domingo, 11 de octubre de 2015

Aristóteles - Breves tratados sobre naturaleza (Parte I: Sensación y memoria).

Continuamos con el análisis de la naturaleza con este tratado que exclusivamente, trata sobre las propiedades de los cuerpos. Este tratado es sobre pequeños libros sobre la naturaleza de los animales en general; por otra parte, también se analizan fenómenos psíquicos (los cuales la verdad son reducidos a explicaciones físicas) que nos ayudan a comprender un poco más de manera integral, lo que pasa con el animal frente a distintas sensaciones. El tema de este libro presenta uno de los esbozos de la psicología de Aristóteles que incluso se considera como el complemento de Acerca del alma. Veamos que nos puede seguir ofreciendo nuestro filósofo en cuanto a la naturaleza.

Definiciones:

(1) Sápido: que tiene sabor.

Referencias:

(1) Para que sean siete se debe unir el amarillo con lo blanco, o lo negro con lo gris. 
(2) No se mencionan cuales animales. 
(3) No pueden existir dos órganos con una función en común. 


BREVES TRATADOS SOBRE NATURALEZA


TRATADO I: 
ACERCA DE LA SENSACIÓN Y LO SENSIBLE

Introducción: atributos del alma

Ya habíamos visto con bastante detalle muchas de las características del alma en Acerca del alma. Ahora hablaremos de las actividades que realizan los animales y veremos como podremos clasificarlas.

Lo más importante que debemos destacar en lo sucesivo, son las siguientes cuestiones:

  • Vigilia y sueño
  • Juventud y vejez
  • Inspiración y espiración

Todos aquellos (junto con la salud y enfermedad) son sensaciones que corresponden tanto al alma como al cuerpo. 

Necesidad de sentidos en los animales; la vista y el oído

En el tratado sobre el alma, habíamos establecido lo imprescindible que es la sensación para los animales, de hecho, en esta parte Aristóteles nos dice que la sensación es lo que diferencia la vida de los animales (los que no sienten no pueden vivir). Por otro lado, otro sentido que necesitan es el gusto, puesto que este sentido se desprende de la nutrición. 

El olfato, la vista y la audición se da en los animales que pueden moverse. Estos sentidos los ayudan a discernir entre las cosas beneficiosas y destructivas; en fin, prolongar su conservación. Por otro lado, tenemos el entendimiento que ayuda a discernir sobre el bien y el mal, o sobre lo factible y lo inimaginable. 

La vista es un sentido de lo más importante para Aristóteles, si bien en el tratado precedente vimos que el tacto era el más importante, la vista nos ayuda a conocer las cosas tal como son, es decir, nos acerca más a la verdad que cualquier otro. La audición complementa la vista, lo que hace que sea mucho mejor el entendimiento; sin embargo, entre un ciego y un sordo, el más inteligente será el ciego, pues, para entender una lección, el sordo no podrá escuchar. 

Sentidos y elementos: la visión no es fuego


Platón y Empédocles: fuego interior en los ojos

Platón afirmaba en el Timeo que el fuego representaba la visión, ya que el ojo tenía un fuego interior que nos hace ver las cosas. Lo mismo decía el filósofo Empédocles.

Aristóteles no está de acuerdo con ninguno de los dos, en efecto, si hay una luz interior en el ojo ¿cómo es que este no puede ver en la oscuridad? No sólo eso. Empédocles nos dice que hay una luz que sale del ojo para que éste pueda ver (similar a una linterna). ¿Cómo es que no podemos ver esta luz del ojo en la oscuridad? 

Demócrito: la vista como reflexión

Una de las cosas con las que Aristóteles concuerda con Demócrito, es la de designar el elemento agua al ojo, pero no está de acuerdo con la reflexión de imagen del ojo. 

Dicha reflexión se produce a causa de los átomos que proyectan una imagen en el ojo del observador. La crítica a este planteamiento está en que la imagen no se produce en el ojo, sino más bien en la persona misma. 

Para Aristóteles, la visión se produce gracias a que el ojo, al estar hecho de agua, se vuelve transparente. Esta transparencia que tiene el agua puede retener las imágenes debido a que es más espesa (obviamente más que el aire). Que la vista sea de agua se puede evidenciar en el derrame de lágrimas. 

En general, no es posible afirmar que la vista se produzca por algo que sale del ojo, más bien es factible afirmar que es el mismo ojo el que ve. 

Concepción aristotélica de la visión 

El ojo está hecho de agua (como dijimos anteriormente) es transparente y es el receptor de luz en el alma. 

Cuando los soldados de guerra eran heridos en la sien y perdían la visión, estos declaraban ver sólo oscuridad. Esto pasó porque la herida quitó la transparencia al alma.  

Finalmente, para Aristóteles el ojo tiene origen en el cerebro, pues es este la parte más fría y húmeda del cuerpo.

Los sentidos de los elementos

Si pudiéramos relacionar cada uno de los elementos con los órganos del cuerpo, tendríamos que decir que el ojo corresponde al agua, el oído al viento, el olfato al fuego (pues el olor es una especie de exhalación como el humo) mientras que el tacto pertenece a la tierra. 

El gusto también es un tipo de tacto; estos dos se ubican cerca del corazón porque es la parte más caliente del cuerpo, al contrario del cerebro. 

Los colores

En el tratado anterior llamado Acerca del alma vimos que la luz era lo que permitía que el hombre pudiera ver los colores. 

Lo que se agrega a este respecto es que la transparencia tiene un límite en los objetos; dicho límite, por supuesto, es el color. Sin embargo, no es sólo el límite de los cuerpos, sino que también se puede decir que este mismo color corresponde la interior de los cuerpos.

Génesis de los colores: proporción o superposición; no emanación

De acuerdo con la filosofía aristotélica, los colores se forman gracias a las distintas combinaciones del negro y el blanco. Las proporciones en que se forman los colores pueden ser tanto desordenadas como ordenadas, similar a los acordes de la música.

Otra forma de que se generen los colores es a partir de la superposición de unos con otros. Por ejemplo, el sol que es amarillo cambia de color cuando lo vemos a través de una niebla o bruma, se vuelve rojo. Esto es debido a la combinación de la superficie y el fondo.  

Finalmente, Aristóteles considera absurdo que el color se de por emanaciones de los objetos. Lo que hace inconsistente esta teoría, es que los colores de un objeto se ven solamente por el contacto de la visión y la luz.

