Sophrosyne, palabra que en el griego antiguo significa ''templanza''. Este libro es preciso para continuar el diálogo anterior ''Laques o de la valentía'', ya que es necesario tener templanza antes y después de realizar una hazaña. Este es otro diálogo donde Sócrates y sus interlocutores no llegan a una definición apropiada y por lo tanto, queda a juicio del lector qué es lo que podría ser el concepto discutido; en este caso, la templanza.
Referencias:
(1) Ciudad de Grecia ubicada en la isla calcidica.
(2) Dios de la tribu Tracia.
(3) Es decir, que se ''ocupa de sus propios asuntos''.
(3) Es decir, que se ''ocupa de sus propios asuntos''.
Cármides
Personajes:
- Cármides
- Critias
- Querefonte
- Sócrates
Llegando de la batalla de Potidea(1)
Sócrates había sido parte del ejercito en la batalla de Potidea. Una vez acabada, se dirigió a Táureas y donde lo esperaba su amigo Querefonte.
Este quería saber todo sobre la batalla en la que Sócrates había estado, sin embargo, las noticias no eran alentadoras. Tal como lo habían imaginado quienes no fueron a la batalla, habían muerto muchos compatriotas.
Querefonte, sin querer esperar, le dice a Sócrates que le de más detalles de la batalla e inmediatamente lo lleva donde está Critias y algunos otros que quieren escuchar lo que pasó en Potidea.
Cármides
Antes de comenzar, Sócrates pregunta que ha pasado en la ciudad, si hay alguien más sabio, o si hay alguien más bello. Querefonte le dice que sí hay un joven que es considerado uno de los más apuestos en la ciudad. Su nombre es Cármides.
Se decía que era uno de los más bellos y no solo en apariencia sino también en mente. Este era considerado tanto filósofo como poeta. Sócrates queda asombrado y pide inmediatamente hablar con este.
El doctor del alma
Critias manda a llamar inmediatamente a Cármides diciéndole al esclavo que le diga que sólo quiere que vaya por un tema médico (Cármides sufría de un dolor de cabeza). Querefonte además pide a Sócrates hacerse pasar por médico para hablar con Cármides.
Cármides siente curiosidad de que Sócrates tenga el remedio para su dolor de cabeza. Sócrates le dice que el remedio consta de una hoja y un encanto; si el encanto no se hace con la hoja, la curación sería inútil
Esta curación, según Sócrates, la aprendió de los doctores tracios de Zalmoxis(2). Lo que le decía es que antes de curar los ojos había que preocuparse de la cabeza, y antes de preocuparse de la cabeza había que preocuparse de del cuerpo, y antes del cuerpo del alma.
De esta manera, es imposible que el cuerpo pueda curarse sin una inspección sobre el alma. El alma es responsable de dos cosas: de la enfermedad del cuerpo y de su salud. El alma, dice Sócrates, solo puede ser curada a través de ''encantamientos'' los cuales define serían palabras hermosas. De esta manera, el cuerpo alcanza la templanza y se puede proceder a la curación.
A pesar de todo, Critias dice a Sócrates que Cármides es uno de los ciudadanos que más templanza tiene. Sócrates está de acuerdo y luego menciona toda la ascendencia de Cármides alabándolo por su linaje. Pero Sócrates pregunta a Cármides si es verdad que el no necesita ninguna enseñanza sobre la templanza o si más bien necesita un poco de esta.
Cármides dice que Critias no está diciendo la verdad porque en realidad, ni el mismo Cármides sabe si tiene templanza o no. Es por esto que Sócrates le pide que se investigue sobre la templanza para ver si realmente la tiene.
La templanza
Primera definición de Cármides
Si Cármides tiene templanza, entonces es probable que tenga alguna opinión sobre ella, dice Sócrates. Desde el principio se mostró reticente a responder, pero finalmente lo hizo con la siguiente definición:
''Creo que es algo así como la tranquilidad''
Sócrates le dice que no está del todo mal, puesto que a mucha gente que es tranquila se le dice ''templada''. Ahora, cuando se escribe una carta ¿es mejor hacerlo rápido o tranquilo? pregunta Sócrates. Cármides responde que rápido al igual que leer, también se debe hacer rápido.
La templanza en el cuerpo
Lo mismo pasa con la ejecución de la lira, las luchas, el boxeo, saltar y correr. Si estas prácticas se ven rápidas, son mucho más efectivas que haciéndolas lenta y tranquilamente.
Al ver todas estas razones, pareciera ser que las actividades que están relacionadas con el cuerpo deben ser rápidas más que tranquilas y lentas. ¿Donde queda entonces la templanza? La templanza es realmente admirable, pero no para el cuerpo.
La templanza en el alma
¿Será mejor aprender algo de manera fácil o con dificultad? Obviamente siempre será mejor que sea fácil, pero la facilidad significa al mismo tiempo velocidad, es decir, que se aprenda rápidamente. Lo mismo pasaría cuando se le enseña a una persona; es mucho mejor enseñar rápido que lenta y tranquilamente. Cuando se intenta evocar un recuerdo siempre será mucho mejor hacerlo rápido que lento.
Pareciera ser que la astucia es mejor para el alma que la quietud. Mientras más rápido sea, mucho mejor para el alma y para el cuerpo.
Por lo tanto, la templanza pareciera no ser la tranquilidad y la lentitud sino todo lo contrario.
Segunda definición de Cármides
Cármides declara la siguiente definición:
''Bueno, la templanza parece hacer a la gente más tímida y vergonzosa y creo que la modestia debe ser lo que significa la templanza''
Sócrates recuerda a Cármides que la templanza además de ser admirable es buena, útil y productiva. Además, le recuerda un pasaje de la Odisea de Homero donde dice ''La modestia no es buena para el hombre necesitado''. Por eso, la modestia no estaría vinculada a la templanza.
