domingo, 5 de diciembre de 2021

Boecio - Sobre la división (De divisionibus)



Sabemos que Boecio es muy conocido por su obra La Consolación de la Filosofía, libro célebre que nace entre el fin del Imperio Romano y el inicio de la Edad Media. Sin embargo, en el ámbito metafísica y lógico, la obra que vamos a emprender es de una importancia capital, sobre todo con su concepto sobre los Universales. Desde Aristóteles, en este blog no hemos escuchado ni hablado sobre la lógica y mucho menos sobre los universales, pero ya es hora de hablarlo directamente. 

Referencias:

(1) Sin embargo, Boecio indica que es sumamente difícil establecer esta diferencia porque también, este caso, podría ser oposición. 

SOBRE LA DIVISIÓN




1. Los tipos de división

Lo primero que hace Boecio es analizar la palabra división. En primer lugar, nos dice que la palabra división puede entenderse de diversos modos. 

  • Genero y especie
  • Todo y parte
  • Voz y significado

Existe una cuarta también que tiene que ver con los accidentes la cual tiene una subdivisión.

  • División del sujeto con los accidentes
  • División del sujeto en accidentes
  • División del accidente en accidentes (que es dan en un mismo sujeto)

En razón a esta clasificación, veremos una a una las divisiones que nos comenta el filósofo. 

Género y especie

¿Cómo se divide el género y la especie? en primer lugar cuando decimos: de los animales, unos son racionales y otros irracionales. Básicamente, es así como se divide el género en especies. 

Todo y parte

Esto sucede cuando el todo lo dividimos en las partes que se compone cuando decimos: de la casa, una parte es el techo y otra la pared; el hombre está constituido por alma y cuerpo. 

Voz y significado

Sucede cuando se dice perro y éste significa animal irracional, cuadrúpedo y ladrador. Ahora bien, las oraciones también pueden tener significados; por ejemplo, cuando se dice Digo que tú, hijo de
Eaco, puedes vencer a los romanos», o bien: «Digo que los
romanos pueden vencerte a ti, hijo de Eaco».

En esta parte es donde Boecio nos habla sobre la diferencia entre dos palabras:

  • Equivocidad: nombre que designa muchas cosas
  • Ambigüedad: oración que designa varias cosas

Sujeto en accidentes

Sucede cuando se dice que unos hombres son negros, otros blancos y otros de color intermedio. Boecio recalca que el ejemplo mencionado es accidente del hombre y no especies de hombre, mientras que para estos accidentes, hombre es sujeto, no género. 

División de accidentes y sujetos

Partición de accidentes en sustancias, por ejemplo, de las cosas que se anhelan, unas están en el cuerpo y otras en el alma. Lo que se anhela es accidente del alma y del cuerpo, no su género. El alma y el cuerpo no son especies ni tampoco género, son sustancias. 

División de accidentes en accidentes

Cuando se dice que entre las cosas blancas, unas son perlas, otras son leche, otras son líquidos, etc. La fluidez, la blancura y la solidez son sustancias y en este caso, el blanco ha sido separado en sólido y líquido. Sin embargo, estos accidentes podemos seguir dividiéndolos porque las cosas líquidas o solidas pueden ser blancas o negras. También, estos accidentes pueden darse en un sujeto; por ejemplo, el ébano es negro y sólido. 

2. Diferencias entre los tipos de división

Boecio se propone analiza el factor común entre todas las divisiones que pueden ser estudiadas. 

Diferencias entre la división del género y la división de la voz

La diferencia principal  es que la voz se separa en las significaciones que posee, mientras que el género no se desmiembra en significaciones, sino que en ''criaturas suyas''. El género es el todo respecto de una especie suya al ser más universal por naturaleza.

Otra interesante diferencia entre la división del género y la división de la voz es que esta última se divide en cosas distintas entre sí, las voces no tienen nada en común salvo el nombre. En cambio, el género toma tanto el nombre como su definición en el género. 

Género: necesita nombre y definición
Voz: distintas divisiones, pero el nombre las hace común

Otra diferencia es que la voz siempre pertenece al uso y costumbre de los pueblos, mientras que el género pertenece a la naturaleza. Claro, la voz perro es entendida de una manera en una comunidad y en otra, pero lo que es género es propio de la naturaleza que todos conocemos (animal, por ejemplo). 

Diferencia entre la división del género y la división del todo


La diferencia entre estas dos divisiones es que el todo se parte según la cantidad, mientras que la división del género se hace a partir de su cualidad. Por ejemplo, el género animal puede dividirse en hombre, en efecto, el hombre está formado por una cierta cualidad. 

Lo que puede ser similar es que el género es anterior a las especies y el todo es anterior a las partes. 

Pero otra diferencia es que cuando se destruye el género se destruye la especie, pero si se destruye la especie el género persiste. No es así con el todo, pues si una parte del todo se destruye, ese todo ya no será todo sino que será parte, y además si el todo se destruye por completo, las partes persistirán.

Género: si se destruye la especie perece
Todo: si se destruye la parte permanece

El género es materia para las especies. Claro, cuando el bronce se transforma en estatua, el género al recibir la diferencia se transforma en especie. En cambio, la materia de todo es la multitud de las partes.

Género: en especie tiene la diferencia
Todo: tiene sus partes

El todo es distinto de sus partes, pero el género es diferente de sus especies, es decir, la especie es de lo mismo que es el género. Sin embargo, las partes no son lo mismo que el todo (la mano no es lo mismo que es el hombre, ni la pared lo mismo que es la casa).

La diferencia entre la división de la voz y la división del todo

Estas difieren en que el todo se divide en sus partes, pero la voz no se compone de significados. La voz se divide en esas cosas que significan esa voz, y si estas perecen, lo único que nos quedaría es la voz, pero cuando el todo se divide nos queda solamente la parte. 

3. División del género

Género, especie y diferencia

Boecio define la palabra género, especie y diferencia de la siguiente manera:

''Género es lo que se predica respecto de lo que es de
muchos que difieren en la especie. La especie, por su parte, es
lo que colocamos bajo el género. La diferencia es aquello por
lo cual consideramos que una cosa dista de otra''

Además, la palabra género y diferencia responden a las siguientes preguntas:

  1. Género: responde al qué
  2. Diferencia: responde al cuál

Un ejemplo de esto podemos verlo de la siguiente manera:

  • Género: ¿qué es el hombre?
  • Género: un animal
  • Diferencia: ¿cuál animal?
  • Especie: racional

Una pregunta de género se contesta con una respuesta de género, y luego la diferencia se responde con la especie.

División y definición

El género puede dividirse tanto en especies como en diferencias. Cuando el género se divide en especie se tiene como resultado el siguiente razonamiento: ''De los animales unos son racionales y otros irracionales. La diferencia radicaría en las palabras ''racional'' e ''irracional''. Por lo tanto, verdaderamente, es la diferencia la que hace que el género se transforme en especie. Podríamos decir que el género es la materia y la diferencia es la forma. 

Si queremos llamar a la especie por su propio nombre, la división se hace en especie y no en diferencias. De esto resulta que la definición esté compuesta de varios términos. Claro, si preguntamos ¿qué es el hombre? contestaremos: animal racional mortal. 

Definición: animal racional mortal

Sin embargo, bien podríamos quitar el concepto de mortal a la definición y tener al hombre como animal racional. En este caso, la definición estaría completa con la especie ''animal racional'', no habría necesidad de hacer la diferencia con ''mortal''.

De este modo, las divisiones son similares a las definiciones, pues si las divisiones se unen consiguientemente se forman definiciones. No obstante, como las cosas pueden ser unívocas y equívocas, es preferible examinar dichas cosas, siendo las unívocas las del género y las equívocas son las de significado. Pero con todo, es mejor ver los conceptos de unívoco y equívoco y para esto nos es necesaria la definición.