Teoría de la mezcla

La mezcla de colores se logra producir, así como también se puede producir la mezcla en los cuerpos. Dicha mezcla de los cuerpos se da por proporción de unidades mínimas como los hombres o los caballos. Por ejemplo, una mezcla de hombres y caballos formaría una caballería. De la misma manera se pueden formar otros colores, es decir, en el mismo sentido de la mezcla anterior.

Por lo tanto, la superposición de colores no es el auténtico motivo de que se formen múltiples colores, sino más bien su proporción. 

Los sabores: refutación de teorías

El sabor y el olor son afecciones muy similares, pero que no se producen en las mismas circunstancias. 

Entre los sabores, el agua es un elemento que tiene un sabor insípido. Empédocles nos decía que en las pequeñas e imperceptibles partículas del agua se encontraban las especies de los sabores. Sin embargo, Aristóteles argumenta que el sabor del agua cambia a causa del fuego. De hecho, los frutos cambian su sabor cuando se exponen al calor, aunque también se reconoce que el fuego (o el calor) es sólo una concausa del sabor. Esto se debe a que el agua cuando se calienta no necesariamente cambia de sabor.

Afectación del sabor del agua por la tierra

La relación entre la tierra y el agua es innegable. Los frutos salen de la tierra gracias a los riegos u otros fertilizantes que se usan hoy en día. 

El sabor de la tierra también varia en distintas formas; la sal es un tipo de tierra con cierto sabor. También cuando el agua se junta con la ceniza (que es un tipo de tierra) cobra un sabor amargo. En los vegetales se encuentra una extensa cantidad de sabores, puesto que en ese caso lo húmedo se mezcla con su contrario, lo seco. 

Ahora, si aquí interviene lo seco, entonces lo que interviene es el fuego (recordemos que el fuego es conjunto de calor y sequedad). 


Definición y características del sabor

En este apartado veremos la siguiente definición de la palabra.

Sabor: Afección producida en lo húmedo por la sequedad.

La afección mencionada en la definición se puede analizar desde lo que se entiende por potencia y acto, es decir, dicha afección puede cambiar el sabor en potencia a sabor en acto.

De esto se desprende que el alimento de los animales no es solo un elemento, sino más bien una mezcla. El alimento que es asimilado (o ingerido) por el animal es caliente o frío, ya que estos estados son los que producen el crecimiento y la destrucción. Estaría demás decir que para que el alimento sea asimilado necesita ser gustable, en otras palabras, dulce, ya sea solo o mezclado. 

Analogía entre la mezcla de colores y la de sabores

En el tratado anterior vimos que la mezcla de colores se da entre el blanco y el negro. En cuanto a los sabores, estos se dan entre la mezcla de lo dulce y lo amargo. Las mezclas que producen placer al ingerirlas, tienen que ver con la construcción de la proporción. 

De esta forma, tenemos que lo graso es dulce, lo salado es amargo, lo picante, lo acre, lo agrio y lo ácido están entre medio de los dos mencionados (dulce y amargo). Haciendo una analogía con los colores, Aristóteles propone lo siguiente. 

Amarillo y blanco: Dulce
Rojo: Picante
Purpura: Agrio
Verde: Acre
Azul: Ácido
Negro y gris: Salado o amargo

Así vemos que lo dulce y lo salado (o amargo) son los extremos de los sabores, y lo picante, agrio, acre y ácido conforman el intermedio. Aquí tenemos la escala de los siete colores y siete sabores (1). 

Los sensibles: crítica de Demócrito

Uno de los errores de Demócrito, según Aristóteles, es que éste decía que todo lo sensible es tangible. Sin embargo, esto no estaría acorde con el planteamiento visto en el segundo libro de Acerca del cielo, ya que ahí veíamos que existen los sensibles comunes; el movimiento, el reposo, la figura y el número, los cuales no son tangibles. 

Algo que se añade con respecto a estos sensibles comunes es que, estos si pueden engañarnos, mientras que los específicos no pueden hacerlo. 


El olor y sus causas

El tratado precedente dejaba claro que el olor puede presentarse tanto en el aire como en el agua. El olor vendría siendo un fenómeno seco sápido(1) en las cosas húmedas. Un ejemplo de esto es el mar, ya que este es húmedo y además seco por su sal. Cosas como las piedras, el oro, o el bronce son inodoros pues solo son secos. Tendrían que ser además húmedos para que tuvieran olor. 

Naturaleza del olfato: crítica a Heráclito

Muchos filósofos anteriores a Aristóteles, entre ellos Heráclito, afirman que el olor es un tipo de exhalación o de vapor. En cuanto a este último, podemos decir que es un tipo de humedad y exhalación humosa, y como vimos en el ciclo del agua, el vapor puede transformarse en agua y de ésta una especie de tierra. No obstante, el olor no pertenecería al vapor, ya que éste es solamente agua y la exhalación humosa no puede salir del agua. 

Analogía entre olores y sabores

En fin, podemos entender que el olor sería la mezcla de lo húmedo con lo seco. En cierto modo, el sabor está vinculado a los olores. Aristóteles nos dice que bien puede relacionarse el olor podrido con el sabor amargo. 

Además, recordemos que el sabor es una afección húmeda donde se produce sequedad, lo que quiere decir que de alguna manera los dos tienen las mismas propiedades, sequedad y humedad. 

Clases de olores

En el Timeo observamos que Platón afirmaba que nada tiene olor por sí mismo, es decir, que no existen las clases de olores. Sin embargo, Aristóteles nos dice que los olores pueden coincidir con los olores en dos categorías: lo agradable y desagradable. En efecto, cuando se tiene hambre, los olores de las comidas son agradables y cuando se está satisfecho, los olores de comida ya no son agradables.

Además, al contrario de la afirmación del Timeo, sí hay olores agradables por sí mismos. Basta ver que las flores despiden olores agradables sin que despierten apetito; todo lo contrario. Por otro lado, hablando de los alimentos, mientras estos sean sanos su olor siempre será agradable a las personas.


Olor con y sin inhalación

El olor se produce por inhalación en todos los hombres y cuadrúpedos en general. Dicha inhalación sirve principalmente para la respiración y secundariamente para percibir olores. 

Para el hombre, el olor agradable suele ser muy beneficioso porque entra en proporción con las cosas más frías del cuerpo, entre ellas, el cerebro. El hombre tiene solo un órgano que puede respirar y además la permite inhalar olores, pero también existen animales(2) que solamente perciben una clase de olores con un solo órgano(3). 

Por otra parte, según Aristóteles, existen animales que no respiran como los peces y los insectos. Estos animales tienen un tipo de olfato interno llamado ''olfato nutritivo''. 

