Ahogado en un contexto de vergüenza e ignominia, Avempace sueña con un régimen político y social perfecto que supere la vida licenciosa de sus autoridades políticas. Es muy probable que Avempace viera como modelo de salvación a los almorávides para acabar con el Reino de las Taifas. Siguiendo las líneas de Aristóteles y al-Farabi, Avempace trata de aliviar su descontento con esta gran obra que con la que inicia su período político, siguiendo a su ''Carta del Adiós'' y su ''Tratado de la unión del intelecto con el hombre''. Veamos qué nos trae Avempace.
Referencias:
(1) Al parecer nadie sabe quién es Abu Sakir ni esa obra que menciona Avempace
(2) La palabra empleada no designa a las adivinaciones o visiones porque no pertenecen al sistema racional que quiere construir
(3) No se sabe a qué potencias se refiere
(4) Califa abasí que reinó del 775 al 778
(5) Se trata de un poeta cortesano y bufón de la corte de los califas al-Mansur
EL
RÉGIMEN DEL SOLITARIO
Capítulo I: Sobre el significado de ''Régimen''
En la lengua árabe, la palabra régimen se dice en muchos sentidos, pero el más conocido, según Avempace es el siguiente:
''La ordenación de unos actos con vistas a un fin propuesto''
Avempace refuerza la idea diciendo que no es un único acto, sino que son múltiples actos, lo que lo diferencia de un simple acto con un fin propuesto.
El régimen se da a veces en potencia y otras veces en acto, y en este sentido, la ordenación de dicho régimen cuando está en potencia es la reflexión. Cuando se está en reflexión, se sabe que el régimen es algo propio del ser humano y no de los animales.
Luego de tratarlo en potencia, el concepto se divide en general y en particular.
- General: se predica de todas las acciones del hombre, sean cuales fueren: oficios manuales o profesionales. Sin embargo, Avempace nos dice que se emplea más en este último sentido.
- Particular: régimen político
De aquí existe otra división con respecto al particular:
- Noble: dedicado a la ordenación de la ciudad y de la casa (orden doméstico)
- Perfecto: régimen de Dios
Luego tenemos otra división:
- Absoluto: régimen político
- Restringido: régimen de la casa
Estos últimos se dividen en Correcto y Equivocado:
El régimen correcto y las ciudades imperfectas
Ya Platón en La República había dejado claro lo que era el régimen correcto y cual el régimen vicioso. De acuerdo con Avempace, Platón ya había dejado en claro también la relación entre la casa y el Estado, pero algunos estudiosos de la obra no creen que esto sea correcto.
Una casa correcta es aquella donde no cabe añadir nada nuevo. En efecto, Platón pensaba en la perfección de una cosa, de modo tal que añadiendo una cosa más esa cosa se vuelve imperfecta. Esta imperfección nace del artificio y no es parte de la naturaleza.
En todo caso, hablar sobre el régimen de la casa es inútil salvo que se refiera a lo que ocurre en un determinado momento, como es lo que se expone en los libros sobre educación (adab) que escribieron los literatos y que llaman psicológicos (nafsanniya), tales como el libro de Kalila y Dimna como el de Los sabios árabes que contienen consejos palaciegos. Pero todas estas cosas, como se dijo anteriormente, pertenecen a cosas específicas, en situaciones específicas.
La ciudad perfecta es aquella donde no está presente ni la medicina ni la jurisprudencia. Platón diría algo similar, que en las ciudades imperfectas necesitan médicos y jueces. Esto se debe a que en aquellas ciudades perfectas, el amor une mutuamente a los habitantes y en consecuencia, estos no discuten en absoluto. Si surge la discordia, entonces necesariamente tendrá que intervenir un tercero, en este caso, el juez. Por otro lado, los ciudadanos que no conocen la medicina son aquellos que abandonan el ejercicio y consumen alimentos nocivos para la salud.
Toda opinión que sea hecha por alguien que no haya vivido dentro de la ciudad será falsa. Ahora bien, de acuerdo a Avempace, la naturaleza de lo falso no puede conocerse de forma definitiva, de modo que la única forma de conocer la falsedad es cuando se pretenden fines distintos al de la ciudad. Todo esto fue tratado en el Libro de las Astucias de Abu Sakir(1).
En una ciudad perfecta no será posible encontrar opiniones o acciones distintas a la de la ciudad respectiva. En cambio, en todos los regímenes imperfectos (tiranía, timocracia, oligarquía y democracia) siempre hay opiniones distintas.
De esto se desprende que todo lo que venga de afuera de la ciudad será falso. Sin embargo, hay casos que en la misma ciudad se producen doctrinas que nunca habían estado antes en la ciudad, o bien se producen doctrinas falsas en la ciudad. A esto se le llama ''brotes'', es decir, aquellos que piensan algo distinto de la ciudad. Este nombre se entiende porque estos brotes hacen nacer nuevas ideas en los sembrados, ahora bien, en aquellas ciudades imperfectas donde estos brotes se dan más a menudo, los brotes hacen que se vuelvan más perfectas.
Con respecto a las ciudades perfectas y su existencia, Avempace nos dice que el único registro que tenemos de aquellas ciudades son las que nos cuenta al-Farabi, con respecto a los antiguos pueblos persas. Para Avempace, en su tiempo histórico solamente están las cuatro ciudades imperfectas.
