahora bien, inmediatamente Lutero sostiene:

''Por ello, no hay que hablar en contra de la indulgencia, pero tampoco se debe recomendarla a nadie''


Lo que sí podría considerarse es que aquel que quiera dar dinero, lo diera por medio de la donación para construir el edificio de San Pedro, o a cualquier persona, ya que de otro modo, habría más amor a la indulgencia que a Dios.

No hay obligación de tomar estas indulgencias, así como tampoco hay algo que aconseje tomarlas sino que más bien son cosas que se autorizan y se permiten. Por lo tanto, la indulgencia no es una obra de obediencia ni meritoria, sino que es una evasión a la obediencia. no se debe impedir a nadie comprarlas, pero sí se debe promover que se realicen las obras de buena caridad antes de comprar indulgencias. 

Además, algunos doctores, como dice Lutero, dicen que por indulgencias las almas pueden salir del purgatorio. Sin embargo, eso no se tiene cómo comprobarlo y aún la Iglesia no lo ha decidido. Lo que sí lo hace es la oración y las buenas obras por las almas, y esto está fundamentado en las Sagradas Escrituras. Con respecto a estos doctores que lo afirman Lutero dice:

''Dejen a los escolásticos ser escolásticos''

Finalmente, Lutero nos dice que todos aquellos que sostienen lo contrario son y lo tildan de hereje, en verdad, no hay que darles importancia porque son charlatanes que no han leído la Biblia ni tampoco entienden bien a sus propios maestros. 

Conclusión

Este es el segundo ataque de las indulgencias contando las 95 tesis, y aquí, la franqueza del reformador es clara y valiente, pues no solo podemos ver lo contrario que es a los doctores, sino que también a la Iglesia Católica. La queja sobre las indulgencias no es una cuestión de forma, es decir, de cómo se hacen sino que desde un punto de vista espiritual y teológico. Veamos más adelante como se van desarrollando estos temas. 

lunes, 6 de marzo de 2023

Indulgencias

 


Indulgencias

Definición

La palabra indulgencia tiene dos acepciones si vamos al Diccionario de la Real Academia Española:

  1. Facilidad en perdonar o disimular las culpas o en conceder gracias
  2. Remisión ante Dios de la pena temporal correspondiente a los pecados ya perdonados, que se obtiene por mediación de la iglesia

La definición más apropiada para lo que vamos a ver es la segunda acepción, por lo que nos enfocaremos en esta. 


Características

Las indulgencias eran el medio por el cual el catolicismo romano, confería la remisión del castigo de forma temporal o permanente por un pecado después de que el pecado ha sido perdonado mediante el sacramento de la penitencia.

La justificación de las indulgencias tenían dos fundamentos:

  1. El sacramento de la pena no es suficiente para sanar la culpa. También había que sufrir un castigo temporal por haber ofendido a Dios
  2. Las indulgencias descansan en la existencia del purgatorio

En los tiempos de la Iglesia Temprana (desde la Comunidad Judía en la Palestina Romana hasta el Concilio de Nicea) los obispos podían reducir o dispensar los rigores de la pena, pero las indulgencias entran en los siglos XI y XII cuando la idea de Purgatorio tomó vigencia. 

Las primeras indulgencias estaban destinadas a acortar los tiempos de penitencia sustituyéndolos por períodos de ayuno, oración privada, limosna y pagos monetarios que se utilizarían para fines religiosos.


Sin embargo, cuando se iniciaron las primeras cruzadas se conocieron las indulgencias ''plenarias'' o ''absolutas''. De hecho, en la primera cruzada que propició el Papa Urbano II, se otorgó este tipo de indulgencia estableciendo que aquellos que participaran de aquella cruzada, les serán perdonados todos sus pecados. Posteriormente, el resto de los papas harían lo mismo con las demás cruzadas para incentivar a los demás a que formaran parte de ellas. 

