domingo, 28 de febrero de 2016

Marco Tulio Cicerón - Pro Lege Manilla o De Imperio Cn Pompei (Defensa de la Ley Manilia o Acerca del mandato de Gn Pompeyo) (66 a .C.)

Justo a los 40 años de edad Marco Tulio Cicerón realiza su primer discurso acerca de las leyes de Roma. El orador ya tenía su prestigio ganado sobre todo con el juicio contra Verres y otros, lo que le ponía en un lugar destacado para debatir sobre las reformas de Pompeyo (del cual estaba a favor e incluso tenían hasta la misma edad). Este era uno de los momentos que Cicerón debía aprovechar para convertirse en cónsul. Una guerra que perjudicaría de manera importante a la República Romana sería la invasión de los piratas en el mediterráneo, y cuando se sofocó, una serie de medidas fueron deliberadas en el Senado para proteger la República. Estas son las leyes a las que Cicerón se refiere y que veremos a continuación; por lo pronto, no veremos a un Cicerón defendiendo a un político o ciudadano romano, sino más bien debatiendo con argumentos sobre la ley.

Referencias:

(1) Bitinia se convertirá en territorio romano en época de Augusto. 


PRO LEGE MANILLA O DE IMPERIO CN POMPEI
(DEFENSA DE LA LEY MANILIA O SOBRE EL MANDATO DE POMPEYO)


Contexto


Luego de la guerra de los piratas comenzaron las guerras de oriente, donde el rey del Ponto Mitrídates era quien dirigía el ejército opositor la república. 

Como consecuencia de esto, las tropas romanas no estaban dando abasto para detener a Mitrídates y las estrategias del lugarteniente Lúculo no estaban resultando. En esa urgente situación, Gayo Manilio propuso que el general Pompeyo se encargara de la situación, es decir, que Pompeyo tenga el mando supremo del ejército en la guerra sin limitación de tiempo; de ahí nace la conocida Ley Manilia Sin embargo, esta propuesta tenía sus opositores que en ese tiempo eran Hortensio y Cátulo. Cicerón se encargará de defender esta medida contra dichos opositores. 

La guerra contra Mitrídates

La situación era gravísima y se necesitaban tomar medidas rápidas e inteligentes. Cicerón nos habla que la provincia de Bitinia está aún en disputa y se lucha para obtenerla(1) junto con el lugarteniente Lúculo. No obstante, a pesar de que Lúculo pudo realizar grandes proezas en favor de la República, no ha podido detener esta guerra. 

Asia es un territorio que tiene tierra fértil la cual es muy beneficiosa para la república. Los intereses que se han gestado en oriente han sido esenciales para el avance económico de Roma, y por esa razón ya no se puede improvisar o pensar demasiado tiempo una contraofensiva. Además, el peligro se hace aún mayor cuando Mitrídates se une con el rey Tigranes II el Grande y que las tropas de Lúculo (ya veteranas) no podrían hacer frente a los enemigos. 

Motivos de por qué elegir a Pompeyo

Los motivos por el cual se debe elegir a Pompeyo son que desde pequeño poseyó el hábito de mandar. Siempre estuvo rodeado de militares y su contexto lo involucraba en aquello. 

Participaciones en las guerras

Apenas salió de la escuela se unió al ejército de su padre para combatir en la guerra marsica (91-89 a. C.). También batalló a los 23 años en la guerra de Cina el año 83 a. C., la guerra de la Galia Transalpina, la de Hispania y últimamente la de los piratas.  

El mismo Sila, gobernador de Roma en ese tiempo, reconoce que libró a Sicilia de la invasión extranjera, al igual como hizo con África. Abasteció de guarniciones a todas las provincias que visitaba con el fin de mejorar la economía de la república y sus ciudades. Otro de los aportes realizados eN la distintas provincias fueron las flotas que proveyó contra el ataque extranjero. 

En todo caso, Mitrídates y Tigranes ya estaban tratando hace mucho tiempo de tomarse por entero las provincias de Asia, sobre todo Panfilia y Cilicia. Fue nada más ni nada menos que Pompeyo quien pudo retrasar esas conquistas cada vez que estos reyes pretendían tomarselas. 

Por otro lado, no toda victoria la contrajo por medio de la guerra, sino que también por medio de la diplomacia. Los mismos pueblos (sobre todo Creta) llegaban a un acuerdo con Pompeyo, dejándole sus territorios a Roma con la condición de no batallar. 

Personalidad

No hay que olvidar lo prudente y templado que es Pompeyo, pues ha resultado que muchos generales llevados por su ambición han arrasado con toda la cultura de las provincias. Se dejan llevar por sus vicios y engendran la furia de los otros pueblos extranjeros, llevando así a otras guerras. 

Suerte

Otra cuestión de suma importancia era la suerte, que más bien era atribuida a los dioses. Pompeyo, según el argumento de Cicerón, era alguien que poseía mucha suerte, pues en sus batallas todo le iba a su favor. Y como solo los dioses inmortales pueden dar suerte a los romanos, entonces Pompeyo no solo era el correcto para esta batalla por sus méritos de guerra y diplomacia, sino que también por la suerte que le brindaban los dioses. 

Los opositores

Contra Hortensio

Como dijimos en la parte del contexto, uno de los opositores era Quinto Hortensio, quien no estaba de acuerdo con que una sola persona tuviera el mando supremo del ejército. 

Hortensio estaba en contra de la ley Gabinia, que proponía a Pompeyo como general del mediterráneo en la temida guerra de los piratas. De todas formas, a pesar del disgusto de Hortensio, Pompeyo defendió el mediterráneo de los piratas con éxito. ¿Qué hubiera pasado si haciendo caso a Hortensio no se hubiera puesto a Pompeyo como general del mediterráneo? probablemente hubiera sido una mala decisión. Esto restaría en el debate la verosimilitud y confianza en Hortensio que se oponía a la ley Manilia. 

Contra Cátulo

Quinto Cátulo argumenta que a la avanzada edad de Pompeyo, éste último podría sufrir un accidente o algo parecido al mando del ejército. No obstante, Cicerón enaltece la figura de Pompeyo diciendo que ya desde pequeño se había formado en los hábitos de la guerra e incluso participado en una, cuando ni siquiera tenía un cargo militar. Hay que aprovechar la brillantes de Pompeyo antes de que sea demasiado tarde, los dioses lo han beneficiado y la mayor prueba son todas sus victorias. 


Conclusión

Así como todas las defensas realizadas anteriormente, la puesta a favor de la ley Manilia se puso en marcha después de este debate gracias a Cicerón. Gayo Manilio logró que se aprobara la ley gracias al orador y Pompeyo se hizo cargo del mediterráneo, alejando a las fuerzas enemigas y recuperando el territorio disputado. Nada pudieron hacer Hortensio y Cátulo frente a la fuerte retórica del orador, y con el tiempo, estos dos hombres desaparecieron prácticamente de la escena pública luego de estos acontecimientos. 

viernes, 26 de febrero de 2016

Marco Tulio Cicerón - Pro Clientio (Defensa de Aulo Cluencio) (66 a. C.).

