martes, 3 de noviembre de 2020

La Familia Médici (Siglo XIV - Siglo XVIII)


La Familia Médici fue una familia de banqueros italianos y una dinastía política que comenzó a ganar prominencia bajo Cosimo de Médici en la República de Florencia durante la primera mitad del siglo XV. La familia se originó en la región de Mugello de la Toscana y fue prosperando gradualmente hasta que pudo financiar el Banco Médici. Este banco fue el más grande de Europa durante el siglo XV y facilitó el ascenso de los Médici al poder político en Florencia, aunque oficialmente siguieron siendo ciudadanos en lugar de monarcas hasta el siglo XVI. La importancia de esta familia es tremenda en la historia y es por eso que hemos decidido abordarla aquí en los siguientes apuntes de filosofía

LA FAMILIA MEDICI


Ascenso al poder

Juan de Médici

En la mayor parte del siglo XIII, la ciudad de Siena, Italia, fue la líder en asuntos bancarios. Sin embargo, en 1298 una de las familias más ricas de Europa quedaría en la banca rota: los Bonsignoris. De este modo, Siena pierde su estatus como una ciudad próspera y rica. A su pérdida de estatus le sigue Florencia en el siglo XIV con la familia Albizzi. Los contrincantes en poder de la familia Albizzi eran justamente los Médici. Los Médici controlaban el banco de Médici, en ese entonces, el banco más grande de Europa. Pero ¿cómo llegaron los Médici al poder?

Todo comienza con Juan de Médici (también llamado Giovanni di Bicci di Médici) que fue un banquero en la Florencia de la Edad Media. De su padre, Averardo de Médici, solamente se sabe la herencia que dejó la cual era de muy poco dinero, y además debía ser repartida entre una viuda y cinco hijos, dejando la parte más pequeña a Juan.

Sin embargo, su tío, Vieri de Médici, fue un prominente banquero de Francia que ayudó a Juan a insertarse en el sistema bancario de Florencia. Juan de Médici obtuvo una buena posición en el banco gracias a los consejos de su tío, quedándose con la administración del banco después de su muerte. Desde ese momento, Juan de Médici vio su fortuna crecer más y más. El crecimiento de su banco llegó hasta la adquisición del banco papal, es decir, los Médici  lograron ser administradores de las cuentas de la iglesia. El banco de la familia Médici fue fundado el año 1397 y se volvió el interés principal de toda la familia. Sus alcances llegaban desde el norte de las ciudades-estado de Italia, además de otros países. De hecho podríamos decir que el banco de la familia Médici se transformó en  lo que hoy conoceríamos como una compañía multinacional. 


Juan de Médici se volvió propietario de dos talleres de lana en Florencia y era miembro de dos gremios:

  1. Arte della Lana
  2. Arte del cambio

En el año 1403 sirvió como juez en el panel que escogió Lorenzo Gilbherti para el diseño de bronce del Baptisterio de Florencia y fundó la construcción de la sacristía en la iglesia de San Lorenzo en el año 1418.

Entre los años 1378 y 1417 ocurrió el Gran Cisma de Occidente donde tres papas se disputaban el poder. Tres obispos de Aviñon, Francia, se disputaban el papado mientras que otro más en Roma también lo ambicionaba. En general, los eclesiásticos no querían que los obispos franceses fueran papas ya que estos estaban muy influenciados por el rey Felipe el Hermoso. Hubo un fuerte apoyo para que el nuevo papa fuera romano y Juan de Médici apoyó esa medida. Como recompensa, una vez que el nuevo papa en Roma fue elegido, Juan de Médici recibió una recompensa: el control total de la Cámara Apostólica de Florencia, la institución central de financiamiento de la iglesia en ese tiempo. Si bien existían otras familias, los Médici fueron altamente apoyados por la iglesia.

En el año 1429, Juan de Médici era el hombre más rico de toda Florencia, tal y como lo muestra el reporte de impuestos del mismo año. En febrero de ese mismo año Juan de Médici fallece a los 69 años y deja todo su patrimonio a su hijo Cosimo de Médici, apodado ''el Viejo''.

El padre fundador

Cosimo de Médici

Juan de Médici (o Giovanni) había dejado el manejo del banco a sus hijos en 1420. Juan arreglaría el matrimonio de uno de sus hijos que era Cosimo quien se casaría con Contessina de Bardi, una muchacha de la alta nobleza, con el objeto de sostener la alta influencia que tenía la familia.

El poder de Cosimo radicaba en su riqueza y todas las familias temían que pudiera ejercer su poder contra ellas. Los Albizzi eran enemigos anti-Médici y deseaban acabar con la familia cuanto antes. De hecho, Rinaldo degli Albizzi lo hizo arrestar en el año 1433 acusándolo de malversación; no obstante, Cosimo logró anular la pena debido a su influencia con el papa Eugenio IV. Luego de triunfar en este encuentro, Cosimo desterró a Rinaldo y fue nombrado alférez en ese mismo año. 

Con este cargo de alta importancia política, Cosimo pudo extender su influencia y política exterior en toda Italia y en el extranjero. En todo caso, la mayor parte de esta expansión se debió a la alta fortuna y herencia que le dejó su padre. Llegó a tener muchos acuerdos con los estados enemigos como lo fue el Estado de Milán. Fue el hombre que dio los mayores ingresos a la familia. 

Cosimo, como alférez pertenecería a la Signoria; órgano de gobierno de Florencia. Estros solo podían ser elegidos entre los miembros de los gremios de la ciudad, como el padre de Cosimo era miembro de dos gremios, fue muy fácil para Cosimo entrar en la Signoria.

Mecenazgo

Como amante de la cultura y las artes, Cosimo impulsó la investigación y financió a todas las bibliotecas e instituciones de educación de Italia; en pocas palabras, Cosimo de Médici fundó lo que se llamaría el mecenazgo y por lo tanto, él sería el primer mecenas de la historia. En esos años, Italia se convertiría en el centro de la cultura, oradores, poetas y filósofos eran financiados con altas sumas al igual que los artistas. 

Cosimo muere en el año 1464 y su sucesor sería Lorenzo de Médici apodado ''El Magnífico''.