En todo caso, los pronunciamientos papales, orales y escritos, eran vagos con respecto a las indulgencias. Para aclarar esto, los teólogos escolásticos articularon una teoría de la penitencia. Esta consistía en tres partes:

  1. Contrición
  2. Confesión
  3. Satisfacción

La deuda del pecado perdonado podía ser reducida a través de ciertas obras de buena fe (peregrinajes, actos de caridad y similares) o a través del sufrimiento del purgatorio. Las indulgencias podían ser otorgadas por el papa o en menor medida por arzobispos y obispos, como modos de amortizar la deuda del pecado de la gente ordinaria. Por otro lado, existía la indulgencia plenaria que absolvía todas las obligaciones que tenía el pecador con respecto a aquellos actos pecaminosos. En consecuencia, existieron dos tipos de indulgencias:

  1. Indulgencia temporal
  2. Indulgencia plenaria (completa)

Estas indulgencias se prestaron para abusos y ambigüedades sobre todo cuando se preguntaba cuánto tiempo abarcaba dicha indulgencia. 

La conmutación

Paralelo a este fenómeno, las cruzadas y la reforma económica del papado que comenzó en el siglo XI, una nueva forma de institución llamada ''conmutación'' que consistía básicamente en que cualquier obligación, servicio o bien podía ser satisfecho con una suma de dinero correspondiente. Por ejemplo, aquellos que no pudieran realizar un peregrinaje a Jerusalén, bien podrían conmutar la penitencia por la construcción de una catedral o de un leprosario, en fin, buenas obras. 

Para los hombres administradores de la Iglesia, esta conmutación era muy útil y de hecho la promovían incluso los papas. Inocencio III fue uno de los grandes promotores de la conmutación, sobre todo en el período de las cruzadas.

El movimiento reformista y el término del sistema

Muchas personas se preguntaban si por medio de las indulgencias podían interceder por personas que ya estaban fallecidas. Si esto era posible ¿tendrían que confesar sus pecados propios? para acceder a una indulgencia era necesario que la persona confesara. El papa Sixto IV, en el año 1476 declaró que era efectivo que se pudiese otorgar una indulgencia para una persona muerta, pero no dijo nada con respecto a la confesión. De este modo, cada vez más se fue pensando que la confesión no era una acción necesaria para la salvación. 

En el siglo XVI, el predicador dominico Johann Tetzel acusado de vender indulgencias decía:

''Tan pronto como suena la moneda en el cofre, un alma es liberada del purgatorio''

Ahora bien, el primer reclamo contra las indulgencias fue realizado por Jan Hus en el siglo XIII, quien terminaría condenado en la hoguera por oponerse a las mismas. Posteriormente, el fraile agustino Martín Lutero sería quien finalmente acabaría con el sistema de indulgencias, diciendo que la salvación era gratis, que no se debía pagar por ella. Todo esto fue por medio de las 95 tesis que adhirió a la puerta de la Iglesia de Todos los Santos, entre otras obras que escribió. Consiguientemente, todas las formas de protestantismo que tenían por líder a Martín Lutero rechazaron el sistema de indulgencias. 

El sistema de venta de indulgencias pasó por un período de regulación estricta acordada en el Concilio de Trento el año 1561, y se eliminaría totalmente con la llegada Pío V y su declaración de 1567, aunque el fundamento teológico de la indulgencia todavía quedaría asentado. Aproximadamente 400 años después, en 1967, el papa Pablo VI, cambiando el énfasis de la satisfacción del castigo al incentivo de las buenas obras, redujo en gran medida el número de indulgencias plenarias y eliminando el sistema numérico asociado durante tanto tiempo con las indulgencias parciales.


