lunes, 19 de diciembre de 2016

San Agustín de Hipona - Sobre la música (Libro VI: Dios y los números) (387).

Innegable es que los números poseen un cierto misticismo en cuanto a las cosas sagradas, pues es así que los pitagóricos los adoraban como si fueran dioses. Pero los números no tienen que ver sólo con Dios sino que también con el alma y la sensaciones que recibimos de ellos. Pareciera ser que estos no sólo están en sus ejercicios matemáticos, sino que también están en las cosas bellas y más flexibles como lo son la música y la poesía. ¿Se podrá sostener la máxima de Pitágoras y decir que todo está hecho de números? Una pregunta sin respuesta, pero tendremos que ver.

Definiciones:

(1) Saprofilo: en griego antiguo, alguien que ama las cosas malas. Sapro viene de podrido y filo significa amor. 

SOBRE LA MÚSICA


LIBRO VI: DIOS Y LOS NÚMEROS

INTRODUCCIÓN

Esta introducción en realidad es un exhortación para aquellos que aún no están favorecidos por la iluminación del catolicismo ni por la de la filosofía. Recordemos que Cartago estaba lleno de pecado a los ojos de San Agustín, por lo que estos escritos vendrían bien a quienes aún no eran cristianos. 

PRIMERA PARTE: LAS ARMONÍAS DE LAS ALMAS Y DE SUS ESTADOS

Nociones previas

Para comenzar el Maestro le dice al Discípulo si puede identificar esta oración:

Deus creator omnium / Dios creador de todas las cosas 

¿Dónde se encuentran estas palabras? ¿en quien las emite o en quien las escucha? El Discípulo, no muy convencido nos dice que está en todos lados. 

En este sentido, para ver de donde proviene el verso tenemos cuatro géneros de percepción:

  1. Sonido
  2. Oído
  3. Pronunciación
  4. Memoria


Prescindamos del Sonido, pues lo que buscamos es el sonido mismo. Veamos el sentido del oído ¿acaso el oído tiene impreso en sus sentidos la noción del ritmo? En efecto, una cosa es tener los ritmos impresos y otra poder percibirlos. El alumno dice inteligentemente que el sentido del oído debe tener impreso el ritmo, pues es muy fácil ver que a la gente le desagrada lo que está mal pronunciado y le agrada lo que está bien pronunciado. 

Sin embargo, el Maestro le dice que dichos sonidos, para estar en el oído (sentidos) primero deben ser pronunciados por alguien. Además, este ritmo no desaparece ni en el silencio ni en el bullicio por lo que será mejor investigar los dos géneros restantes

Pronunciación y memoria

La pronunciación de dicho verbo no sólo existe cuando estamos realizando la acción de pronunciar, sino que también cuando estamos en silencio, es decir, podemos pronunciarlo en nuestra mente. 

El Maestro dice que estos sonidos los produce el alma y no otra cosa. Si el alma es capaz de producir estos sonidos, y además de replicar los pulsos de las venas y los latidos del corazón, entonces prescindiremos de la memoria, pues esta sólo almacena lo que es producido. Por lo tanto, la pronunciación del alma va primero que todo y se sostiene sin la necesidad de los otros tres géneros.

Género de ritmos en el juicio natural

La preferencia del alumno por estos cuatro géneros va más por el lado de la memoria. ¿Por qué? porque al almacenarlos los tendremos mucho más tiempo y podemos pronunciarlos cuando queramos. 

No obstante, el ritmo muchas veces no se puede retener en la memoria si no es pronunciado constantemente. Que tengamos memoria no significa que podamos retenerlo todo eternamente. Por lo tanto, hay que seguir la pronunciación del alma y no del cuerpo.

Objeción y observación general

Por supuesto, nada puede ser más magnánimo que el alma y es así como esta debe prevalecer ante el cuerpo. El cuerpo puede padecer todas las enfermedades, pero el alma es el que auxiliará al cuerpo porque sabe que son esas afecciones. Las siente pero no les afecta, y si no las sintiera no podría comprender lo que le pasa al cuerpo lo cual sería ridículo. 

El alma toca por el tacto, saborea por el gusto, huele por el olfato y ve por la visión. Pareciera ser de lo más obvio, pero todo lo que siente el alma lo transmite a todos los sentidos y a uno mismo. 

Ahora, existe algo más grande que el alma y eso sería Dios. El alma debe dirigirse a Dios para contemplar lo máximo, así como también superarse, sin embargo, puede caer en los placeres del cuerpo y así alejarse de Dios que sería lo peor. Una vez que regresa a Dios, el alma sufrirá una nueva desazón y esta será volver a perderle.


Los ritmos del alma

Sacando ahora la pronunciación de los géneros precedentes, el Maestro le pregunta a su Discípulo cuál de los géneros restantes son importantes. 


  1. Sonido
  2. Oído
  3. Memoria

Debemos siempre considerar los que están más cerca del alma. Como la memoria es la que queda e último lugar por sólamente almacenar una especie de sonidos, entonces dejaremos el Sonido y el Oído como los más cercanos al alma. Sin embargo, para ver esto más en detalle debemos ver aquellos ritmos que se encuentran en el alma, y distinguirlos de los sonidos del cuerpo. Para eso tenemos que analizar 5 números:

  1. Números de juicio
  2. Números proferidos
  3. Números entendidos
  4. Números recordables (reconocimiento)
  5. Números sonoros

¿Cuáles de estos números son los que corresponden al alma y cuáles al cuerpo?

Proposiciones de los números

Números de juicio

Justamente, para el Discípulo los números con respecto al juicio son los únicos números inmortales, mientras que los demás se destruyen por el tiempo. 