Por primera vez vemos que Marco Tulio Cicerón defiende un caso en el cual hay un muerto involucrado. Es factible pensar que casos como éstos se disputen a la orden del día, ya que la sedición y la ambición de poder que tenían las altas esferas del Imperio Romano. Pensemos que (este caso al menos) en la época de Cicerón habían muchas confrontaciones entre los que eran partidarios de Cayo Mario o del tirano Sila. Este es justamente el año donde Cicerón se convierte en pretor, por lo que podemos inferir que en este discurso, el orador se encuentra con un poco más de experiencia y sabiduría en su profesión.

Definiciones:

(1) Proscripción: Ya hemos visto que la proscripción es la orden para matar a un adversario político. 

Referencias:

(1) Casarse con el ex-esposo de la hija era algo prohibido en la Antigua Roma. 

PRO CLUENTIO
DEFENSA DE CLUENCIO


Contexto

Un matrimonio entre Estacio Albio Opiánico y Sasia tenían un hijo llamado Aulo Cliencio Hábito, quién no era querido muy querido por su padre. Estacio quiso deshacerse de él envenenándolo, pero Cliencio lo descubrió, lo acusó al tribunal, y lo condenaron al exilio muriendo el año 72 a. C. de manera muy misteriosa. 

El hijo biológico de Estacio, Gayo Opiánico, condenó a Cliencio diciendo que éste último había envenenado a su padre, y que además había comprado a los jueces que lo condenaron (soborno o prevaricación). En todo caso, la acusación del hijo de Estacio solo versa en dos cosas: el destierro de su padre y el posterior envenamiento.  

Estructura del juicio:

Juez de la causa: Quinto Voconio Nasón

Acusador: Gayo Opiánico
Abogado de Aulo Cluencio: Marco Tulio Cicerón

Cabe destacar nombrar al juez anterior donde se acusaba a Cluencio de prevaricación: Gayo Elio Estayeno Peto. 
  
Defensa

Cicerón le dice a los jueces que no fue por distinguirse o vanagloriarse que Cluencio denunció a su padre Estacio, sino que por amenazas y peligros que podrían haber acabado en la muerte del mismo Cluencio. 

Problemas con Sasia

Antes de llegar a las dificultades que tuvo con su padre, Cicerón comienza a relatar las penurias que tuvo que pasar con su madre Sasia. Su madre se había casado por lo menos tres veces; la primera fue el padre de Cluencio, pero la segunda fue un amorío entre ella y el marido de su hija; para eso tuvo que hacer que se divorciara con su hija y así quedarse con el esposo de ella(1)

El argumento de Cicerón tiene que ver con que Cluencio tuvo que ver y pasar todas estas controversias que tenía la madre con sus esposos. Además, se argumenta que los testigos usados en este juicio fueron llamados por la misma madre, con la intención de que se pueda condenar con más pruebas a su propio hijo. 

Las amenazas

Su padre lo amenazaba diariamente de muerte, hasta que llegó al extremo de tratar de envenenar al propio Cluencio. Cuando Cluencio vio el veneno y la intención, inmediatamente éste lo denunció con el juez de ese tiempo Gayo Elio Estayeno Peto. 

Además su padrastro había asesinado al padre de Cluencio, bajo la excusa de una proscripción(1) realizada por Sila. Lo increíble de esto es que el padrastro jamás fue condenado por este delito. Cicerón se pregunta ¿Debió ser algo correcto dejarlo absuelto? No debemos olvidar que además de matar al padre de Cluencio se casó con la madre de éste último. 

Como si eso fuera poco, se debe mencionar que el mismo Estacio mató a sus propios hijos en circunstancias poco claras para librarse del dinero que debía darles. Esto le permitió estar libre también con Sasia. Con todas estas pruebas, dice Cicerón, era natural que los jueces anteriores lo hubieran juzgado. En otras palabras, la atención se dirige a la anteacta (vida del padrastro) para justificar la acción de los jueces que fueron acusados de soborno (prevaricación); su absolución no sería honrada. 

Acusación de envenamiento

Se acusaba a Cluencio por envenenamiento a su padre, luego de haberlo condenado con los jueces sobornados. El hecho, según el acusador, se realizó en un banquete a propósito de una boda que celebraba Cluencio. En ese banquete asistió su padre y ahí, supuestamente, Cluencio envenenó a su padre por medio de un amigo suyo llamado Marco Aselio. Los que condenan a Cluencio aseguran que mató a su padre envenenandolo con un pan

La defensa de Cicerón radica en que el delito concreto (según el acusador) lo hizo Marco Aselio y no Aulo Cluencio. Además, ¿por qué mejor no se llama a declarar a Marco Aselio en vez de a Aulo Cluencio? Por otro lado, ¿no hubiera sido más fácil envenenarlo con vino o agua? En efecto, el veneno se esparciría más rápidamente. Cicerón insiste en que no fue Cluencio quien lo asesinó, sino más bien otras personas. 

El padre de Cluencio murió debido a una grave enfermedad que venía arrastrando desde su destierro, además de sufrir un accidente cuando se cayó de un caballo. De hecho, al banquete ya había llegado enfermo. 

Finalmente, Cicerón le ruega a los jueces que no condenen a Cluencio, pues ya ha sufrido lo bastante con su padrastro y su madre para que ahora lo condenen. 


Conclusión

En este discurso podemos ver la manera en que Cicerón recurre al historial de vida de su defendido. Aunque por otro lado, también ha utilizado las historias de los enemigos de su defendido. Aulo Cluencio fue excepcionalmente defendido  y salió absuelto, mientras que a la madre de Cluencio, Sasia, su reputación fue dejada por el suelo. Pareciera ser que hasta ahora la extraordinaria capacidad de oratoria de Cicerón para absolver a sus clientes han quedado intactas. Todas sus habilidades (sobre todo la anteacta utilizada aquí) formarán parte de su libro filosófico llamado ''Sobre la oratoria''. 

lunes, 22 de febrero de 2016

Marco Tulio Cicerón - Pro Caecina (Defensa de Aulo Cecina) (69 a.C.).

Este es otro de los casos que conforman un ejemplo de derecho privado de la Antigua Roma. Corría el año 69 a.C. y Marco Tulio Cicerón se convierte en edil, uno de los cargos en el cursus honorum dedicado al comercio y el mercado. Este importante cargo no le impedía a Cicerón ejercer su trabajo de abogado y ese mismo año defendió a Aulo Cecina, quien era un ferviente aliado de Pompeyo. Es uno de esos casos bastante particulares de herencia, donde veremos a un Cicerón que, más que alcanzar la justicia en su caso, sólo quiere conseguir ganar el caso a como dé lugar. Veamos esta faceta del orador más grande de la Antigua Roma.

