domingo, 23 de febrero de 2020

Guillermo de Ockham - Suma de Lógica (Libro III: Los cinco predicados) (1323)



Si pensaron que Guillermo de Ockham ya había hablado suficiente sobre los universales, están muy equivocados. Este no solo habla de los universales en sí sino que también de su clasificación. Ockham va hasta las últimas consecuencias para demostrar que los universales no existen fuera del sujeto y para eso vamos a investigar en este último episodio de la Suma de Lógica de Guillermo de Ockham. Espero que haya podido conocer aún m ás de este gran filósofos que deja pasmada la escolástica con sus teorías.

Definición:

(1) Supposita: denota, señala.


Suma de Lógica

LIBRO III: LOS CINCO PREDICADOS



Capítulo I: Universal como género o especie

Luego de describir los universales, Ockham nos quiere mostrar cómo estos están divididos en categorías. Sin embargo, para ahondar en ello primero debemos saber si los universales son género o especie. Muchos dicen que puede ser género pero hay que revisarlo. 

Si se dice que la blancura es una género, en efecto, muchas cosas comparten el color blanco. No obstante, muchas blancuras no coinciden con otras, es decir, solo algunas coinciden con otras por lo tanto no podríamos llamar realmente ''género'' a la blancura. 

En efecto, todos los géneros difieren el uno al otro. Incluso si se dijera la palabra ''ser'' o ''uno'' tendremos que decir que los seres difieren el uno del otro y que las unidades también difieren unas de otras. Por lo tanto, ni el ser ni la unidad podrían ser universales porque no son géneros. Además, el género también podría ser predicado de las especies y no por sí mismo. 

Capítulo II: Individuo contenido en el universal


Entre los lógicos, la palabra ''individual'' es entendida en tres formas:

  1. Lo que es uno y no muchos
  2. Una cosa fuera de la mente es llamada ''individual'', así cualquier sustancia es individual
  3. Un signo que es propio de una cosa es llamado ''individual''

Sin embargo, un individual así como Platón, Sócrates o Aristóteles pueden ser asignados de tres modos:

  1. Nombre propio (Platón, Sócrates y Aristóteles)
  2. Demostrativo (Este, esta, eso y esa)
  3. Demostrativo con pronombre común  (este animal, este hombre, etc.)

De este modo, el sujeto ''suppositum'' (o supósito) puede ser entendido por sí mismo o por accidente. Por ejemplo, el sujeto supósito per se cuando se dice que blanco es ''esta cosa blanca'' o ''esa cosa blanca'', mientras que cuando es per accident se menciona a ''Platón'' o ''Sócrates''.

Por lo tanto, tendríamos el siguiente orden:

  1. Término: blanco
  2. Supósito per se: ''este blanco'', ''ese blanco'', etc.
  3. Supósito per accident: ''Sócrates'', ''Platón'', etc

En este sentido, no se puede tener un supósito per se igual a otro; por ejemplo, no podemos decir ''esta cosa blanca es negra'', pero sí se puede de un supósito por accidente; por ejemplo, si se dice que Sócrates es el supósito de lo blanco, entonces hay posibilidad de que Sócrates sea supósito de lo negro. 

En consecuencia, un universal no puede entenderse fuera del individual.

Capítulo III: Sobre el género

Para definir la palabra ''género'', Ockham hace referencia a la definición de Porfirio:

''Género es aquello que es predicado de muchas cosas que difieren en especie en respecto de ''lo que es'' ''

De esta manera, se deduce inmediatamente que el género no es algo que esté fuera del alma. En efecto, el género también sería una intención del alma al ser un predicado. Además, el género también puede ser la parte de una cosa, y no necesariamente un ''todo''. Por supuesto, si el género es parte de una definición, entonces el género es una parte y no un todo. 

Capítulo IV: Sobre la especie

Los filósofos describen la especie de una manera similar a la que postuló Porfirio en cuanto al género. 