Los números de juicio no están sometidos al tiempo, pues aunque se pronuncien rápidos o lentos, su regla siempre permanecerá igual. Sin embargo, de acuerdo al Maestro, estos números de juicio están sometidos a una especie de límite porque en efecto, para estar en su juicio deben respetar ciertos límites, pues lo ilimitado está fuera del juicio. 

El Discípulo está en desacuerdo con el Maestro, a causa de que si bien los números de juicio necesitan límites para existir, son estos los que más quedan retenidos en la memoria. De esta manera, estos números son los que juzgan si los otros son armoniosos o son confusos. No obstante, el Maestro objeta que el sentido del juicio sólo puede juzgar cosas mortales y sensibles, y no cosas universales. Nosotros somos una parte del Universo y por eso no alcanzamos a comprender las cosas más grandes. 

Números proferidos

Estos números están sometidos al juicio porque debemos utilizar todo nuestro cuerpo para pronunciar versos y palabras. Las articulaciones, no obstante, pertenecen al cuerpo y no al alma, por lo que el alma las comanda para pronunciar todo lo que dice. 

Números entendidos

Estos son los números que se producen por los ánimos y placeres del cuerpo. Estos son valorados en la medida que están en el juicio de la memoria y en consecuencia, los números entendidos no pueden estar en el alma.

Números recordables (reconocimiento)

Quizás, estos números son los más cercanos al alma, pues ¿qué hacemos cuando una vez que entendemos queremos recuperar esos ritmos y números? Debemos recordar. El recuerdo siempre queda en la memoria y es inalterable desde ahí. 

Los demás números nos sirven para producir el sonido o el ritmo de alguna cosa, así como también para que un sonido venga a nuestro pensamiento. Sin embargo, en el recuerdo nosotros no traemos un nuevo sonido, sino que más bien recordamos un sonido que ya fue reproducido. También son los tipos de números que nos permiten re-conocer un sonido determinado. 

Números sonoros

Nada especial se puede decir de los números sonoros, puesto que ellos están sometidos a todos los otros números de igual manera. 

SEGUNDA PARTE: DIOS, FUENTE DE LAS ARMONÍAS ETERNAS

SECCIÓN PRIMERA: LAS ARMONÍAS ETERNAS

Primera proposición: Existencia racional de la armonía eterna

La misma oración que empleamos al principio la captamos con los siguientes procesos:

Oímos por los números entendidos, los reconocemos por la memoria, los pronunciamos por los números proferidos y sentimos placer gracias a los números del juicio. 

A estos procesos, el Discípulo tiene una objeción, ya que el número de juicio debería estar relacionado con la razón y no con el placer. De hecho, el Discípulo nos dice que los números del juicio comandan tanto la razón como el placer. No obstante, el Maestro le dice que es el alma quien maneja el cuerpo y le hace a éste pronunciar los ritmos; por lo tanto, todos los otros números están sometidos a la dirección del alma. 

Segunda proposición: Dominio de la razón sobre las armonías

La atracción que producen las armonías es innegable, sobre todo aquellas que son iguales y siguen un ritmo adecuado. Existen sonidos desiguales que nos perturban y nos causan aversión, aunque también hay unos que pareciéndose a las armonías iguales, de todas formas nos deleitan. Incluso, comprendiendo que no son iguales siguen impresionando. Sin embargo, nada escapa a la perspicacia de la razón, pues ésta será siempre la que nos dice si una armonía es buena o mala. 

Primera conclusión: Orientación al orden eterno

Así, podremos concluir en primera instancia que todo lo que lleve a la igualdad es parte del alma. Cuando el cuerpo quiere conocer el placer, es el alma quien lo guía a través de este placer pues nada está fuera de ella. Todo lo que sea inmóvil y no represente cambio alguno será aquello eterno y digno de ser considerado por el alma. 

El orden universal

En palabras del Maestro, el orden universal es todo aquello que tiende al bien. El mal comportamiento del hombre será sucedido por una buena obra para redimirse. Cuando comete algo injusto y fuera de la ley, será tiempo que cometa algo justo y que además lo guíe la ley. 

Por otro lado, es difícil no dejarse caer por las fallas de la memoria. La memoria nos falla cuando queremos recordar las cosas más importantes. Para el Maestro es difícil explicar de dónde nos salen estos recuerdos, sobre todo los recuerdos de la gente que ya esta muerta. Para diferenciar entre los recuerdos verdaderos y los falsos, el Maestro le dirá a su Discípulo que esos recuerdos verdaderos se llamarán fantasía y los falsos fantasmas.

Segunda conclusión: Dios y el orden natural

No pensemos que porque el cuerpo pertenece al mundo sensible, tendremos que despreciarlo pues Dios concede que el cuerpo tiene su propia belleza, aunque esta está sometida a la temporalidad. Su misericordia siempre estará para tendernos una mano y guiarnos a través de las cosas eternas. 

El trato que el hombre tiene con el mundo sensible el maestro lo llama carne, para integrarlo como concepto filosófico a la discusión. La carne lucha contra el esopíritu para finalmente llevar al hombre a pecar. Es así que el apóstol Pablo dijo:

''Por el espíritu sirvo a la ley de Dios, más por la carne a la ley del pecado''

Como habíamos dicho, una vez que el hombre peca tiene la opción de redimirse y servir a la ley de Dios para alejarse de la carne. 


