miércoles, 9 de agosto de 2023

Avempace - Carta del Adiós

 


Conocida como una carta-tratado, la Carta del Adiós es el complemento perfecto después de leer ''El Régimen del Solitario'', pues se continúan las ideas que ya se habían sostenido. Está dedicada a su amigo Ibn al-Imam, quien se había preocupado de darnos la lista de sus obras que hoy tenemos el aprecio de leer. Desde aquí se dan una seguidilla de opúsculos que seguirán complementando los fundamentos de su primer obra política que sería El Régimen del Solitario. Veamos de qué trata.

Referencia:

(1) Lo mismo se dice en el Régimen del Solitario



CARTA DEL ADIÓS

Articulo Primero

Podemos ver en esta carta la preocupación de Avempace de escribir a su amigo, antes de que ''su cuerpo desaparezca''. El filósofo está dispuesto a contestar todas las interrogantes que su amigo tiene con respecto a la vida y la República, a pesar de que la obra sobre ''El Régimen del Solitario'' ya ha sido escrita. Avempace dice que hay muchas cosas en las que al-Farabi y Aristóteles tenían razón y apuntaban con mucha certeza, pero el mismo filósofo nos dice que hay cosas que ignoraron y que le presentará a su amigo. 

Es posible que no vuelvan a encontrarse, pero si ambos se ponen en movimiento o se disponen a conocerse podrán volver a verse. En todo caso, Avempace le dice que si sigue la doctrina por la cual hablará, es posible que el encuentro se produzca incluso antes de lo esperado. Se deben encontrar con sus antepasados, pero no aquellos que les dieron el cuerpo, sino de quienes recibieron el alma. 

Tipos de hombres

Todo móvil, dice Avempace, es divisible y lo que es indivisible no puede moverse. Todo móvil es cuerpo y lo que es indivisible solo puede moverse por accidente. Al mismo tiempo, todo móvil tiene un motor, pero este motor está después de otro que está en todos los animales existentes: el alma. 

Este motor tiene que mover a través de instrumentos (órganos) de los cuales, de hecho, no puede mover sin ellos. Lo que mueve con estos instrumentos es un motor primero que está fuera de ellos, pero si moviera sin instrumentos en verdad sería forma de aquellos instrumentos. Estos últimos están constituidos por dos aspectos:

  1. Entes: aunque no por esto se constituye como tal
  2. Potencia: en virtud de lo cual es movido

Estos dos aspectos no pueden estar separados, pues de otro modo la potencia sería potencia de la nada lo cual es absurdo.

De acuerdo con todo esto y con la lectura ''Sobre los Animales'' en Aristóteles, podemos ver que el primer móvil se identifica en el calor del animal, el primer motor es su forma y que el cuerpo está compuesto de instrumentos.

Sin embargo, cuando hablamos del animal tenemos que entenderlo con todo esto en su conjunto, según sea con anterioridad en el tiempo y significación o con posterioridad en el tiempo y prioridad en el ser. 

Esto lo veremos a continuación:

Cuando se dice con anterioridad al ser se comprende que existe alguna disposición natural, puesto que no hay ningún animal que no esté provisto de un cuerpo compuesto de dos partes:

  • La que soporta los instrumentos
  • El calor natural que existe en ellos

Con todo, existe otro motor en el hombre que se denomina como ''yo''. Es lo que nos hace decir ''Mi alma tuvo una disputa conmigo''. Por otro lado, el hombre no puede realizar nada si está desprovisto de cuerpo, y cuando se habla de aquel que si está provisto se generan tres categorías:

  • Aquel hombre que no cuida sus instrumentos
  • Los que cuidan muy bien de sus instrumentos hasta el punto de no usarlos y volverse inútiles
  • Aquellos que cuidan sus instrumentos cuando conviene y los rechazan cuando ya no les son útiles

Entre estas tres clases, el mejor es el último porque es un término medio entre los tres. Avempace citando un hadiz (que en realidad parece un dicho d Aristóteles dice: ''la mejor de todas las cosas es el término medio''. 

Fines del hombre

Los fines que concibe el hombre son muchos. En primer lugar están los fines en sí mismos y aquellos que no son en sí mismos, estos últimos son los más viles. Los hombres que actúan en sí mismos actúan con rectitud y los que la ejercen se llaman rectos. De lo contrario, a estos se les llama extravío o necedad. 

El avaro se ve dominado por el temor a la pobreza y la privación de sus bienes, pues esto es posible y lo que es posible ¿quién puede asegurar que no va a ocurrir? Esta posibilidad es posible de llevar al hombre a los extremos. Sin embargo, el hombre que está en una posición intermedia, tiene el futuro seguro y conducido. Ahora bien, hay ocasiones en que el hombre intermedio está en los extremos sin darse cuenta. Esto ocurre porque hay veces en que este hombre necesita proteger su cuerpo por alguna eventualidad, no obstante, esto solo afectaría su cuerpo no el alma. 

