sábado, 27 de enero de 2018

Al-Ghazali - Cartas a Jerusalén (o cartas a un discípulo).

Este es el último libro de Al-Ghazali que analizaremos en esta sección de filosofía islámica medieval. De hecho, se dice que esta obra fue una de las últimas que escribió en vida, una obra que, más que ser una carta de consejos hacia un discípulo, también es una carta donde está su testamento. En la época de Al-Ghazali ya estaba triunfando la religiosidad por sobre la razón, es decir, se comenzó a dar un pequeño declive a la razón para dar paso al misterio y a la obediencia religiosa. ¿Qué podremos decir de los filósofos ahora? 

Referencias:

(1) Para más información sobre el concepto de fe en Al-Ghazali, véase ''El resurgimiento de las Ciencias Religiosas (Libro II: Fundación de la creencia)''

Cartas a Jerusalén

Entre la razón y la fe para alimentar el alma

Su discípulo le pregunta cómo es posible alcanzar las buenas cualidades del alma como él (Al-Ghazali) las ha alcanzado. Quiere saber si su conocimiento del alma provino del mismo mensajero de Dios, Mahoma, y si no provino de él entonces cómo lo hizo para tener un alma con buenas cualidades.

Al-Ghazali responde a esto diciendo que lo más peligroso es hacer como hacen los filósofos: ufanarse de su saber. Se autocomplacen cuando ven que tienen muchos conocimientos y creen que esto los llevará al cielo. Ni aunque reúnan cien libros y aprendan cien cosas de ellos podrán ir al cielo si no se someten a la voluntad de Dios.

Y si no es la razón de los filósofos ¿acaso nos llevará mas cerca de Dios la fe? Al-Ghazali responde que la fe es uno de los pilares del islam(1), pero que la fe sola no sirve. Deben cumplirse los 5 pilares del islam para que esta pueda funcionar. Por último Al-Ghazali le dice de esta manera:

''No te prives del sueño por estudiar hasta tarde''

''Vive como quieras vivir, pero ten en cuenta que morirás.
Ama lo que tu quieras, pero ten en cuenta que te separarás de aquello. Haz lo que quieras, pero ten en cuenta que pagarás por ello''

Se repite: de nada sirve tener muchos conocimientos si el hombre no entrega su vida a Dios. 

El balance entre el intelecto y la práctica

Al-Ghazali le dice a su discípulo que la práctica sin la teoría es una locura y la teoría sin la práctica es vacía. No tiene ningún sentido tener los conocimientos si no se aplican, por lo que, aunque se aplicaran erróneamente, se ve al menos un sentido en aquellos hombres que lo intentan.

Obediencia, oración y tradición

La obediencia es un pilar también fundamental en el islam, por lo que Al-Ghazali pide al alumno tener una actitud acorde a la ley islámica. Una vez que la oración está aprendida y se le da obediencia a las escrituras, entonces no queda más que seguir la tradición. Ya en ese punto no habría mucho más que aprender dice Al-Ghazali

Los consejos que Al-Ghazali da para seguir la tradición están basadas en las siguientes lecciones:

  1. Considerarse a sí mismo el regalo más preciado. Cuando Al-Ghazali vio cuando enterraban a un amigo, los sepultureros quisieron enterrarlo con sus riquezas pero no pudieron. Lo único que se podía llevar a la tumba era el mismo. 
  2. Separarse de los placeres que produce el ego. 
  3. Deshacerse de las cosas materiales y quedarse con las posesiones de Dios que son eternas (amor, misericordia, valor, etc.).
  4. Alejarse de lo que puede ocasionar soberbia (las riquezas).
  5. Contentarse con lo que Dios ha dado.
  6. Evitar la enemistad porque es obra del Diablo.
  7. Evitar alcanzar todo por comida o dinero, es decir, no rebajarse a acciones viles sino que siempre mantener la honestidad y la dignidad. 
  8. No confiar en nada que no esté relacionado con Dios, es decir, no adorar objetos o a hombres. 

Estas ocho lecciones fueron extraídas tanto de la Tora como de los Salmos y otros escritos sagrados árabes.

El camino a la verdad

Lo primero que se debe tener para buscar la verdad es un buen maestro guía. Pero ¿cómo debe ser este guía? Al-Ghazali enumera algunas características. 

Por supuesto que quien esté más instruido en el Corán será un buen maestro, pero este maestro debe ser también un hombre humilde y libre de la soberbia. Debe ser un siervo que haya servido a Dios por muchos años, además de tener experiencia sirviendo. Un hombre que acepta su destino y acepta el camino que Dios le ha encomendado sin chistar. 

La ignorancia

Al-Ghazali recomienda a su discípulo cuidarse de algunas enfermedades del alma:

  1. No contestar a aquellos cuya ira los domina cada vez que se les habla.
  2. No hablar con aquellos que no siguen el conocimiento revelador. Aquellos que teniendo un conocimiento intelectual tratan de refutar a aquellos con conocimiento revelador, pensando que sus problemas son los mismos que de ellos. 
  3. No hablar con aquellos que siempre preguntan para aprender, pero que no están aptos para alcanzar a comprender las grandes cuestiones de los más entendidos. 
  4. Evitar hablar con los hombres pretenciosos. 
  5. Aprender cada conocimiento que tenga que ver con Dios. 

Estas fueron las últimas recomendaciones que Al-Ghazali le da a su alumno preferido, quien además era uno de los mejores que tenía. 

Conclusión

Como dijimos en la introducción, este es el último libro de Al-Ghazali y vemos que más que un libro filosófico, es un libro de exhortación no solo a un discípulo sino que a todos los lectores. Pareciera ser que Al-Ghazali quiere dejar atrás todos los dogmas del hombre para someterse a Dios, pero ¿cómo saber que el mismo dogma de Dios no fue creado por el hombre? A pesar de la severidad de Al-Ghazali, aún quedan flancos que rebatir, pero esto lo veremos con el otro gran filósofo árabe Averroes. Estudiemos la filosofía de Al-Ghazali para luego entrar a los otros filósofos. 