Los pitagóricos y los olores nutritivos

Los pitagóricos afirmaban que hay animales que se alimentan de olores, pero Aristóteles no está de acuerdo. Los animales no son simples, son compuestos y por lo tanto deben alimentarse de cuerpos compuestos y no simples. Además el alimento debe ser necesariamente algo corpóreo y no sin cuerpo como lo es el aire. 

El olor sí es bueno para la salud del hombre, pero no tiene que ver con su alimentación.

Divisibilidad de las cualidades sensibles

Este es un tema que ya se ha tratado en la Física y por la que nuestro filósofos está completamente de acuerdo. Las cosas se pueden dividir fácilmente hasta al infinito, en contra de lo que establecen los atomistas. ¿Cómo es que no podemos ver las divisiones que quedan después de dividir tanto? Eso se debe a que la visión o los sentido no son capaces de ver dichas divisiones en acto, sino más bien en potencia. 

Las sensaciones no llegan a ser, sino que son

Esta es una duda que plantea dificultades. ¿Habrá un proceso por el cual se llega a sentir determinada cosa? Para Aristóteles este proceso no existe. Las sensaciones no pueden llegar a ser sino que son en el mismo instante que se producen.

Empédocles nos decía que los rayos del sol antes de llegar a nuestra vista, llega a un intermedio. Otro caso es el ruido, ya que se suele escuchar o confundir las palabras cuando el aire interviene en los sonidos (porque también estos se transmiten por el aire). Lo mismo ocurre con el olor. 

El caso de la luz 

La luz, acorde con lo dicho con Aristóteles, no es un movimiento sino más bien un acto. Podríamos decir que a la luz le pertenece el concepto de alteración más que de traslación. 

¿Es posible percibir dos cosas a la vez?

Es una pregunta compleja en cuanto a la sensibilidad. En todo caso, hay más certeza de percibir una cosa que dos; por ejemplo, el vino en su estado puro, la miel en su estado puto, etc. Más difícil es distinguir la mezcla de ingredientes en un alimento. 

Por otro lado, también es cierto que un movimiento de mayor intensidad podrá desplazar al de menor intensidad. ¿Podemos percibir los dos a la vez? según la mirada aristotélica, no. La única forma de percibir dos cosas a la vez sería en la mezcla, y ésta mezcla en realidad sería una sola si las dos se combinan. 

Acorde musicales

En la música suelen darse lo que llamamos acordes. Dichas estructuras dan la impresión de que son simultáneas cuando se tocan dos a la vez. Sin embargo, los músicos más experimentados de la época de Aristóteles decían que eso no era así, que en realidad los acordes se dan de uno en uno y no todos juntos, lo que pasa es que percibir eso es imperceptible para el hombre. 

Para Aristóteles, la existencia de un intervalo de tiempo imperceptible es imposible. Podemos percibirlo ya que todos estos tienen un comienzo, quizás, no es posible percibir lo grande que pueden ser estas percepciones. Si fueran imperceptibles, entonces no podríamos escuchar nada. 





TRATADO II: 
ACERCA DE LA MEMORIA Y DE LA REMINISCENCIA

Introducción: objeto de la memoria

En este tratado hay que diferencia entre memorizar y rememorar. Las personas más lentas son las que tienen mejor memoria y las que puede rememorar son más rápidas e inteligentes, ya que rememorar tiene que ver con la inteligencia. 

Teniendo esto en cuenta, analicemos lo que tiene la memoria como objeto. Evidentemente, no se puede ''recordar'' el futuro pues esto es lo que corresponde a la adivinación. Tampoco se puede recordar el presente, puesto que solo tenemos de él la percepción y no un recuerdo. Por lo tanto, el objeto de la memoria es exclusivamente el pasado y no los otros tiempos. 

Definición de memoria y su relación con el tiempo

La memoria no es un tipo de sensación o un juicio, sino más bien una afección o un estado. De modo que la memoria siempre implica un lapso de tiempo pasado. 

La sensación y la imaginación (entendida más bien como imagen) es fundamental para la memoria, es decir, la memoria no se da sin imagen. Por lo visto, la memoria puede pertenecer al intelecto y por lo tanto, no todos los animales la poseen. 

Memoria e imaginación

A la parte del alma que definitivamente sí pertenece la memoria es a la imaginación. Y en efecto, pareciera ser que lo que implica la memoria es una imagen; eso la vuelve más consistente. 

Lo que si debe tenerse en cuenta, es que la memoria no es un movimiento excesivo y rápido, ni tampoco uno muy lento. De hecho, los jóvenes no son capaces de retener por mucho tiempo lo memorizado y a los viejos les cuesta aún más porque unos son muy rápidos (los jóvenes) y otros muy lentos (los viejos).

Producción de recuerdos


Con respecto a la naturaleza de la memoria podríamos preguntarnos ¿recordamos una afección o lo que produjo la afección? Si fuera solo la afección, no podríamos recordar el objeto; si fuera solo lo que produjo la afección, ¿cómo resulta posible que recordemos el objeto estando ausente?

Así como la memoria es parte de la imaginación, la imagen que se queda en nosotros corresponde al recuerdo (o imagen) en sí mismo y también de otra cosa. Cuando el alma recuerda el objeto por sí mismo, entonces se nos viene una imagen y un pensamiento. Pero si se recuerda como el reflejo de otra cosa, entonces se nos viene un recordatorio o una copia de dicho objeto.

Una de las formas de conservar la memoria es el ejercicio de la contemplación, es decir, traerlo a la memoria una y otra vez observando dicho objeto no en sí mismo, sino que a manera de copia. 


La reminiscencia y el recuerdo

Una de las diferencias entre la memoria y la reminiscencia es que la primera se da por un proceso posterior a la experiencia, mientras que la reminiscencia. La acción de la memoria, por un lado, ocurre cuando dicha experiencia se ha olvidado. Finalmente, rememorar quiere decir rescatar el conocimiento científico y la sensación que se experimento, no un simple recuerdo. 

Mecanismo de la reminiscencia

La acción de la reminiscencia es rememorar, es decir, traer algún recuerdo a la memoria generalmente a través de la asociación de imágenes. Dicha asociación puede ocurrir tanto voluntaria como involuntariamente. 

Método para rememorar

Es obvio que para traer un recuerdo a la mente se debe comenzar por lo más próximo y no el más alejado a ese recuerdo, un punto de partida. También se puede hacer comenzando de múltiples puntos relacionados, pues lo que está unido tarde o temprano conducirá a lo que se desea buscar. Otro ejemplo podría ser el partir por recordar el lugar de lo que se está buscando. 