A modo de resumen, si Juan de Médici fue el que inició todo con respecto a los bancos y a la iglesia; Cosimo de Médici ejercería la influencia política, cultural y financiera.

Lorenzo el Magnífico

Pedro de Cosme de Médici era hijo de Cosimo de Médici. Pedro siempre estuvo muy enfermo y no tuvo mucha influencia en su padre. Gobernó de facto en Florencia luego de la muerte de su padre y su duración en el mandato fue de 1464 hasta 1469. El motivo de la muerte fue por la enfermedad de la gota, una enfermedad que consiste en la acumulación de cristales en distintas partes del cuerpo. 

Por lo tanto, su hijo Lorenzo de Médici sería el escogido para continuar con la herencia de los Médici. Fue un gobernador conciliador, sobre todo con el Reino de Napoles que era muy beligerante con Florencia; esto fue logrado en 1480 después de la guerra contra Fernando I de Napoles. Sin embargo, por otro lado tenía a la familia de los Pazzi quienes atentaron dos veces contra su vida. No tuvieron éxito contra Lorenzo, pero sí contra su hermano menor Juliano.

Aumentó el mecenazgo auspiciando a muchos grandes artistas como sería Leonardo da Vinci y Miguel Ángel. Al igual que su abuelo, financió a las instituciones educativas y a las bibliotecas para que desarrollaran investigación. En contra parte, Lorenzo desatendió mucho los negocios del banco de la familia. De hecho, perdió las filiales de Londres, Brujas y Lyon. 

Un Médici en el papado

Aunque entre los Médici existieron cuatro papas: Leon X, Clemente VII, Pío IV  y Leo XI, nosotros solo nos referiremos a Clemente VII por ser este el más conocido.

Luego de Lorenzo encontramos una lista de gobernantes provisorios que no se destacaron altamente por su gestión. 

  1. Pedro II de Médici
  2. Lorenzo II de Médici

El hijo de Lorenzo II de Médici sería Julio de Medici. En el año 1519, cuando muere Lorenzo II de Medici, Julio se convierte en  gobernador civil  y también en arzobispo de Florencia y en el año 1523 se transforma en cardenal. Fue uno de los personajes más influyentes en la curia y su caminjo a ser papa no sería difícil. Esta influencia llegaría a Adriano IV quien dejaría su poder como sucesor a Julio de Médici, quien tomaría como nombre Clemente VII en el año 1523, el mismo año que se hizo cardenal. 

Sin embargo, Clemente VII no tuvo una gestión eficiente ni en lo religioso ni en lo político. En su papado surgieron problemas con el rey de Inglaterra Enrique VIII quien quería anular su matrimonio para casarse con otra mujer. Como Clemente VII nunca accedió a aquella petición, Italia rompió sus relaciones con Inglaterra y el rey Enrique VIII fundaría otra religión en respuesta. 

Con el hecho del saqueo de Roma en 1527 y el levantamiento de Florencia, Clemente VII huyó de Italia, lo que provocó un levantamiento en Florencia además del exilio de los Médici en ese mismo año. La República de Florencia se volvería a favor de Francia, pero no puedo resistir mucho tiempo pues en 1529 tuvo que firmar la Paz de Camrai con el emperador Carlos V del Sacro Imperio Romano Germánico.

Luego de estar exiliado, el papa Clemente firma el Tratado de Barcelona (1529) para posteriormente coronar a Carlos V como emperador, y reconoce la hegemonía española en Italia. Esto también venía con la condición de restaurar el poder de los Médici nuevamente en Florencia. Al año siguiente, la República de Florencia fue asediada y los Médici volvieron al poder, sin embargo, Florencia ya no tiene más la connotación de república, sino que de Gran Ducado de la Toscana.



Duques de la Toscana

Luego de la muerte de Clemente VII, quien seguiría a cargo de la familia sería Alejandro de Medici, hijo ilegítimo de Lorenzo el Magnífico. El papa le daría Florencia cuando solo tenía 19 años, por lo tanto, Alejandro de Médici alcanzó a ser primer Duque de la República de Florencia. Su reinado fue relativamente corto y de acuerdo con los antecedentes, se dijo que su gobierno fue cruel y despótico (algo que no es confirmado por los historiadores). 

Su muerte pasó inadvertida para no causar estragos y los que estaban a favor de los Médici hicieron que el próximo heredero fuera Cosme I de Medici, quien era muy distinto a Alejandro de Medici. Cosme pasaría de ser Duque de Florencia a Duque de la Toscana. 

Cosme I y Ferndinando de Médici

Cosimo de Médici

Este heredero de los Médici tuvo muchísimo más éxito que sus predecesores. Aumentó de manera considerable el mecenazo de las artes y la arquitectura. Expandió Florencia y construyó nuevas fortificaciones, murallas, cárceles, entre otros. 

Un conocido capítulo de su gobierno fue muy conocido: la captura de Siena. Esta fue una ciudad que se rebeló contra el emperador y llamó a los franceses para independizarse. Cosme pidió autorización al rey Carlos V para atacar Siena y apoderarse nuevamente de esta. 

Ferdinando asumió con entusiasmo el gobierno de Toscana. Él ordenó el drenaje de las marismas toscanas, construyó una red de carreteras en el sur de la Toscana y cultivó el comercio en Livorno.  Para aumentar la industria de la seda toscana, supervisó la plantación de moreras a lo largo de las carreteras principales (los gusanos de seda se alimentan de hojas de morera). En asuntos exteriores, alejó a Toscana de la hegemonía de los Habsburgo al casarse con el primer candidato al matrimonio no habsburgo desde Alessandro, Cristina de Lorena, nieta de Catalina de Médici. La reacción española fue construir una ciudadela en su parte de la isla de Elba. Para fortalecer la nueva alianza franco-toscana, casó a su sobrina, Marie, con Enrique IV de Francia. Enrique declaró explícitamente que defendería la Toscana de la agresión española, pero luego renegó, después de lo cual Ferdinando se vio obligado a casar a su heredero, Cosimo, con María Maddalena de Austria para apaciguar a España (donde la hermana de María Maddalena, Margarita, era la reina consorte titular). Ferdinando también patrocinó una expedición toscana al Nuevo Mundo con la intención de establecer una colonia toscana, una empresa que no trajo ningún resultado para adquisiciones coloniales permanentes.

