sábado, 26 de agosto de 2023

Avempace - Tratado sobre el intelecto agente

 


El título original de la obra es Discurso sobre las cosas con las que se puede conocer el intelecto agente. En verdad es una obra brevísima que refuerza las ideas de Avempace sobre el intelecto agente. Sin embargo, a pesar de ser una obra muy breve, en verdad es un conjunto esquemático muy complejo. Veamos las características del Intelecto Agente que nos presenta Avempace. 


Tratado sobre el intelecto agente

Hay ciertas formas en las que se puede conocer el intelecto agente. En primer lugar debemos diferencia entre los medios y los fines. 

Primer método para conocer el intelecto agente

Los medios son causas del ser de los fines en los cuerpos, mientras que los fines son causas del ser de los medios en el ser inteligible. 

Esta idea la expuso al-Utabi, sacándola de las palabras del sabio:

''Lo último del pensamiento es lo primero en la acción y lo último en la acción es lo primero en el pensamiento''

Esto también concuerda con lo dicho por al-Farabi en el libro sobre la demostración. Hay una forma que está de forma absoluta sin cuerpo, mientras que el resto de los cuerpos son dependientes de otros cuerpos; aquellos que son generables y corruptibles. Estos dependen de los cuerpos que se mueven eternamente de forma circular: los cuerpos celestes. De la misma forma debemos pensar con respecto a los elementos sublunares. 

Por lo tanto, el primer método para conocer el Intelecto Agentes es por medio de las cosas que son formas absolutas. 

Segundo método para conocer el intelecto agente

De una cosa generada solo podemos observar que lo que se produce se parece a lo que la generó; jamás son iguales. El paciente tiene una cierta unión con la idea universal de la especie.

Para explicar esto, Avempace nos pone el ejemplo del fuego, el esparto, una especie de planta que tiene presencia en la península ibérica, se consume por el fuego y se convierte en fuego, pero lo hace a partir de otro fuego y no toma nada de la igneidad del primer agente. Es decir, el fuego que se junta con el esparto es otro tipo de fuego, no el fuego agente. 

Tercer método para conocer el intelecto agente

Esta tiene que ver con la facultad imaginativa. En ella el animal no busca un agua concreta o un animal por sí mismo, sino que busca la universalidad que hay contenida en ella. De acuerdo a Avempace, la potencia imaginativa no es del intelecto, sino que es una facultad independiente. En todo esto se equivocaron Galeno entre otros filósofos. 

Cuarto método para conocer el intelecto agente

Es aquel tomado del intelecto material que está en acto. En efecto, solo podemos ver el sujeto cuando se nos presenta un predicado. De no ser así, no será visible ni mucho menos entendible, se necesita un predicado. El predicado es mucho más universal que el sujeto, pues el sujeto incluso puede ser particular. 

De todo esto se entiende que el intelecto que está en acto no es un cuerpo:


  • Supóngase que A es el percipiente intelectual y B aquello que capta
  • B es distinto de A
  • Pero resulta que B percibe, supongamos que su percepción es D
  • D es distinta de B
  • Y percibe a D 
  • D es distinta de Y

Este ejercicio continuaría hasta el infinito. 

Llegaremos, en consecuencia, a una cosa que no se pueda percibir o a una percepción que perciba por su propia esencia y no por otra cosa. Ahora bien, no se sabe de que exista una percepción que no es percibida, y una forma de saber esto es conocer algo que no pueda ser representable por sí mismo, lo cual es absurdo. Queda, en consecuencia que el perceptor sea la misma percepción.

Conclusión

Este tratado es verdaderamente interesante y aclarador con respecto al concepto tan oculto que es el Intelecto Agente. En mi opinión, este es otro de los intentos de describir la gran inteligencia del mundo. En particular el modo en que describe el proceder de conocer el Intelecto Agente es fenomenal. Es una mirada totalmente nueva, intentando expresar la perceptibilidad ad infinitum que tendría el Intelecto Agente, un poco al dejo de Santo Tomás de Aquino con sus cinco vías, pero con la originalidad musulmana, pues Avempace es anterior a Santo Tomás.

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