viernes, 19 de agosto de 2016

Marco Tulio Cicerón - De Fato (Sobre el destino) (45 a. C.).

Nuevamente tenemos al filósofo y orador Marco Tulio Cicerón, quien en este libro trata el tema de ''El hado'' o también conocido como ''El destino''. Pareciera ser que el libro es la segunda parte de ''De la adivinación'' en donde su postura estoica, rígida e inquebrantable sobre las cosas futuras, se sobrepone a todos los argumentos de los filósofos de esa época quienes tenían teorías distintas y protegían a toda costa, la existencia de el ''hado'' y su necesidad. Los argumentos de Cicerón, no parecen ser tan diferentes como los anteriores en ''De la adivinación'' pero si dejan mucho que reflexionar sobre el destino y sus causas.



EL HADO

- El libro comienza relatando algunos hechos de la época, los cuales son vinculados al destino, como lo llaman en este escrito ''el hado''. De alguna manera, el libro continúa el tema tratado en el libro anterior ''de la adivinación'', ya que en un comienzo se hace una pregunta alusiva a ello 

''¿Para qué acudir al hado si prescindiendo de él, pueden explicarse todas las cosas por la naturaleza o por la casualidad?''

- Recordemos que Cicerón en el libro ''De la adivinación'', nos decía que lo fortuito no podría existir debido a que todas las cosas tienen su naturaleza y por lo tanto, su causalidad.

- Cicerón nos cuenta el razonamiento que tiene Crisipo frente a los efectos que tienen sobre los ciudadanos, las cosas de la naturaleza y del ambiente; para eso, se hace una descripción de los climas que existen en las distintas ciudades de Grecia y como estos, han influenciado en los ciudadanos.

Por ejemplo:
  • Atenas: Aire tenue; éste da ingenio a los atenienses.
  • Tebas: Aire pesado; éste hace robusto a los tebanos. 
-Sin embargo, Cicerón dice que esto no se aplica a todos los ciudadanos de la ciudad, en cuanto a que existe una diversidad de caracteres, gustos y opiniones entre los ciudadanos. Entonces Crisipo nos dice que, la individualidad de los ciudadanos se desarrolla debido a la naturaleza de los lugares. Cicerón rechaza ésto diciendo que la naturaleza de los lugares podría influenciar a los ciudadanos solo en algunas cosas.

Cicerón alega que Crisipo desde el principio no comprende muy bien el asunto, porque si fuera que la naturaleza de los lugares nos impulsen a hacer cosas, el ser humano no tendría libertad; sin embargo, en éste sí la hay.

Se habla también de Estilpon, filosofo griego de quién se decía que era bastante aficionado al vino y a las mujeres, pero que gracias a su sabiduría tenía tan controlada su naturaleza hedonista, que jamás se le vio embriagado.

Cicerón dice que la causa natural puede producir inclinaciones viciosas, pero depende solamente de la voluntad y la constante disciplina destruir esta naturaleza viciosa (de aquí su postura estoica).

Otro personaje quien pretendía conocer las costumbres y caracteres de las personas a través de la inspección de los cuerpos, era Zópiro. Un fisonomista que al inspeccionar el cuerpo de Sócrates, declaro que éste era un imbécil porque no tenía la garganta cóncava, sus órganos eran robustos y cerrados y también mencionó que era aficionado a las mujeres.

- Cicerón hace una comparación con dos filósofos griegos, Crisipo y Diodoro Crono. Para Diodoro, solo es posible lo que pasa en el presente y si no lo es ahora, será en un futuro. Sin embargo, Crisipo no acepta esta premisa diciendo que lo que no existe, puede existir en un futuro.

Un ejemplo de Diodoro:

      ''El que nace al aparecer la canículano morirá en el mar''
                      (Elemento presente)            (Elemento futuro)

Es decir, lo que es posible en el presente (el nacimiento), es posible en el futuro (la muerte). Es valido decir entonces:

      ''Si Fabio nació al aparecer la canícula, no morirá en el mar''

Sería, por lo tanto, una contradicción decir:

      ''Fabio quien nació al nacer la canícula, morirá en el mar''

Esto sería imposible y por lo tanto ''Es imposible todo lo falso que se dice de lo futuro''.

Crisipo, no admite esto diciendo que lo que no existe, es posible que exista; por ejemplo, romper una joya aunque no se haya de romper jamás.

Cicerón le advierte que aunque piense de esta manera, esta aceptando un destino. Lo que se dice de la primera premisa, es inmutable y necesario, ya que lo pasado es inmodificable y lo que viene después (consecuencia), es igualmente necesario.


      ''Si Fabio nació al aparecer la canículano morirá en el mar''
                       (Pasado inmutable)       (Consecuencia inmutable)

- Crisipo no contento con esta teoría, procede a establecer que:

      ''No hay quien habiendo nacido al aparecer la canícula, deba morir en el mar''


Entonces Diodoro postula que lo posible es real en el momento o lo será en el futuro; lo que significa que no se podrá cambiar el futuro, es decir, está pre-establecido. Lo cual en algunos casos puede ser cierto como por ejemplo en las enfermedades. Si vemos a un hombre que lo ataca una enfermedad mortal se dirá:

     ''Aquel hombre morirá de aquella enfermedad mortal''


Sin embargo, Cicerón dice que los que declaran que el futuro es inmutable y que lo que es, en el futuro no puede dejar de ser, están muy lejos de conocer la necesidad del hado.

Crisipo por su parte, argumenta el concepto de hado apelando a la causalidad aristotélica. La causa eficiente.

Aristóteles postulaba que podría existir un primer motor que impulsa un desarrollo en las demás cosas (causa eficiente), Crisipo nos dice que si existe un movimiento sin causa, no puede decirse que las proposiciones sean verdaderas o falsas (Lo que no tiene causa eficiente, no es verdadero ni falso). Pero toda proposición o es falsa o es verdadera; por lo tanto no hay movimiento sin causa. Finalmente, todo tiene una causa y todo estaría sujeto al hado.

No contesto con esta teoría, Cicerón alega que éste pensamiento de Crisipo esta equivocado. Primero nos dice que lo que pasa en el pasado, solamente corresponde a ese tiempo inmutable e indeterminado y lo que pasará, solamente corresponde a ese futuro inmutable e indeterminado. Lo verdadero y lo falso no corresponden a propiedades inmutables según Cicerón. Sin embargo, sí son inmutables el pasado y el futuro pero estos, no exigen la necesidad de hado. Por último, agrega que esta forma de pensar es muy perezosa.