A pesar de todos estos incentivos para el crecimiento económico y la prosperidad, la población de Florencia en los albores del siglo XVII era de apenas 75.000 habitantes, mucho más pequeña que las otras capitales de Italia: Roma, Milán, Venecia, Palermo y Nápoles. Se cree que Francesco y Ferdinando, debido a la laxa distinción entre los Medici y la propiedad estatal toscana, fueron más ricos que su antepasado, Cosimo de Medici, el fundador de la dinastía. Solo el Gran Duque tenía la prerrogativa de explotar los recursos minerales y salinos del estado, y las fortunas de los Medici estaban directamente ligadas a la economía toscana. 

Siglo XVII

Ferdinando, aunque ya no era cardenal, ejerció mucha influencia en los sucesivos cónclaves. En 1605, Ferdinando logró que su candidato, Alessandro de Medici, fuera elegido Papa León XI. Murió el mismo mes, pero su sucesor, el Papa Pablo V, también estaba a favor de los Medici. La política exterior pro-papal de Fernando, sin embargo, tuvo inconvenientes. Toscana estaba invadida por órdenes religiosas, no todas las cuales estaban obligadas a pagar impuestos. Ferdinando murió en 1609, dejando un reino próspero; su inacción en los asuntos internacionales, sin embargo, tendría consecuencias de largo alcance en el futuro.

En Francia, Marie de Medici actuaba como regente de su hijo, Luis XIII. Luis repudió su política a favor de los Habsburgo en 1617. Vivió el resto de su vida privada de cualquier influencia política.

El sucesor de Ferdinando, Cosimo II, reinó menos de 12 años. Se casó con María Maddalena de Austria, con quien tuvo sus ocho hijos, entre ellos Margherita de Medici, Ferdinando II de Medici y Anna de Medici. Es más recordado como el mecenas del astrónomo Galileo Galilei, cuyo tratado de 1610, Sidereus Nuncius, le fue dedicado. Cosimo murió de tuberculosis (tuberculosis) en 1621. 

El hijo mayor de Cosimo, Ferdinando, aún no tenía la madurez legal para sucederlo, por lo que María Maddalena y su abuela, Cristina de Lorena, actuaron como regentes. Su regencia colectiva se conoce como Turtici. El temperamento de María Maddelana era análogo al de Cristina, y juntos alinearon a Toscana con el papado, duplicaron el clero toscano y permitieron que ocurriera el juicio por herejía de Galileo Galilei. A la muerte del último duque de Urbino (Francesco Maria II), en lugar de reclamar el ducado para Fernando, que estaba casado con la nieta y heredera del duque de Urbino, Vittoria della Rovere, permitieron que el papa Urbano VIII lo anexara. En 1626, prohibieron que cualquier súbdito toscano fuera educado fuera del Gran Ducado, una ley posteriormente revocada, pero resucitada por el nieto de María Maddalena, Cosme III. Harold Acton, un historiador anglo-italiano, atribuyó el declive de Toscana a la regencia de Turtici. 

El Gran Duque Ferdinado estaba obsesionado con la nueva tecnología y tenía una variedad de higrómetros, barómetros, termómetros y telescopios instalados en el Palazzo Pitti. En 1657, Leopoldo de Medici, el hermano menor del Gran Duque, estableció la Academia del Cimento, organizada para atraer científicos a Florencia de toda la Toscana para su estudio mutuo.

Toscana participó en las Guerras de Castro (la última vez que la Toscana mediterránea estuvo involucrada en un conflicto) e infligió una derrota a las fuerzas del Papa Urbano VIII en 1643. El esfuerzo bélico fue costoso y el tesoro estaba tan vacío debido a ello que cuando se pagó a los mercenarios de Castro, el estado ya no podía permitirse pagar intereses sobre los bonos del gobierno, con el resultado de que la tasa de interés se redujo en un 0,75%.  En ese momento, la economía era tan decrépita que el comercio de trueque se hizo frecuente en los mercados rurales. 

Ferdinando murió el 23 de mayo de 1670 aquejado de apoplejía e hidropesía. Fue enterrado en la Basílica de San Lorenzo, necrópolis de los Medici. En el momento de su muerte, la población del gran ducado era de 730,594; las calles estaban llenas de césped y los edificios al borde del colapso en Pisa 

El matrimonio de Ferdinando con Vittoria della Rovere produjo dos hijos: Cosimo III de Medici, Gran Duque de Toscana, y Francesco Maria de Medici, Duque de Rovere y Montefeltro. Tras la muerte de Vittoria en 1694, sus posesiones alodiales, los ducados de Rovere y Montefeltro, pasaron a su hijo menor.

La Caída de los Médici

Cosimo III se casó con Marguerite Louise d'Orléans, nieta de Enrique IV de Francia y María de Médicis. Una pareja sumamente descontenta, esta unión produjo tres hijos, Anna Maria Luisa de Medici, Electress Palatine, y el último Gran Duque Mediceano de Toscana, Gian Gastone de Medici.

Johann Wilhelm, elector palatino, esposa de Anna Maria Luisa, obtuvo con éxito la dignidad de Alteza Real para el Gran Duque y su familia en 1691, a pesar de que no tenían derecho a ningún reino. Cosimo pagaba con frecuencia al emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, su señor feudal nominal, cuotas exorbitantes, y envió municiones al emperador durante la batalla de Viena.

Los Medici carecían de herederos varones y, en 1705, la tesorería del Gran Ducado estaba prácticamente en quiebra. En comparación con el siglo XVII, la población de Florencia se redujo en un 50% y la población del gran ducado en su conjunto se redujo en un 40% estimado. Cosimo trató desesperadamente de llegar a un acuerdo con las potencias europeas, pero el estatus legal de Toscana era muy complicado: el área del gran ducado que anteriormente comprendía la República de Siena era técnicamente un feudo español, mientras que se pensaba que el territorio de la antigua República de Florencia era estar bajo soberanía imperial. Tras la muerte de su primer hijo, Cosimo contempló la restauración de la república florentina tras la muerte de Anna Maria Luisa. La restauración de la república implicaría la renuncia de Siena al Sacro Imperio Romano Germánico, pero, a pesar de todo, fue respaldado con vehemencia por su gobierno. Europa ignoró en gran medida el plan de Cosimo. Sólo Gran Bretaña y la República Holandesa le dieron crédito, y el plan finalmente murió con Cosimo III en 1723.