Por ejemplo, tengamos la siguiente secuencia: ABCDEFGHI. Puede ser que no se recuerde ''I'', pero puede recordarse E y si se recuerda ''E'' es posible que ''F'' y así quizás podamos llegar al recuerdo deseado.  

Diferencia entre memoria y reminiscencia

La reminiscencia, cronológicamente, es posterior a la memoria. Además, recordemos que el rememorar pertenece más a la inteligencia y la memoria a la imaginación. La reminiscencia necesita deliberación y es preciso que solamente el hombre pueda rememorar. 

Por último, la reminiscencia provoca en el cuerpo un estado ''emocional'' que nos ayuda a recordar de mejor manera lo que queremos recordar. 

Conclusión

Son realmente sorprendentes las aseveraciones de estos tratados. Cabe destacar las ideas contraria a su maestro Platón, sobre todo en la parte del intelecto y los sentidos; el primero puede engañarnos, mientras que el segundo no. Otra de las sorprendentes aseveraciones es la de la frialdad en el cerebro, según él, el órgano más frío del cuerpo. Por otro lado, es primera vez que leo algo tan práctico como postular un método de reminiscencia en algún texto de Aristóteles. En mi opinión, lo práctico en este filósofo no se da tanto como lo teórico.

sábado, 10 de octubre de 2015

Aristóteles - Acerca del alma.

Después de revisar y analizar los libros precedentes (que por lo demás se ocupaban de los temas más tangibles y materiales) ahora pasamos a un tema mucho más, si se me permite decirlo, ''místico''. Ya dejamos por el momento las cosas que se refieren a la materia, a los estados de aquella y a la sensibilidad. Concentrémonos ahora a lo que entendemos por ''Alma''. Este no es un tratado como el Fedón o el Fedro de Platón, al contrario, lo que veremos en este tratado es el intento de responder a la pregunta eterna, ¿existe el alma? ¿cuáles son sus propiedades si existe? Pareciera ser que para Aristóteles, el alma evidentemente existe, lo que se cuestiona son sus propiedades y su naturaleza. Veamos el lado místico (aunque paradójicamente bastante terrenal) de nuestro filósofo.

Definiciones:

(1) Demon: divinidad indeterminada en la cultura griega. 
(2) Entelequia: Aristóteles lo definía como ''lo que tiene fin en sí mismo''.
(3) Desiderativa: que expresa deseo. 

Referencias:

(1) Lo contrario al concepto del primer motor de Aristóteles, donde lo inmóvil puede mover a lo otro sin ser movido. 
(2) En el libro VIII de la Física vemos la teoría principal de Anaxágoras.
(3) Supongo que puede ser el Critias de Platón.
(4) Lease ''animal'' como planta y ''animales vivientes'' como mamífero.
(5) Quedará más claro en el libro III del presente tratado.
(6) Teoría compartida con Platón, ya que todas estas cosas estaban en el mundo inteligible. 
(?) ¿Será que entonces el intelecto sí es perfecto? 
(7) Para mayor entendimiento entre lo simple y lo compuesto véase Fedón.
(?) Similar a la duda que se planteó anteriormente.


Acerca del alma

LIBRO I: ANTECEDENTES DEL CONCEPTO DE ALMA

Cuestiones sobre el alma

Una de las cosas más valiosas que Aristóteles considera investigar es el alma. Tanto es así que nuestro filósofo decía que ésta era el principio de todos los animales. 

Debido a la dificultad que emplea investigar el alma, Aristóteles intenta comenzar a desarrollarla del mismo modo que se han investigado los temas anteriores; a través del genero y la especie; a través de la sustancia y accidente; si es totalidad o parte; y potencia o acto. 

Por otra parte, hay que investigar en qué medida el alma está relacionada con el cuerpo. Sabemos que algunas afecciones del cuerpo pareciera que pueden afectar en el alma (encolerizarse, envalentonarse, apetecer, etc). No obstante, Aristóteles considera que la acción de inteligir parece ser exclusivamente de ella.  

Ahora, si el alma tiene afecciones exclusivas solo de ella, entonces puede prescindir del cuerpo. Pero si no es exclusivo de ella, entonces el alma depende del cuerpo. Resolvamos esta duda en lo sucesivo.


Conceptos antiguos del alma

Como en muchos tratados de física y naturaleza, vamos a proceder investigando lo dicho por otros filósofos acerca del alma. 

Establezcamos que existen objetos animados e inanimados. El alma pareciera pertenecer al primer tipo de objetos y en efecto, los antiguos la han definido como cierto motor en los seres. Es obvio que pensaran estos algunos filósofos, ya que con la sola observación podemos evidenciar que todo animal se mueve por algo que debe mover(1)

Veamos algunas opiniones:

Demócrito de Abdera: El alma es de tipo caliente y tiene una forma esférica, ya que los átomos también lo son así. De hecho, los átomos de fuego tienen la misma naturaleza que los átomos del alma. Además, el alma tendría u propio movimiento al ser esférica y de forma caliente. 

Anaxágoras de Clazómenas: El alma es el intelecto porque es el intelecto (nous)(2) el que inició el movimiento del universo (lo que quiere decir que el alma también tiene movimiento). De hecho, éste filósofo afirmaba que todos los animales tienen alma. Sin embargo, ¿podemos decir que todos los animales tienen alma si ésta es intelecto?

Empédocles de Agrigento: El alma está compuesta de los cuatro elementos sublunares (fuego, aire, tierra y aire). Es llamada también Demon(1) lo que le da un carácter divino, contraria totalmente al cuerpo. 

Platón: Al igual que Empédocles de Agrigento, Platón en el Timeo considera el alma un compuesta de los cuatro elementos. Por otro lado, todo animal proviene de la idea de lo Uno en sí. 

Tales de Mileto: Según los escritos de Platón y Aristóteles, éste filósofo decía que el alma estaba incluso en las cosas inanimadas, pues el imán, siendo una cosa inanimada, puede mover a los cuerpos. 

Diógenes de Apolonia: Al igual que Anaxímenes, Diógenes pensaba que el alma esta constituida de aire, por ser principio y además por el ser el cuerpo más ligero. 

Alcmeón de Crotona: El alma es inmortal pues tiene semejanza con los dioses y seres divinos (los astros en general) estos están siempre en movimiento. 

Hipón de Samos: El alma proviene del agua porque el semen de los animales es húmedo. 

Critias(3): El alma es sangre, puesto que la naturaleza del alma y de la sangre es sentir. 