Por ejemplo:

           ''Si es tu destino curar de esta enfermedad, vayas o no vayas al médico, curarás. Pero si tu destino no es curar de esta enfermedad, vayas o no vayas al médico, no curarás''.

- Existe otro filósofo quien no aprobaba el razonamiento de Crisipo, su nombre es Carnéades. Éste filósofo decía que si existiera el hado, entonces nada dependería de nuestra libertad; sin embargo, hay un poder que existe en nosotros, una voluntad, si no fuera así, entonces no habría nada que hacer, ya que todo está pre-determinado.

Por otro lado, Cicerón nos advierte que no debe entenderse como causa, todo lo que precede al hecho, sino solamente lo que precede en forma eficiente.

Por ejemplo:

  • Bajar al monte, no es causa de que juegue a la pelota.
  • Salir de la casa, no es causa de que tuviera un accidente.
Para terminar con el argumento de Crisipo, Cicerón argumenta que las proposiciones son verdaderas o falsas y si, como Crisipo, una proposición no fuera verdadera ni falsa, solamente podría ser falsa. Todo lo que no sea verdadero, es falso.


Conclusión


Una continuación al libro ''De la adivinación'' que previamente habíamos analizado en la entrada anterior. Una de sus ultimas obras donde hasta el final, su figura estoica permanece inexorable. Por otro lado, está el rígido argumento de que las cosas no están predeterminadas, sino que también podemos hacer que tenga una dirección a través de esta ''voluntad'' de los seres humano al querer llevar a cabo nuestras empresas. Un libro para reflexionar sobre los aspectos temporales y metafísicos que nos inquietan a la hora de pensar en las cosas futuras y sus causalidades. En resumen, El pasado es inmutable en su período y el futuro es inmutable en su período.

Marco Tulio Cicerón - De Divinatione (sobre la adivinación) (45 a. C.).

De la adivinación es un breve escrito de Cicerón que consta de dos libros que describen la adivinación y cómo ésta está relacionada tanto con los dioses, como con los hombres.

Dentro del mismo, su hermano menor Quinto Tulio Cicerón, aporta algunos conceptos de genero que se utilizan a la hora de hablar de la adivinación junto con algunos hechos e historias de la época del Imperio Romano y de la antigua Grecia. Con estos hechos trataban de sustentar la veracidad, y la existencia de la adivinación sin dejar de lado su visión estoica del mundo; visión muy característica por cierto de quien fue senador de Roma.


Libros recomendados antes de leer:

- Platón: Critón.
- Platón: La república.
- Historia del Imperio Romano.
- Historia y cultura de la antigua Grecia. 


Simbología 


  • Traducción (Griego/Latín).
  • Referencia histórica.
  • Máximas.
  1. *Los griegos lo llamaban ματινήν (Matinín).
  2. *El mejor agüero.
  3. *Los griegos lo llamaban είμαρμενον (Eimarmenon= predicción).
  4. *Prodigios: Suceso extraordinario o sobrenatural que no tiene explicación razonable.
  5. Arúspices: Adivinos etruscos que basaban sus predicciones en las entrañas de los animales sacrificados.
*Referencia histórica:
  1. *Constaba en darle comida a unos pollos, si estos comían la offa (una especie de pasta) y no botaban nada al suelo, entonces eso era señal de buen augurio; por el contrario, si caía alimento de su boca, esto era un mal augurio.
  2. *Antigua ciudad de Grecia ubicada al sur de Magnesia.
  3. *Rey de Troya, aparece en el libro la Illíada de Homero, aguardando los dominios de Troya.
  4. *Filósofo griego y presocrático de la Antigua Grecia.
  5. *También conocida como Guerra Social, fue una guerra ocurrida en el Imperio Romano alrededor de los años 91 a. C.-88 a. C.



LIBRO I

- Cicerón se propone examinar la adivinación*, aludiendo primero a como los distintos pueblos hicieron uso de la adivinación, interpretando las señales que les daba la naturaleza.

Asirios: Interpretaban el curso y movimiento de los astros y les daban significados.
Egipto: Los magos del faraón podían predecir el futuro.
Grecia: El oráculo de Delfos. 
Cilicios: A través del canto y el vuelo de las aves.

- Se infiere que gracias a la influencia de los griegos y a la cultura de otros pueblos que practican (o practicaban) la adivinación, Cicerón comienza a dar justificación a la misma. 

- Debido a la influencia cultural, se deduce que si la adivinación existe, entonces los dioses también y viceversa; sin embargo, se aclara que la naturaleza puede revelar el porvenir, sin la ayuda de los dioses. 

Por ejemplo: 
  • De la acumulación de las nubes en el cielo se puede predecir que lloverá. 
  • De los cantos de las aves se deduce que puede llover.


- Su hermano Quinto, explica que existen dos clases de genero en la adivinación:

Adivinación artificial: Basada en la correcta interpretación de los astros, de las aves, etc.
Adivinación natural: Basada en la interpretación de los sueños.

- Quinto explica que cuando ocurren hechos que nos indican augurios o predicciones, normalmente, ignoramos las causas de estos. No nos preguntamos por qué ocurren, sino que solo los tomamos en consideración y actuamos acorde al augurio. Es decir, en la adivinación, no es necesaria la explicación de las cosas que nos hacen crear predicciones.

- Por otro lado, existían métodos de adivinación que según nuestro autor, no presagiaban bien los hechos como en el ejemplo del Tripudium Solistimum**.

- A continuación, se comienzan a relatar todos los sueños que prueban la existencia de la adivinación, considerando tanto a los griegos (e incluso los sueños poéticos de algunos capítulos de la Odisea y la Illíada) como a algunos ciudadanos del Imperio Romano.

- Particular es la mención a los sueños de los filósofos en el cual se menciona que Platón, conversando con su amigo Critón, decía que Sócrates moriría a los tres días de haber estado en el calabozo.

''Refiere Platón que, encerrado Sócrates en una cárcel pública, dijo a su amigo Critón que moriría a los tres días, porque había visto en sueños una mujer de deslumbradora hermosura que, llamándole por su nombre, le citó este verso de Homero: 'Al tercer día de buen viento llegarás a Phthia'*.''

- Otra predicción relacionada con Platón, se encuentra en su vida personal, ya que Cicerón relata que cuando el filósofo era bebe, unas abejas se habían posado en sus labios. Esto se interpreto diciendo que la oratoria de Platón sería la más dulce.


