Una vez vista las propiedades de los seres, falta analizar los accidentes del movimiento y los accidentes en general. Debo decir que es tremendamente necesario haber revisado los libros anteriores sobre el movimiento para tener una mejor perspectiva de lo que se hablará en el presente libro. Cabe destacar que este el ''último libro'' (el resto de los libros no se han recuperado) de este tratado más físico que filosófico de Avicena. De todos modos, esto ha sido lo que ha inspirado la Edad Media durante la historia de su pensamiento.
El Libro de la Curacion
LIBRO IV: ACCIDENTES Y MOVIMIENTO
Capítulos I y II: Movimiento como numéricamente uno
Movimiento como uno
Hay tres formas en que el movimiento se entiende:
Número: Parménides y Platón decía que el Uno no era sometido a movimiento, pero esto ya se ha rebatido con la existencia del instante. Avicena dice además que el movimiento es uno con respecto a un sujeto que se mueve a cierta distancia y tiempo.
No obstante, el movimiento puede ser numéricamente uno pero también puede ser más; por ejemplo, el calentamiento sería un sólo movimiento, pero comparado con otro calentamiento (más rápido o más lento) entonces podrían considerarse dos simultáneamente, es decir, sólo puede ser más de uno por comparación pero no por sí mismo.
Capítulo III: Movimiento como genero y especie
Sabemos que hay un género y especie en cada cosa; por ejemplo, la nieve y la hoja de bloc tienen el color blanco como género (blancura), pero también tienen una blancura específica. En el movimiento, la especie es mucho más notoria debido a su comienzo y su término; por ejemplo, el movimiento rectilíneo y el movimiento circular.
En este sentido, la especie del movimiento se identifica cuando se habla de un comienzo y un término, mientras que el movimiento en sí mismo sería el género. Incluso, el movimiento podría considerarse uno como género en la velocidad, por ejemplo, ya sea que dos objetos se mueven a velocidad distinta, los dos recorrerán la misma distancia.
En este sentido, la especie del movimiento se identifica cuando se habla de un comienzo y un término, mientras que el movimiento en sí mismo sería el género. Incluso, el movimiento podría considerarse uno como género en la velocidad, por ejemplo, ya sea que dos objetos se mueven a velocidad distinta, los dos recorrerán la misma distancia.
Capítulo IV: El movimiento como uno solo
Existen aquellos que dicen que el movimiento puede ser dividido en pasado y en futuro. Sin embargo, Avicena considera que esto es falso, porque, si bien no es divisible en ellos, el movimiento está entre ellos. Además, el movimiento no puede ser concebido como uno sólo si no ha terminado.
Podríamos decir también que el movimiento como uno solo se compara a lo que es la forma en comparación con la potencia. Por ejemplo, todo lo que sentimos es aquello que se percibe por la materia, mientras aquello que percibimos por la mente es la forma; así, la luz cuando la sentimos estaría en materia, y si se apagara, en nuestra mente quedaría impreso el ''recuerdo'' de la forma de la luz.
Podríamos decir también que el movimiento como uno solo se compara a lo que es la forma en comparación con la potencia. Por ejemplo, todo lo que sentimos es aquello que se percibe por la materia, mientras aquello que percibimos por la mente es la forma; así, la luz cuando la sentimos estaría en materia, y si se apagara, en nuestra mente quedaría impreso el ''recuerdo'' de la forma de la luz.
Capítulo V: Los movimientos que están y no están en concierto
Para analizar los movimientos que están y no están en concierto se deben analizarlos a partir de la velocidad y de los accidentes. Veámoslo desde los accidentes:
Cantidad
Hay dos tipos de cantidades: cantidad de forma y cantidad de potencia. Se da la cantidad de forma cuando los dos movimientos coinciden el uno con el otro, además de tener un punto de término igual. Luego se da la cantidad de potencia cuando dos magnitudes no coinciden en su medición, por ejemplo, el movimiento circular no coincide con el rectilíneo. No obstante, en este último ejemplo debe existir cierta igualdad ¿cómo entendemos esa igualdad? con respecto a que los dos tienen una trayectoria que recorrer, si esta trayectoria coincide entonces son iguales aunque el uno sea más corto que el otro.
Cualitativa
En la cualidad se da cuando hablamos de que algo sanó más rápido que otra cosa, o cuando algo tiene más filo que otra cosa (un cuchillo con respecto a una piedra, por ejemplo). Todo lo que tenga que ver con el ''movimiento'' de alteración tiene que ver con la cualidad.