Al-Ghazali - El que libra del error (o Confesiones).

¿Qué? ¿Acaso tenemos frente a nosotros una homología al libro de ''Las Confesiones'' de San Agustín de Hipona? Bueno, la verdad es que mucho se ha comparado a Al-Ghazali con el filósofo del Imperio Romano, pues se dice que Al-Ghazali era el San Agustín árabe. Lo que tenemos aquí es una biografía del filósofo que no está exenta de pensamientos complejos y profundos. ¿Nos encontramos con la última obra de Al-Ghazali? No, aún quedan otros libros que nos darán más datos sobre la vida de este interesante filósofo. 

Referencias:

(1) La misma preocupación que tenía Descartes sobre el mundo onírico. 
(2) Seguramente Al-Ghazali no conoció a los teólogos romanos. 
(3) Teoría que nos recuerda al ocasionalismo descrito en ''La incoherencia de los Filósofos (Libro XVII)''. 
(4) Una teoría muy similar a las que San Agustín de Hipona refutaba en contra de los priscilianistas y donatistas. 
(5) Los ulemas eran aquellos musulmanes instruidos en las leyes del islam. Eran llamados también eruditos.  
(6) En la cultura árabe, el vino estaba prohibido por el Corán por ser una sustancia impura. 



El que libra del error
o Confesiones

Dedicación

Este libro va dedicado al hermano de Al-Ghazali llamado Ahmad, quien le pide que le explique todo sobre su pensamiento teológico. 

Iluminación

Objetivos

Desde pequeño, Al-Ghazali demostró un gran entusiasmo por encontrar la verdad de las cosas. Sin embargo, le llamó mucho la atención que los niños cristianos solo se dedicaran al cristianismo, así como los niños judíos solo se dedicaran al judaísmo. Al-Ghazali pensaba que primero que todo, lo que se debe buscar es qué es el conocimiento y luego poner a prueba este conocimiento en el Islam.

Método

Primero se deben investigar las cosas que están sometidas a los sentidos para luego corroborarlos con el intelecto. En efecto, los sentidos engañan a pesar de que estén bien desarrollados; por ejemplo, Al-Ghazali considera que el sentido de la vista es el mejor de ellos, y sin embargo este nos puede engañar. 

En este punto, Al-Ghazali sufre una especie de confusión ¿qué pasaría si no estuviera la razón en el hombre para determinar que los sentidos son falsos? ¿y si la razón se equivoca y los sentidos son los correctos? ¿y si tanto la razón como los sentidos tienen un arbitro que determina si son falsos o verdaderos?

Al-Ghazali pone como ejemplo el sueño. Cuando estamos soñando, tanto los sentidos como la razón son verídicos y el hombre confía en ellos una vez que está en ellos. Sin embargo, cuando despierta se da cuenta que ni la razón ni los sentidos de ese sueño eran reales(1).

Estos pensamientos para Al-Ghazali eran totalmente abrumadores pues no podía vivir sin el uno o el otro. Estuvo dos meses enfermo hasta que Dios le reveló el camino para comprender estos problemas. No obstante, la revelación no se dio por raciocinio sino por una especie de iluminación más allá de la razón. 

¿Cómo empezar entonces? reconociendo los principios de las sensaciones para luego ir avanzando hacia lo divino. 

Clases de buscadores

Para Al-Ghazali existen 4 tipos de buscadores:


  1. Teólogos: razonamiento independiente y especulación teórica.
  2. Esotéricos: conocimiento del imam infalible.
  3. Filósofos: lógica y demostración.
  4. Sufíes: los que tienen la Presencia, Visión y Revelación. 

Al-Ghazali comienza a buscar a estos tres tipos de buscadores de la verdad, no sin antes tener fuertes y profundas dudas. 

Teólogos

Una vez que Al-Ghazali investigó entre los maestros teólogos de su tiempo y otros anteriores, el filósofo pudo descubrir que estos hombres eran fieles al conocimiento y sus objetivos, pero no los objetivos que Al-Ghazali buscaba. Para Al-Ghazali, estos hombres preservaban el conocimiento para alejarlo de aquellos que no creían o no tenían fe en la religión. 

Esta ciencia surgió de la necesidad de contraargumentar a los herejes e infieles que contradecían las leyes sagradas. Sin embargo, los argumentos de los teólogos no fueron suficientes para satisfacer sus dudas. ¿Por qué? porque la teología es fe mezclada con razón, es decir, se busca probar por medio de la razón y ya Al-Ghazali nos decía que trataba de buscar algo más allá de la razón. 

Filósofos

Al-Ghazali los veía muy superiores a otros hombres, incluso a los mismos teólogos que, en opinión de Al-Ghazali, no refutaban las teorías de los filósofos(2)

Al-Ghazali se dedicó a estudiar a los filósofos de manera autónoma y los separó en tres grupos: 


  1. Materialistas: quienes no creen en Dios diciendo que todo proviene de la materia. 
  2. Naturalistas: estudiosos de las ciencias naturales y biológicas en las cuales reconocen el poder de un creador necesario: Dios. Sin embargo, con el tiempo estos se volvieron a resolver que el ser humano funcionaba a través de los humores. Esto los llevó a decir que la separación de los humores es lo que destruye al hombre así como su alma. Por eso, los naturalistas niegan el Cielo y el Infierno
  3. Teístas: entre ellos están Sócrates, Platón y Aristóteles. Estos tres hombres superaron a los materialistas y a los naturalistas, sobre todo Aristóteles quien corrigió a los demás. Sin embargo, hasta el mismo Aristóteles cometía sus herejías en su Metafísica. Mismo error que cometieron todos los seguidores árabes como Al-Farabi y Avicena 

Una de las ramas de la ciencia de la filosofía son las matemáticas, las que por supuesto no son religiosas pero tampoco niegan la religiosidad. Los errores que cometen estos hombres es no confiar en cualquier cosa que sea conjetural o no apodíctica. Como las matemáticas son apodícticas, la religión no tendría cabida en sus pensamiento lo cual es un grave error. Mismo error que cometen aquellos fanáticos religiosos que no aceptan las ciencias, siendo que el Corán no rechaza ninguna de las ciencias. 