Los ciudadanos
Las tres clases de ciudadanos que existen en las ciudades imperfectas son los siguientes:
Hay un tipo de hombre que es el hombre feliz. Esta felicidad solamente se obtiene aislándose, y en consecuencia el único régimen correcto será el del hombre aislado (de la sociedad), ya sea que fueran uno o más mientras estén aislados de la umma. Los sufíes los llamaban ''extranjeros'' (guraba). En consecuencia, hay dos tipos de extranjeros:
- Brotes (extranjero en sentido negativo)
- Extranjeros por los sufíes (extranjero en sentido positivo)
Estos son extranjeros en sus ideas porque se han marchado con sus pensamientos a otros niveles de vida, que son para ellos como sus patrias.
Por esta razón, Avempace decide estudiar a este hombre de forma especial porque no es natural. En efecto, como dice Aristóteles ''el hombre es un animal político'', es decir, un animal gregario, que necesita vivir en comunidad con los demás. ¿Por qué este hombre no?
Capítulo II: Sobre las acciones humanas
Todos los seres vivos tienen algo en común con los cuerpos inorgánicos. Así el hombre tiene algo en común con los animales irracionales. También existe algo común entre el ser vivo y el cuerpo inorgánico, como lo son los elementos de los que están compuestos. Con los cuerpos meramente vivientes, es decir, las plantas, los seres vivos tiene en común el crecimiento.
Por esto, el hombre esta compelido a caer en las mismas características de los seres que están compuestos de los elementos, vale decir, caer, elevarse, encogerse, y asustarse. En este último punto, Avempace dice que hay cosas que son propias de las plantas como encogerse que sería algo involuntario, así como en el hombre es involuntario el asustarse.
Los actos que pertenecen al hombre por naturaleza son aquellos que realiza voluntariamente. Esta voluntad nace de la reflexión. También existen en él, afecciones pasivas intelectuales como inspiraciones y revelaciones. Las afecciones pasivas no intelectuales son parte de los animales irracionales, cuyas características también son compartidas por el hombre.
Existen acciones que solo se pretenden a un fin en específico y que accidentalmente produce otros fines. Por ejemplo, un animal podría comer ciruelas y satisfacer su hambre, pero al mismo tiempo estas ciruelas lo curan de una enfermedad. En el primer caso tenemos el fin que se quería alcanzar, pero el segundo es accidental en un animal racional. De esta forma se distingue el acto bestial del humano:
- Acto bestial: precede en el alma únicamente por afección anímica
- Acto humano: aquel que va precedido de algo a lo cual obliga a la reflexión en el agente, tanto si le sigue o le precede una afección anímica.
Bajo este respecto, Avempace nos habla de que existe un ''motor'' en el alma humana que realiza estos actos.
Son pocos los actos bestiales que realiza el hombre, pues incluso en los actos bestiales, inexorablemente, el hombre piensa en cómo los hará. La reflexión de sus actos es una característica natural del hombre, además, cuando los actos están guiados por la rectitud, entonces estos actos merecen ser llamados divinos más que humanos. Por eso es que el hombre debe ser educado en las virtudes morales.
Capítulo III: Estudio de las formas espirituales
Artículo primero
En la lengua de los árabes, se llama espíritu a lo mismo que se dice alma. Los filósofos también lo utilizan en sentido homónimo, aunque a veces también se refiere al calor natural de los cuerpos orgánicos. De esto, los médicos también dicen que el espíritu tiene ciertas características; por ejemplo, que se divide en tres: natural, sensitivo y motor. También llaman espíritu natural, espíritu nutritivo porque dentro de su ciencia llaman a la naturaleza ''alma nutritiva''.
Así, alma y espíritu son dos cosas distintas en cuanto a su elocución, pero tienen el mismo objeto. En efecto, la forma de la palabra espíritu no es árabe, porque pertenece al género de lo irregular de acuerdo con los gramáticos. Según ellos, esta palabra debería decirse ruhi. Los filósofos emplean varias palabras de forma irregular como por ejemplo, corporalidad (yusmaniyya) o anímico (nafsaniyya) pues estas palabras son en verdad extranjeras.
Cuando la sustancia está más alejada de la corporalidad, más merece llamarse espíritu. Por esta razón es que los filósofos dicen que la sustancia más pura es el intelecto agente y los cuerpos celestes.
Las formas espirituales son de varias clases:
- Las formas de los cuerpos celestes
- Intelecto agente e intelecto adquirido
- Inteligibles materiales
- Contenidos (los que se encuentran en las potencias del alma)
La primera y la segunda son absoluta forma, pero las terceras ya están relacionadas con la materia: son la materia que queda en la facultad racional cuando la relación particular y la cosa individual ha cesado de existir.
La segunda forma perfecciona a los inteligibles materiales, o bien los produce como hace el intelecto agente.
La cuarta forma es un intermedio entre los inteligibles materiales y las formas espirituales.
Las formas espirituales
universales solo tienen relación con el hombre que las concibe, mientras que
las formas espirituales particulares tienen dos relaciones: una particular con
el objeto sensible y otra universal con los sujetos que las perciben. Se da el
ejemplo de la forma del monte Uhud, que tiene una forma espiritual particular
para aquel que lo ha percibido y una relación universal con cada persona que lo
ha contemplado. Esta forma queda en el particular, incluso cuando ya no la tenga de frente.
Artículo segundo
Las cosas que se juzgan
como existentes en un ser cualquiera pueden ser:
- Verdaderas o falsas,
- Por
esencia o por accidente,
- Ciertas u opinables.