Haciendo un resumen de todas las teorías aquí postuladas, podemos ver que se rescatan tres características: movimiento, sensación e incorporeidad

Críticas a los conceptos precedentes del alma

El movimiento

Las primeras observaciones se hacen al concepto de movimiento en el alma. Aristóteles no está en absoluto de acuerdo con que el alma pueda moverse en sí misma, ni tampoco cree que esta sea capaz de movimiento. Esto se debe a la teoría planteada en el libro VIII de la Física donde se desarrolla el concepto del primer motor, pero veamos más en detalle.

Si el alma se mueve, entonces debe tener cuatro tipos de movimiento; traslación, alteración, corrupción y crecimiento. Ahora, si tiene estos tipos de movimientos, entonces el alma también tiene un lugar natural que le corresponde. Por otro lado, el movimiento natural que esta tenga (si es que lo tiene), el alma entonces podrá ser movida y además movida violentamente; lo mismo ocurre con el reposo. Además, si el movimiento del alma es hacia arriba, entonces será fuego y si se mueve hacia abajo será tierra. 

El cuerpo está sometido al movimiento de traslación y si el alma está en el cuerpo, el alma también se movería por traslación. No obstante, si el alma se moviera por sí misma, ésta podría salir y entrar del cuerpo cuando quisiera lo cual es imposible. 

Crítica a la teoría platónica

En el Timeo veíamos que el alma está ligada al cuerpo y es ésta la que le imprime movimiento. Y ya que el alma está compuesto de los cuatro elementos, entonces también tendrá magnitud. Por otro lado, lo que le imprime movimiento, según Platón, es el intelecto porque, al igual que Anaxágoras, el filósofo pensaba que el intelecto es lo que originó el Universo y que además se mueve de manera circular.

Pero si el alma es una magnitud ¿cómo es que puede inteligir? y si el alma es eterna  ¿cómo se moverá el intelecto? ¿de manera circular o rectilínea? Obviamente tendría que ser de manera esférica, pero ¿es realmente el intelecto algo eterno? Definitivamente no, sea este práctico o teórico, todo intelecto tiene un límite. Por último, el intelecto parece más bien estar en reposo que en movimiento, puesto que no de ser así no se detendría nunca. 

Alma y armonía

Hemos visto en algunos tratados de Platón que el alma es una especie de armonía. Entendamos la armonía en este contexto como la combinación y mezcla de contrarios. Sin embargo, esto no es posible.

Primeramente, la armonía no es un movimiento, lo cual entraría en contradicción con lo expuesto por él mismo Platón de que la armonía se mueven en sí misma. De hecho, para Aristóteles, sería más apropiado designar la armonía a los cuerpos más que al alma, puesto que estos sí tienen contrarios (el amor y el odio, la virtud y el vicio, etc).

La combinación de afecciones que se presentan en los hombres (enojo, alegría, aprende, etc.), en general también se llaman movimientos. Se dice que estas afecciones se producen en el alma, pero en el caso de la irritación ¿quién se enoja? ¿el alma o el hombre? Si es el alma quien puede irritarse, entonces, aquella también puede construir o tejer, lo cual es absurdo. Por esto podemos comprobar que el alma es más bien la receptora de todas estas afecciones, y en cuanto a las sensaciones, podemos decir que se originan en ella, pero el movimiento no. Es decir, el punto final y de partida de las afecciones es el alma, pero no su movimiento. 

El alma es un número

Este también pareciera ser un absurdo según Aristóteles. ¿Será posible que una unidad pueda moverse si es indivisible? si el alma es un número, entonces quienes dicen que el alma tienen movimiento caerían en una contradicción, pues lo indivisible no se mueve. 

El alma y los elementos

Según los antiguos pensadores era necesario que el alma estuviera compuesta de elementos, pues esta era la única forma por la que podían conocer los elementos. Como decía Empédocles, ''todo se conoce por lo semejante; el fuego por el fuego, el agua por el agua, etc''.

Pero esto representa una gran dificultad porque si fuera así, el alma no podría conocer a los compuestos de los elementos; por ejemplo, los huesos, la carne o al mismísimo hombre. A menos que en el alma hubiera huesos y carne, el razonamiento de Empédocles estaría correcto.

Por otro lado, ¿será correcto que las partes de un animal que están constituidas de tierra como el hueso, el tendón o el pelo, puedan percibir a los demás objetos de tierra? Evidentemente que no perciben, pues no tienen dicha propiedad. 

Las partes del alma

¿Es posible que el alma tenga partes? si realiza una acción ¿la realiza como un todo o en partes? Recordemos que incluso Platón en el Fedro dividía el alma en tres partes partes; una racional, una irascible y otra concupiscible. Sin embargo, ¿qué es lo que mantiene unida al alma siendo que es divisible? El cuerpo no podría ser, ya que según la doctrina platónica, el alma es independiente del cuerpo, pero entonces  ¿lo unirá algo más? si es así, entonces no podríamos decir que el alma es principio. Evidentemente, el caso de la división del alma encierra una dificultad.



LIBRO II: SOBRE LOS SENTIDOS EN GENERAL

Definición del alma por Aristóteles

Todo cuerpo está formado por una entidad y la única forma en que puede ser entendida, es por medio de la materia. 

En la naturaleza, existen cuerpos que tienen vida y otros no; los que tienen vida se caracterizan por auto-alimentación, crecimiento y envejecimiento. Por lo tanto, todo cuerpo que tenga vida, tiene entidad. Además, en un sentido lógico, el cuerpo no es algo que se predique de un sujeto (es decir, no es accidente), sino más bien es sujeto y materia

Si un cuerpo tiene vida y la vida es entidad, entonces el cuerpo es algo distinto de la vida; por lo tanto, el alma es una entidad que se ubica en el cuerpo. Por último, la entidad para Aristóteles es una entelequia(2) en el sentido de la ciencia, ya que ésta es primera que la materia. Así, el alma sería la identidad definitoria de la materia. 

¿Podríamos decir que un hacha tiene alma? Puede confundirnos el decir ''ser hacha'', pues es así como definimos la identidad de las cosas. Sin embargo, el alma tiene que ver con cuerpos que tienen otras propiedades; estos cuerpos son los que tienen principio de movimiento y reposo. 

Ahora, el alma no está separada del cuerpo, de hecho, el animal es un compuesto de alma y cuerpo, no puede vivir sin eso. Si lo aplicamos en términos aristotélicos, deberíamos decir que el cuerpo es la materia y el alma la forma; recordemos también que la materia no puede existir sin la forma. 

El alma: sensación e intelecto

Para comenzar la investigación, digamos que lo animado se distingue de lo inanimado por ser viviente y el otro no. También se diferencian por alimentarse, envejecer y desarrollarse. 