Existe otra mención a Platón y su libro ''La República'', cuando se habla de los sueños y las partes del alma. Se habla de como el cuerpo, al verse embrutecido con el exceso de comidas y bebidas, afecta el alma de la persona haciendo que ésta tenga sueños grotescos; en cambio la persona que se entrega a la sobriedad y la templanza, no solo tendrá en su mente buenos pensamientos, sino que sus sueños serán más tranquilos y verídicos.


- Agrega Cicerón, que mientras el cuerpo está durmiendo, el espíritu no lo está y al contrario del cuerpo, esta lleno de vigor y fuerza. Pero mientras se está despierto, el espíritu queda encerrado por el cuerpo.


- De ésto se desprende las tres formas en que los filósofos describen como los hombres reciben los sueños de los filósofos:

  1. Cuando el espíritu prevé por sí mismo, en virtud de su afinidad con los dioses.
  2. Cuando comunica con las almas inmortales, que llenan el aire y que llevan, por decirlo así, el sello de la verdad.
  3. Cuando los dioses se dignan conversar con nosotros durante los sueños.
- Por otro lado, se nombra la palabra ''furor'' que es definida como ''la separación de nuestro espíritu de la materia, que luego se abraza en divino entusiasmo, excitada vivamente esta facultad, llámese furor.'' En pocas palabras, ''furor'' significa delirio profético.


- Hasta éste punto, se recogen otros dos géneros de adivinación que son el sueño y el furor. Esto prueba la creencia de que el espíritu está separado del cuerpo en cuanto aspectos divinos. 

- Cicerón recalca la importancia de los dioses en los asuntos que tienen que ver con lo venidero, bien dice que si no hay dioses, no hay augurios; Sin embargo los augurios existen; por lo tanto, los dioses también.


- Se vuelve a explicar que la cuestión principal no son las causas de la adivinación, sino decir si existe o no. Adhiere a esto, que sería muy difícil averiguar la causa de las adivinaciones.


- Cicerón nos habla del hado* como hechos que se van desarrollando de forma concomitante y que luego nos dan una predicción de las cosas; es decir, las cosas futuras no pasan de repente, sino que hay un desarrollo tras de ellas que finalmente nos hace dar cuenta que existen.





LIBRO II


- Se comienza un libro con un breve preámbulo sobre sus anteriores libros como: La naturaleza de los Dioses, Las Tusculanas, La República, La senectud, Hortensius, etc. Luego de terminado el preámbulo, se comienza la materia del segundo libro.

- Cicerón se pregunta si la adivinación afecta las cosas sensibles, afirmando inmediatamente que la adivinación no se ejerce en nada que sea objeto de nuestros sentidos, ni tampoco en las artes que también requieren sentidos; por lo tanto, en materias como la música, la medicina o la filosofía corresponderían las personas dedicadas a las mismas disciplinas (el músico, el médico y el filósofo).


- Sin embargo, su hermano Quinto responde que siempre va a ser mucho mejor que un adivino este cerca de un médico o de un piloto, ya que el podrá predecir lo que puede acontecer a un paciente (en el caso del médico) o una tormenta que se pueda aproximar (en el caso del piloto).


Inmediatamente, Cicerón responde a su hermano preguntándose si ¿Sera necesario que un adivino tenga que advertir al médico las cosas que acontecerán en su trabajo, siendo que el médico es una persona experta? Cicerón concluye que la adivinación solo es el presentimiento que está sujeto a la fortuna.


- Quinto responde aludiendo a que si bien, estas personas que deberían ser expertas en sus asuntos, muchas veces se equivocan incluso cuando hacen uso del raciocinio. Por otro lado, Quinto se pregunta ¿Que se entiende por que las cosas pasen accidentalmente, casualmente o por fortuna?. Quinto añade que no se pueden saber las cosas que pasan fortuitamente, incluso, ni los dioses podrían saberlo porque si lo supieran, el acto ocurriría infalible e inmediatamente, y si es de éste modo, entonces la fortuna no podría existir. Sin embargo, la fortuna existe, pero no puede hacerse predicción de las cosas fortuitas.


- Cicerón insiste que el adivino debería predecir infaliblemente las cosas fortuitas, aludiendo de que si ésta no es capaz de predecir las cosas fortuitas, entonces es totalmente inútil. Incluso añade Cicerón que cualquier tipo de predicción de las cosas futuras ya es inútil. Cicerón se pregunta: ¿Qué habría sido del Rey Príamo* si en su infancia hubiera sabido lo que le esperaba en la vejez? ¿Qué habría sido del Cesar al saber que lo iban a matar los senadores que el mismo había elegido? Por consiguiente, para Cicerón, la adivinación traería solamente desgracias puesto que el destino de los grandes héroes de aquellos tiempos, no fueron mas que desgracias.


En el caso de predecir los acontecimientos del porvenir, Cicerón dice que la interpretación de éstos, es de cada uno. Cada uno tiene su propia predicción de las cosas. Llamando a la adivinación un acto de arrogancia, Cicerón sugiere la siguiente cita de Demócrito*:


''No vemos lo que tenemos a los pies y queremos leer en los cielos.''



- Quinto responde diciendo que Cicerón solo se basa en los efectos que puede ocasionar la adivinación, y no en su razón y origen. El hermano de Cicerón, se refiere a que es actitud propia del filósofo, buscar la razón y el origen de las cosas, y no solo investigar los efectos de las cosas (en este caso la adivinación).


Desde otro punto de vista, Quinto ejemplifica el grado de asombro que tenemos cuando se sabe la predicción de las cosas y cuando no. Cuando los prodigios* son imposibles, no suceden; pero cuando si son posibles no nos da mayor impresión.


''Nuestro asombro ante las cosas nuevas nace de la ignorancia de las causas; pero en los casos ordinarios la misma ignorancia no nos produce admiración.''




  • Prodigios: Sucesos nuevos que causan asombro e ignoramos su causa.
  • Eventos ordinarios: No causa asombro y se ignora su causa.

- Cicerón argumenta que la causa está arrojada a múltiples posibilidades y que al mismo tiempo a estas se les dan atributos de ''señales''. Como ejemplo Cicerón nos habla del gallo cantor, debido a que su canto se aduce a muchas causas. Por lo demás, estas ''señales'' que los arúspicesotorgan a ciertos sucesos, son puramente subjetivos y su elemento esencial para que este se perpetúe, es el miedo. El miedo que se impregna en ciertos sucesos, hace que los presagios se crean y no se dude de ellos.