Existen otros fines que exige la sociedad:

  • Escuelas doctrinales que agradan a Dios
  • Vida acomodada

En cuanto a los primeros, estos son muy escasos y cuando se encuentran con estos fines, fácilmente derivan a otros inferiores. En cuanto a los segundos son hombres que gustan de los vestidos, los adornos, carruaje y todo lo que se derivan de ellos. Son los más extraviados.

Con respecto a las gentes, también son muchos los que enfocan los fines en el placer. En este sentido, hay tantos fines como placeres y en consecuencia, se debe medir los fines de los hombres de esta forma. Todos ellos son censurables, de acuerdo a Avempace, y no vale la pena mencionarlos a todos. 

Otro placer es el de la ciencia. Existen hombres que ponen el placer de la ciencia como el gran placer de sus vidas, dedican toda su vida a ello. El mismo Avempace se reconoce como un hombre que tiene el placer de la ciencia, así como también su amigo Ibn al-Imam. Avempace nos cuenta que este placer es el más excelso de todos. En sus palabras:

''Siempre tendremos la esperanza de lograr con ella algo grande, aunque no sepamos qué es lo que conseguimos, salvo que no hallamos para su grandeza un lugar en el alma, ni podemos expresar lo que es, debido a su grandiosidad, excelsitud y espléndida belleza''

Avempace nos habla sobre un hombre que fue mencionado por al-Ghazzali que tenía un libro llamado al-Mundiq. Cuando vemos la cita que realiza vemos que dice lo siguiente con respecto a la ciencia:

''Sea lo que sea, no lo mencionaré''

La ciencia tiene dos clases de placer:

  • Uno es el que se desprende del deseo de saber (que es su motor)

Sin embargo, el placer es un dolor. ¿Cuál es el dolor de la ciencia? Avempace nos dice que es la duda. Este placer se parece al corporal, pero entre los demás placeres este es un placer esencial del cuerpo, solo puede afectar el cuerpo accidentalmente. Este placer es una pasión, pero toda pasión es algo corporal y por lo tanto divisible; en consecuencia, este placer solo se puede obtener si se tiene cuerpo. Este placer tiene una ganancia regalada que es conocer la verdad. 

Pero el placer de la ciencia es vituperado por aquellos que ven en las ciencias prácticas gran utilidad. En efecto, parece ser que al final del día, las ciencias especulativas no tienen un fuerte en el mundo real, pero esto no es así, de acuerdo con Avempace. Estas ciencias especulativas tratan sobre el alma y el conocimiento de Dios, no pueden ser en vano en absoluto. Además, es uno de los placeres en sí mismos, es decir, es superior a aquellos placeres que se quieren por algo más, como, por ejemplo, el placer de las ciencias prácticas. 

El alma como apetito y la idea como motor


El motor primero del alma está compuesto de imaginación y apetito, siendo éste elemento apetitivo lo que se llama alma(1). La imaginación es el motor porque el movimiento no se logra si no se desea algo. De ahí que se pueda decir ''mi alma discutió conmigo'' y aquí apare la figura del contradictor que es la parte reflexiva del hombre. Discuten la imaginación con la razón.

Ahora bien, los actos humanos provienen de la reflexión, pues la libertad de realizar actos es la voluntad y esta se lleva por medio de la reflexión. De esta forma la idea es también un motor en el hombre. Por lo tanto, existen dos motores a saber, la imaginación, la idea, y además tiene aquello por lo cual es movido: el alma apetitiva. 

Entre estas dos, la idea es el motor principal y verdadero que tiene el hombre para iniciar el movimiento. De aquí se desprenderán ciertas actividades que ciertos hombres llevarán como principales; por ejemplo, los carpinteros se dedican a las actividades que son propias, sin dedicarse a otra en la que no tienen habilidades. Así el hombre perfecto será aquel que está dispuesto a seguir su propia naturaleza, una habilidad innata con la que se logra la ciencia especulativa. 

Perfecciones de las acciones humanas

Avempace habla de tres actos que perfeccionan las acciones humanas:

  • Que sean buenas las formas de los instrumentos
  • Que el cuerpo y los instrumentos estén en buen estado
  • Cualidades naturales virtuosas: las virtudes

Des estas se derivan tres clases de placeres:

  • Apetitos pasionales del cuerpo
  • Placeres que se consiguen con virtudes morales
  • Los placeres que se derivan de todas ellas 

Una vez establecido esto, Avempace se pregunta si el placer es algo continuo, a lo que responde que sí. Esto sucede, en primer lugar, cuando el placer es numéricamente uno, la segunda clase de placer continuo es la que existe mientras el sujeto existe, y la tercera clase de placer es aquel que dura mientras dura el agente que lo produce. En conclusión, el placer solo puede existir si tiene un sujeto que lo sostiene. 