Conclusión

La conjugación del dinero y lo espiritual ha estado en juego desde hace mucho tiempo. Tiene las más diversas formas, y en cada época presenta rasgos distintos. En estos tiempos contemporáneos hablamos del lucro como medio como fin. En las empresas, este lucro se ve como un fin, porque el objetivo de la empresa es tener dinero pero ¿qué pasa con las entidades sin fines de lucro? estas utilizan el lucro como un medio para un fin, sin embargo, en primer lugar tienen que lucrar y usar ese lucro para ese fin determinado. Parece cada vez más difícil que lo monetario se desligue de lo espiritual.

viernes, 3 de marzo de 2023

Masara - Vida y obra (883-931)



Muhammad ibn Abd Allah ibn al-Massarrah más conocido como Masara, fue uno de los primeros sufistas y filósofo del Al-Andalus. Un seguidor de cerca de Aristóteles y del Neoplatonismo tal como los otros pensadores de su tiempo. Su legado ha sido estudiado y debatido por muchos eruditos islámicos a lo largo de los siglos, y sus escritos siguen siendo importantes para la comprensión del pensamiento islámico medieval. Veamos la vida y obra de este interesante filósofo. 


Muhammad ibn Abd Allah ibn al-Massarrah


VIDA Y OBRA

Masara nació en el año 883 (269) en Córdoba. Su padre, un teólogo inclinado por el ascetismo, había viajado a Basrah treinta años antes de su nacimiento con el hijo de un mercante, según se sabe para estudiar las ideas de los mutazilitas. 

La escuela mutazilita, entonces en su apogeo, fue ampliamente rebatida con la ascendencia de sus típicos rivales.  Esto porque se adscribieron los actos humanos a las decisiones humanas más que al inescrutable poder de Dios. De esto se exigía de Dios que hiciera justicia a la humanidad y así evitar desmerecidos sufrimientos, si no en este mundo, en el otro. 

La historia de Khalil

Masara podría haber pasado por un escandinavo o eslavo en Irak, pero él era un musulmán español, cliente, por fortuna, de un Berebere de Fez. Su amigo más cercano, Khalil, marcado por los ortodoxos con el sobrenombre de Khalil al-Ghaflah, ''El íntimo de la indiferencia'', había viajado a Irak para ser examinado por un erudito de la tradición islámica. Cuando se entrevista con él, los mutazilitas sospecharon que en realidad Khalil había corrompido su fe con la ortodoxia mutazilita. 
  • Erudito: ¿Qué dices del balance en el cual Dios pesará las acciones humanas?
  • KhalilEs justicia de Dios
  • Erudito: ¿Qué dices sobre el estrecho sendero que deben caminar las almas para llegar al paraíso? 
  • Khalil: Es el camino recto, la religión del islam
  • Erudito: ¿Qué dices del Corán?
  • Khalil: El Corán, el Corán

La última respuesta que dio Khalil quiso significar que el Corán es eterno, una postura contraria a los mutazilitas que creían que era creado. 

  • Erudito: ¿Y qué dices sobre el destino y la determinación de los actos humanos?
  • Khalil: Digo que los actos humanos provienen de Dios y el mal proviene del hombre

Estas respuestas fueron suficientes como para poner a Khalil fuera de las clases del erudito. 

A la muerte de Khalil, un grupo de juristas saqueó su casa y quemaron todos sus libros de derecho. 

La historia de las preguntas de Khalil representa las marcas de una apología para su aceptación como un maestro venerado. Como ibn Masara era el amigo más cercano de Khalil, guardó sus enseñanzas en el refugio de su conciencia y a escondida de los mutazilitas. 

Denuncia de sus doctrinas

Posteriormente, su padre fue forzado por las deudas a dejar Córdova y dirigirse a Meca, y muere en el año 899 cuando Masara tenía 17 años. Masara vuelve nuevamente a Córdova. Poco se sabe de cómo fue la etapa de maduración de Masara, pero se sabe que fue el líder de retractores sufí en las colinas de Córdova con una banda de discípulos de confianza.