Otro ejemplo que Cicerón nos da, son las Guerras Mársicas*, donde los arúspices presagiaron terribles augurios después de ver a las ratas roer los escudos de los soldados; siguiendo la misma lógica, Cicerón recuerda cuando unas ratas roían su libro de La República de Platón, lo cual según los arúspices, serían malos presagios para la república.


En cuanto al conocimiento de la causa de las cosas, Cicerón nos dice que todo es producto de una causa natural y que las cosas que nos parecen que están fuera de los sucesos ordinarios, si bien pueden sorprendernos no están fuera de la naturaleza. Añade que si se conocieran las causas de las cosas que nos sorprenden y de las que no, entonces ni los terremotos, ni la lluvia, ni el fuego deberían sorprendernos. Por lo tanto, se afirma que Nada puede ocurrir sin causa, ni se hace nada que no pueda hacerse. No puede, por consiguiente, considerarse prodigio que suceda lo que puede suceder. No existen, pues, los prodigios. Cicerón dice que si lo raro fuera prodigio, un sabio sería un prodigio, ya que encontrarlo sería algo muy difícil.


Luego de explicada la inexistencia de los prodigios, ahora se propone examinar las cuestiones que tienen que ver con los sueños (en el sentido de predecir el futuro). En primer lugar, los sueños quedan reducidos a la misma interpretación que viene de la adivinación artificial; así como podemos atribuir de señales premonitorias al movimiento de las aves, al cantar o a su posición, también podemos atribuir a de señales a los sueños. Cicerón dice que los sueños no pueden predecir mejor que el médico las enfermedades, o hacernos dirigir mejor la navegación. De aquí su pregunta:


¿Quién sostendrá que el enfermo debe pedir la curación al interprete de sueños antes que al médico? 


Por otro lado, se trata de sacar el concepto de virtud divina a los sueños. Cicerón argumenta que los sueños no provienen de la divinidad ni mucho menos. Si los dioses quisieran enviar señales a los hombres del futuro, lógicamente lo harían durante la vigilia y no durante el sueño, donde la mayoría de las veces se olvidan o se recuerdan poco. No sería digno de los dioses hacer acciones inútiles como enviar señales de lo futuro en actividades del hombre donde nada puede recordar.


Finalmente, Cicerón advierte acabar con la superstición que muchas veces nos aleja del razonamiento y la naturaleza de las cosas. También advierte la diferencia entre la superstición y la religión de la siguiente manera: 

...Porque (y deseo que esto se entienda bien) destruir la superstición no es destruir la religión. Propio del sabio es respetar las instituciones religiosas y ceremonias de nuestros mayores: la belleza del universo, el orden de las cosas celestes nos obligan a confesar la existencia de una naturaleza superior, excelente y eterna, merecedora de la admiración y respeto del género humano...



Conclusión


Un libro bastante interesante con un mensaje muy claro del triunfo del razonamiento contra cualquier tipo de especulación creada por la cultura (sobre todo por la Antigua Grecia y el Imperio Romano). El destronamiento de la adivinación por Cicerón es tajante. No se admite ningún tipo de adivinación, ya sea por lógica o experiencia, ésta última, relacionada en cuanto al relato de los ciudadanos los cuales decían que preveían el futuro o simplemente tenían suerte. 

Sin lugar a dudas, se deja ver su posición estoica del mundo a lo largo de toda la lectura del libro. Si el libro por su título pareciera sugerir características o conceptos de la adivinación, mucho más que eso, sugiere una crítica fundamental en contra de los arúspices y adivinos de la época. 

Marco Tulio Cicerón - De Natura Deorum (La naturaleza de los dioses) (Libro III:Inexistencia de los dioses) (45 a. C.).

Sin duda que es convincente y conmovedora la explicación de Balbo en el libro anterior, pues la descripción que nos da no contradice el sentido común. Sin embargo, el mismo Cotta plantea que siguen habiendo errores en algunas cosas dichas por Balbo. ¿Qué debemos esperar en este discurso que irá a exponer Cotta, quien refuta la versión de los epicúreos en cuanto a a la existencia de los dioses? Veamos en lo sucesivo de qué trata todo este asunto.

Referencias:

(1) Siendo que la justicia es una creación de los humanos. 

De Natura Deorum


LIBRO III: REFUTACIÓN A BALBO

Cotta empieza diciendo que tiene sumo respeto por las teorías de lso dioses y sobre lo que postulan los pontífices sobre esto. 

En primer lugar, si hubiera sido tan evidente la existencia de los dioses, Balbo no habría tenido necesidad de construir un largo argumento sobre esto. Además, muchas de las razones de Balbo eran basadas en rumores de la gente, pues decir que los guerreros veían a los dioses o criaturas extrañas en las batallas, no es más que un rumor e historias antiguas. Cotta le exige a Balbo que demuestre la existencia de los dioses con la razón. 

Los adivinos

Decía Balbo que los adivinos podían predecir el futuro y comparaba a estos con los médicos, pues los adivinos también fallan en sus pronósticos, así como los médicos con los enfermos, aunque no por eso dejamos de creer en la medicina. 

La respuesta de Cotta es justa porque sabemos que un cuerpo puede enfermar y puede curarse, sabemos cuál es el órgano que falla, pero en la adivinación no hay ningún órgano que nos indique que las cosas pasarán. La medicina está fundamentada por la razón, pero la adivinación no está fundamentada por nada. 

El mundo es dios

Uno de los argumentos establecidos por Balbo era que dios era el mismo mundo, y que por lo tanto, nada hay superior al mundo. Sin embargo, Cotta nos dice que esto es fácil de refutar, pues entonces el mundo debe tener la capacidad de leer y de escribir de tener virtud (lo que no es posible). 

Por lo demás, que las estrellas y los planetas hayan sido creados tendrá que ver más con la naturaleza que con los dioses. 

Las cosas que no fueron creadas por el hombre, fueron creadas por dios

En efecto, si miramos las estrellas los planetas y los cuerpos celestes, nada de esto fue creado por el hombre puesto que no tiene esta capacidad; ergo, debió ser creada por dios. 

Sin embargo, Cotta nos dice que se debe ir a la base del argumento. Si dios existe y es el mundo, entonces el mundo debiera ser inmortal, lo cual es totalmente falso. Todo está hecho de tierra, agua, aire y fuego, elementos que pueden llegar a ser divididos y destruidos. 