Tipos de diferencias

Hay algunas diferencias que son por sí y otras por accidente. Las transitorias son por ejemplo, estar dormido, estar sentado, estar de pie o estar despierto; las estables, serían los cabellos rizados, los ojos claros, siempre y cuando estos no hayan sido afectados. 

En efecto, las transitorias tienen más cercanía con el devenir que aquellas que son estables. Estas dos diferencias pueden ser separadas por el pensamiento. Ahora bien, puede resultar que existan diferencias que no pueden ser separadas por el pensamiento; por ejemplo, que el hombre pueda aprender geometría. Aunque estas diferencias no inhieren totalmente en la sustancia, porque no por no aprender geometría el hombre dejará de ser hombre. De este modo, todas estas diferencias se ponen siempre en la definición de la especie.

Sin embargo, hay cosas que son diferentes pero que no se contraponen, por ejemplo, si decimos ''animal racional bípedo'', las palabras ''racional'' y ''bípedo'' no son en absoluto contrarias. Estas diferencias, que son aquellas que no son contrarias, son las únicas que pueden dividir al género en especie

Excurso sobre la oposición de las diferencias

Las cuatro oposiciones

Existen cuatro oposiciones:

  1. Contrarios (bien y el mal)
  2. Posesión y privación (visión y ceguera)(1)
  3. Afirmación y negación (Sócrates vive y Sócrates no vive)
  4. Relación (padre e hijo)

Establecidas estas oposiciones, será necesario ver cómo se divide el género en cada una de ellas, si es que se puede dividir. 

Contradicción expresada por afirmación y negación

Boecio nos dice que si bien la primera oposición es la contradicción, esta debe ser establecida en cuanto afirmación y negación. Esta oposición en particular no produce ninguna especie; por ejemplo, si dijera hombre y caballo, ciertamente las dos son especies. Sin embargo, si lo vemos desde el sentido de la afirmación y la negación; por ejemplo, hombre y no-hombre, el no-hombre no es ninguna especie. Esto es porque toda especie necesariamente constituye un ser. 

Por lo tanto, la división del género no se puede dar por la negación. 

No obstante, cuando se necesita componer la especie se tiene que recurrir a una negación. Pero este procedimiento se debe hacer mediante un nombre simple; por ejemplo, de los números impares, unos son los primos, otros son los no primos. 

En consecuencia, cuando la especie no se entiende mediante una sola palabra simple, entonces se deberá recurrir a la negación. De este modo, cuando procedemos a dividir el concepto, es mejor siempre partir por la palabra simple, si es que tiene, de lo contrario, comenzar con la negación. En todo caso, Boecio nos dice que el proceso de dividir el género en negación es más lento que con una palabra simple. 

Boecio nos dice que siempre es mejor proceder con lo afirmativo y luego con lo negativo. Igualmente, será mejor comenzar a hablar sobre las cosas que son definidas y luego de las indefinidas. Si queremos conocer aquellas cosas que son indefinidas, será mejor siempre hacerlo por medio de aquellas cosas que son definidas. Hay que hacer, por lo tanto, la definición partiendo desde lo afirmativo y no desde lo negativo, e incluso explicar lo negativo a través de lo afirmativo. 

Posesión y privación

Esta oposición es semejante a la anterior. En efecto, la privación niega de algún modo la posesión, aunque difieren porque la negación puede darse siempre y la privación solo puede darse cuando primeramente hubo posesión. La privación no solo priva sino que también dispone aquello que privó; por ejemplo, la ceguera no solo priva de la luz al ojo sino que el ciego se ve afectado también por esta privación. 

Por otro lado, la posesión se asemeja con la afirmación y la privación con la negación. Sin embargo, hay casos en que la privación se expresa de modo afirmativo. 

Huérfano
Ciego
Viudo

Y otras veces con una partícula de negación que en este caso sería ''in'' o ''des''.

Infinito
Desigual

Boecio nos dice que de todas maneras y al igual que el caso anterior, debemos poner la posesión primero y luego la privación. 

Contrarios

Ahora Boecio se propone investigar si la oposición a los contrarios es del mismo tipo que el de la privación y de la posesión. Esto lo dice a propósito de un ejemplo en cuanto al color blanco y negro. ¿Son estos dos colores efectivamente opuestos? Boecio deja esta discusión para después para enfocarse en la división del género. 

Es común que se dividan los géneros en aquellas cosas que son contrarias, se piensa que el género es contrario a la especie. En efecto, todo lo que es contrario tiene una diferencia, y la dificultad de ellos es que no todos tienen una dualidad, unos tienen un término medio. Por ejemplo, tenemos el blanco y el negro y aquello que no es ni blanco ni negro.

Toda división se hace con dos términos. Claro, cuando se dice que de los animales unos son racionales y otros irracionales, lógicamente estamos dividiendo el género. La denominación ''animal racional'' es justamente la que calza con la de hombre. Por lo tanto, digamos que animal racional es ''A''. De la A podemos distinguir que hay mortales e inmortales. Cuando queremos decir la definición de hombre, diremos que A es mortal. Por lo tanto, tendremos dos formas de decir una misma cosa.

Hombre:

  • Animal racional mortal
  • A mortal

De este modo, toda división tiene que necesariamente ser dicotómica. 

Relativas

Recordemos que estas divisiones tienen que ver con las relaciones entre padre e hijo; señor, siervo; doble, mitad; sensible, sentido. Si se observan bien, podemos ver que ninguna de ellas tiene una diferencia fundamental, por el contrario, tienen similitud es la fundamental porque sin ella no podrían existir. 

Sin embargo, toda división del género debe hacerse de modo tal que el género se excluya, es decir, no puede estar dividido en partes relativas, sino que en partes fundamentales. En cambio, en la relación sigue existiendo el género y por lo tanto sería una división relativa. 

Oposiciones adecuadas para dividir

Cuatro son entonces las oposiciones que existen, y ahora Boecio nos explica aquellas que son adecuadas para dividir. 

  • Afirmación y negación: cuando sea necesario
  • Relación: se excluye la división (no hay una división necsaria)
  • Posesión y privación: se toman
  • Contrarios: se toman

Esta son finalmente, las divisiones correctas que se deben realizar y su conveniencia.

División del género en especies o diferencias

Viendo las distintas divisiones del género ¿en qué se dividen al final del día ¿en especie o en diferencias? Boecio nos da la definición de división:

''Distribución del género en las especies próximas''

En una primera instancia, podríamos decir que la especie siempre podrá ser la división del género, pero existen ocasiones en que no puede hacerse esta división ya que existen algunas especies que son innominadas (aquellas que no se entienden por palabras simples). Por otro lado, los géneros también tienen clasificaciones:

Sustancia: primer género
Cuerpo: segundo género
Animal: tercer género

Por lo tanto, en el caso de que no exista una especie con nombre simple, entonces los géneros deberán ser divididos por diferencias y no por especies. Sin embargo, la diferencia debe realizarse según el género que posee; por ejemplo, la sustancia se divide en corpórea o incorpórea, pero no en animada o inanimada, pues esta diferencia es la del cuerpo.

Convertibilidad de la división

Es necesario que la definición no sea escasa ni superflua. De este modo, la convertibilidad de la división será más clara y podrá ser convertible consigo misma. Por ejemplo, una conversión de la división puede formarse del siguiente modo: 

''La virtud es la mejor posesión del espíritu'' y a la inversa ''la mejor posesión del espíritu es la virtud''.

Los géneros se dividen de variadas maneras

Como podemos inferir, la división del género puede darse de muchas maneras, un círculo en semicírculos; los números, en pares e impares.; los triángulos en equilateros, etc.

De alguna forma, el género es la unión de muchas especies que muestra la concordancia sustancial entre ellas. El género sería el unificador de las especies

Excurso sobre la división de las especies

Por medio de la división del género podemos encontrar la definición. En efecto, al dividir el género y encontrar las especies, podemos definir correctamente los seres. Por eso es necesario estudiar la definición en sí misma.