Definiciones:

(1) Usucapión: término acuñado del Derecho Romano. Viene del latín ''usus'' (uso) y ''capere'' (tomar). 


Referencias:

(1) Por cierto, una esta es una ley que promulgó Sila luego de la guerra civil. 

PRO CAECINA
DEFENSA DE CECINA

Contexto

Una viuda llamada Cesenia deja su finca a su segundo esposo llamado Aulo Cecina. Inmediatamente, Sexto Ebucio se entera de esto y reclama como suya la finca de Caecina, pues según él, era una herencia se subastó y él era el dueño. Aulo Cecina la reclama y va a la finca con las intenciones de apoderarse de ella, pero en la misma finca está Sexto Ebucio con una tropa armada para intimidar a Cecina. Acto seguido, Cecina se queja con el pretor que en esos años era Publio Cornelio Dolabela y acude a Cicerón para que lo defienda en el juicio. 

Estructura del juicio:

Abogado de Ebucio: Lucio Calpurnio Pisón
Abogado de Cecina: Marco Tulio Cicerón

Hay que aclarar que en este caso los ''jueces'' son llamados recuperadores, que eran los encargados de ver los juicios entre ciudadanos.

Defensa

La violencia a la que recurrió Sexto Ebucio para defender su finca es vergonzosa. Sin embargo, lo que Ebucio trata de aparentar es que junto con su tropa armada, lo único que quería era prohibirle a Cecina entrar a la finca y no echarlo. 

Sexto Ebucio se aprovechó de la situación en que Cesenia se encontraba, y se entrometió cada vez que podía en el asunto de la herencia. Cesenia no sabía qué hacer con la herencia, pues no tenía herederos hijos: su hijo había muerto tiempo después de la muerte de su padre. Por lo tanto, el Estado le exigió hacer una subasta, momento perfecto para Sexto Ebucio, quien ni siquiera era un pariente de ella, de entrometerse y dirigir la subasta. 

En la subasta, nadie podría comprarla por razones de su elevado precio, y por respeto a Cesenia (querían que se quedara con ella); no obstante, como Ebucio era el que manejaba la subasta, el banquero le adjudica la propiedad legalmente, comprometiéndose al mismo tiempo a pagar dicha propiedad. A pesar de esto, Cesenia decide comprar la propiedad, y al mismo tiempo, Ebucio piensa que Cesenia la está comprando para él, puesto que el tiene los documentos del banquero y ella no. 

Intento de asesinato por Ebucio

Finalmente, Ebucio dice que Cecina no puede heredar nada de Cesenia porque ella era de Volaterra, una ciudad en la que la condición de ciudadano no es concebida(1). Sin embargo, la finca fue heredada de todas maneras a Cecina, por lo tanto, Ebucio informó a Roma que esa finca le pertenecía a él. Rápidamente , la finca se llenó de tropas de Ebucio con órdenes para matar a cualquiera que entre. No es todo, Ebucio se vanagloria de la acción de tener tropas armadas en la finca; reconoce el hecho, lo reafirma y lo considera bien. 

Un testigo de Cicerón llamado Aulo Terencio asegura que Ebucio dio órdenes de asesinar a Cecina apenas se le vea. Muchos testigos a favor de Cecina dijeron testimonios parecidos, con lo cual podemos vislumbrar la agresividad de Ebucio. 

La defensa del derecho a través de la violencia es un procedimiento desmedido y contradictorio. Si la pertenecía por derecho ¿por qué aguardar con una tropa armada? En efecto, no hay justificación para tal acto. Si los jueces liberan de esta violencia a Ebucio, entonces estarán justificando que la violencia es más poderosa que el derecho. 

A su favor, Pisón dice que no hubo violencia, pues nadie resultó herido, pero Cicerón le refuta que no es necesario que ocurra violencia cuando nadie sale herido. En todo caso, Cicerón sostiene su argumentación por medio de un sofisma; en efecto, pareciera ser que infundir miedo es una violencia peor que la violencia física.

''Confesáis que huyeron despavoridos; dais como razón de su fuga la misma que todos conocemos: las armas, la muchedumbre de hombres, la irrupción y el ataque de gente armada. Admitiendo estos hechos, ¿se negará que ha habido violencia?'' 

Se quiere hacer parecer que la sola presencia de armas y una muchedumbre con intenciones de violentar, ya es violencia concreta. 

La importancia del derecho civil

Pisón declara que este no es un asunto exclusivo u obligatorio para llevarlo a cabo con jurisconsultos, pero Cicerón le refuta que no es así. Puede ser que la herencia no exija una jurisconsulto si el testamento ha quedado claro, pero para conservar la propiedad será necesario que existan jurisconsultos que determinen las bases para habitar dicha propiedad. 

El proceso que viene luego de heredar una propiedad se llama usucapión(1). Dicho proceso establece la adquisición de un bien a un ciudadano de la provincia, en otras palabras, el ciudadano termina con la incertidumbre de derechos sobre la propiedad. 



Conclusión

Si bien es un caso de derecho privado, vemos otra instancia en la cual se menciona el concepto usucapión. En realidad, este caso para Cicerón fue un tanto complicado, pues tuvo que servirse de algunos sofismas para salir del paso. Por primera vez vemos el arbitrio de los recuperadores que como explicamos anteriormente eran jueces de la Antigua Roma. A la edad de 35 años y siendo edil, Marco Tulio Cicerón defiende uno de sus tantos casos, aunque muchos como estos no han sido rescatados por los expertos.

domingo, 21 de febrero de 2016

Marco Tulio Cicerón - Pro Fonteio (Defensa de Marco Fonteyo) (69 a. C.).

El año siguiente en que Marco Tulio Cicerón defendió al pueblo siciliano contra el tirano Verres, también defendió a Marco Fonteyo. Esta era la oportunidad perfecta para seguir acumulando triunfos y subir en el cursus honorum de las magistraturas; de hecho, tiempos después Cicerón podrá adquirir la pretura. Realmente, el caso de Marco Fonteyo comprende una situación familiar a la de Verres porque se le defiende del delito de concusión. Fácilmente podríamos inferir una contradicción en el gran orador, pues ¿cómo es posible defender algo que anteriormente se acusó con éxito? Es posible cuestionarlo, pero aún más difícil entenderlo. Veamos en este pequeño discurso (en comparación con otros) la defensa de Cicerón con este ciudadano romano. 

Definiciones:

(1) Prevaricación. Delito que cometen funcionarios públicos de manera intencionada o por ignorancia. 
(2) Erario: fondo o tesoro público. 


Referencias:

(1) Lamentablemente no hay conocimiento de estas cartas. 