En 1718, Gran Bretaña, Francia y la República Holandesa (también más tarde, Austria) seleccionaron a Don Carlos de España, el hijo mayor de Isabel Farnesio y Felipe V de España, como heredero toscano. En 1722, la electora ni siquiera fue reconocida como heredera, y Cosimo se redujo a espectador en las conferencias para el futuro de la Toscana. El 25 de octubre de 1723, seis días antes de su muerte, el gran duque Cosimo difundió una proclama final ordenando que Toscana permaneciera independiente: Anna Maria Luisa triunfaría sin inhibiciones en Toscana después de Gian Gastone, y el gran duque se reservó el derecho de elegir a su sucesor. Sin embargo, estas porciones de su proclamación fueron completamente ignoradas y murió unos días después.

Gian Gastone despreciaba a la electora por diseñar su catastrófico matrimonio con Anna Maria Franziska de Sajonia-Lauenburg; mientras ella aborrecía las políticas liberales de su hermano, él derogó todos los estatutos antisemitas de su padre. Gian Gastone se deleitó en disgustarla. El 25 de octubre de 1731, un destacamento español ocupó Florencia en representación de Don Carlos, que desembarcó en Toscana en diciembre del mismo año. Los ruspanti, el decrépito séquito de Gian Gastone, detestaban a la electora y ella a ellos. La duquesa Violante de Baviera, cuñada de Gian Gastone, intentó retirar al gran duque de la esfera de influencia de los Ruspanti organizando banquetes. Su conducta en los banquetes fue menos que regia; a menudo vomitaba repetidamente en su servilleta, eructaba y obsequiaba a los presentes con bromas socialmente inapropiadas. Después de un esguince de tobillo en 1731, permaneció confinado en su cama por el resto de su vida. Violante limpiaba ocasionalmente la cama, que a menudo olía a heces.

En 1736, después de la Guerra de Sucesión Polaca, Don Carlos fue expulsado de la Toscana y Francisco III de Lorena fue nombrado heredero en su lugar. En enero de 1737, las tropas españolas se retiraron de la Toscana y fueron reemplazadas por austriacos.

Gian Gastone murió el 9 de julio de 1737, rodeado de prelados y su hermana. El príncipe de Craon le ofreció a Anna Maria Luisa una regencia nominal hasta que el nuevo gran duque pudiera peregrinar a Toscana, pero la rechazó. Tras la muerte de su hermano, recibió todas las posesiones alodiales de la Casa de Medici.

Anna Maria Luisa firmó el Patto di Famiglia ("pacto familiar") el 31 de octubre de 1737. En colaboración con el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y el Gran Duque Francisco de Lorena, legó todos los bienes personales de los Medici al estado toscano, siempre que nada fuera sacado de Florencia.

Los "Lorrainers", como se llamaba a las fuerzas de ocupación, eran odiados popularmente, pero el regente, el príncipe de Craon, permitió que la electora viviera imperturbable en el Palazzo Pitti. Se ocupó de financiar y supervisar la construcción de la Basílica de San Lorenzo, iniciada en 1604 por Ferdinando I, a un costo para el estado de 1.000 coronas semanales.

La electora donó gran parte de su fortuna a la caridad: 4.000 libras esterlinas al mes. El 19 de febrero de 1743 murió y la gran línea ducal de la Casa de los Medici murió con ella. Los florentinos la enterraron en la cripta que ayudó a completar San Lorenzo.

La extinción de la principal dinastía Medici y la adhesión en 1737 de Francis Stephen, duque de Lorena y esposo de María Teresa de Austria, llevaron a la inclusión temporal de Toscana en los territorios de la corona austriaca. La línea de los Príncipes de Ottajano, una rama existente de la Casa de los Medici que podía heredar el gran ducado de Toscana cuando el último varón de la rama mayor murió en 1737, podría haber continuado como soberanos de Medici si no hubiera sido por la intervención de Las principales potencias de Europa, que asignaron la soberanía de Florencia a otros lugares.

Como consecuencia, el gran ducado expiró y el territorio se convirtió en una segunda generación de la dinastía Habsburgo-Lorena. El primer gran duque de la nueva dinastía, Francisco I, era tatara-tatara-tataranieto de Francisco I de Medici, por lo que continuó la dinastía de los Médicis en el trono de Toscana a través de la línea femenina. Los Habsburgo fueron depuestos a favor de la Casa de Borbón-Parma en 1801 (ellos mismos depuestos en 1807), pero luego fueron restaurados en el Congreso de Viena. Toscana se convirtió en una provincia del Reino Unido de Italia en 1861. Sin embargo, varias ramas existentes de la Casa de los Medici continúan existiendo actualmente, incluidos los Príncipes de Ottajano, los Medici Tornaquinci y los Condes Medici de Verona de Caprara y Gavardo.

Conclusión

Sin duda que la familia Médici tuvo muchos éxitos y su legado fue muy duradero. La influencia que todos los miembros de la familia fue clave para alcanzar a tener tal poder de control sobre las provincias de Italia. Pero al igual como ellos derrotaron a la familia de Albizzi, los Médici fueron desplazados por los Hasburgos. En consecuencia, el desarrollo de las familias no es un asunto de divinidades o méritos, sino que más bien es un asunto de poder. 

viernes, 30 de octubre de 2020

La usura en las distintas religiones


La usura

La usura es la práctica de hacer préstamos que contienen intereses excesivos, con el objeto de que el prestamista se enriquezca. El término también tiene su origen legal, pues es definido como un cobro excesivo por parte del prestador, exceso que está más allá de la ley. Hoy vamos a ver su historia en las distintas religiones, pues algunas la condenan y otras no.


