martes, 31 de diciembre de 2019

¿Qué es el bien y el mal? (Parte I: La antigua Grecia)



¿Qué es el bien y el mal? 
(Parte I: La antigua Grecia)

Es quizás una de las preguntas más trascendentes de la filosofía. El problema del bien y el mal se ha abordado en las distintas líneas de pensamiento, superponiendose unas contra otras con diferentes conceptos. Al final, pareciera que cada uno tiene una postura en cuanto al bien y el mal ¿o habrá una que sobresalga? En esta entrada veremos aquella que tenían los filósofos de la Antigua Grecia. 

Platón

Para Platón, el bien es lo que da la verdad a los objetos cognoscibles, es decir, el poder de conocer los objetos. En la alegoría de la caverna, el bien es comparado al sol mientras que el mal es comparado como el fondo de una cueva donde permanecen unos hombres atados con cadenas, simbolizando el mundo sensible, en otras palabras, el mundo material; mientras que el sol, correspondería al mundo de las ideas: el mundo inteligible. 

Por lo tanto, el mal estaría representado por el mundo que percibimos con los sentidos, mientras que el bien es el mundo inteligible que percibimos con nuestro intelecto. 

Platón distingue cuatro dimensiones del bien:

  1. Inteligible
  2. Real
  3. Realizable
  4. Causa (de todas las cosas)

Estas cuatro características conforman la idea del bien supremo; es el bien que es más deseable y por lo tanto, aquel que da origen a todas las cosas. 




Aristóteles

Aristóteles nos hablaba de dos tipos de bienes:

  1. Bienes por sí mismos
  2. Bienes que buscamos para alcanzar otro fin

Por lo tanto, existen dos clases de bienes: aquellos que son bienes por sí mismos y aquellos que no son bienes sino con relación con los primeros. 

En ese caso, cualquiera que desee una cosa que es buena en sí misma, entonces está deseando el bien. Por otro lado, tenemos una cosa que es intrínsecamente mala, que es aquella a la cual se le tiene aversión en sí misma y su alejamiento correspondería a una actitud buena del hombre. 

En conclusión, para Aristóteles el bien es la mismísima felicidad del hombre. Por otra parte, es verdad que el bien es la felicidad, pero también son los puntos medios entre cada extremo; por ejemplo, la valentía es la virtud que se encuentra en medio de la cobardía y la temeridad. Ese punto medio que es la valentía, no solo es la virtud del hombre sino que ahí también encontrará la felicidad. 

Estoicos

Los estoicos ponían a la razón como el bien primero, ya que esta es la que nos aleja de la irracionalidad y la pasión que llevan al hombre al sufrimiento y a la perdición. La razón sería un punto medio entre el sufrimiento y el placer, los cuales son extremos donde el hombre sufre. 

Hedonistas

Desde el punto de vista hedonista (o epicúreo), podemos ver que la pasión es el sumo bien de los hombres. En efecto, parece esto ser intuitivo pues el hombre siempre se aleja de aquello que le causa aversión o malestar. Si toca algo caliente, el hombre se procura el frío; si tiene hambre, el hombre se procura el alimento. Este esquema básico de los hedonistas representa el bien supremo para todos aquellos que deseen buscar la felicidad y por lo tanto, el bien.

Conclusión

Por supuesto, las posturas que hemos visto aquí son las clásicas posturas con respecto al bien y el mal en la filosofía. Esta discusión crecerá aún más en la Edad Media con la figura de los cristianos y se quedará descansando en el siglo XVIII de manera indirecta, para luego volver en el siglo siguiente. En todo caso, estas formas clásica de ver el bien y el mal, son la base para comprender las teorías futuras dentro de la historia de la filosofía. 


domingo, 29 de diciembre de 2019

Juan Duns Escoto - Ordinatio (La intelección de la palabra) (1269)



Este tema siempre ha sido de gusto de los últimos padres de la Patrística, pues el referente del estudio de las palabras es el mismísimo San Agustín de Hipona. En efecto, en este blog hemos visto las numerosas entradas sobre el signo y el significante, los cuales revelan algunas características de la semántica de lenguaje. Juan Duns Escoto, quien adhiere en las ideas de San Agustín, vuelve a poner el tema sobre la mesa y lo desarrolla de la siguiente manera.

Ordinatio
La intelección de la palabra


OPINIONES GENERALES

Si la palabra creada es una intelección

Tenemos la primera respuesta tentativa a la intelección de la palabra, que en realidad sería negativa coincidiendo con San Agustín de Hipona:

''La imagen de Cartago, en mi memoria, esta es su palabra''

La imagen es tomada por la especie, no por la imaginación; por lo tanto, la palabra creada es una especie inteligible y no actual del intelecto.