PRO FONTEIO
DEFENSA DE MARCO FONTEYO

Contexto

Marco Fonteyo era un político romano que formaba parte de un triunviro en la Galia Narbonense. Tiene unas cuantas acusaciones que Cicerón debe defender, pues Fonteyo fue responsable de dinero cuando fue cuestor en la Galia Transalpina; por lo tanto, la acusación es en base a una prevaricación(1). Fonteyo fue acusado en base a la lex Valeria la cual permite que todos los ciudadanos puedan apelar a sentenciar a un magistrado de la República.

*Hay que advertir que de este texto solo existen algunos fragmentos: por eso, hay algunas partes que no figuran claras o simplemente desaparecidas. 

Estructura del juicio:

Representante de los pueblos: Induciomaro 

Acusador de Fonteyo: Marco Pletorio

Abogado de Fonteyo: Marco Tulio Cicerón

Defensa

Cicerón comienza la defensa diciendo que nunca será posible ver el registro de que falta dinero, ni de que Fonteyo robó dinero de del erario(2). Las tablas de la cuestura y el triunvirato al que pertenecía Fonteyo no registran ninguna irregularidad en cuanto a los fondos. 

Por otro lado, Fonteyo siempre fue un muy buen general en las batallas que se libraban en las Galias. Estaba en manos del general Pompeyo y su administración fue la mejor en esa provincia. 

Acusación de la calzada

Fonteyo es acusado por quedarse con el dinero de la construcción de la calzada construida por Domicio Enobarbo. Sin embargo, la verdad es que como Fonteyo tenía un alto cargo (como lo es el cargo de cuestor), envió la reparación a otros hombres de fidelidad: Gayo Anio Belieno y Gayo Fonteyo. La prueba que sustenta este hecho son las cartas enviadas a estos dos expertos(1)

Agresividad de los galos

Cicerón apela a la agresividad y la falta de compromiso de los galos. Recordemos que han sido numerosas los conflictos (rebeliones) que los galos han hecho en el imperio romano. A lo que quiere apelar Cicerón es que es más factible creerle a un ciudadano romano como Fonteyo, que a un grupo de galos que quiere desprestigiar.

Desde otro punto de vista, también sería un desprestigio para los jueces condenar a Fonteyo, pues estarían aceptando no las demandas, sino las amenazas de los galos (en palabras de Cicerón). El desprestigio que representaría la victoria de los galos en el juicio sería desastrosa, se cedería a la amenaza, al capricho y a la agresividad de los galos. 

Finalmente, Cicerón pide a los jueces que no se les de en el gusto a los galos, si no quieren que la virgen Vesta siga derramando lágrimas de lamentos. 

Conclusión

Debe ser seguramente el discurso más corto de Marco Tulio Cicerón debido a la falta de texto. Queda la impresión de inconsecuencia en cuanto a que defendió a Verres en un caso similar, y ahora está condenando un caso similar.  Probablemente, los conflictos de la Galia sería el momento oportuno de demandas y defensas para los abogados, pues resultaría evidente que muchos podrían aprovecharse de la situación con robos o concusión. Cicerón puso todo de su parte para que Fonteyo no fuera condenado y efectivamente no lo fue, pero me parece que los argumentos no fueron del todo convincentes, sobre todo el último que más que por aspiraciones justas, son solo por interés político. 

Marco Tulio Cicerón - In Verres (Contra Verres) (70 a. C.).

El pueblo siciliano había acusado al tirano Gayo Verres de Sicilia. Este tirano se hizo con las magistraturas más prestigiosas por medio de sobornos; de hecho, se volvió pretor de la isla. Los sicilianos sufrieron mucho con este gobernador, incluso más que cuando se produjo la Primera Guerra Púnica. Se saquearon los hogares, se elevaban los impuestos y se cancelaban contratos injustamente. No obstante, el pueblo siciliano tuvo la ayuda del más grande orador de toda Roma en su fase final de República: Marco Tulio Cicerón. Este se encargó de defender al pueblo y ganar el juicio contra Verres.

Definiciones:

(1) Modio: equivale a 8,75 litros.
(2) Sestercios: antigua moneda romana que equivale a un cuarto de un denario. 
(3) Recusación: impedir de manera legítima el acto de un tribunal o juez.
(4) Legatus: general del ejército romano. 


Referencias:

(1) Cobro injustificado que un funcionario público hace en provecho propio. 
(2) Para ver el concepto de liberta y los cargos públicos, véase el apunte del Imperio Romano.
(3) Ciudad ubicada al nordeste de Sicilia. Seguramente fue al primer lugar que llegó Verres.
(4) Antigua ciudad de Sicilia ubicada al norte de la isla. 


IN VERREM
(CONTRA VERRES) 

Sección I: Contra Quinto Cecilio


Contexto

Sicilia tiene graves problemas sociales y económicos gracias a la mala administración del tirano Verres. El pueblo siciliano pide la ayuda de Marco Tulio Cicerón para denunciar al tirano, y el tirano se apoya en la figura de Quinto Cecilio para no caer en desgracia. Ahora, los jueces deben decidir si es Cicerón o Quinto quien acusará a Verres de los delitos cometidos, pero obviamente, Quinto como acusador está más a favor de Verres.

Discurso contra Quinto Cecilio

Este será uno de los primeros ataques que Cicerón lanzará contra un gobernador de una provincia. Previamente, Cicerón sólo había defendido en materia penal a personajes como Quinto y Roscio, y de hecho pidió al pueblo siciliano que eligiera a otro acusador como Quinto Cecilio. 

Cicerón nos cuenta en esta parte que el pueblo siciliano le pidió en más de una ocasión que los ayudara contra Verres. Además, Cicerón ya había sido cuestor en esa provincia el año 75 a.C., pero las mismas fechorías que ocurrían en Sicilia, también ocurrieron en Acaya, Asia, Cilicia y en Roma. 

Verres es acusado de concusión(1) por el pueblo siciliano, pero veámoslo más en detalle. 

Pueblo siciliano


  • Acusan a Gayo Verres de saquear y vaciar las casas de los ciudadanos, además de expoliar los templos.
  • Ordenó la provisión de trigo para su granero y estando el modio(1) a dos sestercios(2), Verres le exigió a los agricultores doce sestercios por cada modio. 

Cicerón quiere dejar en claro que fue elegido por el pueblo siciliano y que tiene como testigos a los mismos jueces de que es así, porque eso es precisamente lo que Quinto quería dejar en evidencia, que nadie lo había llamado (cosa que era falsa). 

Razones de porqué Cecilio no puede ser acusador

Por otro lado, Cicerón nos dice que el pueblo conocía a los dos: a Quinto y  Cicerón, pero prefirieron a Cicerón por sobre Quinto, quien también estaba disponible. Cuando se habla de Verres, la intuición de nuestro filósofos nos revela que el tirano lo conoce muy bien y por eso lo confronta con Quinto. 