Un ejemplo de esto es cuando murió Ibrahim, el hijo del profeta Mahoma, hubo un eclipse de sol. Los árabes creyeron que estos dos hechos tenían una conexión a lo que el mismo Mahoma dijo:

''El sol y la luna son dos señales procedentes de Dios que no se eclipsan por la vida o por la muerte de nadie'' 

De aquí vemos que el mismo Mahoma intenta alejar la especulación para darle paso a la ciencia. 

Por otro lado tenemos la ciencia de la lógica que es indiferente a la religión, pues sólo se dedica a afirmar, negar, demostrar ciertas aseveraciones. Sin embargo, esta ciencia se puede utilizar en forma de abuso para sacar provecho, y tratar de difamar a la religión y a otro tipo de disciplinas. 

Tenemos también la física que investiga todos los fenómenos naturales. Aquí tenemos la explicación de las causas y del movimiento de todas las cosas naturales, así como también el reconocimiento a la existencia de un creador único. Las causas no se deben a cosas naturales, sino que a un ser primero que es causa de todos los demás(3).

Inmediatamente después de la física tenemos la metafísica que es una de las ciencias que tiene más errores debido a su carencia de demostración. Aristóteles fue uno de los más influyentes filósofos en Al-Farabi y Avicena, por lo que todo el sistema metafísico árabe se basa en su pensamiento. 

Hay 3 cosas en que los Aristóteles y los árabes coinciden:


  1. Los cuerpos no resucitan. Los que reciben recompensa o castigo son los espíritus.
  2. Dios conoce los universales pero no los particulares.
  3. Profesan la eternidad sin principio ni fin.

Todas estas han sido herejías por parte de los filósofos pues si se admite que Dios es todopoderoso, tanto los cuerpos resucitan, como Dios conoce los universales y particulares, tanto como él creó la eternidad. 

Tenemos por otro lado la política que para los árabes está incluida la religión. Sin embargo, por otra parte se considera que se ocupa de asuntos mundanos de la organización de los ciudadanos. 

Finalmente tenemos la ética que se ocupa de describir las cualidades y el carácter del alma. Los filósofos siguen las mismas normas de los religiosos cuando se vuelven abstemios y alejados de los placeres. También cometen algunos errores cuando se posicionan en una sola doctrina refutando la otra. Los religiosos suelen tener su ética y la tratan de hacer incompatible con la ética filosófica, y los filósofos hacen lo mismo por su parte. 

Sin embargo, también es culpa de los que propagan la doctrina porque estos inducen y no enseñan a los demás. Quien quiera enseñar de buena forma tiene que ser como un domador de serpientes, el cual no se pone a tomar las serpientes frente a su hijo pequeño porque sabe que lo va a imitar. 

Esotericos

Viendo que en las ciencias filosóficas era muy difícil sostener la verdad, Al-Ghazali se pone a analizar el esoterismo y las grandes aseveraciones de maestros árabes que hablaban sobre la infalibilidad de algunos maestros. 

Los estoreticos árabes decían que se debía seguir a los maestros infalibles. Pero ¿pueden existir más de dos imames? ¿Acaso no es Mahoma al único que se le debe servir? En efecto, a él y al Corán se debe seguir. 

No obstante, Mahoma dejó a Alí como su sucesor y este dejó a lo que en ese tiempo se llamaran Califas. De estas si figuras han surgido cierto grupo de árabes que proclaman ciertas reglas para ser un perfecto imam. Sin embargo, ninguno de ellos ha podido construir la figura de un imam perfecto, por lo que es factible dudar siempre de ellos. Está bien tener la intención de enseñar como sería un imam perfecto, pero el imam perfecto ya lo fue Mahoma por lo que no es factible encontrar otro (4).

Los sufíes

Antes de hablar de lo que opina Al-Ghazali sobre estos hombres, debemos conocer brevemente lo que es el sufismo. 

El sufismo se dice de la doctrina islámica que va más allá de las leyes, es decir, es una doctrina mística y ascética. Son totalmente espirituales y sus pensamientos son mucho más profundos y asceticos dentro de todas las variantes del islam. Al-Ghazali se vio atraído por estos hombres quienes predicaban una teoría y la llevaban a cabo sin ningún problema: eran hombres muy consecuentes. 

Es cuando conoce a los sufíes cuando tiene su primera crisis existencial. Al-Ghazali tenía un futuro en la enseñanza de la doctrina, pero al mismo tiempo consideraba que la enseñanza que impàrtía era sólo para obtener fama y reconocimiento. No era lo suficientemente espiritual. 

Un día Al-Ghazali se sintió tan mal que ni siquiera pudo ingerir alimentos. Una vez que dejó su vida de placeres (que tampoco eran tantos) se mejoró y encomendó su vida a Dios. Abandonó Bagdad y entregó todas sus riquezas para quedarse con lo suficiente para vivir y alimentar a sus hijos. 

Llegó a Damasco donde se encerraba en la mezquita de la misma ciudad, así como también lo hizo en la mezquita de Jerusalén en Roca. Volvió a Bagdad a petición de sus amigos y sus hijos, pero con aires renovados pues sólo podía pensar en la espiritualidad. 

Sin embargo, Al-Ghazali no se aleja de los sufies si antes lanzar duras críticas también a sus cosmovisiones y pensamientos. 



La verdad de la profecía y la necesidad del hombre por conocerla

El hombre está hecho para conocer el mundo a través de sus sentidos. 

De acuerdo con Al-Ghazali, lo primero que fue creado en el hombre fue el sentido del tacto, luego el de la vista, después el del oído, luego el del gusto y finalmente el olfato. 

A partir de los 7 años el niño ya tiene discernimiento para comprender las cosas que están más allá de lo sensible. Con el tiempo el hombre va adquiriendo la razón y comienza a rechazar las cosas que en su opinión no le parecen. Aceptará o rechazará las cosas de la profecía dependiendo de la ignorancia que tenga, es decir, su ignorancia lo alejará y su sabiduría lo acercará. 

