viernes, 12 de julio de 2019

Santo Tomás de Aquino - De substantiis separatis (Sobre las sustancias separadas) (Parte III: Avicena y los platónicos) (1268)

La materia es indeterminada



Seguimos con la tercera parte de esta interesante entrega sobre las sustancias separadas. Santo Tomás de Aquino ya ha refutado las opiniones (como él las llama) de Platón, Aristóteles y Avicebrón. Es el turno de uno de los más grandes pensadores musulmanes de la Edad Media: Avicena. Por otro lado, esta parte también involucra el pensamiento de los platónicos que sostuvieron las ideas contrarias al aristotelismo de la época, las cuales Santo Tomás está dispuesto a refutar. Veamos qué tiene que decir con respecto al tema. 

De substantiis 
separatis


Parte III: Avicena y los platónicos



Avicena y la materia


La independencia de la materia

Muchas opiniones hay con respecto al primer principio del Universo. Los filósofos dicen que la Unidad del Universo proviene de este Primer Principio que sería Dios, sin embargo, también lo hace desde un orden a seguir. Desde el Primer Principio surge la Primera Inteligencia del Universo que luego de tener su lugar en el mundo, este voltea a observar y entender al Primer Principio. 

Luego se forma una Segunda Inteligencia que tal como la primera se entiende a sí misma y también torna al Primer Principio. Desde esa perspectiva, la segunda inteligencia forma la esfera del alma y luego los otros grupos de cuerpos. Así se determina la procesión desde el Primer Principio hasta el Primer Cuerpo. Estas son las ideas que Avicena tiene de la formación del Universo, de alguna manera, el filósofo musulmán nos dice que la procesión se da por cuestiones naturales, y no por la intervención del Primer Principio. 

En efecto, dice Avicena, pareciera ser que el Primer Principio no interviene en las cosas de segundo orden o segundas causas. 

Sin embargo, ¿se hace esto por necesidad de la naturaleza o por necesidad de la materia? de acuerdo a Aristóteles es por necesidad de la materia. Para Santo Tomás de Aquino, el orden de las cosas del Universo subyace en el Primer Principio, más precisamente, de su intención. El aquinate nos dice que las cosas de segundas causas (los cuerpos) no pueden ser creadas sin dejar el supuesto de que un agente superior los creó. 

Por lo demás, pareciera ser que Avicena olvida que los seres que están bajo la potestad de Dios no pueden generarse solos. Todos ellos necesitan una causa universal que los origine. Santo Tomás ejemplifica esto aún más con la naturaleza de los números, en efecto, si las naturalezas tuvieran su propia independencia, entonces el número seis no podría ser ''dos veces tres'', sino que solamente tendría que ser ''una vez seis'' lo cual no es correcto pues la naturaleza del número seis se da en relación a la unidad de otros números y no a sí mismo. Por lo tanto, Dios crea a todos los seres sin cambiar ni moverse, tal como el Primer Motor aristotélico. 


Platónicos y la materia

Los platónicos tienen la misma opinión de Santo Tomás de Aquino con respecto a la dependencia de la existencia de la materia a Dios. Lo que los platónicos añadieron fueron que los principios abstractos del entendimiento en las concepciones inteligibles (la belleza, la justicia, la verdad, etc.). En ese caso, entonces los seres no solo dependen de la existencia del Primer Principio, sino que también dependen de los conceptos abstractos; es decir, un ser depende del principio así como también depende del concepto ''vida'' ya que participa en él; y también en el concepto ''intelecto'' porque también participa de él. 

Sin embargo, Santo Tomás nos dice que los platónicos están en un equívoco. Si bien un ser puede dividirse en categorías como el intelecto y la vida, estos conceptos también existen y dependen de un ser superior. Un hombre no es hombre solamente por participar del concepto animal y también por participar del concepto de bípedo. Todos depende de un concepto del ser que es Dios. 

Conclusión

Pareciera ser entonces que tanto Avicena como los platónicos afirmaban la independencia que tenían los seres para producirse a sí mismos. Santo Tomás entra en conflicto refutando la idea de que los seres fueran autónomos respecto de su existencia, y aclara que estos son dependendientes de la intención de Dios. Ciertamente, este argumento rosa el espectro del ocasionalismo de Al-Ghazali que es criticado también por Santo Tomás de Aquino. De haber ahondado un poco más, quizás hubiésemos conocido en este texto la opinión del aquinate con respecto a la omnipotencia de Dios. 

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jueves, 11 de julio de 2019

Santo Tomás de Aquino - De substantiis separatis (Sobre las sustancias separadas) (Parte II: Avicebron) (1268)

Ibn Gabirol (o Avicebrón) fue un filósofo judío que tenía
una controvertida teoría sobre la sustancia de los ángeles:
estaba compuesta de materia y forma.