De lo que no hay definición

¿Hay algo de lo que no puede haber definición? los seres superiores no tienen definición porque no los puede abarcar un género, o en otras palabras, no existen géneros superiores. Esto también ocurriría con los seres más inferiores, los individuos, estos ya carecen de diferencias específicas. 

No hay definición en:

  1. Los seres superiores
  2. Los individuos

En cambio, aquellas cosas intermedias que tienen tanto género como especie pueden caer dentro de la definición. 

Regla de la definición

Las instrucciones para dividir el género son las siguientes:

  1. Tomar el género
  2. Dividir las diferencias del género
  3. Añadir la diferencia al género
  4. Ver si esa diferencia unida al género puede ser igual que la especie que se ha propuesto circunscribir con la definición

Si la especie es menor, entonces la diferencia que se añadió al género se pone a la vez como género, y la dividimos en sus otras diferencias, y luego juntamos todas estas diferencias con el género superior. Si se igualó la especie, entonces se alcanzó la definición d la especie. 

Todas las diferencias se deben juntar y si estas más el género son iguales a la especie que se define, entonces ahí encontraremos la definición. 

La definición de nombre

Para explicar este de mejor manera, Boecio recurre a usar un ejemplo con la palabra nombre. Esta palabra pareciera tener muchas especies a las que el mismo filósofo llama ''individuos''. Define nombre  de la siguiente manera: el género de la voz. 

Una voz que se divide en unas con significado y otras no. La voz significativa no tiene nada que ver con el nombre, pues es el nombre el que significa. El procedimiento es, por tanto, tomar la diferencia que sería ''significativa'' y la une al género para que finalmente quede así: ''voz significativa''. Ahora se procede a comprobar si el género y la especie coinciden en el nombre, es decir, si ''voz'' y ''significativa'' constituyen un nombre. 

No obstante, Boecio llega a la conclusión de que no, pues un una voz puede ser significativa y no ser un nombre. En efecto, ciertas voces como las interjecciones, las cuales expresan dolor y otras pasiones. 

Luego, esta voz significativa puede dividirse en dos: aquellas que son impuestas por el hombre y aquellas que son por naturaleza. Sin embargo, esta última no tiene nada que ver con el nombre, mientras que la voz creada por el hombre sí tiene vínculo con el nombre. Después, se une la diferencia ''significativa'', ''por imposición'' al género voz y se define:

''Nombres es una voz significativa por imposición''

No obstante, Boecio nos dice que esto no equivale a la definición de nombre. Esto porque los verbos también son voces significativas por convención y no son nombres. 

En consecuencia, Boecio procede a dividir la diferencia de ''por imposición'' encontrándose con dos divisiones: imposición por tiempo y sin tiempo. Como podemos saber, los nombres son los que no tienen tiempo mientras los verbos son los que sí tienen tiempo. Por lo tanto, la definición cambia estableciéndola así:

''Nombre es una voz significativa por imposición sin tiempo''

Pero a Boecio sigue pareciéndole que esta no es en absoluto una definición correcta de nombre. Esto porque la definición dada es más bien un conjunto de nombres y no un nombre, lo cual ya no se vuelve nombre sino que oración. 

Ahora, Boecio se propone dividir la palabra ''sin tiempo'' para encontrar que se divide en ''significar algo por separado'' y ''significar algo en conjunto''. Obviamente, Boecio se inclina por la primera y la definición quedaría así:

''Nombre es voz significativa por convención sin tiempo, que
no tiene ninguna parte que signifique por separado e independientemente''

Veamos la razón de cada separación:

Voz: separación del nombre de otros sonidos
Significativa: separación de aquellos nombres no significativos
Imposición: separación de las voces por naturaleza
Sin tiempo: separación de los verbos
No significan nada por separado: separación de la oración

En esta última hay que aclarar que la oración sí tiene sentido cuando se la separa y analiza palabra por palabra, en cambio, el nombre debe estar dentro de una oración. 

El género como todo y parte

El género es un todo en la división, pero una parte en la definición, porque la definición es la unión de las partes en un todo. La división del género, en todo caso, es muy similar a la del género; por ejemplo, la palabra ''animal'' que es un género, a su vez es el todo de la palabra ''hombre''. Ahora bien, puede haber más de un género en una sola palabra; por ejemplo, los géneros animal, mortal y racional, pueden reunirse en la palabra ''hombre''. 

Las diferencias también son todos y las divisiones que resultan de ellas en especies son partes. En la división, tanto el género como la diferencia son partes y si la especie es definida, la especie es el todo. 

4 La División del Todo

Vamos ahora con la más importante división después de la del género: la del todo. 

Tipos de todo

Existen varios tipos de todo

  1. Continuo: como una línea
  2. No continuo: el pueblo o un rebaño
  3. Universal: hombre, caballo, etc.

En este último, estos son todos respecto de sus partes, y de ahí que se considere que el hombre es tanto un todo como una parte si se pone en el pueblo. Por otro lado, también hay un todo en cuanto a  las facultades del alma, por ejemplo, la facultad de saber, la facultad de vegetar, etc. 

Divisiones del todo continuo

La división del todo continuo no es de gran complejidad, Boecio nos pone el ejemplo del cuerpo del hombre que puede dividirse en partes semejantes (huesos y carne) y desemejantes (manos y pies).

Sin embargo, no toda división ocurre en el acto sino en el alma y la razón. 

  • División en acto: el vino mezclado con agua
  • División en razón: el vino y el agua (esto porque una vez mezcladas no puede separarse)

La división también puede darse tanto en la materia como en la forma. 

Divisiones del todo discontinuo y el universal
Divisiones del todo potestativo

Cuando se habla del todo potestativo se refiere a las capacidades que tiene el alma. En efecto, unas capacidades están en el animal y otras en las plantas. La que está en los animales una es racional y otra es sensible. En estas divisiones el alma no es género sino más bien el todo, pero no respecto de la cantidad sino que de la capacidad o algún poder. Esto porque dichas capacidades están en la sustancia del alma, sin embargo, cada alma tiene sus propias facultades, por lo que no podríamos llamar al alma como un género, sino que como un todo. 

5 La División de la voz

La división de la voz se hace de tres maneras

Esta puede dividirse en varias significaciones, pero fundamental mente tres:

  1. Equívoca
  2. Ambigua
  3. Modo

Ejemplo de las primeras dos podría ser la palabra ''perro'' tanto como especie de animal o una persona que ha traicionado a otra. 

El modo es distinto pues sus significaciones dependen de la modalidad en que se entiende. En efecto, la palabra infinito puede entenderse desde la medida, la pluralidad o la especie. 

  • Medida: el mundo es infinito
  • Pluralidad: el cuerpo puede dividirse infinitamente
  • Especie: figuras infinitas (el círculo)

Veamos las dos principales en detalle.

Resolución de la equivocidad y la ambigüedad

En cuanto al equívoco, siempre será procedente realizar una división tal que lleguemos hasta una definición exacta (como se hizo anteriormente). En cuanto a la ambigüedad, esta puede darse en el latín de dos maneras:

''Hominem comedere panem''
(el hombre come pan)

En latín puede leerse al revés y sintácticamente podría hacerse, pero semánticamente es aborrecible. Claro, el pan no tiene la calidad de comer al hombre, por lo tanto, ocurre el proceso de desambiguación cuando damos cuenta de las propiedades de cada palabra. 

Por otro lado, el equívoco siempre se da en una parte solamente de la oración, mientras que la ambigüedad se da con la oración completa. Ahora bien, esta equivocidad puede dividirse aún más, pues podemos decir: ''hommo vivit'' (el hombre vive) que puede referirse tanto a un hombre verdadero como pintado. Para legar a la verdad se debe dividir este hombre como animal racional y decir:

''El animal racional mortal vive'': verdadero
''La similitud del animal racional mortal vive'': falso

El significado también cambia si se le añaden partículas más pequeñas como artículos o adverbios. 