No obstante, Dios ayuda a los hombres a que puedan conocer las cosas inteligibles a través de los sueños. Los sueños premonitorios son la mayor prueba de que los hombres puedan captar los inteligibles. 

¿Cómo probar que existe la profecía? la construcción de la medicina, de la astronomía, de las matemáticas no se dieron por percepción sino que por inspiración divina pues la profecía va más allá de la razón y más allá de la percepción. ¿Cómo alcanzar a entender la profecía? por medio del sufismo que practicó Al-Ghazali. ¿Cómo identificar la profecía? bajo el relato de los milagros de Mahoma, como cuando este partió la luna en dos cuando estuviera llena. 

De vuelta a las enseñanzas en Bagdad

Al-Ghazali ha dado cuenta, después de haber tenido una experiencia espiritual con los sufíes, que la enseñanza relacionada con la profecía era muy importante. En este enseñar Al-Ghazali pudo identificar distintas razones del porqué la gente pierde la fe. 

  1. Los que se han enfrascado en la filosofía.
  2. Los que se enfrascaron en la vida del sufismo.
  3. Los que se enfrascan en el esoterismo.
  4. Los que son llamados Ulemas(5).

El filósofo interroga a todos estos hombres para encontrar la razón de su alejamiento de la fe, y nos muestra un ejemplo en una conversación:


  • Al-Ghazali: ¿Cómo es que no cumples perfectamente la ley? si crees en la otra vida y no te preparas para ella y la vendes por este mundo, tal cosa es entonces una estupidez, pues tu que no vendes dos cosas por una, ¿cómo vas a vender la eternidad por unos días contados?
    Y si no crees, entonces eres un infiel, así que deja de buscar la fe y mira cual es el motivo de tu incredulidad oculta que es tu verdadera doctrina en lo interno, y que es la causa de tu osadía en lo externo aunque tu no lo declares abiertamente, al contrario, lo disimulas con una pretendida fe y lo ennobleces con la mención de la ley

  • Dice uno: si fuera necesario, observar esto así, los ulemas tendrían que ser los primeros en ello. Sin embargo, fulano, conocido como una persona virtuosa no hace la oración, otro bebe vino, otro se come las riquezas de las fundaciones piadosas y las de los huérfanos, otro se come el tesoro público y no respeta lo sagrado, otro ejerce el cohecho entre los cadíes y testigos.  


Otro hombre dice que puede prescindir de todo si ha alcanzado el sufismo, y otros tanto se justifican en su sufismo falso. 


  • Un cuarto dice: la verdad es problemática, el camino a ella difícil y abundante la discordancia. Las doctrinas de unas escuelas no son mejores que las de otras. Las pruebas racionales son contradictorias y no merece confianza la opinión del que razona siguiendo su propio criterio.
    El que invoca la enseñanza del imam infalible,  en cambio, dictamina sin prueba alguna, siendo así el caso ¿cómo voy a abandonar la certeza por la duda?

  • Un quinto dice: yo no actúo imitando ciegamente a los maestros sino que he estudiado la filosofía y he percibido la verdadera naturaleza de la profecía viendo que su objetivo se reduce a la sabiduría y al interés general, y el fin de sus actos de culto a refrentar y restringir al pueblo en general de matarse, pelearse mutuamente y entregarse a las pasiones.

    Yo pertenezco a los sabios sigo la sabiduría y soy perito de ella por tanto puedo prescindir de la ciega imitación.

Todos estos que hablan lo hacen en base a la filosofía de Al-Farabi y Avicena. Sin embargo, todos ellos a pesar de seguir el Corán siguen faltando a él en la práctica.

El mismo Avicena decía ser un creyente de Dios y respetar todas las leyes, pero en la práctica hacía una excepción con el vino, decía:

''No bebo vino por placer, sino que por un tema de salud''

¿Cómo poder seguir las profecías de Dios en todos los sentidos pero dando excepción a una cosa tan pequeña como es tomar vino?(6). De todas estas cosas se tuvo que alejar Al-Ghazali para reflexionar y volver. No obstante ¿por qué volvió a enseñar si antes había considerado esto una arrogancia? El mismo Al-Ghazali dice que la renovación que tuvo en su viaje lo llevó a no ufanarse de la enseñanza. 

El mensaje final de Al-Ghazali es que hay algo más allá de la razón y de la fe que es la profecía. Si se cree en el islam y en el profeta Mahoma, y que éste fue capaz de realizar los milagros en el Corán, entonces no hay cabida a la razón para declararla juez, así como tampoco a los sentidos. La profecía es lo que prevalece por sobre todas las cosas. 

Conclusión

Más que una historia de vida, tenemos el pensamiento más íntimo de Al-Ghazali quien expresa toda su indignación contra los filósofos y los fanáticos religiosos, que no piensan en otra cosa que en su teología. Sin duda un tratado muy parecido a las Confesiones de San Agustín, (aunque este es más pequeño), pero dejando de lado definitivamente aquello que hemos venido desarrollando: la fe y la razón. Es primera vez que vemos como un filósofo se desprende de estos dos conceptos para dar paso al concepto de profecía.

lunes, 22 de enero de 2018

Método inductivo en la Antigua Grecia

Método inductivo

Definición

La primera definición la tenemos de parte de Aristóteles quien decía:

''La inducción es el procedimiento por el cual lo particular lleva a lo universal''

Para este método de razonamiento debemos establecer la diferencia entre el otro método llamado ''deductivo'', que va desde lo general a lo particular. Veamos un ejemplo:

Método deductivo:

P1: Todos los hombres son animales
P2: Todos los animales son mortales
C: Todos los hombres son mortales

Método inductivo:

P1: El hombre, el caballo y la mula son longevos
P2: El hombre, el caballo y la mula son animales sin hiel
C: Los animales sin hiel son longevos

Lo esencial es que el término medio del razonamiento inductivo es ''sin hiel'' mientras que en el deductivo es ''animal''. 