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Luego de haber discutido las distintas posiciones de Platón y Aristóteles en relación a las sustancias separadas, nos toca ver la cosmovisión y teoría que tenía el filósofo judío Avicebrón. Frente a todos los otros filósofos, Santo Tomás de Aquino recoge las ideas de este las cuales son las más diferenciadoras de los sucesores de Platón y Aristóteles. El aquinate hace una refutación de todos los argumentos de Avicebrón, encontrándolos improbables y confusos, pero debemos ver en qué grado se da todo esto.


De substantiis 
separatis


Parte II: Avicebrón

Materia y forma

El comienzo de su teoría es que todas las sustancias inferiores a Dios están compuesta de forma y materia. Nos dice el sabio judío que las cosas están compuestas por forma y materia, y que de la potencia pasan al acto. 

Para Avicebrón, los cuatro elementos (agua, fuego, tierra y aire) son cuerpos que solo contrastan en sus cualidades. Por lo tanto, el filósofos nos dice que hay dos especies de materia: universal (perteneciente a los ángeles) y natural (perteneciente a los cuerpos de la Tierra).

Por otro lado, Avicebrón identifica otras dos materias que serían la materia celeste, es decir, aquella que pertenece a los cuerpos celestes; y finalmente la materia sublunar, que es aquella que pertenece a todo lo que está sujeto a la generación y la corrupción (los cuatro elementos).

.
Constitución del ser en Avicebron:

Materia Universal: seres celestiales
Materia Natural: seres corporales
Materia Celeste: cuerpos celestes o astros
Materia Sublunar: agua, tierra, aire y fuego

Sin embargo, Avicebrón nos dice que todos estos entes están hechos tanto de materia como de forma. De hecho, el filósofos nos dice que de no ser así no podría existir la multiplicidad. Por ejemplo, si los ángeles solo fuesen materia, entonces se seguiría que los ángeles no podrían ser más de uno ya que la materia es solo una y sólo se diversifica por la forma; por el contrario si solo son formas, entonces ninguna asignación (a la materia) podría llevarse a cabo. Por lo demás, ser sujeto significa tener materia y no forma, de acuerdo a Avicebrón, se es sujeto cuando hay materia.

Si esto es así, es decir, si están compuestos de materia y forma entonces los seres espirituales se clasificarían en inferiores y superiores, ya que la diferencia de un ser se ve en la materia. 


Por otro lado, otro problema que identifica Avicebron es que si todos tienen sustancias, entonces se entiende que hay sustancias superiores e inferiores. Por ejemplo, las sustancias de los seres de la tierra son inferiores a los de los cuerpos celestes; lo que quiere decir también que habría una pluralidad de formas. 

Por lo tanto, todas las criaturas sean espirituales o no deben tener tanto forma como materia. 

Refutación al argumento

Lo que dice Avicebrón es insostenible porque lo que realmente define que la materia exista es la forma. Lo que está en potencia aún no existe en concreto y el acto es el que finalmente lo determina. Por lo tanto, aquellos seres que están más unidos a la materia tienen menos carácter de ser que aquellos que no están unidos. Y en ese caso, los seres más superiores son aquellos que tienen más carácter ya que no están unidos a la materia.

Pareciera ser, en opinión a Santo Tomás de Aquino, que Avicebrón volvió a la opinión de los antiguos filósofos griegos que decían que el mundo estaba creado por los elementos de la naturaleza. En efecto, Avicebrón cree que la materia es una actualidad en sí misma, lo que es un tremendo error según la lógica aristotélica.

De esta forma, se destruye completamente la sustancia única, pues no habría cómo llegar a una unidad perfecta, sino que solamente a la pluralidad de cosas. De hecho, en este sentido solo habría materialidad pues nunca se podría alcanzar la forma primaria.


La materia en las sustancias separadas

La materia tiene la propiedad de recibir las formas. Si esto es así, entonces la materia de los ángeles también podrá recibir las formas. Sin embargo, las cosas corporales reciben la forma de otro modo, distinto de cómo lo hacen los ángeles. En efecto, la materia de los seres corporales será diferente de aquella de los ángeles. ¿Por qué? porque la forma de recibir de las criaturas del mundo sublunar tienen una materia inferior. Por lo tanto, la materia de los ángeles sería mucho más ''noble'' y ''fina'' que de los seres corporales.

Santo Tomás vuelve a recordarnos que el ser está compuesto de potencia y acto, y que los seres más cercanos al acto son más perfectos que aquellos que están cercanos a la potencia. Así, otra diferencia entre los ángeles y los seres corporales es que los primeros están más cerca del acto que de la potencia, mientras los otros son todo lo contrario. 