Lo que dios hace

Las facultades de dios (?)

Todo animal es animado y por tanto tiene sensaciones; si tiene sensaciones entonces es mortal. Un animal experimentará felicidad y odio según sean las circunstancias en las que se encuentre. Por otro lado, ¿podrá dios experimentar estas sensaciones? Recordemos lo dicho por Balbo al decir que los dioses son felices y virtuosos; no obstante, Cotta nos dice: 

''¿Tiene dios necesidad de sensaciones?, 
''¿Para qué quiere un dios sabiduría e inteligencia?''
''¿Podemos decir que dios es valiente?''
''¿Podrá ser un dios justo?''(1)

En definitiva, si dios tiene sensaciones igual que los animales, entonces dios podría perecer. Sin embargo, si es un ente perfecto, dios no tiene necesidad de sensaciones. Por lo tanto, dios no poseería ni virtud ni razón. ¿Cómo se puede concebir un dios así?

Dios y el mal

El hombres es capaz de cometer las atrocidades más pérfidas que existen. ¿Quien le dió esa capacidad para hacer el mal? tendremos que convenir que la maldad proviene de la razón, pues sin la razón no puede ejecutarse la maldad. 

Se dice cotidianamente que el mal es responsabilidad de los hombres y no de dios, pero es dios quien puso la razón y por lo tanto la maldad en el hombre. ¿Sería la culpa del hombre?

Finalmente, Cotta, a pesar de exponer este discurso, sigue creyendo en los dioses reconociendo que el asunto es aún muy oscuro. 



Conclusión

Realmente es interesante los planteamientos de dios que surgen en esta parte del tratado. En la parte final, Cicerón no está del todo de acuerdo con el argumento de Cotta, sino más bien con el de Balbo diciendo 

''Velleio pensando que era más verdadero el discurso de
Cotta, mientras que yo creía que el de Balbo se
acercaba más a una semejanza de verdad''.

De aquí podemos notar que Cicerón nunca dejó de creer en la divinidad, pues creyó más en el discurso de Balbo. ¿Cómo? eso jamás lo sabremos pues nunca lo aclaró ni lo dejo escrito. 

martes, 16 de agosto de 2016

Marco Tulio Cicerón - De Natura Deorum (Sobre la naturaleza de los dioses) (Libro II: Existencia de los dioses) (45 a.C.).

Presenciamos en el libro anterior una crítica fulminante a Cayo Velleio, quien defendía la escuela epicúrea. Ahora tenemos que ver qué responde la defensa de la escuela epicúrea luego de las fuertes críticas de Cotta. Por ahora hemos visto un escepticismo irrefutable por parte de la visión estoica. ¿Y cómo no? recordemos las justificaciones inconsistentes sobre dios basado en el epicureísmo. Claramente Balbo tendrá una tarea muy difícil al querer entrar a refutar a la moralista escuela estoica.

Referencias:

(1) No se acierta siempre, pero hay probabilidades de acertar. 
(2) A los dioses se les teme.
(3) Esta idea aristotélica será mantenida muchos siglos después
De Natura Deorum

LIBRO II: EXISTENCIA DE LOS DIOSES

¿De verdad no existen los dioses?


Balbo comienza diciendo que quien es capaz de negar a los dioses, tendrá que ser capaz de negar el mismo sol. Es cierto que el juicio de la gente y la ignorancia que estas llevan, han dejado en el olvido aquellos mitos imaginarios de seres que no existe y nunca han existido (Quimeras, Centauros). 

¿Qué podremos decir de los soldados que han visto a los dioses e las batallas? ¿O que podemos decir de los tributos entregados a los dioses los cuales sirvieron para la guerra y defensa de la República?

Los arúspices son otro tema, pues ellos son los adivinadores de todas las cosas. Claro, algunos han fallado y otros acertado, pero es lo mismo en la medicina; a veces se logra curar al enfermo y otras no y no por eso no creeremos en la medicina. 

Pruebas de la existencia de los dioses

Balbo nos dice que existen cuatro condiciones para probar que los dioses existen:


  1. Conocimiento previo de los acontecimientos futuros(1).
  2. Los beneficios que traen al creer en ellos.
  3. El temor que inspira la naturaleza(2) (rayos, terremotos, etc.).
  4. El movimiento, el orden y la revolución de los cielos. 

En cuanto a la última, es necesario aclarar que el movimiento y todas esas cosas tiene un orden preciso e inalterable. Solo una fuerza muy poderosa podría haberlas puesto ahí en orden (porque el ser humano no pudo ser). 

El calor como principio fundamental

Ya lo decía el mismo Aristóteles en su tercer tratado sobre la naturaleza. El calor es la fuente de toda vida y en efecto, los animales tienen calor porque están vivos, cuando mueren es que están fríos. 

Podemos decir que el calor que tenemos los seres humanos es producido justamente por el movimiento del alma. De hecho, todas las cosas tienen calor por dentro, lo que quiere decir que todas ellas tienen alma (incluyendo los cuerpos celestes). El único que pudo poner el alma en los seres vivos es dios, porque los humanos no tienen esa facultad. 

Esta perspectiva nos indica que los dioses no son ociosos como lo planteaban los epicúreos, sino más bien virtuosos y trabajosos. 

Dios como la totalidad del mundo

Del mismo mundo proviene el calor y es el mismo mundo el que se puede abastecer a sí mismo. En efecto, el mismo mundo da las semillas para que sigan existiendo plantas, da el aire, el calor y el lugar apropiado para que la reproducción de lugar.

Además, ¿a quién podemos atribuir el orden total del universo? pensemos en todas las cosas que tienen un lugar adecuado y que, de alguna manera, están ordenadas incluso matemáticamente. Ningún humano pudo ser responsable de una obra así, más que una sustancia superior a todas. 

La forma circular que representa el mundo es perfecta porque la misma figura de la esfera es perfecta. Es infinita y no tiene partes( lo que la hace perfecta) además de ser el centro del universo(3).

Por último, el plan último de la providencia es el más perfecto de todos, pues en todos puso la semilla de la conservación. Todo animal está preparado para conservar y perpetuar su propia especie para seguir viviendo. 


