Este si es el tema más controversial que ha existido en la historia de la filosofía: la búsqueda de la felicidad. Ya lo habíamos visto en algunos libros de Platón y también lo vimos con la Ética a Nicómaco de Aristóteles. Sin embargo, aquí tenemos a un estoico, el cual tiene una mirada muy particular de la vida. Con todo lo escrito anteriormente, quizás ya nos podemos dar una idea de qué es la felicidad.
Referencias:
(1) Definición muy similar a la obra de Marco Tulio Cicerón, Del supremo bien y del supremo mal.
Referencias:
(1) Definición muy similar a la obra de Marco Tulio Cicerón, Del supremo bien y del supremo mal.
(2) Esto también se encuentra en los apuntes del libro X de la Ética a Nicómaco de Aristóteles. El placer no sería un fin sino un medio.
(3) Esto es similar a la falacia ''Ad hominem'' donde se ataca al sujeto de la argumentación y no a la argumentación per se.
(3) Esto es similar a la falacia ''Ad hominem'' donde se ataca al sujeto de la argumentación y no a la argumentación per se.
SOBRE LA FELICIDAD
Dedicado a su hermano Galión (Novato)
Séneca le dice a su hermano que todos buscan la felicidad, pero nadie sabe cómo distinguirla para así encontrarla. El vulgo, para el filósofo es el peor intérprete de la realidad, nunca se puede confiar en la mayoría para establecer un concepto.
Lo primero que se debe hacer para buscar la felicidad es servirse de la naturaleza y no depender de ella, pues si somos dependientes de algo, la felicidad será efímera.
Definición del bien supremo
Si la felicidad está en la naturaleza, entonces esta al mismo tiempo es un bien. Por lo tanto, lo que convendrá hacer en este caso es definir el concepto de bien. Séneca tiene algunas sugerencias:
''El bien supremo es el espíritu que menosprecia
lo casual, contento con la virtud''.
'La fuerza invencible del espíritu, conocedora de las situaciones, calmosa en sus obras, con una gran humanidad y solicitud para con sus convecinos''.
No obstante a estas definiciones, Séneca nos dice que prefiere llamar el bien supremo (o feliz) a quien nadie puede perturbar. De hecho, será feliz y tendrá placer quien reniegue de los placeres. En resumen, el hombre que no desea ni teme es feliz porque está libre de las pasiones (pathos)(1).
Obviamente, el feliz es el que prefiere la razón (logos) a la pasión (pathos), ya que para conocer la verdader felicidad necesita ser consciente de ella.
El placer no es virtud
No se puede unir el placer con la virtud. El placer es caduco y siempre quiere y nunca es suficiente, en cambio la virtud queda para la posteridad, nunca experimenta saciedad (porque eso significaría necesitarla nuevamente). El hombre feliz siempre vivirá de acuerdo a su naturaleza racional, sólo así se distinguirá de los otros animales.
Se podrá criticar lógicamente que la búsqueda de la virtud en sí misma es un placer. Sin embargo, Séneca nos dice algo muy a lo que decía Aristóteles: ''el placer no es un fin último, sino un medio''. En otras palabras, el placer es un complemento como ''de sobra'' o como lo dice Séneca se obtiene sin querer dicho placer. Por lo tanto, la virtud no se hace por dicho placer, ese placer es aparte porque el objetivo último es hacer el bien(2).
Entonces ¿para qué se quiere la virtud? básicamente, la virtud es el bien supremo mismo. No se puede querer nada más allá del bien porque el bien no es un medio, sino un fin.
¿Placer y virtud juntos?
Se le pregunta a Séneca, ¿qué puede impedir que la virtud y el placer se unan para formar algo mucho mejor? De esta forma ese bien supremo formado del placer y la virtud sería al mismo tiempo honesto y agradable.
La verdad es que nada podría ser más contradictorio que unir la virtud con el placer. La virtud se sostiene por sí misma por ser el bien supremo, y el placer desaparece con la utilidad. Además, recordemos que el placer siempre va a ser parte de una cosa y no una cosa en sí misma.
Se podrá criticar lógicamente que la búsqueda de la virtud en sí misma es un placer. Sin embargo, Séneca nos dice algo muy a lo que decía Aristóteles: ''el placer no es un fin último, sino un medio''. En otras palabras, el placer es un complemento como ''de sobra'' o como lo dice Séneca se obtiene sin querer dicho placer. Por lo tanto, la virtud no se hace por dicho placer, ese placer es aparte porque el objetivo último es hacer el bien(2).
Entonces ¿para qué se quiere la virtud? básicamente, la virtud es el bien supremo mismo. No se puede querer nada más allá del bien porque el bien no es un medio, sino un fin.
¿Placer y virtud juntos?
Se le pregunta a Séneca, ¿qué puede impedir que la virtud y el placer se unan para formar algo mucho mejor? De esta forma ese bien supremo formado del placer y la virtud sería al mismo tiempo honesto y agradable.
La verdad es que nada podría ser más contradictorio que unir la virtud con el placer. La virtud se sostiene por sí misma por ser el bien supremo, y el placer desaparece con la utilidad. Además, recordemos que el placer siempre va a ser parte de una cosa y no una cosa en sí misma.
La consecuencia del filósofo
Fácilmente se le puede objetar no sólo a Séneca, sino que a los otros grandes filósofos de la historia no haber seguido lo que decían. En otras palabras, no haber puesto en prácticas sus propias teorías.
Séneca por su parte admite no ser un sabio y admite no tener las facultades para hacerlo. Además, cuando un sabio está hablando de sus teorías, no está hablando precisamente de él. La dedicación que tienen los filósofos sobre temas sublimes y que ayudan a toda la humanidad, no tienen nada que ver con su estilo de vida. En efecto, puede haber quienes decidan ser consecuentes con su filosofía (como Diógenes de Sinope),pero eso es una decisión personal que no acaba con la teoría (ni la refuta)(3).
Las riquezas
Otra cosa que se critica a los filósofos son las cuantiosas riquezas que poseen, siendo que ellos mismos aconsejan aborrecerlas. Séneca responde a esto diciendo que en efecto, los filósofos disfrutan de las riquezas, pero no dependen de ellas. Es decir, cuando alguien pierde su riqueza, éste llora o se siente miserable, en cambio el filósofo, éste siempre sabrá que los bienes son temporales y no sufrirá por la pérdida de aquellos.
Si el necio tiene riquezas, estas estarán al mando del necio, pero las riquezas en mano del sabio estarán al servicio del sabio.
Conclusión
Otro interesantísimo pensamiento del romano Séneca, donde la razón gana por mucho a todos los otros aspectos de la vida. Dejarse llevar por el pathos es la perdición, pero nunca es tarde para volver a la razón. Otra de las cosas que me sorprendió mucho y que no ha sido vista en otros filósofos anteriores (por lo menos no en este blog) es la consecuencia del filósofo. Por otro lado, también me llamó la atención el intento de mezcla del placer y la virtud (algo de lo que me había preguntado), pero con el filósofo me queda todo claro y parejo.