Usura en las religiones

En los primeros tiempos de la civilización, la usura fue condenada tanto por religiosos como por filósofos. De hecho, el mismo Moisés la condenaba totalmente. Se percibía como una práctica injusta, ilegal e inmoral. 

Imperio Romano

La banca romana no era muy distinta a la de ahora. Las tasas de interés más bajas de los préstamos  iban desde el 4% al 6%, pero también habían unas tasas más altas que alcanzaban el 15% y el 40%. Se cotizaba mensualmente y las tasas más comunes eran las de múltiplos de 12.

Por supuesto, el préstamo era una actividad privada que se les otorgaba a las personas altamente morosas. Por cierto, estos préstamos tampoco eran regulados por ley y solo se daba en una pequeña escala. 

Judaísmo

En el judaísmo la usura estaba prohibida entre ellos, por lo tanto, si se realizaba un préstamo este debía ser considerado como caridad y no préstamo. Sin embargo, sí estaba permitido cargar intereses a los préstamos cuando se trataba de no-judíos. 

En la Edad Media, los judíos fueron ostrizados de la sociedad tanto por la Iglesia como por los gremios. Fueron empujados hacia ocupaciones consideradas inferiores socialmente, tales como el impuesto, la renta, el préstamo, entre otros. 

Con el tiempo, los judíos moderaron sus tasas de interés, y fue tanto así que el Rabbi Isaac Abrabanel especificó que la rubrica de intereses no se aplicaba a cristianos ni musulmanes, ya que sus bases religiosas son compartidas por el judaísmo. 

Cristianismo

Los cristianos, tomando el Antiguo Testamento, establecían que la práctica de cargar intereses a un préstamos era condenable. El dar dinero a otro debe ser un acto de caridad, no de interés propio. Hacer lucro de los préstamos significa explotar a las personas a quienes se le otorga dicho préstamo.

Fue tanta la condena que los mismos cristianos establecieron que quien hiciera usura no podría bautizarse, aún menos tener un entierro cristiano. 

Desde un lado más teológico, ya en el siglo XI el usurero se iba al infierno sin ninguna duda. En este siglo se comenzaba a reanudar la vida urbana y el comercio tomaba forma, sin embargo, la influencia de los burgueses era insignificante. 

Luego, en el siglo XII la actividad comercial comienza a tener mucha mayor fuerza, y los burgos alrededor de los castillos han comenzado a aumentar. De este modo, la iglesia comienza a ver un beneficio a través de los burgos y comienza a suavizar su condena al burgués. En ese mismo siglo se inventa el concepto de ''purgatorio'', que es justamente el lugar donde iría el usurero (ya no directamente al infierno), y de ahí tiene dos caminos: el cielo o el infierno. El usurero era considerado un ''ladrón del tiempo''. 

En el siglo XIII, la actividad de los burgos se iba incrementando más y más. La iglesia consideraba que si bien los usureros irían al purgatorio, ahora el purgatorio tenía una sola salida: el cielo. Es decir, se pasa por el purgatorio, se sufre, y luego se va al cielo. 

Finalmente, en el siglo XIV la iglesia entra en una lógica mercantil. Comienza el período de Venta de Indulgencias; los usureros podían comprar el perdón de la iglesia para no irse al infierno. Era el perdón asegurado en vida. 

Islam

Cualquier tipo de interés es prohibido en el islam, de hecho, los musulmanes dicen que el comercio no es distinto del interés. De este modo, los musulmanes han tratado de atraer inversores a los países, pero siempre y cuando obedezcan las reglas del Corán. Los conceptos de prestar y pedir prestado son para el islam actos de caridad, no de codicia. Son transacciones sociales destinadas a ayudar a otros. 


Conclusión

Como vemos, hay unas miradas distintas dependiendo de cada religión. Por un lado, los judíos no la condenaban si se las cargaba a personas que no fueran de la comunidad, los cristianos la permitieron paulatinamente, y como podemos ver, los musulmanes siempre la rechazaron. Sin embargo, aquí solo comprendemos una parte de la historia de la usura ¿cómo será el concepto de usura para estas religiones ahora en nuestros tiempos?

jueves, 29 de octubre de 2020

El concepto de mal por los romanos


El concepto de mal para los romanos

El mal es conocido por todos en cuanto a que es algo de lo que deseamos abstenernos. Desde el mundo cristiano se dice que el mal es la privación del bien, es decir, el mal es falta de bien. Otros dicen que el mal no es nada y el bien es algo. 

Hoy veremos el concepto de mal para los romanos, puesto que este todos ellos tienen una opinión bastante acorde.

Neoplatonicos

Marco Aurelio

El filósofo y emperador romano Marco Aurelio comprendía perfectamente el concepto de mal por parte de los estoicos. En efecto, los estoicos básicamente se inclinaban a que el mal era ausencia de bien, es decir, el mal representa al no-ser, mientras que el bien representa el ser. 

Esto quiere decir a su vez que todo lo que existe es bueno, y todo lo que no existe es malo

Plotino

Plotino también hace patente las opiniones de Marco Aurelio. Sin  embargo, Plotino reconoce en el mal una existencia, pero una existencia que es dependiente del bien. En este caso, para Plotino el mal sería la materia misma; en consecuencia, para Plotino la materia es el no-ser

¿Cómo puede entenderse que la materia existiendo sea el no-ser? la materia no tiene una deficiencia parcial en cuanto al bien, que es perfecto, sino que tiene una deficiencia absoluta. En efecto, todo lo de este mundo es imperfecto, absolutamente nada es perfecto. Si esto es así, entonces la imperfección es absoluta en la materia. De hecho, la materia ni siquiera tiene al ser que lo creó. 

Cristianos

San Agustín de Hipona

Tanto en Clemente de Alejandría y Orígenes, el mal es tomado de la misma forma que lo tomó Plotino. Para San Agustín, el mal también sería una privación, pero además de eso, añade el santo, no es ninguna sustancia porque si fuera sustancia entonces sería bien. En este sentido, Agustín de Hipona disiente totalmente de Plotino quién ponía el mal en la materia. 

Si pudieramos poner el bien y el mal en una categoría, podríamos hacerlo de la siguiente forma:


Bien:

  1. Verdadero
  2. Ser
  3. Orden


Mal:
  1. Falso
  2. No-ser
  3. Desorden


De esta forma, el mal es absoluta ausencia mientras que el bien siempre va a ser algo. 