Las formas espirituales, el hombre las ve, ciertas veces, como verdaderas o falsas, porque los sentidos nos engañan. Las mejores formas espirituales son las verdaderas y las que han pasado por el sentido común, pero aquellas que no han pasado por el sentido común quedan en la imaginación y por lo tanto, son falsas.
Ahora bien, hay cosas que no han pasado por el sentido común y no tienen un nombre con qué designarlas. En ocasiones provienen del intelecto agente, como cuando una persona puede saber las cosas futuras que aún están en potencia(2). Solo existen en individuos aislados y en raras ocasiones.
Es muy difícil que se pueda formar un régimen con este tipo de hombres y por eso no formaran parte de este tratado. Se les asimila a los llamados ''inspirados'' como lo fue Umar ibn al-Jatab. Sin embargo, existen dos tipos de inspirados, aquellos que se nombró en un principio y aquellos que son como Umar. La distinción radica en que los primeros consideran
como condición previa la suposición de una de las partes opuestas, lo cual
sucede en todos los seres humanos. A este se colocan en primer lugar la parte falsa de una proposición y emiten opiniones
sobre ambas partes, sin ningún argumento. Al otro inspirado, en cambio, le surge el tema verdadero,
sin que se le presente antes su contrario simultáneamente, sin que la memoria
se lo recuerde y sin que desee conocer científicamente aquello mediante el
pensamiento o los argumentos, pues para él aquello no es en absoluto un término
contradictorio.
Sin embargo, lo normal es un intermedio, es decir, el de la opinión mezclada de verdadero y falso, siendo la mejor situación aquellos que tienen una opinión verdadera y por otro lado, quienes tengan una mezcla. La peor situación es cuando se cree una opinión errónea creyendo que solo se da en muy pocas ocasiones, a estos se les llama inverosímil.
El predicado de las formas falsas es imposible que exista realmente. Hay dos casos que se presentan bajo este respecto en los árabes:
- Zarqa al-Yamama
- Ta'abat Serran
Era una poetisa y un poeta respectivamente que imaginaban cosas en la época de la arabia preislámica. Esto también se da en los cristianos con la imagen de los santos, que se supone murieron, resucitaron, fueron quemados y volvieron a vivir.
No obstante, puede ser que el predicado de las formas falsas sea real, como es el caso de que Zayd sea gramático, sea que no lo es ahora o no lo sea después, pero con todo, es posible que lo sea. Esto porque la gramática es posible en cualquier individuo, aun cuando este no quiera.
Luego tenemos los predicados ciertos de formas espirituales particulares, que son aquellas que se encuentran en las formas corporales y por eso se perciben con los sentidos externos. Estás deben pasar inevitablemente por el sentido común.
A continuación tenemos las formas espirituales del sentido común, las cuales no pueden ser una sola sino muchas para que sean verdad. Esto sucede porque no se han reunido las tres potencias(3) que confeccionan las formas espirituales, tal como estaban en su ser corporal. Cuando se juntan las tres potencias hacen su aparición las formas espirituales, como si se las sintiese con los sentidos externos.
Los sufíes dicen que este es el fin ultimo del hombre:
''Que Dios se una a ti... Te conceda la reunión''
Los sufíes son incapaces de lograr las formas espirituales puras, porque cuando están separadas las potencias son falsas, pero cuando están unidas son verdaderas. Esta unión de potencias para los sufíes consiste en la felicidad última del hombre.
Esta es la razón por la que al-Ghazali dijo:
''Sea lo que sea que me ocurrió ya no me acuerdo''
Para los sufíes, el logro de la felicidad última no se consigue con estudio, sino con una entrega total y siempre recordando a Dios, porque cuando así se obra, así se reúnen las tres potencias. Pero para Avempace esto es materia opinable. Y aunque este fuera el verdadero régimen del solitario, esto haría que todo intelecto fuera inútil y siendo de esta manera, su existencia no tendría sentido.
En fin, sería muy largo mencionar todas las falsedades que existen en una ciudad, y este tratado tiene por fin hablar sobre el régimen verdadero. La mayoría de las ciudades prefiere tener una felicidad política y no una felicidad eterna que es la felicidad de la otra vida.
Artículo tercero
Ahora, Avempace propone hablar sobre las proposiciones retóricas pasivas. Estas son conformadas por la imaginación, que es propia del alma animal, es decir, son todas las pasiones que recibe el alma de forma pasiva.
La forma de todo cuerpo generable tiene tres niveles de existencia
- Forma espiritual general
- Forma espiritual particular
- Forma corporal
La forma espiritual particular tiene tres niveles:
- Contenido de la forma: existe en la facultad de la memoria
- Impresión: facultad imaginativa
- Especie: sentido común
Estas son las tres facultades espirituales.
Podríamos enumerar las facultades completamente así:
- Facultad reflexiva
- Facultades espirituales (ya mencionadas)
- Facultad sensitiva
- Facultad generativa
- Facultad nutritiva
- Facultad elementativa (los cuatro elementos)
La quinta y la sexta no tienen nada que ver con el animal, pues la nutrición (y todo lo que deriva de ella) junto con los elementos son parte de la naturaleza y no del animal. Podría decirse que la cuarta también es de la naturaleza, pero en verdad esta facultad tiene como principio la libertad, es decir, depende del hombre más que de la naturaleza. La tercera y la segunda están en la misma categoría de libertad.