El pueblo siciliano no quiere la defensa de Quinto porque sospechaban que éste quería sacarlos de Sicilia, para que no volvieran a molestar. En segundo lugar, la amistad de Verres y Quinto es totalmente innegable, si hasta sus familiares son amigos. 

En cuanto a la acusación de los granos de trigo, para Quinto le sería imposible defender al pueblo, pues él hizo lo mismo tiempo atras. Incluso, Cicerón menciona que hasta podría haber sido cómplice de Verres. 

''Tú, por el contrario, ni siquiera le echarás en cara lo que hizo él, no sea que aparezcas, en alguna parte, como cómplice''.

De todas formas, Verres no está desprovisto de personas que lo puedan ayudar en el juicio. Se nombran a personajes como Lucio Apuleyo y a Alieno en el banco de los abogados. 

Controversia con Agonis de Lilibeo

Agonis de Lilibeo era una liberta(2) que antiguamente era esclava del templo de Venus en Sicilia. En todo caso, Agonis logró convertirse en una rica propietaria, y un día decidió que todos sus bienes pertenecerían al templo de Venus. El pretor de ese tiempo que era Quinto registra el hecho sin problemas. Sin embargo, Verres llega a Sicilia y desaprueba el hecho queriendo devolver todos los bienes a la mujer, pero quien había hecho esto no era Verres sino que Quinto Mucio. Es decir, Verres se adjudicó la labor que había hecho Quinto Mucio, de hecho, Verres se quedó con todos los bienes de Agonis.


Primera sesión 


Cicerón le gana por lejos a Quinto quien no tiene más que aceptar que el orador conduzca al pueblo contra Verres. No se puede perder más tiempo y Cicerón envía a su hijo Tulio a recoger todas las pruebas escritas en contra de Verres. La idea es que se haga con los mismo pretores y gobernadores para que el tirano no alcance a poner a otros, y así dilatar el proceso. 

También planeó que, antes de que el hijo de Cicerón investigara toda Sicilia, enviar a un investigador proveniente de Acaya que lo haga en menor tiempo que él. Esto haría retrasar el proceso de Cicerón contra Verres. 

Injusticia con el pueblo

La injusticia en Roma es evidente, pues el más rico sin importar que sea culpable y cometa crímenes puede salir libre de polvo y paja. El pueblo siciliano está descontento con esto y le echa la culpa a los jueces, Cicerón da la oportunidad a los jueces de recobrar la confianza en el pueblo y condenar a Verres por sus actos. 

Tanto es así, que los mismos adherentes a Verres confían en que tienen comprado al Senado y otras autoridades de la isla. En cambio, Cicerón se apoya en las pruebas objetivas de los hechos. 

Los planes de Verres

Cuando Verres volvió a Roma en el año 70 a. C., se aseguró de no entrar en juicio y utilizó todo el dinero que tenía a mano, es decir, recusó(3) el juicio. El pueblo siciliano notó estas acciones y condenaban con palabras al tirano. Cuando llegaron los comicios consulares (elecciones de cónsul), Verres comenzó a utilizar más dinero del que había empleado anteriormente.   

Por otro lado, cuando Quinto Hortensio Hórtalo apenas había salido cónsul de Roma, le aseguró a Verres que no sería condenado, de hecho sería absuelto por sus crímenes. 


''Te informo que has quedado absuelto en los comicios consulares de hoy''

Era una situación indignante, pues Verres no quedaría absuelto por un tribunal especializado, sino que por los votos del comicio que estaban a favor de Quinto Hortensio. 

Además, Cicerón se había postulado a cónsul del a misma ciudad con mucho esfuerzo, pero el dinero de Verres para consolidarse en ese cargo fue mucho más poderoso que la sinceridad de Cicerón. Sin embargo, es inevitable que Quinto Hortensio se haga con el consulado, así como Cicerón será el edil de Sicilia.  

Volviendo al juicio contra Verres, esta es ''la'' oportunidad para los jueces de demostrar que un hombre absolutamente culpable, y adinerado pueda ser juzgado como cualquier ciudadano. 

En resumen, la acusación de Cicerón queda verbalmente registrada de esta manera. 


  • Declaramos que Gayo Verres, además de haber cometido muchas arbitrariedades y muchas crueldades contra ciudadanos romanos y aliados y muchos sacrilegios contra los dioses y los hombres, se ha llevado ilegalmente de Sicilia cuarenta millones de sestercios. Os presentaremos esto con testimonios, documentos privados y registros públicos de forma tan manifiesta que quedaréis convencidos de que, aunque hubiésemos tenido tiempo y días disponibles, para hablar a nuestra comodidad, no habría sido, con todo, necesario en ningún modo un discurso largo. He dicho.

Aquí termina la primera sesión del discurso de Cicerón, ahora veamos la segunda parte. 


Segunda sesión

Primer discurso

La acusación de Cicerón es clara y precisa, pero Verres no se aparecerá para dar la cara. De acuerdo al filósofo, sería un descaro que se presente a excusarse de los delitos frente al pueblo siciliano y por eso no se encuentra.

Cicerón no sólo pide que se les restituya los bienes a quienes Verres robo, sino que también expiar los sacrilegios que cometió en los templos religiosos de Sicilia. 


''En verdad hemos traído ante vuestro tribunal, no a un ladrón, sino a un saqueador, no a un adúltero, sino a un salteador del pudor, no a un sacrílego, sino a un enemigo de lo sagrado y de todo lo que sea religión, no a un asesino profesional, sino al más cruel carnicero de ciudadanos y aliados; de forma que, a mi parecer, no ha habido, desde que los hombres pueden recordar, otro reo de tales características a quien hubiera que condenar''.

La presencia de Cicerón, más que por el dinero o las ganas de destruir al tirano Verres en el juicio, representa la amistad y la lealtad hacia el pueblo siciliano. 

Traición a Cayo Carbón

Durante la guerra civil que se sostuvo entre Mario y Sila, Verres era el cuestor del cónsul Cayo Carbón, quien estaba contento con la cuestura de Verres. No obstante, Carbón tuvo que dar toda clase de elogios al futuro tirano. 

Un día, Verres viajó a la Galia con el dinero que reunió como cuestor (dinero que le pertenecía al pueblo). Cuando se hacían las cuentas y se vio que no había dinero, el pueblo culpó a Carbón de haber robado el dinero. Junto con otros problemas que tenía, Carbón se suicidó. 

Era la oportunidad perfecta para Verres de descartarse. Cuando se encontró a salvo dijo lo siguiente:


''Cayo Carbón fue un mal ciudadano,un cónsul deshonesto y un hombre sedicioso''

Cicerón denuncia este hecho diciendo que encima de ser un crimen, tuvo una falta de lealtad y consideración a quien le confió el dinero de la ciudad. 