Conclusión

En contraposición a muchas teorías filosóficas donde al mal se le da una existencia, los romanos coinciden en que el mal es ausencia. En efecto, si bien todos tienen su propia opinión, la verdad es que el mal pertenece inevitablemente al no-ser. No obstante, aunque desde la mirada cristiana tiene cierto sentido, es difícil pensar en que el mal no existe, habiendo tanto ilícito y perjurio. 

martes, 27 de octubre de 2020

El concepto de amor para los romanos


El amor para los romanos

Si bien ya habíamos visto el concepto de amor por los griegos, ahora resta ver el concepto de amor por los romanos. Aquí tendremos una visión totalmente distinta, fundida también con la religión cristiana propia de fines del imperio romano. ¿Cómo entendían el amor los romanos? Veámoslo en lo siguientes apuntes de filosofía.

Romanos precristianos


Marco Tulio Cicerón

Cuando se trata de describir el amor por parte de los romanos, al primero que tenemos en la lista es a Cicerón. En efecto, el senador romano entendía el concepto de amor como eso que se procura el hombre para su conservación.

Sin embargo, eso no es todo. El amor, dice Cicerón, tiene relación más con la inutilidad que con la utilidad ¿por qué? porque la utilidad tiene como elemento intrínseco el interés. No obstante, ¿qué clase de amor o de amistad sería esa que está basada en el interés? aquella que cuando acaba el interés acaba el amor. Por lo tanto, el amor y la amistad deben ser conceptos que no tengan relación con el interés, es decir, deben ser amores y amistades desinteresados. 

Por supuesto, esta es una profunda crítica a la visión que los epicúreos tenían del amor, un amor interesado y útil. 

Plotino

Plotino nos dice que Dios no es amor pues Dios es un ente inefable, indescriptible del cual nada puede atribuirse. Por lo tanto, el amor es uno más de los caminos para llegar hacia él. Además, al igual que Platón, Plotino nos dice que el amor es el camino al bien, es decir, el amor no se dirige hacia sí mismo sino que al bien, que, de hecho, es el fin de todo amor. 

Cristianos


En primer lugar, el cristianismo entiende el amor extensivo a todos los que se consideran ''prójimo'', quien quiera que este sea. Ya vemos que el Mateo 5:44 decía

''Amad a vuestros enemigos y ruega por los que os persiguen''

Por lo tanto, como en Platón, en el cristianismo hay un amor universal, un amor a la humanidad, no a un particular en sí. 


San Agustín de Hipona

Si bien en la Patrística no encontramos filósofos que definan el amor, San Agustín de Hipona es uno de los primeros que se atreve a relacionarla con el Espíritu Santo. Si se une al Espíritu Santo, entonces este concepto está realmente en la Santísima Trinidad y por lo tanto, el concepto de amor es único.

En consecuencia, el hombre que ama el amor ama a Dios, pero el hombre no puede amar el amor sino ama a quien ama; en otras palabras, el hombre debe amar a los otros hombres para que pueda amar a Dios. 

Conclusión

Entre los romanos muy poco se habló del amor, y mucho más se habló del concepto de amistad. Ya para un filósofo como San Agustín, amar a Dios significaba vivir en celibato, en efecto, en ése amor no hay imperfecciones, no hay injusticia, no hay adulterio, pues Dios es perfecto y ese amor no sufre de ninguna dolencia humana. Es por esto que muchos hombres deciden dedicar su vida a la obediencia estricta a Dios y se convierten en devotos. Cada quien toma su camino en el amor


lunes, 26 de octubre de 2020

El concepto de amor para los griegos

El amor para los griegos

Este es uno de los conceptos más hermosos en la filosofía, un concepto que tiene distintas perspectivas. Sin embargo, aquí, en esta entrada, lo veremos desde el pensamiento de la filosofía griega.

Presocráticos

Hesíodo y Parménides

De acuerdo con Aristóteles, tanto Hesíodo como Parménides consideraban al amor como la forma que mueve las cosas y las mantiene unidas. 

Empédocles

Es conocida la teoría de Empédocles donde los cuatro elementos se mantienen unidos por el amor, mientras que la discordia los separa. 


Platón y Aristóteles

Platón

Conocemos a través de diversas obras el concepto de amor que tiene Platón. Veamos cómo es que Platón entiende dicho concepto. 


  1. El amor es carencia
  2. El amor es deseo de conquistar y conservar aquello que no posee
  3. El amor se dirige hacia la belleza (que es el anuncio y la apariencia del bien)
  4. El amor es deseo de vencer a la muerte (es decir, se procura aquello que le reporta ventaja)
  5. Luego, el hombre trata de entender el amor sensible y el amor inteligible
  6. El amor inteligible es justamente la filosofía (amor al conocimiento)

Podríamos decir perfectamente que esta es una metafísica del amor, en el cual, la más importante de todas las formas de amor, es el amor inteligible, no el sensible. Por ejemplo, no debemos tener amor por las cosas materiales (o el cuerpo) sino que más bien amor por las cosas abstractas. 

En otras palabras, el ágape, término para referirse al más alto amor, es un amor incondicional que solamente versa sobre la universalidad. El amor a la humanidad, por ejemplo, es un amor verdadero y abstracto, pero puro al fin y al cabo. 

Aristóteles

Al contrario, para Aristóteles el amor es justamente el amor sexual. Sin embargo, también considera el amor como un afecto consanguíneo mediante una relación solidaria; en otras palabras, amistad. El amor es una afección pasiva, mientras que la amistad necesita de un ejercicio, un hábito, una disposición activa. 

Como podemos ver, para Aristóteles el amor no tiene una dimensión metafísica. Es algo totalmente humano, no divino ya que la divinidad no necesita amor. 

El amor puede empezar y terminar rápidamente, pero también puede dar lugar a la convivencia, y en ese caso, el amor se transformaría en amistad. 