Conclusión

Bueno debo confesar que es algo inesperado porque pensé que sería una refutación a la no existencia de los dioses, pero sosteniendo que los dioses no existen; es decir, una inexistencia alternativa. No obstante, Balbo hace una apología total a la existencia de los dioses esforzándose todo lo que puede para convencer a los interlocutores. Podemos ver que los argumentos de la existencia de dios son tan verosímiles como los argumentos en contra de la existencia. Sólo falta ver qué respuestas dará Cotta quien responderá en lo sucesivo. 

domingo, 14 de agosto de 2016

Marco Tulio Cicerón - De Natura Deorum (Sobre la naturaleza de los dioses) (Introducción) (45 a.C.).

Un tratado que nuevamente está dedicado a su amigo Bruto, pero esta vez con un nuevo enfoque más interesante: la naturaleza de la divinidad. Discutiremos nuevamente en un diálogo al más puro estilo platónico, desafiando a las escuelas que Marco Tulio Cicerón criticaba ya en libros anteriores (aunque siempre defendiendo un poco más a la filosofía estoica que a las otras). Este Libro tampoco trata de dar una opinión propia de Cicerón, o un nuevo sistema de conocer a los dioses, más bien es una crítica a las escuelas filosóficas sobre su planteamiento de los dioses. 

Referencias:

(1) Es decir, desordenado, informal o sin forma. 
(2) Los dioses no están provistos de sentidos que más bien son características humanas. 
(3) En el sentido de que son los humanos los que cambian (característica humana), no los dioses. 
(4) Pregunta que va en contra del Génesis 1:26 ''Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza''. Obviamente, los personajes de este diálogo no conocían la biblia, pero era factible hacerse la pregunta en esos tiempos. 
De Natura Deorum


Filósofos y dioses

En la antigüedad hubo filósofos que aseguraban la existencia de los dioses y otros que no. 

Protágoras: dudaba que los dioses existieran.
Diágoras de Melos: no existen los dioses en absoluto.

La mayoría de los otros filósofos aseguran que sí existían los dioses, sin embargo, el planteamiento inicial, o el origen de ellos es totalmente diferente cuando se examinan sus teorías uno por uno. 

Unos hombres plantean que los dioses no tienen inferencia en los asuntos humanos, pero si es así ¿por qué se les rinde tributo? Se les rinde tributo porque así los dioses protegen a los humanos; por lo tanto, si tienen relación con nosotros. Por otro lado, si no lo tuvieran sería peor, pues no habría sentido de justicia ni de moral: nada que pueda unir a los hombres.

Comienzo del diálogo

Los participantes del diálogo son Cayo Velleio y Quinto Lucilio Balbo quienes están en la casa de Cayo Cotta, amigo íntimo de Cicerón.

Los tres discutían sobre la naturaleza de los dioses y les comienza  explicar a Cicerón en qué parte estaban. 

La perspectiva de Velleio  

Velleio lanza fuertes críticas al Timeo de Platón, que es el libro donde se desarrolla la construcción del Universo. El mismo Platón planteaba que el universo era eterno, pero ¿cómo algo eterno puede ser engendrado? 

Es más, ¿cómo se engendró? ¿acaso los dioses estaban dormidos y de repente despertaron para hacer el mundo? luego ¿por qué dormían? ¿Acaso evitaban la fatiga? Pero si son divinos no puede hacerles daño la fatiga. 

Si los dioses existen, entonces todo lo que existe es parte de ellos, incluyendo la tierra y el espacio. 

Crítica a los filósofos griegos

Velleio comienza criticando cada una de las teorías que postulaban los filósofos mismos. 

Tales de Mileto: decía que lo primero existente era el agua y que por tanto este era dios. 

  • Pero ¿para qué dios necesita un cuerpo?


Anaximandro: decía que los dioses no son eternos y que perecían tras largos intervalos de tiempo.

  • Pero ¿cómo concebimos a un dios si no es eterno?


Anaxímenes: decía que dios era el aire. Tiene comienzo en el tiempo, es inconmensurable, infinito y siempre está en movimiento. 

  • Pero si el aire es informal(1) ¿cómo puede un dios tener una característica tal?


Anaxágoras: decía que dios era una mente infinita.

  • Pero ¿cómo es posible que haya sentido en un dios?(2)


Alcmeón de Crotona: decía que todos los cuerpos celestes (luna, sol y estrellas) eran dioses. 

  • Pero ¿cómo las cosas mortales pueden ser dioses?

Pitágoras: decía que la sustancia del universo (dios) estaba impregnada de alma y que nosotros seríamos pequeñas almas (partículas). 

  • Pero ¿cómo la divinidad puede dividirse, despedazarse, desmembrarse etc.?

Jenófanes: decía que dios era una mente y que con eso construyó el universo. 

  • Teoría muy parecida a la de Anaxágoras.
Empédocles: decía que dios estaba constituído de los cuatro elementos del universo (agua, tierra, fuego y aire). 

  • Pero ¿cómo puede estar dios constituido de elementos que cambian?(3)


Protágoras: decía que dios era una imagen errante y luego que es una sustancia que emite imágenes. 

  • Claramente, no tiene una respuesta de lo que es la divinidad. 

Platón: decía que la divinidad es incorpórea y que también serían dioses los cuerpos celestes.

  • Pero ¿cómo será capaz la divinidad de sabiduría si no tiene cuerpo? ¿cómo puede ser dios un cuerpo celeste si éste es inmortal? 

Antístenes: decía que existen muchos dioses populares pero uno solo natural.


  • Pero ¿qué diferencia hay entre un dios y otro dios?

Aristóteles: decía unas veces que dios es puro intelecto, otras es el mundo mismo y otras que es un primer motor que mueve a los demás. 

  • Pero ¿cómo es posible que un ser incorpóreo se mueva, o que si no se mueve mueve a los demás?

Jenócrates: decía que los dioses son los cuerpos celestes en un movimiento continuo.

  • Pero ¿qué clase de felicidad tendrán estos seres?

Teofrasto: decía que el dios tiene mente pero que al mismo tiempo carece de sensaciones.

  • Pero ¿cómo una mente puede carecer de sensaciones?

Zenón de Citio: decía que dios se encontraba en la naturaleza para mandar lo recto y prohibir lo contrario. 

  • Pero ¿en qué se diferencia un dios a un ser vivo?

Crisipo de Solos: decía que la divinidad era una mente o razón sumamente poderoso que gobierna y está presente en todas las cosas existentes. 

  • Pero ¿qué necesidad tiene un dios de estar en otros cuerpos?