Traición a Cayo Dolabela y robo de especies 
El día que Sila fue gobernador de Roma, Gneo Dolabella era convocado a cónsul el año 81 a. C. Este puso a Verres como su legatus(4) y como tal, Verres podía cometer una de sus peores fechorías: el robo de arte. 


  • Saqueó las estatuas del templo de Apolo en Grecia
  • Robó una gran cantidad de oro del templo de Minerva
  • Robó cuadros y especies de Acaya
  • Robó otras estatuas de Quíos, Eritras y Halicarnaso. 
  • Saqueó el templo de Juno en Samos. 
  • Saqueó el templo de Diana en Perga. 

No sólo eso, Cicerón aseguraba que Verres tenías las obras de arte en su propia casa. 

Segundo discurso

En este discurso, Cicerón se enfoca directamente a la acusación, en efecto, anteriormente sólo habíamos visto los antecedentes de cada delito cometido por Verres.  

Después de una larga alabanza a los valores y hazañas del pueblo siciliano, Cicerón comienza a nombrar las cosas que experimentaba el pueblo en ese tiempo. Todos querían que Verres fuera sucedido rápidamente por Lucio Metelo, quien fue el próximo pretor de la isla. Si bien Cicerón elogió el gobierno de Lucio, éste último defendió a Verres en contra del pueblo siciliano, al igual que sus sucesores.

Traición a Dión de Halesa

La primera vez que Verres llegó a Sicilia, éste escribió una carta desde Messina(3) a Halesa(4), para llamar a su presencia a Dion de Halesa. Dion había recibido una cuantiosa herencia de su padre, con la única condición de que debía instalar unas estatuas en el foro a favor de Venus Ericina. Sin embargo, Verres sobornó a un siciliano para que demandase a Dion por la herencia, y obligó a éste último a pagarle 25 sestercios además de cederle una raza de caballos fina. En todo caso,Quinto Hortensio ya estaba enterado de estas injusticias. 

Derecho de los sicilianos

En ese tiempo los sicilianos se regían por la lex Rupilia (ley Rupilia), una ley provincial de Sicilia hecha por el cónsul romano Publio Rupilio. 

La ley consistía en que el conflicto que un particular tenía con el pueblo, o que el pueblo tenía con el particular debía ser mediado por un senador. Si un romano reclama de un siciliano, entonces se asigna un juez siciliano; si un siciliano de un romano, entonces se asigna un juez romano. 

Todo este sistema judicial que venía de la lex Rupilia fue alterado, modificado y finalmente arrebatado a los ciudadanos sicilianos por Verres. En efecto, en esa época existía lo que hoy se entiende como ius Verrinum (derecho de Verres) que en realidad servía como ius nouum (derecho nuevo), para hacer y deshacer las leyes. 

Conocido es el caso de Heraclio de Siracusa quien era un sacerdote del templo de Júpiter, que esperaba una herencia recibida después del sorteo de los litigios. Verres, llamado por la cuantiosa herencia que recibiría este siracusano, intervino en las leyes modificando la ley rupilia con ayuda de unos jueces y dejándose la herencia para él. Ante la gran imposición de Verres y sus jueces, Herión, quien podía haber sido millonario con la herencia, huyó de Siracusa con toda su pobreza. Verres y sus jueces decidieron condenarlo por no presentarse al juicio. 


Tercer discurso

Este discurso tiene que ver fundamentalmente con el tópico del trigo. El trigo para los sicilianos es el alimento que no solo les sirve para vivir, sino que también para sustentarse económicamente. 

Como vimos en la primera sesión, Verres se aprovechó nefastamente del diezmo que se le exigía al pueblo siciliano en trigo. Verres modificó ese diezmo y dictó el precio a su manera. 


Conclusión

Estas son una de las cuantas acusaciones a Verres por parte de Cicerón y el pueblo siciliano. Debo pedir disculpas porque probablemente, el análisis no deja apreciar bien la retórica que utiliza Cicerón en sus discursos o textos. Este fue uno de los cuantos juicios que Cicerón ganó por mucho, hay que considerar que Verres tenía todas las desventajas de ganar, pero también es cierto que nadie quería enfrentarse en un juicio con él. Recordemos que Cicerón no sólo acabó con este tirano, sino que también ganó un juicio contra el gobernador Sila unos años antes. Tenemos en este discurso a un orador difícil de derrotar. 

sábado, 20 de febrero de 2016

Marco Tulio Cicerón - Pro Roscio Comoedo (Defensa de Roscio el cómico) (75 a.C.).

Ubicada entre las obras de juventud, Marco Tulio Cicerón nos muestra la defensa a uno de los comediantes más importantes de la Antigua Roma. Hoy veremos un caso donde el conflicto de propiedad y deuda se hace discutible por unos momentos, cuando la repartición y los contratos no son claros. Aún vemos a un Cicerón un tanto jóven, pero no exento de lucidez e inteligencia para resolver un caso aún más difícil que el anterior. Todo indica que este caso es un vivo ejemplo del derecho privado de aquellos años. Veamos otra de las defensas protagonizadas por este magnífico orador.

Referencias:

(1) La estipulación era un contrato verbal en presencia de testigos. 

PRO ROSCIO COMOEDO
(DEFENSA DE ROSCIO EL CÓMICO)




Contexto

El famoso comediante Quinto Roscio había sido contratado por Gayo Fanio Querea, para que le enseñara a un esclavo de éste último llamado Panurgo el arte de la comedia. Cuando el esclavo alcanzara sus habilidades al máximo en esta disciplina, Roscio y Fanio se repartirían las ganancias que produjera su esclavo. 

Lamentablemente, Panurgo apareció asesinado por un tal Flavio de las Traquinias. Roscio llegó a un acuerdo con Flavio de 100.000 sestercios, pero que fueron equivalentes en propiedad. También dio una cantidad de dinero a Fanio por las molestias de la instrucción, siempre y cuando consiguiera más dinero de parte de Flavio. 

Fanio obtuvo 100.000 sestercios de Flavio, pero no se lo informó a Roscio. Años más tarde, Fanio le reclama a Roscio la mitad del valor de la tierra que consiguió con Flavio, ya que todo eso fue un acuerdo entre los tres. Flavio ya había muerto para ese entonces. 

Estructura del juicio:

Juez: Gayo Pisón

Acusador: Gayo Fanio Querea
Abogado de Quinto Roscio: Marco Tulio Cicerón

Evidencias

Las evidencias que provee Gayo Fanio son el libro de cuentas donde se llevaba registrado el negocio. Sin embargo, esta no es prueba suficiente, pues los documentos pueden fácilmente ser falsificados. Y si fuera así, Roscio también podría presentar un libro en el cual aparezcan faltas a los compromisos. 

