Pareciera ser una pregunta con una respuesta obvia, pero debemos detenernos para decir en qué medida podría darse esto. Tenemos, por las entradas que fueron publicadas antes, que el intelecto es tanto divino como humano, siendo el primero el más importante. La teología cada vez más se impone ante la filosofía que pareciera ser no más que un medio para explicar la naturaleza de la realidad. Veamos hasta donde llega el aquinate con esto.
QUAESTIONES DISPUTATAE DE VERITATE
¿Es la verdad aplicada a Dios personalmente o esencialmente?
Dificultades
En primera instancia pareciera ser que es personal. Veamos las razones:
- San Agustín decía: la verdad divina es la similitud más grande de su fuente sin ninguna diferencia. Por lo tanto, la verdad aplicada a Dios es personal.
- Nada es similar o igual a sí mismo. La verdad es cierta igualdad y por lo tanto, entre las cosas divinas y humanas hay una distinción personal.
- Toda procesión a Dios es predicada personalmente a él. Como la verdad es dicha a través de la predicación, entonces las palabras y la verdad son personales.
Estos son los argumentos que se dicen que la verdad se aplica de modo personal a Dios.
Sed contra (Por el contrario)
Sin embargo los argumentos anteriormente mencionados, San Agustín también está de acuerdo con que la unión del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo son esenciales y no personales.
Respondeo (Respuesta)
Con relación a Dios, la verdad puede ser tomada de dos maneras distintas:
- Propiamente: si se pone de este modo, entonces la esencia se tomará como una sola como en la Santísima Trinidad.
- Metafóricamente: la verdad será tomada como una similitud entre lo divino y lo creado.
De este modo, entonces diríamos que Dios tomado propiamente es dicho esencialmente, mientras que personalmente se puede tomar de manera metafórica (o figurada).
En cuanto a lo dicho por palabra, no se puede enlazar necesariamente ''palabra'' con ''verdad'', pues ''palabra'' sólo aplica a su sustantivo y el juicio intelectivo verá si este es correcto o no.
Conclusión
Más que una pregunta cerrada de sí o no, lo que nos muestra Santo Tomás de Aquino es que la respuesta es ''ámbos''. En efecto, pareciera ser que en el resto de capítulos que veremos a continuación, la verdad será dividida en dos ámbitos: verdad intelectiva y verdad humana, siendo la primera la más cercana a Dios. Sigamos viendo que nos trae Santo Tomás de Aquino.