La forma y la materia

Pareciera ser, entonces, que de acuerdo a Avicebrón no podría existir la diferencia entre los seres si estos no estuvieran compuestos de materia y forma (incluyendo a los ángeles). Sin embargo, la verdad es que las distintas materias (de seres corporales o celestiales) reciben la forma de manera distinta. Los cuerpos celestiales llevan la materia a su perfección quedando ninguna potencia en ellas, mientras que la forma de la materia de los seres corporales no se perfecciona ya que la forma es recibida de manera inferior. Lo mismo pasa con la materia de los elementos sublunares (agua, tierra, aire y fuego). 

Conclusión

Esta puede ser la crítica más grande que haya tenido el filósofo judío Avicebrón. No creo que la teoría de Avicebrón deba ser rechazada inmediatamente al dar materia y forma a todos los cuerpos, pues es lógico pensar que todo ''ser'' tiene un cuerpo. Sin embargo, si nos enfocamos en la metafísica aristotélica y la comprendemos en su esencia, entonces tendremos que rechazar el postulado de Avicebrón al, como dije anteriormente, ''actualizar'' la materia o tratar a la materia como si también fuera un acto.

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domingo, 7 de julio de 2019

¿Era Aristóteles monoteísta o politeísta?

Estatua de Aristóteles

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¿Era Aristóteles monoteísta o politeísta?

Contexto entre los griegos

¿Será verdad que el gran científico de la antigüedad haya sido un creyente monoteísta o politeísta? La verdad es que de primer plano descartamos que haya sido ateo, pues su metafísica ya nos describe los primeros trazos de una divinidad: el Primer Motor Inmóvil

En el contexto de la antigua civilización griega, podemos notar fácilmente a través de las historias y la mitología que la gran mayoría de la población era politeísta. Tenían a todos sus dioses descritos en las historias de Homero, que su existencia era innegable. Puede ser que este contexto haya llevado a Platón a creer en la existencia de los dioses, además de que su teoría de las ideas nos aproxima también a que perfectamente pueden ser los dioses estas ideas. 

De hecho, Platón mismo en el libro X de Las Leyes dice:

 ''Quién dice con todas estas pruebas que los dioses no existen, debe entonces considerarse como insensatos''

Por lo tanto, no cabe duda de que Platón fue un creyente de los dioses.

Aristóteles y el monoteísmo

En la medida que vamos viendo todos los textos de Aristóteles, nos daremos cuenta que tiene dos conceptos claves: ''Física'' y ''Metafísica''. En el primero se describen todos los fenómenos de las ciencias naturales, mientras que en el segundo vemos los fenómenos de aquello que va más allá de las ciencias naturales.

Aristóteles introduce un concepto fundamental en la metafísica el cual es ''El Primer Motor Inmóvil'', es decir, un primer motor inteligente que mueve sin ser movido. Este Primer Motor Inmóvil, sea con intención o no, funda lo que conoceremos más adelante como una teología natural indispensable para el pensamiento tomista-aristotélico. 

Sin embargo, esto no solo será en el plano del cristianismo sino que también para las demás religiones monoteístas: islam y judaísmo. Estas religiones basaron sus teorías teológicas en base a este sistema de movimientos metafísicos que proponía Aristóteles, lo que nos lleva a pensar que efectivamente Aristóteles era monoteísta. 

Aristóteles y el politeísmo

Podría decirse que no necesariamente es monoteísta ya que el Primer Motor Inmóvil no describe un Dios literalmente. De hecho, las diversas interpretaciones que tuvieron los filósofos posteriores dieron nacimiento a nuevas y distintas ideas sobre el Primer Motor Inmóvil

Además, recordemos que Aristóteles también nos dijo que el mundo también era eterno, lo que no coincide con las religión cristiana que postula que Dios creó al mundo. Esta idea de que el mundo es eterno la tomará Averroes para su propia teología, diciendo que Dios y mundo son eternos, contrastando así con las ideas de otros filósofos árabes como Al-Ghazali y Al-Farabi. Cosa distinta pensaba Santo Tomás de Aquino quien decía que el estagirita, si bien dice que el mundo es eterno, nunca dice que no es creado por Dios. 

Podríamos añadir que Aristóteles cree en las sustancias de los cuerpos celestes que los hacen girar, aunque podría decirse que tienen un principio regidor que es el Primer Motor Inmóvil

Por último, es importante añadir que en sus reliquias, una de ellas era la diosa de la agricultura: Deméter. Aristóteles pidió que esta reliquias, la cual era una estatua, fuera consagrada y dejada a su madre. No obstante, podríamos tomar esto como un gesto simbólico de Aristóteles, o como una simple petición o deseo de su madre. En cualquier caso, llama la atención que de Aristóteles hayan salido estas curiosidades. 