En efecto, hay animales que no tienen ni movimiento ni lugar; por ejemplo, todo tipo de plantas. En efecto, estos animales carecen de algunos principios del ''vivir'', por eso, llamamos a estos solamente ''animales'' y no ''animales vivientes''. La diferencia entre un animal y un ser viviente, es que el animal solo puede tener sensación. 

Facultades del alma

El tacto es la sanción más primitiva del ser humano. La habilidad de los animales(4) que se puede dar sin el tacto es la capacidad de alimentarse, pues estas se alimentan del sol y del agua. 

En general, el alma tiene la facultad nutritiva, sensitiva, discursiva y móvil. 

No obstante, existen algunas dificultades cuando se presentan estos enunciados. Hay algunas plantas que, aunque se las corten en trozos, pareciera ser que siguen viviendo; el mismo caso pareciera estar en los insectos. Cuando estos animales son cortados, la parte cortada sigue viviendo, lo que quiere decir, que dicha parte se mueve y siente, y si es así, entonces podremos encontrar en dicha parte la apetencia; por lo tanto, aquí también deberá existir un alma. 

Pero, lo que no parece estar dentro de la parte cortada de dicho cuerpo es el intelecto. Esto da a concluir que posiblemente existan dos características del alma; ser sensible e intelectiva. 

El alma: nutrición y sensación

Decíamos ya que las plantas se da solamente la facultad nutritiva y en otros animales se da ésta, y además la sensitiva. Si pensamos que la nutrición es una especie de deseo frente al alimento, entonces también diremos que en estos animales se da la facultad desiderativa(3). De hecho, el apetito, el impulso y la voluntad son tres clases de deseo. En este sentido, también podría decirse que la facultad nutritiva tiene que ver con la sensación, lo que significaría que las plantas también puede sentir...(5).

Los animales que tienen la facultad sensitiva, también tienen la facultad desiderativa. Finalmente, existen otros animales que tienen, además de estas facultades, la facultad motora, discursiva e intelectual; dicho animal es el hombre. 

Nutrición y movimiento

La nutrición representa una de las necesidades más básicas del alma. No solo permite que los animales se alimenten de las cosas, sino que también permite la generación de otros animales. La generación hace que los animales sean perpetuos (ya que generan más especies) y el alimento es fundamental en este proceso.

Alma como causa del cuerpo 

El alma también es principio y causa del cuerpo; es decir, es la entidad y el movimiento del cuerpo. 

La materia (que es potencia) no puede estar entendida sin su entidad (que es en potencia). En este sentido el cuerpo sería materia y potencia, mientras que el alma sería forma (o entelequia) y acto.

También el alma es causa en cuanto a fin, ya que la naturaleza siempre obra con un fin. Cada fin se obtiene a través de a nutrición y el movimiento. En otras palabras, el alma está en todo lo que tenga nutrición y movimiento. 

Alimento del alma

Veíamos anteriormente en la teoría de Empédocles, que lo semejante se une con lo semejante; en el caso de la alimentación, podríamos decir que lo semejante se alimenta de lo semejante. Sin embargo, sucede que algunas veces el fuego es alimentado con el agua (si esta es inflamable), pero no al revés. 

Por otro lado, el alimento padece una cierta afección cuando se introduce en un cuerpo, es digerido. Entonces ¿cuando el alimento es alimento? ¿cuando no es digerido o más bien digerido? La respuesta es simple, cuando el alimento está sin digerir ''lo contrario se alimenta de lo contrario'' (cuerpo y alimento) y cuando es digerido ''lo semejante se alimenta de lo semejante''.  


Sensación y conocimiento sensible

La palabra sensación puede entenderse de dos maneras: como potencia y como acto. El primer sentido de sensación que tiene un cuerpo, se da gracias al progenitor de éste. La capacidad de sensibilidad corresponderá a la sensación en potencia, mientras que el ejercicio de la ciencia corresponderá a la sensación en acto. 

Obviamente, la sensación siempre se da gracias a un objeto externo. Es decir, cierto objeto siempre tendrá la posibilidad de padecer afección por parte de otro, lo que nos hace reconocer aquí la sensación en potencia. En cuanto al acto sería un poco difícil establecer si la sensación puede estar así porque, para sentir, el objeto necesita un agente que le haga sentir. Cuando finalmente pueda sentir, entonces se encontrará la sensación en acto. 


Sentidos propios y comunes

De acuerdo con Aristóteles, existen tres objetos de la sensación. Dos se dan por sí mismos y uno se da por accidente

El primer tipo de sensación pertenece a los objetos que solo pueden ser percibidos por una sensación: la audición del sonido, la visión del color, el gusto del sabor. A estos los llamaremos sentidos propios. 

El segundo tipo de sensación pertenece a los objetos que son percibidos por varios más: el movimiento, la inmovilidad, el número, la figura y el tamaño. Todas ellas se pueden sentir y ver. A estos los llamaremos sentidos comunes.

El tercer tipo de sensación se da por accidente; por ejemplo, decir ''esto blanco es el hijo de Daries''.  Obviamente, un puede decir que eso blanco es el hijo de Daries prescindiendo de la palabra blanco. No por ser blanco se deja de ser hijo. 

En fin, las sensaciones por excelencia son las dos primeras mencionadas. 

La visión

El objeto de vista es la visión. Una de las cosas que más representa la visión es el color, pues éste es el que hace que podamos ver las cosas en su verdadera esencia. El color es un agente que mueve lo transparente en acto y lo hace su naturaleza. Además el color no es visible si no hay luz.

La luz y la oscuridad

Antes de hablar de la luz definamos lo que es transparente. La transparencia tiene que ver con lo que es visible en cuanto a un color ajeno a él (a lo transparente); por ejemplo, el agua y el aire. 

La luz es lo que hace que la transparencia este en acto, pues cuando lo vemos, ésta está solo en potencia porque solo vemos los colores. 

La oscuridad representa a los cuerpos transparentes en potencia. 

El color


El color solo puede ser visible gracias a la luz, es decir, no por sí mismo. La función del color es poner en movimiento lo transparente, y lo que se ocupa de poner lo transparente en acto es la luz. 


El oído y la voz

El sonido es otro concepto que se puede entender a través del acto y la potencia. Hay cosas que naturalmente no tienen sonido como la lana y la esponja, mientras hay otras que si tienen como el metal, el bronce y en general los objetos duros y lisos. 

Similar a la visión, el sonido necesita de un segundo objeto, es decir, necesita de un agente para ser producido. El sonido se produce por el choque de dos objetos, donde el aire sale expulsado hacia nuestros oídos; es así como podemos escucharlo. También se puede escuchar en el agua, pero con menos intensidad. 

