Esta vez Santo Tomás de Aquino hablará sobre los misterios de los cuerpos celestes, una interrogante que ha venido desarrollándose desde los griegos para luego ser tomado por los romanos. En este texto opúsculo, Santo Tomás recibe las dudas de cierto ''caballero más allá de las montañas'' que le pregunta sobre ciertos fenómenos que aún en ese tiempo no se comprendían. El aquinate, con todo su esfuerzo y mente filosófica tratará de dar respuestas a estas dudas.
De
operationibus occultis naturae
El problema
Es un hecho que el cuerpo sigue el movimiento de los elementos gobernantes. Así, una piedra siempre se dirige hacia el centro de la tierra y el fuego se dirige hacia los cielos, hacia las estrellas fijas. Sin embargo, aún hay misterios sobre ciertas piedras que atraen hierro o medicinas que pueden purgar los humores.
También existe un agente o una substancia formal que da dirección a los objetos o a las criaturas. Por otro lado, los cuerpos superiores también dan cierto movimiento a otros objetos; por ejemplo, la luna puede incidir en las olas, y el sol puede incidir en la iluminación de la luna. Por lo tanto, hay cuerpos superiores que pueden mover y accionar a otros cuerpos más pequeños.
Por último, también existen algunos objetos que por medio de algún artificio o poder divino pueden generar ciertos efectos. Por ejemplo, se decía que la sombra de San Pedro podía curar a los enfermos.
En ese sentido, pareciera ser que la naturaleza oculta tiene tres condiciones para manifestarse.
Por último, también existen algunos objetos que por medio de algún artificio o poder divino pueden generar ciertos efectos. Por ejemplo, se decía que la sombra de San Pedro podía curar a los enfermos.
En ese sentido, pareciera ser que la naturaleza oculta tiene tres condiciones para manifestarse.
- En algunos objetos a ciertos tiempos (la sombra de san Pedro, ya que no cualquier sombra puede curar) o también llamado principio común intrínseco.
- Por un agente superior
- Por un agente inferior
Explicación
De aquellos tres que fueron mencionados anteriormente, podríamos decir que el que causa mayor controversia es el primero. En efecto este debe ser una potencia en el interior de la cosa, que al mismo tiempo genera poder. Pero todo poder tiene una forma porque todo está compuesto de materia y forma. Por lo tanto, dicho poder procede de una forma.
Ahora, si nosotros queremos observar el porqué de ese poder descrito, entonces tendremos que decir que aquellos seres celestiales son la fuente de este poder.
Finalmente, los cuerpos celestes son dirigidos por una sustancia separada que los gobierna. Entonces, los poderes están en proporción a la forma del ser. Por lo tanto, mientras más noble y cercano sea ese ser a la sustancia, entonces más noble será su poder. Así, el poder más noble que tiene el ser humano es el racional que proviene de su alma racional.
En conclusión, Santo Tomás de Aquino nos dice que existen dos principios:
- Intrínseco: proveniente de la forma
- Extrínseco: proveniente de la materia
Conclusión
Cabe recalcar en este análisis que Santo Tomás de Aquino no cae en la concepción teológica o religiosa estrictamente, sino que se aboca a que se entiendan los fenómenos naturales desde un ámbito filosófico y metafísico. De todas formas, incluso ahora existen fenómenos de la naturaleza que la ciencia no ha podido explicar. Puede ser que tengamos que esperar algunos años para conocer realmente esos principios intrínsecos que nos manifiesta la naturaleza.
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