Valor en la demostración

Se dice que el razonamiento inductivo no es demostrativo por más claro que este sea. De esto se saca como conclusión que el razonamiento inductivo no es científico, porque la ciencia es necesariamente demostrativa. 

Los únicos que defendieron el silogismo inductivo como una ciencia demostrativa fueron los epicúreos, mientras que los estoicos establecían lo contrario. ¿Cómo fue dicha controversia? analicemos el ejemplo anterior. 

Que el hombre, el caballo y la mula sean animales sin hiel es algo evidente, es decir, es algo que no necesita demostración, dicen los estoicos. Sin embargo, los epicúreos dicen que si el razonamiento tiene una conclusión válida (como bien la tiene la inducción) entonces sí es demostrable. 

Conclusión

El razonamiento inductivo tiene una importancia capital en las discusiones dialécticas de hoy en día. En uno de los debates donde se plantea la discusión de la demostración, es cuando se intentan demostrar negativos; por ejemplo, ¿puede probarse que 2+2 no son 5? puede pensarse que sí se puede demostrar, pero la verdad es que no porque ya la sola suma de 2+2 implica un número que está dentro de un espacio vectorial. Sin embargo, puede ser que lo negativo pueda demostrarse a través de la reducción al absurdo o del modus tolens. 

domingo, 21 de enero de 2018

Al-Ghazali - La incoherencia de los filósofos (Libro XX: Negación a la resurrección de los cuerpos).

Este es el último libro que nos queda de ''La incoherencia de los filósofos'' de Al-Ghazali. De alguna manera ha sido un debate largo entre los filósofos y el teólogo árabe, donde las concesiones a Dios han ganado innegablemente. Esta vez tenemos una discusión que versa sobre la resurrección de los cuerpos, del cual por supuesto, los filósofos no aceptan si no es un argumento racional. Al-Ghazali entra en esta discusión defendiendo a Dios y a la fe. 

Referencias:

(1) Parece un argumento Ad Ignorantiam 

La incoherencia de los filosofos

PROBLEMA XX

Negación a la resurrección de los cuerpos

Introducción

Los filósofos niegan el retorno del alma al cuerpo, así como también la existencia de un paraíso y un infierno físico. Esto significaría que los filósofos rechazarían totalmente la fe musulmana. 

Los filósofos dicen: después de la muerte del cuerpo, el alma sigue existiendo. Hay también otras cosas que pueden ser eternas:

  1. El placer eterno es para las almas puras y perfectas.
  2. El dolor eterno es para las almas impuras e imperfectas.
  3. El dolor pasajero es para las almas impuras pero perfectas.

La única forma de que el alma sea perfecta es a través del conocimiento y la virtud en las acciones. El conocimiento es requerido a causa de la facultad racional que se deriva del alimento y del placer de la cognición de los inteligibles. 

De ahí que se postule que el cuerpo es el que previene al alma de conocer los inteligibles. El alma está hecha para comprender los inteligibles, pero puede verse afectada por los placeres del cuerpo. Cuando el alma por fin deja el cuerpo a través de la muerte del mismo, el alma pasa a purificarse o a recuperarse de una enfermedad que es la de estar atada al cuerpo. 

De este modo también se dividen los placeres que son físicos e intelectuales. Por supuesto los primeros (placeres físicos) son peores que los últimos. De hecho, el hombre siempre prefiere los placeres intelectuales más que los físicos ¿por qué? porque él sabe de antemano que los placeres físicos lo pueden conducir a la vergüenza. Si el hombre es sensato preferirá los placeres intelectuales más que los físicos. 

La salida que el alma tiene luego de la muerte del cuerpo representa el paraíso del mismo. Mientras el hombre está vivo, este debe procurar no caer en los vicios y en los placeres del cuerpo. Por supuesto, nunca podrá alcanzar la perfección de su alma mientras esté ésta en el cuerpo, pero al menos estará cerca.

Al-Ghazali dice: la religión no tiene nada que oponer a lo dicho por los filósofos. Sin embargo, si estos reconocen que el alma es eterna e inmortal, entonces perfectamente se podría creer en la resurrección de los cuerpos. 

Los filósofos dicen: la religión ve estos temas solamente de manera alegórica. Así lo demuestra el Corán con las historias de la resurrección de los cuerpos. 

Al-Ghazali dice: hay muchas cosas del Corán que son interpretables, pero muchas de ellas también son totalmente objetivas; por ejemplo, la descripción del cielo y del infierno. No obstante, las descripciones de estas no tienen dimensiones o especificaciones que no se entiendan a través de la razón. 

Regreso del alma al cuerpo

Los filósofos dicen: los argumentos racionales prueban con creces que la resurrección de los cuerpos no es algo posible de ninguna manera. 

La resurrección de un cuerpo implicaría el retorno del alma al cuerpo y por lo tanto, una especie de continuidad en la vida del individuo. Sin embargo, cuando un ser no-es no puede ser nuevamente ni mucho menos continuar. 

Al-Ghazali dice: en la resurrección el hombre volvería a ser exactamente el mismo. El cuerpo no es así porque está compuesto de materia, y la materia se va reemplazando constantemente por el alimento y otros compuestos. El alma es inmortal y por eso no cambia nunca, por eso es que el hombre que resucitara no cambiaría en absoluto.

Por otro lado, el regreso de lo que no-existe es ininteligible, pues solo lo que existe puede volver. El alma no se destruye por lo que perfectamente puede volver al cuerpo.

Quizás, lo más difícil de demostrar es la resurrección que envuelve la reunión de las partes que ya fueron aniquiladas. Por ejemplo, cuando un cuerpo se pudre y es devorado por los insectos y otras cosas. ¿Qué pasaría en el caso de que un hombre se comiera a otro como los caníbales? ¿cómo puede suceder la resurrección en ese caso?

Debemos pensar que los restos del cuerpo de un hombre se encuentran en la tierra. Si lo pensamos bien, todas las frutas y verduras vienen del polvo para luego convertirse en sólidos que se pueden devorar. Cuando el hombre se devora el animal, finalmente el polvo de todo ese alimento se vuelve (o se convierte) al cuerpo. 