Sin embargo, la primera facultad que sería la afirmación y la libre aprehensión que se realizan en ella son necesarias, pues si fuesen no libres no daríamos nuestro consentimiento a aquello que nos disgusta. Así, el orden y la armonía son propios de la facultad racional en virtud del fin.
Artículo cuarto
Con respecto a las acciones del hombre, existen aquellas que se hacen con total libertad, y en consecuencia puede abstenerse de ellas cuando quiera. Otras acciones son aquellas que se hacen en libertad, pero tiene un fin distinto por el que se hacen; por ejemplo, se navega pero con el objeto de comerciar, se cultiva con el objeto de alimentarse. En estas acciones intervienen tanto la facultad racional como la irracional. En tercer lugar, tenemos las acciones por las cuales el hombre inicia una acción, pero luego otro motor se encarga de seguir la acción. Por ejemplo, cuando el hombre ha vertido el semen en el útero.
Así tenemos tres clases de acciones:
- Género
- Capacidades profesionales
- Artes naturales y necesarias
De esta última nacen las ciencias como la medicina, la biología, la química, entre otras.
Artículo quinto
De las formas espirituales, hay unas que forman ciertos estados y otras que no los producen. Las que no lo producen son las que se dan separadas de toda sensibilidad, como en el caso de una especie que no se conocía antes. Por ejemplo, un hombre que ve por primera vez un elefante, y la impresión y visión del elefante la tendrá como una huella en su alma como especie (no como forma espiritual del elefante).
Esta huella también se manifiesta de otras formas, como, por ejemplo, cuando un ladrón entra a una casa y el temor que deja en el morador es una huella que aparecerá siempre que se vea a un ladrón.
Hay otras formas espirituales que dejan un estado en el alma. Estas pueden ser varias:
- Estado natural: parentesco
- Estado natural de carencia: defectos y enfermedades
- Estado natural de perfección: pueden ser corporales; por ejemplo, bella figura o proporción de los miembros; pueden ser anímicos, todas las virtudes.
Luego tenemos la clase de formas espirituales que son adquiridas:
- Las Artes
- Capacidades profesionales
- Maneras de conducirse
- Capacidades reflexivas
También existen las formas espirituales relativas al linaje como las excelentes y viles. Esto puede beneficiar o arruinar dependiendo del contexto. De la misma forma, los hombres que se acercan a las formas espirituales más nobles serán hombre más nobles, pero los que se acercan a la corporalidad serán menos nobles.
Entre los menos nobles están aquellos que se dejan llevar por el sentido común o por la corporalidad, siendo estos últimos los peores. Sin embargo, existen hombres cuyas opiniones avalan a estos tipos, porque en verdad, en alguna medida, tienen una forma espiritual noble que hace que lo peor de ellos se oculte. Avempace aprovecha de decir explícitamente que esta concurrencia de personas se da en el Reino de las Taifas, lugar donde exactamente se encuentra y del cual es critico. A estos individuos se les llamaba ''cortesanos'' y a su manera de vivir ''pomposa''.
Por otro lado, tenemos a aquellos que se sirven de la imaginación en las formas espirituales e intentan provocar un impacto en los demás, como por ejemplo, aquellos hombres que se muestran con armas en tiempos de paz.
Luego tenemos aquellas formas espirituales de la imaginación que intentan producir placer, a través de las muestras de cariño y de piedad. Aquí también pertenecen las bromas, contar bellas historias y la poesía. Otras acciones de este grupo son las que intentan alcanzar la perfección a través de las virtudes intelectuales (ciencias del intelecto) y las virtudes morales que Avempace señala como las siguientes:
- Liberalidad
- Coraje
- Amabilidad
- Buen trato social
- Bondad
- Cariño
- Fidelidad
Con estas se pretende producir en el alma del otro, una sumisión de la cual se sigue luego un respeto y otras cosas buenas que son solamente externas. En todo caso, a veces estas acciones se hacen sin interés más que el de perfeccionar la forma espiritual. Ahora bien, estos actos se hacen muchas veces cuando hay conocimiento de ellos, porque cuando no lo hay se hace de manera torpe y descuidada, o bien no se hace por miedo a cometer errores.
Estos actos que son realizados de modo sincero no tienen nombre, pero sí tienen nombre aquellos que no son realizados de modo sinceros y se llama hipocresía.
Al primer grupo es a los que Dios premia pues dice el hadiz:
''El que hubiera emigrado hacia Dios, su emigración estará en Dios; pero el que hubiere emigrado hacia el mundo para conseguirlo, o hacia una mujer para casarse con ella, su emigración estará en aquello hacia lo que se encaminó''
Otro hadiz dice:
''Las acciones son según las intenciones y a cada hombre le corresponde según lo que ha pretendido''
Otra de las grandes formas espirituales y la más esperada entre los hombres es aquella que tiene que ver con la perfección de la memoria. Entre los árabes, esta es la más ansiada. En efecto, la forma espiritual que reside en la memoria permanece más tiempo que otras formas. Los actos humanos de la memoria se basan en la verdad, pero también es cierto que aquellos hombres que no tienen memoria pueden alcanzar la verdad, pues esto se puede alcanzar mediante la conjunción de las tres potencias: sentido común, fantasía y razón.
Artículo sexto
Hay hombres que dominan solo las formas espirituales materiales, estos son los más viles, otros en donde predominan las formas espirituales más refinadas, y finalmente, aquellos en que ambas formas se dan, distinguiéndose en mayor o menor grado.