Además, los 100.000 sestercios pedidos por Fanio no se encuentra en su libro de cuenta, sino más bien en sus borradores; lo que Cicerón considera una insensatez. Por otro lado, ¿Por qué Fanio dejó pasar cuatro años para reclamarle a Roscio los 100.00 sestercios? Cicerón exclama al juez que no considere como una prueba fehaciente el borrador de Fanio. 

Por otra parte, Fanio está cobrando 100.000 sestercios, pero la verdad es que la mitad de las propiedades equivaldría solamente a 50.000 sestercios. Luego de que se le aclarara esto, pide que le dinero se deje a arbitraje del juez., lo cual le hace perder credibilidad. 

Finalmente, la evidencia del libro (como borrador) queda totalmente invalidada. ¿Cómo pudieron establecer el trato? sólo por estipulación(1); en otras palabras, de manera verbal. Sin embargo, no hay testigos que digan que la deuda fue estipulada. 

Defensa

Para empezar la defensa, Cicerón compara la vida del demandante y el acusado. La vida y el carácter de Fanio es similar a un individuo que personifica Roscio en una comedia llamada ''El embustero'', de Plauto. Lo que busca Cicerón es comprar este personaje malvado y siniestro de la comedia, con la personalidad de Fanio. 

Además, ¿qué motivos podría tener Roscio para apoderarse de 50.000 sestercios si en realidad era rico y tenía un buen pasar? Por otro lado, Fanio debió acusar a Roscio por medio del arbiter pro socio quien es el árbitro apropiado para el caso. A su favor, Fanio indica que no quería que el pleito llegara a mayores, pero de todas maneras está perjudicando a Roscio. 

Conclusión

Es un discurso bastante corto y de fácil manejo para Cicerón debido a las inconsistencias que comete el acusador. Cabe destacar que este es uno de los discursos de Cicerón que no han sido recuperados por completo; es decir, solo se rescataron partes de él y no su totalidad; de hecho, la parte final no se ha encontrado. Este discurso formaría parte de lo que contemporáneamente conoceríamos como ''derecho privado'', que al parecer tiene sus diferencias después de más de 2000 años de antigüedad. 

viernes, 19 de febrero de 2016

Marco Tulio Cicerón - Pro Roscio Amerina (Defensa de Roscio de Amerina) (80 a. C.).

Tiempos álgidos azotan Roma en la época del 80 a. C., de hecho faltarán sólo algunos años para que Sila entre en Roma y tome el control por completo. Ahora bien, éste será un caso mucho más controversial que el anterior, pues aquí hablaremos de un asesinato perpetrado por un ciudadano romano: específicamente ''parricidio''. Cicerón deberá desplegar todas sus técnicas retóricas y persuasivas para mostrar la verdad, y convencer a los jueces de que el crimen no fue cometido por su defendido. Esta vez no se defenderá a un ciudadano romano ordinario, sino más bien a uno de los más ricos y acaudalados aristócratas de Roma. Bastará la sola habilidad de Cicerón para trascender en la historia como el orador y abogado más grande de la humanidad.

Definición:

(1) Cui bono est: significa en latín ''¿Quién sale beneficiado?
      Cui prodest: significa en latín ''¿Quién se aprovecha?

(2) Probabile ex vita: pruebas sacadas de la propia vida.



Referencias:

(1) Es la actual Amelia, ciudad ubicada en la provincia de Terni.
(2) Moneda romana antigua que equivalía a dos ases y medio. 
(3) Un principio del derecho romano donde se hacían pesquisas a quienes salían beneficiados en el asesinato de una persona. 
(4) Excluir, prohibir o desterrar a una persona legalmente por motivos políticos. Si se aparecía como proscrito en la lista de Sila, dicha persona podría ser legalmente asesinada. 

Pro Roscio Amerino
(Defensa de Roscio de Ameria)


Contexto

Sexto Roscio de Ameria(1) era un rico aristócrata de la sociedad romana. Tenía su finca al cuidado de su hijo de 40 años que también se llamaba Sexto Roscio, pero lamentablemente no llevaban una relación muy amistosa. 

Una noche, Sexto padre venía llegando de una cena y lo mataron. La noticia de la muerte no llegó a Sexto hijo directamente, sino más bien a un enemigo suyo llamado Capitón. Luego de cuatro días la noticia pasó a manos de Lucio Cornelio Crisógono, que era el liberto favorito de Sila. Cuando Crisógono se enteró de la muerte quiso aprovecharse de la situación y quedarse con la herencia; primero convenció a Sila de proscribir a Sexto Roscio padre para que sus riquezas pasaran a manos del Estado. 

Las riquezas fueron subastadas y Crisógono las compró a un precio menor de las que valían. Sexto hijo fue echado de su propia finca que encima le pertenecía como heredero. Sin embargo, el caso todavía no estaba cerrado y Crisógono pensó en culpar a Sexto hijo de la muerte de Sexto padre, lo cual sería muy fácil pues Crisógono era el favorito de Sila y nadie querría defender a Roscio en contra del gobernador de la República Romana

Estructura del juicio:

Presidente de tribunal: Marco Fanio

Testigos: Tito Roscio Magno y Tito Roscio Capitón

Acusador de Sexto Roscio: Gayo Erucio (comprado por Crisógono)
Abogado de Sexto Roscio: Marco Tulio Cicerón



Presentación de la defensa

Cicerón pone en claro su poca experiencia frente a los oradores que están en el juicio defendiendo a los secuaces de Sila. Como dijimos en el contexto, nadie se atrevía a defender a Sexto por la influencia que Sila tenía en los jueces y demases; además, Cicerón no perdía nada con defender a Sexto Roscio. 

Antecedentes

Las tierras de Sexto Roscio padre se estimaban en seis millones de sestercios(2), pero Lucio Cornelio Crisógono la compró a sólo dos mil a Lucio Sila.

Los acusadores (o el acusador) del crimen del padre de Sexto sale beneficiado, mientras que el acusado que es el único que se defiende sale perjudicado. El procedimiento que está queriendo nombrar Cicerón aquí es el cui bono est y el cui prodest(1)(3). 


''Para resolver este problema debemos enfocarnos en quién se beneficia con este asesinato''



Los sucesos

Como habíamos dicho Sexto Roscio padre era un rico e influyente aristócrata de la ciudad de Ameria. Tenía relaciones personales con los Metelos, los Servilios y los Escipiones, que de hecho fue lo único que le pudo dejar a su hijo, ya que fue despojado de sus bienes. 

Se sabía que Sexto Roscio tenía algunos enemigos llamados Tito Roscio Capitón y Tito Roscio Magno. El primero era un gladiador (más bien asesino a sueldo) y el otro un espadachín que era aprendiz del primero. El primero en llevar la noticia a Ameria es Mario Glaucia, quien era un liberto de Tito Roscio. Sin embargo, la noticia no es llevada al hijo de Sexto Roscio padre, sino más bien a Tito Capitón, quien era otro enemigo de Sexto Roscio padre. Finalmente la noticia llega a Crisógono en el campamento de Lucio Sila. 