Un objeto que produzca sonido es aquel que puede mover el aire de manera continua hasta que llega a nuestros oídos. En todo caso, el aire en sí es fácilmente disgregable, pero cuando es compacto se convierte en sonido. 

El sonido en acto se entiende de la misma manera que la luz. Así como los colores no pueden verse si no hay luz, lo agudo y lo grave no pueden escucharse si no hay sonido. Lo agudo se entiende como ''lo que mueve mucho en poco tiempo'' y lo grave como ''lo que mueve poco en mucho tiempo''.

La voz

Solo el ser que es animado puede tener voz, a excepción de algunos animales que a pesar de ser animados no tienen; por ejemplo, los peces. Esto se debe a que la voz, si bien es un sonido, debe hacerse con un órgano específico del cuerpo, la laringe.  

La laringe es uno de esos órganos específicos junto con la tráquea. Aristóteles dirá que la voz se da por el golpe del aire inspirado que se produce en la tráquea. Es por esto que los peces no pueden tener voz, simplemente porque no tienen tráquea. 


El olor y el olfato

Esta puede ser la facultad más torpe en el hombre, pero no en los restantes animales como los perros o los gatos. 

Existen distintos tipos de olores para el olfato:

  • Dulce
  • Amargo
  • Picante
  • Áspero
  • Ácido
  • Untuoso  


Todos estos tipos de olores corresponden directamente con el objeto; por ejemplo, la miel despide un olor dulce

El medio del olfato

Está claro que el medio de los olores y el olfato es el aire. Aristóteles nos dice que no sólo puede ser el aire, sino que también el agua, ya que considera que los peces también pueden olfatear su alimento. Obviamente, los peces tienen una manera distinta de olfatear porque como habíamos dicho anteriormente, los peces no respiran. 

Vemos finalmente que así como los sabores deben tener una propiedad húmeda para ser percibidos, el olfato debe tener una propiedad seca para ser percibido. 

El gusto y el sabor

Este tipo de sensación no necesita de un medio o un cuerpo extraño para ser percibido (como la visión y la audición sí necesitan). 

Para que el órgano del gusto pueda percibir los sabores, el objeto debe estar húmedo. Por otro lado, dicho órgano también debe estar húmedo, pero no en exceso pues impediría la percepción, al igual que si estuviera muy seco. 

El tacto y lo tangible

Esta es la facultad que tiene mayor cobertura en cuanto a que puede percibir muchas sensaciones. Hay una dificultad en cuanto al órgano que hace que se perciban las cosas ¿a caso es la carne la que hace percibir las múltiples sensaciones del entorno? Si fuera así, entonces por la carne podríamos percibir lo dulce, lo salado, lo amargo, etc., lo cual no es posible. 

Aristóteles nos dice que debe haber algo bajo la carne hecho de una fina capa de agua y aire, ya que para el sonido y el gusto se necesita agua para percibir. La carne si se podría considerar como un medio por el cual dicho órgano puede recibir las sensaciones de los objetos exteriores. Por lo tanto, la carne es un medio para el tacto. 

Los sentidos en general

El sentido en general es la capacidad de sentir las cosas sensibles sin necesidad de materia. Los excesos que se produzcan en cada órgano sensorial, obstaculizarán la sensación de dichos órganos como en el caso de el gusto. Debe quedar claro, que la facultad del órgano para sentir siempre está en potencia, no puede estar en acto pues siempre tiene la posibilidad de sentir

LIBRO III: FACULTADES Y SENSACIONES DEL ALMA

Sólo existen cinco sentidos

El gusto, el olfato, la audición, la visión y el tacto son los cinco sentidos que pueden existir y no hay más. Para cada uno hay un órgano específico en los cuerpos que permite conocerlos.  

La prueba de esto es que cada órgano representa al menos un elemento del mundo sublunar (tierra, agua, fuego y aire). El oído compuesto de aire, el olfato compuesto de aire, la visión compuesta de agua, el tacto compuesto de tierra, el gusto compuesto de agua y el fuego es común a todos ellos o puede no formar parte de ninguno. 

Tampoco es necesario que necesitemos un órgano especial para percibir las cosas como la magnitud, los números, la unidad, la figura, etc.(6) Estas figuras se pueden percibir gracias al concepto de movimiento; por ejemplo, la magnitud se puede percibir moviéndose. En cuanto al reposo, éste fácilmente se percibe por la ausencia de movimiento. 

Sensibilidad

Todo lo que es visible, lo es porque está impregnado de algún color. Incluso podemos distinguir la oscuridad (en cierto sentido la vemos). Por otro lado, el color de la materia aún puede retenerse como una imagen sin necesidad de la materia. 

Como habíamos dicho anteriormente, la audición siempre se da en el órgano en potencia y siempre hay un agente que produce el sonido. 

En general, toda sensación está en potencia, ya que necesita una gente para sentir, mientras que las facultades; visión, audición, olfato, tacto y gusto, están en acto. Podemos recibir las formas de los objetos circundantes, más no podemos recibir su materia. Por ejemplo, podemos recibir por medio de las sensaciones las cualidades del gato, pero no podemos recibir la materia del gato. 


Imaginación

Una de las características del alma es el movimiento (que ya habíamos dicho anteriormente) y la capacidad de inteligir y pensar

Hemos visto ya en Platón la diferencia entre sentir e inteligir, y también en Aristóteles se aplica el mismo caso. No es lo mismo sentir que inteligir, de hecho, en lo inteligible pueden haber errores, pero en la sensibilidad nunca los habrá porque se recibe la realidad tal cual es. 

La imaginación es un plano distinto de la sensación y el pensamiento. No es posible que la imaginación se forme sin la sensación, ni mucho menos, posteriormente, pensar. La imaginación está totalmente sometida a nuestra voluntad; la creación de imágenes, realidades, ficciones, etc. Todo eso está a nuestra voluntad. Además, la imaginación difiere de la sensación porque ésta última puede estar ya sea en potencia como en acto. Tampoco puede pertenecer al intelecto porque la imaginación puede errar en sus imágenes(?)

Por otro lado, la opinión no está sometida a nuestra voluntad porque siempre estaremos en la verdad o en el error con nuestra opinión. 


Intelecto

El alma puede conocer, inteligir y pensar gracias a esta facultad que posee. El intelecto no está vinculado al cuerpo, si fuera así, entonces éste podría estar sometido al frío, al calor y a las demás afecciones del cuerpo.  Aquí es donde Aristóteles acepta el platonismo, pero solo en la parte de lo que es inteligible, pues el cuerpo en Aristóteles está ''separado'' del cuerpo sólo en su parte inteligible. 