Conclusión

Pareciera ser que este estudio nos deja con la duda de si Aristóteles fuera monoteísta o politeísta. En un aspecto podríamos decir que se asemejaba a un monoteísta por su teoría del Primer Motor Inmóvil, pero por otro lado bien podemos decir que fue politeísta en su vida personal. También hay que destacar que las diversas interpretaciones que surgieron en la Edad Media pusieron las ideas de Aristóteles en duda, pues nadie puede asegurar qué escribió y pensó exactamente el estagirita. Sea como sea, Aristóteles sorprendió a toda la humanidad con sus teorías metafísicas de un ente capaz de organizar el universo sin ser movido. Mantengamos la respuesta de esta pregunta como otra de las tantas interrogantes a resolver. 
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Santo Tomás de Aquino - De substantiis separatis (Sobre las sustancias separadas) (Parte I: Platón y Aristóteles) (1268)



Teniendo una introducción opuesta a quienes estén en contra de la fe católica, Santo Tomás de Aquino aborda el tema de las sustancias separadas en el siguiente trabajo opúsculo. La verdad es que el tema de las sustancias en el cristianismo es algo importante, ya que deja entender el fenómeno del alma y las esencias. En el presente trabajo, Santo Tomás de Aquino nos dará un viaje histórico desde los filósofos más antiguos hasta darnos su propia opinión sobre este tema. 

De substantiis separatis

Parte I: Platón y Aristóteles


Platón y los antiguos

Empezando por los filósofos antiguos, recordemos que si bien creían en los dioses, estos decían que los principios del mundo eran más bien materiales. Tenemos los ejemplos de Tales, Heráclito, Anaxímenes, entre otros. Solamente fue Anaxágoras quien dijo que existía un principio incorpóreo en los principios del Universo. 

Santo Tomás nos dice que Anaxágoras estuvo mucho más cerca de la verdad que sus antecesores, pero solamente cayó en una cosa: la existencia de una sola inteligencia. Para Santo Tomás de Aquino, las sustancia divina no es una sola pues también existen los ángeles. Estos también son considerados como seres divinos al igual que Dios, pero con cierta inferioridad. Por lo demás, Anaxímenes menciona que el intelecto no tiene poder sobre la materialidad, pues no es de su misma sustancia y por lo tanto el hombre no sería capaz de comprender lo universal. 

Platón tenía un planteamiento mucho más correcto que el de Anaxímenes, ya que Platón nos dice que el hombre sí puede entender lo universal a través de la abstracción de las cosas por medio del intelecto. Dichas abstracciones son dos: las matemáticas y las ideas. Las matemáticas tienen ciertas especies como lo son los números, pero las ideas no son múltiples sino que son una sola: la justicia, el bien, la verdad, la belleza, etc. 

Por lo tanto, Platón nos enseña en su teoría que la Unidad está por sobre la multiplicidad. Desde este punto de vista, todo lo que esté cerca de dicha Unidad será más apreciado porque tiene la participación en las formas, es decir, en aquello que es perfectamente uno y no en la materialidad. De ahí que Platón plantee en Timeo que existen seres superiores como los cuerpos celestes que logran su propio movimiento (los planetas por ejemplo). Por lo tanto, en Platón podríamos tener la primera mirada de sustancias separadas: Dios y el alma de los cuerpos celestes (o almas celestiales). 

Aristóteles

Sin embargo, de acuerdo a Santo Tomás Platón estaba equivocado. Esto lo dice porque no es necesario que lo que entiende el intelecto, las cosas materiales, tenga que tener una existencia separada en la realidad. Santo Tomás nos dice que lo intelectual de las cosas es la esencia de cada cosa; por ejemplo, si una mujer es bella, la palabra ''bella'' representaría su esencia que no está separada de la realidad de la mujer. 

Es por esto que en Aristóteles se ve un camino más seguro para entender las sustancias separadas. Primero establece que todas las cosas se mueven por algo que las mueve. No obstante, si seguimos la secuencia de movedores veremos que en primera instancia tendremos que encontrar que uno no se mueva, es decir, un principio inmóvil. Este principio es infinito y al mismo tiempo mueve infinitamente a todo lo demás. Solo un poder infinito puede mover un tiempo infinito. El primer principio mueve sin ser movido pues no tiene magnitud. 