Los rumores decían que ''el hombre de la montaña'' (al-jabali) favorecía el mutazilismo y negaba los tormentos del infierno. Luego se habló de que era adherente al ateísmo fundado en la escuela de Empédocles. Al conocimiento de estos rumores, posteriormente se hicieron denuncias en un libro corto escrito por el jurista al-Habbab. 

El califa omeya de la época no tenía posición para tomar esas denuncias de forma ligera. Los sospechosos eran castigados severamente e Ibn Masara aprovechó de huir de Córdova con dos discípulos con el pretexto de hacer un peregrinaje a Meca. 

Los maestros conocidos

Norte de África

En el Norte de áfrica, Masara conoció muchos maestros en leyes y teología. Se instaló como un simple estudiante a los pies del gran Sahnun en Cairuán. Profundizó sus conocimientos con respecto al mutazilismo. 

Meca

En Meca puede haber conocido a Abu Said, un discípulo tradicionalista del gran místico monista al-Junayd. Las enseñanzas de Abu Said hacían del Hadith un vehículo de especulación mística. Sin embargo, al-Junayd bordeó las extensiones más extremas del monismo. 

Medina

Meditó en Medina, en el asiento del profeta, en el techo de una cabaña de la concubina Mariyah, madre del legendario hijo perdido de Muhammad. Sus discípulos lo vieron midiendo la habitación con la palma de su mano, y él les explicó que planeaba modelar su nuevo lugar de retiro en la Sierra de Córdova. Cuando Abd al-Rahman III (más conocido como Abderramán) quien gobernó entre los años 912 y 961 ascendió al poder, hizo una profecía para este gesto votivo y esperanzador de Masara.

El nuevo califa promulgó una política de tolerancia para facilitar el establecimiento de los malikíes, una escuela de Derecho perteneciente al sunismo. 

Cuando Ibn Masara regresó a Córdova, mantendría sus enseñanzas en secreto usando una sutil y sugestiva imaginería para evitar a los ortodoxos, confiando en la paradoja y la alegoría para transmitir sus ideas por inducción. 

Enseñanzas, teorías y obras de Ibn Masara

Sus enseñanzas y obras

Bajo la seguridad y protección de Abderramán III, Masara enseñó, escribió y guio a sus discípulos en un ascetismo. Su tariqah, o Sendero Sufí, sirvió como base del pensamiento del gran sufí Dhu'l-Nin al-Misri y para el mecano al-Nahrajuni siguiendo el tema del pietismo contemplativo de la constante examinación de la conciencia de uno mismo. 

A pesar de su conducta devota y su circunspección, la publicación de sus libros llevó a una denuncia por parte de los tradicionalistas en el Este. De los títulos que nos quedan hay solamente dos: 

  1. El Libro de las Letras 
  2. El Libro de la Iluminación 

Aparentemente, sus libros nunca fueron quemados mientras el estuvo vivo. Ibn Masara moriría en Bagdad en el año 931 pacíficamente en su refugio de la Sierra de Córdova. 

Controversia con el pseudo-Empédocles

Uno de los debates más conocidos en la vida de Masara es si efectivamente tuvo influencias del conocido pseudo-Empédocles. Esto lo llevaría a que su obra no fuera estimada por muchos intelectuales de la época, incluyendo los mutazilitas. 

Los mutazilitas eran monoteístas radicales que defendían claramente el monoteísmo y la teodicea. Su mirada de las discusiones entre zoroastristas dualistas y cristianos trinitarios los llevaron a considerar la unidad de Dios por sobre todo. 

Identidad

Sin embargo ¿Quién es este pseudo-Empédocles? Para contestar esta pregunta, debemos situarnos en el momento en que los árabes recepcionaron el pensamiento y las obras de Empédocles. De este filósofo se supo a través de varios opúsculos y también por medio de las obras de Aristóteles como Física o Metafísica. 