Aún existen otros placeres más generales:

  1. Placer natural: es el que se deriva de la naturaleza corporal del hombre
  2. Placer intelectual: es el que se deriva de lo inteligible, por ejemplo, el placer por la ciencia. También se encuentra el placer de la imaginación

La continuidad del placer solo puede darse en el placer intelectual y no en el natural, porque el animal no puede durar para siempre. El cuerpo del animal es temporal y el placer que producen las actividades naturales también lo es. 

Artículo Segundo

Ahora, Avempace se propone hablar de la autoridad. Existen dos clases de autoridad:

  • Aquella que determina los actos que debe realizar el subordinado
  • Aquella que utiliza a un hombre para un fin cualquiera

A este punto de la lectura sobre la carta del adiós pasa algo raro. Se continúa hablando del placer, acortando de manera abrupta el tema del desarrollo anterior. Por lo tanto, nuevamente se hablará del placer. 

El placer que faltaba hablar es aquel que se produce luego de encontrada una cosa, después de tener el sufrimiento de no tener aquello. En los restantes placeres, el dolor no es absolutamente necesario que preceda, puede preceder o no. Este placer tiene una existencia oculta, no se sabe de donde procede exactamente, ni siquiera la ciencia lo puede demostrar. Simplemente surge. Se queda en el alma junto al ser de la ciencia, algunos le llaman don gratuito de Dios. 

Artículo Tercero

Dos cosas que son relativas lo son de igual modo entre sí no predicándose con relación a cualquier otro ser relativo. 

Por ejemplo, tengamos los conceptos de casa y Zaid. La casa es habitada por Zaid y Zaid habita la casa es un ejemplo de lo que estamos hablando. Pareciera ser que en este sentido, ambos relativos significan lo mismo, pero cuando uno de los conceptos sobresale en género, entonces ya no quieren decir lo mismo. 

Por ejemplo, ''este manto lo vistió el Enviado de Dios, Dios lo bendiga, y le salve , y es además el mismo que vistió el califa''.

En esta oración hay algunos puntos que destacar:

  • El que lo vistiese el enviado es un honor para el manto
  • El que lo vistiese el califa no da ningún honor

En efecto, aquí ciertos términos relativos tienen un género mucho más grande. El que el manto lo haya vestido el califa no tiene ningún honor, pero sí es un honor para el califa vestir el manto. 

Artículo Cuarto

Las perfecciones son de tres clases:

  1. Instrumentos de las artes: Esta es una perfección corporal por la cual el hombre no debiera estar enfocado, pues en sí mismas son superficiales. De aquí se entienden los vestidos, los adornos y los oficios. Es el grado más bajo de perfección
  2. Órganos corporales: perfección que se logra por medio de la salud
  3. Virtudes: ennoblecedoras del sujeto

Ahora bien, no hay que pensar que el más importante fin es el de las virtudes, sino que los fines y los medios de las perfecciones anteriores son importantes para la estabilidad del hombre. 

Existe aun otra perfección que sería la virtud intelectual, donde las acciones son ejecutadas por la sabiduría. 

La Ciencia

Cuando el hombre se encuentra en este estado, quiere decir que ha alcanzado la perfección. La ciencia solo se puede dar con predicados universales, obtenidos por medio del intelecto. El hombre sin ciencia es como un animal irracional que esta en la oscuridad, en cambio, el intelecto es la luz que necesita el hombre para encontrar las cosas; de hecho, el intelecto.

Artículo Quinto

Con todo lo dicho, Avempace dice a su amigo que deben decidir en cual perfección quiere estar. Incluso si estuviese en la perfección de las virtudes morales, sería igual al más noble de los animales como sería, por ejemplo, un león. Por lo tanto, si el hombre quiere alcanzar una perfección superior tendrá que alcanzar entonces el intelecto. El Intelecto es el ser más amado de Dios, y de esta forma, el hombre se vuelve el ser más amado de Dios. 

Artículo Sexto

Los actos humanos se diferencian uno de otro por los fines que se propone. Así, hay hombres que son devotos, aquellos que buscan agradar a Dios; e hipócritas, quienes buscan aparentar que agradan a Dios. 

Ahora, Avempace nos habla sobre los encuentros que pueden tener los hombres. Los enumera según las distintas posibilidades:

  • Casuales
  • Deseados
  • Político humano (para ayudarse mutuamente)
  • Intelectual (en el que un hombre enseña a otro)
  • Divino: donde se recibe la ciencia 

Finalmente, Avempace se despide de su amigo afectuosamente, pidiéndole que ojalá esta carta la pudiera leer solo él. 

Conclusión

Esta obra es maravillosa. Creo que no solo es un complemento del Régimen del Solitario, que también considero una obra excelsa, sino que también se basta a sí misma. Lo que más me llamó la atención es cómo se refiere al ''dolor de la ciencia'' que era la duda. En verdad, creo que esta asociación es una de las mejores que he escuchado e mucho tiempo, y que, en cierto modo, está describiendo la filosofía.

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