Pero cuando hablamos de los cuerpos celestes ocurre un problema no menor. Aristóteles observa los movimientos de estos y determina al menos 55 movimientos propios por medio de unas esferas. Esto nos dice que no solo hay una sustancia para los cuerpos celestes sino que también una sustancia para aquellos movimientos que otorgan estas esferas. Esto solo plantea un problema mayor al movimiento de los planetas, pues añade más sustancias que verdaderamente no serían necesarias. Además, Aristóteles nos dice que los movimientos pueden ser incluso más, pero nunca dice cuántos. Pareciera ser que deja esta tarea a los hombres que lo sucederán. 

En lo que si acuerdan tanto Platón como Aristóteles es que las sustancias están completamente libres de la materia, pero no de la potencia y el acto (que es el principio constitutivo de toda las cosas). También acuerdan en que el primer principio (la Unidad para Platón y el Primer motor para Aristóteles) es eterno y es bueno. Para Aristóteles existirían tres sustancias: el alma, los cuerpos celestes, los movimientos y el Primer Motor; mientras que para Platón hay dos, la Unidad y el alma. 

Conclusión

Vemos aquí los problemas que Santo Tomás de Aquino pudo observar entre estos dos filósofos con respecto a las sustancias separadas. Aún es un tema muy complejo abordarlo, pero los resúmenes de estos filósofos anteriores nos ayudarán a comprender el modo en que Santo Tomás de Aquino comprendía las sustancias separadas. Aún nos falta ver algunos otros filósofos en este capítulo, de hecho, en el próximo veremos algunos filósofos árabes.


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viernes, 5 de julio de 2019

Santo Tomás de Aquino - Comentarios a Averroes


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Comentarios a Averroes

Es quizás uno de los grandes rivales de Santo Tomás de Aquino en el plano intelectual. Tanto es así que el mismísimo Aquinate elabora un libro llamado ''Contra Averroístas'' (que analizaremos más en detalle en la obra de Santo Tomás) cuyo texto aborda las criticas más implacables contra el filósofos musulmán. Gran Comentador de Aristóteles, Averroes se ganó el aprecio de todos los intelectuales de su época. 

¿Cómo es que siendo tan connotado Averroes se gane el repudio de Santo Tomás de Aquino? Quizás una primera respuesta pueda ser la religión, pero debemos observar mucho más allá de esto. 

Dios y su esencia

Para demostrar la existencia de Dios, Averroes no utiliza la teología sino que la filosofía natural. La teoría del movimiento en Aristóteles lo convencerá mucho más de probar la existencia del Ser Supremo, diciendo que este es un movimiento infinito que mueve a las demás cosas; es decir, el Primer Motor Inmóvil. 

Tanto es así que Dios no solo otorga movimiento a las cosas, sino que también todas las cosas están contenidas en él. En otras palabras:

''La sustancia divina es la medida de todas las cosas''

Con todo lo anterior Santo Tomás de Aquino está de acuerdo, sin embargo, ya en los siguientes temas empiezan a diferir.

Averroes nos dice que Dios conoce su ser, pero al conocer su ser no conocería la esencia de las demás cosas. Dios solo conoce aquellas cosas que le son comunes a él, por lo tanto, Dios no estaría en conocimiento de aquellas cosas singulares. 

En este sentido, para Averroes Dios no conocería el mal porque el mal es privación y la privación (que sería la nada) es incognoscible. No obstante, Santo Tomás de Aquino rechaza tal proposición ya que saber qué es una privación es exactamente conocer aquella privación. 

Por otro lado, si Dios no conoce a los singulares, entonces tampoco conocería a los hombres, lo que equivaldría a decir que no conoce a quienes dirige. El argumento de Averroes también sigue por la línea de lo Universal, es decir, que lo Universal no conoce lo Particular porque este último está en la materia. Sin embargo, Santo Tomás nos dice que la divinidad se extiende a todo lo que existe, esto es, todo lo que no tenga privación; por lo tanto, siguiendo el mismo argumento de Averroes entonces se dice que los Universales sí conocen a los Particulares. 

Creación del mundo

Lo que más resalta en la teoría de la creación de Averroes es que el mundo es tan eterno como Dios. Simplemente, Averroes nos dice que el vacío no existe y que por lo tanto el mundo debió existir siempre, de manera coeterna con Dios. Santo Tomás en parte está de acuerdo con esto, diciendo que, claro, el vacío no existe porque presupone una privación de un lugar donde había un cuerpo. Sin embargo, con Dios no se puede presuponer nada. 