SECCIÓN SEGUNDA: DIOS, ORÍGEN DE LAS ARMONÍAS

El alma recibe de Dios las armonías eternas

¿Cómo es que se puede hacer una aseveración como ésta? por medio de las preguntas, es decir, cuando olvidamos lo aprendido o las cosa que nunca supimos, las preguntas despertarán ese conocimiento innato que sólo Dios pudo dejar en nuestro interior. 

Primera proposición: Dios y las armonías inferiores

¿Qué necesidad o qué lleva al hombre a contemplar las cosas inferiores y no las superiores? sabemos que es el alma el que lo tira hacia las cosas más divinas, sin embargo, muchas veces se inclina por las más bajas. 

En cualquier caso, es el alma del hombre la que se inclina por estas cosas. Esto es evidente porque el alma puede conducirlo por tres cosas:

  1. Guiarlo por cosas de igual valor que el alma
  2. Guiarlo por cosas superiores al alma
  3. Guiarlo por cosas inferiores al alma

Por supuesto hay quienes buscan lo hermoso de las coas del alma, así como también hay quienes buscan las cosas inferiores. A estos los griegos los llamaban vulgarmente saprófilos(1). Pero son las cosas que demuestran igualdad las que nos debieran atraer para contemplar finalmente a Dios. 

Siempre buscamos lo que nos conviene según nuestra naturaleza, y por eso escogeremos mejor cuando optemos por las cosas del alma. Todas ellas, por supuesto, hechas con igualdad e inmortalidad siempre. Lamentablemente, el amor por las cosas placenteras y las del cuerpo apartan al alma de la contemplación divina. 

Segunda proposición: el orgullo aparta de Dios

Una de las primeras cosas que hace separarnos de Dios es la soberbia y sucede cuando el hombre quiere imitar a Dios, al creerse el dueño de la verdad. Así lo dice el libro Ecclesiasticos de la biblia:

Ecclesiasticos 12:14: ''El principio de la soberbia es apartarse de Dios''.

Cuando el alma es soberbia se ''hecha'' al exterior, se hincha para desligarse de Dios. Una vez que el alma es soberbia, esta empieza a buscar a otras almas racionales que se les unan para formar una unión en común y separada de Dios. Estas almas persuaden a otras de manera muy convincente, sin saber ellas que están siendo conducidas por otros caminos. 

¿Qué consecuencias trae este planteamiento? que el alma no tiene real conciencia de lo que está siguiendo ni tampoco puede distinguir la verdad cuando está realmente persuadida. No conoce lo que debe establecerse ni como poder establecerse. 

Tercera proposición: Por la caridad a Dios y las cosas eternas

Si el alma puede caer en el vicio, entonces se debe buscar la forma para que el alma se acerque a la divinidad. La forma de hacerlo es primeramente aceptar a Dios en el corazón. Es decir, hay que amar a Dios y no a las cosas de este mundo, pues es así como dijo el apóstol San Juan.

Juan 2:14-45: ''No améis el mundo porque todo lo que hay en él es concupiscencia en la carne y concupiscencia de los ojos y ambición del siglo''.

El amor por las cosas corporales hace que el hombre voltee su mirada a los placeres. Aquí el alma pierde su orden y comienza a ser relegada a las órdenes del cuerpo lo cual es ignominioso. Los goces del cuerpo en realidad son goces y placeres que nos seducen, son verdaderos goces pero perecen y esa es la gran diferencia con los goces del alma; estos son imperecederos.

El orden y su amor en el alma

Es preferible siempre amar el orden, aunque este venga por defecto un vez que el hombre haga el mal. Todo lo que está mal finalmente se hace bueno con el tiempo porque ya no tiene otra forma de ser. Quien no ama las leyes queda sometido a ellas, más quien las ama no está sometido a nada pues no habrá molestia. 

El alma y las virtudes cardinales

*Para conocer las virtudes cardinales dirigirse al cuarto libro de  la República de Platón de éste blog. 

El camino para que el alma pueda llegar hacia Dios es el camino de las virtudes cardinales:

Templanza: es lo principal para acercarse a Dios, pues evitará que no entremos en los extremos.

Fortaleza: para no temer a la muerte ni a la adversidad. 

Justicia: para que alma no caiga en la soberbia porque un alma racional sólo puede dominar una alma animal. 

Prudencia: para que el alma sepa cuál es su lugar en las hipóstasis, no debe estar ni por sobre Dios ni por debajo de lo cuerpos. 

Estas virtudes cardinales no se encuentran en el mundo de la carne sino que moran en el cielo para siempre. De hecho, si estas virtudes son lo que son, entonces deberían estar en el cielo eternas, más que ser sensibles en este mundo. 

Cuarta proposición: Destello universal de las armonías

El hombre puede caer en la más baja de las bellezas como también puede lograr la más alta. Eso sí, nunca podrá acabar con la belleza por más bajo que caiga porque Dios es quien le ayuda a subir. Si no pudiera haber belleza, entonces nunca podría subir lo cual es absurdo. 

Nada puede nacer de la nada, por lo tanto todo tiene un principio único que sería la unidad, lo Uno. Ninguna de las armonías del músico, o las obras del artesano se hacen de la nada; todo proviene de una unidad y esa unidad la da Dios. 

Conclusión

Un repaso por toda la filosofía agustiniana y cristiana. Terminamos con este tratado sobre la música con unas últimas reflexiones sobre Dios y su inmutabilidad y perfección. Este puede ser uno de los libros sobre la música que más difiere del resto, pues esto fue más filosófico que aleccionar sobre un tema en específico. De todas formas, un libro a considerar para ver los tratados que siguen que serán los del alma. 

domingo, 18 de diciembre de 2016

San Agustín de Hipona - Sobre la música (Libro V: El estudio del verso) (387).