También dice San Agustín:

''La palabra que suena exteriormente es un signo de lo que brilla interiormente''

Sin embargo, la palabra externa es el signo de una cosa y no de una intelección. De otro modo, cualquier proposición afirmativa en donde la cosa no es predicado de sí misma sería falsa. Esto es porque la intelección del sujeto no es la intelección del predicado, aunque cuando se dice ''la cosa es la cosa'' se está diciendo que el sujeto es también predicado. Por lo tanto, la palabra es un intelecto y no una intelección.

Luego dice San Agustín:

''La palabra es el resultado de lo nacido en la memoria''

Pero una acción no es nacida sino que en la base de algo más. Por lo tanto, la palabra es algo formado por el entendimiento y no es un acto en sí mismo. 

Si la Palabra Divina dice algo para las personas (Padre, Hijo y Espíritu Santo)

La palabra es algo esencial, es como el conocimiento y el amor, de acuerdo con San Agustín. El acto de la palabra es un acto de inteligencia; por lo tanto, si la palabra existe tanto en el Padre, Hijo y Espíritu Santo, entonces se deduce que ambos tienen inteligencia. 

Si la Palabra Divina dice algo para las creaturas

Dice San Agustín:

''La palabra es el arte de Dios todopoderoso lleno de todas las razones vivientes''

Si la palabra es respecto del arte, entonces la pàlabra también es respecto de las creaturas.

RESPUESTA DE DUNS

Para Duns Escoto, la palabra es una acto de inteligencia producido por la memoria perfecta, la cual no es posible si no hay intelección. Por lo tanto, más que pertenecer a cualquier otra cosa, la palabra pertenece a la inteligencia, en segundo lugar a la memoria y en tercero al querer.

Por otro lado, no es correcto relacionar la palabra con un objeto (o cosa), pues la palabra nace del intelecto mientras que las cosas nacen por otra cosa (cosa compuesta). 

Todo lo que es conocido es llamado una palabra porque esta puede ser recordada o pronunciada por la memoria. En este caso, cuando se habla que la palabra es amor (y por lo tanto un querer o voluntad) uno puede estar equivocado. En efecto, hay palabras que podemos odiar, pero el conocimiento de estas palabras no lo odiamos (pues sin este no podríamos reconocer lo que odiamos). 

Conclusión

En contra de la opinión de todos, Duns Escoto rechaza la idea de que la palabra sea un querer o una voluntad (o amor como decía San Agustín) y sitúa la palabra específicamente en el intelecto. Todo esto se lleva a cabo para entender más que al ser humano, para entender a la divinidad; sin embargo, esto servirá para los lingüistas que vienen más adelante, que utilizarán el concepto de signo y de intelecto en las palabras. 

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domingo, 22 de diciembre de 2019

Juan Duns Escoto - Ordinatio (la existencia de Dios (II)) (1269)




Seguimos con la argumentación lógica que Juan Duns Escoto hace sobre la existencia de Dios. Ya en algunas entradas anteriores hemos visto que las pruebas sobre la existencia debe son ''evidentes por sí mismas'' es decir, no necesitan pruebas a posteriori, algo que es rechazado por toda la filosofía tomista. Sumado a esto, las proposiciones evidentes suman también la voluntad que tiene Dios y las criaturas por sobre el entendimiento, en otras palabras, Duns Escoto asegura que la voluntad está antes del entendimiento. 

Ordinatio
La existencia de Dios (II)


Infinitud de la causa eficiente

La demostración de las propiedades de un ser infinito tenemos que analizarlas desde las propiedades relativas de un ser finito. Las propiedades de un ser infinito son de causalidad o eminencia; en efecto, todos los seres tienen una causa eficiente y esta causa eficiente viene de un ser infinito. 

De hecho, Duns Escoto nos dice que entre los seres hay algo que es simplemente primero. Para probar esto existen la siguiente razón: 

  • La causa primera es simplemente una y no puede ser causada o afectada por ninguna otra. Esto se debe a que debe existir una primera causa porque de no haberlo, entonces los seres debiesen existir hacia el infinito, cosa que no es posible puesto que nuestra finitud es evidente. El único ser infinito es Dios. 

Por lo demás, si nada existiera como una esencia primera, entonces nada sería esencial, en efecto todos sería accidental y cambiante. Por otra parte, hay que recordar también que si un ser posible es infinito, entonces ningún ser sería posible puesto que la infinitud no alcanzaría a lograr nada; se necesita de un primer ser para que exista un ser posible (que tenga la posibilidad de existir o no). Si la causa eficiente fuera infinita, entonces ningún motor podría existir.

Sin embargo, hay un argumento que los filósofos destacan entre Dios y las criaturas: entre ellos hay una infinitud, pues Dios está infinitamente lejos. Nadie puede alcanzar a Dios. Pero si hablamos de dos extremos, en realidad no hay ningún intermedio entre Dios y los seres finitos. Solamente hay una relación de infinitud y finitud pero no existe algo entre ellos que los separe; Al contrario, Dios al ser infinito también abarcaría a los seres finitos.