Las ambigüedades también pueden dividirse para alcanzar una aclaración a través de la adición o la disminución. Por ejemplo, 

  • ''audio graecos vicisse troianos'': oigo griegos venciendo troyanos
  • ''audio quod graecos vicisse troianos'': oigo que los griegos vencieron a los troyanos

Por lo tanto, la división de la voz difiere de la voz en género en que la primera debe dividirse entre dos elementos que pueden subdividirse. 

6 División de los accidentes


Un ejemplo de división puede considerarse cuando se hace una diferenciación directamente opuesta: un cuerpo blanco y un cuerpo negro. Por lo tanto, la división de los accidentes son verdaderos contrarios unos con otro, se debe tener cuidado de dividir y no encontrar contrarios, pues ahí se estaría dividiendo más bien el género. 

Conclusión

En la conclusión que escribe Boecio, este nos dice que el proceso de división no es propio de él sino que ya otros filósofos como los peripatéticos ya lo habían intentando. Luego de dividir los distintos tipos de palabras,é se hace esta división? básicamente como un tema importantísimo de la época, un tema que no fue abordado del todo en el Órganon de Aristóteles, pero de profunda importancia porque se propone analizar si la división de estos conceptos es secundum se (según ella misma) o per accidents.

jueves, 18 de noviembre de 2021

Boecio - La Consolación de la Filosofía (Libro V)

 

Estamos frente al último libro de la Consolación de la Filosofía, la cual ha sido una obra realmente reveladora. Ya sabemos que Boecio ha sido una síntesis entre San Agustín de Hipona y Plotino, pero también existen ciertos elementos originales del mismo Boecio. En este libro veremos la relación entre dos importantísimos conceptos que serán la omnipresencia y la libertad de la voluntad humana, conceptos que de alguna manera ya se han visto anteriormente aunque aquí lo veremos de manera más directa y explícita por parte de Filosofía y Boecio. 


LA CONSOLACIÓN DE LA FILOSOFÍA


LIBRO V

El azar no existe

Esta aseveración tan tremenda es muy fácil de deducir para Boecio. Claro, si el mundo funciona bajo un orden, entonces nada ocurre por una casualidad o por azar. ¿Qué lugar puede tener el azar si todo está bajo un orden? ninguno, y nada puede venir de la nada. 

¿Es entonces imposible referirse al azar? Boecio le plantea el caso de que alguien, con el propósito de cosechar encuentra un tesoro. En ese caso, el concepto de azar tampoco podría ser aplicado, ya que el entierro de ese tesoro provino de una causa; una persona enterró sus tesoros ahí. Por lo tanto, si el azar es un conjunto de causas, ciertamente procede bajo un orden. 

Filosofía, de todos modos, nos da una definición del azar:

''Es un acontecimiento imprevisto que un conjunto de causas concurrentes hacen entrar en la cadena de hechos realizados con determinado plan''

En consecuencia, hay un orden efectivo e inflexible del universo donde el azar no tiene cabida. 

Libre albedrío

Lo que se debe analizar ahora es si existiendo el orden de la providencia, es posible que exista el libre albedrío. Filosofía contesta rápidamente:

''Existe el libre albedrío; ya que un ser dotado de razón no puede carecer de él''

El que está dotado de razón, tiene la habilidad para elegir, por lo tanto, la existencia del libre albedrío es clara. Sin embargo, a la hora de elegir no todos tienen la misma libertad. Esto es porque las sustancias superiores tienen una facultad más alta y muy superior a la del ser humano. Las almas serán siempre más libres a medida que se acerquen a la divinidad y menos libres cuando se dirijan al cuerpo. Quien más se acerque al cuerpo, se acercará más a la ignorancia y por lo tanto, se aleja no solo de lo divino sino que también de la razón. Seguirá teniendo un atisbo de libertad, pero será casi nulo, será ''presa de su propia libertad'' en el sentido de que será una libertad muy limitada. 

Presencia de Dios y libre albedrío

Claramente hay un problema entre relacionar la presencia de Dios y el libre albedrío. En efecto, la presencia de Dios acabaría con el concepto del libre albedrío, al conocer Dios todo lo que pasará sin importar las elecciones del hombre. Si esto no fuera así, Dios sería incapaz de saber el futuro y eso no sería posible si aceptamos que es omnipotente y omnipresente. 

Por otro lado, Filosofía explica a Boecio que los acontecimientos futuros no suceden porque se hayan previstos. Una cosa es la previsión y otra cosa es lo que sucede, en el primer caso se prevé aquello que va a suceder y en el segundo caso, sucede. ¿Cuáles son las cosas que suceden? todas aquellas cosas que son probables o son ciencia de que ocurrirán. Por lo tanto, la verdad es un concepto fundamental en el libre albedrío, pues todo aquello que está conforme con la razón pasará y aquello que no, no tendrá existencia en el futuro. Por lo tanto, la Providencia, cuyo ejercicio es racional y divino, lo sabe todo. 

Entonces, sería efectivo que la razón es causa y condición de la libertad.


Acontecimientos previstos

Se presentan algunos problemas en la doctrina de Boecio. Uno es que si la providencia lo sabe todo previamente, entonces no existe libertad para el ser humano y todo estaría sujeto a la necesidad. No tendría sentido el rezar, la esperanza, ninguna comunicación con respecto a Dios. 

Para responder a esto, Filosofía nos dice que no es lo mismo la necesariedad de los hechos con la presencia divina. La misma Filosofía nos da un ejemplo; imaginemos que unos hombres se preparan para combatir ¿por qué se preparan? ¿qué sentido tiene que se preparen si todo está previsto? en efecto, se preparan porque saben que no todo es necesario. Sin embargo, entonces el resultado es incierto ¿es esto posible? Sí, la Providencia puede prever lo necesario, lo no necesario, lo previsto y lo imprevisto. 

Ahora bien, el conocimiento de las cosas futuras, no da necesariedad a lo que está pasando, al igual que la pura presencia de la divinidad tampoco confiere necesidad a las cosas futuras. Las cosas de la naturaleza tienen su propia necesidad; por ejemplo, que todos los hombres sean mortales. Por otro lado, hay una necesariedad de condición, por ejemplo, que el hombre, bajo ciertas condiciones, muera.

Por lo tanto, la Providencia tiene un conocimiento de los acontecimientos futuros porque en definitiva está en todos los tiempos, para él todos los tiempos son presentes. El hombre podrá saber más el futuro mientras más se acerque a Dios a través de la razón, mientras que se alejará más si se dirige hacia la carne. En consecuencia, se tiene una armonía entre la omnipresencia de Dios y el libre albedrío. 

Conclusión

Sin duda que este es otro modo de ver el libre albedrío de acuerdo con Boecio. El conocimiento de los hechos futuros es imprescindible para entender cómo es que la Providencia lo conoce todo anteriormente. La armonía de estos dos conceptos será clave para el desarrollo del libre albedrío tanto en Santo Tomás de Aquimo como en Leibniz. Tengamos estos textos en consideración para que las lecturas futuras nos sean más claras y entendibles.

miércoles, 17 de noviembre de 2021

Boecio - La Consolación de la Filosofía (Libro IV)

Una vez que ya se han explicado los bienes corporales, no corporales, el bien en sí mismo, la felicidad y Dios, es hora de explicar qué es el mal y cómo es que éste tiene una relación con el bien. ¿Existe una armonía entre el bien y el mal? es un tema interesante  que se ha tratado concluir, pero siempre existen algunas diferencias. Pero esto no es el único tópico, además veremos otro tema interesante que versa sobre el hado. Veamos este interesantísimo tema con nuestro filósofo dicotómico entre dos épocas. 