Mucha gente utiliza esta palabra para referirse a cosas poéticas, o simplemente a oraciones que suenan armoniosas al oído. No obstante, para San Agustín no era una cosa tan simple ni mucho menos algo que no sea necesario estudiar; al contrario, es necesarisimo para sustentar su filosofía subjetiva y justificar que absolutamente todas las cosas están bajo el orden, y específicamente de la providencia. Veamos que nos tiene que decir San Agustín de Hipona sobre el verso en la poesía. 

SOBRE LA MÚSICA


LIBRO V: EL ESTUDIO DEL VERSO

El nombre del verso

Los metros son aquellos ritmos que tienen límites y ya habíamos visto que no todos los ritmos son metros. Cuando dicho orden que es determinado por el metro es armonioso se le llama verso. Veamos más en detalle cómo es que el hombre le puso verso a este fenómeno. 

Distribución

Cada pie tiene dos partes y estas dos partes contribuyen a una cierta armonía. Cuando esa armonía de los pies o de los metros se pierde, entonces no podríamos llamarlo ''verso'', sino que tendríamos que llamarlo metro y ritmo. 

El tiempo y el verso

En realidad, incluso pueden existir ritmos y metros que no convienen en armonía. Para obtener un tiempo apropiado en los versos, las reglas son las siguientes:

A) A ningún miembro le falte dos hemistiquios. 
B) Igualdad de los miembros para que no exista división
C) Si se evita la igualdad asegurarse que los miembros no se dividan mucho
D) Que los miembros no tengan medios pies en número igual

Sólo restaría ver los tipos de verso que pueden construirse y los que ya son conocidos. 

Los versos heroicos

Los hemistiquios son parte fundamental de los versos heroicos, es algo que los caracteriza. Los versos heroicos no pueden tener medios pues en número igual, y por eso deben estar en la razón 5 y 7 o 7 y 5 (en términos de tiempos).

Medición racional

Los versos heroicos comienzan con un medio puee o un pie completo, esa es su medición tradicional. Así es que los hemistiquios también tenga una proporción racional y que tengan el mismo número de pies; que en general son 6.

Por otro lado, los semi pies son distintos en los hemistiquios así como también son iguales en otros. 

Naturaleza del verso

En resumen, la naturaleza de los versos provienen de todas las unidades de cada metro. Naturalmente, hay metros que no son compatibles unos con otros y no suenan bien al oído, por lo tanto ahí no obtendremos un verso, pero sí en las unidades que se armonizan apropiadamente. 

Conclusión

Este libro no resultó ser tan complicado como sí fueron los anteriores hablando sobre el metro y el ritmo. El verso es una estructura que puede identificarse muy bien al oído, pues ya conocemos el viejo dicho ''Me salió un verso sin esfuerzo'', queriendo decir que se hizo una oración con rima. Podríamos decir de alguna manera que aquí terminamos con el estudio de la poesía porque el siguiente libro que viene es sobre la música en cuanto a Dios. 

San Agustín de Hipona - Sobre la música (Libro IV: El estudio sobre el metro) (387).

Este puede ser el libro más largo sobre el tema de la música que San Agustín de Hipona pone en sus escritos. A manos del santo podemos tener un compendio sobre la poesía y todos sus componentes unidos con la filosofía y algo de lógica también. Nadie puede quedar indiferente a la persuasión de las bellas palabras pronunciadas por un buen orador o un buen poeta. Hoy en día casi ya no se hace poesía, pues todos estamos inclinados a otras cosas mas llamativas, a pesar de que aquí, en Chile, tenemos dos grandes premios nobeles de literatura: Pablo Neruda y Gabriela Mistral.

SOBRE LA MÚSICA


LIBRO IV: EL ESTUDIO SOBRE EL METRO

La ultima sílaba del metro es indiferente


Esto ocurre cuando la última sílaba de un metro (cualquiera que éste sea) termina en un silencio que es proporcional al tiempo de cada metro. Esto hace que uno pueda volver a empezar ya sea a decir el mismo verso, o a repetir el mismo. 

Sílabas posibles en un pirriquio corto

Cuando se pronuncian dos pirriquios y medio, lo que sucede a la última sílaba es un silencio que de alguna manera llenaría el vacío que queda de decir dos; es decir, si el pirriquio dura dos y medio lo que resta para que sea 4 es un silencio y medio. 

En el caso de que los metros terminen en las consonantes t y n, la palabra se alarga mucho más debido a las mismas. Este fenómeno se llama ''alargamiento por posición''. 

Serie y orden de metros

Pirriquios

A continuación, el Maestro le presenta al Discípulo algunos versos en latín hechos con pirriquios:

Quid erit homo / ¿Qué será el hombre
qui amat hominem / que ama al hombre,
si amet in eo / si ama en él
fragile quod est? / lo que frágil es?
Amet igitur / Que ame, pues,
animum hominis, / el alma del hombre,
et erit homo / y será hombre
aliquid amans. / que algo ame.


Bonus erit amor, / Bueno será el amor,
anima bona sit: / si el alma es buena:
amor inhahitat, / el amor mora en ella,
et anima domus. / y el alma es su morada.
Ita bene habitat, / Bien así él mora,
ubi bona domus; / donde su morada es buena;

ubi mala, male. / mal, cuando ella es mala.

Ahora con tres pies y medio:

nimus hominis est / El alma del hombre es
mala bonave agitans. / la que obra mal o bien.
Bona voluit, habet; / Si quiere el bien, lo tiene;
mala voluit, habet. / si quiere el mal, lo tiene.