Conclusión

Es claro que Platón tiene una mirada muy especial en cuanto al amor, dándole una existencia independiente, es decir, una entidad que se debe alcanzar. Es interesante, por otro lado, la mirada de Aristóteles quien dice todo lo contrario, que más bien el amor es algo sensible y que la amistad es más inteligible, pero además de eso que contemple la amistad en el amor. En otras palabras, podemos decir que para el amor necesitamos amistad. 

sábado, 24 de octubre de 2020

Nicolas de Cusa y Ramon Llull - Sistema de votación



El sistema de votación de Nicolás de Cusa y Ramón Llul


Antecedentes de la antigua Grecia

Los sistemas de votación se remontan a muchísimos años atrás. Podemos ver sus primeros vestigios ya en los griegos con la regla de la mayoría, es decir, aquello que tenga mayor votación es la mejor opción frente aquello que no tiene la mayoría. 

Sin embargo, ¿qué ocurriría donde existiera más de un candidato y empataran? al menos los griegos no tenían estos problemas porque todo se reducía a un voto cerrado: sí o no. Posteriormente, en la antigua Grecia se comenzó a considerar la votación de candidatos particulares. Tampoco habían problemas con el empate porque los griegos eran de muchas convicciones al elegir a un candidato. 


Los casos de empate eran muy raros, pero sí hubo un caso que registra Plinio, el Joven. En el caso de tres personas que se candidatearan, Plinio propuso que primero dos se enfrentaran en votaciones y el que ganara se tenía que enfrentar con el tercero. Esta puede ser una de las primeras opiniones con respecto a una estrategia de voto. 

Ramón Llull (1232 - 1315)

Ramón Llull fue un filósofo, poeta, teólogo y beato muy interesado por el sistema de votación. El filósofo quiso llevar un sistema de votación dentro de la iglesia, sobre todo en las órdenes monásticas. Una frase favorita entre los hombres de la iglesia era la siguiente:

''Maior et senior pars''


¿De qué versaba esta fórmula? básicamente, los candidatos no eran elegidos por mayoría de votos, sino más bien por el ''peso'' de los votos. Este peso era más grande cuando el voto era realizado por una alta autoridad moral, pura y juiciosa, mientras que los que tenían menos autoridad menos peso tenían. Por lo tanto, tenemos una primera parte que es la maior pars, que se trata sobre el voto mayoritario y  senior pars que versa sobre la calidad del voto.

Este sistema terminó entre el papado de 1378 y 1417 cuando fueron tres los postulantes a papa. Llull ya había propuesto un sistema mayoritario como en la antigua Grecia, sin embargo, divide el maior pars y el senior pars de una forma muy ingeniosa.

Para expresarlo, Llull utiliza un diálogo ficticio de una hermana que propone un sistema de votación  para elegir a una abadesa. Veámoslo.


Primera parte de la elección:

Existen 20 hermanas, pero las que tienen derecho a votar son las madres superioras. Entre esas 20 se deben elegir 7 pues este número es divino. Se preguntará secretamente a las 20 hermanas cuál creen ellas que debería ser candidata a abadesa del convento. Las hermanas que hayan ganado la mayoría de votos formarán el grupo de 7 que elegirá a la nueva abadesa.

Segunda parte

Las 7 hermanas deben ponerse de acuerdo para elegir un número y nombres para la elección. Deben comparar los nombres de acuerdo a las siguientes condiciones:

  1. Quien conoce mejor a Dios
  2. Quien conoce mejor las virtudes
  3. Quien conoce y odia más los vicios
  4. Quien es la persona más adecuada

Luego, cada una de las 7 electoras podrá escoger a una persona para estar en el número de aquellas que será elegida, y cada electora debe estar incluida en el número. 

Por ejemplo: si las elegidas de las 7 electoras son 9 entre las 20 hermanas, las 7 electoras deberán dividirse en dos grupos:

Primer grupo: 2 electoras
Segundo grupo: 5 electoras

Las del grupo de 5 deben decidir cuál de las del grupo de 2 deben ser elegidas y poner su nombre por escrito de aquella que ha ganado más votos. Después la hermana ganadora debe compararse con las electoras del grupo de 5 y las ganadora reemplaza a la que ha sido vencida en el grupo. 

Este procedimiento debe repetirse con todas las otras candidatas hasta alcanzar una victoria. Si ocurre un empate en última instancia, entonces deberá resolverse con las 4 condiciones antes mencionadas. Piensen algo, si las elegidas son 9 entonces habrán 36 enfrentamientos (9 x 8 = 72 / 2 = 36). 

Por lo tanto, el sistema de votación de Ramón Llull consiste en un enfrentamiento de pares consecutivo, hasta alcanzar a aquel que tenga más votos. 

Nicolás de Cusa

El sistema de Ramón Llull no se ocupó, como podemos suponer, inmediatamente después de que su escrito fue publicado. Pero hubo un filósofo que puso especial atención a este sistema de votación, y este fue Nicolás de Cusa quien vio en los escritos de Llull, un modo para votar al próximo emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. 

Pasos a seguir:

Electores:

  1. Elegir a aquellos que se consideran dignos para el cargo de elector (cualidades internas y externas)
  2. Los electores deben conseguir que un notario escriba, en hojas de papel exactamente del mismo tamaño, los nombres de los candidatos
  3. Un candidato debiera tener un número y debe ser nombrado en una tira de papel. Por ejemplo: Candidato 1, Candidato 2, Candidato 3, etc.
  4. Luego, 10 personas con alta integridad y estimación deben ser escogidas de entre todas las personas de Alemania
  5. Cada uno de los electores debe recibir los nombres de los candidatos
  6. Luego, deben elegir aquellos candidatos que tengan menos valor según su consciencia
  7. Posteriormente, el elector deberá llegar por el procedimiento anterior a aquel candidato que considere mejor

Votos

  1. Los electores ponen a sus candidatos dentro de una bolsa vacía
  2. Cuando todos los electores hayan puesto a sus candidatos en la bolsa vacía, se procederá a llamar al sacerdote y a un contador
  3. El sacerdote sacará un candidato de la bolsa diciendo el nombre del candidato, mientras que el contador irá registrando en un papel la cantidad de votos realizados
  4. Quien tenga más votos será el nuevo emperador

En efecto, este sistema de votación es uno de los más conocidos y el que evitará los votos estratégicos y la corrupción de aquel tiempo. 