Entre aquellos con una forma espiritual más refinada se encuentran:
- Uways al-Qarani
- Ibrahim ibn Adham
Los que tienen las características mixtas son los más comunes, pero a veces pueden ser muy viles, pues, pueden realizar cosas muy espirituales, pero a condición de que les dejen hacer cosas materiales sin restricción. Otro vil es aquel que realiza actos viles cuando no le impiden llevar a cabo actos espirituales, es decir, no está obligado a realizarlos. Avempace los grafica en un poema:
''Renunciaron a escapar cuando las lanzas estaban en sus gargantas''
Por otro lado, tenemos a quienes sí les importa la dimensión espiritual y son capaces de soportar la desnudez y el hambre para alcanzar sus fines espirituales.
Artículo séptimo
Hay quienes realizan acciones dignas de elogio, pero esperando una recompensa material a cambio, sin embargo, hay quienes hacen estas acciones sin esperar nada a cambio.
Hay veces que estas acciones son concedidas por Dios directamente o a través de otro hombre que es llamado benefactor.
Artículo octavo
Las formas espirituales naturales, unas son por accidente y se conducen a la manera de las formas necesarias, en las cuales no tienen libertad de elección quien posee las formas espirituales; por ejemplo, la nobleza de los padres. Otras son esenciales, de las cuales unas son comunes a hombres y animales, y otras son solamente humanas.
Entre las comunes están aquellas como el amor de un padre hacia su hijo, porque aman las formas espirituales del hijo. Si el hijo se alejara de los padres, estos, con el tiempo dejarán de amarlo y lo olvidarán. Puede que lo confundan con otro, si es así, amaran sus formas espirituales, pero si el amor fuera corporal, entonces no olvidarían y no querrían a otro más que a su hijo.
Artículo noveno
Ahora se habla sobre las formas espirituales particulares en su relación con las universales. La relación que estas pueden tener son sensaciones o imaginaciones.
El hombre se va moviendo con estas formas desde la infancia donde solo operaría el alma nutritiva; luego avanza hasta la adolescencia, donde opera el alma animal; luego se avanza hasta la época de reflexión; finalmente, llegamos a la etapa de ancianidad. Todas estas etapas tienen los elementos para pasar a la otra, por eso no es conveniente que los elementos se mezclen, por ejemplo, que un anciano se comporte como un niño.
Suele pasar que algunos niños actúan como si fueran adultos, dando consejos y haciendo comentarios que no corresponden a su edad. Esto se debe a un defecto proveniente de su entorno, como cuando vive en una familia de abolengo.
Artículo décimo
Los fines a los que se debe responsabilizar al solitario son tres:
- Forma corporal
- Espiritual corporal
- Espiritual universal
Para alcanzar los fines deberá usar la reflexión, la investigación, la deducción y en suma, el pensamiento. Esto porque sino piensas serán como animales y no participarán en absoluto de la humanidad más que en lo corporal. Incluso aunque el hombre se proponga por medio del pensamiento una acción animal, será animalizado y no humanizado. Estos hombres, no puede construir una ciudad; esto es una acción que solo compete al solitario.
En los animales irracionales también se dan algunas formas espirituales particulares, por ejemplo, en el león se puede dar la timidez, la vanidad en el pavo real, la astucia del zorro, las caricias del perro, etc. Estas formas son propias de la especie de cada animal, pero en el hombre esto puede darse por libre elección.
También, en cuanto a los animales irracionales, las formas espirituales morales o perfecciones intelectuales pueden ser encontradas en ellos; por ejemplo, el coraje y la timidez en el león. Sin embargo, el humano tiene las suyas propias. El buen consejo, el juicio recto y la opinión verdadera son formas espirituales que no están en los animales irracionales.
Entre las formas espirituales y las formas materiales, han de preferirse aquellas que son espirituales, pues estas perpetúan el estado del hombre, le alargan más la vida mientras que las otras la limitan.
Artículo decimoprimero
Ya sabemos que quienes se acercan a las formas espirituales son más beneficiados en la vida con respecto a quienes prefieren las formas materiales. Sin embargo, hay quienes llegan al extremo de sacrificar toda su forma material para alcanzar lo divino de las formas espirituales. En este respecto, Avempace da algunos nombres de personas que han preferido la muerte en las guerras:
- Ta'abat Sarran: ''He aquí nuestro destino: o la esclavitud con beneficio o derramar la sangre. Para el hombre libre es mejor la muerte''
- Al-Marwani: ''La ignominia del vivir y la repugnancia de la muerte. Las dos cosas me parecen insoportables y duras. Pero si es inevitable elegir una u otra, viajar hacia la muerte es un viaje precioso''
- Al-Ziba: ''Por mis propias manos y no por las tuyas''
Entre ellos, Avempace nombra a una Reina de Egipto y a ciertos héroes nombrados por Aristóteles. Avempace dice esta situación particular es propia de algunas circunstancias en las que la muerte es preferible a la vida y entonces elegir libremente la muerte por encima de la vida es un acto humano.
Existen otros hombres de un alma noble que son capaces de sacrificar todo por otros. No cuidan su forma material por conservar la forma espiritual, por ejemplo aquellos que se abstienen de comer. El temperamento filosófico debiera tener estas características porque de otra forma sería un ser material o, como lo llama Avempace, un filósofo falso.