Cualitativa
En la cualidad se da cuando hablamos de que algo sanó más rápido que otra cosa, o cuando algo tiene más filo que otra cosa (un cuchillo con respecto a una piedra, por ejemplo). Todo lo que tenga que ver con el ''movimiento'' de alteración tiene que ver con la cualidad.
Capítulo VI: Los distintos movimientos
Hay tres tipos de movimientos según Avicena: locomoción, alteración y aumento. La locomoción es el simple movimiento rectilíneo o circular de un punto hacia otro. La alteración se ve reflejada en el proceso de cambiar de blanco a negro. El aumento (y la disminución) se ve reflejada en el proceso de engrandecer y empequeñecer.
La otra forma en que difiere un movimiento de otro es a través de la naturaleza (se mueve por sí mismo) y de la fuerza (otro más la mueve).
Los movimientos pueden ser contrarios en un sentido: es cuando este tiene un punto de partida y punto final, por ejemplo, negro y blanco son contrarios y son dados por el movimiento, mientras que el proceso de pasar de negro a blanco (el movimiento mismo) no es contrario a ningún otro tipo de movimiento. Por lo tanto, los movimientos contrarios son aquellos que conducen necesariamente a contrarios (de blanco a negro y viceversa).
Capítulo VII: La contrariedad del reposo con respecto del movimiento
Nos es obvio que el reposo es contrario al movimiento, ya que en el reposo no hay tiempo. El reposo tampoco depende de un punto de partida ni de un punto final, así como tampoco está sometido al cambio de alteración como de blancura a negrura, o frío y caliente.
Sin embargo, el reposo si puede ser considerado como arriba o abajo mientras esto no involucre un cambio; por ejemplo, un objeto puede estar arriba en reposo, o abajo en reposo. Por otro lado, el reposo se considera como la corrupción del movimiento, ya que lo altera, lo saca del estado de su naturalidad. Finalmente, el reposo también es absoluta privación de movimiento.
Sin embargo, el reposo si puede ser considerado como arriba o abajo mientras esto no involucre un cambio; por ejemplo, un objeto puede estar arriba en reposo, o abajo en reposo. Por otro lado, el reposo se considera como la corrupción del movimiento, ya que lo altera, lo saca del estado de su naturalidad. Finalmente, el reposo también es absoluta privación de movimiento.
Capítulo VIII: ¿El movimiento es sólo continuo o necesita reposo?
Tenemos entonces dos visiones: unos que permiten la continuidad en el movimiento, y otros que dicen que el movimiento sólo puede ser posible con el reposo.
Parece obvio que cuando una piedra es lanzada y choca con algún otro objeto, este se detiene para luego tomar otra dirección;: por ejemplo, cuando uno arroja una piedra (movimiento directo) a la pared, una vez que choca la piedra se cae (movimiento descendente) ¿habrá reposo en ese cambio de movimiento o es algo continuo?
Para contestar esta pregunta necesitamos entender el concepto de inclinación. Esta es definida por Avicena como la falta de movimiento que se presenta en el instante. Si hablamos del ejemplo de la piedra chocando en la pared, existiría un instante en donde la piedra cambia de dirección: ahí está la inclinación.
Podría pensarse que hay dos instantes, uno en que la piedra choca y otro donde procede la inclinación, pero si esto es así, entonces el movimiento es continuo porque dos instantes necesitan de tiempo para existir.
El mismísimo Aristóteles postulaba su teoría llamada (en el mundo medieval) quies media. Esta postulaba que realmente existía un reposo entre dos movimientos contrarios; por ejemplo, un objeto parte de A a C. Cuando llega a C naturalmente (si le objeto es lanzado hacia arriba) tiene que volver a A; por lo tanto, debe haber un momento en que el objeto pare en C para luego partir a A. Este reposo tendría que darse en un instante para que luego pueda devolverse a A.
No obstante, recordemos que Avicena acepta el movimiento en un instante, por lo que tendríamos que decir que no existe descanso en dicho movimiento que luego debe volver a su punto de partida. Así, para ser consecuente con la inexistencia del vacío en el instante, entonces no existe reposo en el movimiento contrario.
Parece obvio que cuando una piedra es lanzada y choca con algún otro objeto, este se detiene para luego tomar otra dirección;: por ejemplo, cuando uno arroja una piedra (movimiento directo) a la pared, una vez que choca la piedra se cae (movimiento descendente) ¿habrá reposo en ese cambio de movimiento o es algo continuo?