Ahora con cuatro pirriquios completos:

Animus hominis agit / El alma del hombre se esfuerza
ut haheat ea hona, / por tener aquellos bienes
quibus inhahitet homo; / en los que more el hombre;
nihil ibi metuitur. / allí nada se teme.


Ahora con nueve sílabas breves:

Homo malus amat et eget; / El hombre malo ama y carece;
malus etenim ea bona amat, / pues malo ama aquellos bienes

nihil ubi satiat eum. / de los que nada le sacia.

Ahora cinco pirriquios:

Levicula fragilia bona, / ¡Ligeros, frágiles bienes!
qui amat homo, similiter habet. / El hombre que los ama, a ellos se parece.

Ahora añadimos un pie y medio más a la misma de arriba:

Vaga levia fragilia bona / Quien ama los bienes pasajeros
qui amat homo, similis erit eis. / frágiles, ligeros, a ellos se parece.

Ahora con seis pirriquios:

Vaga levicula fragilia bona, / Quien se prenda de bienes ligeros
qui adamat homo, similis erit / pasajeros y frágiles, a ellos se parece.

Añadiendo un pie y medio a la misma:

Fluida levicula fragilia bona, / ¡Ligeros, frágiles bienes!
quae adamat anima, similis erit eis. / El hombre que los ama, a ellos se parece.

Ahora con siete pirriquios:

Levicula fragilia gracilia bona, / El alma pequeña que ama los bienes ligeros
Quae adamat animula, similis erit eis. / a ellos se hará semejante

Solida bona bonus amat, et ea qui amat habet. / Solo bienes ama al bueno y lso que ama posee
Itaque nec eget amor, et ea bona Deus est. / Así ni su amor es pobre y Dios es su bien

Falta ahora analizar los yámbicos.


Yambos, trocaico y espondeo

En el caso de los pirriquios pudimos ver 14 metros, pero en estos tres pies veremos 17 metros. 

Tribraco

Este formará aún más metros al tener más características. Los metros del Tribraco son exactamente 21. 

Dáctilo y Anapesto

Con el dáctilo tenemos 14 y con el Anapesto tenemos otros 14.

Baquio

El Baquio tiene 32 metros.

Crético 

Este metro posee 75 metros.

Antibaquio

Posee 30 metros cuando está unido con otros metros. 

Moloso

Tiene 216 combinados con otros metros. 

Epítritos

Los epítritos juntos con los procelusmáticos y los jónicos forman 553. Sin embargo, sumando todos los silencios y los medios que tienen todos los metros darían la suma todos juntos de 5715.

Forma para medir los metros

Para medir los metros en la poesía se utilizarán tres reglas fundamentales que el Maestro le dicta al Discípulo. 

Primera regla: pie incompleto a principio y fin de metro

Podríamos poner en principio un pirriquio y terminar con un anapesto que sería una subdivisión, o en otras palabras, de dónde viene el pirriquio. 

Segunda regla: pie incompleto al principio y completo en el final

Esto puede hacerse a continuación de la primera regla, es decir, comenzando con un anapesto y al final con un diyambo.

Tercera regla: el silencio antes del final del metro

La última sílaba siempre debe ser breve para que éste dé paso al silencio. Este silencio, entonces, debe existir después de la pronunciación de las tres primeras sílabas. También, el silencio se tendrá que hacer al final mismo de cada sílaba, es decir, dejar un pequeño espacio de silencio. 

Cuarta regla: el silencio de principio y final representa equilibrio

Esto sobre todo se usa cuando no se puede proporcionar los metros. El silencio y al final representará el equilibrio que falta en las oraciones. 

Quinta regla: una larga no compensa dos breves

En realidad, nada puede ser reemplazado por el silencio ni por dos breves. Los sonidos largos de cada pie no reemplazan necesariamente los silencios ni tampoco a dos sílabas breves. 

Sexta regla: el pie largo e incompleto debe ir al final

Si no puede encontrarse un pie que calce con el final del verso, entonces será necesario poner un pie largo e incompleto al final del mismo. 

Séptima regla: relación del silencio intercalado y del final

La relación de estos dos silencios está en que su duración debe ser exactamente la misma. 

Octava regla: observar la cantidad del final

El oído no debe percibir como larga una sílaba breve al final. Después del silencio intercalado antes del final, la sílaba que viene debe ser larga. 

Novena regla: el lugar del silencio

Si un pie largo está incompleto se le dará un silencio para poder suplir, o bien podrá añadirse en medio del verso para suplir desde ahí. 

Conclusión

Estas son las cosas que se describen sobre el metro. Sin duda que es un trabajo arduo, pero fructífero para aquellos que están verdaderamente dedicados al estudio de la métrica en la poesía. Regularmente la poesía siempre se toma a la ligera y se ignora la construcción no sólo gramatical, sino que también sonora que tiene al oído humano. Me parece que hasta este punto todo puede ser reducido a las matemáticas y principalmente al orden como el mismo San Agustín dice. Sigamos con el tema de la música pues aún restan dos libros más. 

sábado, 17 de diciembre de 2016

San Agustín de Hipona - Sobre la música (Libro III: Sobre el ritmo y el metro) (387).

Ya pasamos la ''introducción'' a las métricas de la poesía y ahora falta localizar el ritmo de la misma. Veremos en esta sección si los ìes pueden coincidir con ciertos ritmos y armonías en la música. Por lo demás, hay que considerar que este tema no era de poca importancia para San Agustín de Hipona; llevamos tres libros analizados y faltan aún otros tres. La verdad nunca pensamos que San Agustín dedicaría una lección tan larga a algo como la música. No es que no sea nada, sino que por ser santo se piensa que no habrá otro tema que la religión y la filosofía. 