La única forma de definir un ser que pueda resucitar, es que esté compuesto de carne huesos y humores (fluidos). Además, es el alma y no el cuerpo el que en realidad nos constituye. 

Los filósofos dicen: si el hombre resucitara, entonces debería pasar por todas las fases de la formación de vida. Desde que es una esperma hasta la complexión del cuerpo. La resurrección sería imposible tomándola de manera instantánea, es decir, sin considerar las fases descritas. 

Al-Ghazali dice: no se puede asegurar las causas de todas las cosas. Si un hombre cree que no hay un metal que pueda tener fuerza de atracción, ese hombre quedará sorprendido con la fuerza que tienen los imanes. La incredulidad nos lleva a sorprendernos y a volver a considerar las verdaderas causas de las cosas y negar la omnipotencia de Dios(1).

Los filósofos dicen: en el mismo Corán se ha dicho:

''En Dios no se encuentran cambios''

Esto quiere decir que en Dios y en sus creaciones no pueden haber más cambios de los que se pueden realizar. Todo el orden que observamos se debe a un sistema bien organizado que no ha sido pensado contradictoriamente. 

Al-Ghazali dice: sin embargo la resurrección ya ha ocurrido y tendría que formar parte del sistema de Dios. No creer en la resurrección es no creer en la omnipotencia de Dios ni en el Corán. 

Conclusión 

Nos vemos aquí con una condena total hacia los filósofos y los ateos de su tiempo. Por supuesto, negar la resurrección sería negar el Islam de por sí. La resurrección sería tal cual habíamos hablado hace un tiempo de los milagros: son cosas que pasan en contra de la naturaleza, siendo la naturaleza aquello que está dado y es observable. Terminamos el tratado sobre la incoherencia de los filósofos pero aún quedan algunos otros libros. 

viernes, 19 de enero de 2018

Al-Ghazali - La incoherencia de los filósofos (Libro XIX: La destrucción del alma).

La destrucción del alma fue un tema para los primeros filósofos comprendiendo sobre todo a Platón y Aristóteles. Si para Platón el alma era inmortal, para Aristóteles esta se destruía con la muerte del cuerpo. Ahora Al-Ghazali nos quiere demostrar la incapacidad que tienen los filósofos para hablar de dicha destrucción, y cómo es que esta ocurre. Este libro no será tan largo como el anterior, pero no por eso menos interesante. Veamos lo que nos tiene el viejo filósofo. 


La incoherencia de los filosofos

PROBLEMA XIX

La destrucción del alma

Introducción

El libro comienza demostrando la idea que los filósofos tienen de la destrucción del alma. 

Los filósofos dicen: el alma puede perecer por tres cosas:


  1. La muerte del cuerpo
  2. Cuando el alma es reemplazada
  3. El poder de un agente superior

Analizándolas una por una, sería falso decir que el alma se muere por culpa del cuerpo. Esto se debe a que el cuerpo no es el substrato del alma, de hecho, el cuerpo es sólo el instrumento del alma. 

Por lo tanto, el cuerpo tiene sus propias acciones, así como el alma también. La constitución del cuerpo no tiene nada que ver con la del intelecto, aunque sí la distrae. 

En todo caso, lo único que puede perecer en este mundo son los accidentes, puesto que las sustancias no tienen contrarios. También sería falso que el poder de un agente superior destruyera el alma, pues destruir quiere decir la nada absoluta y ningún agente puede hacer que algo desaparezca totalmente. 

Dependencia e independencia

Al-Ghazali dice: aunque se diga que el alma y el cuerpo no son interdependientes, se asume una cierta relación. Si el alma se distrae con las cosas del cuerpo, entonces estamos estableciendo una relación entre ellas. 

Los filósofos dicen que el alma comienza con la esperma, o más bien que la esperma se acerca al alma en su condición de cuerpo. Sin embargo, la pregunta es necesaria ¿por qué hay afinidad entre un alma particular y un cuerpo particular?

Si los filósofos sostienen que hay una conexión, entonces el alma y el cuerpo están relacionados y no son interdependientes. El alma, al tener una relación con el cuerpo es probable que pueda perecer, en tanto que esta conexión sea muy fuerte. 

Los filósofos dicen: esta relación puede suceder en cuanto a que Dios permite al cuerpo tener un beneficio. El alma puede verse afectada por los vicios del cuerpo, al tener dicha relación.

Al-Ghazali dice: es una incoherencia decir que el alma puede sufrir alguna mella por el cuerpo tomando el concepto de relación. Si tienen una relación, entonces no tienen independencia. 

Los filósofos dicen: los seres simples son absolutamente indestructibles. El alma está separada de la materia.

Para comprender esto mucho más a fondo, debemos entender lo que entendía Avicena por existencia. El filósofo decía que primero estaba la Posibilidad de existir, la existencia y luego el ser. En la posibilidad de existir se encuentra la materia, además de que la materia es inextensa y eterna. Luego tenemos la existencia que es representada por la forma (el alma). De esta forma, tendríamos que decir que el alma reside en la materia (pues esta es eterna). 

Conclusión

Este ha sido el eterno problema a resolver entre la deliberación de si la materia y la forma conviven, o una va primero que la otra. El peso filosófico/aristotélico fortalecido por los filósofos árabes es notable en cada página de estos libros. Nadie se libra de las típicas discusiones que conciernen a la materia y el alma. Hemos llegado al penúltimo libro de este tratado para llegar al Libro XX. 

jueves, 18 de enero de 2018

Al-Ghazali - La incoherencia de los filósofos (Libro XVIII: Incapacidad para una demostración racional).