Ahora bien, esto no quiere decir que el filósofo no pueda servirse de la corporalidad, pues deberá tomar aquello que le sirva de forma suficiente sin descuidar la espiritualidad. El hombre que lo hace de este modo adquiere sabiduría y se hace un ser necesario y divino. Este es el régimen del solitario. Existen veces en que el solitario tiene estas características sin necesariamente vivir en una ciudad perfecta.
Avempace nos hablará ahora sobre las formas llamadas ''fantasmas'' ejercidas por la facultad de la imaginación. Estas se captan de tres clases:
- La facultad con que se captan las formas corporales. Se trata del sentido externo y de sus partes que se corresponden a las distintas formas del cuerpo. Estos cuerpos poseedores de semejantes facultades son los miembros del cuerpo natural, a saber, los cinco sentidos. Las percepciones resultantes en ellos son formas espirituales y constituyen el primer grado de espiritualidad
- La facultad que capta las formas espirituales que se llaman fantasmas y que se graban en el sentido común
- Las facultades que son comunes al hombre y al animal son las siguientes: la primera es decir, la sensibilidad externa es común a todos los animales, salvo que a veces se piensa que está aislada de las otras potencias en algunos animales, como es el caso de la mosca y del gusano. Cómo sea esto ya lo dijimos en el libro Sobre el alma. La segunda a saber, el sentido común es evidente por su naturaleza, que no puede estar desconectada de la primera puesto que sólo existe gracias a ella. La tercera o sea la imaginación pertenece al animal dotado de movimiento dirigido a un fin determinado material, ya que el logro de las cosas materiales únicamente se consigue mediante esta facultad
Volviendo a los animales irracionales, estos también tienen unas formas perfectas que son comunes al hombre. Estos animales son las abejas, las hormigas y las arañas, pues estos realizan ciertas acciones que podríamos llamar como ''trabajo'', o de cierto modo, especiales para ellos. Esto tendría que llamar la atención nuestra y decir que seguramente, estos animales tienen imaginación. Pero la imaginación necesita de los sentidos externos ¿o es que estas actividades vienen por naturaleza? ¿o de la nada?
Esto es imposible. La imaginación no puede trabajar sin la materialidad de los fantasmas. Son las sensaciones las que mueven la facultad imaginativa.
Artículo decimosegundo
El sentido general de la forma espiritual particular es de cuatro
clases.
- La forma espiritual más conocida de todas es la de los sentidos externos, lo cual es evidente por sí mismo (interviene en la imaginación)
- La segunda es la naturaleza, pues el sediento encuentra en sí mismo la forma espiritual del agua, el hambriento la del manjar y así en los demás casos
- El pensamiento, como es el caso de la forma espiritual deducida mediante el pensamiento y la reflexión
- La cuarta es el Intelecto Agente y es como la forma deducida pero sin el pensamiento ni la reflexión
Avempace hablara ahora de cada una de estas en específico.
Artículo decimotercero
Las formas espirituales que tienen relación con los sentidos externos pueden ser esenciales o accidentales. Esenciales son, por ejemplo, 1as formas de los objetos sensibles. Accidentales, las que acontecen en el sueño o en las situaciones en que se dice que se trae un recuerdo de algo a la memoria o en el hecho de venirle a uno algo a las mientes, como es el caso de que se vea a un hombre montado en un caballo, luego se vea sólo al caballo y, por fin, se recuerde a propósito de ese caballo visto a aquel hombre que lo montaba.
El llorar ante las casas en que uno ha habitado y el entristecerse ante las huellas del pasado pertenecen a esta clase de formas.
Las que provienen de la naturaleza pueden ser también por accidente
o por esencia. La forma que es por esencia es la particular del cuerpo concreto, como ya hemos dicho, pues el que tiene sed no desea aquella agua determinada por sí misma, sino que únicamente ansia lo que pertenece a la especie deseada. Por eso pensaba Galeno que los animales percibían las especies. Por el contrario, si surge una forma espiritual particular, será por accidente. La forma que se da por accidente será, por ejemplo, la del hombre sediento al que le viene a la cabeza el recuerdo de algo que le gustó en una copa de agua o la del hambriento a cuyas mientes viene la forma del alimento que recuerda haber comido antes. Por tanto, la naturaleza no produce esencialmente sino la forma espiritual verdadera y conveniente.
Artículo decimocuarto
Hay formas espirituales que únicamente aparecen en el pensamiento o en el intelecto agente. Las del pensamiento pueden ser verdaderas o falsas, siendo estas últimas las más frecuentes. Es importante que se de cuenta de que las cosas son falsas, por ejemplo, pretender hablar con los muertos. Si el hombre habla con los muertos y sabe que esto es falso, se está engañando.
Con respecto al intelecto agente. todo lo que procede de él es verdadero. Por cierto, estas formas no provienen del cuerpo ni tampoco de las abstracciones. Están entre las formas particulares y los inteligibles, en efecto, participan de lo particular porque están en la potencia en que se convierten en particulares, y se hacen universales porque esta potencia recibe y adquiere del intelecto la universalidad.
La procedencia de estas formas es la naturaleza, pues tanto el hombre como los animales participan de ella. Los animales como las hormigas y las abejas están aún más cerca de este intelecto, además de las formas espirituales sensibles, y la intermedia que ya hemos descrito. El animal noble y sagaz es aquel que tiene formas espirituales particulares en situación más o menos parecida a la de las formas intermedias. situación más o menos parecida a la de las formas intermedias. Tal ocurre en los animales que logran de modo
intencional las cosas, como es el zorro, el oso, aquellos que son astutos y el hombre que tiene facultad discrecional.