Tercera definición de Cármides
Cármides intenta una nueva definición, esta vez, una que escuchó por algún lado:
''Ocuparse de sus propios asuntos''
Sócrates compadece a Cármides de haber escuchado eso porque ¿Acaso un maestro templado enseña solamente a escribir el nombre de su alumno, o también el de otros?, ¿Acaso un gobierno que es templado no gobierna para sus ciudadanos? De esta manera, la templanza no podría ser ocuparse de los propios asuntos.
Discusión con Critias
Al terminar esta conclusión Sócrates quiso saber quién le había dado esta conclusión a Cármides. Preguntó si acaso había sido Critias y este dijo que de ninguna manera lo había hecho, pero la mirada acusadora de Cármides pareciera incriminarlo.
Entonces, si no es quién se preocupa de los asuntos de los demás, ¿será templado quien se preocupe de los asuntos de los demás? Critias dice que si estamos negando que alguien que se preocupa de sus propios asuntos es templado, entonces si lo sería alguien que se preocupa de los asuntos de los demás.
Diferencia entre hacer y trabajo
Sócrates pregunta a Critias si son lo mismo ''ocuparse de'' y ''hacer''. Éste responde que no son lo mismo y que incluso, trabajar y hacer no son lo mismo.
Según Critias, ''hacer'' puede caer en desgracia si no va acompañado de lo admirable; en cambio, el trabajo siempre será provechoso y bueno. Este argumento de Critias se basa en lo dice Hesíodo en su obra ''Los trabajos y los días''. Critias nos dice que cuando Hesíodo hablaba de esto, lo decía en cuanto a los trabajos personales y no a las ocupaciones de otros.
De modo que a todo lo que sea actividad y ''preocuparse de los asuntos propios'', Critias lo llamará templanza.
Segunda definición de Critias
Critias la define de la siguiente manera:
''Defino la templanza como la ocupación de las buenas obras''
Y a este ocuparse, por supuesto, se refiere a las personas que sólo se ocupan de sus propios asuntos. Sin embargo, Sócrates arremete con un buen argumento.
- El médico al curar hace una buena acción; por lo tanto, sería una persona con templanza, pero a la vez está haciendo algo por los demás.
Intento de definición de Sócrates
Sócrates aventura una definición:
''Claramente debe ser una ciencia y una ciencia de algo''
Critias inmediatamente insiste que ademas es la ciencia de lo uno(3). Aunque de nuevo puede caer en el argumento anterior de los doctores.
Sin embargo, Critias señala que este tipo de arte (la medicina) no es igual a otros artes como por ejemplo, el cálculo. Al escuchar esto, Sócrates comienza a dar algunos ejemplos con el cálculo.
- Dentro del cálculo existen números pares e impares, pero estos son distintos de la ciencia del cálculo. Entonces, así como la templanza es una ciencia, ésta debe producir algo que es diferente de ella.
La templanza y la ciencia
Sócrates y Critias concuerdan en que la templanza pueda ser ciencia y a la vez ''ausencia de ciencia'' o ''no-ciencia''. De esta manera, la persona con templanza sabe lo que sabe y además sabe lo que no sabe.
No obstante, advierte Sócrates, este razonamiento puede llevar a una aporía. ¿Es posible que una ciencia no sea ciencia al mismo tiempo? Es decir, ¿es posible que el deseo no pertenezca a ningún placer si no que a sí mismo y a los demás deseos? Sería totalmente absurdo hablar de esta manera.
La visión por ejemplo, no es objeto de sí misma, es objeto de las cosas que son coloreadas, por lo demás, sería inútil que la visión se viera así misma. La visión no puede aplicar sus facultades a sí misma, así como la ciencia tampoco puede hacerlo.
Dificultades para la definición
Como se puede llegar a una conclusión definitiva, Sócrates propone analizar el problema desde el principio.
Se decía que tener templanza y conocerse a uno mismo significaba saber y no saber. Critias siempre estuvo de acuerdo con esa definición porque considera que si un hombre se conoce a sí mismo, pues ese hombre tiene conocimiento de sí mismo.
Sócrates objeta que ese no es el punto, el punto es ¿Cómo un saber puede saber de sí mismo si ya siendo saber no es necesario examinarse a sí mismo? Por ejemplo. la salud se conoce por la medicina, la armonía por la música y la edificación por la arquitectura. La música no puede conocerse a sí misma a menos que sea a través de la armonía. Y ninguna de estas cosas se pueden saber por medio de la templanza.
Además, el hombre que posea templanza no podrá jamás saber de medicina o de arquitectura, puesto que la templanza solo se dedica al conocimiento de sí misma (como habíamos dicho en la última definición). ¿Qué utilidad tendría entonces la templanza? Sócrates trata de darle una utilidad diciendo que al ser ''el saber del saber'' es probable que sirva para no ser engañados por falsos médicos o por hombres que ostenten una profesión falsa. Pero si esto fuera así, ¿para que está la medicina o la arquitectura? ¿será mejor tener templanza y no médico para saber de aquél arte?
Así, lamentablemente no se llegaría a una solución o definición satisfactoria.
Conclusión
Otro diálogo de juventud donde la definición lamentablemente no es alcanzada por Sócrates ni sus interlocutores. Lo que me impresionó fue la increíble cantidad de definiciones que se dieron esta vez en comparación a Laques donde solo habían unas cuantas. De hecho creo que me quedaría con alguna de ellas sin mirar la argumentación de Sócrates. Finalmente, creo que es un libro que nos enseña mucho sobre el método dialéctico de encontrar soluciones a cualquier investigación.