En otras palabras, Averroes nos dice que Dios da el ser a todo lo ya existente (pues el mundo existió con él) ninguna cosa puede provenir de la nada. Santo Tomás le reclama en los comentarios que la causalidad de Dios se entiende de otra manera: Dios creó todo simultáneamente y en el tiempo porque así fue querido por él. Si bien se necesita un movimiento para crear algo, eso es sólo en el caso del mundo terrenal pero no en el caso de Dios. 

El intelecto agente y el intelecto posible

El intelecto agente es aquel intelecto que el hombre puede alcanzar cuando su propio intelecto (intelecto material o posible) alcanza su máxima expresión. En otras palabras, el intelecto agente es ese intelecto de los seres superiores, mientras que el intelecto posible es aquel que tienen las demás creaturas. Este último intelecto se actualiza (llega a estar en acto) cuando recibe el intelecto agente. Un ejemplo para entender esto podría configurarse de la siguiente manera: un maestro enseña a su alumno. Ese conocimiento que el maestro entrega sería el intelecto agente y este sólo puede ser captado por el intelecto posible para aprehenderlo. Cuando el hombre adquiere este conocimiento, entonces es ahí donde encuentra la felicidad.

Sin embargo, nuevamente Santo Tomás de Aquino no comparte las teorías de Averroes diciendo que es imposible que el hombre conozca el intelecto agente en esta vida; sería conocer los seres celestes y a Dios inmediatamente. Por otro lado, Tomás de Aquino se pregunta ¿cómo es que se une el intelecto agente y el posible? Averroes contestaba que lo hacen a través de la imaginación, es decir, las imágenes son el puente entre el intelecto agente y el intelecto posible; sin embargo, esto no sería posible porque el intelecto agente no puede depender de las imágenes. 

El alma

En realidad este es el tema más controversial y problemático entre los dos intelectuales. Esto es porque no se sabe muy bien lo que Averroes quiso decir y sus comentadores no dejan muchas pistas tampoco. Tenemos que el alma, una vez separada del cuerpo se une a un ente o sustancia común perteneciente a todos los hombres. Santo Tomás de Aquino duda de que esta teoría fuera de Averroes, pero no hay otras fuentes que digan lo contrario

Por otro lado, lo que Averroes sí planteaba era que el alma estaba separada del cuerpo, pero estaba unida a este sólo por las imágenes. Es decir, ocupa el mismo argumento del intelecto agente y el intelecto material para hacer una especie de analogía con el alma y el cuerpo. Por supuesto, Santo Tomás rechaza la teoría por las mismas razones de la primera argumentación. 

Conclusión

Averroes creía firmemente que los conocimientos del intelecto agente podían ser conocidos en esta vida. Santo Tomás de Aquino difiere de él, pero esto no quiere decir que el aquinate no crea que el hombre pueda ser feliz; al contrario, plantea que puede serlo mientras siga los mandatos de Dios. Lo que llama más la continua discusión que los filósofos tienen con respecto al intelecto agente y material que, en pocos años después caerá en desuso y nadie más hablará de aquello. 



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domingo, 30 de junio de 2019

¿Cuáles son las diferencias y semejanzas entre Sócrates y Jesús de Nazaret?


¿Cuál es la diferencia entre Sócrates y Jesús?

Cuando nos instruimos en el mundo de la filosofía y conocemos la vida de Sócrates, es inevitable recordar la similitud que en algunas cosas tenía este filósofo con Jesús. Sin embargo, al mismo tiempo podemos reconocer grandes diferencias entre estos hombres, los más sabios en su propio ámbito. Hoy abordaremos sus similitudes y diferencias. 

Similitudes

Contrarios a las enseñanzas de sus tiempos

Una de las primeras cosas que debemos observar es el método de enseñanza que ellos tenían. De hecho, ambos estaban en contra de los métodos de enseñanzas de su propia época. Sócrates estaba en contra de los sofistas y Jesús estaba en contra de las enseñanzas judías (recordemos como Jesús rechazaba las reglas del Sabbath).

Vivieron una vida de pobreza

Tanto Sócrates como Jesús vivieron una vida de pobreza. En algunos textos se describe a Sócrates como pobre usando ropajes simples y rústicos. La imagen de Jesús es algo similar con la diferencia de que Jesús era carpintero. 

Ninguno escribió libro o texto alguno

Ninguno de los dos dejó libro o texto alguno. Todo lo que sabemos de ellos ha sido conocido gracias a otros autores. 

Ambos sufrieron una conspiración

Tanto Sócrates como Jesús sufrieron una conspiración de parte de aquellos que querían acallarlos.

Ambos fueron condenados por el gobierno

Los dos fueron condenados por las leyes de sus gobiernos. Sócrates fue condenado a beber la cicuta (envenenamiento) y Jesús fue condenado a la crucifixión. 