''La especie es aquello que es predicado de muchas cosas diferentes que difieren en número con respecto al tipo que son''

Si el género no está afuera del alma, con mayor razón tampoco lo estará la especie. La especie también es una intención del alma, con la diferencia de que las especies son comunes en muy pocos aspectos. Por lo tanto, el género tiene más coincidencias entre las cosas que la especie. 

En este sentido, las especies son la parte subjetiva de los géneros. Así, el género ''animal'' significa muchas más cosas que el género ''hombre'', ya que ''hombre'' es parte del género ''animal''. 

Capítulo V: Comparación entre el género y la especie

La primera diferencia es que el género es predicado de las especies, pero las especies no puede ser predicadas del género. En efecto, se puede decir todos los hombres son animales, pero no puede decirse todos los animales son hombres. 

Por otro lado, también se dice que el género contiene a la especie, pero la especie no contiene al género. Esto porque el género predica y encierra muchas cosas, mientras que la especie no lo hace. 

En lo único que puede coincidir el género y la especie es que ambos se predican de algunas cosas. El género encierra más semejanzas y la especie encierra más diferencias. 

Capítulo VI: Sobre la diferencia

Porfirio entendía la diferencia de tres formas:

  1. Común: cuando el quid de una cosa difiere de otra
  2. Propiedad: cuando es propio de una cosa y no de otra
  3. Accidente: aquello que pertenece temporalmente a una cosa

También tiene otras divisiones:

  1. Sentido restrictivo: cuando se predica per se de algo interior con respecto a otra cosa
  2. Sentido amplio: predicado de algo que no puede pertenecer a todas las cosas en común
  3. Sentido más amplio: predicado de algo y por lo cual, en virtud de su naturaleza no puede ser afirmado y negado constantemente. Esto se llama ''accidente inseparable''
  4. El sentido más amplio: todo lo que es predicado de uno y no de todos

Debemos decir entonces que la diferencia no es la esencia de la cosa, sino que una cierta intención del alma. La diferencia es algo intrínseco a una especie y por lo tanto, esta habla de la parte de una esencia y no de la esencia en sí misma. 

Capítulo VII: Sobre la propiedad

La propiedad es lo que pertenece ya se a un género o a una especie, ambos tienen propiedad. También es aquello que deriva más precisamente de una especie, de hecho, estas se diferencian por las propiedades que tienen. 

La propiedad es aquello que es inherente ya sea a la especie o al género. Por lo tanto, la propiedad es un universal, es decir, una intención del alma. 

Capítulo VII: Sobre el accidente

Los filósofos definen el accidente de la siguiente manera:

''Un accidente es aquello que está presente o ausente sin la corrupción del sujeto''

De esta forma, el accidente puede ser entendido de cuatro maneras:

  1. Algo realmente inherente a la sustancia (la blancura en la pared, el calor en el fuego)
  2. Contingentemente predicado de otro
  3. Puede ser denegado o aceptado
  4. Algo que no lleva absolutamente una inherencia a la sustancia

Los accidentes además puede ser divididos en separables e inseparables. El primero puede ser separable de la sustancia, mientras que el otro no puede ser separado. Por ejemplo, el color negro de un cuervo es inseparable del mismo, a menos que el cuervo se corrompa. 

En conclusión, los cinco universales predicables conocidos son el género, la especie, la diferencia, la propiedad y el accidente.

Conclusión

Es este libro el que deja claro que los universales no existen fuera del alma, sino que más bien dentro de ella; son intenciones del alma. Esto deja como consecuencia que Guillermo de Ockham es totalmente nominalista y que la metafísica de los medievales y de aquellos que eran realistas van tomando otro rumbo. Guillermo de Ockham quien era un creyente de Dios, toma el aristotelismo desde la perspectiva de los universales. Los siguientes filósofos y pensadores ya no volverán sobre este tema sino muchos años después. 



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