El plan contra Sexto Roscio

En la lista de proscritos de Sila(5) no figuraba el nombre de Sexto Roscio padre, pero cuando Crisógono se enteró de la herencia, inmediatamente puso el nombre de Sexto Roscio hijo en el nombre de los proscritos. En fin, Crisógono, Capitón y Magno se repartieron la herencia y despojaron a Roscio hijo de esos bienes. 

Tiempo después Tito Roscio (no se sabe cual), quien a su vez era procurador de Crisógono va a Amerina y despoja a Sexto Roscio de todos su bienes y propiedades. El pueblo de Amerina se enteró y se lamentó de aquella noticia al ver a Sexto Roscio hijo como un pobre, y ver a Tito Roscio enriquecerse con los bienes del padre del otro. 

No obstante, bajo el decreto de los decuriones, Crisógono no pudo arrebatarle los bienes; por lo tanto, al estar Sexto Roscio padre proscrito no quedaba más que arrebatarle todos los bienes al hijo. Al atender esto, Sexto Roscio hijo se refugió en Roma en la casa de Cecilia, hermana de Nepote con la que Sexto Roscio padre tenía una relación. Finalmente, como Crisógono no pudo obtener todos los bienes de buena forma, tuvo que basarse en una acusación fatal: Sexto Roscio hijo cometió parricidio a Sexto Roscio padre. 

Seguramente, la efervescencia del momento hace que Cicerón hable como si él fuera el acusado hablando en primera persona. La frase de Cicerón para concluir con los sucesos es definitiva y aclaratoria:

''Acusáis a Sexto Roscio. ¿Por qué? Porque se os escapó de entre las manos, porque no se dejó matar''

Pasemos ahora a las razones que demuestran que Roscio es inocente. 


Refutaciones y demostraciones

La acusación formal la hace Erucio, pero la influencia en el juicio la tiene el mismo Crisógono como liberto de Sila. La acusación es principalmente parricidio. 

Cicerón comienza con la técnica retórica llamada probabile ex vita(2), el cual consta de sacar pruebas que refuten la acción cometida por el acusado; es decir, si Sexto Roscio ha tenido siempre una conducta irreprochable ¿cómo es que asesinó a su padre? El argumento descarta el asesinato a través de su conducta irreprochable. 

Acusaciones de Erucio y Refutaciones de Cicerón:

Erucio era un abogado muy conocido y querido en la República romana, mientras que Cicerón aun no se había distinguido lo suficiente. Veamos algunas de las refutaciones que le hizo Cicerón a Erucio.

  • Las acusaciones dicen que Sexto Roscio hijo a lo único que se ha dedicado es a cuidar sus tierras.

    R: ¿Para qué iba a matar a su padre si a lo único que se dedicaba era a la tierra y no tenía deudas?

  • Sexto Roscio hijo no era apreciado por su padre; ahí hay un motivo para matarlo.

    R: Cicerón argumenta que no hay pruebas fuertes para demostrar esto. Sólo era un rumor.
    Además, si el hijo tenía una conducta irreprochable ¿qué vicio pudo inducirlo a matar a su padre? ¿por qué su padre lo odiaba siendo que era un hijo ejemplar? 

  • La herencia es un castigo que el padre le impuso al hijo como castigo a dedicarse para siempre al campo. Ahí se representa el odio del padre.

    R: Es risible decir que tal herencia sea un castigo, pues los hombres de bien se ocupan de trabajar y labrar el campo. Más que un castigo es un beneficio. El cultivo y el trabajo de campo es algo connatural del hombre. 

  • El tiempo en que fue muerto Sexto Roscio padre hubieron muchos asesinatos que resultaron impunes. Sexto Roscio hijo fue uno de esos asesinos.

    R: Sexto Roscio hijo no se encontraba en Roma en ese momento, y como los mismos acusadores dicen, ''siempre se encontraba en el campo''. En todo caso, era más probable que Ttio Roscio matara a Sexto Roscio padre, o que el mismo Gayo Erucio. 


Naturalmente, antes de estas refutaciones que hacía Cicerón, Erucio se mostraba muy confiado, pues Crisógono le había asegurado que nadie se presentaría a la defensa y mucho menos lo pondría en contradicción. 

Por otro lado, el desorden psicológico (no hablaban en estos términos) que originaría la culpa de un parricidio, evidenciaría una conducta igual al hombre más ruin de todos o sino a un loco, características que Sexto Roscio hijo no tenía en absoluto. 

Una de las cosas más curiosas es que, Cicerón al indagar el origen del parricidio nos dice que cuando a Solón le preguntaron porque no estableció un castigo para los que mataban a los padres, este dijo ''no creo que alguien haga eso''. Para los griegos, suponer que alguien podría matar a su padre era impensable. Sin embargo, para los romanos sí estaba considerado un delito, y el o la que lo hiciera era azotado con un látigo y amarrado en un saco de cuero con una gallina, un mono, un perro o una serpiente; eran arrojados al río Tíber.



Culpabilidad de los acusadores

Una de las partes más insólitas del suceso es que Mario Glaucia le llevara la noticia a un enemigo de Sexto Roscio padre, y no directamente al hijo. ¿Por qué se e informó a los Titos Roscios y no a Sexto Roscio hijo? De acuerdo a la defensa de Cicerón, fueron los mismos Capitón y Magno los que enviaron a Glaucia a investigar, y también los mismos que mandaron a informar a Crisógono. 

¿Cómo deducir esto? Crisógono y los Roscios pensaban repartirse las fincas de Sexto Roscio padre. Posteriormente, Crisógono y sus secuaces pudieron repartirse los bienes y venderlos, puesto que cuando alguien es proscrito sus bienes pueden ser vendidos. La controversia care cuando Cicerón se pregunta si la venta de los bienes fueron hechos conforme a la ley; es decir, si se vendieron después de un juicio justo, o si se hicieron fuera de la ley; sin considerar el juicio (Ley Porcia). 

Como fue hecho fuera de la ley, Crisógono y sus secuaces fueron acusados de corrupción y Marco Tulio Cicerón gana el juicio en defender a Sexto Roscio. Nunca se supo más de Crisógono ni de sus secuaces. Erucio siguió con su carrera de abogado fiscal. 

Conclusión

Esta es una de las tantas injusticias que se dieron en Roma, pero no una que sea ajena a nuestra realidad contemporánea, pues aún hay casos de corrupción entre las personas de la ciudad y el campo. También cabe la injusticia cuando surgen los problemas políticos que son los momentos propicios para ejercer la corrupción, con el propósito de aprovecharse de la situación de conflicto. Este puede ser uno de los primeros casos donde se presenta el principio ''Cui bono'' (quién se beneficia), donde se considera culpable a quien obtiene provecho del asesinato.