En todo caso, el intelecto sí discierne lo que el cuerpo puede sentir, es decir, puede percibir y entender lo que es el frío y el calor. 

Intelecto pasivo y activo

Para Aristóteles existen dos tipos de intelecto; uno que llega a ser todas las cosas (pasivo) y otro que hace todas las cosas (activo). Se puede hacer una similitud con lo que entendemos por el agente y el paciente

El intelecto necesita un principio pasivo que padezca de todo, éste principio es la materia. Luego tenemos otro intelecto que representa otro principio que consiste en darle forma a dicha materia o hacerla inteligible. Los dos principios se necesitan el uno al otro. 

Intelecto: objetos simples y compuestos(7)

Cuando el intelecto se da en aquellos objetos que son simples, el error no puede tener lugar. En cambio la intelección de los objetos compuestos caen o en error o en verdad. 

Intelecto e imaginación

Habíamos dicho anteriormente que la imaginación no es sensación, pero que no se puede dar sin esta (en efecto, ¿qué podríamos imaginar si antes no sentimos?); por otro lado, el intelecto no puede darse sin la imaginación. El alma jamás puede inteligir si no está a imaginación de por medio. Por lo tanto, el intelecto intelige las formas en las imágenes. 

Existen muchos ejemplos de esto. Podemos decir que el intelecto trata de predecir el futuro a través de imágenes, y se forma de cierto modo una imagen o una predicción que puede estar en lo erróneo como en lo correcto. Todo esto lo hace el intelecto siempre con la ayuda de la materia. 

La facultad nutritiva, sensitiva e intelectiva no son las que mueven el alma

Esto ya lo habíamos hablado en el primer libro de este tratado (y en otros más como la Física). Comencemos diciendo que lo primero que mueve al animal es el envejecimiento y el desarrollo continuo. 

La potencia nutritiva (o la facultad nutritiva) no es la que necesariamente mueve al animal. En efecto, es un movimiento, éste se mueve por el deseo y el placer de alimentarse.

La potencia sensitiva (o la facultad sensitiva) tampoco es la que mueve al animal. La razón de esto es que es evidente que el animal, a pesar de sentir y tener sensación, sin embargo no se mueven.

La potencia intelectiva (o la facultad intelectual) tampoco es la que mueve al animal. De hecho, el intelecto no tiene que ver con nada que implique practica (quizás en de un modo abstracto). Por ejemplo, alguien puede saber todo sobre la medicina, pero no por eso la ejerce. 

El deseo y el intelecto como movimiento del alma

No obstante todas las facultades mencionadas anteriormente, el deseo y el intelecto son los que mueven el alma. Si bien es cierto que dijimos que el intelecto no mueve el alma, nos referimos aquí al movimiento práctico y no teórico. 

Principalmente es el deseo lo que mueve al alma. El intelecto práctico se mueve en tanto que se ve influenciado por el deseo. Pensándolo también de otro modo, podríamos decir que el motor principal que mueve al alma, es el objeto deseable. 

Descomponiendo los dos conceptos, fundamentalmente, es el deseo el que mueve al alma; sin embargo, el deseo está sometido tanto al error como al acierto; por lo tanto, es necesario que el deseo esté combinado con el intelecto porque el intelecto nunca se equivoca(?). Aunque de todas formas, es posible que el alma se deje llevar solamente por el deseo (a pesar de que pueda equivocarse). 

Los motores

De todo lo hablado anteriormente, Aristóteles nos dice que existen por lo menos tres motores: 

Principio de movimiento (o primer motor): el deseo y el intelecto.
Aquello con que mueve: el cuerpo.
Lo que es movido: el animal.

En cuanto al primero, podemos decir que es de dos formas; motor móvil e inmóvil. El primero tiene que ver con la facultad desiderativa y el otro tiene que ver con el bien realizable a través de la acción. 


Imaginación y opinión

En los animales imperfectos (aquellos que solo poseen el sentido el tacto) podemos ver que tienen el sentido del placer y el dolor; por lo tanto, en ellos puede darse el apetito. Falta ver si en ellos se puede dar la imaginación. 

En efecto, la imaginación sensitiva sí se da en los animales irracionales, mientras que la facultad desiderativa se da en los animales racionales (el hombre). En otras palabras, dichos animales pueden formarse una imagen a partir de muchas. Lo que no puede alcanzar es la deliberación, es decir, la mayor parte de las veces se dejan arrastrar por los deseos. 

Tipos de almas

Todos los seres vivientes poseen el alma nutritiva. Los seres que son generados necesariamente se desarrollan, maduran y envejecen; es imposible que esto suceda sin alimentación. 

La sensación no se da en todos los seres vivientes, pues hay seres que tienen cuerpos simples, pero los animales (que son seres vivientes) sí tienen sensación. De hecho, los animales que poseen el alma nutritiva necesitan de la sensación (principalmente del tacto), de otra forma, no podrían alimentarse. 

Órganos sensoriales

Queda sentado pues, que uno de lo sentidos más importantes en los cuerpos es el tacto. En los cuerpos simples (fuego, tierra, agua y aire) sólo uno de ellos tiene a capacidad de sentir sin la necesidad de un medio, la tierra. Estos cuerpos simples son los que se encuentran en el cuerpo humano y gracias a la tierra es que podemos sentir directamente las cosas. 

Se insiste en que el sentido más importante es el tacto y que este puede ser destruido a través del exceso. Además, para Aristóteles los demás sentidos son algo accesorio o para que el animal tenga una mejor existencia, pero es el tacto el sentido imprescindible.


Resumen de los tipos de alma

Alma sensitiva: presente en todos los seres vivos; hombres y animales. 

Alma vegetativa: presente en todos los seres vivos; hombres, animales y plantas. Permite la nutrición, el desarrollo y el envejecimiento. 

Alma intelectiva: sólo presente en los hombres; permite que el hombre tenga voluntad y entendimiento. 



Conclusión

Como vemos en este tratado, Aristóteles (a pesar de hablar de cosas abstractas como lo es el alma), no deja de lado el lado científico y natural, y lo liga sin ningún miramiento al alma. Sinceramente, hay muchas contradicciones en este libro, además de algunas que no concuerdan con otros libros (sobre todo ''Historia de los animales'' o ''Breves tratados de naturaleza''). Sin embargo, es notable la conexión del alma con su filosofía de la materia y la forma. Este ha sido un tratado que mantiene la filosofía aristotélica frente a la especulación platónica.