Siguiendo las propuestas y críticas que hace Velleio, nos queda sólo una cosa por concluir; la idea innata de los dioses. Es decir, a través de la historia, los hombres han tenido la necesidad de explicarse el mundo por medio de distintas teorías. 

La creencia sobre los dioses es una convención creada por los hombres, uniendo la naturaleza con la razón. 

Concepto de dios por Epicuro

Los dioses, si existiesen, debieran ser virtuosos y felices, pero para lograr aquellas cosas; si hay virtud debiera haber razón. Por lo tanto, el ser vivo que más tiene semejanza con dios sería el hombre, pues este tiene lo mismo. 

Ahora, hay que dejar claro que su forma no es corpórea, sino que sólo se asemeja a la sustancia corporal. No contiene sangre, sino algo parecido a la sangre. 

Toda esta teoría de los dioses es expresada por el filósofo hedonista Epicuro. Éste además postulaba que para que los dioses conserven el mundo, debe haber una cantidad superior de inmortales en comparación con los mortales, así como también más causas de conservaciones que de destrucción.

Características de dios

Como dijimos, los dioses son felices y por lo tanto bienaventurados, no están vinculados a ninguna ocupación, ni piensa en ningún trabajo. Está pensándose a sí mismo en su propia sabiduría a la vez que son eternos. 

El reposo es una de las condiciones fundamentales para alcanzar la felicidad. Dios no es un ser como lo plantean los estoicos; alguien que no para de trabajar y de moverse nunca. 


Concepto de dios por Cotta

Luego de que Velleio expusiera su teoría sobre la naturaleza de los dioses según Epicuro, Cotta le expresa su opinión contraria a lo que se planteó y comienza a relatar lo que para él no está bien en el planteamiento. 

Lo primero que establece Cotta es muy acertado: antes de hablar de dioses deberíamos preguntarnos ¿existen dioses o no? Velleio decía que sí sólo por el hecho de que las razas lo creían así, gracias a una idea innata de ellos. 

Además, ¿qué es eso de semejanza de cuerpo y analogía de sangre? (4)¿Acaso no se había establecido que un dios era incorpóreo? pero Velleio dice que tiene semejanza de cuerpo, algo totalmente confuso e inexplicable. Por otro lado, si entonces tienen algo semejante al cuerpo, todos los dioses se podrán diferenciar unos con otros, y así, unos serán más bellos que otros. ¿Cómo será posible que unos dioses sean mejores que otros, si todos son perfectos?

Por otra parte, ¿qué son estas ideas innatas de los dioses? imaginarse a los dioses con barba y cuerpo ¿será una idea innata que tenemos o más bien una idea adquirida por las personas? más bien parece que la idea de dios es adquirida. 

Otra cosa que Velleio mencionaba era la ociosidad de los dioses, es decir, ellos no tienen ninguna ocupación ni trabajo. ¿Acaso la pereza es una característica de los dioses? ¿desde cuando la pereza es sinónimo de felicidad? En todo caso responder estas preguntas llevaría a una inconsistencia, pues se podría preguntar ¿por qué una divinidad hace cosas humanas? Ya había dicho Velleio que un dios sería feliz si obtiene la virtud, pero la virtud se alcanza con el movimiento; por lo tanto este dios no podría ser feliz.

Mapa conceptual

Para ver la imagen más grande sólo es necesario hacer click



Conclusión

Nuevamente siguen las críticas a las teorías de los epicúreos, aunque esta vez lo vemos desde el ámbito divino. En todo caso, las inconsistencias en las que cae Velleio son imperdonables y ambiguas. En efecto, la peor de ellas fue decir que el cuerpo de los hombres es semejante al de los dioses y viceversa. Insostenible. Sin embargo, la discusión no acaba acá pues debemos ver la respuesta que nos tendrá Velleio contra el planteamiento de Cotta.  

sábado, 13 de agosto de 2016

Marco Tulio Cicerón - Tusculanae Quaestiones (Cuestiones Tusculanas) (Libro V: ¿Es necesaria solamente la virtud para ser feliz?) (45 a.C.).

Este es un tópico que seguramente Aristóteles lo aceptaría de lleno, aunque también hay que reconocer que depende de la perspectiva de cada uno. Una pregunta viene a colación cuando tomamos en cuenta la felicidad y la virtud ¿se puede ser feliz solamente con la virtud? Para muchos es una pregunta incómoda porque ¿cómo no seremos felices con los bienes materiales? ¿Son acaso las personas que no tienen bienes materiales más felices que las que si las tienen? Veamos por lo menos si la virtud puede satisfacernos hasta alcanzar la felicidad.

Referencias:

(1) Esta escuela postula que el bien se encontraba en el despojo de las cosas materiales. Su maestro fue Antístenes quien era criticado por el mismo Diógenes. 

Tusculanaes
Quaestiones



LIBRO V: ¿ES NECESARIA SOLAMENTE LA VIRTUD PARA SER FELIZ?

Condiciones de la felicidad

Bruto no puede creer que alguien que esta siendo torturado o atormentado pueda ser feliz y en efecto, el sentido común nos lleva a aceptar esta hipótesis. 

La palabra felicidad significa alegría plena que no admite el dolor algunos; de hecho, Teofrasto era quien decía que la felicidad está de lado de la fortuna más que de la sabiduría. 

Sin embargo, Cicerón nos dice ¿cómo es posible que los bienes te lleven a la felicidad si ellos mismos son inconstantes? Es decir, los bienes pueden estar como no estar y por lo tanto no seremos felices una vez que nos falten. La felicidad tiene que estar vinculada con las cosas que se mantienen en el tiempo, y no con aquellas que se van de un lado para otro. 

La virtud es todo lo que es digno de elogio y he ahí donde se consigue la felicidad. Nadie es más digno de elogio que el sabio, pues él siempre se dedica al ejercicio de la virtud. 

¿Cómo será el hombre feliz?

En primer lugar el hombre feliz debe ir en búsqueda siempre de la verdad a través de la filosofía. Deberá indagar en las tres materias del espíritu: lógica, física y ética, además de considerar la dialéctica como el método para distinguir lo verdadero de lo falso. 

El hombre feliz, o sabio en este caso, no será un individuo que este solo porque el sabio más que todos sabe que la sociabilidad es un aspecto importante en la vida. 