Referencias:

(1) Podríamos citar la gran frase del cándido de Voltaire '''Este es el mejor de los mundos posibles''. 


LA CONSOLACIÓN DE LA FILOSOFÍA


LIBRO IV

Elementos del bien y la situación del mal

Lo primero que se realizará será la diferenciación entre el bien y el mal. Filosofía nos dice que el bien se relaciona con el poder, mientras que el mal con la debilidad. Para realizar una actividad, el ser humano necesita dos cosas: voluntad y poder. Si uno de estos dos elementos fallara, ninguno se llevaría a cabo. En efecto, si no se lleva a cabo la voluntad, no se realizaría acto alguno y si no existiere un poder (o facultad) entonces la voluntad sería inútil. 

El hombre tiene por necesidad buscar la felicidad. La felicidad, como dijimos en libros anteriores, es el bien. Ahora, tanto el bueno como el malo buscan el bien, claro, el malo no busca el mal, busca algo que le de provecho y el mal por esencia no lo es. 

Sin embargo, solamente los buenos pueden alcanzar el bien porque el bueno se hace bueno por el bien, no por el mal. En conclusión, el malo no alcanza el bien porque falta de uno de los elementos: el poder. 

Por otro lado, los buenos alcanzan el bien por medio de la virtud, y los malos consiguen el bien por medio de las pasiones. Pero este modo no es el apropiado para alcanzar el bien y por lo tanto, Filosofía nos dice que este medio para alcanzar es inapropiado. Filosofía nos da un ejemplo que mostraremos a continuación:


Bien a alcanzar: el caminar

Hombre bueno: camina con los pies

Hombre malo: camina con las manos


Vemos en estos ejemplos que el hombre bueno alcanza el bien con los medios apropiados, pero el hombre malo lo alcanza con los medios inapropiados. Por tanto, el hombre malo alcanza el mal pero lo hace de manera deficiente dejando el bien a medida que pase el tiempo.  


Los malvados no existen

Filosofía nos dice que los malvados no existen. 

''Parecerá absurdo afirmar que no existen los malos, cuando en realidad son los más numerosos; y sin embargo, así es, no existen''

”No niego que los malvados sean malvados; digo pura y simplemente que no existen''

En ese sentido, lo que quiere decir Filosofía es que no existe un ser absolutamente malvado, pues todo para existir necesita de un bien en al menos un grado. El absolutamente malvado sería absolutamente nada y por eso mismo no existiría. 

Ahora bien, Boecio le dice que algunos ''malvados'' sí tienen poder, sí tienen fuerza, es decir, los ''malvados'' tienen el poder o facultad para realizar el mal. 

''Pueden hacer el mal; mas de ello serían incapaces si hubieran conservado la facultad de hacer el bien''


Esto quiere decir que el que puede hacer el bien puede hacerlo todo. En consecuencia, quien está del lado del bien está en una mejor posición de aquel que está del lado del mal. Es en esta parte del libro que Filosofía cita una frase de Platón:

''Sólo los sabios pueden hacer lo que quieren; los malvados podrán satisfacer sus gustos, pero nunca llegarán a cumplir sus verdaderos deseos''

Como solo los sabios pueden hacer lo que quieren y por lo tanto tienen voluntad y poder, quedarán los malos en una frustración que no podrán soportar. En ese caso, como los sabios están más con el bien que con el mal, entonces están más cerca de Dios mientras que los malos estarán lejos; se asemejarán a las bestias. 


Los malvados son más dichosos si sufren el castigo

Los malos al ser castigados participan de un bien que es la mitigación del hecho ocurrido. En cambio, si esquivan la pena acumularán más faltas y serán aún más desdichados. Y si estos no alcanzan a ser castigados por la ley humana serán castigados por la ley eterna. En fin, el malvado no tiene escapatoria de un castigo, por lo tanto, como es desdichado, es preciso tener compasión con ellos y no odio. 

La suerte

Parece ser que la suerte a veces beneficia tanto a los buenos como a los malos, algo que pareciera ser un factor común entre los dos. ¿Cómo se explica esto? Filosofía nos dice que esta es una de las cosas más fecundas en el mundo. 

Para empezar, Filosofía establece la diferencia entre Providencia y Destino. 

Providenciaes la razón divina en sí misma, que residiendo en el supremo principio universal, todo lo dispone.

Destinoinherente a todos los seres mudables, regula sus manifestaciones y es el nexo por el cual la Providencia relaciona todas las cosas, situándolas en su propio lugar.


''Cosas ambas, Providencia y Destino, que aun siendo diversas, se relacionan mutuamente, porque el orden del Destino depende de la simplicidad de la Providencia''

En este sentido, la Providencia siempre estará por encima de la destinación e incluso del mismo Destino. La Providencia tiene todo en ella y por lo tanto conoce lo que pasará, todo se enmarca dentro del orden de Dios. 

''Con lo que echarás de ver que aun cuando vosotros no alcancéis a entender este orden universal y os parezca ver en todo la confusión y el desorden, sin embargo, todos los seres ocupan su lugar propio y para todos hay una norma que los dirige al bien''


El bien no se desvía de su principio y no es dañado o tocado por el mal, en efecto, tanto el bueno como el malvado tienen como objetivo el bien, con la diferencia de que el bueno lo alcanza y el malo no. 

La Providencia siempre tiene un plan para cada uno de nosotros, a algunos tendrá un plan determinado y a otros otro tipo de planes. Todo esto con el objeto de que se conozcan a sí mismos. 

''La Providencia los conduce a todos a través de diferentes pruebas hasta que lleguen a conocerse a sí mismos''

En efecto, aquellos que son probados a realizar ciertas acciones, conocen una características que antes no tenían. Por ejemplo, hay personas tímidas que han logrado adquirir la virtud, cobardes que de pronto cobran valentía.

Puede ser que algunos hombres malos justamente sufran infortunios y las personas no destacan este hecho porque se lo merecen, pero estos infortunios son para enmendarlos, para que cambien su conducta. 

Toda fortuna es buena siempre 

La fortuna siempre proviene de la virtud. En efecto, la fortuna tiene por objeto premiar a los buenos y castigar o enmendar a los malos. Por lo tanto, la fortuna es justa o al menos útil y así, la fortuna, cualquiera que esta sea es buena(1)



Conclusión

Cada vez más vemos una interesante integración de los contenidos de los libros de San Agustín de Hipona con respecto al bien. EL mal no tiene una cabida sino es respecto al bien y por lo tanto, Boecio insiste en que su existencia en verdad no es tal, sería un ente parasitario que depende completamente de bien. Es interesante ver, y quizás algo que le faltó a Agustín precisar, que Boecio sostenga que los malvados no existen. Es decir, que el concepto del bien como imperio se aplique a las personas en cuanto a ''buenos y malos''. 

miércoles, 10 de noviembre de 2021

Boecio - La Consolación de la Filosofía (Libro III)


En el libro anterior ya vimos lo importante que es tomar todas las consideraciones frente a los bienes y la fortuna. Boecio va comprendido poco a poco lo que Filosofía va relatándole en cada momento, pero sigue teniendo dudas que quiere resolver. Si bien ha estado con ella toda la vida, ahora tiene la oportunidad de consultarle. En esta parte del libro veremos la enseñanza de Filosofía en cuanto a los bienes materiales (como lo vimos anteriormente), pero esta vez comparándola con el bien universal y supremo que es Dios.

Referencias:

(1) Todas estas ideas son influencias de San Agustín de Hipona.




LA CONSOLACIÓN DE LA FILOSOFÍA


LIBRO III


Bienes y sus consecuencias


Las cosas que obtengo y las que faltan

Una vez resuelto todo con respecto a la idea de la fortuna y los bienes materiales, ambos se ponen a hablar sobre la felicidad. Filosofía le dice a Boecio que aún está obnubilado por la situación que le ocurrió y necesitará volver al camino filosófico. 