Por eso el hombre noble tiene los ojos móviles y las pupilas húmedas como si fuesen de agua; en cambio, el necio y estúpido tiene los ojos como inertes y con poca movilidad. Y es que el estado de las formas que hay en la imaginación se percibe a través de la manera de mirar. Por eso, todo aquel que se comporta de una manera natural, cuando le llega a la mente una determinada forma espiritual, le viene unida al aspecto visible que tiene cuando la mira fijamente.
Debido a las muchas cualidades espirituales que tienen las formas sensibles en el hombre superior, éste mueve mucho los ojos y fija la vista, como si mirara detenidamente una cosa tras otra, pues el mirar fijamente con atención equivale a traer al espíritu estas cualidades espirituales. Por eso el hombre superior mueve mucho la mirada, sin repetirla, mientras que el estúpido la tiene quieta y el precipitado la mueve también mucho repitiéndola con rapidez.
Artículo decimoquinto
No se deben poner como fines ni las formas espirituales particulares ni las intermedias, ya que éstas, en su mayor parte, se dan naturalmente o, en general, están llevadas a cabo sin voluntad libre.
De entre ellas, las que son laudables y aquello por lo que se las supone loables son las hechas voluntariamente y entran dentro de estas tres clases:
- Primera las que están en la corporalidad o la benefician, como es, por ejemplo, la agricultura y cosas parecidas.
- Segunda las que se encuentran en las formas espirituales particulares, como son las distintas clases de las otras artes.
- Tercera las que se hallan en los inteligibles, como son las diversas artes de las matemáticas, la poesía y otras semejantes. Estas formas no son fines sino que mediante ellas se logran otras cosas, de las cuales son causa.
Por eso, cuando existe un hombre virtuoso, por ejemplo al-Mahdí(4), y otro vicioso, como el poeta Abü Duláma(5) particular de cada uno de los dos está en el otro. Ahora bien, toda forma espiritual mueve al cuerpo en que está. Por consiguiente, la forma del poeta Abü Duláma moverá a al-Mahdi al regocijo y a la risa, mientras que la forma de al-Mahdí moverá al poeta Abu Duláma a la seriedad.
Por tanto resulta claro que el solitario, dada su índole, no debe acompañarse de los hombres materiales ni de los que tienen un fin espiritual mezclado con materialidad ni aun de los que no tienen por fin lo espiritual absoluto, sino que está en la obligación de rodearse de la gente de ciencia.
Por esa razón el solitario está obligado en algunas sociedades a apartarse por completo de la gente, en cuanto le sea posible, y no mezclarse con ellos sino en las cosas necesarias.
Debe el solitario alejarlos de sí, porque no son de sus especie; no se mezclará con ellos, ni dará oído a su charlatanería, para no tener necesidad de deshacer sus mentiras, perseguir con su odio a los enemigos de Dios y formular su juicio adverso contra ellos. ¿Convendría al solitario convertirse en juez de aquellos en medio de los cuales habita? Mejor, en verdad, será que se consagre a sus ejercicios del culto divino y que eche lejos de sí tan pesada carga, perfeccionándose a sí mismo y brillando para los demás como una luz.
Debe relacionarse con los hombres de edad madura que se distingan por su buen juicio, su ciencia, su inteligencia y en general por sus virtudes intelectuales, como hombres ya formados, no con jóvenes inexpertos.
La pregunta relevante es si esto ¿Está en contradicción con lo que se dijo en la ciencia política, o con lo que se demostró en la ciencia natural? Allí, en efecto, se hizo evidente que el hombre es social por naturaleza y en la ciencia política quedó patente que todo aislamiento es malo.
Sin embargo, esto es así únicamente por esencia, pero accidentalmente el aislarse puede ser bueno, como ocurre en muchas cosas que se dan en la naturaleza.
Por ejemplo: el pan y la carne son cosas que naturalmente alimentan y son útiles, mientras que el opio y la coloquíntida son venenos mortales. Sin embargo, se dan a veces en el cuerpo estados no naturales, en los cuales ambas cosas, es decir, el opio y la coloquíntida benefician y se deben emplear, mientras que los alimentos naturales que hemos dicho perjudican, siendo necesario evitarlos. No obstante, estas situaciones constituyen forzosamente enfermedades que están al margen de la naturaleza, siendo los venenos útiles en pocas ocasiones y por accidente, mientras que los alimentos son beneficiosos la mayoría de las veces y de modo esencial.
Así pues, la relación que aquellas situaciones de los venenos y alimentos guardan con los cuerpos es la misma que la que existe entre los modos de vida social y el alma. Del mismo modo que se piensa que la salud es una, en contraposición con las enfermedades que son muchas, y que sólo la salud es lo natural para el cuerpo, mientras que las múltiples enfermedades son extrañas a la naturaleza, así también la sociedad perfecta es lo único que es natural para el alma, siendo contraria a las demás sociedades las cuales son múltiples, y lo múltiple es ajeno al alma.