No escaparon de su destino

Jesús sabía lo que le deparaba el destino en cuanto a su muerte, mientras que Sócrates, al saber que moriría y le fue ofrecida la huida, no quiso huir y enfrentó su destino sin más.

¿Existieron?

Muchos investigadores y profesionales dudan de la existencia de ambos, a pesar de tener fuentes históricas y literarias que los mencionan. Quizás nunca haya prueba suficiente para demostrar si existieron o no. No obstante, se cree más en la existencia de Sócrates que en la existencia de Jesús.

Visión sobre la mujer

Tanto Jesús como Sócrates tenían una visión positiva sobre la mujer en cuanto a la educación. Sócrates está de acuerdo con que las mujeres se eduquen igual que los hombres, mientras que Jesús incluía en sus sermones tanto a hombres como mujeres. Sin embargo, en el Nuevo Testamento veremos que el libro Timoteo desplaza la importancia de la mujer disminuyendola en un rol inferior al del hombre, aunque debe considerarse que en Timoteo la historia de Jesús no está contemplada.

Diferencias

Razón y fe

Ambos tenían visiones distintas del entendimiento y del fin del hombre en este mundo. Sócrates nos hablaba de las formas y el conocimiento puro, mientras que Jesús nos hablaba de la fe.

Lenguaje

Obviamente la otra diferencia que tenemos es el lenguaje. Sócrates hablaba griego, pero ¿qué idioma hablaba Jesús? los expertos dicen que hablaba arameo, otros dicen que hablaba griego, otros dicen que hablaba hebreo (ya que se educó con los judíos) y finalmente unos dicen que era analfabeto. 

En esto último, es probable que de Sócrates también se hubiese dicho lo mismo ya que ambos no dejaron nada escrito. Sin embargo, si seguimos la historia bíblica veremos que Jesús asistía a la sinagoga para leer los textos del profeta Isaías. 

Métodos de enseñanza

Sócrates enseñaba a través de la dialéctica que el conocimiento sigue lineamientos lógicos que debían ser seguidos. Jesús enseñaba a sus discípulos a través de parábolas y frases reconocibles para el entendimiento, y que eran fácilmente recordables. 

Discursos

Sócrates tenía una audiencia muy distinta a la de Jesús. Por un lado, Sócrates tenía a todos los aristócratas de su época escuchándolo, mientras que Jesús hablaba tanto con pobres como con ricos. 

Distintas escuelas

Luego de sus muertes ambos fundan (queriendo o no) escuelas distintas de pensamiento. Por un lado Sócrates da comienzo a una filosofía moral distinta a la de sus predecesores, mientras que Jesús da comienzo a una religión basada en la fe.

Profecía

Se supone que Jesús era un profeta anunciado por el Antiguo testamento, pero Sócrates no fue un profeta como tal. De hecho, Jesús es reconocido como hijo de Dios, mientras que Sócrates el oráculo lo reconocía como el hombre más sabio. 

Milagros

Mientras que Jesús hacía milagros frente a todos los que le rodeaban, de Sócrates no hay mención de ningún milagro que haya realizado. 

Conclusión

Independiente de las similitudes y diferencias que estos dos hombres hayan tenido, la contribución que estos dejaron a la humanidad es fascinante. Pareciera ser que esta lección nos da a elegir entre dos pensamientos distintos e irreconciliables, pero siempre es mejor mirar todo en perspectiva y sacar algo bueno el uno del otro (si es que es posible). Los mismos filósofos posteriores a Sócrates, sobre todo aquellos de la Edad Media harán sus propias elecciones con respecto a estos dos grandes hombres. 

viernes, 28 de junio de 2019

Visión de la mujer por los griegos

Las cariátides eran pilares tallados como mujer para sostener un templo

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Visión de la mujer por los griegos


Hoy en día está muy en boga el rol de la mujer tanto en la historia como en la actualidad. Sin duda que han tenido un rol importante y preponderante que hoy veremos a través de las visiones de los filósofos más importantes de la Antigua Grecia: Platón y Aristóteles. 

Platón y las mujeres

Educación y trabajo

Si ahondamos en los textos más importantes de Platón, veremos que el Libro V de la República fue dedicado a la labor y el rol de la mujer en la ciudad. 

Al comienzo, Sócrates nos dice que la mujer debe recibir la misma educación que el guardián de la ciudad. No obstante, Sócrates reconoce en el diálogo que la naturaleza del hombre y de la mujer difieren notablemente. En la República de Platón se suponía que cada ciudadano tenía un rol asignado que debía cumplir de acuerdo con su naturaleza; por lo tanto, habría una contradicción. Sin embargo, Sócrates distingue en la diferencia entre sexos y la diferencia entre trabajos, es decir, el trabajo es igual para todos los ciudadanos sean cuales sean sus diferencias. La naturaleza del trabajo siempre es la misma. 