SOBRE LA MÚSICA


LIBRO III: SOBRE EL RITMO Y EL METRO

INTRODUCCIÓN: RITMO, METRO Y VERSO


Diferencia entre ritmo y verso

La diferencia entre estos dos términos será que el ritmo está vinculado con el número, mientras que el verso está relacionado con la medida. Cuando se usan distintos pies en la poesía, a eso llamamos ritmo, y llamamos metro a todo eso que delimita al ritmo.

Por eso es que todo metro es ritmo, pero no todo ritmo es metro, pues no todos están hechos a la medida. 


¿Será todo metro un verso?

El Maestro le dice a su Discípulo que todas las ideas están en nuestro interior adhiriendo a la idea platónica del conocimiento. Las cosas como los nombres y la razón que se emplea a las cosas son por convención; por ejemplo, el lenguaje es una convención al igual que las leyes. 

Los antiguos llamaron verso a todo lo que formará en realidad un verso. Por lo tanto, podríamos decir que todo verso es un metro, pero no todo metro es un verso, pues un verso puede ser bien construido pero no por eso ser un metro. 

Todo metro es ritmo
No todo ritmo es metro
Todo verso es un metro
No todo metro es un verso

Entendiendo esto sigamos con el primer libro que nos convoca. 

PRIMERA PARTE: DISCUSIÓN ACERCA DEL RITMO

Ritmo de los pirriquios

El ritmo pirriquio llega solamente a diez pies y ese sería el máximo ritmo que podría alcanzar. Para comprobar esto, el Maestro le dice que se tome la siguiente frase como ejemplo:

''Ago celeriter agile quod ago tibi quod anima velit''

La traducción de este texto sería ''La gracia se acelera tan rápido como el alma''. En esta pequeña frase tenemos 10 pies pirriquios como también tenemos 5 proceleusmáticos. Sin embargo, antes que todo deberíamos decir que la oración tiene 10 pies pirriquios, pues siempre hay que designar al primero antes que al segundo porque el proceleusmático procede de los pirriquios. 

Ritmo continuo

Para identificar los pies se necesita recurrir a la versificación del ictus. ¿Qué es el ictus? es un apoyo rítmico donde se acentúa la sílaba de la palabra. El Maestro le dice al alumno que la acentuación de las sílabas ayudará a encontrar el metro exacto en cada pie. 

Un pie que puede ir con el pirriquio es justamente el tríbraco al no tener este ninguna sílaba larga. También el tríbraco puede coincidir con el ritmo yámbico manteniendo su continuidad. 

A continuación el Discípulo muestra algunas de las posibles combinaciones entre pies:

Dáctilo: Anapesto
Baquio: Crético, Primero Peón, Segundo Peón y Cuarto Peón 
AntibaquioPrimero Peón, Tercer Peón y Cuarto Peón 
Primer Epítreto: Segundo Epítreto
Segundo Epítreto: Ninguno
Tercer Epítreto: Cuarto Epítreto
Cuarto Epítreto: Ninguno

Ritmos como el Pirriquio, Tríbraco, Proceleusmático, Cuarto Peón, Antipasto, Segundo Epítreto, Cuarto Epítreto y el Dispondeo. Estos sólo pueden mezclarse entre sí y con ningún otro pie. 

No hay ritmo con pies de más de cuatro sílabas

Todos los pies de 4 sílabas que vimos en la nomenclatura del libro anterior tienen ritmo por sí mismo. Sin embargo, los pies que tengan más de 4 no podrán tener ritmo en sí mismos. De hecho, el Maestro nos dice que ni siquiera merecen ser llamados pies por no poder sustentar su propio ritmo. 

Lo que sí se podría hacer es añadir 4 sílabas a otras 4 y formar ocho, pero si se dan cuenta el límite de los metros siempre será 4. Ya habíamos visto al virtud del número 4 en el primero libro de éste tratado. 

SEGUNDA PARTE: CONSIDERACIONES SOBRE EL METRO

¿Cuántos pies constituyen un metro?

Primero que todo lo que se formula es la siguiente pregunta ¿un pie se forma del metro o el metro forma el pie? El Discípulo nos dice inmediatamente que el metro resulta de la combinación de los pies. ¿Por qué? porque el pie tiene límites cuando llega el metro, pero el metro es el que queda en último lugar. 

¿Será entonces que un solo pie no constituye un metro? el Discípulo nos dice que generalmente al igual que tampoco lo sería un pie y medio. El Maestro le pide mirar el siguiente verso. 

Ite igitur, Camoenae
Fonticolae puellae
Quae canitis sub antris
Mellifluos sonores

Sinceramente, el Discípulo dice que estos versos no coinciden con pies y por lo tanto es difícil unirlos. Sin embargo, por más que puedan sonar disonantes, estos pies están constituidos de números y por lo tanto por metros. Es decir, como la unidad mínima de pies es dos tiempos (o dos sílabas), entonces tenemos que el metro mide dos pies.

Tiempos límites en el metro

La pregunta inmediata es ahora hasta dónde se puede extender el pie. La proporción que debe tener un metro y un verso es correspondiente a su precedente, es decir, si tenemos un pie de tres tiempos, entonces será sensato decir que un mismo pie puede repetirse una vez para no desproporcionar el verso. Por lo tanto, el verso más corto tendrá 6 tiempos, si el pie tiene tres tiempos en sí mismo.