Para contestar esta pregunta necesitamos entender el concepto de inclinación. Esta es definida por Avicena como la falta de movimiento que se presenta en el instante. Si hablamos del ejemplo de la piedra chocando en la pared, existiría un instante en donde la piedra cambia de dirección: ahí está la inclinación.
Podría pensarse que hay dos instantes, uno en que la piedra choca y otro donde procede la inclinación, pero si esto es así, entonces el movimiento es continuo porque dos instantes necesitan de tiempo para existir.
El mismísimo Aristóteles postulaba su teoría llamada (en el mundo medieval) quies media. Esta postulaba que realmente existía un reposo entre dos movimientos contrarios; por ejemplo, un objeto parte de A a C. Cuando llega a C naturalmente (si le objeto es lanzado hacia arriba) tiene que volver a A; por lo tanto, debe haber un momento en que el objeto pare en C para luego partir a A. Este reposo tendría que darse en un instante para que luego pueda devolverse a A.
No obstante, recordemos que Avicena acepta el movimiento en un instante, por lo que tendríamos que decir que no existe descanso en dicho movimiento que luego debe volver a su punto de partida. Así, para ser consecuente con la inexistencia del vacío en el instante, entonces no existe reposo en el movimiento contrario.
Capítulo IX: El movimiento primero y otros movimientos
Otro tema que se debe analizar es si el movimiento de lugar es primero al movimiento de posición. Antes de analizar cuál es primero, deberíamos decir qué es primero entre los movimientos por ejemplo: el rectilíneo y el circular. Para Avicena, el movimiento que existió primero (e hizo existir a los demás) es el movimiento circular siendo que es infinito (y de ahí se sacan los rectilíneos). Bajo este respecto, debemos decir que los movimiento circulares son anteriores tanto al lugar como a la posición.
También podemos establecer el comienzo del movimiento a través de lo natural y lo voluntario. Ambos comparten un concepto en común que sería la espontaneidad. También está lo natural y lo forzoso que pertenece a otra categoría, ya que el movimiento natural tendría que ser el enfriamiento de una cosa caliente, mientras que lo forzoso es el sometimiento de un estado a otro.
¿Qué característica tendrá el primer movimiento? ¿natural, voluntario o forzoso? si tomamos en cuenta que el primer movimiento es el circular y que este es infinito, entonces deberíamos descartar el aspecto natural pues en la naturaleza nada es infinito. ¿Sería forzoso el movimiento circular? por supuesto que no en el entendido de que un movimiento forzoso necesita de algo más para ser forzoso, y en el infinito no-hay-algo-más. Lo único que quedaría sería considerar al movimiento como algo voluntario, pensando que ese sería el movimiento del creador del universo.
Ningún objeto de la naturaleza puede tener dos lugares instantáneamente. Esto se puede pensar incluso entre las relaciones del entero y la parte, es decir, las partes tienen su propio lugar que es el entero, así como el entero tiene su propio lugar (siendo quizás la parte de otro lugar). Por lo tanto, el espacio natural de la parte es el entero.
Por otro lado, también cada movimiento tiene su propia inclinación que se dirige a cierto lugar (así como las piedras siempre se dirigen al centro y el fuego hacia arriba). Esto nos hará pensar que para cada cuerpo hay un lugar natural, concepto que coincide con la tradición intelectual de Aristóteles.
La inclinación puede venir tanto del movimiento natural como del voluntario. Los animales tienen la inclinación voluntaria (aunque también natural), pero el resto de los seres vivos sólo tienen movimientos naturales, y por lo tanto inclinaciones naturales.
También podemos establecer el comienzo del movimiento a través de lo natural y lo voluntario. Ambos comparten un concepto en común que sería la espontaneidad. También está lo natural y lo forzoso que pertenece a otra categoría, ya que el movimiento natural tendría que ser el enfriamiento de una cosa caliente, mientras que lo forzoso es el sometimiento de un estado a otro.
¿Qué característica tendrá el primer movimiento? ¿natural, voluntario o forzoso? si tomamos en cuenta que el primer movimiento es el circular y que este es infinito, entonces deberíamos descartar el aspecto natural pues en la naturaleza nada es infinito. ¿Sería forzoso el movimiento circular? por supuesto que no en el entendido de que un movimiento forzoso necesita de algo más para ser forzoso, y en el infinito no-hay-algo-más. Lo único que quedaría sería considerar al movimiento como algo voluntario, pensando que ese sería el movimiento del creador del universo.