Pero lo que sí reconoce Sócrates es que las mujeres son más instruidas que el hombre para ciertos trabajos (las comidas por ejemplo), mientras que los hombres son más instruidos en los trabajos más pesados. Sócrates no dice que las mujeres no puedan hacer el trabajo de hombre, pero sí que les costará más debido a su naturaleza. 

Finalmente, Sócrates establece lo siguiente para las mujeres:

Educación: la misma que de los hombres
Trabajo: dependiendo si es capaz de realizarlo 

Convivencia

Sócrates menciona a su amigo Glaucón que las mujeres no deben vivir privadamente con ningún hombre, ni los hijos tampoco pueden ser privados; todos deben ser comunes. Recordemos que Sócrates expone en su República una vida en común contrario a  las ideas de Aristóteles

La mujer debe tener su bebé a los 20 años de edad, mientras que el hombre debiera tener 30 años. 

El alma de las mujeres

Otro tema importante que Platón hace mención es el alma de las mujeres en el texto ''Timeo''.

Cuando Sócrates habla sobre la reencarnación, este dice en el diálogo que quien obre correctamente reencarnará en un hombre, mientras que el que obre incorrectamente reencarnará en una mujer, y si siendo mujer no obra correctamente reencarnará en un animal

Bajo este concepto, para Sócrates el alma de las mujeres tendría cierta similitud con la de los animales. De hecho, Sócrates dice que las mujeres tienen la misma cólera que ellos cuando habla sobre el ''útero errante'', que hoy en día llamaríamos ''histeria''. 

Conocimiento de la mujer

No obstante las cosas que se han dicho anteriormente, en el Banquete tenemos un diálogo entre Sócrates y otros amigos que discuten sobre el amor. Sócrates confiesa que todo lo que sabía en ese momento sobre el amor se lo había enseñado una mujer. Aquella mujer era Diotima quien finalmente daba un concepto del amor basado en los dioses de la Antigua Grecia.

Aristóteles y las mujeres

Biología

Aristóteles nos dice que el hombre y la mujer tienen claras diferencias biológicas y en efecto es así. En su libro ''Historia de los animales'' nos dice que,aparte de todas las diferencias visibles del cuerpo,  las mujeres tienen una sutura circular en el cráneo, mientras que los hombres tienen tres que confluyen en un mismo punto. Otros hombres no tienen sutura alguna en el cráneo.

Creación de la familia 


Para Aristóteles, hay seres que han nacido para mandar y otros para obedecer. Entre los que deben obedecer son las mujeres, los esclavos y los barbaros. De hecho, la relación esposo y mujer (amo y esclavo) forma la familia; por lo tanto, dicha relación es una cuestión de la naturaleza. Aristóteles retrata éste hecho con la siguiente cita de Hesíodo. 

''La casa, luego la mujer y el buey orador''

Es decir, primero van los asuntos de la casa, luego los esclavos porque puede suceder que el hombre sea pobre y no tenga otro esclavo que un animal. Bajo este punto, queda claro que Aristóteles no creía en la educación para las mujeres.


La mujer que es considerada como esclava le es preciso ser sumisa y obediente como el esclavo; a los hijos les corresponde lo mismo. Ese es el tipo de virtud que les pertenece. Ahora, la mujer se diferencia del esclavo, ya que la mujer tiene voluntad, pero no autoridad, el esclavo no tiene ni lo uno ni lo otro. 

Lealtad de parte del hombre

Existe un tratado de Economía (aunque se dice que es falso) donde Aristóteles dice que el hombre debe ser fiel y leal a la mujer. Ambos son guardianes de sus propios intereses con respecto al hogar y la familia. 

Sin embargo, la mujer también tenía que tener reglas, pues ocurre el caso que en Lacedemonia las mujeres carecían de leyes por lo que se dedicaban al lujo y al desorden. 

Conclusión

Más allá del evidente machismo de la Antigua Grecia es necesario destacar el contexto histórico en que esta cuidad se desenvolvía. Sin embargo, es notable destacar el rol que Platón ponía a las mujeres en cuanto a la educación, es decir, hace más de 2000 años la mujer fue considerada igual al hombre en términos educativos. También observemos la superioridad que tenía en temas tan importantes como el amor, donde el mismo Sócrates admite su ignorancia sobre aquello. Muy distinto de la opinión de Aristóteles quien la consideraba como un esclavo al servicio del hombre, visión que en algunos casos aún no ha desaparecido. 


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