Conclusión

En realidad, a pesar de que Duns Escoto rechaza las ideas de Santo Tomás de Aquino, su respuesta a la infinitud de Dios es extraída de las cinco vías tomistas, por lo que su relación con Tomás de Aquino no puede ser descartada. Es totalmente la doctrina de Aristóteles lo que Duns Escoto ha demostrado en su texto ''Ordinatio''. Con esto hemos terminado la demostración de la existencia de Dios, pero aún  nos falta revisar algunos aspectos del texto. 

sábado, 21 de diciembre de 2019

¿Cuál es la diferencia entre necesario y contingente?

¿Somos necesarios o contingentes?


¿Cuál es la diferencia entre necesario y contingente?

Esta es una de las preguntas básicas de la filosofía que nos ha llegado a nuestro correo informativo de la sección ''Preguntas y Respuestas'' en Filosofía Apuntes. Abordemos las distintas miradas de lo que se entiende por ''necesario'' y luego veamos lo que se entiende por ''contingente''.

Necesario

Aristóteles y estoicos

Como dijimos anteriormente, es Aristóteles quien se ocupa de este término y lo distinguió de tres maneras:

  1. Condición o concausa: la medicina es necesaria para la salud del cuerpo
  2. Fuerza o constricción: impide la acción de un instinto
  3. Lo que no puede ser de otra manera

En efecto, esta última característica es lo fundamental en el concepto de ''necesario''. En general, cuando en la vida no se puede vivir con ciertas cosas, a esas cosas se les llaman necesarias. De hecho, en los silogismos aristotélicos, las proposiciones se llaman necesarias porque no puede concluir de otra manera. 

Los estoicos por su parte definieron a lo necesario como aquello que es verdadero y no puede revelarse como falso. En realidad, los estoicos tomaron el concepto de necesario para el uso del lenguaje y la semántica. 

Contingencia

Aristóteles y Boecio

Nuevamente tenemos a Aristóteles como aquel que crea el concepto de contingencia, pero es Boecio quien lo trabaja más en la definición diciendo que lo contingente es lo posible. Sin embargo, lo contingente no tendría un contrario de sí mismo, es decir, no existe lo ''incontingente'', sino lo que es ''necesario'' como contrario a contingente. 

Avicena

El concepto de contingente va tomando otra forma cuando se analiza desde la perspectiva de los filósofos de la escolástica. Pues, si bien la contingencia puede ser posible, en ciertos casos también puede ser necesaria. En efecto, lo contingente puede entenderse como cualquier acto en el mundo, pudiendo constatarse o no. Por otro lado, lo contingente también se hace necesario cuando lo posible es lo determinadamente necesario; por ejemplo, cuando se dice que tal cosa es necesaria, también se dice que es posible. 

Es Avicena quien nos trae este concepto de la contingencia, haciendo un paralelo entre Dios y las cosas finitas. Dios es un ser necesario ya que necesariamente existe; sin embargo, todas las cosas finitas son posibles y son necesarias, pero necesarias por otro (por Dios en este caso). 

Santo Tomás de Aquino

Santo Tomás de Aquino nos decía que lo posible era simplemente aquello que podía ser o que no podía ser. En este sentido, casi igual que Avicena Santo Tomás dice que el mundo humano se opone al mundo de Dios que es necesario. 

Juan Duns Escoto

Duns Escoto entiende la contingencia como algo que no es necesario, una posibilidad que podría no haberse consumado, aquello que existe pero puede dejar de existir. Sin embargo, para Duns Escoto, la contingencia no es una ''falta de'', sino que es un modo de ser.

Conclusión

El análisis en detalle sobre aquello que es necesario o contingente es importante para estudiar tanto la filosofía griega como la escolástica, no obstante, también es sumamente importante para el análisis de la filosofía contemporánea, que es más complicado aún. En resumen, podemos decir que lo necesario es todo aquello que permanece y lo contingente es aquello que podría no permanecer.

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viernes, 20 de diciembre de 2019

Necesarismo

Uno de los primeros filósofos que desarrolló
 el concepto de ''necesario''


Necesario

Un concepto ampliamente utilizado sobre todo por los filósofos griegos a partir de Aristóteles. Es un término fundamental para entender la filosofía de la Edad Media, pero también la filosofía posterior ya que incluso los existencialistas ocupan este concepto tan complejo. 