Si el verso estuviera compuesto de pirriquios, entonces el verso tendría 4 pirriquios. Y como habíamos visto que los pies más largos tienen 4 tiempos, entonces no puede haber verso mayor de 8 tiempos.  

Conclusión

Me queda un dejo de evidencia mística por parte de San Agustín en éste escrito, pues sigue rondando la teoría de que el número 4 es la perfección y lo que conforma lo demás. Recuerdo haber estudiado en el proceso de mi carrera los poemas de Shakespeare y que la profesora Yasna Cayún nos hacía analizar mediante la métrica. Nunca creí que fuera necesaria para realmente comenzar a elaborar una poesía; sin embargo, me parece que es interesante ver que la armonía de estas palabras no está en desorden; al contrario, debe ser profundamente ordenada. 

viernes, 16 de diciembre de 2016

San Agustín de Hipona - Sobre la música (Libro II: Los pies métricos) (387).

Lo había dicho en el libro anterior de éste tema, que la música es un tema complicado para los neófitos. Por supuesto, la música si es fácil de digerir, pero tras su conformación hay un gran espectro de teoría tanto matemática como visual. No hay mucha gente que decida estudiar música y mucho menos composición por el pobre campo laboral que tienen estas al momento de ejercer. En la antigüedad se decía que sólo pertenecía a aquellos que tenían un talento sagrado, y sobre todo a los poetas que eran conocidos por tener una comunicación secreta con los dioses. 

SOBRE LA MÚSICA


LIBRO II: LOS PIES MÉTRICOS

PRIMERA PARTE: NÚMEROS DE PIES


El músico decide por razón y no por autoridad

El Maestro le pregunta a su Discípulo si es estrictamente necesario seguir las reglas gramaticales para poder pronunciar un verso bello. Este responde que no sería necesario, pues hay palabras que pueden pronunciarse con sílabas largas y otras con sílabas cortas y sonarán bien, siempre y cuando sigan un armonía. 

El Maestro y el Discípulo se ponen a discutir la siguiente frase en latín:

Troiae qui primis ab oris
Troya que fue la primera

La pronunciación de la palabra ''Primis'' comienza con una sílaba breve y otra larga. El Maestro pronuncia mal la palabra Primis haciendo que la última sea larga y la primera corta. Esta acentuación equívoca no es sólo un error gramática, sino que también de pronunciación lo que es doblemente malo. 

Los tipos de Sílabas y su nomenclatura

Recordando un poco lo del libro anterior, el Maestro y el Discípulo recuerdan los conceptos de unidad. Una sílaba es una unidad que no puede compararse por sí misma, inmediatamente necesitará una pluralidad sea esta breve o larga. 

Unión de sílabas (breves y largas)

Ya habíamos visto lo que era un pie y que estos tenían distintas acentuaciones dependiendo de la palabra. Pongamos con el siguiente símbolo ''U'' las sílabas cortas y con este ''_'' las largas. Las combinaciones pueden darse en las siguientes formas:

Pírrico: consta de dos sílabas breves. Por ejemplo, cuando en una oración decimos ''Cuando la...''. Su símbolo sería el siguiente: UU

Yambos: consta de una sílaba breve y otra larga. Por ejemplo, la palabra ''adiós'' (A-diós). Su símbolo sería el siguiente U_.

Troqueo: consta de una sílaba larga y otra breve. Por ejemplo, la palabra ''pasto'' (pas-to). Su símbolo sería el siguiente: _U.

Espondeo: consta de dos sílabas largas. Por ejemplo, la palabra big deal en inglés. Su símbolo sería el siguiente: _ _

Todos estos tienen mínimo dos tiempos y máximo cuatro en todas las poesías. 

Los tríos de sílabas en los pies

El Maestro y el Discípulo siguen tratando de descubrir más pies a través de los ya descubiertos. Entre ellos descubren los siguientes:

Baquio: consta de una sílaba breve y dos largas. Por ejemplo, la frase ''en tú fe''.Su símbolo sería: U_ _.

Antibaquio: consta de dos sílabas largas y una breve. Por ejemplo la frase ''tú mismo''. Su símbolo sería: _ _ U.

Anapesto: consta de una sílaba larga y dos breves. Por ejemplo, la palabra ''practicar''. Su símbolo sería: UU_.

Anfibraco: consta de una sílaba breve, una larga y una breve. Por ejemplo, la palabra ''ventana''. Su símbolo sería: U_U.

Tríbraco: consta de tres sílabas breves. Sólo podríamos ver este fenómenos dentro de una frase; por ejemplo, ''constitu...ir''. Su símbolo será: UUU.

Dáctilo: consta de una sílaba larga y dos breves. Por ejemplo, la palabra ''Dáctilo''. Su símbolo sería _UU.

Crético: consta de una sílaba larga, otra breve y otra larga. Por ejemplo, la palabra ''insulae'' (su pronunciación en latín da dicha pronunciación) Su símbolo sería _U_.

Moloso: consta de tres sílabas largas. Por ejemplo, la palabra ''Aeneas'' (su pronunciación en latín da dicha pronunciación). Su símbolo sería: _ _ _.


Cuatro sílabas en un pie

Luego tenemos la más extendida que sería de cuatro sílabas:

Tetrabarquio (o procelusmático): consta de cuatro sílabas breves. Por ejemplo, la palabra ''avicula'' (su pronunciación en latín da dicha pronunciación). Su símbolo sería: UUUU.

Primus paeon (primer peón): consta de una sílaba larga y tres breves. Por ejemplo, la palabra ''legitimus'' (su pronunciación en latín da dicha pronunciación). Su símbolo sería: _UUU.