La felicidad tiene que ver con conseguir aquel bien por el cual después ya no se pueda desear otra cosa. En este sentido, es claro que la felicidad es un estado entendido como la reunión de todos los bienes, no puede faltar ninguno porque de lo contrario algo que era bueno ha sido excluido siendo deseable, y en consecuencia, la persona no sería feliz. Por lo tanto, la felicidad es un estado al cual todos los hombres quieren llegar, algunas veces tomando distintos caminos. 

Sin embargo, para los hombres, la felicidad consiste en obtener cosas como la fama, el poderío, el honor y los bienes. Claro, estos dan una apariencia de felicidad cuando se los obtiene, pero ¿qué pasa cuando a pesar de obtenerlos seguimos queriendo más? El que carece de una cosa ¿puede ser feliz sin ella?

Protección y necesidad

Para conservar las cosas que ya tengo y que supuestamente me hacen feliz, voy a necesitar además ayuda para conservarlas; por ejemplo, de que me las roben. En este respecto, la necesidad para cubrir mis cosas obtenidas hace que exista una carencia; por lo tanto, no podría ser feliz si algo me falta. 

Se podrá decir que alguien rico no tiene necesidades al tener satisfechos todos sus gustos, pero si el rico siempre tiene necesidad de más, entonces no podremos hablar de alguien que efectivamente sea feliz porque, en efecto, necesita de más cosas. 

En este punto, la necesidad incluso puede considerarse hasta la más pequeña, las necesidades de la naturaleza son siempre pequeñas, mientras que las que no, son infinitas. 

Prestigio de los cargos

Es conocido que en los cargos públicos hay todo tipo de personas. Sin embargo, dada la importancia de estos altos cargos, las personas que debieran estar ahí deben ser altamente virtuosas. Pero esto no ocurre así, hay veces que es todo lo contrario y que podemos ver a personas que en realidad no merecen estos cargos. 

Así, los cargos públicos no poseen un valor propio. De ser así, entonces todos aquellos altos funcionarios tendrían un valor enorme en todos los casos, en todos los países, pero esto no es así. La misma Filosofía dice que antes el cargo de ''Cónsul'', era un cargo digno de respeto, pero ahora se ha vuelto en realidad una carga para el Senado. 

Y si los altos cargos no han podido estar al altura, de igual manera se puede observar a los reyes y emperadores ¿fueron todos buenos? Hubo algunos muy malos como Nerón que fue realmente despiadado. 

Males y calamidades

Todos los bienes materiales llevan en sí calamidades para uno mismo o para los otros. 

''¿Sueñas con amontonar dinero? Tendrás que arrebatarlo de aquellos que lo poseen. ¿Te seduce el esplendor de las dignidades? Te verás obligado a suplicarlas a quien las dispensa; y queriendo destacar por las consideraciones que otros te tributen, comenzarás por rebajarte para pedir humilde''

''¿Deseas el poder? Expuesto a las insidias de tus súbditos vivirás siempre entre peligros''

''¿Aspiras a la gloria? Sus caminos son difíciles, y a causa de su aspereza ni verás por dónde vas ni tendrás seguridad en tus pasos''

''¿Quieres llevar una vida de placer? Pero, ¿quién no mirará con desprecio al que se hace esclavo de la cosa más vil y deleznable, su propio cuerpo?''


Todas estas cosas tienen una apariencia de verdad y como apariencia no llevan a la verdadera felicidad. En un primer momento son aceptables y deseables, pero con el tiempo se vuelven calamidades porque o no se pueden sostener, o se tiene temor de que sean arrebatadas. Nadie puede vivir feliz temiendo algo. 

Respeto, suficiencia y poder

El poder y la suficiencia comparten elementos en común. En efecto, el que tiene poder tiene suficiencia, el que no tiene poder no tiene suficiencia. Además, esta persona que tenga suficiencia y poder obtendrá respeto. 

Filosofía le pregunta a Boecio si en definitiva, estas tres cosas son una misma cosa en cuanto a su fin. Evidentemente son distintas, pero sus fines son los mismos. De hecho, para Filosofía, tanto el respeto, como la suficiencia y el poder no difieren fundamentalmente del concepto de fama. Conjuntamente con la fama, se encontrará el honor y el placer.

En el caso de que alguno de estos conceptos tenga una mella o insuficiencia, entonces todos lo tendrán y la persona no será feliz. 


Felicidad

Para la felicidad es necesaria la perfección. ¿Existe la perfección? es de suponer, dice Filosofía, que si existen seres imperfectos, entonces se deduce que existen los perfectos. No pueden existir aquellos que tienen carencia de perfección si no hay primeramente un ser perfecto. ¿Quién es el ser perfecto?


''Dios, que es el primero de todos los seres, es el mismo bien, como lo confirma el unánime consentimiento de todos los hombres; ya que no existiendo nada mejor que Dios, indudablemente el ser mejor entre todos es el bien''

”Pues si así no fuera, Dios no podría ser el primero de todos los seres, porque existiría otro ser superior, en posesión del bien sumo, y que por lo mismo seria anterior a Dios, ya que es evidente que las cosas perfectas son antes que las imperfectas''

''Para no prolongar indefinidamente este razonamiento es preciso recordar que Dios, ser soberano, posee en sí mismo el bien sumo y perfecto; pero como la felicidad está en el bien sumo, según ya hemos probado, resulta necesariamente que la felicidad reside en Dios soberano''


Por eso, es muy importante para Filosofía aclarar que Dios es bien, y el bien no es otra cosa, porque poner el bien en otra cosa sería poner el sumo bien en algo que no es Dios y esto es impensable de acuerdo al razonamiento anterior. Aquello que es así mismo el principio universal es el sumo bien. En conclusión, Dios es la felicidad misma(1). 

Los hombres pueden ser Dios

Ahora, Filosofía quiere examinar junto con Boecio si pueden existir dos bienes supremos distintos unos de otros. En efecto, si uno es distinto del otro, es claro que uno no es el otro y por lo tanto, le faltará perfección a uno y viceversa. Por lo tanto, ni el uno ni el otro serían bienes sumos, si se pone la condición de que los dos sean bienes sumos pero a la vez distintos. 

No obstante, bien podríamos decir que quien se hace sabio lo hace por medio de la sabiduría, y el que se hace honesto lo hace por medio de la honestidad. Entonces, el que quiere alcanzar la felicidad ¿sería divino? en el entendido de que Dios es la felicidad misma. 

De acuerdo con Filosofía, el hombre puede ser Dios por concepto de participación, pero no por concepto esencial. Claro, Dios es uno, pero por participación cada hombre puede ser Dios. 

Sustancia de la felicidad

Para llegar a conocer la sustancia de la felicidad, primeramente debemos ver sus elementos. Filosofía parte diciendo que si la suficiencia, el poder, los honores, la fama y el placer, cuando se poseen en sumo grado son sinónimos de felicidad, entonces se deduce que el hombre será feliz. Sin embargo, si estos bienes fueran parte de la felicidad tendrían que ser distintos, siguiendo la lógica de que las partes entre sí son distintas a la hora de conformar un todo; no puede ser iguales. Ahora bien, como todos esos bienes son una misma cosa, como hemos dicho más arriba, entonces no pueden ser partes de la felicidad. 

No obstante, todos estos conceptos tienen algo en común que es el bien, aunque sea en apariencia. Este bien es apetecible por la voluntad del hombre, el hombre busca estas cosas porque percibe bien en ellas. Filosofía dice en este respecto, que lo que busca el hombre no es la cosa en sí, sino que el bien que produce la cosa, por lo tanto, el hombre siempre va en busca de la esencia. Lo que impulsa todo deseo es la felicidad; en consecuencia, la búsqueda del bien es justamente la búsqueda de la felicidad. 