Conclusión

Podemos ver claramente que el sistema de Ramón Llull y el de Nicolás de Cusa son diferentes en cuanto a su aplicación. El de Llull iba dirigido a la elección dentro de una iglesia, mientras que el del cusano era un sistema de elección política. No sería sorpresa que varios siglos después dos o tres siglos después, Nicolas de Condorcet creara un sistema similar al de estos dos filósofos; sistema que es el usado actualmente en política. 

jueves, 22 de octubre de 2020

Nicolás de Cusa - El Possest (1460)

¿Qué es el possest? ¿Será un término inventado por Nicolás de Cusa? sea coma sea, lo que el cusano quiere expresar con esta palabra es el concepto de lo absoluto, esto, es todo lo que puede ser y es en acto también. Un concepto lleno de misticismo que es difícil de comprender, difícil de interpretar, pero que el filósofo nos presenta con la idea de que entendamos la complicación de las cosas y lo difícil que es para el hombre, finalmente, comprender lo absoluto. 


El Possest

Lo manifiesto de Dios

En este diálogos aparecen tres personajes:

  • Bernardo
  • Juan, el abad
  • Cardenal

Juan le comenta al Cardenal que ha estado leyendo las epístolas de san Pedro, donde se dice que Dios se manifiesta a los hombres con cosas que ellos conocen. Los poderes invisibles de Dios se hacen visibles para los hombres. 

Bernardo le pregunta cómo es que esto es posible para los hombres. El cardenal contesta que aquello que es sensible no se sustenta por sí mismo, así como tampoco existe por sí mismo sino que por una causa superior. En base a esto, podemos establecer incluso que desde todo aquello que está en acto, todo lo que está en potencia se afirma de lo que está en acto. Por lo tanto, de lo que están en potencia se colige que está pendiendo de algo que está en acto.

Dios es en acto y está en todo aquello que está en potencia también. En efecto, nada que Dios no sea en acto puede ser; por lo tanto, el acto supone inmediatamente una potencia. 

El nombre de Dios

Cuando parece contradictoria que la materia esté en la forma y que el acto esté en la potencia, existe una complicación. Esta complicación para Nicolás de Cusa recibe un solo nombre: Possest. ¿Por qué dar este nombre? porque etimológicamente se refiere a la potencia (poss) y al acto (est). El cardenal dice que de hecho, este es el nombre apropiado para Dios; todas las complicaciones se presentan en él. Esto lo podemos ver totalmente en la frase bíblica:

''Yo soy el que soy''

Es decir, es el acto, mismo, y a su vez es el acto que está en toda potencia. 

Pero ¿cómo es que accedemos al possest? es imposible, no hay forma, pues el hombre tendría que incluso abandonar su propio intelecto. Lo único que podemos tener de él son las manifestaciones, las imágenes, y por ellas sabemos que hay algo que existe de manera magnánima, pero de otro modo no es posible saber. 

Materia infinita y mundo infinito

Bernardo pone sobe la mesa un tema muy interesante, él mismo dice:

''La posibilidad de ser en las cosas sensibles se llama materia. Por lo tanto la materia siempre ha existido''

En efecto, esto lo dice porque la posibilidad del mundo de ser creado existió siempre. Una idea muy averroista por cierto. 

El cardenal dice que esto no es así. La posibilidad increada es el mismo possest, pues recordemos que el possest es tanto la potencia en todas sus formas, como el acto en todas sus formas. Esto quiere decir que incluso el no-ser es el mismo possest. En otras palabras, Dios es tanto ser como no-ser. Claro, la potencia primero debe no-ser para luego ser, esto significa que como el possest está comprendido tanto por la potencia como por el acto, entonces también es el no-ser. 

¿Es dios visible?

Luego Juan, el abad, pregunta si es posible ver a Dios, entendiendo que su poder es infinito e inalcanzable. El cardenal responde que es posible, pero no a cualquier persona. Dios solamente se revela ante aquellos que son elegidos para verlo. Esto lo hace a través de sí mismo y un ejemplo pueden ser los mismos profetas del Antiguo Testamento. 

Por lo tanto, no depende de hombre ver a Dios e incluso no lo puede ver sin esta condición. La condición normal del hombre es que no puede ver a Dios, sino que a través de sus manifestaciones. En un determinado momento, Juan dice que es probable que ver la fe sea ver a Dios, pues la fe es algo invisible y por lo tanto, eterno. Es quizás la forma más parecida de comprender a Dios. 

En consecuencia, para la mayoría de los hombres, comprender a Dios significa comprender que no podemos saber de él, o en palabras de Bernardo:

''Es, entonces, más docto el que sabe que no puede saber''

Esto no quiere decir que debemos mantenernos ignorantes con respecto a todo, sino que más bien ignorantes con respecto al conocimiento divino. En efecto, como seres humanos podemos conocer las ciencias exactas y, por supuesto, las podemos llegar a conocer con la máxima precisión. Sin embargo, con respecto al conocimiento divino, es aquí donde tenemos un límite y por lo tanto, solo podemos tener conocimiento de él cuando se nos manifieste. 

Sobre la Trinidad

Sin lo simple no puede existir el número. Es decir, la simplicidad va antes que lo matemático, por lo tanto, la Trinidad no se entiende como un número matemático (3) sino que se entiende primeramente como unidad. Si uno no pudiese entender que antes del número va lo simple, es porque el intelecto humano no alcanza para comprender todo aquello. En consecuencia, como no lo entiende, el intelecto humano debe acudir al número.

Conclusión

Hemos terminado una obra de importante de Nicolás de Cusa en el marco del renacimiento. Este concepto de Possest quedará en la posteridad como un precedente panteísta, aunque Nicolás de Cusa siempre rechazó esa etiqueta. Sin embargo, decir que Dios es absolutamente todo, incluso aquello que no-es o aquello que no puede prever, es tremendamente sugestivo para pensar que en realidad sí lo fue. En resumen, el Possest indicaría que Dios es tanto potencia como acto al mismo tiempo, una complicación inentendible, pero que sin entenderla y asumiéndolo así somos más doctos.