Secundus paeon (segundo peón): consta de una sílaba breve, una larga y dos breves. Por ejemplo, la palabra ''América''. Su símbolo sería: U_UU.

Tertius paeon (tercer peón): consta de dos sílabas breves, una larga y una breves. Por ejemplo, la palabra ''aparece''. Su símbolo sería: UU_U.

Cuartus paeon (cuarto peón): consta de tres sílabas breves y una larga. Por ejemplo, la palabra ''aparecer''. Su símbolo sería: UUU_.

Ahora comienza la agrupación de los tonos jónicos de cuatro sílabas que conformarán la métrica completa. 

Jónico menor: consta de dos sílabas breves y dos largas. Por ejemplo, la palabra ''Diomedes''. (su pronunciación en latín da dicha pronunciación). Su símbolo sería: UU_ _.

Jónico mayor: consta de dos sílabas largas y dos breves. Por ejemplo, la palabra ''Iunonius'' (su pronunciación en latín da dicha pronunciación). Su símbolo sería: _ _ UU.

Ditroqueo: consta una sílaba larga, otra breve, otra larga y otra breve. Por ejemplo, la palabra ''cantilena'' (su pronunciación en latín da dicha pronunciación). Su símbolo sería: _U_U.

Diyambo: consta de una sílaba breve, otra larga, otra breve y una larga. Por ejemplo, la palabra ''propinquitas'' (su pronunciación en latín da dicha pronunciación). Su símbolo sería: U_U_.

Coriambo: consta de una sílaba larga, dos breves y una larga. Por ejemplo, la palabra ''armipotens'' (su pronunciación en latín da dicha pronunciación). Su símbolo sería:_UU_.

Antipasto: consta de una sílaba breve, dos largas y una breve. Por ejemplo, la palabra ''saloninus'' (su pronunciación en latín da dicha pronunciación). Su símbolo sería:U_ _U.

Desde aquí comienzan los conocidos epítretos que en realidad son cuatro. 

Primer epítrite: consta de una sílaba breve y tres largas. Por ejemplo, la palabra ''sacerdotes'' (su pronunciación en latín da dicha pronunciación). Su símbolo sería: U_ _ _.

Segundo epítrite: consta de una sílaba larga, otra breve y dos largas. Por ejemplo, la palabra ''conditores'' (su pronunciación en latín da dicha pronunciación). Su símbolo sería: _ U _ _.

Tercer epítrite: consta de dos sílaba largas, otra breve y una larga. Por ejemplo, la palabra ''Demosthenes'' (su pronunciación en latín da dicha pronunciación). Su símbolo sería: _ _ U _.

Cuarto epítriteconsta de tres sílaba largas y una breve. Por ejemplo, la palabra ''Fessennius'' (su pronunciación en latín da dicha pronunciación). Su símbolo sería: _ _ _ U.

Tenemos la última forma de pie que se separa de las otras y al mismo tiempo es la única forma que faltaba. 

Dispondeo: consta de cuatro sílabas largas. Por ejemplo, la palabra ''oratores'' (su pronunciación en latín da dicha pronunciación). Su símbolo sería: _ _ _ _.

Finalmente tenemos los 28 pies de la métrica en la poesía y sólo restaría revisar las posibles combinaciones de uno con otro. 

SEGUNDA PARTE: CLASES DE PIES Y SUS COMBINACIONES

Estructura de los pies

Es de sentido común que en la poesía puedan unirse cada uno de los pies formando distintas combinaciones, aunque hay muchos que no pueden poseer combinación. 

El anfíbraco no puede formar versos

Es dicho que el anfíbraco no puede formar versos en ninguna poesía debido a la estructura complicada que tiene. Sólamente se puede usar de manera aislada y sin añadir ningún otro pie. 

Por otro lado, el anfíbraco no puede coincidir con las partes más débiles (arsis) y las más fuertes (tesis). Arsis y tesis representan lo que en métrica se llama acentuación, y el anfíbraco tiene más partes débiles que fuertes al existir una arsis al comienzo y otra al final, y teniendo sólamente un fuerte (U_U).

Debida combinación de pies

Los pies que contienen dos sílabas son perfectamente combinables al tener el mismo tiempo y percusión. 

El Maestro quiere mostar al Discípulo lo correcta que es su afirmación citanod un antiguo verso. 

At consona/ quae sunt, nisi/ vocalibus/ aptes
Pars dimidi/ um vocis o/ pus proferet/ ex se
Pars muta so/ni comprimet/ ora moli/entum
Illis sonus/ obscurior/ impediti/orque
Utcumque ta/men promitur/ ore semi/cluso

Los dos primeros versos son usados en base a los dos jónicos y los último tres ditroqueo. Esta combinación es perfecta para mostrar que los pies de cuatro sílabas son combinables. En general, el sonido jónico puede unirse con el ditroqueo sin ningún problema. 

El espondeo, el dáctilo, el anapesto y el problemático se pueden unir entre sí. Al baquio se le unen crético y los peones primero, segundo y cuarto, mientras que al antibaquio le corresponden el crético y los peones primero, tercero y cuarto. 


Conclusión

Ya podríamos hablar perfectamente de una introducción al arte de la poesía, al describir la nomenclatura de todos los pies en la métrica. Es difícil leer estas líneas no sabiendo latín y mucho menos si no se sabe de poesía. Quizás sea bueno aprender la poesía de  la cultura romana, y así de paso aprender latín que es tan necesario para la filosofía y para nuestras habilidades lingüísticas. No está demás leer alguna libro complementario a la poesía, aunque para hacer poesía no creo que sea necesario tanta teoría ¿qué opinan ustedes?