''Pero ya hemos demostrado que Dios y la verdadera felicidad son lo mismo''

''Luego con toda certeza podemos afirmar que la esencia de Dios reside en el bien, es el mismo bien y no otra cosa”


Filosofía le pide a Boecio que no olvide estas conclusiones porque ahora determinarán lo que es el bien en sí mismo. 

El bien en sí mismo

Todos los bienes mencionados anteriormente son deseables porque están en ellos la idea del bien. El problema es que cuando se quieren por sí mismo y solo por sí mismos, no constituyen una unidad. El poder, la fama, la suficiencia y el placer deben estar unidos para querer ser perseguidos por el hombre, de otro modo no es posible. Toda esta unión de las cosas no solo en sí mismas sino que por otras es realizada por el bien. El bien, entonces, es unidad. Lo que está unido permanece, pero lo que está separado se destruye. 

''Por ejemplo, en los seres animados, mientras el alma y el cuerpo permanecen unidos formando un todo, se puede decir que existe aquel ser vivo; pero destruida la unidad por la separación de los dos elementos, el ser viviente deja de existir''


''Considerando todos los seres, cualesquiera que sean, se verá claramente que subsisten mientras permanecen unos; y mueren en el momento en que pierden su unidad”


También se establece que todos los seres en general quieren conservar su vida y cuando quieren esto, en verdad lo que quieren es la unidad. Boecio le pregunta a Filosofía si pasa lo mismo con los seres inanimados a lo que dice:

''observa en efecto cómo las plantas nacen en los terrenos que les son apropiados, en los cuales, por acomodarse a su naturaleza, no se secarán ni perecerán muy pronto''


Las plantas tienden a la vida cuando reaccionan a su entorno. En ese sentido, ''quieren'' desarrollarse y seguir viviendo. Cuando no están en el terreno apropiado es ahí cuando no crecen y finalmente se secan. Las mismas partes constitutivas de la planta, hacen que esta sobreviva a ciertas inclemencias ¿por qué tendría estas cosas si no quisiera tender a vivir?

Hay seres que tienden a tener sus partes constitutivas más unidas y otros que tienen tendencia a separarse, pero luego a unirse. Es así, que el deseo de vivir no depende necesariamente de la voluntad, sino que procede de un movimiento natural. La naturaleza aborrece la muerte con horror, pero por algunas causas externas la voluntad prefiere la muerte (suicidio). 

De esto se entiende que el amor no es un concepto que provenga de la voluntad sino que proviene directamente de la naturaleza. Boecio aporta lo siguiente:


''Porque una de dos: o todos los seres tienden a su aniquilamiento y, privados de su unidad, que vendría a ser como su cabeza, caminarán sin piloto a merced de las olas; o, por el contrario, si hay un principio hacia el cual se dirijan todas las cosas del mundo, ese principio será el bien sumo''


''El fin universal de los seres todos, que, sin duda, será aquello que todos anhelen. Y como esto es precisamente el bien, resulta en definitiva que el Bien es el fin universal''


Dios y el poder

Se entiende que Dios sea el ser más poderoso que existe y por lo tanto el que rige el universo. Sin embargo, ¿qué sucede si nada encontrara imposible? si nada encontrara imposible, entonces Dios podría hacer el mal, no le es imposible. Pero Filosofía detiene este razonamiento que es de Boecio y le recuerda que Dios debe dirigir todo el mundo con el bien, si todo va a vivir, va a moverse, o realizar alguna acción, entonces todo debe ser comandado por el bien. 


Conclusión

Es absolutamente innegable la influencia que Boecio recibió tanto de San Agustín de Hipona como de Plotino. Verdaderamente, podríamos decir que Boecio es una síntesis del neoplatonismo antes de comenzar la Edad Media. El concepto de que el bien tenga imperio por sobre todas las cosas, pero que además sea la unidad de todas las cosas, coincide perfectamente con los dos pensadores mencionados anteriormente. Ya vemos que incluso hasta las más pequeñas cosas están en el dominio del bien. 

sábado, 6 de noviembre de 2021

Boecio - La Consolación de la Filosofía (Libro II)


Seguimos con la tercera parte de esta gran obra que ahora versará sobre la fortuna y los beneficios que esta procura. Por cierto, la fortuna era uno de los temas más hablado entre los filósofos, sobre todo entre los estoicos como Lucio Anneo Séneca, quien ya nos hablaba de los beneficios que nos suceden en la vida. Puede que exista una conexión entre los dos, pero sin duda que la mirada de Boecio es única con respecto a la fortuna. Veamos entonces el tratamiento de la fortuna en el último romano y el primer escolástico. 


LA CONSOLACIÓN DE LA FILOSOFÍA


LIBRO II

La fortuna

Después de un silencio con el que terminó el libro I, Filosofía trata de averiguar porqué Boecio se siente tan miserable, revelando que es posible que se sienta así por haber perdido su antigua posición política. Filosofía le dice que su suerte no ha cambiado por más que él piense que es así; en efecto, la suerte o fortuna es una ambiguedad que en un momento puede ayudarte y en el otro traicionarte. Un hombre prudente no debe sujetarse de la suerte o fortuna, antes debe saber que ésta es inconsistente. En palabras de la misma Filosofía, si aceptamos el yugo, entonces no tenemos nada de qué quejarnos. La fortuna no se puede detener en un solo tipo de suerte, pues de ser así no sería como se supone que es: azarosa. 

En consecuencia, que Boecio se queje de su mala suerte no tiene sentido, pues una vez aceptado el destino no puede acusar de que este sea injusto con él. 

Honores pasados

Por lo demás, todos los honores pasados fueron felicidades que Boecio debiera agradecer. No solo eso, el mismo Boecio fue quien agradecía tener dicha suerte en ese momento. Pero es justamente esto lo que tiene tremendamente triste a Boecio, claro, el conocer la dicha lo tiene triste ahora que no la tiene. 

Ciertamente, ningún hombre está contento con su suerte hasta que le acontece algún mal, nada los sacia. 

Filosofía trata de averiguar cómo puede Boecio sanarse y le pregunta si no hay nada más preciado que sí mismo, a lo que Boecio debería responder afirmativamente. Si esto es así, entonces Boecio tiene un bien que incluso ni la fortuna podrá arrebatarle jamás. Como Filosofía sabe que Boecio cree en la inmortalidad del alma, entonces el filósofo no tendría por qué quejarse de las cosas que le han ocurrido, siendo que posee aquello que más quiere. 

Los bienes y los malos

Los bienes materiales o las fortunas de algunos hombres son la causa de su desgracia. Ahí se puede diferencia a los buenos de los malos, porque los malos son aquellos que se inclinan a procurarse los bienes materiales. Para Filosofía, la fortuna aprovecha más a los malos y no a los buenos. 

''no siempre ayuda a los buenos; y si favorece a los malos, no por eso los mejora.''


Sin embargo, si esto es así, Boecio le dice a Filosofía que él no ha caído en la posesión intencional de estos bienes materiales, sino más bien ha siempre querido cumplir con el mandato de la República. No obstante, Filosofía le indica que en ese aspecto también existe un problema al querer aquellas cosas. Nos referimos pasión de la gloria, el honor de haber prestado a la república los más relevantes servicios.

Considerando que el mundo es un lugar enorme, casi inabarcable ¿qué importancia tendrá el adjudicarse una gloria o un honor en esta República que sería pequeñísima comparada con el tamaño del universo? y no solo eso, lo hablado hasta aquí también puede referirse al tiempo.

''Y si comparas la duración del tiempo con la eternidad infinita, ¿a qué viene a reducirse la perennidad de vuestra fama que tanto os halaga?''

Por otro lado, siguiendo con la discusión de que la fortuna aprovecha más a los hombres malos, también de algún modo es buena pedagógicamente. En efecto, el hombre que se ve en una buena fortuna será engañado por esta haciéndole pensar que la tendrá para siempre, lo que es falso. Pero cuando la fortuna es adversa, no puede menos que ser sincera y mostrarse tal cual es. Ahí el hombre aprende sobre la fortuna. 