Capítulo X: El espacio del cuerpo
El concepto de espacio se entiende en la naturaleza cuando sabemos que dos cuerpos contrarios no pertenecen a la misma naturaleza y por lo tanto no pueden tener el mismo espacio. Por ejemplo, el fuego siempre prevalecerá frente al aire, es decir, el fuego ganará el espacio del aire si es producido.
En todo caso, Avicena enfatiza aquí que cada lugar se da por reemplazo tal como lo propuso Aristóteles. En este sentido, todos los objetos tienen un espacio natural que les corresponde.
Capítulos XI y XII: El espacio natural de los cuerpos
El espacio, el lugar y la forma son cosas naturales del cuerpo ya que estos son compuestos y tienen límites. Por supuesto, todos los cuerpos además tienen accidentes que les son inherentes y naturales.
Ningún objeto de la naturaleza puede tener dos lugares instantáneamente. Esto se puede pensar incluso entre las relaciones del entero y la parte, es decir, las partes tienen su propio lugar que es el entero, así como el entero tiene su propio lugar (siendo quizás la parte de otro lugar). Por lo tanto, el espacio natural de la parte es el entero.
Por otro lado, también cada movimiento tiene su propia inclinación que se dirige a cierto lugar (así como las piedras siempre se dirigen al centro y el fuego hacia arriba). Esto nos hará pensar que para cada cuerpo hay un lugar natural, concepto que coincide con la tradición intelectual de Aristóteles.
La inclinación puede venir tanto del movimiento natural como del voluntario. Los animales tienen la inclinación voluntaria (aunque también natural), pero el resto de los seres vivos sólo tienen movimientos naturales, y por lo tanto inclinaciones naturales.
Capítulo XIII: Movimiento accidental
El movimiento es accidental y esencial. Cuando nos referimos a un objeto, este tiene un movimiento accidental de dos modos: uno directo y otro indirecto. Cuando hablamos de movimiento directo es justamente el movimiento natural o voluntario (o a veces forzado) que tiene un objeto, y luego tenemos el movimiento indirecto; por ejemplo, cuando un hombre está en un barco y, sin ser movido, se mueve porque el barco va a alguna dirección.
El cuerpo compuesto tiene sus partes que serían además accidentales, y que al mismo tiempo estas también tienen accidentes dentro de ellas. El alma no sería un accidente pues es la forma del cuerpo, todo movimiento que se realiza en el cuerpo es gracias al alma.
El cuerpo compuesto tiene sus partes que serían además accidentales, y que al mismo tiempo estas también tienen accidentes dentro de ellas. El alma no sería un accidente pues es la forma del cuerpo, todo movimiento que se realiza en el cuerpo es gracias al alma.
Capítulo XIV: Movimiento forzado y movimiento espontáneo
Como habíamos dicho anteriormente, el movimiento forzado sólo es posible si hay un agente externo que lo mueva. Estos movimientos se caracterizan por ser empujar y tirar; podría decirse que llevar también puede ser un movimiento forzado, pero Avicena dice que pertenece aún más al movimiento casual.
Existe un ejemplo del movimiento forzado que se conoce son los proyectiles. Cuando se arroja un proyectil (dígase una piedra) esta debe ser lanzada por un agente, se mantiene en el aire, y con el tiempo comienza a caer, es decir, a seguir su inclinación natural que es el suelo.
Muchos dicen que lo que verdaderamente realiza el movimiento forzado es el aire, pues la mayor parte del tiempo el proyectil está en manos de este. Sin embargo, si esto fuera así, entonces el aire podría incluso atravesar un muro ya que el aire empuja objetos muy pesados; por lo tanto, si el aire es quien mueve entonces con mucha razón podrá tener la fuerza de los objetos que empuja, lo cual es absurdo.
Capítulo XV: El agente y el paciente
Todos los cuerpos tienen un movimiento natural; muchos de ellos tienen motivos de voluntariedad mientras otros son estrictamente naturales (como la respiración). Aparte de esto, es decir, de que los cuerpos tengan este tipo de movimiento, también hay un agente externo que les da este movimiento sin ningún intermediario.
El que es susceptible de movimiento se moverá por la disposición del agente, es decir, si el agente se mueve la mitad de una distancia, así lo hará también el agente del cual el movimiento se imprime.
Conclusión
Este sería el último libro concerniente a la física en Avicena y no es poco lo que se ha recabado en estas páginas. Por supuesto está completamente en árabe y será labor de un traductor interesado quien pueda traducir toda su obra al español. Vemos aquí, que a pesar de que Avicena considere el movimiento en el instante, en las mayorías de las cosas el filósofo árabe coincide con toda la física aristotélica, así como también muchos de su tiempo.
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