A manos de los primeros filósofos musulmanes llegó un libro llamado ''Libro de Amonio sobre las opiniones de los filósofos'', donde se muestra a un Empédocles con teorías claramente neoplatónicas. Fue la única fuente que tuvieron los filósofos musulmanes de aquellos tiempos sobre Empédocles. Esta obra hizo que los árabes pensaran que este era el verdadero Empédocles, tratándolo como un neoplatónico más. Más tarde los investigadores intelectuales denominaron a este Empédocles árabe como ''Pseudo-Empédocles''. 

Empédocles y al-Amiri

Uno de los filósofos que sí tomó las influencias claramente de este pseudo-Empédocles fue al-Amiri. El filósofo nos dice que Empédocles era un sabio y aristócrata de Agrigento, un filósofo sutil y asceta que había estudiado con el Rey Salomón y su legendario contemporáneo árabe Luqman. Estos escritos también fueron conocidos por al-Shahrastani y al-Shahrazuri. Sin embargo, la fuente de donde sacaría el pseudo-Empédocles al-Amiri es desconocida. 

Según lo que se decía de este pseudo filósofo, la teoría del pseudo-Empédocles fue rechazada por los griegos porque negaba la existencia de una vida después de la muerte. Este tratado fue visto por Ibn al-Qifti en la biblioteca de Jerusalén. A pesar del horror que le provocó esta teoría a al-Qifti, este reconocía algo de valor en la obra del pseudo-Empédocles que sería la unidad de Dios: ''todo se reduce a una sola identidad''. 

El alma en el pseudo-Empédocles

Para el pseudo Empédocles, el alma era una sustancia simple, no como el fuego, porque este comparte una parte de sí mismo con el cuerpo, sino más bien como la luz. La verdad sobre uno mismo refleja y revela la verdad sobre la simplicidad de Dios. En ese sentido, nosotros somos lo que hacemos de nosotros, aunque en un sentido más lejano, esto está comprendido en la idea de la necesidad que tiene uno mismo de Dios. Esta es la base para la búsqueda mística por la unidad de Dios y con Dios, y además, quizás, para buscar una práctica mística por la búsqueda de la inmortalidad. 

Dios en el pseudo-Empédocles

Dios, cuya simplicidad es solo alcanzada por la contemplación de la simplicidad menor de la conciencia humana, es su puro propio ser, su propio conocimiento, voluntad, abundancia, poder, justicia y verdad. 

Al-Amiri escribiría:

''La doctrina de Empédocles dice que los atributos del Creador son aquellos que se describen en términos de conocimiento, existencia, voluntad y poder, pero no hay distinción entre estos diversos nombres... Es uno e indivisible... Su identidad trasciende toda la multiplicidad''.

Como podemos ver, el pseudo-Empédocles es tratado de modo diferente en al-Amiri. 

Atributos de Dios

De acuerdo con Abu al-Faraj explica que este ''Empédocles'' fue el primero en negar que la esencia de Dios tenía atributos porque dijo

''La esencia del Creador es su existencia y viceversa. Su vida y conocimiento son dos ideas relativas que no necesariamente implican diversidad en su identidad''

Así, el ''Empédocles'' de este escrito confirma la teoría de la unidad de Dios de los mutazilitas: Como Dios no es compuesto, entonces Dios no tiene partes y es indestructible, su unidad es indivisible incluso conceptualmente. Siendo así de simple, no es posible hablar de atributos en Dios ya que de tenerlos, la diferencia de estos atributos haría preguntarnos sobre otras posibles y diversas naturalezas de Dios. Se tendrían que componer los atributos y en consecuencia, la existencia de Dios se haría contingente. Lo único que tiene Dios es su existencia y esencia, si es que a eso podemos llamar atributo. 

En el trabajo de este Empédocles, un mutazilita podría encontrar raíces e historia de la formula Kalam: Dios es sabio pero no por sabiduría; es poderoso pero no por poder. Tampoco hay diferencia entre existencia y esencia en el pensamiento mutazilita. 