''En una palabra, la próspera fortuna aparta del bien verdadero con sus caricias seductoras; la adversa, trayendo a los hombres prendidos en su arpón, los hace volver muchas veces al camino de la verdadera felicidad''


Conclusión

Una exhortación a dejar los bienes materiales y la fortuna que no hemos visto en otros filósofos. Su tratamiento con respecto a este tema es interesante e incluso actual, puesto que en las literaturas del siglo XIX y XX se considerará el factor de ''maldad'' o ''infortunio'' como algo sincero, mientras que lo bueno es realmente ilusorio. Ahora, también es interesante el aspecto pedagógico (o que instruye en palabras de Filosofía) del mal, porque luego de esto se extrae una enseñanza, es como el concepto de Catársis en Aristóteles en su obra Poética. 

viernes, 5 de noviembre de 2021

Boecio - La Consolación de la Filosofía (Libro I)

Es quizás el libro más importante dentro del mundo de la filosofía, no solo por su contenido lírico sino que también el tema de fondo que es el no olvido de la filosofía. Nuestro filósofo se encuentra en dificultades extraordinarias debido a un conflicto político importante, nada lo puede consolar excepto la muerte que viene disfrazada de mujer, quien en realidad es la filosofía. ¿Cómo podría la filosofía consolar a un hombre en un momento como aquel? Lo veremos en los siguientes apuntes de filosofía con el estudio de esta obra magnífica. 

LA CONSOLACIÓN DE LA FILOSOFÍA


LIBRO I


El que está hablando en este primer libro es el mismo Boecio quien no puede evitar sentirse triste y miserable al estar en un calabozo, debido principalmente a motivos políticos. Lo espera la muerte. 

La mujer misteriosa

Es en esta ocasión en que aparece una mujer que el mismo Boecio describe de la siguiente manera:


Una figura de una mujer de sereno y majestuoso rostro, de ojos de fuego, penetrantes como jamás los viera el ser humano, de color sonrosado, llena de vida, de inagotadas energías, a pesar de que sus muchos años podían hacer creer que no pertenecía a nuestra generación. En palabras del mismo Boecio. 

Su vestido lo formaban finísimos hilos de materia inalterable, con exquisito primor entretejidos; ella misma lo había hecho con sus manos, según más adelante me hizo saber. Y, a semejanza de un cuadro difuminado, ofrecía, envuelto como en tenue sombra, el aspecto desaliñado de cosa antigua.

En su parte inferior veíase bordada la letra griega pi (inicial de práctica), y en lo más alto, la letra thau (inicial de teoría) y enlazando las dos letras había unas franjas que, a modo de peldaños de una escalera, permitían subir desde aquel símbolo de lo inferior al emblema de lo superior.


En ese momento, la mujer que describía Boecio comenzó a alejar a las musas que hacían escribir al filósofo, los lamentos que en principio decía. La mujer se sentó al lado de Boecio y comenzaron a tener un diálogo, en donde se trata de consolar al mismo Boecio quien había disfrutado de una buena vida, y ahora está en la soledad y en la miseria. 

Consolación mirando al pasado

Por las lágrimas y algunas confusiones, Boecio no lograba verla en primera instancia, pero luego, mientras se recuperaba, podía ver claramente a la mujer que tenía en frente. El filósofo la describe como ''mi antigua nodriza'': la Filosofía. 

Boecio se sorprende porque no pensaba que fuera posible que algo tan sublime fuera a bajar de sus dominios para estar con él. En ese momento Filosofía dice:

“¿Podría yo dejarte solo a ti que eres mi hijo, sin participar en tus dolores, sin ayudarte a llevar la carga que la envidia por odio de mi nombre ha acumulado sobre tus débiles hombros?''

Cuando al fin Boecio la reconoce y conversa con ella, Filosofía le recuerda que la desgracia que le ocurre no es algo nuevo pues los filósofos anteriores también encontraron dificultades. 

La experiencia con la filosofía y la política

Boecio le comenta lo importante que ha sido Filosofía en su vida, y es por eso que todo lo que Boecio había hecho en su vida era por estricta y rigurosa disciplina de seguirla. 

El filósofo siempre trató de seguir lo que a su criterio era correcto y tuvo que salir el paso de muchas dificultades políticas. Con todos estos problemas, Boecio dice que debió haberse dado más seguridad antes de llevar a cabo dichas acciones. Recordemos que Boecio fue falsamente acusado de querer conspirar contra el rey favoreciendo al emperador de Bizancio, Justino I. De hecho, lo que pasó en realidad es que Boecio defendió a un amigo, Cecina Decio Fausto Albino, de ciertas acusaciones y por eso se presumió que el filósofo tenía injerencia en la conspiración. 

Boecio le pregunta a Filosofía qué le parece que lo hayan condenado por ''salvar al Senado''. Le cuenta además que todo lo que ha realizado, el servicio puesto en sus funciones lo logró siempre observándola a ella, la Filosofía. En cierto modo, Boecio piensa que esta acusación realizada por sus enemigos, no solo lo toca a él, sino que también a Filosofía misma. 

Respuesta de Filosofía

Filosofía parece no estar en absoluto conmovida por el relato de Boecio, aunque sí se ve conmovida por otra cosa que le pasa a relatar:

''Por eso me conmueve no tanto la contemplación de este lugar, cuanto la de tu propia persona. No echo de menos aquella hermosa biblioteca decorada con vidrios y marfil, sino el interior de tu alma, en la cual yo en otro tiempo dejara depositados, no libros, sino lo que a éstos da valor, a saber, los pensamientos contenidos en mis libros''

Como Filosofía nos dice que el pensamiento de Boecio está agitado, recurrirá a prácticas más suaves para convencerlo de la situación en que se encuentra. 

''¿Me permitirás, pues, que tantee y pruebe tu espíritu por medio de preguntas para saber el tratamiento que te conviene?''

En primer lugar, Filosofía le pregunta si este mundo fue creado por fuerzas azarosas o bien si hay un orden en este mundo, a lo que Boecio responde convencido de que cree en Dios y que nada de esto puede ser azaroso. Luego le pregunta ¿de qué medios se vale para dirigir el mundo? y ahí Boecio no sabe qué contestar. Filosofía le pregunta cómo es posible que sepa quién dirige el mundo y no sepa sus fines; en otras palabras, que sepa su principio y no su fin. 

La pregunta que sigue es clave, Filosofía le pregunta a Boecio si sabe lo que es el hombre, a lo que este contesta que sí, un animal racional. Frente a esta respuesta, Filosofía descubre el verdadero mal de Boecio y se dispone a dialogar con él con respecto a aquello. 

''Pero como no es tiempo aún de emplear remedios fuertes y es bien sabido que el espíritu humano al rechazar la verdad se ve invadido de errores que, levantando nieblas de pasiones, perturban la inteligencia, en otras condiciones clara; trataré primeramente de apaciguar tu alma mediante los sedantes más comunes; y así, disipadas las tinieblas engañosas, podrás hallar de nuevo el esplendor de la verdadera luz''


Por lo tanto, el libro finaliza con el compromiso de Filosofía de ayudar a Boecio a entender la difícil situación en la que está sumido. 

Conclusión

Comenzamos entonces nuestro recorrido por uno de los libros más grandes de la Filosofía. Tenemos suerte porque esta vez es la misma Filosofía quien se presenta a un filósofo, en contraste con otros pensadores anteriores, donde la figura ficticia ha sido la razón (San Agustín de Hipona en su obra ''Soliloquios''). Por lo tanto, sigamos viendo que acontece en los próximos libros que en lo sucesivo iremos explicando en este blog. ¡No se separen y acompáñenos!