Aristóteles y estoicos

Como dijimos anteriormente, es Aristóteles quien se ocupa de este término y lo distinguió de tres maneras:

  1. Condición o concausa: la medicina es necesaria para la salud del cuerpo
  2. Fuerza o constricción: impide la acción de un instinto
  3. Lo que no puede ser de otra manera

En efecto, esta última característica es lo fundamental en el concepto de ''necesario''. En general, cuando en la vida no se puede vivir con ciertas cosas, a esas cosas se les llaman necesarias. De hecho, en los silogismos aristotélicos, las proposiciones se llaman necesarias porque no puede concluir de otra manera. 

Los estoicos por su parte definieron a lo necesario como aquello que es verdadero y no puede revelarse como falso. En realidad, los estoicos tomaron el concepto de necesario para el uso del lenguaje y la semántica. 

Santo Tomás de Aquino

Santo Tomás de Aquino también sigue la misma doctrina de Aristóteles, pero añade ciertos cambios interesantes a considerar.

  1. Necesariedad material: todo lo compuesto es necesario que se corrompa
  2. Necesariedad formal: natural y absoluta de un concepto
  3. Necesariedad final: describe el fin de una determinada necesidad (la medicina a la salud)
  4. Necesidad eficiente: estar constreñido a obrar de otra manera por una causa externa

En fin, para Santo Tomás de Aquino, lo necesario es aquello que no puede no ser. De este modo, Tomás de Aquino admite la necesariedad del destino, es decir, el hombre está destinado a obrar de cierta manera a causa de Dios. En otras palabras, el mundo solo tiene un modo de ser. 



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Voluntarismo

New Simulation Sheds Light on Spiraling Supermassive Black Holes

Voluntarismo

El voluntarismo es una doctrina que nació en la Edad Media a la mano de dos pensadores importantísimos de la Escolástica. Sin embargo, este concepto se trata de dos maneras generalmente:

  1. La voluntad está antes del entendimiento
  2. La voluntad es la sustancia del mundo

Para efectos de este blog en el que solo hemos visto la filosofía medieval, veremos solamente el primer ámbito. 

Enrique de Gante

Este concierne a un pensador llamado Enrique de Gante (1293) quien fue el primero en establecer la voluntad como principio. Aseguraba el filósofo que el hábito, la actividad y el objeto de la voluntad son superiores al hábito, actividad y objeto del entendimiento.

Voluntad:

  1. Hábito: amor
  2. Actividad: querer
  3. Objeto: Bien

Entendimiento:

  1. Hábito: sabiduría
  2. Actividad: distinción
  3. Objeto: verdadero

Si bien podemos ver que el objeto del entendimiento es la verdad, aquello que es superior la verdad es el bien. En efecto, la verdad está subordinada al bien porque sin el bien no podría ser verdad. 

Juan Duns Escoto

Duns Escoto también afirma la voluntad por sobre el entendimiento, pero desde otro ámbito. Duns Escoto nos dice que la voluntad elige libremente el bien, es decir, el bien no está necesariamente inmanente en la voluntad sino que la voluntad la escoge, y escoge aquella que es el mayor bien. 

Recordemos que antes de que Duns Escoto hablara sobre la libertad de la voluntad, Santo Tomás de Aquino nos decía que la voluntad libre no existe, pues todas las acciones humanas internas y externas ya están determinadas. 

De hecho, el necesitarismo de Tomás de Aquino nos decía que todas las cosas que provienen de Dios son necesarias, es decir, no puede no ser y son absolutos. Sin embargo, Duns Escoto critica esta postura resolviendo que son ''absolutos'' hasta que no se cumplen, porque de hecho, muchos de los preceptos bíblicos no se cumplen (no matarás, no robarás, etc.). El único absoluto que Duns Escoto podría conceder es la univocidad de Dios y la obligación de adorarlo. Lo demás puede ser contradicho siempre que se tenga la voluntad. 


domingo, 15 de diciembre de 2019

Simpliciter simplices (Simplemente simple)


Simpliciter simplices

Esta frase latina significa literalmente ''simplemente simple'', pero ¿a qué se refiere? se refiere a aquellos conceptos que no pueden ser reducidos a conceptos anteriores, en otras palabras, no es un concepto compuesto. 

La diferenciación entre simple y compuesto ha sido vista en algunas lecturas de Platón, entendiendo simple como aquello que es indivisible (mundo de las ideas) y compuesto (mundo sensible) aquello que puede ser divisible. 

En la escolástica, Duns Escoto se refería a este concepto como de aquellos conceptos que son perfectos no por algo más sino que en sí mismos. Por ejemplo, el concepto de ''ser'' es simpliciter simplices, ya que no depende de nada más para entenderse; un ejemplo práctico es decir: ''el hombre es un animal'', el concepto de ''ser'' está fundamentado en el verbo copulativo ''es'' que siempre significa lo mismo sin importar el contexto que subyazca. 

Por lo tanto, el ''ser'' es irreductiblemente simple, como no depende de nada más no puede significar otra cosa que añadir la existencia en el caso positivo, o negar la existencia de algo. 

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