Una obra dedicada a Carlos V, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, de quien Erasmo de Róterdam tomó posición cuando surgía la reforma protestante. Este tipo de textos tiene pertenecen a un género literario que en este caso se llamaría ''espejo de príncipes'', el cual era muy recurrido en aquellos tiempos; sin embargo, esto ya podíamos verlo en Santo Tomás de Aquino con su texto ''La monarquía'' que también era una recomendación al rey de de Chipre. El nombre parecer sugerir una similitud con ''El Príncipe'' de Nicolás Maquiavelo, pero ya veremos que es bastante distinto.
Educación del
Príncipe Cristiano
Capítulo I: Nacimiento y educación del príncipe cristiano
Por supuesto, el buen príncipe debe ser educado así desde niño, pues la mejor oportunidad de educar a uno es justamente aquella cuando no sabe que va a ser príncipe. Es por eso que Erasmo recomienda aquellos cuentos que trabajan con el recurso literario del ''símil''.
Debe castigar sin injuriar y alabar sin adular, es decir, debe tener un equilibrio básico en su accionar. Además, no debe guiarse por la fortuna que tenga, sino más bien por la sabiduría, la integridad y la rectitud. Una de las cosas necesarias para ser un príncipe es ser cristiano y por lo tanto, ser un filósofo; en efecto, para Erasmo ser cristiano y ser filósofo es lo mismo.
Más que obedecer al emperador del país, el príncipe debe obedecer al único emperador del mundo: Cristo. El príncipe bueno es la viva imagen de Dios, y este debe vivir de acuerdo con la razón y no de la experiencia. Debe considerar las características de Dios:
- Poder
- Sabiduría
- Bondad
Debe educarse en estas tres características lo que más pueda, pero además debe tener estas tres en el caso de ser mandatario:
- Diligente
- Bueno
- Sabio
Erasmo nos dice que estas son las formas que justamente Aristóteles nos había hablado en su Política; el tirano es contrario a todas estas características porque éste busca su propio provecho, mientras que el príncipe busca el de la República.
Derecho del príncipe
El príncipe debe mandar tal cual como el alma manda al cuerpo. En este sentido, el pueblo le debe al príncipe el respeto, el tributo, el acatamiento y el honor. A contrario sensu, el príncipe le debe al pueblo ser bueno y vigilante.
Capítulo II: Cómo el príncipe evita la adulación
En la educación del príncipe, la nodriza siempre se tiene que abstener de adulaciones a cualquier tipo de gente. En su casa no debe haber retratos ni títulos porque estos forman la adulación en sí.
Existen ciertas lecturas recomendadas a los príncipes para no caer en la adulación:
- Primeras lecturas: Proverbios de Salomón, Eclesiásticos y Sabiduría
- Segundas lecturas: los evangelios
- Terceras lecturas: Apotegmas de Plutarco, Séneca, pasajes de La Política de Aristóteles y Los Deberes de Cicerón
El príncipe debe estar a tono con la época y ser respetuoso de la ley y la libertad. Erasmo, da todo un sistema de educación
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