Podríamos decir que al igual que ser un capítulo teológico/filosófico, este texto también es psicológico por la descripción de la percepción y el intelecto. ¿Podrán estar estos conceptos conectados o son totalmente excluyentes? los filósofos y Al-Ghazali discuten sobre estos temas.  En todo caso, una vez que se discute si están relacionados o no, la pregunta siguiente es ¿dónde se encuentra el intelecto? Sin duda unas preguntas ineludibles en el pensamiento de Al-Ghazali


Referencias:

(1) También podríamos llamarlo platónicamente ''Mundo de las ideas''.
(2) Es curioso que Al-Ghazali presente el tema de los átomos en contra de los filósofos, siendo que los filósofos árabes anteriores, al igual que él, refutaron la idea de los átomos. Aquí podemos concluir que Al-Ghazali está refutando a los filósofos atomistas tal como lo hubiera hecho Avicena
(3) Relacionado con la filosofía budista que comprende al hombre atrapado en el ego.
(4) Podría ser esta una potencial defensa a los atomistas o a la naturaleza mínima (minima naturalia) de Aristóteles.

Definición:

(1) Irrefragable: que no se puede contradecir. 

La incoherencia de los filosofos

PROBLEMA XVIII

Incapacidad para una demostración racional


Introducción al alma animal y al alma humana

Para empezar con este punto deberemos analizar las partes del alma del animal y las de los humanos. 

Alma animal

Todo lo que tiene que ver con los instintos e impulsos que tiene del ser humano, además de algunas capacidades menos certeras como la fantasía o la imaginación. 

Facultad animal: Moción y percepción.
Facultad de moción: apetencia.
Apetencia: deseo e ira.
Facultad perceptiva: Externa e interna.
Percepción externa: 5 sentidos.
Percepción interna: Fantasía, estimación, imaginación sensible, retención y memoria.



Esto es en breves palabras lo que podría representar el alma animal de acuerdo con Al-Ghazali

Alma racional

La facultad de esta alma son dos: 

Teórica: relacionado con la especulación que trata de aprender las cosas que están libres de la materia, espacio y dimensión.  
Práctica: relacionado con el movimiento principal del cuerpo y sus coordinaciones. 


De esta forma, el alma tendría dos diferentes planos en cuanto a su capacidad teórica: especulación y el mundo de los ángeles(1). Las facultades del cuerpo deben ser receptivas a toda la influencia teórica. 

Cognición humana

Los filósofos dicen: la cognición humana reside en el alma humana. Esta no es infinita y además son unidades indivisibles, y si esto es así, entonces el sustrato de estas también será indivisible. Sin embargo, todo cuerpo es divisible. Si esto es así, entonces el sustrato de la cognición no es un cuerpo.

Lógicamente se puede demostrar: 

Premisa 1: si el sustrato del conocimiento fuera un cuerpo divisible, entonces el conocimiento subsistente en él también lo sería. 
Premisa 2: Pero el conocimiento subsistente no es divisible.
Conclusión: Por lo tanto, el sustrato no es un cuerpo. 

Al-Ghazali dice: ¿qué pasaría si ese supuesto sustrato fuera un átomo, de decir, un cuerpo indivisible? pareciera ser que la posibilidad de que un cuerpo sea indivisible pueda ser cierta. Recordemos que los átomos eran considerados la unidad más mínima de materia que subsistía en todas las cosas, siendo cuerpos y no intelecciones. 

Además, bien se podría discutir que si el conocimiento reside en un átomo, ¿acaso los demás átomos están vacíos de conocimiento? Por lo tanto, debemos decir que no todo cuerpo es divisible si consideramos los átomos(2)

Por último, de acuerdo a los filósofos, la percepción es algo que nace del alma animal. Sin embargo, ¿qué pasa con la percepción de la enemistad entre los animales? la enemistad es algo indivisible porque es abstracto, y no obstante reside en la facultad corporal animal.

Por lo tanto, los filósofos tendrán que decir que incluso el sustrato puede yacer en un cuerpo, así como la percepción reside en la facultad animal. 

Percepción y cognición

Los filósofos dicen: una oveja no percibe la enemistad absoluta despojada de la materia. La percepción la tiene una vez ha visto las características de un lobo específico, es decir, la enemistad está asociada a una forma o a una figura.

Al-Ghazali dice: la oveja percibe primero el color, la figura y luego la enemistad. Por lo demás, la visión de la oveja es algo indivisible, puesto que con ella es que percibe los colores y las figuras.

Ahora, no sólo existe este tipo de percepción sino que también muchas otras. Si la percepción no es divisible (por ser abstracta) ¿cómo es que los filósofos la ubican en la facultad animal que es corpórea? Si la enemistad está en la percepción ¿entonces la enemistad y la percepción tienen partes? Esto crea una serie dificultad del razonamiento. 

Los filósofos dicen: claramente habría una contradicción, pero los inteligibles son irrefragables(1). Aquí tenemos dos diferencias:


  1. Que un conocimiento es indivisible
  2. Que ese conocimiento no puede subsistir en un cuerpo divisible. 

El conocimiento del que se habla está relacionado con la percepción como también de cualquier otro que sea inteligible. 

Al-Ghazali dice: sin embargo, si la percepción está en la facultad animal entonces si se seguiría una contradicción. Puede pensarse perfectamente que la división del sustrato no afecta al conocimiento en sí mismo. 

Probablemente, el conocimiento está vinculado al sustrato metafísico, así como la percepción está vinculada al sustrato físico; sin ninguno, sustrato metafísico o físico, mellar el conocimiento o la percepción. 

Los filósofos dicen: la división del sustrato seguiría necesariamente la división del conocimiento. Si hay una relación entre el conocimiento y un cuerpo, entonces necesariamente el conocimiento tendrá que ser dividido si está dentro de algo divisible. 

Al-Ghazali dice: sin embargo, esto no saca de ninguna manera el argumento, pues se ha sustituido la palabra ''impresión'' por ''relación''. Lo anteriormente explicado no sirve para refutar la vinculación (o relación) que realmente existe entre la percepción y la facultad física. 

Los filósofos dicen: no habría problema en afirmar que el conocimiento está en los átomos que son indivisibles. 

Al-Ghazali dice: el conocimiento está en los cuerpos divisibles así como también lo está la voluntad. Por ejemplo, la mano está manejada por la voluntad del ser humano, si la mano fuera cortada, la voluntad seguiría existiendo pues no depende del cuerpo, sino que lo maneja. 

