lunes, 24 de enero de 2022

Boecio - Cómo las sustancias pueden ser buenas en virtud de su existencia sin ser bienes absolutos

El título de esta obra es largo sin duda, pero la verdad es que éste tratado es más conocido por su abreviación ''De hebdomadibus'', que significa ''concepciones''. Como podemos ver el título sugiere una demostración lógica por parte de Boecio. Es el mismo filósofo quien nos comenta que tratará este tema por medio no solo de la lógica sino que usando las matemáticas y la ciencia. La aclaración de Boecio en estos aspectos, por más que pueda este tratado pertenecer a la Opuscula Sacra, subyace en sus definiciones y conceptos importantes para aclarar al lector todo su entendimiento. Veamos la presente obra. 


Cómo las sustancias pueden ser buenas en virtud de su existencia sin ser bienes absolutos


Antes de comenzar con esta obra, Boecio aclara algunos puntos esenciales:

  1. Concepción común: enunciado que apenas es oído, todos los aprueban. Con respecto a estos hay de dos tipos
    1. Universalmente inteligible: si se toman iguales de iguales, los restantes son iguales. Esta es una proposición innegable y de fácil entendimiento
    2. Universales para los eruditos: los incorporales no ocupan espacio. Esta es una proposición para los más doctos
  2. El Ser y la cosa que es: lo simple aguarda manifestación, pero una cosa es y existe cuando recibe la forma que es dada al Ser
  3. Participación: una cosa que existe puede participar de algo más. Pero un ser absoluto no puede participar en algo más. Esto porque la participación es algo que se adquiere después del Ser. 
  4. Posesión: aquello que existe puede poseer algo aparte de sí mismo. Pero el Ser absoluto no tiene mezcla de nada aparte de sí mismo.
  5. Ser algo y Ser absoluto: el primero comprende accidentes y el segundo comprende sustancia
  6. Participación en el ser absoluto: todo lo que participa del Ser absoluto existe. Para que el ser sea algo, debe participar de algo más. Por lo tanto, lo que existe participa del Ser absoluto porque justamente existe, y además existe porque participa de él
  7. Unidad: todo aquello que es simple posee una unidad en cuanto a su Ser absoluto y su Ser en algo
  8. Compuesto: en todo compuesto, el Ser absoluto y el Ser individual no son lo mismo
  9. Diversidad e igualdad: diversidad rechaza y la igualdad atrae. Aquello que busca algo fuera de sí mismo es demostrable de la misma naturaleza que aquello que busca


Teniendo esto en claro, el problema es el siguiente. Las cosas que existen son buenas. Todos los eruditos están de acuerdo en que las cosas tienden al bien y a la igualdad. Por lo tanto, las cosas que tienden al bien son buenas. Sin embargo, ¿lo son por participación o por sustancia? Si lo son por participación, entonces ellas de ninguna forma lo son por sí mismas, pero si lo son por sustancia sí serían buenas por sí mismas. Por lo tanto, si son participación tampoco tenderían al bien, y sin embargo, de acuerdo con Boecio las cosas son sustancialmente buenas. 

No obstante esto no sería posible porque los seres le deben su existencia al Ser absoluto, que es bueno. Luego el Ser absoluto de todas las cosas es bueno. Pero si su Ser es bueno, las cosas que existen son buenas por el hecho de existir y su Ser absoluto es el mismo que el del Bien. Por tanto, son bienes sustanciales, ya que no participan meramente del bien. Pero si su Ser absoluto es el bien, no cabe duda de que, siendo bienes sustanciales, son como el Bien Primero y por tanto tendrán que ser ese Bien. 

Porque nada es como Él excepto Él mismo. Por lo tanto, todas las cosas que son, son Dios: una afirmación impía. Luego las cosas no son bienes sustanciales, por lo que la esencia del Bien no reside en ellas. Luego no son buenos por el hecho de existir. Pero tampoco reciben el bien por participación, porque de ninguna manera tenderían al bien. Por lo tanto, de ninguna manera son buenos.

La solución, entonces, recae en que las cosas no son sustancialmente buenas como el Primer Bien, por el hecho de que no son buenas en todas las circunstancias, como sí lo es el Ser absoluto. Sin embargo, las cosas no tienen su Ser absoluto a menos que deriven de él que es a su vez el Primer Bien (Primer Bien y Ser absoluto se identifican). Esta clase de bien es bueno a través del hecho de que existe, pero la segunda clase de bien deriva de otra fuente de bien. 

Sin embargo el problema de esto sería decir que si deriva de otra fuente de bien, que en este caso sería el Primer Bien, entonces podría no ser bueno. Pero las cosas no existen hasta que son producidas, y el Ser absoluto las produce; por lo tanto, la fuente de los seres es efectivamente el bien, de otro modo no podrían existir. En este caso, se identifican:

  • Primer Bien (Bien sustancial)
  • Ser sustancial (Ser absoluto)
  • Bondad esencial

Nadie dice que el color blanco existe por sí mismo, sino que todo existe por Dios. Porque ser es una cosa pero ser blanco es otra. Él. que le dio la existencia es bueno, pero no blanco. Por lo tanto, los seres existen por la voluntad de Dios y no por sí mismos. ¿Por qué es blanco entonces? por mera voluntad de su creador. La voluntad no influye en la creación del bien de una cosa, sino que en todo lo demás. 

''Y así son blancos simplemente porque Uno que no era blanco quiso que fueran blancos; pero son buenos por el hecho de que existen porque Aquel que fue bueno los quiso buenos''

Ahora bien podemos preguntarnos ¿es necesario que todas las cosas sean justas porque así lo quiso Él? No. Esto es porque lo bueno es esencia y lo justo se refiere a una acción. En Él, el ser y la acción son lo mismo, por lo tanto, en él sería lo mismo ser bueno y justo. Sin embargo, en nosotros, ser y actuar se diferencian. Así todas las cosas son buenas, pero no justas. El bien es general y la justicia es especial y la especie no abarca todas las cosas,. y así unas cosas abarcan unas y otras abarcan otras. No obstante, si existen, todas son buenas. 

Conclusión

Cómo podemos apreciar, Boecio sigue la línea doctrinaria de San Agustín de Hipona, pero no en el sentido religioso sino que más bien en el sentido lógico. En todo caso, en nada empaña que el mismo Boecio sea católico o judío porque la verdad es que toda esta explicación se ciñe sobre la base de la lógica. No solo ha sido aclaratorio, sino que completamente funcional a pensar de que el existir tiene que ver con el bien.

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