Artículo decimosexto
Una de las cosas que exige la forma de vida del solitario es el indagar cómo conviene que sea la ciencia de las formas espirituales de las cuales éstas las intermedias son una parte, resulta que debería tratar también de todo esto el que quisiera incluir en esta ciencia una manera práctica de vivir. A pesar de lo cual, todo ello aparece únicamente como cosa tácita, al tratar de las ciencias que merecen ser elegidas por su esencia. Y como solitario, en propiedad, únicamente es quien va tras las ciencias teóricas y este ir tras las ciencias teóricas es de tan excelso valor, resulta que el estudio de estas formas intermedias, a pesar de lo que hemos dicho, será de utilidad, de modo accidental, para una parte del fin buscado por el solitario.
Artículo decimoséptimo
Los actos humanos que puede realizar el solitario son de tres clases:
- Corporal
- Espiritual
- Universal o (inteligible)
Con respecto a esta última Los inteligibles abarcan todas las especies de las substancias. Y como el hombre es una de las esas especies substanciales, el inteligible propio del hombre será la forma de lo universal, a saber, la forma espiritual más excelente de entre todas las formas espirituales.
Sin embargo, el inteligible no dice relación con cada uno de los hombres, como ocurre en las formas espirituales particulares, y tampoco se parece a los cuerpos móviles. Por ejemplo, supongamos que la forma de Zayd estuvo en el alma de ‘Amr con la cualidad de vileza y que después se convirtió en la misma alma de ‘Amr en la cualidad de virtud y de grandeza de alma: entonces se le habrá producido una cualidad y le habrá desaparecido otra, en cuyo caso se parecerá a los cuerpos móviles aunque realmente no sea móvil.
Pero esto no es como lo que ocurriría necesariamente a la forma de Zayd cuando pensase ‘Amr que Zayd era vil y luego cambiase de opinión creyendo que era un hombre digno, pues en tal situación Zayd habría cambiado solamente en la opinión de ‘Amr. En cambio, en el primer caso, Zayd se había presentado con la forma material de vileza, resultando así que ‘Amr tenía la forma espiritual particular de Zayd con esa mala cualidad; pero, al mudarse luego Zayd convirtiéndose realmente en honrado, se le cambió a ‘Amr en consecuencia la forma espiritual particular que tenía de Zayd en ese otro estado nuevo, de virtud, perdiendo el primero de vileza.
Por tanto, estas formas espirituales consiguen del ser material las diversas cualidades. No ocurre lo mismo con las formas espirituales inteligibles.
En efecto, si Zayd es noble y ‘Amr innoble, el inteligible de ambos sería descrito como noble y como innoble a la vez, lo cual es imposible. Si alguien es noble y otro innoble y la nobleza está en otro distinto de Zayd y la villanía se encuentra en otro diferente a ‘Amr, entonces es esto posible porque la naturaleza de esta especie admite recibir ambos contrarios simultáneamente, siempre y cuando la recepción de los dos sea o en momentos distintos o en sujetos diferentes. En efecto, los predicados de las proposiciones cuyo sujeto es algo universal, o son necesarios a todo individuo de aquel sujeto universal o son parciales y, en ese caso, también pertenecen a algunos individuos comprendidos en el sujeto universal de la proposición. Pero estas proposiciones universales, no cambian por acción del hombre, solo dependen de él las formas individuales.
Veamos ahora la forma del hombre con las maneras de ser. Es patente que el inteligible no se encuentra más que en el hombre exclusivamente. Es evidente también que el sujeto de la especie hombre, en cuanto que este sujeto es descrito con la cualidad de hombre, es su sujeto en la medida en que está dotado de existencia y de una manera de ser humana.
Pero esto es contrario a lo que ocurre con la forma particular, pues si ‘Amr tiene la forma particular de Zayd, la tiene en la medida en que es una forma representativa de algo que existe en Zayd, no en cuanto que está descrito Zayd con aquella forma como ocurre en el caso de las formas inteligibles universales, porque de otra forma, entonces tendríamos el alma de Zayd en 'Amr.
Por ejemplo: si se habla del universal de elefante, su sujeto será un elefante en el cual ha dejado su huella el género. Del mismo modo, el sujeto de hombre que es cualificado con este universal será uno de los individuos del universal de hombre.
Por esto, la forma del hombre se asemeja a la de las esferas celestes, pues al igual que ellas el hombre puede conocerse a sí mismo.
Por último, así como todos los seres tienen algo intermedio en ellos, el hombre también debiese tener algo intermedio que compartiría tanto con los seres eternos (las esferas celestes) y los temporales (los animales). Sin embargo, decir que el hombre es eterno puede repugnar, pero se debe analizar esto.
El fin hacia el cual debe tender el solitario que desea la inmortalidad no está, en modo alguno, en relación con la materia. Razón por la cual se dirige al verdadero fin donde incluso desaparece esa relación universal de que hemos hablado. Allí, en efecto, la forma está completamente despojada de corporeidad y no es ya ni un solo instante forma material; pues el solitario percibe las formas aisladamente y en sí mismas, sin que hayan sido abstraídas de unas materias. De esta forma, el intelecto en acto del hombre se va acercando al Intelecto Agente.
Conclusión
Esta obra es realmente una obra maestra. Hasta ahora siempre habíamos hablado de lo importante que el ser humano reconociera su postura de animal político, pero aquí Avempace nos recomienda lo contrario, aunque, vale decir, esta teoría no es incompatible con el ser gregario del estagirita, pues de todas formas el solitario debe relacionarse de forma suficiente con los demás. Lo importante es que el individuo, al estar alejado por un tiempo, reflexione y comprenda su situación y luego volver a la ciudad y relacionarse con los demás.