¿Podrá soportar el hombre sabio una tortura o un dolor prolongado? Debería hacerlo pues, los hombres en las batallas pelean con todo incluso hasta mordiscos. Prefiere morir antes que ser vencidos y esto es un aspecto de la virtud. De hecho, el sabio debe vivir conforme a la naturaleza y como ésta es perfecta, siempre tendrá una vida feliz. 

Un ejemplo de hombre sabio y feliz sería el mismo Diógenes de Sínope, un filósofo de la escuela cínica(4). Este filósofo vivía con lo justo y necesario lo cual lo llevaba a la indigencia (forma de vida de los cínicos), y por lo tanto era feliz solo con eso. Un  día, Alejandro Magno se le acercó y le dijo:

''Pídeme lo que quieras''

A lo que Diógenes contestó:

''Apártate que me estas quitando el sol''

Otro de los grandes ejemplos de hombre virtuosos es Sócrates, quien soportó estoicamente el duro destino que le tocaba por las leyes. 

La vida sin sentidos

Cicerón nos asegura que incluso se puede vivir una vida virtuosa sin alguno de los sentidos. 

Hay muchos ejemplos de hombres que han sido virtuosos siendo ciegos: un ejemplo de ello es Apio Claudio, el ciego; quien incluso era Senador de la República romana. 

El estoico Diodoto quien vivió muchos años con Cicerón ayudándolo en ejercicios matemáticos y otras cosas. 

Sin embargo, ¿qué pasa con las personas que están privadas de la mayoría de sus sentidos? Una persona que no puede hablar, no puede oír y no puede ver, si se le considera inútil en esta vida, entonces debería morir. Esto es uno de los rasgos fundamentales de la filosofía estoica, vivir sin los sentidos fundamentales es igual a estar muerto, pues la muerte es la privación de absolutamente todos los sentidos. Lo mismo pasa con el dolor, si no se soporta es mejor la huida (la muerte). 

Conclusión

Y este libro me corrobora aún más la posición de Cicerón con la vida. Es un modo de filosofía estoica combinado con las enseñanzas de la Academia de Platón. Aquí tenemos el modelo perfecto de Cicerón de cómo un hombre debe verse enfrentado con la vida. Ni más ni menos, el hombre sabio siempre será feliz sin importar en que tormentos se encuentre, pues está habituado a la naturaleza que es buena y perfecta en sí misma. 

Marco Tulio Cicerón - Tusculanae Quaestiones (Cuestiones tusculanas) (Libro IV: Otras aflicciones del alma) (45 a.C.).

Es el cuarto libro de las Cuestiones Tusculanas y por lo tanto es el cuarto día de las conversaciones de Marco Tulio Cicerón con Bruto. Este libro podría ser la continuación del diálogo anterior, pues se vuelve a abordar el tema de las aflicciones del alma. Ya vimos que Cicerón no se conforma con la mirada de los epicúreos, así como tampoco con la mirada de los peripatéticos, aunque también se nota una cierta preferencia hacia la filosofía estoica reconociendo que el dolor es algo que depende de nosotros y no a la naturaleza. 

Referencias:

(1) Aquí las llamamos así, Cicerón las trata como aflicciones a secas. 
(2) Esto se debe a que las perturbaciones se dan por la opinión, en otras palabras, por la parte pensante del alma. 
(3) En la editorial Gredos aparece que esta nunca fue una conclusión de los peripatéticos. Al contrario, ellos decían que las perturbaciones coincidían con la parte irracional del alma. 

Tusculanaes
Quaestiones


LIBRO IV: OTRAS AFLICCIONES DEL ALMA

Las aflicciones

Ya sabemos que al sabio no le puede afectar el miedo, pues es una ''aflicción'' que ocurre por nuestra opinión sobre las cosas, lo cual es totalmente manejable. Sin embargo, Bruto aún no está convencido y pide otro análisis esta vez con la euforia. 

Zenón de Citio nos daba una definición de perturbación (pathos): es un movimiento del alma contrario a la naturaleza que depende de nuestra percepción. Lo que viene a corroborar lo dicho por Cicerón anteriormente. 

Es cierto que luego del deseo viene la euforia, pero esta solo se daría cuando el deseo es desenfrenado, o en otras palabras excesivamente placentero. El sabio jamás caerá en ese extremo de querer de manera excesiva una cosa; al contrario, siempre tendrá un deseo moderado. 

Aflicciones pasivas(1)

Este Tipo de aflicciones son la envidia, los celos y la compasión, pues existe cierto ''dolor'' cuando nos referimos a ellas. También están el placer y la perturbación por ejemplo:

Placer

El placer para Cicerón consta de algunas partes:

Malevolencia: placer que se ocurre cuando nos enteramos de un mal ajeno y en el cual no hay provecho propio. 

Deleite: placer que es deseado por los cinco sentidos. 

Perturbación

La perturbación también tiene sus partes:

Ira: deseo de castigar a quien nos ha perjudicado injustamente.

Furor: es la ira pero en su estado naciente

Odio: es la ira que se mantiene en el tiempo (inveterada).

Enemistad: es la ira que termina en el deseo de la venganza. 

Rencor: ira amarga que también se mantiene en el tiempo.

Insaciabilidad: es el deseo inextinguible de un bien que aún no tenemos delante de nosotros. 

Intemperancia: es la fuente de toda aflicción pues se abandona toda la irracionalidad. 

Obviamente, estas perturbaciones del alma son solo transitorias y no permanentes como sí lo son los defectos

Está claro que un alma sana no caerá en las perturbaciones que le corresponderían; sin embargo, el cuerpo si puede caer en las perturbaciones que les son propias, por más que goce de salud. En el caso de las bestias, estas no tendrían perturbaciones; es decir, no sufrirían de esas cosas(2).

Cicerón nos dice que las perturbaciones no puede ser moderadas como lo decían los peripatéticos(3), en otras palabras, una perturbación es un mal no importa donde se le mire. Así es como decimos que quien pone límites a lso vicios, en realidad esta aceptándolos y asumiendo una parte de ellos. 

Conclusión


Aquí concluye la cuarta conversación con Bruto sobre las perturbaciones del alma y otras cosas. Nunca está demás definir las cosas para tener un propio esquema de qué significa cada concepto. En este caso, vemos a Cicerón dando una lección gravísima a quienes consideran que el ser humano debe alejarse del dolor; al contrario, el dolor debe soportarse y aceptarse porque depende de nosotros el hacerlo. La naturaleza no tiene la culpa de nuestra miseria, más bien somos nosotros mismos los que estamos en ella.