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La discusión entre Sócrates y Adimanto
¿Filósofos inútiles? sí, puede que muchas personas sin información sobre quiénes fueron los grandes filósofos de la historia, consideren a estos hombres ociosos y pensantes o como intelectuales que no hacían más que divagar en asuntos inútiles. ¿Será así?
Hoy vamos a ver este asunto que no es una cuestión actual, sino que ya se trató hace bastante tiempo. De hecho, una de las primeras menciones la tenemos en La República de Platón en un diálogo que Sócrates tiene con Adimanto.
Adimanto crítica fuertemente la postura de Sócrates con respecto a los filósofos, pues argumentó que en la mayoría de los casos estos son inútiles en los asuntos prácticos. Además, Adimanto agrega que los filósofos no tienen buena reputación. Una prueba de ellos es que los filósofos viven en la pobreza extrema (por ejemplo, Sócrates era muy pobre), se dedican al ocio más que a la productividad y a la abstracción más que a lo práctico.
Hoy vamos a ver este asunto que no es una cuestión actual, sino que ya se trató hace bastante tiempo. De hecho, una de las primeras menciones la tenemos en La República de Platón en un diálogo que Sócrates tiene con Adimanto.
Adimanto y los filósofos inútiles
La mirada de Sócrates
Sócrates nos dice en el Libro VI de la República que los filósofos son aquellos que se apasionan por aprender la esencia de las cosas y amantes del saber por sobre todo de la verdad. Deben ser partidarios de cultivar el alma y dejar de lado los placeres del cuerpo. Deben ser hombres que tenga una buena memoria, pues los olvidadizos no podrán servir ni para ellos mismos. Todos estos eran atributos que los filósofos debían tener para servir en la ciudad.
La mirada de Adimanto
Adimanto crítica fuertemente la postura de Sócrates con respecto a los filósofos, pues argumentó que en la mayoría de los casos estos son inútiles en los asuntos prácticos. Además, Adimanto agrega que los filósofos no tienen buena reputación. Una prueba de ellos es que los filósofos viven en la pobreza extrema (por ejemplo, Sócrates era muy pobre), se dedican al ocio más que a la productividad y a la abstracción más que a lo práctico.
¿Realmente son inútiles?
La respuesta de Sócrates a Adimanto es que esa reputación de los filósofos, si bien se sostiene por la mayoría de las personas, también hay que analizar los detalles y la desinformación de esta.
Un ejemplo que pone Sócrates para contra argumentar la acusación a los filósofos, es el ejemplo del capitán de un barco con sus marineros.
Éste capitán era alto y corpulento, pero por otro lado era sordo, corto de vista. Acto seguido, los tripulantes, hartos de la dirección de aquel capitán, lo obligan a que salga del mando argumentando que para la navegación no se necesita ser instruido (cosa falsa, ya que para la navegación se necesita saber la dirección del viento, del mar y el clima que se podría aproximar). Entonces, el jefe queda reducido a una persona sin importancia mientras que los marineros son los que llevan el timón. Lo que quiere decir ésta historia es que la opinión de la gente no siempre es la correcta y siempre se van a dejar persuadir por quienes utilicen genialmente las palabras, o en el peor de los casos la violencia.
La naturaleza de los filósofos queda marcada por la búsqueda incansable del ser y su lucha por desenmascarar las apariencias ¿Quién entonces estaría más capacitado en ejercer el mando que el propio filósofo quien es buscador de la verdad? ¿Alguien que no se deja llevar por las apariencias?
El problema son los sofistas
Si bien hay características buenas en los filósofos, existen también excepciones de corrupción entre ellos. Sócrates nos dice que las mismas cualidades que se le reconocen a un filósofo, son las mismas que lo pervierte o corrompe.
Este elemento que es capaz de convertir al filósofo en corrupto, es la mala educación. La mala educación en Grecia según Sócrates, se debe a los antiguos retóricos llamados sofistas.
Los sofistas multaban a los que no lograban entender sus palabras con castigos, privaciones de derecho y pena de muerte. Este sistema que usan los sofistas para dar educación siempre lleva una retribución, es decir, un dinero a cambio de la enseñanza. Por lo tanto, no deberían los sofistas ser llamados sabios porque como dijimos en los libros anteriores, los filósofos deben solo dedicarse a los placeres del alma y a la verdad.
Sócrates dice que no existe medio alguno para que el vulgo pueda reconocer lo bello en sí, por lo tanto, el filósofo que pueda ver lo bello en sí será censurado por el vulgo y más aún, por esos particulares que quieren agradar al vulgo (los políticos por ejemplo).
Entonces la solución para que el filósofo no sea censurado por el pueblo, es que su educación desde muy joven haya sido buena. De este modo, la gente lo llenará de honores y lo colmarán de elogios y estos mismos querrán sacar provecho de éste.
Ahora, esto puede traer problemas, puesto que al estar colmado de elogios, puede convertirse en un arrogante que solamente se dedique a obtener riquezas y no a reflexionar. Incluso, si fuera alguien que le hablara con la verdad y le dijera que lo que está haciendo esta mal, tampoco lo escucharía y seguiría con su actitud arrogante.
Así es como el vulgo se ha dedicado a desacreditar a la filosofía y a la figura del filósofo poniéndolo como alguien arrogante y entregado mas bien los placeres que a la reflexión.
Con todos estos perjuicios, resulta difícil que el filósofo pueda llevar una vida feliz. Siempre el filósofo se podrá mantener a salvo resguardandose de las leyes que hacen los hombres o de las injusticias que comete el vulgo. De todos modos, este camino es uno de los más difíciles.
Conclusión
Dura y esforzada vida la de los filósofos quienes deben soportar las calumnias de un pueblo cuando gobiernan. Difíciles son los requisitos que un filósofo debiera tener para gobernar e incluso para ser llamado filósofo y tomar en consideración todas las disposiciones del alma. Sin embargo, esta discusión sigue en pie hasta el día de hoy por parte de personas que no saben apreciar el arte del pensamiento y lo complejo que puede ser analizar este.
A modo de ejemplo, hace algunos años atrás el Ministerio de Educación en el año 2016 quiso terminar con las clases de filosofía. Entre todas las razones técnicas y ''educativas'' que dieron, la que me dolió mucho más fueron las de los apoderados y los alumnos: ''¿Para qué voy a estudiar filosofía si no me a servir?'' lamentables preguntas que persisten en el último tiempo, pero que no es tarde para contestar y resolver este problema. Ahí el objetivo de este blog.
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