Creación en Dios

En cuanto a la creación dentro del pensamiento del pseudo-Empédocles, todo lo conocido lo extraemos de Ibn Masara. De hecho, es una de las doctrinas más controversiales, basada en la emanación de la material intelectual. Esto es, el problema de que a partir de Dios que es absoluta simplicidad, se de posteriormente mucha multiplicidad. Era un problema que se dio entre el neoplatonismo. 

''¿Cómo es que muchos provienen de uno?''

El pseudo-Empédocles resolvía este problema apuntando a la búsqueda de la examinación del ser. Para el pseudo-Empédocles, la mente no es distinta al cuerpo, así como el pie no es distinto de la patada, el piloto al barco, y como Dios al mundo. 

''Dios es absoluto creador. No creo nada desde alguna cosa, ni es coeterno con alguna cosa. Creó todo con una Idea Simple; la primera materia o elemento. Luego, un número de una cosa simple proliferó de esa unidad, primera y de único tipo. Luego las cosas compuestas se desarrollaron de las simples. Así, él es el creador de todas las cosas y no-cosas- intelectuales, nocionales o supuestas''


Así vemos que para el pseudo-Empédocles la primera realidad que fue creada fue la materia intelectual. Esto fue rechazado por la mayoría de los neoplatónicos escolásticos, pero seguía dando de qué hablar entre los pensadores. 

Este intelecto (o materia intelectual) daba la forma y el ser a cada cuerpo. Ahora bien, aunque el profeta y todas las almas vienen desde arriba, cada ser humano debe trabajar para su propia salvación. La Salvación es por gracia, pero no por elección arbitraria. 

Dios y los actos humanos

Para Ibn Masara, Dios tiene conocimiento universal, pero con respecto a los particulares solo tiene conocimiento temporal. Dios no sabe sobre las decisiones de Zaid, si cree o no en la visión de Muhammad, hasta que decide en qué creer. De este modo, el hombre tiene una decisión, es decir, tiene un libre albedrío; sin embargo, al mismo tiempo limita el poder de Dios como conocedor perfecto. 

La voluntad de Dios es llamada ''su trono'' que Ibn Masara extraería del Corán en distintos pasajes:

  • 7:54: De hecho, vuestro Señor es Alá, quien creó los cielos y la tierra en seis días, luego se estableció en el Trono
  • 9:129: No hay dios excepto Él. En Él he puesto mi confianza y Él es el Señor del Gran Trono
  • 10:3: Seguramente vuestro Señor es Alá, Quien creó los cielos y la tierra en seis Días, luego se estableció en el Trono, dirigiendo todos los asuntos. Nadie puede interceder excepto con Su permiso
  • 11:7: Y es Él quien creó los cielos y la tierra en seis días - y Su Trono había estado sobre el agua
  • 17:42: Di, ˹Oh Profeta,˺ “Si hubiera habido otros dioses además de Él, como afirman, entonces ciertamente habrían buscado una manera de ˹desafiar˺ al Señor del Trono”.

Según Ibn Masara, el Trono de Dios es un símbolo de Su poder y autoridad sobre el universo. Creía que el trono de Dios no es un objeto o lugar físico, sino una representación metafórica de su soberanía y control sobre toda la creación. En sus escritos, Ibn Masara enfatizó que el poder y la soberanía de Dios son absolutos y están más allá de la comprensión humana. Los seres humanos solo pueden captar una comprensión limitada de la grandeza de Dios y deben acercarse a Él con humildad y sumisión.

Conclusión

Interesante la vida y pensamiento de Ibn Masara, aunque este llena de misticismo y datos desconocidos. No obstante, con la información de este filósofo (o místico), podemos saber los tipos de pensadores que irritaban tanto a Avicena como al-Farabi. Sin embargo, me parece que estos pasos en la filosofía musulmana, no se ha hecho en vano. Todo ejercicio filosófico es válido para construir cosas grandiosas más adelante, con otros humanos, con otras ideas.