Los filósofos dicen: si el conocimiento estuviera en una parte del cuerpo, entonces esa parte sería la conocedora y no el hombre lo cual es ridículo. Además, si esto fuera así, el hombre sería conocedor e ignorante al mismo tiempo lo cual rompe con la lógica.

Al-Ghazali dice: existe un sustrato para cada cosa. No se puede decir que el hombre ama y odia, sino que bajo un sustrato el hombre odia y por el otro ama. El alma es la que puede coordinar todos los deseos del cuerpo y en él se encuentran todas las cosas que son excluyentes (como el amor y el odio). 

Conocimiento del intelecto

Los filósofos dicen: si el intelecto se conociera a través de los órganos, entonces no se podría conocer a sí mismo. Pero esto es imposible porque el intelecto se conoce a sí mismo. 

Al-Ghazali dice: sin embargo, entre el cuerpo y el intelecto hay una conexión. No hay un argumento que separe el intelecto de los órganos. 

Los filósofos dicen: el cuerpo es el obstáculo del intelecto para entender y por lo tanto, las dos cosas son diferentes. El intelecto no se podría conocer a sí mismo teniendo al cuerpo, y sin embargo el intelecto se conoce. 

Al-Ghazali dice: las diferencias que existen entre el juicio de ver y el juicio de tocar son evidentes, y se basan en la experiencia que contrae el cuerpo luego de experimentar. 

Los filósofos dicen: si el intelecto fuera un órgano corporal, entonces este no podría percibir otro órgano. Sin embargo, el intelecto percibe todos los órganos y ahí sabemos que el intelecto no tiene sustrato u órgano.

Al-Ghazali dice: en efecto, la vista no se percibe a sí misma. Sin embargo, bien podemos tomar el intelecto como una especie de sentido que nos ayuda a comprender la corporalidad. De esta forma, tendríamos sentidos que pueden comprender el sustrato (si es que al intelecto se le considera un sentido), así como también hay sentidos que no pueden comprender el sustrato (órganos).

El intelecto y la consciencia de sí mismo

Los filósofos dicen: si el cerebro o el corazón fueran el alma del hombre, éste no podría nunca comprender el sustrato de ellos, no le sería accesible. No obstante, el hombre sí puede percibir el sustrato de aquellos órganos (si ellos tuvieran).

El hombre nunca percibe el corazón o el cerebro hasta que le es dicho que aquellos existen. Así, si el intelecto existiera en los órganos, entonces estos siempre podrían ser percibidos o nunca percibirlos. 

La percepción la cual subsiste en un sustrato percibe el sustrato a causa de la relación que tienen los dos. Si es así, entonces la percepción siempre estaría consciente del sustrato.

Al-Ghazali dice: el hombre siempre está consciente de su cuerpo o de su condición física de manera desatenta. Del mismo modo, el hombre está desatento de lo que es una casa o un árbol hasta que sabe lo que es. Podríamos decir que sin saber el nombre de las partes del cuerpo, el hombre necesariamente las percibe.

Quizás, el hombre no conoce el sustrato de las cosas (aunque sí puede percibirlo) pero sí conoce la sensibilidad que hay en ellas. El hombre siempre está consciente del ego(3) y para mantenerlo necesita saber que vive.

Los filósofos dicen: las facultades del cuerpo están limitadas por la incesante percepción del cuerpo. El hombre va experimentado todos los sentidos desde un grado mayor al menor. 

Podríamos decir que la única labor del intelecto es ''preocuparse'' de aprehender los inteligibles, y no del cuerpo, pues el cuerpo se preocupa de las sensaciones. 

Al-Ghazali dice: existen innumerables razones para describir las causas de la gradación de los sentidos. No se puede decir que es una sola la causa de estos y por lo tanto, no podríamos decir que esto es completamente una tarea del cuerpo. 

Los filósofos dicen: los cuerpos siempre están sometidos al deterioro. Todo lo que pierden lo van recuperando con el alimento.  Finalmente, el cuerpo es el instrumento del alma

Al-Ghazali dice: la esperma del hombre no puede desaparecer totalmente. El hombre nace de una esperma y esa esperma no se destruye, por más disoluciones o destrucciones que tenga el cuerpo. 

Esto se puede aclarar con el símil de la vasija


Póngase una gota de agua en una vasija. Luego, añádase otra gota de agua junto con la primera. Después, quítese la otra gota de agua, luego agregue otra gota, luego quítese una y agréguese otra. El procedimiento se debe repetir mil veces. 

¿Qué quiere decir este simil? que por más que se quite el agua, siempre estará la esencia de la primera gota, siempre persistirá.  Lo mismo pasa con el cuerpo, la esperma que se dio la primera vez de concebido el cuerpo persistirá en el mismo(4)

Particulares y universales

Los filósofos dicen: el intelecto puede comprender el concepto de hombre en su totalidad, mientras que la percepción puede comprender al hombre particular. Los universales son incontables y los particulares con cualificables y cuantificables. 

Al-Ghazali dice: solamente lo que subsiste en los sentidos subsiste en el intelecto. El universal es una cosa de entero que los sentidos no pueden analizar, mientras que el intelecto si puede hacerlo.

Los universales siempre se derivan de la primera forma aprehendida, por ejemplo, cuando conocemos lo que es una mano, dicha forma se adaptará a las otras ideas de mano que tengamos.

Además, los universales suelen sacarse de la idea de la materia, que a su vez cubre el intelecto sin mellar absolutamente nada de él. 


Conclusión

Podemos ver que esta es otra de las concesiones que realiza Al-Ghazali con respecto a la idea del Creador. El filósofo árabe no disocia la materia con el intelecto, pues este último subyace ahí como una especie de joya que está dentro de un pedestal de vidrio. No habría porqué pensar que el intelecto no está dentro de la materia; de hecho, si lo pensamos contemporáneamente, debemos decir que nuestro intelecto está en el cerebro que es materia.