Este es otro discurso realizado en agradecimiento al Senado, luego de que Marco Tulio Cicerón volvió de su exilio. Ya sabemos por la biografía del orador presentada en este blog, que Publio Clodio lo forzó al exilio dejando no más que destrucción de la institucionalidad republicana. En el Post Reditum Quirites habíamos visto que Cicerón arremetía con algunos senadores que no estaban de acuerdo con que el orador volviera, pues decían que sería un período de destrucción y sangre. Pareciera ser que en estos agradecimientos, Cicerón se muestra afectuoso con aquellos que si aceptaron su llegada desde el principio. Veamos al orador en su forma más noble.
POST REDITUM IN SENATU
(EN AGRADECIMIENTO AL SENADO)
Los amigos políticos
Cicerón comienza agradeciendo al senado todo el apoyo que prestaron a su hermano Quinto y a la familia del orador en general. Muchos de los senadores y cónsules tenían problemas en traer a Cicerón a Roma, pues Clodio aún ejercía poder sobre la ciudad y estaba decidido a que el orador no volviera.
Uno de los cónsules que ayudó más significativamente al regreso de Cicerón fue Publio Léntulo. Un amigo del orador que junto con Quinto Metelo hicieron posible (sin miedo a represalias) que Cicerón pudiera estar de regreso. Otro amigo fue Tito Ani, quien sería después el hombre que le daría muerte a Clodio.
El encargado de que Cicerón volviera formalmente fue Lucio Cecilio quien promulgó la ley para que el orador estuviera de regreso. Junto con Lucio, Marco Calidio fue otro colaborador del regreso, votando a favor del advenimiento de Cicerón.
Pretores
Luego de nombrar a los cónsules y abogados que lo ayudaron, Cicerón nombra brevemente a los pretores que acudieron en su ayuda.
- Gayo Septimio
- Quinto Valerio
- Publio Craso
- Sexto Quintilio
- Gayo Cornuto
Los pretores en realidad eran siete. Los otros no se nombran pues fueron enemigos del orador.
Son incontables los hechos de bondad y solidaridad a Cicerón, que él mismo nos dice que es difícil nombrar a todas las personas que colaboraron con su regreso.
Son incontables los hechos de bondad y solidaridad a Cicerón, que él mismo nos dice que es difícil nombrar a todas las personas que colaboraron con su regreso.
Los enemigos políticos
Sin embargo, no sólo hubieron amigos para Cicerón, sino que también hubieron personas que no lo querían; cónsules como Cesonino Calvencio, quien Cicerón describe como un personaje sombrío y triste; no quiso aportar nada al regreso del orador. Otro de ellos fue Lucio Pisón quien trabajaba junto con Pompeyo. No gozaba de buena reputación.
Sus enemigos políticos querían reafirmar el espíritu de Catilina, tratando de restablecer la república a su favor; sin embargo, el tiempo nos les alcanzó, y Pompeyo jamás lo iba a permitir.
Sus enemigos políticos querían reafirmar el espíritu de Catilina, tratando de restablecer la república a su favor; sin embargo, el tiempo nos les alcanzó, y Pompeyo jamás lo iba a permitir.
Conclusión
Este fue un texto casi tan corto como los agradecimientos al pueblo. Vemos a un Cicerón totalmente agradecido con sus amigos que le permitieron regresar después del destierro de Clodio. Los enemigos hicieron de todo para que no pudiera volver; no obstante, dichos esfuerzos no sirvieron de nada, pues los amigos de Cicerón seguían siendo cónsules y senadores con mucho poder entre la aristocracia romana.